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Una amistad es la esencia viva del amor vivo de Dios, como fuente inagotable que traspasa

las realidades más hondas del ser humano, haciendo posible la conjunción más sublime y
transcendental de las emociones y los sentimientos como gracia divina, gracias al amor del
que es la esencia del ser y de nuestras vidas.

Mi querida Alis eres mi amiga pero sobre todo mi hermana que has hecho del amor de Dios
la identidad de ser en cada gesto y palabra de tu persona compartiéndola con tantas
personas que hemos compartido con esa esencia inefable que eres; por eso, con mucho
cariño y aprecio luego de un tiempo de reflexión y análisis personal he querido compartir
contigo este escrito con algunas líneas intrapersonales y con una dimensión psicoanalítica
iluminada desde un estudio cuidadosamente psicoanalítico e intuitivo por la ciencia
psicoanalítica de la persona desde el estudio de la psicología de la persona su ser y que
hacer, recogiendo y enfatizando la emergencia de la esencia que eres y que serán
herramientas para que navegues y disfrute de la esencia del ser que el señor te ha dado,
desde la persona que eres y el ser que haz de convertirte cada día como todos en la aventura
más estupenda de la vida.
TRES
EL EJECUTOR
PERSONALIDAD ADQUIRIDA ESENCIA
CABEZA Rasgos Característicos: VANIDAD
Mente Superior: ESPERANZA
CORAZÓN Pasión: ENGAÑO
Virtud: HONESTIDAD
MODO DE SER DEL SUBTIPO
Sexual: IMAGEN DE MASCULINIDAD/FEMENIDAD
Social: PRESTIGIOSA
Instinto de conservación
PREOCUPACIÓN POR LA
SEGURIDAD
Dilema
Los Tres fueron niños que recibían recompensas por sus logros. Recuerdan que al
regresar de la escuela se les preguntaba que tal lo habían hecho en lugar de cómo se
encontraban. Se recompensaba la actuación y la imagen, en lugar de las conexiones
emocionales o el hondo compromiso con la vida de los demás. Al ser queridos por sus
logros, aprendieron a reprimir sus propias emociones y a centrar su atención en adquirir
estatus que les garantizara el amor. La idea era trabajar duro en pos del reconocimiento,
adoptar el papel de líder y ganar. Era importante eludir el fracaso, puesto que solo los
ganadores eran dignos de amor.
Los Tres parecen ser curiosamente modernos en el contexto de una enseñanza esotérica.
Son grandes triunfadores que se han identificado con la imagen popular americana de
juventud, energía y vida competitiva. Adoptan la imagen típica de cualquier grupo: el
ejecutivo con traje de chaqueta, la supermamá que lo hace todo, los vigorosos niños de los
anuncios televisivos, el hippie con el pelo que le cae por la espalda. Los Tres son
camaleones que pueden convertirse en los triunfadores de cualquier grupo en el que se
encuentren y, sin darse cuenta, creerse que representan cualquier imagen que recibe
aprobación de aquellos a quienes respetan. Puesto que los Tres se amoldan a las cualidades
valoradas por la cultura norteamericana, presentan una imagen de superficie que rezuma
optimismo y bienestar. No aparentan sufrir y pueden vivir toda una vida sin darse cuenta
del hecho de que han perdido su conexión vital con su propia vida interior.

Los Tres trabajaran en pos de recompensas externas, a menudo sin examinar sus
sentimientos acerca del trabajo en sí. Se identifican con el nombre prestigioso de una
empresa, cifran su valor en el número de ceros de sus ingresos anuales. Su trabajo puede ser
mortalmente aburrido, pero un titulo impresionante puede compensarles por ello. Como
decía un Tres: "No pienses en ello, simplemente haz el trabajo." La actividad se convierte
en un antidepresivo natural. Los Tres simplemente están tan ocupados que no les queda
tiempo para que la vida los agobie.
Su área preferida de actividad es el trabajo, y debido a que el valor de los Tres depende de
como va éste, se comprometen totalmente con sus tareas. Van inmediatamente de la
idea al acto, dejando poco margen entre pensar y actuar. La vida está plena de energía y
felicidad, colmada de actividades interesantes. Pero una vida basada en el rendimiento
personal necesariamente sacrifica una vida interior fruto de la intimi
dad y la interrogación emocional.
La mayoría de los Tres no se dan cuenta de que su preocupación por el hacer impide
que surja el tipo de creatividad que solo puede desarrollarse como fruto de periodos de
tiempo prolongados dedicados a ser y a sentir. Los Tres tienen abarrotada la agenda. A
lo largo del día la actividad es continua, sin que quede tiempo libre para que emerjan los
sentimientos. Los Tres se llevan trabajo a sus vacaciones, llenan su tiempo libre con una
gira de estudio consistente en un maratón de visita a cinco países que les asegura estar
activamente comprometidos a lo largo de todas sus vacaciones. El tiempo libre, sin
garantía de saber lo que se hará después, aterroriza a aquellos que están condicionados a
creer que el valor depende de lo que haces en lugar de lo que eres.
También se elude el tiempo libre debido a que los sentimientos personales pueden
aparecer en la consciencia, y éstos pueden interferir a la hora de hacer el trabajo con la
eficacia. Raras veces la enfermedad o la vida personal interfiere con la agenda de
trabajo del Tres, y no toleran a los que logran poco o dejan que les dominen las emociones.
La palabra ejecutor lo hace pensar en alguien personalmente vanidoso y, de hecho, los
Tres lo son en relación a lo que hacen. Son personas cuya autoestima depende, más que
de ser personalmente adorados, del reconocimiento de su rendimiento. Los Tres
comentan que cuando están activos se concentran tanto en sus tareas que sus
sentimientos quedan en suspenso, y si reciben un cumplido, piensan que este va dirigido
al producto más que a ellos mismos.
En lo que atañe a las relaciones íntimas los Tres se dan cuenta de que se transforman
para acomodarse a lo que consideran debe ser una persona profunda, y dicen cosas que
diría una persona con estas características; pero a la vez son conscientes de proyectar
una imagen de cómo debe actuar una persona que se identifica con los demás en lugar
de comunicar con los sentimientos propios de una intimidad real. Cuando están
inmersos en un momento emocional, la atención de los Tres puede dirigirse a otro lado.
Cuando deberían aflorar los sentimientos, les viene a la mente la cita de las nueve o la
comida de negocios. Durante años se han reprimido las emociones en interés de un
trabajo eficaz, hasta que se han convertido en incompatibles con la realización del
trabajo.
El amor se expresa a través de la acción, y la vida familiar se convierte en una secuencia
de imágenes perfectas de revista. "Viajamos juntos, jugamos mucho a
tenis. Hablamos acerca de los niños." Ponen la atención en las actividades y en la
agenda, en lugar de en el tiempo libre que pueden pasar juntos. Un Tres tiene relaciones
que fluyen con eficacia; un matrimonio que "funciona". El trabajo y la remuneración son
importantes. Es básico mantener los proyectos y las perspectivas vivos es fundamental
eludir el fracaso y maximizar el éxito.
Muchas veces, el sentimiento de optimismo se ve apuntalado acentuando la aten
ción en los logros positivos. Los fracasos son disfrazados al ser considerados éxitos
parciales; el movilizarse por el acicate de fechas límite y la competición es preferible
al descanso. Con el tiempo, un Tres desarrolla una capacidad para adaptarse al papel
del trabajo, a encarnar la imagen y características apropiadas a una imagen profesio
nal. Esta habilidad camaleónica de adaptar los manierismos de un modelo triunfador
sirve para impresionar a los demás para que confíen en las capacidades del Tres, pero
puede ser también fuente de una profunda autodecepción por parte de éste, que sus
tituye las emociones auténticas con aquellos sentimientos que se considera debe
tener la gente triunfadora. Está autodecepción inconsciente se hace más honda si el
Tres empieza a identificarse con los manierismos de "un líder eficaz" o "mi amante
ideal", hasta el punto en que la imagen adoptada puede sustituir a las necesidades rea
les.
Los Tres sufren del hábito de decepcionarse a ellos mismos y a los demás adoptando
las imágenes que garantizan el respeto. La expresión adicto al trabajo, por ejemplo, nos
hace pensar en un gran triunfador, incapaz de pararse, incapaz de descansar, y en el
extremo patológico, está imagen sería correcta. Los Tres citados en esta sección
reconocen que ellos mismos se ven conducidos por sus necesidades neuróticas de
sobresalir en aquellos momentos en que su atención se centra de tal forma en la tarea
que tienen entre manos que parecen convertirse en el prototipo ideal de su trabajo y ya
no pueden establecer la diferencia entre ellos mismos y dicha imagen. Dichos Tres
también son capaces de observar y describir como funciona la mente cuando están
calmados y no se ven presionados. Al ser capaces de variar su atención a un estado
mental de observación y ser capaces de reflexionar sobre el funcionamiento de sus
propios hábitos internos, están bien encaminados para poder eliminar su estilo neurótico.

Las preocupaciones habituales del Punto Tres incluyen:


• Identificación con el logro y el rendimiento.
• Eficacia.
• Competición y huida del fracaso.
• La creencia de que el amor es fruto de lo que produces, en lugar de lo que eres.
• La atención selectiva hacia todo aquello positivo. Desconectarse de lo negativo.
• Difícil acceso a los sentimientos íntimos. Se reprimen las emociones mientras se
• lleva a cabo el trabajo.
• Presentación de una imagen que se ajusta a conseguir la aprobación.
• Personalidad pública notoria. •
• Confusión entre el sí mismo real y las características que son apropiadas al papel o
trabajo de uno.
• Una forma de prestar atención denominada pensamiento convergente, en la que
una mente de múltiples canales se centra en una única meta.
• Ajuste intuitivo de la autoimagen, a menudo hasta el punto de creer que la imagen
es el sí mismo verdadero.
Historia Familiar
Los Tres fueron apreciados, más que por sí mismos, por aquello que podían producir
y conseguir. Finalmente aprendieron que el modo de recibir amor y ser aceptados se
cifraba en el rendimiento que se veía acompañado del éxito, por lo que se convirtieron
en adictos del autobombo y en proyectar una imagen que incorporará las
características ideales de un papel.
No ha habido época de mi vida en la que haya medido mi valor en términos de algo
tangible que otros pudieran ver. Tuve una madre muy interesada en convertirnos en
presidentes, y éramos cuatro hermanos que se llevaban pocos años. Recibí una educación
de clase media, se hablaba mucho de amor, pero había poco contacto. Los logros se
convirtieron en una carrera, en la que se me reconocía poco mi idiosincrasia. El modo de
conseguir dicho reconocimiento consistía en ser el mejor en los recitales de piano o
hacer el calendario que se elegía para el mural de mi clase, o cualquier cosa que llamara
la atención de los demás.
Cuando ejecutaba algo, se fijaban en mi, y me sentía alimentado por este pequeño
pozo de amor. Esto se convirtió en un ciclo, cada logro se convertía en punto de referencia
para otro nuevo éxito. Los logros no eran acumulativos, tenías que dar cada vez más, por
lo que mi valor se cifraba en lo conseguido en el día, en tal examen, o en aquella
relación.
Las características de un tipo son más evidentes a finales de la adolescencia y en el
periodo que va de los veinte a los treinta años. El relato que sigue proviene de una
estudiante de secundaria de diecisiete años y es típica de la preocupación de un joven
Tres por los logros competitivos y evitar el fracaso a los ojos de los demás.
Además de obtener las mejores notas en el colegio, participo en la función de baile que
estamos preparando y me esfuerzo mucho por tener una vida social acompañada por el
éxito.
Trabajo a diario de una a cinco, además de ir a la escuela de ocho a doce. Voy a casa y
hago los
deberes, diseño coreografías y permanezco despierta hasta las dos de la madrugada.
Fundamentalmente hago todas estas cosas porque si no las hago no le gustaré a nadie. En el
colegio quiero hacerlo bien, pero no sabría decir si se debe a que me gustan las clases. Lo
que
pretendo es sacar buenas notas, pues así la gente pensará que no me falta nada. O sea que
voy a
la escuela más en busca de reconocimiento que en pos de un objetivo.
He practicado gimnasia durante seis años, cuatro horas diarias, seis días a la semana, cada
noche
de seis a diez. Los últimos tres años lo odiaba. No sabía lo que lo odiaba hasta que lo dejé.
Simplemente tiraba adelante. Iba a casa, hacía los deberes, iba al gimnasio, hacía más
deberes, me
acostaba, iba a la escuela, solo ir, ir, ir. No tenía tiempo para pararme y pensar ¿me gusta
realmente
lo que hago? Voy a las competiciones y realmente no me gustan, pero ¿quién puede darse
el lujo de
pararse a quejarse? Ganaba, y mi padre y mi madre pensaban que era maravilloso, y yo
pensaba:
más, más, ve a por más.
Llegué al punto en que tenía problemas cuando miraba las Olimpiadas por televisión. La
situación
llegó a un punto crítico en que lo dejaba o tenía una crisis nerviosa. Finalmente lo que me
persuadió de abandonar fue que una amiga lo hizo, y nadie le odió por ello. Así que un día
simplemente lo dejé. Entonces no tenía nada que hacer, por lo que tenía que llenar este
agujero de
mi agenda, y me encontré un trabajo, empecé a bailar, y soy presidenta de la clase. Ahora
tengo
que entrar en Stanford.
No le digo a nadie que me preparo para Stanford o, al menos a nadie que esté cerca y pueda
darse cuenta si fracaso en mi empeño. Me cuesta explicar lo mal que me siento yendo a por
algo y
no estar segura de conseguirlo; pero si no va bien, incluso ni mis mejores amigos sabrán
que he
fracasado y pondré todo mi empeño en olvidarlo. Me voy, tengo muchas cosas que hacer.
Los Tres son el prototipo ideal del grupo al que valoran. Si se han educado en una
familia que tiene mucha consideración por la actuación pública, se esfuerzan en dicha
área. Si la familia valora otro tipo de logros, entonces un niño Tres trabajará mucho para
adaptarse a esta imagen. Una mujer que se crió en el campo describe su situación
familiar.
Cuando era pequeña, mi madre me dijo que iba a hacer algo especial. No que yo era
especial sino que iba a hacer algo realmente especial. Era madre soltera, y muy inestable
emocionalmente, por lo que, para complacerla, eduqué a mi hermano y a mi hermana
pequeños. No se me alentaba mucho en el campo del estudio, más bien para que
colaborara en casa; para que me cuidara de otros. Monté mi propia tienda de modas y la
vendí provechosamente seis meses después. Fue un éxito desde el primer día. Mis
negocios siempre han ido sobre ruedas, puesto que se exactamente lo que la gente
necesita, y se lo proporciono.
En términos de productividad, asistí a un par de clases sobre un tema de negocios y logré
que me cogieran para dar clases. Una vez tengo los elementos de superficie, se produce un
desafío interno para seguir, ser aceptada como autoridad y ser respetada por la gente que
admiro. De niña no me sentía amada por quien era, pero se me acariciaba por un trabajo
bien hecho. Se trata de un punto negro que he de observar. Casi todo el mundo puede
tenerme en la palma de la mano si hay caricias y reconocimiento implicados.

Actividad Polifásica
Puesto que se ha recibido amor por un producto más que por el sí mismo real, la
actividad y la producción finalmente se convierten en una forma de control. El mantenerse
ocupado asegura un fluir constante de producto y también absorbe de un modo eficaz
cualquier tiempo libre en el que puedan presentarse sentimientos de ansiedad acerca de
un posible fracaso. Un tres suele hacer varias cosas a la vez e intentará mantener el
máximo de bolas en el aire a guisa de uso eficaz del tiempo. Sin embargo desde fuera se
tiende a ver la necesidad del Tres por una actividad polifásica continua como un modo de
no tener tiempo para una vida emocional.
Puedo hablar por teléfono, dar de comer a mi hija, quedar con alguien y escuchar una
conversación, todo al mismo tiempo, sin perder comba. Es como hacer dos o tres trabajos a
la vez,
de modo que siempre queda algo pendiente antes de acabar lo que estas haciendo. Existe
una
sensación real de seguridad cuan120
do tienes el tiempo lleno y sin espacios muertos.
El propósito de relajarse es estar listo para el siguiente round. El baño caliente figura en
la agenda, porque es algo que va bien al cuerpo, y mientras me baño tengo a mano la
grabadora, mientras mi mente está puesta en el día siguiente, en la próxima conferencia, en
el próximo desafío. Si pierdo contacto con la gente que me dice lo bien que lo hago, y no
recibo una retroalimentación adecuada, me vienen ganas de correr hasta el gimnasio, o
escaparme a algún lugar en el que haya gente que pueda darme un poco de coba.

Imagen
Puesto que la aprobación depende de un acto que tiene éxito, los Tres probablemente
pondrán tanta atención en la mecánica de un trabajo que olvidarán sus propios
sentimientos y empezarán a proyectar una imagen adecuada a la tarea que lleven a cabo.
Los Tres modifican fácilmente su imagen externa y a menudo descubren que se han
ajustado intuitivamente con el fin de encarnar una imagen que transmita su mensaje, o
que sea útil para fomentar la visibilidad ocupacional en su campo.
Siempre que los Tres sean conscientes de que la imagen que proyectan no reprima
necesariamente su punto de vista emocional, son capaces de alterar su imagen sin correr
el peligro de identificarse con una fachada de prestigio que llame la atención de los demás.
Los Tres conscientes de sí mismos saben que reprimen sus emociones mientras trabajan
y que pueden abandonarse a sí mismos convirtiéndose en lo que los demás desean.
También afirman que deben controlar su capacidad de engañar a los demás proyectando
una imagen que haga que la gente crea todo lo que dicen.
Si los Tres no son conscientes del hábito de suspender sus sentimientos íntimos
mientras trabajan, son vulnerables a creer que ellos y la imagen que proyectan son lo
mismo. Para los Tres puede ser doloroso reconocer que tienen necesidades que van a
contracorriente de una imagen elevada que acentúa la eficacia de un papel.
Me transformo según el grupo en que estoy. Soy como un hábil transformista. Puedo
convertirme en lo que el grupo desee. A nivel superficial tengo tres o cuatro mudas en el
guardarropa, para encajar allí donde vaya. Durante diez años he pasado de la chaqueta y
pantalón
clásicos a cazadoras de cuero o trajes de etiqueta a lo largo de un mismo día; y he cambiado
internamente tantas veces como lo exigía la audiencia.
Se inmediatamente lo que piensan los demás de mi. Experimento un escalofrío, me siento
vivo
al hacer el contacto. Si no conecto, si por así decirlo no puntúo, me siento falto de energía,
como si
no hubiera nadie. Se cuando me aceptan, puesto que a nivel visceral me doy cuenta de que
satisfago
las expectativas y estoy impresionando a la persona.
Las agencias de publicidad encarnan la cualidades clásicas de los Tres. Los publicistas
están en contacto con las imágenes que los demás valoran y son capaces de empaquetar
y promover dichas imágenes de un modo atractivo. Sin embargo, los Tres son expertos en
asumir y convertirse en la imagen más valorada por su grupo social particular. El
profesional competente, el líder cívico ideal, la pareja perfecta. El trabajo es el área
preferida de interés. Pero si lo aceptado es una forma de vida en un segundo plano, el Tres
probablemente adoptará dicho estilo de vida y podrá pasarse años viviendo una imagen
en lugar de comunicar con sus preferencias emocionales reales.

Vivo fuera con mis dos hijos y medio día lo dedico a una consulta de terapia, en un
escenario
ideal que representa lo que siempre quise tener. Sin embargo, es difícil decir como me
siento la
mayor parte del tiempo De lo que soy más consciente es de la apariencia de las cosas.
¿Están mis
hijos aseados y son felices? Me es difícil estar con ellos y pasar el tiempo juntos, sin
convertirlo
todo en actividad. Me he dado cuenta ¿Que estoy cultivando la imagen de la perfecta mujer
terapeuta alternativa de la Nueva Era que vive con sus hijos fuera.
Un ejecutor puede adaptarse al prototipo de cualquier cosa que la cultura valore. Un
surfista poseerá la tabla de moda y el bronceado perfecto, un directivo exhibirá un estilo
carismático de líder. La atención se dirige hacia fuera, hacia cualquier pista que indiquen
una atención positiva por parte de los demás, hasta el punto de que los Tres pierden
consciencia de los sentimientos personales y se esfuerzan mucho en proyectar un estilo
personal que cause impresión. La autodecepción se completa si los sentimientos reales se
sumergen y se ven sustituidos por un pseudoyo que toma posiciones directivas adoptando
una imagen en la que confíen los demás.
Las decisiones básicas de mi vida se han efectuado teniendo en cuenta mi imagen. Escogía
involucrarme en cierta relación debido a la imagen que proyectaría en la mujer. Escogía
una
universidad, el tipo de trabajo que quería hacer, el tipo de fraternidad estudiantil a la que
quería
pertenecer, basándome siempre en el prestigio
Tomé dichas decisiones como reacción a la imagen, al pensar que no deseaba ser visto
como un
extraño, alguien contracultural, no deseaba dar una imagen de esta naturaleza. Por lo que
compartir
el baile con la más bella, o recibir los máximos honores en un grupo podía convertirse en
algo
obsesivo.
La sustitución de los sentimientos reales por un aceptable sí mismo ejecutor puede ser
particularmente doloroso para los Tres cuando se dan cuenta de que pueden establecer
compromisos honestos y a largo plazo con sus compañeros, utilizando los matices
apropiados y una imagen personal convincente, sin estar realmente conectados con las
emociones que ellos mismos describen. Si los tres despiertan a esta discrepancia entre
los sentimientos reales y el hecho de que han estado engañando a los demás,
proyectando una atractiva fachada, puede producirse una crisis personal. Un Tres puede
tener la sensación de ser un fraude, de ser alguien que ha colado una bola y nadie se ha
dado cuenta. El darse cuenta de que los sentimientos reales no siempre casan con los
papeles que valoran los demás puede verse acompañado de una rabia real. Los Tres se
sienten enfadados por el hecho de que los demás se dejen engañar con tanta facilidad por
una atractiva fachada y que no se les valore por lo que realmente son.
Si estas en una situación en la que te sientes incómodo, puedes mostrar tus emociones, pero
no las
expresas porque lo sientes, lo haces porque se supone debes sentirlas. Es como cuando
alguien
dice que se interesa por uno, y tu respondes a la reciproca, porque es lo que los amigos
suelen ser, y
porque es lo que toca, lo sientas o no. Puedes mostrar una imagen de persona emotiva,
cuando de
hecho tu mente puede estar a miles de kilómetros, haciendo otra cosa.

Podrías estar en el umbral de la muerte y dar la sensación de estar tranquilo. Si me


estuviera muriendo de hambre y me ofrecieras un plato de comida, no se si lo alcanzaría,
sobre todo si me estas mirando, porque existe la seguridad de que quedar mal a los ojos
de alguien que se respeta representa el rechazo inmediato.
Los Tres se identifican con las imágenes que proyectan: bellas imágenes de juventud,
inteligencia y productividad. El instante en que un Tres descubre que los extraños
pueden ver las diferencias entre lo que es realmente un Tres y el pseudoyo que el Tres
cree conseguirá su pequeña ración de amor, puede ser un descubrimiento sorprendente.
Partiendo de una infancia en la que solo los triunfadores eran bien considerados, los Tres
adultos viven con la obsesión de ir en cabeza, de ser el ganador que merece amor. Desde
el punto de vista de un observador externo, los Tres pueden ser vistos también como
personas presionadas y en conflicto, como si se hubieran vendido a sí mismos a cambio
de las ganancias personales.
La atención de los Ejecutores se centra en el estatus comparativo y en adquirir los
símbolos de estatus que representan la evidencia tangible del éxito. Son vanidosos con
respecto a sus logros y sus honores, así como por haber vencido a sus competidores.
Luchan por ocupar posiciones en las que tienen poder sobre las vidas de los demás. Son
narcisistas en el sentido de que están convencidos de su propia competencia y
superioridad y están autocentrados en los proyectos que tienen valor a sus ojos. Sin
embargo, su vanidad se basa en su capacidad de ejecución y remuneración, y no en un
engañoso sentido de valor natural innato. Los Tres trabajan por lo que quieren; su
poder radica en ser capaces de resistir más que la competencia y en acabar los proyectos.
A diferencia de los verdaderos narcisistas, los Tres son muy conscientes de que
el mundo no les debe nada y experimentan una gran ansiedad si no son capaces de
conseguir respeto y estatus. Viven con una sensación de confianza en sus capacidades
pero no con la creencia de que no tienen que ganarse la vida.
Se hace una inversión tal en el éxito que si se produce un fracaso objetivo, los Tres
disfrazan el fracaso como éxito parcial o echan la culpa a los demás. Existe una necesidad
de huir de proyectos inseguros o relaciones hondas y buscar con rapidez cosas mejores.
No habrá sensación de fracaso si otra oportunidad prometedora puede ser iniciada con
rapidez. Los Tres pueden cambiar los trabajos y sus identidades sin perder el paso, y
siempre que haya suficiente actividad y suficiente esperanza para un futuro mejor, los
sentimientos negativos pueden mantenerse a raya. Su gran adaptabilidad es a la vez una
bendición y una carga. La bendición estriba en que pueden adaptarse con rapidez y
eficacia cuando están presionados. La carga es que se reprimen los sentimientos reales en
beneficio del trabajo, y que como consecuencia de su capacidad de aprovechar las nuevas
oportunidades y convertirse en la imagen que exige el nuevo papel, son vistos como
personas que pueden cambiar de chaqueta según convenga a sus intereses
Engaño y Autoengaño
En la escena política podemos comprobar el poder de la imagen adecuada, por ejemplo
en el atractivo personal de Ronald Reagan y la comodidad que sentía la nación al sentirse
segura y gobernada por un hombre que emanaba cualidades de sinceridad y buenas
intenciones. Los ejecutores hábiles poseen la capacidad de asumir las características
propias de un papel y convertirse en la identidad que han elegido. En la película Pumping
Iron, Arnold Schwarzenegger, el tantas veces campeón del mundo de culturismo, y
posiblemente un Tres, describe sus ventajas en la competición como técnica de proyección
psíquica: proyecta la impresión de sí mismo como campeón imbatible al resto de
competidores antes de que posen juntos en escena.
Normalmente los Tres dicen ser conscientes de las posibilidades manipulativas de
proyectar deliberadamente una imagen que genere confianza. También suelen decir que
se identifican tanto con su papel que se engañan a sí mismos prestando una atención
selectiva a la hora de aguantar y descartar los comentarios negativos de los demás
considerándolos fruto de la envidia propia de los perdedores. Siempre que se satisfagan
las necesidades de la imagen, los Tres tendrán mucho entusiasmo por ganar.
Trataré de representar el modelo por el que esté interesado. Puede ser cualquiera asunto
desde la
política latinoamericana a un tema académico a algo relacionado con las bellas artes.
Intento
parecerme a las personas famosas que parecen tan sólidas. Gente con éxito que tiene la vida
material
solucionada. Dinero, posición y poder son muy atractivos. Es maravillosos irte acercando
hacia tu
imagen ideal y muy doloroso percibir su falsedad, el ver que has trabajado tanto para
conseguirlo,
pero que tal vez no obtengas ese trabajo ideal o descubras que no todo el mundo ama a los
triunfadores. Es semejante a un pastel que se derritiera por todo lo que tienes que hacer para
conseguirlo.
Despiertas al hecho de estar centrado en una imagen con la sensación de auto traicionarte.
Te
traicionas a ti mismo tratando de maniobrar para mantenerte en el grupo en que estés.
Existe un
gran dolor al darme cuenta del grado en que debo ajustarme para ser la mujer más perfecta
del
mundo, o ser alguien que dirige y a quien todos admiran. Actualmente me importa más
mantener la
amistad con un antiguo amante, y saber que me quieren como soy, que no intentar
conseguir algo a
partir de la imagen fantástica que creé cuando teníamos relaciones.
Relaciones íntimas
La división entre el sí mismo real y el ser ejecutor que se desarrolla en la infancia es
particularmente aparente en las relaciones íntimas.
Los sentimientos siempre me han parecido incompatibles con llevar acabo el trabajo. O eres
emotivo y no haces nada, o haces lo que hay que hacer. A causa de ello muchas personas
dicen que
les atropello, que lo único que me interesa es el rendimiento, más que sus sentimientos. En
cierto
modo, es verdad, puesto que les aplico la misma vara de medir que a mi mismo. Por
ejemplo, me ha
costado reconocer que otras Personas bajan cuando están presionadas, o que se desorientan
si sus
vidas privadas no funcionan.

Cuando intento examinar mis propios sentimientos, siento verdadera confusión. ¿Estoy
sintiendo
realmente? ¿Cómo puedo saber la diferencia entre mis sentimientos y los que mi imagen
cree que
deben sentirse? Cuando te has pasado la vida luchando con las expectativas de otros y de
repente te
golpea la propia experiencia, puede ser algo muy alarmante. Se presentan gustos y
aversiones
reales. Intentas utilizar un barómetro distinto para ver como se sienten las cosas en lugar de
considerar el aspecto que tienen. El centrarte en ti en lugar de en los demás te aterroriza,
puesto
que no sabes lo que descubrirás acerca de ti mismo, ni siquiera sabes si hay alguien.
Los Tres pueden proyectar la imagen de ser una pareja íntima, mientras que al mismo
tiempo son conscientes de interpretar un papel. Si se requiere sensibilidad, eso es lo que
se presenta, sin que se sienta necesariamente. Son vulnerables a "interpretar" relaciones
íntimas, a convertirse en lo que suponen es una pareja potente, o "juegan" a la pareja
perfecta. Cuando se presentan las emociones reales, existe una sensación de
inexperiencia: "Solo tengo una o dos emociones claras ¿Dónde está el resto?" O surge
una sensación de parálisis: "Si dejo que se presenten los sentimientos me veré desbordado
y paralizado." Las preguntas más frecuentes del tipo adicto al trabajo que se abre por
primera vez a los sentimientos son: "¿Tengo el correcto?" y "¿Me quedaré atrapado en mis
emociones y seré incapaz de ser productivo?"
La ira es el sentimiento más difícil de manejar. Desaparecí a lo largo de varios meses y
luego
comprendí que era a causa de estar profundamente enfadado y necesitaba todo este tiempo
para
controlar mi ira. Se trata de la emoción que hunde la imagen y hace que todos huyan de ti, y
es
más fácil cambiar de trabajo, cambiar de imagen y crearse un mundo nuevo que te proteja
de la
posibilidad de volver a pasar por ello que afrontarla.
A esta altura de mi desarrollo personal, aprecio a aquellas personas que me hacen sentir
realmente. Cuando miro atrás veo muchas situaciones que hubiera resuelto de otro modo si
hubiera
afrontado los sentimientos en su momento. Me da la sensación de que no puedo sentir lo
que siento
en el momento, de que necesito tiempo y espacio para saberlo. Pero si tengo mucho espacio
se que
tengo tiempo de desarrollar un guión que incluso a mí me parece auténtico. La estrategia
más
segura parece ser darme cuenta de lo que siento y estar de acuerdo en discutirlo en un
futuro
cercano.
En el lado superior de la relación, los Tres brindan un gran apoyo a los fines y aspiraciones
de los miembros de la familia. Trabajan mucho con el fin de sostener a la
familia y celebran mucho el triunfo de aquellos con los que se sienten identificados. Son
muy hábiles para hacer salir a alguien de un encierro o de emociones negativas y
llevarlo a actividades constructivas. Si se identifican con la vida familiar, gastaran tiempo
y energía en estar con la familia. Si se identifican con la idea de intimidad, trabajaran con
ahínco para logar ser un compañero íntimo. Sin embargo si se identifican con el trabajo,
no tendrán mucho tiempo ni para la familia ni para el amor.
En el aspecto inferior, pueden pasar con facilidad de los sentimientos a los proyectos,
que los Tres toman con el espíritu de trabajar por la familia, pero que los demás pueden
traducir como anhelo de éxito personal.
Están muy preocupados por la presencia física y por los cumplidos externos de la
pareja, lo que puede sustituir la profundidad de los sentimientos.

Me siento, a primera vista, de fábula, soy una pareja magnífica, nos admiramos
mutuamente. Estoy a mis anchas cuando ocupo la escena. A medida que progresa la
relación, quiero ponerme a trabajar, y mi pareja se siente abandonada. El regresar tarde a
casa por estar trabajando mucho para conseguir dinero para nosotros se ha convertido en
un gran problema, y cuando llegó a casa la encuentro muy dolida.
Cuando me abruman los sentimientos actúo de una forma que saca de quicio a mi
pareja. Cuando las emociones llegan a su punto álgido, me repliego en el trabajo o vuelvo
mentalmente a rehacer un proyecto mientras discutimos. O sencillamente me parece que
ha llegado el momento de irse. Cuando digo: "vete", lo digo en serio, no me gusta que me
presionen. Necesito tiempo para amortiguar en privado cualquier opinión negativa o
sensación de fracaso, y cuando sepa que lo superaré, y sea capaz de mirarme al espejo,
entonces regresaré.
Un Ejemplo de Relación de Pareja:
el Tres y el Cinco, el Ejecutor y el Observador
Tanto el Tres como el Cinco tienen problemas con la intimidad emocional: para el
Tres, consiste en ser apreciado por sí mismo más que por los logros; en el caso de los
Cinco, la intimidad produce el miedo de mostrarse y sufrir humillaciones. De entrada,
existirá una tolerancia limitada al contacto emocional. El Tres se protege de la intimidad
haciendo muchas cosas, y el Cinco huyendo. La escena habitual sitúa a los Tres como
perseguidores y a los Cinco como perseguidos. Los Tres hacen que las cosas sucedan, y
los Cinco no se resisten.
Un Ejecutor se inclinará por la intimidad cuando las necesidades de la imagen se
satisfacen y escapará cuando la autoestima sea baja. Un Observador se inclinará hacia la
intimidad en pequeñas ráfagas, bajo la garantía de no verse involucrado. Ambos tienen una
reacción tardía a los encuentros emocionales repentinos y necesita apartarse para
examinar las cosas. Ambos deben ser sensibles a los momentos en que el otro es
accesible. Los Tres necesitan respetar la privacidad y no tratar de asumir el mando de
modo imperativo. Los Cinco deben desarrollar la tolerancia al contacto espontáneo sin
necesidad de escapar.
Un Tres observa las cosas que debe hacer por conseguir que la relación funcione, y al
hacerlo, no encontrará oposición alguna de parte del Cinco. Debido a que no hay que
luchar por el control, el Tres a veces se siente atraído por llevar una vida intensa y
empieza a emprender proyectos. Si desarrollan una rutina casera, el Tres y el Cinco a
menudo estarán de acuerdo en mantener vidas separadas en otros aspectos. El
Observador establece compartimientos: mantiene amigos y actividades separados los unos
de los otros, la intimidad la guarda en una caja y se retira de inmediato. Si la situación
doméstica se vuelve tensa, el Cinco puede manifestar su retiro mediante largos periodos de
encierro y poca comunicación. Si el Tres está lo suficientemente ocupado, tal vez no se de
cuenta. Si los proyectos del Tres interfieren con las rutinas domésticas y las comidas, los
Cinco responderán enfadándose, y si se sienten lo suficientemente seguros de un modo
violento (punto de seguridad). La ira de una persona querida es mortal para un Tres y le
producirá una rápida retirada.
En términos de vida social, los Tres desean proyectar una imagen atractiva, visitan

lugares, y se sienten seguros y queridos a la hora de actuar. El Cinco es más retraído, le


gusta estar solo, y no acompañará al Tres a situaciones públicas imprevisible. Los Cinco
quieren conocer el programa de conciertos y quién dirá qué a quién. El Tres estará a
cargo de la vida social y a veces cubrirá al Cinco en situaciones públicas. Una relación de
pareja, relacionada con proyectos, colocará al Cinco en la posición de pensador invisible
que manipula al Tres por control remoto. El Ejecutor se encargará del contacto público,
negociará las decisiones, y mantendrá al día al Observador, que no saldrá de casa.
Relaciones de Autoridad
Los Tres quieren ser la autoridad. Saben establecer prioridades, compiten bien y
disfrutan del reconocimiento del éxito. Por regla general competirán por ganancias
personales, por ejemplo, pueden establecer estrategias para hacerse cargo del liderazgo
de un grupo. Sin embargo si se identifican con un trabajo en equipo, los Tres animarán al
grupo con energía y asumirán un papel de liderazgo tácito. Un Tres en el equipo garantiza
el tirar adelante.
En el aspecto superior, constituyen un ejemplo de autoridad personalmente comprometida
y son un punto de referencia para los demás. Pueden comprometerse
valientemente y proporcionar optimismo acerca de futuros éxitos. Van directos de la idea
al acto y están dispuestos a enfrentarse a otras figuras de autoridad que mantengan
opiniones contrarias.
Los Tres son capaces de sobrevivir a situaciones complicadas, con la actitud de
"mañana lo arreglo", y de alentar a los demás a expresarse y a arriesgarse sin dejarse
llevar por el temor y la cautela.
En el aspecto inferior de las relaciones de autoridad, los Tres tomaran el control con
toda probabilidad trabajando junto a las autoridades de su ámbito. Llevan a cabo el
trabajo economizando, lo que repercute en la calidad de la tarea. Existe la posibilidad de
un autobombo exagerado o un hábito de relacionarse con los demás a través de la
posición en el trabajo, más que mediante los sentimientos. "Mi imagen le habla a tus
credenciales."
Ejemplo de una Relación de Autoridad:
el Tres y el Seis, el Ejecutor y el Abogado del Diablo
En una relación que va bien el Seis será la persona de ideas y quien resuelva los
problemas, y el Tres será quien promocione el proyecto y controle el seguimiento. Si el
Seis puede establecer la idea y matizar el plan, aplicando al máximo su hábito de
preguntar y ver los matices, propio del abogado del diablo, entonces el Tres estará en una
posición idónea para promover un producto ético y sólidamente fundado. Si el Seis
siente que sus ideas son respetadas, entonces podrá asumir toda la atención y presencia
pública.

Sin embargo si el Seis se siente desatendido, sospechará que el Tres desea usurpar el
poder. El Seis asume que el Tres es consciente cuando la imagen es falsa o exagerada y
sospechará que los planes del Tres pretenden conseguir ventajas para él y no para el
bien común. Lo que sitúa al Seis en una situación de desventaja, en este caso los Seis
buscarán aliados a espaldas del Tres. Los Tres se concentrarán en conseguir sus metas
por los medios que sean y no se fijarán en las preocupaciones del Seis. Una vez
concentrado en una meta, el Tres reprimirá las emociones y por lo tanto se volverá
insensible a lo que sientan sus colegas. El Tres se identifica tanto con una imagen
compuesta de los mejores rasgos de una autoridad triunfadora que se torna inconsciente
al hecho de que los demás se están cansado. El tres hace oídos sordos a los comentarios
negativos, interpreta las preguntas del Seis como interferencias, e intenta asumir el
control: “Vigila donde pisas.”
Si un proyecto está en peligro, el Tres se esforzará y el Seis querrá hablar. Si el
proyecto sigue teniendo mala pinta, el Tres abandonará en busca de un trabajo mejor. Los
Seis lo considerarán una traición y lucharán para darle la vuelta al asunto. Si un proyecto
tiene éxito, el Tres querrá expandirse y crear sucursales, mientras que el Seis tenderá a
ser cauto y se dormirá en los laureles. Al Seis le preocuparán los posibles peligros fruto
de la envidia de los demás y soslayará las amenazas concentrándose en los valores y la
ética del éxito.
Si el Tres es capaz de compartir la toma de decisiones, así como de informar a
fondo a los demás antes de emprender una acción, los niveles de paranoia del Seis
disminuirán
considerablemente. Es también muy útil que el Tres proporcione una visión a
largo plazo en las ocasiones en que el Seis se detenga y dude. Las relaciones de autoridad
mejoraran mucho si el Seis aprende a preguntar abiertamente, en lugar de dejar que se
acumulen las sospechas que pueden basarse en una información equivocada.
Valores
El Punto Tres manifiesta un entusiasmo contagioso por proyectos y metas futuras. Si a
ello le añadimos su inmensa capacidad de trabajo, las personas pertenecientes a este tipo
pueden inspirar a los demás para que alcancen altos niveles de excelencia personal.
Poseen un deseo de aprendizaje continuo y una capacidad prácticamente antidepresiva
para descubrir actividades interesantes. Los Tres poseen una habilidad natural para
presentarse a sí mismos y a sus proyectos de un modo muy eficaz. Tienen mucho interés
por apoyar los programas sociales que ayudan a las personas a mejorar su bienestar
mediante el propio esfuerzo y están enfocados a conseguir un futuro liderazgo.
Ambientes Agradables
Los ambientes agradables incluyen pequeños negocios creados con largas horas de
esfuerzo. Gerentes. Vendedores. Gente de los medios de comunicación.
Publicistas y creadores de imagen. Trabajos que requieren la consolidación de ideas
conocidas en sistemas que funcionan. Envases, promociones, marketing y ventas.
Los Tres se convierten en el modelo de su habitat: el prototipo de radical de la
izquierda, el prototipo de conservador de la derecha. Gravitan en entornos en los que
pueden triunfar y eluden aquellos en los que no pueden lograr resultados. Empleos
destacados en los que se puede progresar. Dirección empresarial, cabezas visibles de la
organización. Políticos muy votados por la imagen y estilo personal que tienen en los
medios de comunicación.
Ambientes Desagradables
Los ambientes desagradables incluyen trabajos con un futuro limitado. Trabajos de
poco prestigio. Cualquier cosa que signifique una imagen pública que esté en contradicción
con la esfera social del Tres. Proyectos creativos que exijan introspección o
perdidos de ensayo y error antes de obtener un producto. Los Tres son periodistas más
que novelistas, directores de arte de revistas más que pintores que necesitan meses
para crear una obra.
Tres Famosos
Los Tres famosos incluyen a Werner Erhard, el supervendedor de la consciencia, que
adornó el movimiento de crecimiento personal bajo el lema "el est funciona".
Ronald Reagan «Walt Disney •Farrah Fawcett John
F. Kennedy
Cómo Prestan Atención los Tres
Para un observador, un Tres tiene la apariencia de un triunfador con una dirección muy
clara; los Tres suelen decir, sin embargo, que solo intentan mantenerse. Si alguien lo
hace bien, el Tres debe superarlo, puesto que la autoestima del Tres depende del triunfo.
La actividad se convierte en una forma de control, y el valor personal y la seguridad
dependen de lo mucho que se logre. Un Tres por regla general hace varias cosas a la
vez, un modo de prestar atención que se conoce como pensamiento polifásico.
Voy en el coche y hago un poco tarde. Mientras conduzco, converso con la persona que
ocupa el
asiento trasero, vigilo por el retrovisor por si veo policía, rozo el exceso de velocidad, me
como un
bocadillo y busco emisoras en la radio. Experimento una sensación de bienestar haciéndolo
todo a la
vez; como si estuviera en la cresta de la ola de todas las cosas.

La actividad polifásica tiene su contrapartida en un hábito interno de atención muy


centralizado en las tareas. Pocas veces la atención está puesta en lo que se está haciendo,
más bien se desplaza velozmente a lo próximo que hay que hacer después. Prácticamente
no hay espacio para la reflexión, para reconsiderar las prioridades o para prestar atención
a los sentimientos personales relacionados con el trabajo.
Has de ser el mejor, porque sino no existes. La sensación es la de ser siempre un
segundón que intenta ser el primero. Siempre tienes tres o cuatro proyectos en marcha,
aunque físicamente aparentes estar en uno de ellos, tu mente está puesta en la mecánica del
siguiente. Cuando estás a punto de acabar el primer proyecto, estás tan envuelto en el
siguiente que casi no te das cuenta de que el primero ya está listo. Es como si el presente
no existiera, porque siempre estás por delante metido en lo siguiente.
Para comprender este tipo de atención, has de imaginarte como a cámara rápida,
inclinándote hacia la tensión y la competencia como modo de vida favorito. Eres sensible a
todo aquello del entorno que contribuya a tu meta actual, y ves a la gente en términos de
lo que poseen o de lo que pueden hacer para conseguir que se materialice el proyecto.
A medida que la meta se clarifica, aumenta tu interés y también lo hace la velocidad a la
que quieres trabajar. La atención se concentra en aquellos signos del entorno que apoyen
un posterior movimiento hacia la meta, y la gente empieza a parecerse a autómatas que o
bien cierran el paso al avance o bien poseen algo que favorece al trabajo. Si son autómatas
que se interponen en el camino, o los ignoras o los sorteas. Si se trata de autómatas que
pueden ser útiles para el trabajo, les sacas lo que te interesa.
Los obstáculos únicamente sirven para centrar la atención. La atención crece cuando está
bajo presión puesto que si no consigues la meta, o alguien llega antes, te sentirás ansioso
por la posibilidad de un fracaso. Los segundones son un fracaso. O eres el primero o más
vale que lo dejes.
Si sigue habiendo obstáculos, vas dentro de ti y repasas todas las situaciones que
puedas recordar, aprovechando todo lo que te parece pertinente de antiguas soluciones
que pueden tener algo que ver con el asunto que ahora llevas entre manos. Está
concentración de la atención dirigida a todos los datos y pistas que proporciona el
ambiente, antiguos recuerdos y soluciones pasadas que tienen relación con los fines
actuales, se denomina pensamiento convergente. Se trata de un estado normal muy
adecuado para los Tres que les ayuda a encontrar soluciones creativas cuando fracasan las
soluciones clásicas.
He logrado sacar adelante varios negocios hasta el extremo de que se han vuelto muy
rentables. Alguna de mis mejores operaciones se ha producido al ponerme en marcha para
cumplir un plazo y he sopesado todas las ideas que me han sido útiles en otro tipo de
proyectos en los que he estado metido. Mis éxitos han sido una curiosa mezcla de ideas que
han funcionado bien en otros contextos.

Identificación
Cuando un proyecto tiene el éxito suficiente para mantener la atención del Tres, todo
su esfuerzo mental converge en la meta, y empieza a adaptar los rasgos que son propios
del trabajo. Este encuentro entre la imagen y la atención se denomina identificación; se
trata de un mecanismo de defensa por el cual nos convertimos en el prototipo o la persona
a la que nos veíamos expuestos en la infancia. Para la mayoría de nosotros, la
identificación psicológica significa algo como: "soy como mi madre." o "soy americano."
Para un Tres la identificación puede significar: "me he convertido en el prototipo de lo que
hago." Cuando se produce la identificación, a un Tres le cuesta separa el valor personal
del valor del producto, y si el producto se pone en cuestión, entonces el Tres se siente
atacado personalmente.
Los Tres tienen un hábito prácticamente innato de desviar la atención de los sentimientos
reales en interés de la eficacia y con el fin de "hacer" el papel que el trabajo
requiere. Son especialmente susceptibles a la identificación, puesto que examinan a los
demás en busca de aprobación y por lo tanto pueden movilizar mucha energía para
convertirse en lo que desean los demás. A veces no son conscientes del hecho de que no
paran de trabajar lo suficiente para preguntarse a sí mismos como se sienten con
respecto a lo que están haciendo, o si preferirían hacer otra cosa.
Una vez se produce la identificación, un Tres puede convencerse de que siempre ha
sido un ejecutor ideal. Si el Tres se siente como un fraude, el autoengaño es solo parcial;
como una persona que se oculta tras una mascara, haciendo un papel con el fin de causar
buena impresión. La identificación puede ser sin embargo lo suficientemente
convincente como para hacer que un Tres adopte un papel y lo viva durante muchos
años; tal vez hasta que una enfermedad o una crisis de la edad adulta obligue a parar de
trabajar y ello deje tiempo para que los sentimientos salgan a la superficie. Si hay en
juego un título, una imagen impresionante o mucho dinero, los Tres pueden trabajar hasta
agotarse "por la empresa" o por cualquier papel con el que se hayan identificado, sin
detenerse nunca para preguntarse si están llevando una vida plena.
Ejercicio de Identificación
Existe un ejercicio que puede ser útil para comprender el acto de desviar la atención
que sufre el Tres cuando su atención se une con una imagen.
Siéntate frente a un compañero. Designa como observador a uno de los dos y al otro
como el Tres. Si eres el Tres, eres el compañero activo del ejercicio, así que cierra tus
ojos para que no te distraigan las reacciones del observador. Manteniendo los ojos
cerrados, elige una cualidad con la que identificarte. Escoge una cualidad que no creas
estar encarnando realmente. Por ejemplo, puedes elegir identificarte con la cualidad de la
belleza, la inteligencia o la compasión; pero intenta escoger una cualidad que te parezca
ser algo ajeno a ti.
Imagínate que sientes dicha cualidad. Te ayudará a reconocer el sentimiento de la
cualidad el recordar alguna vez que te sentías de este modo. Observa los cambios de

atención que se producen mientras "pones en juego la cualidad". Observa el hecho de que la
cualidad va y viene. Cuando la cualidad está presente, te sientes como un Tres que se
identifica con dicha cualidad, y cuando debas hacer un esfuerzo para mantener presente la
cualidad, te estás sintiendo como un Tres que está manteniendo una imagen.
Con los ojos todavía cerrados, concentrate totalmente en la cualidad imaginada y deja
que invada tu cuerpo. Cuando puedas estabilizar la atención en las sensaciones o los
sentimientos que la cualidad estimula en tu cuerpo, amplia tu atención para incluir al
compañero observador, y hazte la idea de que es una persona importante en tu vida, alguien
como el jefe o tu esposa, que tiene el poder de afectarte y sea susceptible a la cualidad que
tú estás personificando.
Ahora abre los ojos, y mientras mantienes tu atención centrada interiormente en la
presencia de la cualidad, simultáneamente inicia una conversación sencilla con el
observador. Observa los cambios de atención que se producen cuando intentas identificarte
internamente con la cualidad a la que tu pareja es susceptible. Los Tres reconocerán
estas fluctuaciones internas de atención como la diferencia entre las veces en que
mienten una imagen impresionante y las veces en que están tan inmersos en una imagen
que se convierte en la cualidad que la pareja valora. Los Tres por regla general varían su
atención para identificarse con imágenes culturalmente valoradas y empiezan a proyectar
dichas imágenes como sí mismo sin acordarse de plantearse las diferencias entre una
imagen adoptada y sus propios sentimientos internos.
Cuando un Tres puede personificar con éxito una imagen, se volverá agudamente
consciente de la reacción de los demás. Si la imagen es eficaz, el Tres seguirá identificado
con ella. Si públicamente no se ve respaldada, la autorepresentación tenderá a ser
modificada inconscientemente.
Estilo Intuitivo
En la infancia, la seguridad del Tres dependía de ser el mejor en las actividades que
eran valoradas por los demás. Un niño cuyo bienestar está vinculado con la imagen y el
rendimiento es probable que desarrolle una sensibilidad a la información que apoya dichas
necesidades emocionales.
Cuando me encuentro en una nueva situación, enseguida soy consciente de como me ven
los
demás. Puedo darme cuenta de como "doy en el clavo" en relación a lo que el grupo piensa
de mi. Lo
que siento no es tanto una emoción, sino que me doy cuenta de lo que aceptará el grupo, y
empiezo
a comportarme de ese modo.
Dependo mucho de este trabajo promocional. Iba de grupo a grupo presentando la misma
línea de
producto, y cada vez la historia era ligeramente distinta. Me levantaba para hablar, y a
veces me
daba cuenta cuando cambiaba de rumbo en medio de una sentencia, sin saber exactamente
como
lo hacía. O sentía como mi cuerpo actuaba de un modo distinto al que había planeado.

Si este representante comercial no sabe que su posición real ha sido remplazada


cuando ha dado un giro para interpretar un papel, experimentará una gran confusión
entre ambas cosas. Existen varios resultados interesantes que puede desarrollar a partir de
aprender a distinguir la diferencia entre los propios sentimientos y los ajustes que lleva
a cabo cuando intenta hacer una venta. El primero de ellos será probablemente
emocional. Puede mostrarse ansioso por mentir a su audiencia, o puede tener el deseo
de engañarlos de un modo más eficaz desarrollando su habilidad intuitiva para hacer
que la gente desee los productos que tiene que vender.
Otro resultado puede ser un paso hacia distinguir la diferencia entre lo que realmente
quiere y la actividad impulsiva que no satisface sus necesidades personales. Pero otro
resultado puede ser que se entrene para recuperar voluntariamente el estado mental en el
que intuitivamente puede ajustar su imagen con el fin de satisfacer los deseos de un grupo
y descubrir que otra información tiene a su disposición en dicho estado mental.
La Esperanza como Cualidad de la Mente Elevada
Los Ejecutores miden su valor en términos de lo que impresiona a los demás. Se
envanecen de sus éxitos, pero creen que tienen poco valor aparte de lo que hacen.
Cuando los Tres empiezan a trabajar obsesivamente, cuando se abren paso a empujones
para que un proyecto se lleve a cabo, se olvidan a si mismos sumergiendo su atención en
el hábito neurótico de encontrar la identidad a través de una tarea.
El aspecto positivo del trabajo obsesivo es que los Tres se sienten vivos inmersos en
la actividad y se vuelven expertos en ser sensibles a las exigencias de energía de
distintos trabajos. Las personas que citamos se acuerdan evidentemente de las veces en
que estaban totalmente agotados por las prisas; pero también describen ocasiones en que
trabajaban y estaban en sintonía con el ritmo y fluir natural de una tarea concreta.
Los Tres dicen que es como estar suspendidos en medio de una energía inagotable;
son conscientes de que el trabajo avanza solo, sin tener que dirigirlo. El tiempo parece
pasar a cámara lenta, aunque trabajen a gran velocidad; las preocupaciones quedan a un
lado y entran en un estado mental en que lo que debe hacerse se presenta solo sin tener
que plantearse nada. En este estado mental, los resultados positivos de un proyecto
parecen estar asegurados. Desaparece la ansiedad relacionada con éstos al ser
consciente del hecho de que cada fase del trabajo lleva inevitablemente a un resultado
correcto.
El siguiente relato del dueño de un restaurante de San Francisco, que se reconoce a si
mismo como adicto al trabajo, describe una experiencia de confianza:
A menudo trabajo con gente a la que doblo la edad, y para mi sigue siendo una fuente de
placer
hacer las cosas y hacerlas bien. Hay momentos en que en la cocina hay tal agitación que se
crea una
especie de ritual hombro con hombro en un espacio reducido donde puedes llegar a hacerte
daño o
cargarte un menú. En esos momentos lo único que se me ocurre es: "¡Dios mío, espero que
todo
salga bien!"
Hay momentos en que el trabajo se convierte en una lucha, y a veces va todo tan sobre
ruedas que
mi

mente se serena rápidamente. Entonces puedo pasarme horas con las manos en la masa y
sentirme de maravilla, puesto que se que todo funcionará de primera.
La Virtud de la Honestidad
En la cultura americana los Tres se valoran mucho. De hecho se valoran tanto que se
puede llegar a confundir un estilo neurótico de ser con la salud auténtica. ¿Por qué
trazarse metas personales cuando puedes engañarte a ti mismo diciéndote que las metas
de la sociedad son las tuyas? ¿Por qué correr el riesgo de verse rechazado cuando
puedes ser aceptado proyectando una imagen que te proporciona respeto? ¿Por qué
tener un sí mismo si con ello vas a sufrir? El enfoque más sano sería identificarse con los
estandards culturales, reprimir las emociones, y abandonar tu sí mismo.
Los Tres a menudo se convencen de su perspicacia psicológica. Las tensiones
emocionales son propias de los perdedores, de los que tienen tiempo o de los que no
pueden mantener el ritmo. Los Tres neuróticos pueden haber perdido la consciencia del
hecho de que existe una diferencia entre el seudoyo triunfador y sus propios deseos
emocionales. Suelen ser conscientes del hecho de que no les gustan las emociones
difíciles o de que no les gusta reconocer que tienen necesidades emocionales; pero
posiblemente ignoren el hecho de que su gama emocional es muy reducida, porque los
Tres son enérgicos y necesitan proyectar una imagen de triunfo y optimismo.
Los ejecutores por regla general afrontan sus sentimientos reales durante periodos de
poca actividad forzosa. Normalmente les detiene el paro, una enfermedad, o la
intervención de una esposa, más que una decisión de cortar conscientemente. Esta
inactividad forzada puede ser terrible para una persona cuya cosmovisión depende de
ganar méritos mediante el trabajo, y normalmente produce temores acerca del valor de
uno y la consciencia de que las emociones se hacen inevitablemente presentes cuando
la atención se desvía de la actividad.
A menos que estés activo, existe una sensación real de que no existes. A menos que sepa lo
que
voy a hacer, empiezo a ponerme nervioso pensando en que tal vez esté interiormente vacío.
El año
pasado me puse gravemente enfermo a causa del agotamiento. Contaba solo con cuarenta
años y tuve
problemas coronarios y me encontré echado en la cama de un hospital contemplando el
techo,
contando los días que me faltaban para salir.
Esta tranquilidad forzosa fue peor que el infarto. Pensé que me iba a volver loco, por el
miedo que
tenía a no recuperarme físicamente. Apenas podía comprender lo que me estaba sucediendo
cuando
afloraron los sentimientos. A veces, no sentía nada y luego me veía acosado por un exceso
de éstos, y
luego volvía a quedarme insensible.
Los ejecutores están acostumbrados a la actividad, no a sentir, y normalmente
suprimen las emociones mientras haya actividad. Los sentimientos deben llevarse
lentamente
a la consciencia, puesto que su presencia se experimenta como una amenaza a
una forma de vida que se basa en producir como una máquina.

Aquellos Tres que se comprometen a mostrar honestamente sus sentimientos han de


aprender a reconocer la discrepancia entre lo que siente realmente su cuerpo y el
hábito de desviar la imagen con el fin de triunfar. El problema existencial se convierte
para ellos en :¿Sigo adelante con lo que siento, o prosigo con mi hábito de saber lo que
hacer? El seguir los sentimientos tiene para los Tres el riesgo de perder inevitablemente
el reconocimiento que garantiza el logro; y el riesgo de hacer oídos sordos a
los sentimientos es vivir la vida de forma fraudulenta.
Para los Tres, el desviar la consciencia desde el engaño a la honestidad (veracidad) puede
describirse como la emergencia de un paulatino efecto secundario que surge de
aprender a distinguir entre los sentimientos genuinos y la necesidad de quedar bien ante
los demás.
En este proceso de cambio de atención, los Tres suelen experimentar un periodo de
sufrimiento voluntario, en el que un hábito protector desarrollado en la infancia es
abandonado con el fin de liberarse psicológicamente. El siguiente relato ha sido recogido
de una mujer con gran éxito profesional.
Cuando inicié la terapia, pensé que estaba bien. El que tenía problemas era mi marido
puesto
que no tenía tanto interés como yo en seguir adelante. El primer impulso fue el de huir, para
no
sentir nada, puesto que tan pronto tenía mucho tiempo libre, lo único que sentía es que
estaba
asustada. Lo peor eran los Domingos. Un día completo sin nada que hacer. Significaba
plancha, llamadas telefónicas y ponerme a punto para la semana, pero entre cada una de la
tareas tenía miedo.
Tuve que poner mis "lecciones emocionales" en la agenda. Debía acordarme de parar en
medio
de una tarea y preguntarme que me gustaba y que me disgustaba; así como descubrir que
estaba sintiendo. Lo peor del ejercicio era permanecer con un sentimiento cuando volvía a
la
tarea, puesto que tan pronto me ponía en marcha, mis sentimientos desaparecían.
Con el tiempo confeccioné un repertorio de emociones auténticas del que estoy muy
orgullosa.
Logré sentir algo por los demás, y mis propias reacciones cobraron importancia. Se si soy
feliz
y si me gusta lo que hago, y estoy viviendo en una dimensión que antes desconocía.
Subtipos
Los subtipos son las preocupaciones desarrolladas a lo largo de la infancia con el
fin de reducir la ansiedad. Para los jóvenes Tres, cualquier situación que pueda
proporcionar dinero, posesiones (seguridad), prestigio o una imagen femenina o
masculina mejorada ayuda a que el miedo de perder valor a los ojos de los demás
disminuya. Mediante la autoobservación y la experiencia, estas mismas
preocupaciones son contempladas, más que como una forma de ser honrado con
los sentimientos del ser real, como herramientas para crear una imagen.
El hecho de que los Tres se vuelvan conscientes de que el sentir honestamente sus
sentimientos puede ser distinto a las normas que se valoran socialmente, puede
producir una crisis a la hora de tomar una decisión. ¿Hacia dónde tiro? ¿Hacia el
éxito o hacia el si mismo? Los Tres en ocasiones reconocen este dilema al
enfrentarse a la jubilación, cuando están inmovilizados por una enfermedad, o
cuando se enfrentan a

lo que parece mucho tiempo libre. Una decisión consciente de abandonar la imagen o
el prestigio social, o una base financiera segura, puede constituir una amenaza, puesto
que el si mismo no parece ser independiente de dichos apoyos.
Imagen Masculina o Femenina en las Relaciones de Uno a Uno
Los Tres tienden a adoptar una imagen sexual atractiva y a veces son consciente de
que están interpretando un papel. El ser reconocido como físicamente atractivo o
sexualmente potente se considera un signo de valor personal, y los Tres pueden
competir tratando de ser atractivos para los demás. Algunos Tres dicen que la
necesidad de proyectar una imagen sexual ganadora disfraza una gran confusión entre sus
aspectos masculinos y femeninos. Esta confusión por regla general adopta la forma de
un sentimiento dividido entre "un sí mismo conductor masculino, y "otro" sí mismo más
femenino. Una imagen femenina exagerada puede actuar por lo tanto como disfraz de la
confusión acerca de "actuar tan competitivamente como un hombre." Ninguno de los
Tres que hablan de confusión de género son homosexuales, ni piensan que su pre
ocupación de ser considerados atractivos sea un disfraz para la ambivalencia sexual.
Mis mayores autoengaños se han producido en las relaciones íntimas. Al dar por
terminado un matrimonio de diez años, me di cuenta de que estaba sintiendo las cualidades
que creía debía encarnar una mujer perfecta, sin ser capaz de distinguir si me pertenecían
realmente. Si mi marido se hubiera enamorado de una modelo, habría adoptado el
aspecto y los trajes que ella portara.
Prestigio en los Grupos Sociales
A los Tres les preocupa presentar una buena imagen social. Su imagen personal
puede verse modificada para sumir las características que valora el grupo. Los Tres
quieren guiar al rebaño.
Al principio lo importante era que aparecieran el máximo de menciones bajo la
fotografía del anuario de la escuela secundaria. Luego me convertí en psicólogo clínico y
siempre estoy pendiente de quien dirige talleres en la parte del país en que vivo, y el
respeto que logran, aunque no tenga ni idea de que van sus talleres.
También me he dado cuenta de que la razón por la que me esfuerzo en ser muy
conocido surge de la sensación de que me siento aniquilado como persona si alguien a
quien yo considero influyente y valioso difiere de mi modo de enfocar el trabajo.
La Seguridad en el Área del Instinto de Conservación
Los Tres están atrapados por el dinero y las propiedades materiales como medio de
reducir la ansiedad con respecto a la supervivencia personal. Los Tres trabajan mucho
para conseguir el dinero y el estatus que proporciona seguridad.

Se trata de la clase de terror que no se va incluso si trabajas por conseguir lo máximo.


Puedes
tener $ 50.000$ en el banco y seguir preocupado creyendo que no es suficiente, o que tienes
que buscarte un empleo mejor pagado o debes tener un par de avales de respaldo por si
acaso.
Existe la sensación de si alguien critica tu rendimiento en el trabajo, tu vida se verá
amenazada.
Qué Ayuda a Evolucionar a los Tres
Un Tres a veces inicia la terapia o empieza a practicar meditación tras sufrir una
crisis física o una pérdida personal que le hace imposible mantener el ritmo que mantiene
los sentimientos a distancia. Las emociones que surgen por el hecho de disminuir el
ritmo pueden, de entrada, ser experimentadas como una amenaza. A veces los
sentimientos reales interfieren con la capacidad de actuación y pueden resultar confusos
para una persona que nunca ha sido consciente de tener una amplia gama de señales
internas.
El contacto con las reacciones físicas y emocionales debe ser alentada, en particular la
de aquellas que el Tres suele negar, como la fatiga, el miedo y la confusión sobre lo que
hacer después. Los ejecutores han de reconocer los momentos en que los compromisos y
las tareas empiezan a controlar a los sentimientos y a aprender a esperar hasta que
salgan a la superficie las respuestas reales.

A los Tres les puede ayudar:


• Aprender a parar. Dejar espacio a las emociones y opiniones reales. Comunicarse
con el temor a sentir que crea un constante anhelo de actividad.
• Darse cuenta de cuando las acciones se vuelven mecánicas. De cuando actúan
como autómatas.
• De cuando producen como un robot mientras reprimen los sentimientos.
• El darse cuenta de cuando sus capacidades se ven sustituidas por fantasías de
éxito personal.
• El dejarse de involucrar en nuevos proyectos para eludir los problemas, disfrazar
el fracaso como éxito, o desacreditar las fuentes de crítica.
• El reconocer que posponen la felicidad emocional. "Seré feliz tras el próximo
ascenso."
• El reconocer una profunda diferencia entre un emergente sí mismo privado y el sí
mismo de la imagen pública. El darse cuenta de verse separado de la imagen.
• Ser conscientes de sentimientos que nos indican que somos un fraude. De cuando
iniciamos un nuevo espectáculo. "Nadie mira detrás de la mascara. No me ven;
solo se ve lo que hago."
• Ver la propia culpa en el hecho de hacer tanto; en sentirse rodeado de incompetentes
y vagos.
• Darse cuenta del deseo de ser el cliente de terapia perfecto. Produciendo sueños
freudianos para el analista, golpeando el cojín para el terapeuta gestáltico.
Relatando a tu gurú experiencias con la energía. La terapia pasa a ser otro trabajo.
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• La meditación se convierte en otra tarea: "¿Cuántos minutos estoy quieto sentado?
¿Cuántos mantras he recitado?"
• Reconocer la existencia de los sentimientos, primero descubriéndolos y posteriormente
dando nombre a las sensaciones que subyacen a dichos sentimientos.
Por ejemplo, si te cuesta identificar una emoción, empezar por nombrar cualquier
sensación física que se sienta en el cuerpo. "Se me calienta la cara" o "se me contrae
el vientre". El dar nombre a las sensaciones físicas ayuda a que nos demos
cuenta de lo que sentimos.
• Aprender a distinguir entre hacer y sentir. Acordarse de desviar la atención de la
tarea al sentimiento por la tarea.
• Iniciarse en la práctica de la meditación y de la atención estableciendo un calendario,
con un tiempo prefijado. Sentarse a lo largo de cuarenta y cinco minutos y
después regresar a la tarea. El "no-hacer" de la meditación genera una resistencia
que debe ser manejada en la terapia. No buscar beneficios en la meditación más
allá de los beneficios para la salud.
• Darse cuenta de cuando la meditación se convierte en una actividad, tal como
contar perfectamente las respiraciones. El controlar la actividad de una práctica de
meditación impide fluir con el estado mental producido por ésta. Aprender a
dejarse llevar, verse afectado, que se burlen de uno.
• Apoyarse a sí mismo al decidirse por los sentimientos por encima del estatus.
Lo Que Deben Saber los Tres
A medida que la atención se desvía de las preocupaciones relacionadas con la imagen
y un modo de vida basado en la adicción al trabajo, los Tres deben ser conscientes de
las reacciones siguientes:
• Confusión con respecto a los sentimientos: "¿Estoy teniendo el adecuado?"
"¿Cuál es real?"
• •Confundir una idea sobre una emoción con la realidad.
• Una vida de fantasía excesiva. Imaginar éxitos cuando la acción directa está bloqueada
o cuando la negatividad sale a la luz.
• El crearse una imagen fruto de la fantasía acerca de estar iluminado o "ser un
ejemplo de Tres evolucionado". Pasar por alto los sentimientos creyendo que
dichas cualidades ya están presentes. "Ya estoy ahí."
• Buscar resultados rápidos, sentirse mejor cuando se sustituyen los sentimientos
por el trabajo, el deseo de abandonar la terapia antes de que se produzcan cambios
reales.
• Necesitar pruebas del éxito. Querer convertirse en el maestro con el fin de sentirse
como un meditador.
• El hábito de desapegarse de los sentimientos cuando se habla de problemas personales,
o hacer que estos problemas surjan en la meditación. Creer que dichos
problemas se han resuelto una vez se han citado y se había de ellos, sin tener
necesidad de experimentar las emociones correspondientes.

• La tendencia a elegir un terapeuta omnipotente o un maestro espiritual que


encarne los valores externos que son atractivos para un Tres. Identificarse con
los valores del terapeuta sin descubrir los propios.
• El temor al vacío cuando se medita; temor a que el sí mismo real no exista.
• Sentirse como un santo cuando te critican los demás. "He logrado tanto que no
vale la pena hacerles caso."

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