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Creía que Hitler, después de asumir la responsabilidad de todo el pueblo en 1933, se atrevería a

romper con el Partido y su doctrina, y que todo se reuniría en el campo de la renovación y de la


responsabilidad de Occidente. Esta convicción fue un error del que me percaté con los eventos del
30 de junio de 1934. En 1933 yo había intervenido para decir sí a lo nacional y social (y no al
nacionalismo) y no a los fundamentos intelectuales y metafísicos en los que se basaba la biología de
la doctrina del Partido, porque lo social y lo nacional, tal como yo los veía, no estaban esencialmente
ligados a una ideología biologicista y racista.
—Heideggernota 16

En 2005 se publica el ensayo de Emmanuel Faye Heidegger: la introducción del nazismo en la


filosofía, donde pretende abrir nuevas perspectivas de investigación que permitan cuestionar las
explicaciones de Heidegger sobre su implicación política. Faye utiliza numerosos extractos de
sus seminarios inéditos entre 1933 y 1935 para intentar demostrar el nazismo de Heidegger.
Este trabajo generó una intensa polémica y numerosos artículos de respuesta. Para Faye, la
visión humanista y existencialista de Heidegger habría contribuido a enmascarar la ideología
política de Heidegger que, de manera críptica, estaría impregnando toda su filosofía. 150
Por su parte, los defensores de Heidegger denunciaron estos análisis como interpretaciones
erróneas y sesgadas de su filosofía, que habría llegado incluso a constituir una forma de
«resistencia espiritual» al nazismo.157

Debate sobre el antisemitismo en los Cuadernos negros[editar]


Artículo principal: Cuadernos negros

En 2014 comenzaron a publicarse los cuadernos privados de Heidegger, llamados


colectivamente Cuadernos negros. Bajo este nombre, elegido por el propio filósofo, se conoce a
un conjunto de treinta y cuatro cuadernos manuscritos con cubierta de tela negra que contienen
diversos textos escritos aproximadamente entre 1931 y 1976. Esta publicación permitió arrojar
nueva luz acerca del llamado «antisemitismo de Heidegger» y su relación con el nazismo.
Según France-Lanord, esta colección de unas 1 .200 páginas contiene «una quincena de
pasajes [···] en los que son evocados los judíos y el judaísmo de una manera varias veces
chocante, a veces lamentable a la vista de la persecución que sufrían los judíos en los
momentos en que estas líneas fueron escritas».158
Para Donatella Di Cesare «la novedad en los Cuadernos negros es que el antisemitismo posee
relevancia filosófica y se inscribe en la historia del Ser».159 Del mismo modo, para Juan José
Garrido Periñán, desde la publicación de los cuadernos se hace «imposible pensar a Heidegger
como alguien ajeno al nazismo y la ideología antisemita».160 Para Santiago Navajas, en «los
Cuadernos negros, [se] decanta finalmente la balanza del lado de los que argumentaban que lo
peor del nazismo estaba en el núcleo de la filosofía de Heidegger», 161 agregando que además
existe una «dimensión antisemita» en la metafísica alemana.162
Para la académica alemana Sidonie Kellerer:

Los pasajes explícitamente racistas de los Cuadernos negros de


Heidegger se presentan como descuidos en el interior de un discurso
totalmente codificado, pero que sin embargo son susceptibles de ser
comprendidos a la luz del contexto histórico. En este sentido, un punto
de vista que atienda al contexto histórico en su vertiente cultural e
ideológica, pone de manifiesto hasta qué punto es insostenible la tesis
según la cual Heidegger se habría distanciado paulatinamente del
nacionalsocialismo.163

Sidonie Kellerer, 2014

En estos pasajes, el judaísmo (Judentum) es caracterizado por «un don particularmente


acentuado para el cálculo», así como por la «ausencia de suelo» (Bodenlosigkeit). Peter
Trawny, editor de los Cuadernos, ve estas observaciones como «un tipo de antisemitismo» al
que Heidegger da «una interpretación filosófica terriblemente avanzada», con el judío
apareciendo como «el sujeto calculador, sin mundo, dominado por la maquinación». 164.
Dos en concreto son las frases que han sido utilizadas para señalar la postura antisemita de
Heidegger. Extraídas de la traducción al inglés, son las siguientes: 165

“One of the most secret forms of the gigantic, and perhaps the oldest,
is the tenacious skillfulness in calculating, hustling, and intermingling
through which the worldlessness of Jewry is grounded” “To appropriate
‘culture’ as a means of power and thus to assert oneself and affect a
superiority is at bottom Jewish behavior. What follows from this for
cultural politics as such?”nota 17

Sin embargo, el traductor del texto al inglés, Richard Polt, mencionó que la traducción de dichas
frases es muy ambigua y que no hay que tomarlas, por lo tanto, como «palabra sagrada», pues
es complicado determinar lo que quieran decir. Por su parte, el filósofo francés Jean Baudrillard,
afirmó que es improbable que nadie llegue nunca a tener claro qué quiso decir Heidegger. 165
Contra la lectura de Trawny, François Fédier responde que «se equivoca al considerar el
análisis de Heidegger como antisemita», así como que Heidegger solo vería al judaísmo «como
la primera víctima». Según Fédier, lo que se hace pasar como «declaraciones antisemitas» de
Heidegger ni siquiera tratarían sobre los judíos. Más bien servirían de denuncia encubierta de la
ideología nazi.166
Hadrien France-Lanord cree que en otros pasajes de los mismos Cuadernos negros Heidegger
«condena sin equívoco el antisemitismo», que a su vez considera «estúpido y reprobable». No
obstante, también tiene en cuenta que «los antiguos prejuicios antisemitas se mezclan en los
Cuadernos negros con una escasez de pensamiento y deben ser cuestionados; pero no pueden,
sin una deshonestidad indecente, transformarse en lo que no son: declaraciones discriminatorias
por motivos raciales».158 Según Étienne Pinat, la descontextualización de estos pasajes abre un
debate entre la negación absoluta del antisemitismo de Heidegger y la reducción de su
pensamiento a dicho antisemitismo, posturas en las que se encontrarían respectivamente
François Fédier y Emmanuel Faye. Ante esto, podría evitarse el maniqueísmo que no suponga
que toda la historia del ser sea antisemita como tal, en busca de un camino intermedio entre
ambas posturas.167

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