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Gerald Fallarcurna
Llamera
Dado el mundo en que vivimos ahora: un mundo de materialismo y lleno de todo tipo de
vanidades, es oportuno tratar nuevamente sobre la modestia. Lamentablemente, cuando
hablamos de la modestia la gente piensa inmediatamente que es algo que atañe solamente a las
mujeres en su manera de vestir. Pero no es así en la realidad, porque vemos como también los
hombres pueden escandalizar a las mujeres con su manera de vestir. Además, los hombres
tienen un gran papel en la propagación de la modestia. Los papás que son hombres,
supuestamente educadores de sus hijos, deben educar a sus hijos en la manera correcta de
vestir. Nosotros hombres, que tenemos hermanas o hermanitas, ¿acaso no tenemos la
obligación de corregirlas cuando usan ropas provocativas o ropas que no son suficientemente
modestas? Este artículo quiere ser una ayuda para que tengan una idea de la verdadera
modestia cristiana; también, para que los papás se aseguren de que sus hijos, y especialmente,
sus hijas, no sean causa de que muchas almas se condenen al infierno.
“Más almas se van al infierno por pecados de la carne (es decir, pecados en contra del sexto y
noveno mandamientos) que por cualquier otra razón”. Nuestra Señora de Fátima le dijo a
Jacinta, “Se introducirán ciertas modas que ofenderán gravemente a Mi Hijo”. Jacinta también
dijo, “Las personas que sirven a Dios no deberían seguir las modas. La Iglesia no tiene modas;
Nuestro Señor es siempre el mismo”.
La modestia es una virtud católica. La mujer católica debe vestir honestamente al igual que el
hombre de fe. El vestido es para cubrir y no para mostrar o sugerir. No deben usarse prendas
ajustadas, con aberturas, con telas que se pegan cuerpo, con transparencia, escotadas o cortas.
Así la mujer debe excluir de su guardarropa minifaldas, shorts, blusas sin mangas (esto es: que
no cubran los hombros y los brazos o con mangas muy cortas), vestidos o faldas que al sentarse
no cubran toda la rodilla, blusas cortas que muestren la cintura o parte de ella, ropa escotada,
etc. El hombre, por su parte, debe evitar también ropa ceñida, camisas abiertas o sin mangas,
ropa transparente, etc. Si la modestia debe primar en todas partes, mucho más debe prevalecer
cuando se acude al templo que es la Casa de Dios.
La mujer debe considerar que, por norma general, la naturaleza masculina es más inclinada a
reaccionar a la provocación generada por prendas inmodestas, sin que de esto se excluya a la
mujer. De ahí que el juicio femenino de lo que es provocativo al varón generalmente es errado y
muy indulgente. Esto se evidencia en muchas partes, basta, por ejemplo, acudir a reuniones
sociales y no se diga a una playa turística. Todo esto sin considerar a quienes por vanidad
“visten” de manera intencional para provocar, que también son muchas (algo que se da también
en algunos varones, aunque es más general entre ellas, pues los pecados prevalecientes en el
hombre son más de otro tipo).
El Papa Benedicto XV
Este Santo Papa escribió en su encíclica Sacra Propediem el 6 de Enero, 1921:
“Uno no puede deplorar suficientemente la ceguera de tantas mujeres de todas las edades y
estaciones. Volviéndose tontas y ridículas por el deseo de agradar, no ven hasta qué grado la
indecencia de sus vestimentas choca a cada uno de los hombres honestos y ofende a Dios.
Anteriormente, la mayoría de ellas se hubiesen azareado por dichas ropas por la falta grave en
contra de la modestia Cristiana. Ahora no es suficiente exhibirse en público; no les da miedo
entrar en los umbrales de las iglesias, asistir al Santo Sacrificio de la Misa y aún portar el
alimento seductor de la pasión vergonzosa al Santo Altar, en donde se recibe al Autor de la
Pureza.”
El Padre Pio
Este sacerdote estigmatizado, quien llevó las heridas sangrantes de Cristo en su propio cuerpo
desde 1918 hasta su muerte en 1968, rehusó otorgar la absolución a cualquier mujer que no
llevase su falda muy por debajo de la rodilla.
I. Las primeras señales de nuestra tardía primavera indican un cierto aumento este año en el
uso de la ropa de hombre empleada por mujeres y jóvenes, aún en el caso de madres de
familia.
Hasta el año 1959, en Génova, tal vestimenta significaba
usualmente que la persona era un turista, pero ahora parece haber un número significativo de
jóvenes y mujeres de la misma Génova que están escogiendo, por lo menos para los viajes de
placer, llevar ropa de hombres (pantalones).
La diseminación de esta conducta nos obliga a pensar seriamente sobre este tema, y les
pedimos a quienes está dirigida esta Notificación que le presten toda la atención que este
problema se merece, como es propio de las personas que están conscientes que deben ser
responsables a Dios. Buscamos, ante todo, dar un balanceado juicio moral sobre el que las
mujeres lleven ropa de hombre. De hecho, nuestros pensamientos descansan únicamente en el
aspecto moral.
II. Sin embargo, hay otro aspecto del que mujeres lleven pantalones y que a nosotros nos
parece ser el más grave.
Permítanos agregar que una mujer que siempre lleva puesta ropa de hombre, más o menos
indica que ella está reaccionando a su feminidad como si fuese inferior [a lo masculino], cuando
de hecho es sólo diverso. La perversión de su psicología es claramente evidente.
Estas razones, sumadas a muchas más, son suficientes para advertirnos de cuán
equivocadamente piensan las mujeres al llevar ropa de hombre.
B. La vestimenta masculina tiende a corromper las relaciones entre las mujeres y los hombres.
En verdad, cuando las relaciones entre los dos sexos desenrollan con el pasar de los tiempos, es
predominante un instinto de atracción mutua. La base esencial de esta atracción es una
diversidad entre los dos sexos que se hace posible únicamente por el complemento del uno para
con el otro. Si entonces esta diversidad se es menos obvia porque uno de sus signos mayores
externos es eliminado, y porque la estructura sicológica normal es debilitada, lo que resulta es la
alteración de un factor fundamental en la relación.
El problema va más allá. La atracción mutua entre los sexos es precedida naturalmente, y en el
orden del tiempo, por ese sentido de vergüenza que frena los impulsos que surgen, impone
respeto sobre ellos, y tiende a levantar la estima mutua y el temor saludable a un nivel más alto
acerca de que esos impulsos se dejan ir hacia adelante a actos no controlados. El cambiar esa
vestimenta, que por su diversidad revela y sostiene los límites de la naturaleza y las defensas, es
nivelar las distinciones y ayudan a desmejorar las defensas vitales del sentido de la vergüenza.
Por lo menos es obstaculizar ese sentido. Y cuando el sentido de la vergüenza es obstruido o es
frenado, entonces las relaciones entre el hombre y la mujer se hunden degradadamente a puro
sensualismo - completamente falto de todo respeto o estima mutua.
La experiencia nos enseña que cuando la mujer es des-feminizada, las defensas son socavadas y
la debilidad aumenta.
C. La vestimenta masculina hiere la dignidad de la madre ante los ojos de sus hijos.
Todo niño tiene un instinto hacia el sentido de dignidad y recato de su madre. El análisis de la
primera crisis interna de niños cuando despiertan a la vida que los rodea, aún antes de llegar a
la adolescencia, muestra cuánto vale para ellos el sentido de sus madres. Los niños son
sumamente sensitivos a esa edad. Los adultos típicamente dejan todo eso atrás y no piensan
más sobre ello. Pero hacemos bien en recordar las severas demandas que los niños
instintivamente les hacen a sus madres, y las profundas y hasta terribles reacciones que surgen
en ellos al observar una mala conducta de parte de sus madres. Muchas vías más adelante en la
vida son marcadas en este punto – y no por un bien – en estos primeros dramas de la infancia y
la juventud.
En resumen, donde sea que las mujeres llevan vestimenta del hombre, debe de considerarse un
factor, a largo plazo, de una desintegración del orden humano.
IV. La consecuencia lógica de todo presentado hasta aquí es que cualquier persona en una
posición de responsabilidad debe ser poseído por un sentido de alarma en el verdadero y
correcto significado de la palabra, una alarma severa y decisiva. Nosotros nos dirigimos de
manera de una grave advertencia a los sacerdotes parroquiales, a los sacerdotes en general y a
los confesores en particular, a los miembros de toda clase de asociaciones, a los religiosos, a las
monjas, y especialmente a las monjas que enseñan. Les pedimos que estén claramente
conscientes del problema para que sigan una acción. Esta conciencia es lo que importa. Sugerirá
la acción apropiada a su tiempo. Pero no dejemos que nos aconseje a ceder ante el cambio
inevitable, como si fuésemos confrontados por una evolución natural de la humanidad.
El hombre viene y el hombre puede irse, pero Dios ha dejado mucho lugar para el ir y venir de la
libre voluntad; sin embargo las líneas sustanciales de la naturaleza y las no menos líneas
sustanciales de la Ley Eterna nunca han cambiado, no están cambiando, y nunca cambiarán. Hay
límites más allá de las que uno puede ir como la persona desee, pero el hacerlo termina en la
muerte. La fantasía filosóficamente vacía puede permitirle a uno a ridiculizar o trivializar estos
límites, pero ellos constituyen una alianza de verdaderos hechos y de la naturaleza que castigan
a cualquiera quien pasa por encima de ellos. La historia ciertamente ha enseñado – con
impresionantes pruebas de la vida y muerte de naciones – que la respuesta a todos estos
violadores de este esquema de la ‘humanidad’ es siempre, tarde o temprano, una catástrofe.
Desde la dialéctica de Hegel, se nos enseña lo que llega a ser nada más que cuentos, y a fuerza
de escucharlos tan a menudo, muchas personas terminan conformándose a ellos, aunque sea
pasivamente. Pero la realidad del asunto es que la Naturaleza y la Verdad, y la Ley atadas en
ambas, van por su camino imperturbable, y deshacen a los simplones quienes, sin excusa
alguna, creerían en cambios radicales y de largo alcance en la misma estructura del hombre.
Las consecuencias de tales violaciones no son un nuevo esquema del hombre, sino más bien
desórdenes, una inestabilidad dañina de toda clase, la asombrosa sequedad de las almas
humanas, un aumento devastador en el número de seres humanos abandonados de entre
ustedes, dejados que vivan su declinación en aburrimiento, tristeza y rechazo. En este naufragio
de eternas reglas se encuentran familias destruidas, hogares fríos, vidas acortadas antes de su
tiempo, los ancianos desechados, nuestra juventud degenerada voluntariamente y – al final de
la línea – almas en desesperación y hasta tomando sus propias vidas. ¡Todas estas ruinas
humanas son testigos del hecho de que la ‘línea de Dios’ no cede, ni permite la adaptación de
cualquier sueño delirante de los tal llamados filósofos!
V. Hemos dicho que a los que es dirigida esta Notificación, se les pide que tomen el problema
que está por delante como una alarma seria. Ellos saben lo que deben de decir, comenzando
con las niñas en los regazos de sus madres.
Ellos saben que sin exagerar la cosa o volverse fanáticos, ellos necesitarán limitar estrictamente
cuán lejos pueden tolerar el que la mujer vista como hombre, como regla general.
Ellos saben que no deben de ser tan débiles de llegar al punto de permitir ver una costumbre
que va cuesta abajo y que está demoliendo la posición moral de todas las instituciones.
Los sacerdotes saben que ellos deben de tomar una línea fuerte y decisiva en el confesionario,
sin afirmarse a que el hecho que la mujer viste como hombre automáticamente sea una falta
grave.
Todos deben de pensar en la necesidad de tener una línea unida de acción, reforzada en todos
lados por la cooperación de todos los hombres de Buena Voluntad y de todas las mentes
iluminadas, para crear un verdadero dique que sostendrá la inundación.
No negamos que la vida moderna pone problemas y hace requerimientos desconocidos para
nuestros abuelos. Pero afirmamos que hay valores con más necesidad de ser protegidos que las
experiencias pasajeras, y que para todas las personas inteligentes siempre habrá suficiente buen
sentido y buen gusto para encontrar aceptables y dignas soluciones a los problemas que surgen.
Conmovidos por la caridad, estamos luchando contra una degradación del hombre, contra el
ataque sobre aquellas diferencias sobre las cuales descansa el complemento entre el hombre y
la mujer.
Cuando vemos a una mujer llevar pantalones, deberíamos pensar no tanto en solo ella, sino en
toda la humanidad, de cómo será cuando todas las mujeres se masculinicen. Nadie ganará al
tratar de llevara a cabo una futura época de imprecisión, de ambigüedad, de imperfección, y,
por así decirlo, de monstruosidades.
Esta carta nuestra no está dirigida al público, sino a los responsables de almas, para la
educación, para asociaciones Católicas. Que hagan su deber, y que les permita no ser soldados
dormidos en sus puestos cuando entre el mal.
El escándalo es algo que hace tropezar al prójimo, que lo lleva a incurrir en pecado. La inmodestia
ofende a Dios y puede provocar tentaciones del demonio, provoca malos pensamientos y malos
deseos en otros. Puede llevar al prójimo a cometer actos impuros, pecados graves, de los cuales se
hará cargo de esos pecados frente a Dios en el juicio final. Andar subiendo fotos imprudentes e
indecentes a las redes sociales, ofende a Dios y puede ser causa de que mucha gente caiga en
pecado.
Por ejemplo, el Santo Padre Pío, que recibió las marcas de los clavos de Nuestro Señor en sus manos
y pies, San Juan Crisóstomo, San Juan Eudes y muchos Santos, hablaban fuertemente contra estas
modas y la vestimenta que ofenden mucho a Dios y que son causa de que muchos caigan en pecado,
como pantalones muy ajustados, escotes, ropa que hace mostrar las partes del cuerpo, etc. En la S.
Biblia también nos habla Dios sobre la modestia que debe tener la mujer
catolicidad.com/search?q=modestia
Andar subiendo fotos imprudentes y con ropa inmodesta a las redes sociales, y vestir así ofende a
Dios y puede ser causa de que mucha gente caiga en pecado y se condene. De esos pecados que
otros cometen por culpa de uno, son graves y uno tendrá que dar cuenta a Dios en el juicio final por
esos que se condenaron por nuestra culpa. Lo ha dicho Nestro Señor cuando dijo: Ay de aquellos que
son causa de pecado a otros. Como compartir cosas deshonestas que pueden hacer pecar a otros, lo
cual es pecado grave.
"Debemos practicar la modestia, no sólo en nuestro porte, sino también en toda nuestra conducta, y
particularmente en nuestro vestido, nuestro andar, nuestra conversación y todas las acciones
similares". –San Alfonso María de Ligorio #modestia #SanAlfonso
SAN BERNARDINO DE SIENA, de las mujeres que usan las modas inmorales, dijo: “Se hacen reas de
todos los pecados que cometen otros por sus vanidades; pues roban al Señor las almas que desean
salvarse". SAN JUAN EUDES, enseñó: “Ciertamente, una mujer que viste ropa inmoral, puede
condenarse. Y puede condenarse tanto por el pecado que comete ella misma, ya sea porque causa la
condenación de otras personas". El Padre Gavarri, misionero, dijo que “Un sin número de mujeres
bajarán al infierno “Por vestir inmoralmente, "Y los confesores de las tales, sus maridos y padres que
lo permiten”. Dijo también, el insigne Padre Cansino: “Hay algunas modas de vestidos que parece se
han hecho más para vender los cuerpos que no para cubrirlos. No acabo de entender qué reservan
para los ojos de un casto esposo, cuando han llevado por todos los mercados las partes recatadas de
sus cuerpos tan descubiertas, que parece están prontas a darles al que dé más".
San Juan Crisóstomo, de los que visten inmodestamente: "Lleváis vuestro señuelo a todas partes y
extended vuestra red en todos lados. Alegáis que nunca habéis invitado a nadie al pecado.
Ciertamente no con vuestras palabras, pero lo habéis hecho con vuestro vestido y vuestro porte y
conducta. Y mucho más efectivamente que lo que podrías con vuestra voz. Cuando habéis hecho
que alguien más peque de corazón, ¿cómo podéis ser inocentes? ¿Dime a quién condena este
mundo? ¿A quiénes castigan los jueces en la corte? ¿Aquellos que beben el veneno o a aquellos que
preparan la poción fatal y la administran? Sois más criminales que aquellos que envenenan el
cuerpo. Habéis dado la bebida de comportamiento fatal. Asesináis no sólo el cuerpo sino el alma, y
no es a los enemigos que hacéis esto, ni sois urgido por cualquier necesidad imaginaria ni provocada
por lesión. Lo hacéis por vanidad y orgullo tontos".
si te incita a pecar,
condenada te despierte
Confiésate, pecador,
Mujer, hazte valorar de los hombres, viste con modestidad y no de manera impúdica. Razones
principales por las que debes hacer esto:
Andar subiendo fotos imprudentes e indecentes a las redes sociales, ofende mucho a Dios y puede
ser causa de que mucha gente caiga en pecado.
Le dice a la mujer inmodesta: «vas acrecentando enormemente el fuego contra ti misma, pues
excitas las miradas de los jóvenes, te llevas los ojos de los licenciosos y creas perfectos adúlteros,
con lo que te haces responsables de la ruina de todos ellos»
Hay otra cosa que y es esto que no alcanzamos a hablar cuando estábamos en el carro, y es esto de
las miradas imprudentes a las mujeres, el ser humano por su naturaleza lastimada por el pecado
original desde Adán, tiene esa concupiscencia que le inclina hacia el mal, a pensar o desear cometer
actos contrarios a la ley de Dios, de allí que no es que sea malo ver a las mujeres, lo malo está en que
por esas miradas imprudentes podemos consentir desear pecar o tener pensamientos contra la
castidad, que eso ya sería pecado. Por eso hay que tener mucho cuidado con eso.
Aunque ya les he dicho a mis hermanas muchas veces sobre la vestimenta inmodesta, de que
pueden ser causa de atraer tentaciones, provocar malos pensamientos y malos deseos sexuales en
otros. De que espués lleva al prójimo a cometer actos impuros, pero usted debe de confirmarles en
esto, pues sinó, se hará junto con ellas responsables de los pecados que ellas cometieron al vestir
así, como los que hicieron cometer a otros.
San Juan Crisóstomo
Le dice a la mujer inmodesta: «vas acrecentando enormemente el fuego contra ti misma, pues
excitas las miradas de los jóvenes, te llevas los ojos de los licenciosos y creas perfectos adúlteros,
con lo que te haces responsables de la ruina de todos ellos»
El Padre Pío el sacerdote estigmatizado, quien llevó las heridas sangrantes de Cristo en su propio
cuerpo desde 1918 hasta su muerte en 1968, rehusó otorgar el perdon de los pecados a cualquier
mujer que no llevase su falda muy por debajo de la rodilla. También insistió que las mujeres no
usaran pantalones y no permitía que entrasen con ellos al templo.
El Padre Salmerón añade que “no pecan menos las mujeres con estas invenciones de modas, que los
maridos que se las consienten, y los confesores que fácilmente las absuelven, no haciéndolas cargo
del gran peligro en que están de condenarse”.
SAN JUAN EUDES, enseñó: “Ciertamente, una mujer que viste ropa inmoral, puede condenarse. Y
puede condenarse tanto por el pecado que comete ella misma, ya sea porque causa la condenación
de otras personas"”
El Padre Gavarri, misionero, dijo que “Un sin número de mujeres bajarán al infierno “Por vestir
inmoralmente, "Y los confesores de las tales, sus maridos y padres que lo permiten”.
Estimados caballeros por favor no olviden que parte del deber de todo varón católico es el de
defender la pureza de las damas, especialmente de aquellas que son más amadas: mamá, hermana,
novia, esposa etc.
No colaboren con la inmodestia de las prendas de vestir, es decir: no compren, regalen o digan "te
ves bien" cuando una dama pregunta cómo se ve y su ropa evidentemente es inmodesta, al igual
que no den sus likes a fotos donde la mujer se muestre sin pudor. Procuren ser ante todo honestos y
fieles a Dios, defiendan la pureza de la mujer aún cuando ella lo olvidé o no la considere importante.
No formen parte de la tropa antimodestia masculina, la cual ha olvidado su deber y prefieren decir
"que se vista como quiera, nosotros como hombres somos los culpables de que sea vista
maliciosamente", eso con tal de no ser llamados machistas y opresores.
Un hombre que busca proteger la pureza de la mujer mediante la custodia de sus vestidos no es
machista, es todo un caballero. Mujer un hombre que busca exaltar tu dignidad mediante la custodia
de tu ropa, mediante llamadas de atención y sugerencias, no es machista, es un caballero que quiere
tratarte como quizá tú misma has olvidado que eres, una dama, una hermosa creación de Dios.
La feminidad de una mujer se manifiesta también cuando permite que el varón ejerza sus virtudes
como caballero, permitiendo ser protegida, con humildad y sencillez aceptando sus cuidados como
buena dama católica.
“Ahora, muchas niñas no ven nada malo en seguir ciertos estilos desvergonzados (modas) como lo
hacen muchas. Seguramente se ruborizarían si tan solo pudiesen adivinar las impresiones que hacen
y los sentimientos que evocan (excitación) en aquellos que las miran.” (17 de Julio, 1954).
Les envio esta información muy importante para la salvación de su alma. Espero les pueda ayudar
mucho, sólo quiero evitarle los peligros de su alma. Deben tener mucho cuidado con la ropa que
visten, si es inmodesta, con esa ropa puede inducir a pecado al prójimo, con malos pensamientos y
deseos de los que Dios le pedirá cuenta. Por ende, les invito a reflexionar (sobre todo las mujeres)
para que no vistan con pantalones apretados, o blusas muy cortas. Recordemos, nuestro Cuerpo es
templo de Dios, ¿lo usaremos como templo del demonio, y como instrumento de él para condenar
almas al infierno? También sobre las fotos que subimos al internet, fotos imprudentes e indecentes
a las redes sociales, eso también es pecaminoso y puede ser causa de que muchos hombres caigan
en pecado. No debemos subir fotos que considere pueden ser causa de que hombres caigan en
pecado. Y pueden que las fotos al parecer no sean tan indecentes, pero aún así puede ser causa de
pecado a algún hombre si no es fuerte, nunca sabemos, es mejor no tomar fotos donde se puede
mostrar alguna parte de nuestro cuerpo.
1 Timoteo 2:9-10
Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado
ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos; sino con buenas obras, como corresponde a las
mujeres que profesan la piedad.
Muchas mujeres hoy, se olvidan de que con sus vestimenta indecente pueden provocar en los
hombres malos pensamientos y deseos, de que Dios les pedirá cuenta luego a ellas por ser causa de
pecado para estos hombres, como dice Nuestro Señor: "¡Ay del mundo por los escándalos! Porque
necesario es que vengan escándalos; mas ¡ay de aquel hombre por el cual viene el escándalo! Mejor
le sería si se le colgara una piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a
uno de estos pequeños" Mateo 18:7 (el escándalo es motivo de pecado al prójimo). Así mismo hay
hombres que se visten inmodestamente y hacen pecar a las mujeres. Porfavor usted tenga mucho
cuidado con eso, Nuestra Señora en su aparición de Fátima nos avisó sobre las modas que ofenderán
mucho a Dios. Por ejemplo, el Santo Padre Pío, que recibió las marcas de los clavos de Nuestro Señor
en sus manos y pies, San Juan Crisóstomo, San Juan Eudes y muchos Santos, hablaban fuertemente
contra estas modas y la vestimenta que ofenden mucho a Dios y que son causa de que muchos
caigan en pecado, como pantalones muy ajustados, escotes, etc. En la S. Biblia también nos habla
Dios sobre la modestia que debe tener la mujer.
“El bien de nuestra alma es más importante que el de nuestro cuerpo; y tenemos que preferir el
bienestar espiritual de nuestro vecino a nuestra comodidad corporal… Si cierta clase de vestido
constituye una ocasión grave y próxima de pecado y pone en peligro la salvación de su alma y de la
de los demás, es su deber dejarlo y no usarlo… Oh madres Cristianas, si vosotros supierais qué futuro
de ansiedades y penas, de vergüenza mal guardada que preparáis para vuestros hijos e hijas,
dejando imprudentemente que ellos se acostumbren a vivir ligeramente vestidos y haciendo que
pierdan su sentido de modestia, estaríais avergonzadas de vosotros mismas y temeríais el daño que
os hacéis y el daño que estáis causando a estos niños, quienes el Cielo os habéis confiado para que
los criéis como Cristianos.” (Pío XII a los Grupos de Mujeres Católicas Jóvenes de Italia)
SAN BERNARDINO DE SIENA, de las mujeres que usan las modas inmorales, dijo: “Se hacen reas de
todos los pecados que cometen otros por sus vanidades; pues roban al Señor las almas que desean
salvarse”
El Padre Salmerón añade que “no pecan menos las mujeres con estas invenciones de modas, que los
maridos que se las consienten, y los confesores que fácilmente las absuelven, no haciéndolas cargo
del gran peligro en que están de condenarse”.
SAN JUAN EUDES, enseñó: “Ciertamente, una mujer que viste ropa inmoral, puede condenarse. Y
puede condenarse tanto por el pecado que comete ella misma, ya sea porque causa la condenación
de otras personas"”
El Padre Gavarri, misionero, dijo que “Un sin número de mujeres bajarán al infierno “Por vestir
inmoralmente, "Y los confesores de las tales, sus maridos y padres que lo permiten”.
Siempre una mujer verdaderamente católica debe vestirse de tal modo que quien la mire vea en ella
un reflejo de la pureza y modestia de la Virgen María, pues ella es la misma modestia y pureza.
Porvafor, inculquemos esto en nuestros hijos, pues si nosotros no damos el ejemplo, ¿qué
esperamos de ellos?
Espero le pueda ayudar mucho, sólo quiero evitarle los peligros de su alma.
https://www.religionenlibertad.com/blog/57456/como-debe-vestir-una-mujer-catolica.html
Hola, quería decirte que tengas cuidado hoy con esta moda que está sucediendo entre la gente de
hoy que no les importa mucho a las mujeres sobre cómo van vestidas con tal de llamar la atención
de los hombres, se olvidan de que con sus vestimenta indecente pueden provocar en los hombres
malos pensamientos y deseos, de que Dios les pedirá cuenta luego a ellas por ser causa de pecado
para estos hombres. Así mismo hay hombres que se visten inmodestamente y hacen pecar a las
mujeres. Nuestra Señora en su aparición de Fátima nos avisó sobre las modas que ofenderán mucho
a Dios. Por ejemplo, el Padre Pío, que recibió las marcas de los clavos de Nuestro Señor en sus
manos y pies, San Juan Crisóstomo, San Juan Eudes y muchos Santos, hablaban fuertemente contra
estas modas y la vestimenta que ofenden mucho a Dios y que son causa de que muchos caigan en
pecado. En la S. Biblia también nos habla Dios sobre la modestia que debe tener la mujer.
“Ahora, muchas niñas no ven nada malo en seguir ciertos estilos desvergonzados (modas) como lo
hacen muchas. Seguramente se ruborizarían si tan solo pudiesen adivinar las impresiones que hacen
y los sentimientos que evocan (excitación) en aquellos que las miran.” (17 de Julio, 1954).
Siempre una mujer verdaderamente católica debe vestirse de tal modo que quien la mire vea en ella
un reflejo de la pureza y modestia de la Virgen María, pues ella es la misma modestia y pureza.
“El alma que aspire seriamente a santificarse huirá como de la peste de toda
ocasión peligrosa. Y por sensible y doloroso que le resulte, renunciará sin
vacilar a espectáculos, revistas, playas, amistades o trato con personas
frívolas y mundanas, que puedan serle ocasión de pecado. Por la calle, sobre
todo en las ciudades populosas modernas, extremará la modestia de sus ojos
para no tropezar con la procacidad de los escaparates, la inmodestia
descarada en el vestir, la licencia desenfrenada de las costumbres”.
“El pudor se expresa en el vestido. Por eso se cubren las partes más íntimas,
que no se comparten con cualquiera. De ahí el celo que muestra el marido o
el novio por la decencia en el vestir de su esposa o de su novia".
Conozca a la Fsspx y a su fundador S.E.R Monseñor Marcel Lefebvre, con la cual la tradición de la
Iglesia se sigue conservando intacta, y es el único camino para que la Iglesia pueda ser restaurada,
sólo la tradición la salvará.
http://www.traditio-op.org/
https://gloria.tv/Apostolado%20de%20la%20buena%20lectura
http://www.augustinus.it/spagnolo/index.htm
http://www.quenotelacuenten.org/libros-recomendados/