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TEMA 9
La resolución de conflictos en el ámbito deportivo. La disciplina deportiva en el
ámbito de las Federaciones y las Ligas profesionales. Sistema de fuentes. Titulares
de la potestad disciplinaria. Régimen de infracciones y sanciones. Procedimientos.
El Tribunal Administrativo del Deporte.
de enero, por el que se desarrolla la composición, organización y funciones del TAD. Así,
de acuerdo con la Disposición Adicional 4ª.2 de la Ley Orgánica 3/2013, “todas las
referencias contenidas en la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte o en otras
normas al Comité Español de Disciplina Deportiva y a la Junta de Garantías Electorales
se entenderán hechas al nuevo Tribunal Administrativo del Deporte”.
Señalado lo anterior, hay que mencionar que respecto del régimen general
disciplinario deportivo existen especialidades en materia de represión del dopaje, lo que se
tratará en el Tema 12 del Programa de la asignatura. También hay especialidades en
materia de prevención de la violencia en el deporte, a lo que haremos referencia en el
Tema 13.
En este sentido se pronuncia el apartado 1 del artículo 73 LD, pues “el ámbito de la
disciplina deportiva, a los efectos de la presente Ley, y cuando se trate de actividades o
competiciones de ámbito estatal y, en su caso, internacional, o afecte a personas que
participen en ellas, se extiende a las infracciones de reglas del juego o competición y
normas generales deportivas tipificadas en esta Ley, en sus disposiciones de desarrollo y
en las estatutarias o reglamentarias de Clubes deportivos, Ligas profesionales y
Federaciones deportivas españolas”. A renglón seguido, el apartado 2 del artículo 73 LD
establece que “son infracciones de las reglas del juego o competición las acciones u
omisiones que, durante el curso del juego o competición, vulneren, impidan o perturben
su normal desarrollo”, y “son infracciones a las normas generales deportivas las demás
acciones u omisiones que sean contrarias a lo dispuesto por dichas normas”.
función pública de carácter administrativo que por delegación ejercen las Federaciones
deportivas, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 33.1.f) LD.
Hay que contar también con que la remisión a las normas propias de las
entidades deportivas no fue, en realidad, de tal calibre ya que antes del ejercicio de
dicha facultad se dicta el RDD, que establece un desarrollo de la propia LD que vincula
el ejercicio de la potestad regulatoria por parte de las entidades deportivas. Así lo indica
el artículo 20 RDD cuando señala que “...además de las establecidas en los artículos
precedentes, los estatutos y reglamentos de los distintos entes de la organización
deportiva podrán tipificar, de acuerdo con los principios y criterios establecidos en la
Ley del Deporte y en el presente Real Decreto, aquellas conductas que deban constituir
infracciones leves, graves o muy graves, en función de la especialidad de los distintos
deportes u organizaciones...”. Todo ello alcanza a las siguientes cuestiones:
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Y se hace lo propio con las sanciones administrativas, en las que más adelante
nos detendremos, de forma que:
Sobre las normas federativas señalaremos que, siendo estas las reguladoras tanto
del régimen jurídico como de las funciones que han de llevar a cabo las Federaciones
deportivas, muchas de las cuales, como hemos señalado, son de nítido carácter público,
tanto la LD como el RD 1835/1991, de 20 de diciembre, sobre Federaciones deportivas
españolas y Registro de Asociaciones Deportivas (RFD) contienen previsiones sobre
tales disposiciones federativas, destacando en primer término el artículo 10.2.b) LD, que
entre las competencias asignadas a la Comisión Directiva del CSD establece la de “aprobar
definitivamente los estatutos y reglamentos de las Federaciones deportivas españolas”,
estableciéndose también, en el artículo 31.6 LD, que “los Estatutos … se acomodarán a los
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“a) A los jueces o árbitros, durante el desarrollo de los encuentros o pruebas, con
sujeción a las reglas establecidas en las disposiciones de cada modalidad deportiva.
Pero la Ley va más lejos al indicar en el apartado 3 del citado artículo que "en
aquellos deportes específicos que lo requieran podrá preverse que, en la apreciación de las
faltas referentes a la disciplina deportiva, las declaraciones del árbitro se presuman ciertas,
salvo error material manifiesto". Aunque se constata la vigencia del principio de
presunción de veracidad de las actas arbitrales, debe ser la normativa de cada Federación la
que prevea expresamente esto, lo que habrá de realizar en la adaptación de sus normas
disciplinarias a lo establecido en la LD y el RDD.
Es por ello que hay que diferenciar entre la potestad disciplinaria y la facultad de
corrección derivada de las infracciones a las reglas técnicas de cada deporte. Así, las
sanciones disciplinarias deportivas hay que diferenciarlas de las correcciones que se
imponen por el árbitro cuando desarrolla su función durante el curso de las pruebas o
competiciones, pues en ese caso está aplicando la reglas técnicas de cada deporte, que son
aquellas que aprobadas por la Federación correspondiente fijan el desarrollo del juego y
configuran esa especialidad deportiva. Ello se corrobora por el CEDD, que ya en su
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Resolución 120/1992 estableció que "hay que deslindar lo que es la ordenación del
desarrollo de la competición -la aplicación de las reglas técnicas de cada deporte- de las
infracciones disciplinarias que puedan cometerse durante el desarrollo de la misma y que
lleven aparejada la correspondiente sanción". Por tanto, en la aplicación de esas reglas no
se ejerce por el árbitro potestad disciplinaria alguna, "y que si bien puede ello resultar
perjudicial para algún equipo en el curso de la competición, con ellas (las reglas técnicas)
no se está sancionando disciplinariamente al mismo, sino ordenar el regular desarrollo del
encuentro. En otras palabras, la aplicación de las reglas técnicas de cada especialidad
deportiva .... no constituyen objeto de sanción a `las infracciones a las reglas de juego o
competición y normas generales deportivas que el artículo 73.1 de la Ley 10/1990, de 15
de octubre, del deporte, señala como marco de la materia disciplinaria deportiva”.
El propio CEDD también ha manifestado que "es llano que no hay órgano alguno
de la Administración del Estado que tenga competencia para la revocación o modificación
de la actuación de los árbitros en la aplicación de las reglas técnicas específicas de una
modalidad deportiva en cada encuentro. Si fuera de otro modo, podríamos encontrarnos
con el absurdo que supondría, por ejemplo, que un Comité como este pudiera decidir -con
referencia al fútbol- si una determinada jugada fue o no penalty" (Resolución 42/1993).
Así, parece claro que hay determinadas conductas que, realizadas durante el curso
del encuentro, pueden suponer una contravención a las reglas técnicas y además
"infracciones de reglas de juego o competición" de las contempladas en el artículo 73.1 LD
y en el 4.1 RDD. Todo esto puede sintetizarse con un ejemplo referido al fútbol: cuando el
árbitro expulsa del terreno de juego a un jugador por agredir a otro, con ello, además de
sancionar su acción, restablece el orden del encuentro dejando a su equipo con un jugador
menos. Pero esa misma conducta a su vez puede tener consecuencias disciplinarias y
suponer la suspensión de ese jugador por un número determinado de encuentros, tras la
correspondiente resolución del órgano disciplinario competente. ¿Cuál será entonces la
diferencia entre las sanciones disciplinarias y las correcciones técnicas?. Con las primeras
se trata de proteger al colectivo, a la organización, de conductas que la agreden
directamente y que son comunes a todos los deportes. Con las segundas, se trata de ordenar
la competición aplicando las reglas que procuran el normal transcurso de la misma, y son
consustanciales a cada deporte en concreto.
a) Las estrictamente aplicativas de reglas técnicas, contra las que no cabe recurso alguno,
por no tratarse de normas disciplinarias.
b) Las que además constituyen sanción por infracciones a "las reglas de juego o
competición", y en las que, dado su carácter disciplinario, se debe establecer el "adecuado
sistema posterior de reclamaciones".
El árbitro, por tanto y como responsable del desarrollo del encuentro, esto es, de
hacer valer las normas que configuran cada deporte ordenando la propia competición y las
de trascendencia disciplinaria, al final del mismo va a elaborar un documento en el que se
relatará todo lo acontecido durante su curso (el acta arbitral), y es en ese escrito en el que
se contendrán todas las conductas que puedan resultar atentatorias a las normas
disciplinarias y que se hayan manifestado durante la práctica deportiva. Abundando en esta
idea, el CEDD sostiene que "el árbitro de un encuentro no puede ser calificado nunca
como órgano jurisdiccional en primera instancia: el árbitro actúa sólo como denunciante,
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valga la expresión, de unos hechos y no existe sanción hasta tanto no decide sobre esos
hechos un comité disciplinario" (Resolución 172/1990).
Las infracciones.
Uno de los valores esenciales del deporte que están más unidos a su propia
existencia y configuración es el de la aleatoriedad de los resultados y la superación de
dicha aleatoriedad con motivo de la práctica y la celebración de la competición
deportiva. Este tipo infracciones trata, precisamente, de preservar este valor y evitar que
puedan existir acciones que pongan en cuestión la propia esencia de la competición. La
STS de 6 de junio de 2001 establece una doctrina general sobre esta infracción.
b) Infracciones graves.
b.2) Los actos notorios y públicos que atenten a la dignidad o decoro deportivo.
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Este es un tipo concreto que, no obstante, tiene una formulación genérica que
remite a un conjunto de normas que no aparecen expresamente definidas en el tipo.
c) Infracciones leves.
De esta forma:
g) Clausura del recinto deportivo por un período que abarque de cuatro partidos o
encuentros a una temporada.
“1. Apercibimiento.
Corresponderá la imposición de esta sanción en los supuestos siguientes:
a) Por la comisión de la infracción prevista en el apartado a) del artículo 16, cuando el
incumplimiento del acuerdo no fuera superior a tres meses, contados a partir del momento en que la
prestación fuera exigible, con arreglo a lo previsto en el citado artículo.
b) Por la comisión de la infracción prevista en el apartado b) del artículo 16 de este Real Decreto,
cuando el incumplimiento no revistiese especial gravedad.
c) Por la comisión de la infracción prevista en el apartado c) del artículo 16 de este Real Decreto.
2. Sanciones de carácter económico.
Con independencia del resto de sanciones previstas en este artículo, podrán imponerse sanciones de
carácter económico por cualquiera de las infracciones enumeradas en el artículo 16 de este Real
Decreto.
Las acciones económicas se adecuarán a las circunstancias concurrentes en cada supuesto y a la
capacidad económica del infractor, sin que puedan ser inferiores a 500.000 pesetas, ni superiores a
50.000.000 de pesetas.
3. Descenso de categoría.
Corresponderá la imposición de esta sanción en los supuestos siguientes:
a) Por la comisión de la infracción prevista en el apartado a) del artículo 16 de este Real Decreto,
cuando el incumplimiento se demorase más de tres meses, contados a partir del momento en que la
prestación fuera exigible, con arreglo a lo previsto en el citado artículo.
b) Por la comisión de la infracción prevista en el apartado b) del artículo 16 de este Real Decreto,
cuando el incumplimiento revistiese especial gravedad.
c) Por la comisión de la infracción prevista en el apartado c) del artículo 16 de este Real Decreto,
cuando concurriese la agravante de reincidencia.
4. Expulsión, temporal o definitiva, de la competición profesional (art. 79.3, LD).
Corresponderá la imposición de esta sanción, en el supuesto previsto en el apartado b) del artículo
16 de este Real Decreto, cuando el incumplimiento revistiese especial gravedad y concurriese,
además, la agravante de reincidencia”.
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Se corresponden con las establecidas en el artículo 25 RDD y las que en virtud del
artículo 20 RDD puedan establecerse en las correspondientes normas federativas y
alcanzan a las siguientes:
a) Amonestación pública
d) Clausura del recinto deportivo, de hasta tres partidos o encuentros o dos meses.
a) Apercibimiento
Una vez explicitadas las sanciones que pueden imponerse nos corresponde en
este momento determinar las reglas para la imposición de las mismas en función de las
causas concurrentes, que podemos resumir en tres:
“1. Solamente podrán imponerse sanciones de carácter económico en los casos en que los
futbolistas, entrenadores, técnicos o árbitros, perciban retribución por su labor, no pudiendo
exceder su cuantía de la prevista en la norma.
Las sanciones de carácter económico podrán imponerse a todos los que intervienen o participan
en las competiciones declaradas como profesionales, sin que tampoco su cuantía pueda exceder
de los límites establecidos en la norma aplicable.
2. Tratándose de futbolistas, técnicos o auxiliares las multas impuestas se cargarán, en todo caso,
al club de que se trate, sin perjuicio del derecho de éste a repercutir sobre el responsable, para
ejercer el cual los clubes deberán comunicar la imposición de esta clase de sanciones a las
personas afectadas, en término no superior a un mes, a contar desde el día siguiente al que
recibió la notificación, con expresa indicación de su cuantía, fecha y partido en que se cometió la
falta y naturaleza de la infracción”.
Incluye un conjunto de cuestiones entren las que se encuentra el de ser notificado de los
hechos que se le imputen, de las infracciones que puedan constituir y de las sanciones
que, en su caso, se les pudieran imponer. Desde una perspectiva instrumental se incluye
el derecho a formular alegaciones y utilizar los medios de defensa admitidos por el
Ordenamiento Jurídico.
- Registro de sanciones.
Eso sí, con carácter previo a ello, señalaremos unas reglas comunes en materia
procedimental, que podemos resumir en las siguientes:
a) Notificaciones.
Deberán realizarse en el plazo máximo de diez días hábiles desde que hubiesen sido
adoptadas. Las notificaciones deben realizarse por las reglas generales del
procedimiento administrativo común.
En todo caso y al margen de esta remisión general debe indicarse que las notificaciones
deberán contener el texto íntegro de la resolución con la indicación de si es o no
definitiva, la expresión de las reclamaciones o recursos que procedan, órgano ante el
que hubieren de presentarse y plazo para interponerlas.
El procedimiento ordinario.
a) Jueces y árbitros.
El procedimiento extraordinario.
En esta línea, los hechos relevantes para el procedimiento podrán acreditarse por
cualquier medio de prueba, una vez que el instructor decida la apertura de la fase
probatoria, la cual tendrá una duración no superior a quince días hábiles ni inferior a
cinco, comunicando a los interesados con suficiente antelación el lugar y momento de la
práctica de las pruebas.
En todo caso y respecto de los medios concretos de prueba el RDD establece que
contra la denegación expresa o tácita de la prueba propuesta por los interesados, podrá
interponerse por éstos una reclamación (ante el mismo órgano que resuelve el
expediente). La reclamación se presenta en el plazo de tres días hábiles y el órgano
competente debe resolverla, igualmente, en el plazo de tres días hábiles.
Una vez referidos los procedimientos disciplinarios, queda explicar los recursos
que caben contra las resoluciones que se generan tras la consecución de los mismos. Ya
señalamos que el procedimiento disciplinario se desarrolla en vía deportiva, esto es, y
en el caso que os ocupa, dentro del ámbito federativo.
Se establece que las resoluciones del TAD no puede ser objeto de recurso de
reposición, y sí podrán ser objeto de recurso ante el orden jurisdiccional contencioso-
administrativo, de acuerdo con lo previsto en la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora
de la Jurisdicción Contencioso-administrativa.
Las medidas cautelares. La suspensión de la sanción
instancias de adoptar, a instancia de parte, las medidas cautelares que estime oportunas
para el aseguramiento de las resoluciones que, en su día, se adopte”.
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