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en Meta y Casanare
Introducción
1
Consultor e investigador social.
240 Parapolítica. La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos
2
Véase a este respecto los recientes trabajos de Gustavo Duncan y el documento de
la Fundación Seguridad y Democracia “Paramilitares Puros e Impuros”- Bogotá
Dic. /06.
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 241
3
Palabras del Presidente durante el Consejo Comunal en Acacías, Meta. En:www.
presidencia.gov.co/discursos/discursos2004/sept/18_09_04.htm.
4
Véase la declaración del Estado Mayor Negociador de las AUC, con motivo del
asesinato de Miguel Arroyabe, Sep /04.
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 243
5
Fundación Seguridad y Democracia, “Paramilitares puros e impuros”, Bogotá.
En: www.seguridady democracia.org
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6
Cfr. José Jairo González. Caminos de Oriente. Op. Cit.
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 247
7
Gonzalo Téllez I. y Germán Augusto Pérez, Políticas de desarrollo rural y colonización:
Estudio de caso Sierra la Macarena, Bogotá, Editorial Uniciencia, 1999, p. 36.
250 Parapolítica. La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos
Casanare, dirigidas por Héctor Buitrago y sus hijos, así como las AUC
y el Bloque Centauros.
En síntesis, los procesos de colonización, altamente asociados a
los conflictos por la tierra, las bonanzas, especialmente la ilegal de la
coca, la precaria presencia estatal, y la debilidad de las organizaciones
sociales y comunitarias, acentuaron la crisis regional, y alentaron la
presencia de todas las vertientes de grupos armados ilegales en el
departamento.
8
“Esta guerra no da más: Entrevista a Carlos Castaño”, Revista Cambio 16, No. 235,
15 de diciembre 1997, p. 24.
9
Según el relato de Castaño, se reunió “con cuarenta y cinco grandes jerarcas de
los cultivos de coca. Les dije que si me daban la mitad de lo que le pagaban a la
guerrilla yo les respondía. Íbamos a acabar con la guerrilla, ya llegó la hora de
que me ayuden a mí”. Cfr. “Soy el ala moderada de las autodefensas: Entrevista
a Carlos Castaño (2)”, Revista Cambio 16, No. 236, 22 de diciembre 1996, p. 20.
10
Ibíd.
11
De acuerdo con informes de inteligencia, “los Mejía Múnera adquirieron en 2001
por dos millones de dólares una fuerza paramilitar con hombres entrenados y
armados y el derecho a utilizar la sigla de las Autodefensas Unidas de Colombia
(AUC) para actuar en su nombre en el departamento de Arauca y hacerse llamar
comandantes.” “Las Franquicias de las AUC.”, Vanguardia Liberal, 15 de Agosto
2004.
12
Ibid.
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13
Cfr. Cambio 16. Págs. 16-17
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 255
14
Reconstrucción realizada con base en consultas de fuentes institucionales y
directamente a través de entrevistas con actores involucrados
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 257
17
Durante el año 2004, a raíz del proceso de negociación con los paramilitares, fueron
conocidos en medios periodísticos una serie de transacciones realizadas por nar-
cotraficantes, con los paramilitares que se habían sentado en la mesa de Santa Fe
de Ralito, con el fin de alcanzar el estatus de paramilitares y, así, ser acogidos por
los supuestos beneficios jurídicos de las leyes promulgadas al respecto. Al sistema
transaccional se le conoció con el nombre de “compra-venta de franquicias”.
18
Miguel Arroyabe, natural de Amalfi, Antioquia, nacido el 10 de Agosto de 1954,
fue hombre cercano de los Castaño Gil. Arroyabe se convirtió en una figura re-
conocida para los colombianos, no sólo por su ascenso dentro de la organización
de las AUC, sino por su enfrentamiento con el grupo de Martín Llanos. Para la
Fiscalía era, además, conocido como “El hombre de los líquidos”, o “el señor de
los químicos”, por ser uno de los mayores distribuidores de insumos químicos
para la fabricación de cocaína. Igualmente, se le vinculaba con grupos de cobro
ilegal de protección que operan en Sanandresito, sector comercial ubicado en el
centro de Bogotá. Las autoridades afirman que Arroyabe tenía “oficinas de cobro”
y de sicarios en Bogotá, para extorsionar a los comerciantes y contrarrestar la
influencia de las Farc. En 2001, Miguel Arroyabe terminó de cumplir su condena
por enriquecimiento ilícito, luego de haber sido recluido en la cárcel La Modelo
en 1999. Otra orden de captura por narcotráfico, según la Fiscalía, fue cancelada
el 9 de mayo de 2002.
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 259
cidas por los hermanos Castaño19. Este bloque hizo presencia en los
municipios de San Martín, Granada, Mapiripán, Barranca de Upía,
Cabuyaro, Castilla La Nueva y, sobre la cuenca del Ariari-Güejar, en
los municipios de Fuente de Oro, Puerto Lleras, Puerto Rico, Puerto
Concordia, Vista Hermosa, San Juan de Arama y Lejanías. Sus pre-
tensiones de expansión sobre todo en el departamento del Meta y
Casanare motivaron la guerra contra Martín Llanos.
En el momento de mayor apogeo, el Bloque Centauros llego
a tener, según fuentes periodísticas, cerca de 6.000 combatientes,
aunque otras fuentes, basadas en trabajo de campo20, calcularon en
3.000 el número de hombres-armas pertenecientes a este bloque.
Éstos estuvieron distribuidos en distintos frentes que operaron en
casi todo el territorio del Meta, el Guaviare y parte del Casanare. En
Cundinamarca, y sobre todo en Bogotá, operaron a través del Bloque
Capital21. Este grupo se enfrentó con el Bloque República de las ACC,
19
Fuentes de prensa señalan que Arroyabe compró el Bloque Centauros por cerca
de siete millones de dólares. Sin embargo, en entrevista concedida por éste y su
asesor político “Camilo” a un periodista de El Tiempo en Santa Fe de Ralito, días
antes de que lo asesinaran, desmintió esa versión, pues, según ellos, “nadie da
toda esa plata para perderla” con la desmovilización.
20
Véase: José Jairo González, “Dinámica del Conflicto en el departamento del Meta”.
Informe BCPR-PNUD- CORDEPAZ, Villavicencio, septiembre 2004.
21
El Bloque Capital fue creado por el propio Carlos Castano en el año 2001, cuando
hombres bajo su mando llegaron a Bogotá, desde finales del 2000, procedentes de
Urabá. Estas fuerzas fueron reforzadas con miembros de grupos paramilitares que
operaban en el Sumapaz, Neiva, la zona esmeraldífera cundiboyacense, Melgar
y Girardot, según lo confesó el propio Castaño, en entrevista concedida al diario
El Tiempo en el 2001. El objetivo de este bloque era, según afirmó, “frenarle el
centro de abastecimiento a la guerrilla de material de intendencia, de campaña y
de guerra que sale de Bogotá”. En realidad, aparte del asesinato de los congresistas
Octavio Sarmiento, en Tame, Arauca, y de Luis Alfredo Colmenares, en Chía, en
el norte de Bogotá, y de las numerosas desapariciones y asesinatos de jóvenes y
líderes, acusados de ser auxiliadores de la guerrilla, se dedicaron más a organizar
su estructura financiera, principalmente a través del tristemente célebre Luis En-
rrique Rojas, alias Gary, encargado de las “oficinas de cobro” a los comerciantes
de los Sanandresitos, Corabastos, 7 de agosto y el Restrepo, principalmente.
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Cuchillo, nacido en Cundinamarca, tiene aproximadamente 38 años. Antes de
su vinculación al Bloque Centauros pertenecía al Bloque Vencedores de Arauca,
donde delinquió al lado de Pablo Arauca, uno de sus comandantes.
23
Jorge Pirata, de aproximadamente 47 años, es un curtido combatiente paramilitar
que se inicio en las filas de los paramilitares del Magdalena Medio, en la década
de los 80. Luego pasó a operar en reductos paramilitares de las Autdefensas del
Norte de Casanare, al mando del exteniente del ejército, Riquelme Plata, hasta
que, finalmente, manteniendo el control sobre un amplio sector por las zonas
del Ariari y San Martín, aceptó la subordinación a las nuevas fuerzas del Bloque
Centauros de Arroyabe.
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26
Rondón, exalcalde del municipio de El Dorado, en el Alto Ariari, gestor, paradó-
jicamente, de un proceso de acercamiento con el municipio de El Castillo, que le
mereció el premio nacional de paz de las Naciones Unidas en Colombia en el 2002.
Rondón se comprometió a fondo con una campaña de pacificación de marcados
ribetes contrainsurgentes, aliado visible del Bloque Centauros, pues días antes
de su muerte había publicado una carta abierta en El Tiempo, desmintiendo las
denuncias sobre la paz de la región amenazada por la avanzada paramilitar, fue
asesinado, según las versiones mas creíbles por su propio aliado paramilitar, como
una salida al impasse presentado a raíz del precario triunfo alcanzado por su rival
a la gobernación, triunfo envuelto en escándalos sobre inhabilidades, financiación
de las campañas, presiones ilegales e impunidad.
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Véase El Tiempo, “En el corazón de la guerra paramilitar”, 29 de julio 2004.
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Entrevista con el Defensor del Pueblo del departamento del Casanare, agosto de
2004. Según esta misma fuente el 70%, de los combatientes muertos pertenecían al
Bloque Centauros de Miguel Arroyabe y el otro 30% a las ACC de Martín Llanos.
31
El Tiempo, 30 de octubre 2004.
32
Véase partes militares de las ACC.
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 267
33
Según la información obtenida en trabajo de campo, habiéndose agotado las
fuerzas de reposición local y regional, los bloques paramilitares enfrentados
aplicaron una política de reclutamiento o vinculación forzada o con engaño de
centenares de jóvenes en las ciudades de Medellín, Pereira, Girardot, Armenia,
Ibagué, entre otras, para trasladarlos a los Llanos Orientales. Se calcula que, por
este método, se vincularon en un solo semestre cerca de un millar de jóvenes.
34
Véase El Tiempo, 2 de agosto 2004.
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35
El Tiempo, 19 de septiembre 2004.
36
Desde el comienzo de su mandato, el gobernador del Casanare se vio envuelto
en escándalos de corrupción, visibilizados aún más por la confrontación entre
paramilitares. De hecho, fueron las ACC de Martín Llanos las que hicieron llegar
a los medios de comunicación el video donde aparecía el gobernador recibiendo
una gruesa suma de dinero por parte de los paramilitares de Llanos, hecho que
posteriormente dio origen a su destitución y encarcelamiento. Las medidas es-
tuvieron precedidas por la orden de suspensión temporal por parte del Ministro
del interior y de la Justicia. Véase El Tiempo, 3 de enero 2003.
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37
Información obtenida en la Fundación Seguridad y Democracia.
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38
Véase “Carta del Estado Mayor del Bloque Centauros dirigida al Alto Comisionado
de Paz y al Delegado de la OEA”, 31 de marzo de 2.004: “Planteamiento político
del estado Mayor del Bloque Centauros frente al actual proceso de negociación.”,
en: www.bloquecenturos.org.
Los paramilitares y el colapso estatal en Meta y Casanare / José J. González 275
Uno de los efectos más notorios del escalamiento del conflicto es,
sin duda, el deterioro de la gobernabilidad local. Como lo señala el
Informe Nacional de Desarrollo Humano-2003 para Colombia, la
“calidad” de la gobernabilidad local está altamente asociada al con-
flicto armado, como también al manejo y resolución de los conflictos.
En este sentido, agrega el informe, “la literatura internacional sobre
desarrollo humano subraya la importancia de la gobernabilidad local
para manejar y resolver conflictos violentos. También destaca el papel
de la descentralización efectiva en el aumento de poder ciudadano y
en la construcción de alianzas para enfrentar la violencia”39.
En rigor, la gobernabilidad local no puede reducirse a una
respuesta del Estado central, resultado de ajustes institucionales, re-
organización de las funciones estatales o reasignación de las mismas
en los niveles subnacionales. Esa gobernabilidad está asociada con
la democracia y apunta a la desconcentración política por la vía de la
ampliación de los canales de participación ciudadana, el empodera-
miento de las comunidades locales y su incidencia en las estructuras
de decisión local.
De hecho, las administraciones subnacionales, de por sí enfren-
tadas a dificultades en su ordenamiento institucional, principalmente
a causa de la debilidad de sus entidades, y asociadas a esquemas
clientelistas, ven ahora amenazada, aún más, su precaria gobernabi-
lidad por la expansión de las estructuras armadas ilegales. Éstas han
logrado implantar su lógica dentro de los esquemas administrativos,
funcionales y políticos, principalmente de las administraciones mu-
nicipales, en los departamentos de los Llanos.
En efecto, el trabajo realizado en terreno puso en evidencia las
condiciones de subordinación, y, en algunos casos, de colapso, de las
administraciones locales y de los sistemas de representación electoral
39
Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia-2003, El Conflicto: Callejón
con salida, PNUD, Bogotá, p. 323.
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40
Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia-2003. Idem.
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Conclusiones
41
Mauricio Romero, “Identidades políticas: Intervención estatal y paramilitares. El
Caso del departamento de Córdoba”, en: Controversia. Segunda etapa, No. 173,
Santa Fe de Bogotá, CINEP, Diciembre 1998
280 Parapolítica. La ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos
paramilitares, y es muy poco probable que estos grupos logren alli una
expansión permanente en el futuro cercano.
En este contexto, una buena proporción de las elites locales y
regionales del Meta y Casanare aceptó las ofertas de seguridad y co-
operación de los diferentes grupos paramilitares, y se hizo evidente la
delegación de hecho que las Fuerzas Militares le hicieron en términos
de control de territorio y contención de la guerrilla. Los efectos de esta
decisión fueron devastadores en términos de democracia, colapso del
estado local y vigencia de la Constitución del 91, como se observó a lo
largo del texto. Para la mayoría de la población rural (colonos, campe-
sinos, pequeños agricultores e indígenas), entre tanto, esos grupos han
sido un actor externo y violento frente al cual no queda más remedio
que obedecer o huir. El comportamiento de las autoridades civiles y mi-
litares que, por omisión o acción, facilitaron la creación y consolidación
de los grupos paramilitares ha demostrado que sus intereses son muy
diferentes a los de los sectores más pobres o de quienes no han aceptado
ese dominio armado, los cuales han padecido el peso de la violencia y
despojo por parte de los llamados grupos de autodefensa.
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Bibliografía