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1. Masacre de El Mozote, una perspectiva desde la única sobreviviente.

“A las doce del mediodía ya habían terminado de matar a todos los hombres, mi
esposo, Domingo Claros, fue el primero en morir. Iba en uno de los primeros
grupos, pero comenzó a forcejear y le dispararon. Como estaba vivo, un soldado
se acercó y lo degolló (…). Y las mujeres no corrieron mejor suerte”. Son palabras
de Rufina Amaya, la única mujer que sobrevivió a la masacre de El Mozote, un
poblado campesino del oriente de El Salvador. “Un día antes de la llegada de los
militares, Marcos Díaz, el dueño de la única tienda del lugar y el hombre más rico
de El Mozote, había convocado a la mayoría de los pobladores del caserío para
comunicarles que habían tenido un encuentro con un oficial de ejército”, contó la
campesina.

“Según Díaz, el oficial le confió que lanzarían un gran operativo militar para
despejas de guerrilleros la zona norte de Morazán y que, además, le había
prometido que los habitantes de El Mozote no tenían nada que temer mientras se
encontraran en sus casas” .Sin embargo, la madrugada del 11 de diciembre los
sacaron de sus viviendas, separaron a mujeres y niños de hombres y ancianos, y
los encerraron, al primer grupo en una casa y al segundo en la iglesia, relató
Amaya. Allí los interrogaron sobre las actividades de la guerrilla. Mientras eso
sucedía, según la testigo y superviviente, en la plaza aterrizó un helicóptero y de él
bajaron los “colaboradores de (el teniente coronel Domingo) Monterrosa”,
comandante del Batallón de Infantería de Reacción Especial Atlacatl, el cuerpo
militar al que se le atribuye la masacre, y quien moriría en un accidente de
helicóptero en 1984.

Amaya relató que primero fueron torturados y ejecutados los hombres, luego las
mujeres y finalmente los niños, estos últimos en el mismo lugar en el que habían
sido encerrados. “A las cinco de la tarde me sacaron a mí junto a un grupo de 22

mujeres. Yo me quedé la última de la fila. Aún le daba el pecho a mi niña. Me la


quitaron de los brazos”, narró Amaya en unas declaraciones recogidas en el libro
“Luciérnagas en El Mozote” (1996). “Cuando llegamos a la casa de Israel
Márquez, pude ver la montaña de muertos… Yo me arrodillé acordándome de mis
cuatro niños. En ese momento di media vuelta, me tiré y me metí detrás de un
palito (arbusto) de manzana. Con el dedo agachaba la rama para que no se me
miraran los pies”.

Amaya permaneció escondida ocho días en una cueva cercana, hasta que fue
hallada por una tropa de la guerrilla y fue transportada a un campo de refugiados.
A los pocos días, el 24 de diciembre, contó lo ocurrido en El Mozote a la emisora
clandestina Radio Venceremos, la voz oficial del Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN), entonces guerrilla. Pero la junta de gobierno de El
Salvador y la embajada de Estados Unidos consideraron que el relato era
“propaganda izquierdista” y de “fuentes no confiables”. El tema alcanzó a la
opinión pública internacional el 27 de enero de 1982, cuando los diarios
estadounidenses The New York Times y The Washington Post publicaron sendos
reportajes sobre El Mozote.

El gobierno de El Salvador negó la masacre durante años. El 26 de octubre de


1990 Pedro Chicas Romero, un campesino que perdió a toda su familia en la
masacre, presentó asesorado por la ONU una denuncia ante la justicia de El
Salvador Cuatro días después, la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San
Salvador presentó una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, en la que se alegaba la responsabilidad internacional del Estado
salvadoreño por la “violación de los derechos humanos de 765 personas,
ejecutadas extrajudicialmente durante el operativo”.

2. Consecuencias legales

La admisión del caso por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


Desde 2002, Tutela Legal del Arzobispado Promovió acciones orientadas a que la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) reabriera su conocimiento
Del caso de la masacre de El Mozote, que se Encontraba archivado por la citada
Comisión Porque las partes no habían enviado la información requerida. El 24 de
marzo de 2006, La CIDH notificó el informe de admisibilidad De la denuncia
interpuesta por Tutela Legal Del Arzobispado por violaciones a los derechos
humanos ocurridas durante la masacre De El Mozote y sitios aledaños. Al
pronunciarse sobre el fondo del caso, la Comisión Interamericana llegó a la
conclusión de que El Estado de El Salvador es responsable internacionalmente
por siete graves violaciones De derechos humanos:

1) La violación de Los derechos a la vida, integridad personal Y libertad personal.

2) la violación de las Obligaciones especiales respecto de los niños Y las niñas,


establecidas en el artículo 19 de La Convención Americana.

3) La violación de los derechos a la integridad personal y Vida privada.

4) La violación del derecho a la propiedad privada consagrado en el artículo 21 de


la Convención Americana, en perjuicio de las víctimas ejecutadas que fueron
despojadas de sus bienes, así como de los sobrevivientes cuyas viviendas fueron
destruidas o sus medios de subsistencia arrebatados o eliminados

5) la violación de los derechos a la integridad personal consagrado en el Artículo


22 de la Convención Americana, en perjuicio de los sobrevivientes y familiares de
las víctimas ejecutadas.

6) La violación del derecho a la libertad de circulación y residencia consagrado en


el artículo 22 de la Convención Americana, en perjuicio de las personas
desplazadas forzosamente

y la violación de los derechos a las garantías judiciales y protección judicial


consagrados en los Artículos 8 y 25 de la Convención Americana, en perjuicio de
los sobrevivientes y familiares de las víctimas ejecutadas.

Medidas de reparación ordenadas La Comisión solicitó, a la Corte Interamericana,


que dispusiera las siguientes Medidas de reparación:

✓ Reparar adecuadamente las violaciones de derechos humanos tanto en el


aspecto material como moral, incluyendo el establecimiento y difusión de la
verdad histórica de los hechos, la recuperación de la memoria de las
víctimas fallecidas y la implementación de un programa adecuado de
atención psicosocial a Los familiares sobrevivientes.

✓ Establecer un mecanismo que permita, en la mayor medida posible, la


identificación completa de las víctimas ejecutadas en las Masacres de El
Mozote y lugares aledaños y proveer lo necesario para dar continuidad a La
exhumación, identificación y devolución de los restos mortales de dichas
víctimas, según los deseos de sus familiares. Asimismo, este mecanismo
deberá facilitar la identificación completa de los familiares de las víctimas
ejecutadas, de manera que puedan ser beneficiarios de las reparaciones
dispuestas. Dejar sin efecto la Ley de Amnistía General para la
consolidación de la Paz en cuanto impide la investigación, juzgamiento y
sanción de los responsables de violaciones a los derechos humanos y los
derechos de las víctimas a la verdad, justicia y reparación.

✓ Así mismo, se deben eliminar otros obstáculos de iure o de facto, como


prácticas de autoridades judiciales o investigativas. El Estado debe
proceder inmediatamente a investigar de manera imparcial, efectiva y
dentro de un plazo razonable, con el objeto de esclarecer hechos en forma
completa, identificar a los autores intelectuales y materiales e imponer las
sanciones que correspondan. En el cumplimiento inmediato de esta
obligación, las autoridades salvadoreñas no pueden invocar la vigencia de
la Ley De Amnistía General. Disponer las medidas administrativas,
disciplinarias o penales correspondientes frente a las acciones u omisiones
de los funcionarios estatales que contribuyeron a la denegación de justicia e
impunidad en la que se encuentran los hechos del caso o que participaron
en medidas para obstaculizar los procesos destinados a identificar y
sancionar a los responsables.

✓ Adoptar las medidas necesarias para evitar que, en el futuro, se produzcan


hechos similares, conforme al deber de prevención y garantía de los
derechos humanos reconocidos en la convención americana; en particular,
implementar programas permanentes de derechos humanos y derecho
internacional humanitario en las escuelas de formación de las fuerzas
armadas.1²

² Carlos Ayala Ramírez, memoria de las víctimas y desagravio, ECA (Estudios Centroamericanos), Volumen
67, Número 278.

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