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Antropología Social
Universidad de Jaén (UJA)
4 pag.
13 a
Véase Johannes von Uexküll, Theoretische Biologie (2 ed. Berlín, 1938); Unwelt und Innenwelt der Tiere
a
(1909; 2 ed. Berlín, 1921).
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CON NUESTRA definición del hombre como animal simbólico hemos llegado a la
primera etapa para investigaciones ulteriores. Es necesario desarrollar ahora en
algún grado esta definición para dotarla de una mayor precisión. Es innegable
que el pensamiento simbólico y la conducta simbólica se hallan entre los rasgos
más característicos de la vida humana y que todo el progreso de la cultura se
basa en estas condiciones. Pero ¿estamos autorizados para considerarlas como
dote especial del hombre, con exclusión de los demás seres orgánicos? ¿No
constituye el simbolismo un principio que puede retrotraerse hasta una fuente
mucho más honda y que posee un ámbito de aplicabilidad mucho más amplio? Si
respondemos a esta cuestión en sentido negativo habrá que confesar nuestra
ignorancia en lo que concierne a muchas cuestiones fundamentales que han
ocupado perennemente el centro de la atención en la filosofía de la cultura. La
cuestión acerca del origen del lenguaje, del arte y de la religión no encontrará res-
puesta y quedaremos abandonados frente a la cultura como ante un hecho dado
que parece, en cierto sentido, aislado y, por consiguiente, ininteligible.
Se comprende que los científicos hayan rehusado siempre aceptar semejante
solución. Han realizado grandes esfuerzos para conectar el hecho del simbolismo
"con otros hechos bien conocidos y más elementales. Se ha sentido que este
problema revestía una importancia extraordinaria pero, por desgracia, pocas veces
ha sido abordado con una mente enteramente abierta. Desde un principio ha sido
oscurecido y enturbiado por otras cuestiones que pertenecen a un campo de las
discusiones completamente diferente. En lugar de proporcionarnos una descripción
y un análisis netos del fenómeno mismo, el cambio de ideas en torno a este
problema se ha convertido en una disputa metafísica. Ha resultado el caballo de
batalla de los diversos sistemas metafísicos: entre idealismo y materialismo, entre
espiritualismo y naturalismo. Para todos estos sistemas la cuestión del
simbolismo se ha convertido en un problema crucial del que parecía depender la
forma futura de la ciencia y de la metafísica.
No nos interesa en este lugar este aspecto del problema, ya que nos hemos,
propuesto una tarea mucho más modesta y concreta. Trataremos de describir la
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