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Si existe una figura clave en el nacimiento del teatro en Grecia, es sin duda alguna la del
dios Dioniso. Hijo de una mortal y de un dios, es la divinidad de la fecundidad, de la
vegetación y de la vendimia, características que le permitirán ser figura principal en la
sociedad agrícola y ganadera de la Grecia primitiva.
En honor a Dioniso, se sacrifica un carnero cuya sangre fecunda los campos y se danza,
danzan los trasgos (danzantes representantes de los sátiros, de hecho, trasgo significa macho
cabrío en griego) y a la vez que bailan salmodian algunos textos: estamos ante el precedente
del coro. Mientras el carnero se sacrifica sobre un altar, los trasgos giran alrededor de él con
sus salmodias y sus danzas. Esto es el ditirambo.
De " trasgos" derivará el término tragedia (tragoidía: canto del trasgo). Por su parte la
comedia, derivará del término "comos" que sería otro tipo de "gritos" lanzados por los
danzantes dionisíacos, un tanto "subidos de tono" durante estas fiestas dionisíacas.
Sea como fuere, el ditirambo es un precedente del teatro helénico pues ya encontramos la
principal característica, lo fundamental del teatro: gente que mira y gente que actúa.
De lo religioso a lo humano
Sin embargo, el paso más importante aún estaba por darse. El simple canto de loa o de
petición a un dios poco tenía que ver con el teatro, aunque sí con la teatralidad. Hacía falta
que se "cantase" a un hombre y no a un dios. El rito religioso debía retirarse de la escena
para dejar paso al hombre.
Ese paso lo dio Grecia. Dioniso era mitad hombre, luego ¿por qué no cantar a un hombre
que hubiera muerto y fuera célebre? La naturaleza semihumana de Dioniso permitió a
Grecia lo que otras culturas no habían alcanzado, secularizar el ditirambo.
Introducciones al ditirambo
Por otra parte, tal vez, la monotonía de las danzas y de las salmodias llevara a los trasgos a
introducir nuevos elementos en el ritual, por ejemplo, algún integrante del coro saldría de él
para salmodiar otra cosa (es el corifeo) y el coro le respondería (el ritornello), poco a poco el
ditirambo iría evolucionando hacia el teatro. Así, por ejemplo, en un principio un "primer
actor" salió del coro para disfrazarse de Dioniso, más tarde se representarían escenas de la
vida del dios y luego, finalmente, de los hombres.
Se afirma que el primero en separarse del coro fue Tespis, el primer hombre de teatro que se
conoce. Tespis viajaba con su barco de isla en isla saliendo en cada fiesta dionisíaca del coro
para intercalar ritornellos con el coro. Sin embargo, Tespis era solo un cuentacuentos, le
faltaba el principal de los elementos del teatro: el diálogo. Tespis no era un personaje, sólo
un narrador que intercalaba con el coro. En esta primera etapa, aún no era teatro
propiamente dicho lo que se hacía.
Grandes Dionisíacas
Sabemos que hacia el siglo V a.C. se celebraban en primavera unas fiestas llamadas
"Grandes Dionisíacas" en honor a Dioniso y en las que había ya representaciones teatrales,
especialmente tragedias, y que más tarde fueron incluyendo comedias y dramas satíricos en
su repertorio. Las fiestas comenzaban con una especie de procesión en honor al dios en las
que un sacerdote montando en un barco y acompañado por flautistas representaba a Dioniso.
Hacia el 535 a.C. en las Grandes Dionisíacas, Tespis resulta ganador del certamen
dramático.
Las fiestas duraban varios días. Previamente la ciudad había escogido a tres o cuatro poetas
para que durante estos días representaran sus obras teatrales, generalmente presentaban una
tetralogía (tres tragedias - que eran la trilogía - y un drama satírico), y el público decidía, tras
ver las obras, cuál de los poetas merecía ser ganador. Posteriormente se fue introduciendo
una comedia al final de las fiestas.
Cuando Esquilo, el primero de los tres grandes trágicos, llega al teatro, este ya es una
práctica totalmente desarrollada y Esquilo se sirve de un protagonista y de un
deuteragonista. Es Esquilo quien lleva este segundo personaje a la obra, lo que le procura
innumerables y nuevas posibilidades (así, por ejemplo, en las obras de Esquilo nunca hay
más de tres personajes juntos en escena). A pesar de las introducciones de los autores que
van llegando, el teatro sigue manteniendo ciertos aspectos del ditirambo que nunca
desaparecerán, como es el coro o el altar en medio de la orquestra. Después de Esquilo, el
número de actores se eleva a tres, es decir, aparece el triagonista, y ha de suponerse que
alguna vez hubo hasta cuatro actores.
La tragedia
La tragedia es seguramente la más brillante de las invenciones griegas y la que mayor
esplendor alcanzó, contemporánea e históricamente. La tragedia griega clásica supone el
inicio de un género que aún hoy en día pervive y que sigue tomando como ejemplos
indiscutibles de maestría aquellas obras que en la Grecia Clásica se escribieran mucho antes
del nacimiento de Cristo. La tragedia griega fue y sigue siendo el canon de perfección
temática y formal del género dramático.
Se nos mostrará al héroe en su momento más humano, más visceral, hasta el punto de que, a
pesar de ser héroes de la mitología y de las leyendas helénicas, siguen siendo hoy arquetipos
ejemplares de las pasiones humanas más profundas y antropológicas. A ello y a su maestría,
equilibro y perfección indiscutibles, tal vez se deba el hecho de que las tragedias griegas han
sido las obras teatrales más veces adaptadas, representadas o versionadas. Baste el número
de Antígonas, Electras o Edipos que desde su primera representación en la época antigua
hasta hoy han sido representadas.
La tragedia griega, supone pues, el momento cumbre de la lucha entre el hombre - héroe y el
destino, el hado funesto ante el cual nada es posible y sólo queda la estoica resignación, he
aquí el héroe dramático griego. En cualquier caso, si escapar al destino es posible, sólo
puede hacerse mediante el artificio dramático del deus ex machina, esto es, un dios aparece
en la obra para salvar al héroe.
Estructura de la tragedia
En la estructura de la tragedia griega se distinguen las siguientes partes:
Prólogo: de forma monologada generalmente, o dialogada en algunos casos, en el prólogo
se cuentan los antecedentes de la historia que se va a representar y en qué punto esta
comienza a relatarse, además de situarnos y anticiparnos la historia.
Párodos: es el canto inicial del coro, debe su nombre a la escalinata por la que el coro subía
desde la orquestra a la escena.
Episodios: su correspondiente actual serían los actos. Estaban separados unos de otros por
cantos del coro llamados estásimos.
Éxodo: es el último de los episodios que consiste en la salida del coro tras su última
intervención.
Las normas clásicas
Toda obra trágica del teatro helénico se configura de acuerdo con las denominada
"normas clásicas" por haber sido utilizadas, precisamente, en la Grecia Clásica. Estas
normas clásicas son: unidad de tiempo, unidad de acción, unidad de espacio. Una obra no
debe sobrepasar un día (en los hechos que narra); no debe tener acciones secundarias, sino
una sola y principal; y un solo espacio, es decir, el escenario sólo puede representar un
espacio físico concreto (un palacio, o un jardín...), pero nunca varios (no se permite
convertir el escenario, por ejemplo, de los exteriores de un palacio, a los interiores).
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