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protección, normalmente más precaria y separada que la de las escuelas por lo
que conviene evitar las caídas.
El trazado de las vías no siempre es evidente y la habilidad para encontrar el
“camino” en la roca, que se adquiere con el tiempo y la práctica, es fundamental si
no queremos meternos en embrollos difíciles de deshacer.
El acceso suele comportar aproximaciones más o menos largas, a veces de varias
horas, y los descensos desde la cumbre pueden ser largos y complicados. La
permanencia en la montaña es prolongada, incluso de más de un día, con lo que se
está más expuesto a las inclemencias del tiempo.
En caso de accidente las evacuaciones son problemáticas.
El equipo es más voluminoso y pesado, por lo que puede ser necesario escalar con
mochila o izando un petate.
Conclusión.
A modo de conclusión diríamos que la escalada deportiva persigue la superación
de dificultades técnicas de la forma más efectiva y rápida posible, pero con un
riesgo calculado comparable al de muchos otros deportes de competición.
En la escalada clásica en cambio, la mayor o menor dificultad no es más que uno
de los muchos factores, algunos impredecibles, que determinan la envergadura
del reto que el alpinista decide afrontar, y cuya culminación va más allá de la
mera gimnasia. No batirá récords, ni ganará más trofeos que la intima
satisfacción de alcanzar la cumbre por un itinerario difícil y elegante, unido por
la cuerda a sus amigos.
Material
Leer atentamente, entender, y aplicar las instrucciones del fabricante sobre el
uso y limitaciones de cada pieza, es indispensable si queremos poder confiar
plenamente en nuestro material
Material personal:
Casco.
Para la escalada el casco es absolutamente imprescindible. Nos protegerá, no
solo de caídas de piedras, sino también de choques contra la pared si nos caemos,
e incluso de tropezones involuntarios contra esta mientras se escala.
Se fabrican en varios tipos de plásticos o en fibras de carbono o de vidrio, son
ligeros y están diseñados para absorber la mayor parte de la energía de un
choque.
Pies de gato.
En general debemos evitar, para iniciarnos, los modelos excesivamente
especializados de escalada deportiva y elegir un calzado lo más polivalente,
cómodo y protector posible.
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Arneses.
El arnés nos une a la cuerda y reparte en una zona amplia del cuerpo la fuerza de
un posible choque.
Podemos encontrar modelos muy ligeros destinados a la escalada deportiva o
buscar opciones más robustas, con cintura y perneras anchas que nos den la
necesaria comodidad en reuniones colgadas rapel, artificial etc. Un amplio
portamaterial es importante cuando se trata de llevar algo más que una docena
de cintas exprés.
Por otra parte, las perneras ajustables permiten adaptar el arnés a situaciones
en las que llevemos ropa gruesa y tengamos que ponérnoslo o quitarlo con botas
de alta montaña e incluso con crampones, por lo que si queremos un modelo lo más
versátil posible, esta será la opción.
Existe una gran variedad tanto en modelos como en marcas, por lo que solamente
mencionaremos algunos de los más populares. En cualquier caso, y como siempre,
es vital leer atentamente las instrucciones del fabricante para cada modelo,
entenderlas y si es posible practicarlas asesorado por personal competente.
La mayoría permiten tanto asegurar al primero y al segundo como rapelar.
Algunos modelos pueden utilizarse con cuerda doble y otros solo con simple,
tampoco todos son aptos para cualquier diámetro de cuerda.
Podríamos establecer dos categorías: estáticos y dinámicos.
Los dispositivos estáticos frenan en seco, incluso casi sin intervención del
asegurador por lo que solo deben emplearse para asegurar al primero si la vía
está dotada de anclajes muy resistentes, ya que los carga mucho más. Por ello
suelen utilizarse más en deportiva que en clásica.
Quizá el más conocido y usado actualmente sea el Grigri, apto solo para cuerda
simple.
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TÉCNICA BASICA
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Los dispositivos dinámicos permiten un cierto recorrido de la cuerda a través
del aparato durante la caída, solicitando menos los anclajes del largo, por lo que
son más aptos para vías desequipadas. Por el contrario requieren una atención
constante por parte del asegurador, que además podría quemarse con la cuerda
si no utiliza guante.
Entre los más utilizados actualmente se encuentran los distintos tipos de
Reverso y las “cestas”.
El ocho es el descensor de rapel más popular pero, aunque fue muy utilizado para
asegurar en el pasado, no es apto para tal fin por su baja capacidad de frenado
en caídas importantes.
Material colectivo:
Cuerdas.
Actualmente, las cuerdas dinámicas de escalada se fabrican con una fibra
sintética similar al nailon, la poliamida. Este material posee una alta resistencia a
la tracción, elevada capacidad de absorción de energía y bajo peso.
Están compuestas de una camisa protectora exterior y un “alma” interior, y su
longitud y diámetro dependerán del uso a que estén destinadas, y de si van a
usarse como cuerdas simples, dobles o gemelas.
Las longitudes más habituales van desde 50 a 80 m. Y los diámetros, en
milímetros, pueden oscilar entre 7,5 y 8 para las gemelas, 8 y 9 para uso en
doble, y 10, 10,5 para uso en simple. Aunque la tendencia de todos los
fabricantes es ir reduciéndolos sin perder resistencia, y actualmente pueden
encontrarse ya en el mercado diámetros algo inferiores para cada modalidad.
Para elegir la cuerda adecuada es importante tener en cuenta los siguientes
parámetros:
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Fuerza de choque.
Se trata del impacto que transmite la cuerda al cuerpo del escalador tras la
caída más fuerte que se pueda sufrir. Y que se reduce gracias a la enorme
elasticidad de las cuerdas, cuanto menor sea la fuerza de choque indicada en la
etiqueta, más suave será la detención de la caída.
Para entender fácilmente esta cuestión podemos pensar que la mayor resistencia
la podría proporcionar un cable de acero, pero sus nulas elasticidad y capacidad
de absorción del impacto, harían que este recayese exclusivamente sobre el
cuerpo del escalador con las consecuencias que pueden fácilmente imaginarse.
Por el contrario, un cable de goma proporcionaría el máximo de elasticidad pero
convertiría la caída en una especie de peligroso “yo-yo”. El término medio ideal es
el que se busca en una cuerda de escalada y esta es también la razón por la que
no debe escalarse con cuerdas estáticas, capaces de soportar mucho peso, pero
no de absorber el choque.
Factor de caída.
Resistencia a la abrasión.
Otras características.
Las cuerdas hidrófugas son aconsejables para evitar aumento de peso de tras
mojarse y la dificultad en el manejo cuando se congelan mojadas.
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Existen modelos diseñados para soportar choques sobre ángulos muy reducidos
(aristas, lajas, espolones) que podrían llegar a cizallar la cuerda.
De todo lo anteriormente expuesto y, en general, del tipo de uso que se le dé a la
cuerda, dependerá su vida útil.
Conservación de las cuerdas: evitar rappels y descuelgues innecesarios, roces en
cantos y aristas y, en la medida de lo posible, el contacto con la tierra. Seguir las
instrucciones del fabricante en lo referente al lavado.
Mosquetones.
Los mosquetones tienen como principal fin unir diversos elementos del material
por medio de su cierre lateral. Especialmente la cuerda a los anclajes, utilizando
dos mosquetones unidos por una cinta (exprés), pero también el arnés a los
descensores y placas de freno, o al punto central de las reuniones. En estos
casos se utilizan mosquetones de mayor tamaño y resistencia, con seguro en el
cierre.
Fabricados con una aleación de aluminio y zinc, su capacidad de resistencia se
mide en KiloNewtons (KN, masa x aceleración), y varía en función de la dirección
de la fuerza, siendo considerablemente mayor cuando esta se ejerce en sentido
longitudinal que en transversal, y disminuyendo mucho si el mosquetón está
abierto. El fabricante graba en cada unidad la resistencia máxima en cada una de
estas situaciones.
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Anclajes usados en escalada deportiva
Buriles.
Espits.
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Parabolts.
Químicos
Tan fiables como los parabolt o incluso más, pero exclusivos de algunas vías de
deportiva.
También se instalan perforando a máquina (unos 8cm.) y se fijan mediante resina
epoxi de alta resistencia. Duran más de 30 años y son fáciles de reconocer
porque no llevan chapa sino una anilla fija.
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Cordinos.
Se trata de cuerda de diámetro inferior a la utilizada en escalada, (5 a8 Mm.)
que tiene una importante función auxiliar: montaje de reuniones, anclajes en
elementos naturales, prolongación de los seguros para evitar roce de la cuerda,
nudos auxiliares etc. Se utiliza en anillos de diferentes longitudes anudados con
un doble o triple pescador.
Cintas.
Su función es similar a la de los cordinos, puede utilizarse en anillos anudados
(nudo de cinta) y, actualmente también cosida, más resistentes. Entre los anillos
de cinta cosida se encuentran las cintas expres, de diferentes longitudes, que
forman junto con dos mosquetones la unidad de anclaje que une la cuerda a la
protección colocada en la pared.
Tanto cordinos como cintas se fabrican en poliamida, el mismo material que las
cuerdas, (y por lo tanto son dinámicos).
Actualmente podemos encontrar ambos también en otros materiales mucho más
resistentes: kevlar, spectra, dynema, aramida etc. de textura más rígida, pero
se trata de tejidos estáticos en el caso de las cintas y semiestáticos en el de los
cordinos, algo a tener en cuenta en determinadas situaciones.
Cintas probadoras (“Daisy chain”) y cintas disipadoras.
Escalada libre.
A- Concepto.
B-Técnica.
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Escalar implica una sucesión de movimientos acíclicos (al contrario que la marcha
en que los movimientos son cíclicos) en la que intervienen las cuatro
extremidades. El centro de gravedad corporal puede desplazarse
involuntariamente provocando la pérdida del equilibrio, por lo que los movimientos
deberán obedecer a una técnica que asegure la buena situación de este, tanto en
posición estática como dinámica.
Existen ciertas normas básicas a respetar por cualquier principiante, aunque la
práctica y el progresivo aumento de la dificultad harán que, en ocasiones
tengamos que ignorar o modificar alguna de ellas:
Dos pies y una mano o dos manos y un pie, un solo miembro en movimiento ayuda a
mantener el equilibrio.
Partiendo de los cuatro puntos de apoyo iniciales, cada paso implica trasladar el
peso que soporta un pie (pierna extendida) hasta el otro pie que hemos cambiado
a un nuevo apoyo (pierna flexionada). Traslación que se realiza a través de las
caderas con un desplazamiento lateral respecto a la línea de ascenso desplazando
el centro de gravedad sobre la pierna que apoya y levantándonos sobre ella
extendiendo completamente la rodilla.
Entonces buscamos un nuevo apoyo para la pierna sin peso a la altura de las
rodillas y cuando los brazos queden bajos, los movemos alternativamente hacia
presas superiores.
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Cuerpo separado de la pared.
Nos permitirá ver mejor las presas, tanto de manos como de pies. Mantener los
brazos extendidos no más alto que la altura de la cabeza permite conseguir esta
posición. Solo en el momento de superar el paso nos aproximaremos más a la
pared, aunque debe evitarse en lo posible, dar pasos demasiado largos subiendo
mucho un brazo o una pierna, sobreestirarse desequilibra y somete a la
musculatura a un esfuerzo mayor. Es preferible intentar aprovechar presas o
apoyos más cercanos aunque aparentemente no sean tan buenos. Ligeros giros de
cadera en el sentido adecuado permiten aprovechar mejor las fisuras y resaltes
verticales.
Son las extremidades más fuertes, la fuerza de los brazos debe reservarse para
los pasos que la hagan indispensable. Mantenerlas algo separadas aporta, salvo
excepciones, estabilidad lateral.
Así mismo, debemos alternar con frecuencia el trabajo de brazos y piernas
cambiando de la tracción al apoyo alternativamente y evitando la excesiva fatiga
de una de ellas.
Apoyar las rodillas tampoco es conveniente.
Quedar bloqueados sin poder subir ni bajar, en una posición tan comprometida
que solo puede mantenerse unos instantes, mientras sentimos que desaparecen
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las fuerzas, suele ser el preludio de una caída. Para evitar tal cosa, el escalador
debe anticipar los movimientos de toda una secuencia de pasos, hasta llegar a la
próxima posición que le permita descansar.
No siempre pueden verse todas las presas en los próximos metros, y menos aún
saber si nos serán de utilidad, pero al menos debemos tener siempre previstos un
par de pasos por encima del que estamos dando.
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Empotramientos de mano y puño.
Cazo o buzón.
Agarres para dedos. Regletas y rebabas (mejor con canto que planos). Mono
dedos y bidedos. (Agujeros)
Agarres laterales. Fisuras verticales y resaltes.
Agarres en pinza.
Agarres invertidos. (Frecuentes bajo los resaltes y desplomes), permiten
separarse de la pared para mirar.
Apoyos de manos y cantos romos.
Empotramientos de manos y puños en fisuras verticales. (Frecuentes en
granito)
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Utilización de los pies.
Oposición.
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Tracción en sentidos opuestos. Normalmente se utiliza cuando encontramos
agarres bastante buenos para las manos, pero mínimos o inexistentes para los
pies. Además de pasos aislados que pueden resolverse de esta manera, quizá el
ejemplo más característico (chimeneas aparte), sea la bavaresa o Dülfer, Técnica
bastante atlética en la que se aprovechan fisuras verticales o inclinadas con
buen agarre de manos para tirar hacia fuera con estas, mientras se empuja con
los pies en adherencia contra la pared en sentido opuesto.
Quizá el tipo de escalada más antiguo, ya que los pioneros, antes de atacar placas
aparentemente lisas e infranqueables para los medios y técnicas de la época,
preferían utilizar los puntos débiles de la pared, fisuras, diedros y, sobre todo,
chimeneas.
Disponemos de dos planos de apoyo, paralelos o convergentes (diedros), las
manos y pies de cada lado se apoyan alternativamente en ellos
Escalada de oposición por excelencia, aunque también pueden utilizarse presas,
con frecuencia (sobre todo en roca granítica) las chimeneas son suficientemente
lisas como para que la oposición sea el único recurso disponible entrando en juego
todo el cuerpo: Espalda, manos, pies. Espalda pies. Manos pies, (X en chimeneas
anchas).
Croquis y reseñas.
Graduación.
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Nudos básicos.
Nudos de encordamiento.
Nudos de anclaje.
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Ballestrinque. Presa de alondra.
Ballestrinque.
Nudo muy útil como autoseguro momentáneo ya que es fácil de hacer y ajustar.
Debe evitarse su uso en puntos que puedan sufrir grandes cargas como
reuniones, pues podría deslizar a partir de 300 kp. Aunque en escalada
normalmente lo hacemos por seno, (para introducirlo en un mosquetón) es útil
también aprender a hacerlo por chicote.
Presa de alondra.
También llamado cabeza de alondra o simplemente nudo de alondra.
Útil y sencillo, puede emplearse para unir el cabo de anclaje al arnés, o para
pasar un anillo de cinta o cordino por un tronco de árbol o puente de roca grueso.
Evitar usarlo en diámetros pequeños como cables de empotrador.
Nudo dinámico.
Cuerda.
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Esta simple pregunta tiene varias respuestas:
En primer lugar consideremos la forma en que hay que pasar la cuerda por el
mosquetón. Se trata de procurar que al seguir escalando el cierre del mósqueton
no toque la roca, ya que una mínima abertura producida por cualquier pequeño
saliente podría restarle resistencia en caso de caída.
Por otra parte, en ciertos tipos de anclaje, (algunas chapas y anillas de químicos)
los mosquetones podrían quedar en posiciones peligrosas que les hicieran abrirse
y salirse del seguro.
Para evitar esto no hay una ciencia exacta pues deberemos prever la situación
del siguiente seguro para mosquetonear en un sentido o en otro, e intentar
averiguar que posiciones tomará el mosquetón en el anclaje cuando sigamos
subiendo, para evitar aquellas que pudieran facilitar su apertura.
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El gatillo del mosquetón siempre debe colocarse en el sentido
opuesto a la dirección de progresión del escalador. En el
mosquetón, la cuerda debe pasar de la pared hacia el
exterior. Una posición incorrecta de la cinta exprés o de la
cuerda puede provocar un desenganche por acción directa de
la cuerda o porque el mosquetón se retuerce en el anclaje
durante una caída.
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Como montar un descuelgue para el descenso en
polea.
Hay que vigilar que el mosquetón trabaje siempre según su eje mayor.
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Técnica 2: descender con la cuerda atada
mediante un nudo de encordamiento.
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