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Tratamiento cognitivo conductual de la

agresividad
Partiendo de que la ira es una emoción, se analiza en qué
circunstancias surge y se resume el tratamiento de la ira
desadaptativa en varios pasos, haciendo énfasis en su
manejo emocional. Finalmente se expone la relación entre la
agresividad y otras emociones.

La agresividad
Dr. José Antonio García Higuera
Miembro del equipo de Psicoterapeutas.com
Consúltanos en el 
Centro de Psicología Clínica y Psicoterapia 
C/ Hermosilla, 114. 1ºC Teléfono: 914119140 Madrid 28009
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Se incluye en esta página un esquema resumido de un tratamiento cognitivo conductual de la


agresividad.

Introducción
La ira es una emoción y como tal se dispara de forma automática ante determinadas situaciones, en
general frente a situaciones que interfieren con nuestros objetivos. Como toda emoción tiene una
función, en este caso preparar al cuerpo para el esfuerzo necesario para vencer el obstáculo que se
ha presentado.

El problema con esta emoción puede surgir de diferentes formas:

1. La conducta violenta puede ser un medio para conseguir determinados objetivos cuando no
somos capaces de lograrlos por otros métodos. En este caso nuestra conducta responde a
un déficit de habilidades y puede mejorar adquiriéndolas.
2. Cuando hemos aguantado demasiado y saltamos por algo sin importancia. En realidad
reaccionamos a todo lo que nos ha ocurrido previamente. Como nuestra reacción se
considera desmesurada, tenderemos a reprimirnos y aguantar más, en consecuencia
nuestra siguiente reacción violenta será mayor y seguiremos en ese círculo vicioso. Para
salir de ese círculo vicioso el camino no es aguantar más, sino poder reaccionar de forma
inmediata a los problemas y frustraciones. En ese caso la reacción es más adecuada y
comedida porque las razones que nos llevan a reaccionar serán muchas menos.
3. Otro problema puede surgir cuando nosotros interpretamos que existe un ataque y una
dificultad que no es vista de la misma forma por los demás. Este problema suele ocurrir
cuando reaccionamos ante las intenciones de los demás en lugar de reaccionar ante los
hechos explícitos. El juicio de intenciones es la causa más frecuente que nos puede llevar a
tener reacciones violentas desmesuradas y desproporcionadas.

A continuación se expone un esquema del tratamiento de este tipo de problemas.

RESUMEN DEL TRATAMIENTO


Análisis de la ira:

1. Ver que su ira puede ser justa o injusta, innecesaria o adaptativa.


2. Aprender que es siempre válida.
3. Saber si es justa o no
4. Hacerla adaptativa.
5. Manejo emocional de la pérdida de control.

PASOS
Reevaluación cognitiva.

No siempre es nuestra respuesta la causa de que estemos en la situación

1. Puede que la persona lo haya hecho desde el cariño, la broma sana o el respeto y no desde
el ataque despiadado.
2. Incorporar la ira a la conducta

Aprovechar la ira

Aprovechar la ira para reaccionar y dirigir la energía que nos da hacia la consecución de nuestros
objetivos o lo que es lo mismo: Orientarla hacia acciones productivas.

Se trata de no hacer solamente una descarga emocional que nos quita la razón delante de los
demás y nos aleja de nuestros objetivos y además nos deja mal. Hay que dirigir la ira hacia el
objetivo que pretendemos.

Ayuda cambiar la frase: "Estoy enfadado ...." por "Me gustaría que ...."

Conductas alternativas

1. Manejo de los pensamientos irracionales


2. Manejo emocional
3. Time-out, (irse para calmarse y volver cuando se pueda afrontar el problema) buscar algo
que hacer. Hacerla creativa en sitios donde no se puede ir de allí. Entrenarse unas cuantas
veces cuando no se está enfadado. Recordarlo con notas.

Manejo emocional
Identificar indicios de tensión que avisen de que la ira está cerca para poder reaccionar cuando
todavía es posible.

1. Sudor de manos, puños cerrados, latidos del corazón, tasa respiratoria, incomodidad.
2. Relajación para dejar la agresividad en su justo término.
3. La Terapia de Aceptación y Compromiso, que es la evolución más reciente de la terapia
cognitivo conductual, plantea los métodos básicos para poder manejarse con la agresividad:
Tomar distancia de nuestros pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones de
forma que no nos disparen automáticamente las respuestas agresivas. Tomar distancia de
nuestro concepto de nosotros mismos, haciéndolo menos vulnerable a las posibles
opiniones de los demás, haciendo realidad el dicho de que “no ofende quien quiere, sino
quien puede”. Ser conscientes de nuestros intereses en las diferentes situaciones, porque
el comportamiento impulsivo se convierte en una descarga emocional que en realidad no
nos interesa. Estar siempre en el momento presente, que es desde donde se puede evaluar
lo que está ocurriendo, para poder así tener conciencia de lo que ocurre en el presente, y
no responder a antiguas ofensas o a problemas que puede ocurrir en el futuro, lo que
distorsiona de forma tremenda nuestra capacidad de juicio.

El "Curso Terapéutico de Aceptación" proporciona un medio para el entrenamiento en todos estos


métodos.

La agresividad y otras emociones


La agresividad y la ansiedad
La agresividad es una conducta similar a la ansiedad y, como emoción, la puede sustituir y es
menos desagradable, aunque puede ser devastadora contra los que nos rodean o contra nosotros
mismos.

La agresividad y la desesperación
Cuando no somos capaces de resolver un problema, nos desesperamos y, para salir de la
desesperación generamos una rabia terrible, que, si no es canalizada puede ser destructiva.

La agresividad y el poder
Una de las formas de manejar nuestra ansiedad es por medio del poder y la agresividad genera
miedo en los demás y si nos tienen miedo tenemos poder sobre ellos.

Ultima actualización 09/09/2006

Cómo enseñar a un adolescente a tener control


de los impulsos
Escrito por Peter Evans | Traducido por Carlos Alberto Feruglio

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El control de los impulsos para los adolescentes implica "repeticiones de acción" tranquilas y de buen humor.
BananaStock/BananaStock/Getty Images
Los adolescentes que no tienen la capacidad para retener las acciones impulsivas y el
discurso con frecuencia aleja a sus compañeros y adultos por igual. El control de los
impulsos se inicia en la infancia, con ganancias sustanciales generalmente adquiridas por
el tiempo que el niño comienza la escuela. Los psicoanalistas, como Peter Fonagy, han
argumentado convincentemente que el control de impulsos tiene que ver con "la regulación
afectiva",la capacidad de auto-modular las fluctuaciones de los estados emocionales y
restringir el comportamiento en consecuencia. Los adolescentes con deficiencias en el
control de impulsos requieren mucha paciencia y una orientación cálida y con
la cabeza despejada. En efecto, tienen que aprender nada menos que el arte de hacer
amistades.
Nivel de dificultad:
Moderado
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 Cuaderno
 Bolígrafo
 Hojas grandes de papel (A3 al menos)
Lista completa
Instrucciones
Aprende el arte de permanecer calmado

1. 1
El psicoanalista Donald Winnicott cree que los adultos interesados en el cuidado y
la educación de los adolescentes inevitablemente encontrarían un período de
"actuación" de su parte en algún momento. Recomendó responder amablemente
pero con resiliencia a los desafíos, sin tomar represalias o colapsando. Su consejo
sigue siendo pertinente: traicionar la ira y volverse vengativos por la actuación de
un adolescente impulsivo vertira combustible a las llamas, mientras que
desintegrarte en súplicas llorosas para un mejor comportamiento o sentimiento de
culpa "mea culpa" ("todo es mi culpa que seas así ") dejará la sensación al
adolescente de que él/ella ha causado un daño irreparable. Evita ambas reacciones
a toda costa.

2. 2
Comienza con la observación. Los padres pueden anotar en un diario cuándo,
dónde y en torno al qué se producen arrebatos impulsivos. Los patrones a veces
sólo se hacen visibles en un diario ¿TSu hijo se vuelve más impulsivo y agresivo en
compañía de un hermano o de otra parte, o en situaciones sociales? Céntrate en
dondequiera que aumente la impulsividad. Los profesores pueden hacer algo
similar al notar el comportamiento en clase (y si es posible el comportamiento en el
patio de la escuela) ¿Es diferente el comportamiento entre el ambiente más
estructurado de la clase y el patio del colegio menos supervisado? Ten en cuenta las
observaciones durante aproximadamente 1 semana para conseguir una buena base.

3. 3
Con frecuencia, los adolescentes con poco control de los impulsos se relacionan más
fácilmente en una relación uno a uno, sobre todo con los adultos, un indicador de
que la ansiedad puede estar detrás de su conducta problemática en situaciones
sociales (especialmente las relativamente no estructuradas). "Actuar" realmente
significa liberar la mente y el cuerpo de las ansiedades a través del aumento de la
actividad física, incluyendo aparente agresión, en lugar de aferrarse y tratar de
aprender a comprender y gestionar mejor. Ayudar a los adolescentes a aprender el
arte de la regulación del afecto implica ayudar a aferrarse a las ansiedades
incómodas en lugar de arrojarlas a la basura.

4. 4
Comienza con una simple línea de dibujo de un contorno humano (no muy
diferente de las que se encuentran en las puertas del baño). En un entorno
tranquilo y calmado explica a la persona joven que lo ayudarás a entender por qué
sus intentos de mantener amistades va mal y por qué los adultos se molestan con él
tan a menudo. Él no es "malo", su cuerpo simplemente reacciona más rápido que su
mente cuando se siente incómodo. Aquí, vamos a frenar todo bien y darle a su
mente la oportunidad de ponerse al día y salir adelante. ¿De dónde nota la tensión
que aparece por primera vez en su cuerpo, si de verdad intenta recordarlo? Invítalo
a marcar en el dibujo lineal dónde comienzan las primeras sensaciones de ansiedad.

5. 5
A pesar de que un adolescente puede sentir que la ira, por ejemplo, simplemente
"sucede", recuérdale al joven que está haciendo un lento movimiento de repetición
de la acción aquí. ¿Dónde empieza? ¿Qué pasa después? El adolescente puede notar
por primera vez que su corazón comienza a latir, la respiración se vuelve más
rápida, las palmas pueden comenzar a sudar, ya que siempre aumenta a una
erupción. Registra esto en la tabla de la secuencia, usando colores para representar
los grados de peligro. Esta persona ya está empezando a aprender cómo prevenir
explosiones. Practica estrategias de "tiempo fuera", es decir, formas de salir de la
situación de estrés durante unos minutos en un una etapa temprana de calmarse.

Controlar la ira, adolescentes


Manejo de la ira en los adolescentes
Lo primero que debes saber es que la ira o la rabia es una emoción humana
normal. Es la forma en que el subconsciente libera la tensión pero si no sabemos
controlarla nos llevará por mal camino.
La adolescencia es la etapa donde más fácilmente la ira puede descontrolarse. Los
adolescentes viven intensamente sus emociones y por ello pueden dejar arrastrar
por éstas sin ser conscientes de sus consecuencias.

¿Cómo saber si la ira está fuera de control? 6 aspectos a


tener en cuenta:

1. Tenemos la sensación casi permanentamente de tener la razón y nos sentimos


muy molestos e irritados con todos aquellos que no lo ven así. 

2. Nos enfadamos con cada inconveniente, con todo lo que nos molesta o se
interpone en el camino de lo que queremos hacer. 

3. Nos lleva a comportarnos con agresividad o violencia, como gritar, despotricar,


dar golpes o empujones o desear venganza.

4. Nos consume mucho tiempo después de que el evento haya pasado; si


insistimos en las cosas que nos molestan entonces tenemos un problema
porque la ira normal sólo una respuesta emocional temporal a un constante
estímulo desestabilizador.

5. Cosas que no solían molestarnos se vuelven de repente problemas


importantes, dignas de una discusión; esto no se aplica a los momentos en los
que hemos frenado la ira normal, sino sólo a los momentos en los que no hay
realmente motivo para la ira, por ejemplo, cuando alguien obtiene mejor nota
que nosotros o cuando una persona tarda demasiado en el baño.

6. Nos damos cuenta de que estamos haciendo cosas autodestructivas para


hacer frente a nuestros sentimientos de enfado, como conducir de forma
temeraria, realizar actividades de ocio peligrosas, pelearse, tomar drogas y
alcohol o realizar prácticas sexuales de riesgo.

Técnicas para aprender a manejar la ira durante la


adolescencia
 

1. Aprender a reconocer la diferencia entre una molestia o inconveniente y


un buen motivo para ponerse furioso, como alguien que nos esté haciendo
daño, esté hiriendo a alguien a quien queremos o dañando algo de nuestra
propiedad; todas estas son buenas razones para enfadarse. En cambio, que
alguien "nos falte al respeto", se interponga en nuestro camino, nos retrase,
tenga más suerte que nosotros o haga algo mejor, no son causas razonables
de ira.

2. Aprender a respirar profundamente, alejarse de la situación y


preguntarse: "¿Cuál es el verdadero motivo de mi gran enfado?. A veces
la gente desvía la ira causada por un problema importante hacia las molestias
e inconvenientes de la vida cotidiana. Si esto es el caso, pues una vez
identificado el problema, es muy importante encontrar una resolución para que
pueda eliminarlo y vivir más feliz. 

3. Aprender a conocer nuestros factores desencadenantes: si hay ciertas


cosas que sabemos que nos molestan o que no podemos aceptar, es
importante identificarlas, tomar medidas para evitarlas y entrenar una reacción
adecuada en nuestra mente mientras estamos tranquilos para lograr reaccionar
de esa manera cuando el problema surja en la vida real.

4. Planificar bien el tiempo: uno de los factores de estrés más comunes es la


mala gestión del tiempo; cuando tenemos prisa y algo nos retrasa aún más es
muy probable que reaccionemos con ira; la forma más sencilla de evitarlo es
poner en práctica una gestión de tiempo eficaz. Es muy útil hacer una lista de
tareas pendientes, en un ranking de importancia (lo mas urgente primero) y
empezar a realizarlas. Cada vez que se termine una tarea o gestión, la
tachamos de la lista. Será motivo de gran satisfacción ver como se reduce la
lista y nos sentiremos más tranquilos como consecuencia.

5. Hacer ejercicio con regularidad. El ejercicio físico es una gran aliada durante
la adolescencia, pues es una excelente manera de eliminar el estrés y la
tensión del cuerpo y la mente. Las personas que hacen ejercicio regularmente
tienen menos probabilidades de reaccionar de forma exagerada ante molestias
e inconvenientes.

6. Aprender a comunicarse mejor. Reaccionar con ira a menudo hace que el


centro de razonamiento del cerebro se apague durante un tiempo y el modo de
volver a activarlo es hablando en lugar de actuar bajo el dominio de la ira;
puede parecer una locura, pero tomarse unos minutos para reorganizar los
pensamientos y pronunciarlos en voz alta puede hacer maravillas para calmar
una situación de enfado.

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