Está en la página 1de 8

La Frustración

1. Definición:
De acuerdo con la Real Academia Española, la frustración es la acción
de privar a alguien de lo que se esperaba. A su vez, hace referencia
a dejar sin efecto o impedir el éxito de un intento contra el deseo de otra
persona que quiere llevarlo a cabo.
La palabra frustración tiene su origen en el latín frustratio, que hace
referencia a la acción y el efecto de dejar sin efecto algo o de malograr
un intento de realizar algo.
Se considera a la frustración como un sentimiento triste y desagradable
para la persona que la sufre debido a que sus objetivos o expectativas
no se llevan a cabo de la manera esperada.
Podríamos decir entonces que es una sensación que ocurre cuando
existe un deseo o un impulso de realizar alguna actividad para poder
sentirse satisfecho y que al no cumplirse, la persona alcanza un estado
de insatisfacción y vacío. Cuanto mayor sea la obstrucción y la voluntad,
y cuanto más sensible sea el individuo a este conflicto, habrá mayor
probabilidad de frustración. La causa de la frustración puede ser interna
o externa.
El término frustrado se emplea normalmente para referirse a aquella
persona que se siente fracasada como consecuencia de la perdida de
una esperanza o de algún deseo. O sea, es común que se use el
término como sinónimo de fracasado o para hablar de alguien que no
tiene éxito.

2. Algunos ejemplos de frustración:

A. En el Matrimonio: Cuando tu cónyuge no hace los cambios de


comportamiento que esperas y que han sido motivo de discusión,
desconfianza y pérdida de respeto por años. Cuando este cambio
nunca llega te frustras.

B. En los Hijos: Cuando uno o más de tus hijos se comportan de


manera irrespetuosa contigo o desagradable con los demás, o
cuando estropea su vida porque decidió casarse con alguien que
sabes no es para él o ella. Cuando esto sucede te frustras.

C. En las Finanzas: Cuando tu dinero no rinde, cuando las cuentas te


ahogan, cuando las deudas te tienen acorralado y haces todo lo
posible para salir de ellas pero sin lograrlo, entonces te frustras.

D. En tu Carrera Universitaria: Cuando estudiaste por varios días,


sacrificaste tus noches e hiciste todo un esfuerzo para conseguir una
calificación sobresaliente y el día del examen no logras responder
como tú querías. Entonces te frustras porque sabes que no
obtendrás la nota por la que luchaste.
E. En tu Emprendimiento: Cuando te esfuerzas por sacar adelante tu
negocio, trabajo o proyecto pero las cosas no se dan, oras, declaras,
ayunas y haces todas las estrategias comerciales que debes hacer
pero aun así no pasa nada, entonces te frustras.

F. En tu Salud: Cuando la enfermedad golpea tu vida y los médicos no


saben qué hacer, haz probado todos los medicamentos, los
exámenes no dan buenos resultados y los tratamientos no funcionan.
Entonces te frustras.

G. En tu Vida personal: Cuando sabes que ese hábito nocivo te está


matando pero igual lo sigues practicando, te enojas contigo mismo
porque sabes que debes dejarlo pero ahí vas de nuevo, lo vuelves a
hacer vez tras vez; entonces te frustras.

 TRES PERSONAJES BÍBLICOS QUE EXPERIMENTARON


FRUSTRACIÓN

1. JOB

La historia de Job es bien conocida. Él lo perdió todo: hijos, salud física, salud
emocional, posesiones materiales y estatus social. Si bien al principio tomó su
situación con increíble entereza ––Jehová dio, Jehová quitó; sea Su nombre
bendito (Job 1:21) ––, al pasar el tiempo su estado anímico cambió
drásticamente sumiéndose en una depresión peligrosa al punto de creer que
Dios mismo lo había sentenciado: “Ciertamente Dios me ha destruido; ha
exterminado a toda mi familia. Me tiene acorralado, y da testimonio contra mí;
mi deplorable estado se levanta y me condena. En su enojo Dios me desgarra
y me persigue; rechina los dientes contra mí; mi adversario me clava la mirada”
(Job 16:7-9). “Mis días han pasado, se deshicieron mis planes, los deseos de
mi corazón” (Job 17:11). “Él ha amurallado mi camino y no puedo pasar, y ha
puesto tinieblas en mis sendas” (Job 19:8).

2. ELÍAS

El caso de Elías es interesante. La Biblia nos dice que huyó al desierto para
escapar de la amenaza de muerte de Jezabel, reina de Israel y enemiga del
profeta. Estando en el desierto Elías experimentó un deseo de muerte que da
fe de lo que estaba ocurriendo en su mundo interior: “Y anduvo caminando todo
un día en el desierto. Después se sentó debajo de un arbusto, y estaba tan
triste que se quería morir. Le decía a Dios: « ¡Dios, ya no aguanto más!
Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados» (1ª Reyes 19:4).
Además de este conflicto interior Elías experimentó un cansancio físico y
mental extremo a tal punto que solo quería dormir (1ª Reyes 19:5 y 6).

 CÓMO SUPERAR LA FRUSTRACIÓN.


1º Reconoce que no estás libre de ella, también la puedes vivir por más fuerte,
maduro o experimentado que seas (“Así que, el que piensa estar firme, mire
que no caiga” 1ª Corintios 10:12; “A todos nos vienen buenos y malos
momentos” Eclesiastés 7:14).

2º Pregúntate, ¿la situación que me está frustrando la provoqué yo mismo? Si


es así haz las enmiendas en ti mismo para que no vuelvas a experimentar la
frustración, o sea, no repitas los mismos errores (“Esto he concluido, Dios nos
ha brindado todas las oportunidades para ser felices, pero nosotros mismos
nos complicamos la vida” Eclesiastés 7:29).

3º Si la frustración viene por algo en lo que no tienes control, entiende que la


vida es así, no siempre podrás manejarlo todo ni controlarlo todo. Deja de
preocuparte y encomienda a Dios tus angustias (“No se aflijan por nada, sino
preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así
Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender;
y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo
Jesús” Filipenses 4:6-7).

4º No permitas que la frustración se instale en tu casa. Con esto me refiero a


aquellas personas que les gusta sufrir, les encanta ser la víctima, siempre
están quejándose, enojados, amargados; este tipo de personas decidieron
hacer de la frustración su compañera de vida (“Quítense de vosotros toda
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” Efesios 4:31. “No
se ponga el sol sobre vuestro enojo” Efesios 4:26).

5º Aprende de la Frustración. Si bien las situaciones que nos frustran son


irritantes también son una oportunidad para aprender de ellas. Aprende cómo
llegaste a esa situación, aprende cómo reaccionar la próxima vez que te
ocurra, aprende cómo la frustración puede hacerte más parecido a Cristo (“Y
sabemos que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien”
Romanos 8:28).

6º Tómalo con Humor. La Biblia dice: “No hay mejor medicina que tener
pensamientos alegres” (Proverbios 17:22). Esto quiere decir que la frustración
puede ser combatida con pensamientos alegres, pensamientos divertidos pero
sanos, pensamientos positivos. En ocasiones lo mejor que puedes hacer es
reírte de ti mismo o de la situación que estás viviendo, aunque claro, esto es
difícil para los enojones pero haz el esfuerzo.

7º Agradece, agradece y agradece. Siempre he enseñado esto y lo vuelvo a


repetir, “el mejor antídoto contra la queja es el agradecimiento”. Cuando
agradeces a Dios incluso por aquellas situaciones complicadas liberas en tu
interior una paz difícil de explicar, es una paz que viene del cielo y que puede
cicatrizar toda herida (“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su
voluntad para ustedes en Cristo Jesús” 1ª Tesalonicenses 5:18).
8º Entra en comunión con Dios. No hay mejor manera de luchar contra la
frustración que pasar tiempo a solas con el Padre. Ya sea en oración, leyendo
la Palabra, alabando-adorando, teniendo períodos de ayuno, meditando en el
silencio, congregándose con regularidad, etc. Las disciplinas espirituales son
armas poderosas a la hora de combatir la frustración (“Pero, como estaba
angustiado, se puso a orar con más fervor” Lucas 22:44).

9º Alábale. La alabanza tiene un poder increíble de “soltar, liberar, desatar las


cadenas que te oprimen”; así que la próxima vez que experimentes frustración
enciende la radio en tu casa, en tu automóvil o en tu oficina y ponte a cantar a
Dios a todo pulmón, hacer esto no solo liberará tensiones sino que elevará tu
espíritu fuera de los problemas que te atormentan (“Siete veces al día te alabo,
a causa de tus justas ordenanzas” Salmos 119:164).

10º Declara Liberación. En varias ocasiones hemos enseñado que nuestras


palabras tienen poder y hoy lo vuelvo a decir. Así entonces en vez de “maldecir
tu suerte”, criticar tu situación, quejarte por aquello que te está frustrando dale
la vuelta y di todo lo contrario, ¡bendice tu frustración! En vez de quejarte alaba,
en vez de deprimirte declárate victorioso, en vez de enojarte di “¡todo lo puedo
en Cristo que me fortalece!” (Filipenses 4:13).

La adecuada gestión de la frustración deviene una actitud y, como tal, esta


puede trabajarse y desarrollarse; la frustración es un estado transitorio y, por
ende, reversible. De esta manera, una adecuada gestión de la frustración
consiste en entrenar al individuo en la aceptación tanto del evento externo -lo
que ha ocurrido- como del interno -la vivencia emocional de ello-.
La frustración puede categorizarse como una respuesta primaria o instintiva. Es
una reacción que de forma natural muestra un estado emocionalmente
desagradable cuando se da la ocurrencia de una interferencia ante la
persecución de un objetivo propuesto.
Este es el planteamiento que propusieron autores como Dollard, Miller, Mower
y Sears en 1938, originando un nuevo campo de investigación sobre esta
temática poco explorada anteriormente. La intensidad de la reacción de
frustración puede variar sustancialmente, hasta el punto de propiciar
afectaciones incluso a nivel cognoscitivo en situaciones de elevada gravedad,
como por ejemplo, la aparición de alteraciones en la capacidad de memoria,
atención o percepción.
 Baja tolerancia a la frustración:
A las personas que de forma usual reaccionan manifestando frustración se les
atribuye una característica funcional llamada baja tolerancia a la frustración.
Este estilo parece ser más prevalente en la sociedad actual occidental, donde
la mayor parte de los fenómenos que la componen se basan en la inmediatez y
la incapacidad de espera.
Los individuos que presentan este modo de hacer se caracterizan también por
poseer un razonamiento rígido e inflexible, con escasa capacidad de
adaptación a los cambios no programados. Por otra parte, suelen disponer de
una serie de cogniciones distorsionadas que no se adecuan a la realidad,
debido a la cual interpretan como insoportable el deber lidiar con emociones
más desagradables como el enfado o la tristeza y les conduce, por otra parte, a
elaborar una serie de expectativas previas alejadas de lo racional,
desmesuradas y extremamente exigentes. Estudios que vinculan frustración
con conducta violenta

 Comportamiento de las personas con baja tolerancia a la


frustración:
Por lo general y de forma sintetizada, las personas que presentan un
funcionamiento basado en una escasa tolerancia a la frustración presentan las
siguientes características:

1. Tienen dificultades para controlar las emociones.


2. Son más impulsivas, impacientes y exigentes.
3. Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, de forma que
cuando se tienen que enfrentar a la espera o a la postergación de estas
pueden reaccionar de forma explosiva con ataques de ira o retraimiento y
tristeza extremos.
4. Pueden desarrollar con más facilidad que otros individuos cuadros de
ansiedad o depresión ante los conflictos o grandes dificultades.
5. Creen que todo gira a su alrededor y que merecen todo aquello que
demandan, de forma que sienten cualquier límite como injusto puesto que va
en contra de sus deseos. Les cuesta comprender por qué no se les da todo lo
que desean.
6. Tienen una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.
7. Manifiestan una tendencia a pensar de manera radical: una cosa es blanca o
negra, no hay punto intermedio.
8. Se desmotivan fácilmente ante cualquier dificultad.
9. Realizan chantaje emocional si no se cumple lo que desean
inmediatamente, manipulando a la otra persona con mensajes hirientes.

 ¿Qué factores pueden causarla?


De entre los factores que pueden predisponer y/o precipitar la aparición de un
disturbio de baja tolerancia a la frustración se distinguen los siguientes:

 El temperamento: las disposiciones más internas, biológicas y genéticas


como el temperamento distinguen a los individuos en sus habilidades
innatas, entre las cuales puede incluirse la tolerancia a la frustración.
 Las condiciones sociales: en función del entorno social y cultural en el
que esté circunscrita la persona influye notablemente en el
funcionamiento personal e interpersonal. Los estudios demuestran que
en la sociedad occidental la ocurrencia de este tipo de problemática es
significativamente más elevada que en otras culturas distintas.
 Ciertas dificultades en la expresión emocional: un vocabulario
restringido, un déficit en la capacidad para identificar y reconocer
emociones experimentadas y una creencia errónea sobre la idea de que
manifestaste emociones desagradables es perjudicial y debe evitarse,
correlacionan positivamente con un funcionamiento persistente de baja
tolerancia a la frustración.
 Algunos modelos que presentan déficits en autocontrol: en el caso de los
menores, estos aprenden una gran parte de su repertorio conductual a
partir de lo observado en sus figuras referentes. Modelos parentales
escasamente hábiles en la gestión de la frustración trasmiten a sus hijos
esa misma incompetencia.
 Una interpretación errónea de las señales: el sujeto puede valorar la
situación frustrante como intensamente amenazante y peligrosa,
haciendo más complejo un afrontamiento adecuado.
 La recompensa por la acción retardada: debe reforzarse todo intento por
parte del individuo de efectuar una respuesta auto controlada y
demorada con la finalidad de que este comportamiento vaya adquiriendo
fuerza y aumente su frecuencia.
La tolerancia a la frustración es un aprendizaje que debe consolidarse ya
durante etapas tempranas del desarrollo infantil.
Los niños muy pequeños no poseen aún la capacidad de esperar o de
comprender que no todo puede producirse de forma inmediata. Así, el
procedimiento que suele operar cuando se aplica un funcionamiento de baja
tolerancia a la frustración se inicia en el momento en que el pequeño no puede
disponer de lo que desea y manifiesta una reacción de catastrofismo
exagerado por ese motivo.
Tras esta fase, emergen las respuestas a nivel conductual en forma de
rabietas, llantos, quejas, comportamientos oposicionistas u otras
manifestaciones similares. De este modo, se entiende que hay una relación
bidireccional entre el sentimiento de frustración y la interpretación negativa de
la situación donde ambos elementos se retroalimentan recíprocamente.
 CONCLUSIÓN

Se ha podido observar cómo el fenómeno de la frustración deviene un conjunto


de reacciones aprendidas que pueden verse modificadas con la instauración de
nuevos repertorios cognitivo-conductuales alternativos es decir, La frustración
va a venir, no la puedes evitar, pero sí superarla.

Pero no seas como aquellos que hacen una serie de malas prácticas cuando
sienten frustración:

Algunos recurren a sus viejos malos hábitos, Otros visitan a sus antiguos y
tóxicos amigos, Ciertas personas dejan de ir a la iglesia porque no sienten
deseo de hacerlo, Hay quienes dejan de aportar financieramente a la Obra para
castigar al pastor, Algunos se desconectan de todos (no responden llamadas,
no devuelven mensajes, ignoran al grupo en Facebook o whatsapp) Los hay
quienes se cierran como “ostras” no permitiendo que nadie los pueda ayudar,
Otros se vuelven maldicientes y mal-hablados, También hay los que se enojan
con ellos mismos y con los demás culpando de sus desgracias a otras
personas, Hay fulanos que rompen cosas o maltratan físicamente a sus
cónyuges o incluso mascotas, Algunos dejan de orar, leer la Biblia, tener
comunión con Dios…, se olvidan que son cristianos y comienzan a
comportarse como mundanos.

 Realiza mejores preguntas:

Generalmente, cuando nos sentimos abrumados y frustrados, empezamos una


cascada de preguntas que realmente no nos ayudan a movernos a superar esa
frustración, sino que, al contrario, profundizan ese estado.

Preguntas como:
♦ ¿Por qué me pasa esto?
♦ ¿Cómo voy a salir de esto?
♦ ¿Cómo voy a pagar X cosa?
etc.
Este tipo de preguntas no van a ayudarnos a salir de ese tipo de situación, más
bien, muchas veces van a acentuar la frustración.
Algunas preguntas que te ayudarán a recibir mejores respuestas para sentirte
motivado e inspirado nuevamente son:
– ¿cómo puedo ayudar a más personas? (quitas el foco de tu situación, para
enfocarte en ayudar a otros, esto siempre es positivo)
– ¿de qué otras maneras puedo enfrentar esta situación? (buscas activamente
nuevas oportunidades, nuevos puntos de vista, estimulas tu creatividad)
– ¿a quién puedo recurrir, que pueda ayudarme a solucionar/atravesar de
mejor manera esta situación? (te das cuenta de que necesitas ayuda y buscas
quien pueda proporcionártela)
Todos sabemos, que en los negocios y en la vida, muchas veces las cosas se
salen de control. Existen infinitas variables que no podemos prever (y mucho
menos, controlar). Es justamente eso lo que nos permite crecer, evolucionar y
avanzar. La cuestión es enfocarse en la solución y no en el problema.
“Lo que resistes, persiste“, dijo alguien alguna vez. Así que en vez de caer en
la autocompasión del “¿por qué a mí?”, quita tu atención a eso, y enfócate en
las múltiples maneras de solucionar esa situación (casi siempre, existen
muchas maneras de solucionar lo que está pasando, simplemente, no estás
viéndolas aún).
Tu mentalidad, es lo que más importa. Cuando estás trabajando desde un
estado de carencia, frustración, agobio o cualquier otra emoción negativa,
estás perdiendo la oportunidad de fluir. Esto significa que te va a llevar mucho
más tiempo y energía lograr el mismo resultado que si te pusieras a trabajar
desde una actitud de servicio, serenidad y felicidad.

Es tu ACTITUD, no tu APTITUD, lo que determina tu ALTITUD.

También podría gustarte