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Juzgado Séptimo de Pequeñas Causas y Competencia

Múltiple

República de Colombia Santa Marta – Magdalena


Rama Judicial

Santa Marta, cinco (5) de mayo de dos mil veintidós (2022)

Actuación: Acción de Tutela


Radicación: 47001418900720220064600
Demandante: Víctor Julio Diaz
Demandado: USPEC, INPEC Y OTROS

1. OBJETO DEL PRONUNCIAMIENTO

Proferir sentencia dentro de la acción de tutela seguida por Víctor Julio Diaz contra
la UT Salud Integral PPL, el Instituto Nacional Penitenciaria y Carcelario (INPEC) , la
Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios, trámite en el que resultó vinculada
la Fiduciaria Central y el Juzgado Tercero de Ejecución de Penas y Medidas de
Seguridad de Santa Marta.

2. ANTECEDENTES

El señor Víctor Julio Diaz interpuso solicitud de amparo constitucional previsto en el


articulo 86 de la Carta Política de 1991, contra las mentadas autoridades, por
considerar la vulneración de sus derechos fundamentales a la salud, vida e
integridad personal, con fundamento en los siguientes:

2.1. HECHOS RELEVANTES

Manifiesta el accionante que se encuentra recluido en el Centro Penitenciario de


la ciudad Santa Marta, adscrito a la Regional Norte del Instituto Penitenciario y
Carcelario de Colombia y que padece de problemas en la visión, lo que le genera
fuertes dolores en los ojos y poca visibilidad.

Así mismo, indicó que en consulta con médico especialista, le fue ordenado
tratamiento oftalmológico que implica control médico y el uso de medicamentos
puntual y continuamente.

Señaló el actor, que la atención médica a sus padecimientos ha sido deficiente,


debido a que el suministro de los medicamentos prescritos por el médico tratante
ha sido inoportuno, por lo cual encuentra afectados sus derechos a la salud y vida
digna. Como sustento de lo expuesto indicó que el acceso a los servicios de
medicina especializada resulta difícil y que para la entrega de medicamentos se
debe acudir a la acción de tutela y que una vez se notifique de la admisión es que
se procede a la entrega de los mismos, buscando configurar la carencia actual por
hecho superado y nuevamente incumplen con sus deberes de atención frente a la
población reclusa.

De otro lado, expuso que su enfermedad es progresiva, por lo que solicita que se
exhorte al Juzgado tercero de ejecución de Penas de Santa Marta para que
ordene al Instituto Nacional de Medicina Legal conceptuar sobre su estado de
salud

3. ACTUACIÓN DEL JUZGADO

Mediante proveído de fecha veinticinco (25) de abril de dos mil veintidós (2022), se
admitió para tramite la solicitud de la accionante, solicitándose a las entidades
accionadas, USPEC e INPEC, rendir el informe correspondiente. Igualmente se

(HZP)Sentencia Acción de Tutela Rad. 2022-00646 VICTOR JULIO DIAZ Vs USPEC, INPEC Y OTROS.
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dispuso a vincular al Juzgado Tercero de Ejecución de Penas dado su eventual


interés en las resultas del proceso.

Posteriormente, mediante providencia del dos (2) de mayo de dos mil veintidós
(2022) se dispuso a vincular a FIDUCIARIA CENTRAL y a la UT SALUD INTEGRAL PPL,
solicitándoles rendir el informe respectivo.

4. CONTESTACIÓN DE LA ACCIÓN DE TUTELA

4.1. RESPUESTA DEL JUZGADO TERCERO DE EJECUCION DE PENAS DE SANTA MARTA

En su escrito de contestación, el Juzgado Tercero de Ejecución de Penas y Medidas


de Seguridad de Santa Marta - Magdalena afirmó que, en concordancia con los
fundamentos facticos que sustentan la acción de amparo, no se evidencia
vulneración de derechos fundamentales del accionante por parte de ese
despacho judicial.

Expuso que la responsabilidad sobre la asistencia médica de la población privada


de la libertad recae sobre la UT SALUD INTEGRAL PPL.

Indicó que frente a los asuntos de su competencia, relacionados con la ejecución


de las penas, no se encontraba solicitud pendiente por resolver. Sin embargo, de
oficio, inició estudio de prisión domiciliaria por enfermedad muy grave a favor del
accionante señor Víctor Julio Díaz, aportando copia de la providencia. Por lo que
solicita la desvinculación de la presente causa constitucional.

4.2. RESPUESTA UNIDAD DE SERVICIOS PENITENCIARIOS Y CARCELARIOS – USPEC

Manifestó que son los responsables de suscribir el contrato de fiducia mercantil para
la administración del Fondo Nacional de Salud de las Personas Privadas de la
Libertad. En ese sentido, indicó que suscribió con FIDUCIARIA CENTRAL S.A.,
contrato de fiducia mercantil de administración y pagos necesarios para la
atención integral en salud y prevención de la enfermedad y la promoción de la
salud a la población privada de la libertad y a cargo del INPEC.

Señaló que la atención en salud a las personas privadas de la libertad se efectúa


a través de las instituciones prestadoras de salud contratadas por la FIDUCIARIA
CENTRAL S.A., en virtud del contrato de fiducia suscrito para el efecto. Por lo
anterior, afirma haber cumplido con las gestiones a su cargo y solicita ser
desvinculada de la acción constitucional.

4.3. RESPUESTA DEL INSTITUTO PENITENCIARIO Y CARCELARIO – INPEC

Al contestar la acción de tutela, esta entidad afirmó que dentro de sus


competencias no está el agendamiento, solicitud, separación de citas médicas,
prestación de servicios de salud, solicitud de citas con especialistas para las
personas privadas de la libertad que se encuentran recluidas en alguno de sus
centros carcelarios a cargo del instituto.

Arguyó que tampoco le corresponde prestar el servicio de consulta médica


especializada, ni la entrega de equipos o elementos médicos para el tratamiento,
rehabilitación, terapia, ni entrega de medicamentos, gafas, prótesis dentales, entre
otros a las personas privadas de la libertad.

Sostuvo que no ha negado el libre acceso a las áreas de sanidad en el centro


penitenciario, ni ha impedido la materialización de traslados a centros médicos
cuando se hubieren ordenado al tutelante. En ese orden de ideas, manifestó no
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haberse sustraído de su deber funcional, como tampoco haber desplegado


acciones que redunden en detrimento de los derechos fundamentales del
accionante. En virtud de lo anterior, solicitó su desvinculación del presente proceso.

4.4. RESPUESTA DE LA UT SALUD INTEGRAL PPL

En su escrito de contestación, la referida Unión Temporal señaló que inició la


prestación del servicio de salud en los establecimientos de reclusión en la Región
Norte, incluido el ERON EPMSC SANTA MARTA, desde el 4 de enero de 2022.

Expuso que es cierto el padecimiento que manifiesta el accionante y que la


valoración por el servicio de oftalmología se dio el 29 de abril de 2022, recetándole
los medicamentos latanoprost colirio, brimonidia y fluorometolona, los cuales le
fueron entregados el día 2 de mayo de 2022, en proporción al tratamiento mensual
que fue ordenado. Aportó constancia de los diagnósticos, ordenes medicas del
especialista y constancia de entrega de medicamentos.

A su vez, consideró que la actuación del accionante era temeraria y de mala fe,
debido a que lo expuesto en los hechos de la tutela ya había sido objeto de estudio
por parte del juez constitucional en el radicado 47-001-31-21-002-2022-10006-01
(Sala Cuarta de Decisión Civil Familia del Tribunal Superior de Santa Marta).

Frente a las pretensiones, solicitó no tutelar los derechos invocados por el


accionante debido a que se configuró la carencia actual de objeto por hecho
superado al haberse suministrado los medicamentos pedidos y realizar el control
con el especialista.

4.5. RESPUESTA DE LA FIDUCIARIA LA PREVISORA S.A.

Manifestó que carece de competencia para atender la solicitud formulada por el


accionante, debido a la terminación del contrato de Fiducia Mercantil No. 145 de
2019 suscrito con la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios – USPEC, cuyo
objeto era la administración y pagos de los recursos del Fondo Nacional de Salud
de Personas Privadas de la libertad.

Señaló que en virtud de la resolución 238 del 15 de junio de 2021, expedida por la
USPEC, a partir del 1 de julio de 2021, FIDUCIARIA CENTRAL S.A. es el nuevo vocero
y administrador de los recursos del fondo nacional de salud de las personas privadas
de la libertad.

4.6. RESPUESTA FIDUCIARIA CENTRAL S.A. (Patrimonio Autónomo Fideicomiso Fondo


Nacional de Salud PPL)

En su informe rendido, la sociedad Fiduciaria Central informó que el parágrafo 1°


del artículo 66 de la Ley 1709 de 2014 dispuso la creación del Fondo Nacional
de Salud de las Personas Privadas de la Libertad como una cuenta especial de la
Nación, con independencia patrimonial, contable y estadística, sin personería
jurídica, el cual estará constituido por recursos del Presupuesto General de la
Nación

Para la administración de dichos recursos, se estableció que estos serían manejados


por una entidad fiduciaria estatal o de economía mixta, en la cual el Estado tenga
más del 90% del capital y que por ello, la Unidad de Servicios Penitenciarios y
Carcelarios (USPEC) el día 21 de junio de 2021 suscribió con la entidad Fiduciaria
Central S.A. el Contrato de Fiducia Mercantil No. 200 de 2021, el cual tiene como
objeto:

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“(...) ADMINISTRACIÓN Y PAGOS DE LOS RECURSOS DEL FONDO


NACIONAL DE SALUD DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LA LIBERTAD,
DESTINADOS A LA CELEBRACIÓN DE CONTRATOS DERIVADOS Y PAGOS
NECESARIOS PARA LA ATENCIÓN INTEGRAL ENSALUDYLA PREVENCIÓN
DE LA ENFERMEDAD Y LA PROMOCIÓN DE LA SALUDA LA PPL A CARGO
DEL INPEC(...)”

Resaltó que, de conformidad con la transferencia de los recursos en el momento


de la suscripción de dicho negocio fiduciario, se comprometió a constituir un
patrimonio autónomo, denominado FIDEICOMISO FONDO NACIONAL DE SALUD,
para la continuidad en la administración de los recursos del FONDO NACIONAL
DE SALUD para la población privada de la libertad, que tiene por objeto social la
celebración y ejecución de todos los actos, contratos y operaciones propias de la
actividad fiduciaria.

En ese sentido, manifestó que actúa exclusivamente como vocera del Patrimonio
Autónomo Fideicomiso Fondo Nacional de Salud y que no tiene a su cargo la
prestación del servicio de salud de las personas privadas de la libertad.

No obstante, indicó que la conducta del accionante configuraba un uso temerario


de la acción de tutela, debido a que anteriormente había hecho uso del
mecanismo constitucional con base en los mismos hechos, dirigida hacia las
mismas partes y solicitando las mismas pretensiones. Igualmente indicó que, en
desarrollo del contrato de fiducia mercantil suscrito, la entidad obligada a la
prestación de los servicios de salud de las personas privadas de la libertad es la UT
SALUD INTEGRAL PPL. En consecuencia, solicitó se declarara la improcedencia de
la acción de tutela y propuso ser desvinculada de la actuación por carecer de
legitimación en la causa por pasiva.

5. CONSIDERACIONES

La acción de tutela es el instrumento jurídico que el constituyente de 1991 confió a


los jueces de la República, para que a través de un procedimiento breve,
preferente y sumario salvaguarden los derechos constitucionales fundamentales de
las personas cuando éstos han sido amenazados o violados por la acción u omisión
de cualquier autoridad pública, o de los particulares encargados de la prestación
de un servicio público, cuya conducta afecte grave y directamente el interés
colectivo, o respecto de quienes el accionante se encuentre en estado de
subordinación o indefensión, condicionando su procedencia a los eventos en que
el afectado no cuente con otro medio de defensa judicial, a menos que se utilice
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. Así pues, el
funcionario judicial que le corresponda conocer una solicitud de tutela debe
examinar los hechos y pretensiones que se les ponen de presente con el propósito
de determinar la finalidad consignada en la Constitución Política, que no es otra,
que el amparo inmediato de los derechos fundamentales, condicionando a la falta
de otro medio de defensa judicial apto y capaz de proteger efectivamente tales
derechos.

6.1. PROBLEMA JURÍDICO

En el presente asunto, corresponde al despacho determinar si se configuró la


carencia actual de objeto por hecho superado o si persiste la vulneración de los
derechos fundamentales invocados por el accionante VÍCTOR JULIO DIAZ por parte
de las entidades accionadas, al no suministrarle de manera oportuna los
medicamentos necesarios para tratar su enfermedad y no realizarle los controles
médicos que requiere-.

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La tesis que sostendrá este despacho es que a pesar de lo expuesto en el informe


de tutela de la UT Salud Integral PPL existe vulneración de los derechos
fundamentales alegados por el accionante, tal como pasa a sustentarse con las
premisas fácticas y jurídicas que se exponen a continuación.

6.1.1. Prestación del servicio de salud a personas privadas de la libertad

La Corte Constitucional ha dilucidado lo concerniente a la prestación de servicios


de salud de las personas privadas de la libertad reafirmando el deber del Estado
de garantizar su prestación y acceso. En sentencia T-013 de 2022, precisó:

(..)
El artículo 104 de la ley 65 de 1993 establece que todas las personas privadas
de la libertad tendrán acceso a todos los servicios del sistema general de
salud de conformidad con lo establecido en la ley sin discriminación por su
condición jurídica. En esa medida, se deberá garantizar la prevención,
diagnóstico temprano y tratamiento adecuado de todas las patologías
físicos o mentales. Cualquier tratamiento médico, quirúrgico o psiquiátrico
que se determine como necesario para el cumplimiento de este fin será
aplicado sin necesidad de resolución judicial que lo ordene.

El artículo 105 de la citada ley determina que el Ministerio de Salud y


Protección social y la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios
(USPEC) deberán diseñar un modelo de atención en salud especial, integral,
diferenciado y con perspectiva de género para la población privada de la
libertad, incluida la que se encuentra en prisión domiciliaria, financiado con
recursos del Presupuesto General de la Nación. Aclarando que dicho
modelo tendrá como mínimo una atención intramural, extramural y una
política de atención primaria en Salud.
(…)

En conclusión, la Sala reitera que la salud es un derecho fundamental de


todo ser humano, en esa medida se debe garantizar a toda persona el
acceso al Sistema de Salud de manera oportuna, sin que pueda verse
afectada por barreras administrativas o burocráticas de las entidades
encargadas de prestar los servicios de salud. Esta garantía constitucional
encuentra mayor relevancia frente a quienes se encuentran privados de la
libertad, caso en el cual, el INPEC, la USPEC y, de ser el caso, las EPS
correspondientes tienen la obligación de coordinar y articular sus funciones
para garantizar la atención oportuna, continua e integral que requieran los
reclusos.

Tal como lo tiene definido la Corte Constitucional1, el derecho fundamental a la


salud es “la facultad que tiene todo ser humano de mantener la normalidad
orgánica funcional, tanto física como en el plano de la operatividad mental, y de
restablecerse cuando se presente una perturbación en la estabilidad orgánica y
funcional de su ser”2.

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC)3


establece al respecto que los Estados “reconocen el derecho de toda persona al
disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental” y, en consecuencia,
tienen el deber de adoptar las medidas necesarias para “la creación de

1 Sentencia T-063 de 2020


2 Sentencias T-239 de 2019, T-120 de 2017, T-331 de 2016, T-355 de 2012, entre otras.
3 Aprobado en el ordenamiento colombiano mediante la Ley 74 de 1968. Cita señalada en la

sentencia T-239 de 2019.


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condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso


de enfermedad”4.

En Colombia, la Ley Estatutaria de Salud, Ley 1751 de 2015, reconoce el derecho a


la salud como fundamental, autónomo e irrenunciable, comprendiendo “el
acceso a los servicios de salud de manera oportuna, eficaz y con calidad para la
preservación, el mejoramiento y la promoción de la salud”5.

El artículo 6° de dicha ley establece que la accesibilidad es uno de los elementos


esenciales de esta garantía, por lo que “los servicios y tecnologías de salud deben
ser accesibles a todos, en condiciones de igualdad, dentro del respeto a las
especificidades de los diversos grupos vulnerables y al pluralismo cultural”.

Esto involucra el derecho al diagnóstico entendido como el acceso a “una


valoración técnica, científica y oportuna que defina con claridad el estado de
salud del paciente y los tratamientos médicos que requiere”6 para lograr su
recuperación de la forma más idónea y efectiva posible7.

Además, la salud involucra una dimensión de oportunidad¸ según la cual “la


prestación de los servicios y tecnologías de salud deben proveerse sin dilaciones”8.
Esto implica que los usuarios tienen derecho “a que no se le trasladen las cargas
administrativas y burocráticas que les corresponde asumir a los encargados o
intervinientes en la prestación del servicio”9.

Esto se enlaza con la importancia de la continuidad en el servicio de salud, dado


que “la interrupción de un tratamiento médico por razones presupuestales o
administrativas vulnera los derechos fundamentales del paciente pues supedita su
atención al cumplimiento de una serie de trámites burocráticos que obstaculizan
su acceso al servicio”10.

6.1.2. De la carencia actual de objeto por hecho superado

La carencia actual de objeto por hecho superado tiene lugar cuando, entre la
interposición de la acción de tutela y la decisión del juez constitucional,
desaparece la afectación al derecho fundamental alegada y se satisfacen las
pretensiones del accionante, debido a “una conducta desplegada por el agente
transgresor”. Cuando se demuestra esta situación, el juez de tutela no está
obligado a proferir un pronunciamiento de fondo. Sin embargo, de considerarlo
necesario, puede consignar observaciones sobre los hechos que dieron lugar a la
interposición de la acción de tutela, bien sea para condenar su ocurrencia,
advertir sobre su falta de conformidad constitucional o conminar al accionado
para evitar su repetición. En estas circunstancias, el juez constitucional debe
declarar la improcedencia de la acción de tutela por carencia actual de objeto,
pues, de lo contrario, sus decisiones y órdenes carecerían de sentido, ante “la
superación de los hechos que dieron lugar al recurso de amparo o ante la
satisfacción de las pretensiones del actor”.

4 Artículo 12. Énfasis agregado.


5 Artículo 2º.
6 Sentencias T-196 de 2018, T-100 de 2016, entre otras.
7 Ibídem.
8 Artículo 6º, literal e). Ley 1751 de 2015, Ley Estatutaria de Salud.
9 Ibídem. Artículo 10º, literal p).
10 Aparte citado en la sentencia T-044 de 2019 del Auto 121 de 2018, proferido por la Sala de

Seguimiento de la Corte para garantizar los derechos de la población privada de la libertad.


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6.1.3. Temeridad en acción de tutela

Respecto a las actuaciones que pueden considerarse temerarias al momento de


acudir a la administración de justicia solicitando la protección de derechos
fundamentales a través del uso de la acción de tutela, la Corte Constitucional ha
indicado Sentencia 001 de 2016. MP. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub que:

“La actuación temeraria consiste en la interposición de tutela


idénticas, sin motivo expresamente justificado, contrariando el
principio de buena fe previsto en el articulo 83 de la Constitución
Política”11.

Corresponde a una conducta indebida para satisfacer un interés


individual a toda costa y que expresa un abuso del derecho cuando
deliberadamente y sin tener razón se instaura nuevamente una acción
de tutela”12

En aras de determinar la existencia de temeridad, la Corte Constitucional ha


señalado 13 que se presenta cuando hay identidad de hechos, sujetos y
pretensiones en las acciones de tutela, además de mala fe en el actuar del
accionante; evento en el cual, le corresponde al juez de tutela rechazarla y
poner las sanciones correspondientes contra le accionante y el apoderado
judicial, en caso de que lo hubiere. En estos eventos, el juez de tutela debe
acreditar la existencia de mala fe, desvirtuando la presunción de buena fe
en la actuación del actor.

En sentencia SU 377 de 2014, se afirmó:

“(…) resulta razonable asumir que la temeridad se configura


únicamente si el actor ha obrado con mala fe, deslealtad procesal, o
si su actuación infringe el deber de moralidad procesal. Por tanto, las
sanciones solo podrían imponerse una vez se desvirtúe la buena fe del
accionante, pues esta en principio se presume por mandato de la
Constitución”.14

No obstante, se ha establecido que, a pesar de concurrir los elementos que


estructuran la temeridad, existen unos supuestos que tornan procedente la acción
de tutela y que obligan al juez a pronunciarse de fondo sobre el asunto puesto en
su conocimiento; puede inferirse que el actor no ha actuado movido por la mala
fe, cuando el ejercicio de la acción se funda en:

“(i) la condición del actor que lo coloca en estado de ignorancia o


indefensión, propio de aquellas situaciones en que los individuos obran
por miedo insuperable o por la necesidad extrema de defender un
derecho y no por mala fe; (ii) en el asesoramiento errado de los
profesionales del derecho; (iii) en la consideración de eventos nuevos
que aparecieron con posterioridad a la interposición de la acción o que
se omitieron en el trámite de la misma, o cualquier otra situación que no
se haya tomado como base para decidir la(s) tutela(s) anterior(es) que
implique la necesidad de proteger los derechos fundamentales del
demandante; y por último (iv) se puede resaltar la posibilidad de

11 Sentencia 001 de 2016. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub


12 Sentencia T-1215 de 2003. M.P. Clara Inés Vargas
13 Sentencia T-383 de 2016. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub
14 Sentencia SU -377 de 2014. M.P. María Victoria Calle Correa

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interponer una nueva acción de amparo cuando la Corte Constitucional


profiere una sentencia de unificación, cuyos efectos hace explícitamente
extensivos a un grupo de personas que se consideran en igualdad de
condiciones, incluso si con anterioridad a dicha sentencia presentaron
acción de tutela por los mismos hechos y con la misma pretensión”15

En sentencia T-873 de 2013, se reiteraron los anteriores supuestos y se estableció


que la actuación no es temeraria cuando la violación de los derechos persiste en
el tiempo, caso en el cual no es procedente declarar la improcedencia de la
acción de tutela por temeridad, aun cuando se observe una identidad de hechos,
partes y pretensiones, al respecto sostuvo:

“Adicionalmente, la Corte ha señalado que, tratándose de personas en


estado de especial vulnerabilidad, no es procedente negar la tutela por
temeridad, a pesar de que se observe una identidad de partes, hechos
y pretensiones, cuando el juez advierta que, no obstante, la
interposición de una o varias acciones anteriormente, los derechos
fundamentales de los peticionarios continúan siendo vulnerados. Esta
situación, en consecuencia, constituye otra causal que justifica la
interposición de una nueva acción de tutela”.16

Ahora bien, abundando en razones frente al alcance de la figura de la carencia


actual de objeto por hecho superado, el Tribunal Constitucional de nuestro país, en
sentencia T-439 de 2018, con ponencia de la Magistrada Cristina Pardo Schlesinger
razonó lo siguiente:

“Según el Decreto 2591 de 1991, la acción de tutela tiene como finalidad


lograr la protección o salvaguarda de los derechos fundamentales de las
personas, cuando estos se ven amenazados o vulnerados por la conducta
de una autoridad pública o por particulares, bien sea mediante una acción
o una omisión. Con tales propósitos, al juez constitucional se le faculta para
emitir órdenes encaminadas a lograr que el accionado actúe o se abstenga
de ejecutar una acción específica.17

En algunos casos la conducta vulneratoria cesa o la violación se consuma,


circunstancias que acarrean la ineficacia del amparo solicitado. En efecto,
tales acaecimientos impiden que el juez pueda pronunciarse de fondo
respecto de la tutela incoada, por sustracción de materia, fenómeno al cual
la jurisprudencia constitucional ha calificado como “carencia actual de
objeto”.18 La referida situación puede suscitarse en tres hipótesis diferentes,
a saber: (i) cuando exista un “hecho superado”, (ii) con el acaecimiento de
un “hecho sobreviniente” o (iii) como consecuencia de un “daño
consumado”.19

En el caso bajo estudio el juez de segunda instancia declaró improcedente


el amparo por considerar que existía un hecho superado; lo cual genera la
necesidad de hacer un especial énfasis en dicha hipótesis.

El hecho superado ocurre cuando, con ocasión de una acción u omisión de


la entidad accionada, se logra satisfacer completamente la pretensión
objeto de la acción de tutela, entre el término de interposición de la misma

15 Sentencia T-580 de 2012. M.P. Humberto Antonio Sierra Porto


16 Sentencia T-873 de 2013. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo
17 Decreto 2591 de 1991: “Artículo 1. Objeto. Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los
jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien
actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera
que éstos resulten vulnerados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública o de los particulares en
los casos que señale este Decreto. Todos los días y horas son hábiles para interponer la acción de tutela.”
18 Corte Constitucional, Sentencia T-261 de 2017, M.P. Alberto Rojas Ríos.
19 Corte Constitucional, Sentencia T-261 de 2017, M.P. Alberto Rojas Ríos.

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y el fallo correspondiente. Sobre el particular, la Corte ha aseverado que: “El


hecho superado se presenta cuando, por la acción u omisión (según sea el
requerimiento del actor en la tutela) del obligado, se supera la afectación
de tal manera que “carece” de objeto el pronunciamiento del juez. La
jurisprudencia de la Corte ha comprendido la expresión hecho superado en
el sentido obvio de las palabras que componen la expresión, es decir, dentro
del contexto de la satisfacción de lo pedido en la tutela.” 20

Con fundamento en lo expuesto, la intervención del juez constitucional


termina siendo “inocua” y lo releva de la obligación de pronunciarse de
fondo.21 Sin embargo, en la sentencia el juez deberá demostrar que
realmente se satisfizo la pretensión de la tutela, como presupuesto para: (i)
declarar la carencia actual de objeto por hecho superado y (i) abstenerse
de impartir orden alguna.22

Para efectos de resolver el caso examinado resulta conveniente realizar


algunas puntualizaciones, dando alcance al marco conceptual descrito por
esta jurisdicción:

(i) El hecho superado sólo puede producirse de manera previa al proferimiento


de una sentencia que ampare el derecho fundamental invocado para su
protección.

(ii) Los fallos de tutela son de cumplimiento inmediato, sin perjuicio de que
hayan sido impugnados, conforme a lo prescrito en el artículo 31 del Decreto
2591 de 1991. Razón por la cual, no constituye hecho superado, sino un
simple cumplimiento de sentencia, la conducta que acata la orden
impartida por el juez de primera instancia en procura de amparar derechos
fundamentales.

(iii) Por lo tanto, en las circunstancias descritas en el párrafo precedente, el ad


quem no podría declarar el acaecimiento de un hecho superado,
encontrándose limitado a confirmar o infirmar la providencia del a quo.

(iv) Es preciso reiterar que el “hecho superado” sólo se produce cuando las
acciones u omisiones del accionado satisfacen íntegramente el derecho
fundamental del cual se adujo una vulneración.

(v) Por consiguiente, dicha hipótesis no puede predicarse respecto de derechos


fundamentales cuyo resarcimiento dependa de conductas que deban
prolongarse en el tiempo, superando el lapso procesal de la tutela. Ello, por
cuanto a que en tal circunstancia, al finalizar el trámite constitucional, no se
habría satisfecho aun plenamente el derecho invocado y se impediría al
accionante ejercer los incidentes de desacato que fueren pertinentes, en
caso de que el accionado reincidiera en la conducta vulneratoria alegada
en la tutela.”

6.1.6. Del caso concreto

En primer lugar, es importante resaltar que antes de instaurar la acción objeto de


estudio, el accionante había presentado otro recurso de amparo solicitando
entrega del tratamiento completo en forma integral y que fuera enviado a control
dentro del término recomendado por el especialista.

En aquella ocasión se declaró la carencia actual de objeto por hecho superado


debido a que durante su trámite se efectúo la entrega de medicamentos y la
programación de cita con especialista. Las decisiones de instancia fueron

20 Corte Constitucional, Sentencia SU-540 de 2007, M.P. Álvaro Tafur Galvis.


21 Corte Constitucional, Sentencia T-011 de 2016, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
22 Corte Constitucional, Sentencia T-321 de 2016, M.P. Alberto Rojas Ríos.

(HZP)Sentencia Acción de Tutela Rad. 2022-00646 VICTOR JULIO DIAZ Vs USPEC, INPEC Y OTROS.
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adoptadas en el radicado 47-001-31-21-002-2022-10006-01 por el Juzgado Segundo


Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras el día 10 de febrero de 2022
y por la Sala Cuarta de Decisión Civil Familia del Tribunal Superior de Santa Marta el
día 10 de marzo de 2022.

En la primigenia ocasión se reclamaba el suministro de los medicamentos Dorzold y


Latanox y atención médica relacionada con un ciclo asmático.

Posteriormente, el señor Víctor Julio Diaz presentó acción de tutela con el fin de
obtener la protección de sus derechos fundamentales a la salud y vida digna
solicitando la entrega de medicamentos para continuar con el tratamiento
ordenado por el médico tratante, con relación al padecimiento de glaucoma no
especificado y también solicitó le fuera asignada cita con el especialista para
realizar los controles respectivos, que son necesarios debido a su enfermedad
aduciendo que el prestador de salud hace entrega insuficiente de los
medicamentos prescritos y omitía programar las citas de control con especialista.

Lo descrito permite descartar la existencia de temeridad en la acción de tutela,


toda vez que, si bien es cierto que existen dos recursos de amparo, también lo es
que fueron instaurados con el fin de obtener protecciones fundamentales en salud,
pero con supuestos diferentes. Las mismas razones llevan a concluir la inexistencia
de cosa juzgada constitucional.

Esto porque de lo expuesto y de los informes allegados en el presente tramite,


deviene con claridad que la enfermedad padecida por el accionante requiere
tratamiento continuo y control frecuente. Estas circunstancias lejos de evidenciar un
abuso de la acción de tutela, demuestran la continua vulneración de los derechos
fundamentales al actor, quien ha tenido que acudir ante los jueces constitucionales
por la deficiente atención en salud.

Visto lo anterior, es importante considerar que el accionante es una persona privada


de la libertad y que según lo refiere la historia clínica tiene 57 años de edad.
Actualmente se encuentra recluido en el Centro Penitenciario y Carcelario Rodrigo
de Bastidas en la Ciudad de Santa Marta. Según informa en su escrito de tutela,
padece de Glaucoma, enfermedad que requiere ser tratado de manera continua
y controlada por parte de especialista.

Afirma no recibir medicamentos a tiempo ni controles. Estas afirmaciones no fueron


desvirtuadas por las accionadas ni por ninguna de las vinculadas.

Por el contrario, la UT SALUD INTEGRAL PPL confirmó la existencia de la enfermedad


alegada por el accionante. Tampoco fueron desvirtuadas las afirmaciones
relacionadas con el incumplimiento por parte del prestador de salud en lo
concerniente a la entrega de medicamentos y citas de control con especialista.
Según se observa en las autorizaciones y transcripciones médicas que la atención
médica del accionante con el especialista en oftalmología sólo tuvo lugar el día 29
de abril de 2022 en el Centro de Oftalmología Integral COFIN S.A.S. y el suministro de
los medicamentos ocurrió el 02 de mayo hogaño, esto es con posterioridad a la
admisión de la acción de tutela, permitiendo establecer como configurada la
vulneración alegada en el libelo introductorio y consumada a la fecha de su
radicación.

Si bien se demostró que durante el tramite de la presente acción de tutela se hizo


valoración por especialista y posteriormente se efectúo la entrega de los
medicamentos ordenados, lo cierto es que el tratamiento requerido por el actor
debe ser continuo, es decir, no finaliza con una entrega de medicamentos ni con
una sola valoración médica. Por ende, se hace necesaria la intervención del juez
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constitucional a efectos de garantizar que el tratamiento se siga de acuerdo con


las prescripciones dadas por el profesional de la salud.

De lo que se sigue que una sola entrega de medicamentos no comporta la


protección del derecho alegado ni da lugar a declarar la improcedencia de la
acción de tutela por carencia actual de objeto por hecho superado.

Reafirma lo anterior, la reiterada necesidad del señor Víctor Julio Diaz de acudir a la
acción de tutela solicitando la protección de sus derechos fundamentales debido
a los incumplimientos por parte del prestador de salud, carga que no debe ser
asumida por los usuarios y que desatiende los postulados constitucionales y legales
que fundamentan la prestación del servicio, dado además que se trata de una
persona privada de la libertad, quien dada su especial sujeción al estado, tiene
restringido legítimamente su derecho a la libre locomoción que le impide acudir por
sus propios medios en procura de atención médica, la que debe ser garantizada
por el Estado o por los particulares, que en virtud de un vínculo contractual, asumen
la atención en salud de la población reclusa.

En atención a las competencias asignadas por ley, y lo demostrado dentro de la


presente acción, se desvinculará al Juzgado Tercero de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad de Santa Marta, dado que dentro de sus competencias
funcionales no tiene a cargo la atención en salud de las personas privadas de la
libertad y que en el marco de sus obligaciones legales inició, de oficio, el trámite de
estudio de la procedencia de la prisión domiciliaria por enfermedad grave, para lo
cual solicitó al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses la valoración
del accionante y determinar si su estado de salud es incompatible con la reclusión.

Dado que en su escrito de contestación la UT SALUD INTEGRAL PPL afirmó ser la


responsable de la prestación del servicio de salud de las personas privadas de la
libertad y se acreditaron sus obligaciones contractuales, se excluirán de la presente
causa a las demás accionadas y vinculadas.

Por lo expuesto, este despacho amparará el derecho fundamental a la salud,


seguridad social y vida digna del señor Víctor Julio Diaz, y en consonancia, ordenará
que le sean suministrados los medicamentos en la cantidad prescrita y con las
frecuencias indicadas por el médico tratante para el tratamiento de las patologías
sufridas. Igualmente se ordenará programar las citas médicas de valoración y
control con especialista requeridas en el tratamiento de la enfermedad padecidas
por el paciente. También se ordenará al prestador del servicio de salud que tenga
disponible en stock los medicamentos prescritos por el médico tratante al señor
Víctor Julio Diaz, con el fin de garantizar la continuidad de su tratamiento y por su
calidad de vida, asociada a la recuperación esperada.

En atención a lo aquí analizado, el Juzgado Séptimo de Pequeñas Causas y


Competencia Múltiple de Santa Marta, administrando justicia en nombre de la
Republica de y por autoridad de la Constitución y la Ley,

RESUELVE

PRIMERO: Conceder el amparo impetrado frente a los derechos fundamentales a la


salud, seguridad social y vida digna del señor Victor Julio Diaz en contra de la UT
SALUD INTEGRAL PPL, conforme con las consideraciones expuestas en este proveído.

SEGUNDO: Ordenar a la UT SALUD INTEGRAL PPL disponer de las medidas


administrativas a que haya lugar, para garantizar, a futuro la disponibilidad
suficiente en stock de los medicamentos prescritos por el medico tratante del señor
VÍCTOR JÚLIO DÍAZ con el fin de garantizar la entrega completa de los
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medicamentos, procedimientos y citas médicas para la continuidad del tratamiento


a las patologías sufridas por el accionante.

TERCERO: Ordenar a UT SALUD INTEGRAL PPL disponer de las medidas administrativas


a que haya lugar para garantizar la valoración y control oportunos de la
enfermedad padecida por el señor VÍCTOR JULIO DIAZ, según las prescripciones del
médico tratante.

CUARTO: Prevenir al Representante legal de UT SALUD INTEGRAL PPL para que, en


ningún caso, vuelva a incurrir en las actuaciones censuradas en la parte motiva de
esta providencia y en adelante.

QUINTO: Comuníquese esta decisión a los intervinientes por el medio más expedito

SEXTO: En caso de no ser impugnada oportunamente la presente sentencia, por


secretaría remítase el expediente a la Honorable Corte Constitucional, para su
eventual revisión.

El Juez,

EDGAR LUIS ABUABARA PERTUZ

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