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TALLER DE ETICA
NC: 22320466
Las estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, son los cuatro períodos regulares en que cada
año se divide, de acuerdo a las condiciones climáticas concretas y recurrentes que se manifiestan en la
atmósfera. Cada una tiene una duración aproximada de tres meses, y en total conforman un sistema cíclico
de condiciones meteorológicas y climáticas, que se da de manera continua.
Las estaciones son un fenómeno planetario, consecuencia de los movimientos de traslación e inclinación
del planeta en su órbita alrededor del Sol, y aunque se dan en los dos hemisferios terrestres, lo hacen
siempre de manera invertida, es decir, cuando en el norte es verano, en el sur es invierno y viceversa. Para
distinguirlas, normalmente se habla de estaciones boreales (del hemisferio norte) y estaciones australes
(del hemisferio sur).
Además, las estaciones se manifiestan de modos muy diferentes dependiendo de la franja climática.
Por ejemplo,
Las regiones más próximas al ecuador no presentan estaciones definidas, sino épocas de lluvia y de sequía
con leves variaciones de temperatura, mientras que en la zona templada las estaciones son marcadas y con
diferencias sustanciales en materia climática y meteorológica. Incluso así, el modo exacto en que cada
estación se manifiesta depende de la geografía del lugar.
En general las cuatro estaciones se pueden entender de la siguiente manera:
Invierno . Es la época más fría del año, en la que el Sol impacta de manera menos directa y menos
intensa, de modo que el crecimiento de las plantas se enlentece o detiene y en algunos lugares se
producen heladas, nevadas y otros fenómenos meteorológicos más extremos.
Primavera . Es la época del renacimiento, en que el Sol vuelve a calentar más y los hielos
comienzan a derretirse, momento que las plantas aprovechan para reverdecer y florecer. Las
especies animales que hibernan salen de sus madrigueras y los días comienzan a alargarse.
Verano. Es la época de mayor calor del año, en la que el Sol impacta de manera directa e intensa,
elevando las temperaturas. Es la época de la cosecha, en que las plantas producen frutos y la
mayoría de los animales aprovechan para reproducirse.
Otoño . Es la época en que se marchitan las hojas de los árboles, en que el clima comienza a
enfriarse y la vida se prepara para la llegada del invierno. Es una época culturalmente asociada a la
melancolía y la tristeza, dado que las noches comienzan a hacerse más largas que los días.
Las distintas culturas comprendieron desde tiempos antiguos las estaciones como un ciclo eterno, al cual
asociaron sus relatos funcionales y sus ciclos cosmológicos. El alargamiento de las noches y la debilidad
del Sol durante los meses de invierno, por ejemplo, se asociaba a la muerte y el fin de los tiempos, lo cual
convertía la primavera en una época de renacimiento y celebración, de victoria de la vida por encima de la
muerte.
Este tipo de asociaciones y metáforas se hallan presentes en numerosas tradiciones mitológicas e incluso
en la simbología de la mayoría de las doctrinas religiosas.
Solsticios y equinoccios
Solsticio del 21 de diciembre. En este punto de la órbita, ubicado entre el otoño boreal/primavera
austral y el invierno boreal/verano austral, la Tierra expone al hemisferio sur hacia el Sol, de modo
tal que los rayos solares inciden de manera perpendicular sobre el trópico de Capricornio. El sur se
calienta y el norte se enfría; y las noches del norte se hacen más largas (hay noche polar o de 6
meses en las inmediaciones del Ártico), al igual que los días del sur (hay día polar o de 6 meses en
las inmediaciones de la Antártida).
Equinoccio del 21 de marzo. En este punto de la órbita, ubicado entre el invierno boreal/verano
austral y la primavera boreal/otoño austral, la Tierra expone ambos hemisferios al Sol, y sus rayos
impactan de manera perpendicular sobre el ecuador.
Tanto solsticios como equinoccios han sido, en diversas culturas, considerados momentos de cambio
cósmico, es decir, de cierre o inicio de ciclos, lo cual tenía alguna incidencia sobre la vida humana: auge o
caída de gobiernos y reinados, inicio de guerras o revoluciones, etcétera.
Las estaciones boreales, es decir, las estaciones del hemisferio norte, se dan de acuerdo al siguiente
calendario:
Verano. A partir del solsticio de junio, se extiende durante los meses de julio, agosto y septiembre,
coincidiendo con el afelio terrestre, es decir, el punto más alejado del Sol de la órbita planetaria.
Otoño. A partir del equinoccio de septiembre, se extiende durante los meses de octubre,
noviembre y diciembre.
Invierno. A partir del solsticio de diciembre, se extiende durante los meses de enero, febrero y
marzo, coincidiendo con el perihelio terrestre, es decir, el punto más próximo al Sol de la órbita
planetaria.
Primavera. A partir del equinoccio de marzo, se extiende durante los meses de abril, mayo y
junio.
Las estaciones australes, es decir, las estaciones del hemisferio sur, se dan de acuerdo al siguiente
calendario:
Verano. A partir del solsticio de diciembre, se extiende durante los meses de enero, febrero y
marzo, coincidiendo con el perihelio terrestre, es decir, el punto más próximo al Sol de la órbita
planetaria.
Otoño. A partir del equinoccio de marzo, se extiende durante los meses de abril, mayo y junio.
Invierno. A partir del solsticio de junio, se extiende durante los meses de julio, agosto y
septiembre, coincidiendo con el afelio terrestre, es decir, el punto más alejado del Sol de la órbita
planetaria
Primavera. A partir del equinoccio de septiembre, se extiende durante los meses de octubre,
noviembre y diciembre.