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El platonismo

El platonismo es la doctrina filosófica desarrollada por seguidores de Platón s partir del


siglo I antes de Cristo, el platonismo también conocido como idealismo platónico de la
filosofía del filósofo griego Platon y aquella que deriva su pensamiento en especial en la
teoría de las ideas. El platonismo se fundamenta principalmente en la idea de la existencia
de objetos abstractos en un lugar distinto al mundo tangible y al mundo de la conciencia,
conocido como el mundo de las ideas, así los objetos que conocemos son solos réplicas de
aquellas arquetipos perfectos del mundo de las ideas, este pensamiento puede retraerse en
nombres del filósofo como república del banquete o creedor y tiene una fuerte influencia
en autores posteriores como asilad, antipoco, Plotino, porfirio , plutarco o San Agustín de
Hipona, quienes desarrollaron otras formas del platonismo.
Llego a ser el movimiento intelectual dominante en los primeros siglos del mistral.
Favorecido por poderosas similitudes de principio que mantenían el cristianismo y el
judaísmo, su principal representante fue la tienda que adquirió este nombre en alabanza a su
maestro y desarrollo otro movimiento importante "El Neoplatonismo".
El platonismo ha influido en sectores de pensamiento religioso de forma que llega a
creer que ciertos pensamientos y doctrinas están basados en San Agustín, creía que el
mediante protón se podría articular teológicamente en la fe cristiana como había intentado
Filón de Alejandría con el Judaísmo. El emperador romano agustiniano clausuró las
escuelas filosóficas de Atenas, tratando de reducir la influencia platónica que consideraba
un peligro lo cual nunca se ha conseguido por completo, el Renacimiento surgió el
0latonismo, sobre todo en la academia platónica de Florencia en el siglo XV.
El platonismo era una corriente de pensamiento muy espiritual y no le daba
relevancia a la realidad o lo terrenal, lo que causó que en esta época se perdiera un poco la
importancia a la investigación científica.
El platonismo nos habla acerca de dos maneras de ver la realidad, la primera es la
sensible que se refiere a las cosas y la segunda es la inteligente, se refiere a las ideas de las
cosas. Se dice que es sensible por que son cosas que podemos tactar y observa, además de
que se pueden transformar. La inteligente, la que desarrolla las ideas, teniendo en cuenta
que las ideas son intangibles, dirigibles y no pueden ser alteradas.
Aunque son mundos diferentes uno necesita del otro, para que existan las cosas
primero deben ser pensadas .
Uno de los mayores problemas que se encuentran en el platonismo es la respuesta a
la pregunta ¿ acaso el mundo Real es el que ves o el que imaginas?
La gran aportación de los matemáticos griegos fue transformar el saber empírico de
civilizaciones anteriores, como la mesopotámica o la egipcia, en una matemática teórica, es
decir, en un saber que prueba o demuestra sus construcciones por deducción a partir de un
conjunto de axiomas, postulados y definiciones. Ese proceso se inicia con Tales de Mileto y
Pitágoras de Samos, tiene un punto de inflexión en la Academia de Platón y alcanza su
forma canónica con los Elementos de Euclides de Alejandría. Los números y las figuras
serán considerados como entidades ideales independientes de aquello a lo que remiten: las
cosas contadas o figuradas. Esa idealización implica un camino de lo concreto a lo
abstracto, de la percepción visual a la comprensión racional.

La práctica matemática y su transmisión cultural obligaron desde muy pronto a


depurar los conceptos y principios utilizados, para enfrentar las críticas de los escépticos.
Será el éxito de las matemáticas, y en particular el triunfo del método deductivo, lo que
convierta a este saber en el modelo del conocimiento verdadero. Este periplo matemático
no deja de verse afectado por condicionantes culturales, tanto religiosos y filosóficos como
políticos.
En los orígenes de la matemática griega sus conceptos remiten a las cosas reales, no
son todavía entes ideales. Una prueba clara del vínculo de los números con las cosas es que
durante siglos ni los matemáticos ni los filósofos helenos pensarán los números como
ilimitados. En efecto, los griegos consideran el universo como limitado, por lo que los
números, que cuentan las cosas, no pueden serilimitados ya que no hay ilimitadas cosas.
Para ellos los números sólo existen cuando están contando algo, no como pura especulación
mental o mera acumulación de signos. Todavía Platón, para quien contar es tan básico e
importante que no considera hombre a quien no conoce los números, se pregunta en su
diálogo Parménides, escrito hacia el 360 a.n.e., si el número no es esencialmente ilimitado,
pero opta por considerar que los números de la década generan todos los números,
siguiendo una doctrina pitagórica.
En lo que se refiere a los entes geométricos inicialmente se consideraba a los
puntos, las líneas, las superficies y los sólidos como figuras reales existentes en las cosas,
hasta que el proceso de idealización fue convirtiendo al punto en algo sin dimensión, a la
línea en longitud sin anchura, a la superficie en plano sin espesor y al sólido en un volumen
espacial ideal. Platón se negará a conceder existencia real al punto, definiéndolo
simplemente como el nombre que se da a los extremos de una línea; en cambio a las líneas,
las superficies y los sólidos sí les otorga una existencia real porque tienen magnitud.
En algunos diálogos de Platón, donde imagina polémicas entre Sócrates y sus
interlocutores para alcanzar un consenso acerca de temas importantes, aparecen algunos
sofistas, a quienes el autor –gran paladín de la matemática idealizada- execrará acusándolos
de confundir los números abstractos o las figuras geométricas ideales con las apariencias
físicas sensibles; pero más bien se trata de que se mantienen fieles a una opción diferente y
tradicional, la de las matemáticas apegadas a lo real.
Aunque Platón no fuera un matemático de relieve, en sus obras toma una posición
clara respecto a la cuestión ontológica. Los números y las figuras son entidades ideales,
inteligibles, eternas, inmutables, independientes y separadas de los seres naturales. En sus
obras las matemáticas se reafirman en la dimensión cosmológica y sagrada adquirida con
los pitagóricos, yendo incluso “hyperouranos”, más allá de los cielos. Los números y
figuras son los principios eternos que gobiernan la Naturaleza cambiante y mortal. Las
matemáticas expresan el orden de la necesidad, la verdad sobre el mundo, comprensible
solo por el alma racional, no por el cuerpo sensible. Al final de su vida llegó a proponer
como religión popular de la polis racional ideal una teología astral que se fundaba en la
astronomía matemática.

El logicismo

Gottlob Frege nació el 8 de noviembre de 1848 en Wismar, Mecklenburg-Schwerin


(ahora Alemania). Se le considera uno de los fundadores de la lógica simbólica moderna.
Estudió matemáticas, física y química en las universidades de Jena, de 1869 a 1871, y
Göttingen, de 1871 a 1873. Enseñó matemáticas en la Universidad de Jena y escribió sus
libros en diferentes ramas de la matemática, aunque fuera del campo de la lógica sus
publicaciones fueron escasas. Sus escritos en filosofía, lógica y matemática han sido de
gran importancia. Murió el 26 de julio de 1925 en Bad Kleinen, Alemania.

Frege retomó el punto de partida filosófico obtenido en los siglos XVII y XVIII, y
basándose en el apuntalamiento de los aspectos deductivos y lógicos por los matemáticos
del XIX, retomó la teoría leibniziana de la evidencia lógica en la aritmética. Manteniéndose
en el marco epistemológico kantiano (el lenguaje de sus distinciones) dijo que la aritmética
no era sintética a priori (como en Kant) sino analítica; para ello redefinió la noción en
su Grundlagen der Arithmetik: "El problema es el de encontrar su prueba y seguirla hasta
las verdades primitivas. Si en este camino sólo se encuentran definiciones y leyes lógicas
generales entonces se trata de una verdad analítica.'' [Frege, G., en el libro de 1 884: Los
Fundamentos de la Aritmética incluido en Conceptografia, p. 117]

Para Frege la lógica conecta a las leyes más profundas del pensamiento. La
aritmética (según él) era lógica. Decía:

" ¿No yace la base de la aritmética a mayor profundidad que la de cualquier


conocimiento empírico, a mayor profundidad que la de la misma geometría? Las verdades
aritméticas gobiernan el campo de lo numerable. Este es el más comprehensivo, puesto que
a él pertenece no solo lo real, no solo lo intuitivo sino todo lo pensable. ¿Las leyes de los
números, así, no deberían estar en íntima unión con las del pensamiento?.'' [Frege, G. en el
libro de 1884: Los Fundamentos de la Aritmética incluido en Conceptografia, p. 130]

Lo que busca Frege en la reducción de la matemática a la lógica es un mecanismo


teórico que permita obtener rigor y certeza en matemáticas. En esa medida se integra a la
tradición decimonónica de rigorización de las matemáticas
(Cauchy, Weierstrass, Dedekind, Cantor, etc.) que trata de cubrir las lagunas teóricas de los
resultados extraordinarios de los siglos XVII y XVIII. Desde esta óptica la preocupación de
Frege es por la verdad de las proposiciones de la matemática, y, entonces, es esencialmente
epistemológica. Frege integra los resultados lógicos del siglo de De Morgan, Boole, etc.,
pero no con el objetivo de dejar las cosas en una "simbolización'' de la matemática o con
una "matematización'' de la lógica. Frege intenta la redefinición de la noción de verdad.
Esto naturalmente encontraba justificación en la abstracción de la matemática de ese siglo
que exigía nuevos criterios de verdad.

Las motivaciones de Frege también eran filosóficas. Estaba al tanto de las ideas que
en torno a la naturaleza de la matemática y la lógica se vertían en esa época. En sus intentos
por probar (de hecho) la consistencia de la aritmética, buscó sustento en la filosofía. O de
manera complementaria, se puede decir que una actitud filosófica particular en la
concepción del carácter de las matemáticas motivó un proyecto (el logicista). Para Frege, la
solidez epistemológica de las matemáticas se encontraba en la exhibición de "objetos''
lógicos, objetivos, partícipes de una realidad pero no física ni sensible. Llegará a definir la
existencia de un "tercer mundo'' en la estructura ontológica.

En su artículo de 1918 " Der Gedanke'' hablará de objetos (físicos), ideas


(representaciones individuales como sensaciones, etc.) y los pensamientos (reales y no
físicos) que constituían ese "tercer mundo.'' Según él: gran parte de los problemas
epistemológico-filosóficos tenía su origen en la incomprensión de la existencia de ese
"tercer mundo.''

Ahora bien, este nuevo mundo estaba cargado de las características de eternidad,
absoluto, independencia, permanencia, etc., que recuerdan la visión platonista.

Frege, siguiendo a Leibniz y Boole, construyó en su famoso Begriffsschrift un


lenguaje simbólico capaz de mejorar el rigor en la expresión matemática así como acortar
las pruebas y "evitar el salto en las deducciones''. Este lenguaje respondía a sus
motivaciones epistemológico-filosóficas sobre las matemáticas. Era concebido como un
instrumento para poder llevar a cabo los procesos de rigor y fundamentación de la
aritmética. Con él contribuyó enormemente en el desarrollo de la lógica moderna.

En su Begriffsschrift por primera vez aparecen los cuantificadores y las variables


ligadas, que permiten a Frege desarrollar la primera teoría coherente de la cuantificación;
aparece el cálculo proposicional de funciones de verdad, el análisis de la proposición como
función y argumento en lugar de sujeto y predicado; por primera vez aparece una distinción
precisa entre nombres y predicados, predicados de primer orden y de segundo orden; se
formaliza la lógica sentencial y se presenta un cálculo deductivo para esta última.

La publicación de Die Grundlagen der Arithmetik (1884) buscaba ofrecer una


crítica a diversas posiciones filosóficas sobre los números y la aritmética; al mismo tiempo
que definir el concepto de número natural. Die Grundgesetze der Arithmetik (1893, 1903)
corresponde a lo que debía ser para Frege la culminación práctica de su proyecto en los
fundamentos de la matemática.

La evidencia lógica como fundamento

Para Frege, se trataba de materializar el proyecto de hacer la evidencia lógica el


fundamento de la aritmética. Es esto lo que aparece (dándole unidad si se quiere) en
su Begriffsschrift, Grundlagen y Grundgesetze der Arithmetik.
Frege parte desde un principio del racionalismo; solo que busca una combinación
nueva más adecuada a los desarrollos lógico-matemáticos del XIX. Privilegia la lógica (que
es convertida en una realidad casi mítica y trascendente) y apuntala los rasgos axiomáticos
y formales de la matemática. Es decir, asume que la axiomática es columna vertebral del
edificio matemático. Sin embargo, esto no era suficiente. Añade un fuerte platonismo en la
consideración de los objetos matemáticos; y busca erradicar la intuición (aunque sea
mental) en la aritmética (aunque no en la geometría).

La combinación de estos elementos teóricos brindaba una nueva reflexión sobre las
matemáticas que buscaba captar una nueva realidad de las matemáticas. Eso sí: sin salir del
racionalismo continental, aquel que hacía de las proposiciones de la matemática verdades a
priori infalibles. Frege añadiría la idea de que los objetos matemáticos viven en un mundo
"objetivo'' no material, independiente del sujeto.

Si bien Frege partía del lenguaje y el marco epistemológico generales kantianos, su


interpretación sobre la aritmética (como conocimiento analítico) se dirigía contra la visión
de Kant. En el seno del mismo racionalismo favorecía las ideas y tradición de Leibniz, solo
que en una escala técnica, matemática y filosófica superior.

La abstracción de las matemáticas del siglo XIX determinaba, es cierto, una nueva
situación teórica de grandes consecuencias. El siglo XIX es la verdadera cuna de la
matemática "pura''. Anteriormente hablar de matemática pura y aplicada resultaba absurdo,
incomprensible. En ese siglo pasado se vio la emersión de matemáticos dedicados
exclusivamente a su especialidad. El modelo de Arquimides Galileo, Newton, Gauss, etc.,
dejó de ser el común. (Con grandes excepciones: Poincaré.) La abstracción y la
especialización abrieron el terreno propicio para la separación de la práctica matemática de
los problemas de la realidad. La matemática pura había nacido. Con ella, se alimentaban las
visiones filosóficas racionalistas y viceversa; estas últimas apuntalaban la separación en
nuevo cuerpo de la matemática pura.

Frege vivió en esta realidad que golpeteaba el decurso histórico y teórico de las
matemáticas. Su visión sobre éstas nace de ella pero, además, va a ser un influjo en su
devenir.

El formalismo

Los formalistas buscaron la evidencia en las matemáticas también en Kant. Para


ellos las proposiciones de la matemática no se reducen a nociones y principios lógicos, sino
que la matemática posee objetos que describe y ligados a una percepción interior. El
fundador de esta aproximación, el gran matemático David Hilbert planteaba las cosas así:

"...algo que se presupone al proceder a inferencias lógicas y en la ejecución de operaciones


lógicas está ya dado en la representación (vorstellung), esto es, ciertos objetos concretos
extralógicos, que están intuitivamente presentes en forma de experiencia inmediata y se
hayan en la base de todo pensamiento. Si el pensamiento lógico ha de estar seguro, estos
objetos han de ser susceptibles de examinarse a fondo, en sus componentes, y la exhibición,
la distinción, el orden de sus partes y la disposición de éstos en el espacio, han de estar
dados en los objetos mismos, como algo que no puede reducirse a nada más ni necesita por
lo demás en modo alguno semejante reducción.'' [Hilbert, D. en Körner, S.: Introducción a
la filosofía de la matemática, p. 88]

Hilbert, al igual que Brouwer y Kant, hablaba de una intuición, pero se trataba de la
intuición del signo. Decía en 1922:

"Para mí -y en esto me opongo totalmente a Frege y a Dedekind - los objetos de la


teoría de números son los signos mismos, de los cuales podemos reconocer la forma en toda
su generalidad y con toda seguridad, independientemente de las circunstancias de lugar y de
tiempo, de las condiciones particulares de su presentación y de las diferencias
insignificantes que pueden afectar a su trazado. El punto de vista filosófico sólido que
considero como indispensable para el fundamento de las matemáticas puras -como para
cualquier tipo de pensamiento, de comprensión y de comunicación científicos- se puede
resumir de esta forma: en el principio -y así nos expresaremos aquí- era el signo.''

Para Hilbert el fracaso del logicismo es el fracaso de los intentos por eliminar las
intuiciones y las evidencias previas a los procesos lógicos. No se trata de eliminarlos, se
trata de explicar en concreto cuáles son y cómo actúan. Ahora bien, la exhibición de estos
objetos concretos, para Hilbert, es la base de la posibilidad de la consistencia de la
matemática. Porque, señala Körner: "Si la matemática ha de restringirse -por completo y sin
calificación- a la descripción de objetos concretos de cierta clase y a las relaciones lógicas
entre tales descripciones, entonces, ninguna contradicción puede producirse en ella, ya que
las descripciones precisas de objetos concretos son siempre mutuamente compatibles.''

Con esta filosofía es, entonces, posible trazar un programa para intentar garantizar
la coherencia lógica de las matemáticas.

Hilbert afirma que la matemática no se puede reducir a la lógica, que otros axiomas y
principios no lógicos deben añadirse. En ese sentido, aunque parte del tratamiento
axiomático-formal del logicismo, no está preocupado por las condiciones que imponen un
reduccionismo logicista. La presencia de axiomas extralógicos no son fuente de problemas
en su filosofía. Más aún, para él la presencia de nociones y elementos "ideales'' que no
representan percepciones intuitivas no es contradictorio con la consistencia de la
matemática, para lo cual se basa en la tradición clásica de las matemáticas (irracionales,
complejos, etc.).

Es importante para Hilbert la simbolización de todas las nociones. Las


proposiciones son combinaciones o cadenas de símbolos. Para Hilbert las nociones de la
matemática son entonces de un contenido perceptible, no perceptibles o "ideales''. Él busca
la fusión de ambas y las introduce en un programa que pretende probar la consistencia del
cuerpo teórico así construido. Para lograr esos efectos se requiere entonces hacer una
diferenciación de niveles: por un lado, la teoría propiamente, que él la expresa con
números-trazos y las operaciones entre ellos; y , por el otro, una meta teoría, que está
compuesta por las fórmulas que corresponden a los trazos y sus proposiciones y a las reglas
formales que corresponden a las de la teoría.
Una teoría de la aritmética se refiere entonces a la construcción de resultados con
los trazos, mientras que la que se refiere a la construcción de fórmulas se llama meta teoría.

Una vez construido un sistema formal (de fórmulas) a partir de una teoría el
proyecto parte de la siguiente hipótesis: la consistencia lógica de la teoría es equivalente a
la consistencia formal del sistema formal.

Los sistemas formales son la pieza de toque de Hilbert en la búsqueda por demostrar
la consistencia de la matemática. Ahora bien: en el formalismo existen dos orientaciones
aparentemente encontradas.

Para Hilbert como hemos dicho, el formalismo es un medio; pero, para otros, es un
fin. Para Curry, por ejemplo, la matemática es la "ciencia de los sistemas formales''. (Curry,
H. B.: Outlines of a formalist philosophy of mathematics, p. 56)

El intuicionismo

El intuicionismo asumió como suyas una serie de críticas que emergieron frente al
carácter abstracto de las matemáticas. Con Brouwer se estructuró una visión sobre la
naturaleza de las matemáticas que había estado presente también entre los matemáticos
decimonónicos: Krönecker, Baire, etc. Los intuicionistas se colocaban en un terreno
opuesto (en su medida) al axiomatismo y al logicismo.

Para los intuicionistas (como en Kant) era necesario recurrir a una intuición, pero
esta vez no podía ser espacio-temporal. Éstos decidieron reducirla a una exclusivamente
temporal. Para estos es el movimiento que en la mente hace pasar del 1 al 2 lo que
determina las matemáticas. Si existe una evidencia, está en la intuición (las proposiciones
matemáticas se consideran entonces sintéticas a priori). Éstos responden a las paradojas de
una manera tajante: se trata de abusos y extralimitaciones de la lógica y el lenguaje. Cuando
la lógica y el lenguaje han dejado de corresponder con la verdadera matemática es que se
suceden las paradojas.

Mientras que en los logicistas la lógica es elevada a una categoría casi metafísica,
para los intuicionistas se trata de un instrumento absolutamente accesorio.

No se trata para el intuicionismo de probar la consistencia de la matemática sino de


hacer matemática verdadera, apegada a esa intuición introspectiva. Esta matemática así
determinada filosóficamente establece, según Brouwer, un programa práctico centrado en la
noción de constructividad. Es esto lo que en el fondo determina las reglas usadas, a saber:
el lenguaje y la lógica. Dependerá de ella también el tratamiento de las nociones infinitas.
La verdad y la existencia en matemáticas aparecen fundidas en la construcción. Aunque las
ideas constructivistas se pueden rastrear desde hace siglos, en el siglo XIX y XX se pueden
ver en Krönecker y Poincaré por ejemplo. Señala Poincaré
"Una demostración matemática no es una simple yuxtaposición de silogismos; son
silogismos colocados en un cierto orden, y el orden en el cual están colocados estos
elementos es mucho más importante que ellos mismos. Si tengo el sentimiento, la intuición
de este orden, de manera que me pueda dar cuenta rápidamente del conjunto del
razonamiento, no debo temer más olvidarme de uno de los elementos, cada uno de ellos
vendrá a colocarse en el cuadro que le he preparado, sin que haya hecho ningún esfuerzo de
memoria. El tipo de constructivismo que desarrolló el intuicionismo es, sin embargo, muy
limitado, se restringe a buscar mecanismos o procedimientos finitistas para una
fundamentación de las matemáticas; el alcance de los métodos y el marco teórico en el que
se mueven es reducido; no se da una contextualización histórica, psicológica o social que
integre la construcción.
Cuando se pasa de la evidencia lógica (en los logicistas) a la evidencia temporal (en
los intuicionistas) sin duda se ha hecho un salto epistemológico. Sin embargo, no se trata de
una ruptura con el racionalismo.
Los intuicionistas atacaron aspectos del paradigma formal y racionalista de las
matemáticas, buscaron dar una alternativa filosófica, pero no se alejaron del mito de las
verdades infalibles de la razón. Aunque digan los intuicionistas que no se preocupan por los
fundamentos de la matemática (a la manera de Hilbert) sin duda no dejan de intentar la
solidificación infalible y absoluta del cuerpo teórico de las matemáticas.
Con una actitud metodológica que elimina grandes partes de la matemática clásica
aceptada por la mayoría de los matemáticos, con una vuelta parcial a Kant, se sumaron a las
filosofías racionalistas sobre las matemáticas. Al igual que Kant y a diferencia de 
Leibniz se privilegian elementos no formales (ni lógicos) en su interpretación teórica (lo
cual es muy positivo), pero no logran llegar a las raíces más profundas que dan cuenta de la
naturaleza de las matemáticas.

 
Bibliografías

Capítulo XXVI: Los Fundamentos de las Matemáticas

https://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/
Cap26/Parte02_26.htm

El pensamiento, Rodin.

https://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/
Cap26/Parte03_26.htm

Paradojas y narices rotas. Título arbitrario de la escultura Hombre con naríz rota, Rodin.

https://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/
Cap26/Parte01_26.htm

El sentido de las matemáticas en la filosofía de Platón

https://fundacionorotava.org/bachillerato/filosofia/platon/el-sentido-de-las-matematicas-de-
platon/

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