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El logicismo
Frege retomó el punto de partida filosófico obtenido en los siglos XVII y XVIII, y
basándose en el apuntalamiento de los aspectos deductivos y lógicos por los matemáticos
del XIX, retomó la teoría leibniziana de la evidencia lógica en la aritmética. Manteniéndose
en el marco epistemológico kantiano (el lenguaje de sus distinciones) dijo que la aritmética
no era sintética a priori (como en Kant) sino analítica; para ello redefinió la noción en
su Grundlagen der Arithmetik: "El problema es el de encontrar su prueba y seguirla hasta
las verdades primitivas. Si en este camino sólo se encuentran definiciones y leyes lógicas
generales entonces se trata de una verdad analítica.'' [Frege, G., en el libro de 1 884: Los
Fundamentos de la Aritmética incluido en Conceptografia, p. 117]
Para Frege la lógica conecta a las leyes más profundas del pensamiento. La
aritmética (según él) era lógica. Decía:
Las motivaciones de Frege también eran filosóficas. Estaba al tanto de las ideas que
en torno a la naturaleza de la matemática y la lógica se vertían en esa época. En sus intentos
por probar (de hecho) la consistencia de la aritmética, buscó sustento en la filosofía. O de
manera complementaria, se puede decir que una actitud filosófica particular en la
concepción del carácter de las matemáticas motivó un proyecto (el logicista). Para Frege, la
solidez epistemológica de las matemáticas se encontraba en la exhibición de "objetos''
lógicos, objetivos, partícipes de una realidad pero no física ni sensible. Llegará a definir la
existencia de un "tercer mundo'' en la estructura ontológica.
Ahora bien, este nuevo mundo estaba cargado de las características de eternidad,
absoluto, independencia, permanencia, etc., que recuerdan la visión platonista.
La combinación de estos elementos teóricos brindaba una nueva reflexión sobre las
matemáticas que buscaba captar una nueva realidad de las matemáticas. Eso sí: sin salir del
racionalismo continental, aquel que hacía de las proposiciones de la matemática verdades a
priori infalibles. Frege añadiría la idea de que los objetos matemáticos viven en un mundo
"objetivo'' no material, independiente del sujeto.
La abstracción de las matemáticas del siglo XIX determinaba, es cierto, una nueva
situación teórica de grandes consecuencias. El siglo XIX es la verdadera cuna de la
matemática "pura''. Anteriormente hablar de matemática pura y aplicada resultaba absurdo,
incomprensible. En ese siglo pasado se vio la emersión de matemáticos dedicados
exclusivamente a su especialidad. El modelo de Arquimides Galileo, Newton, Gauss, etc.,
dejó de ser el común. (Con grandes excepciones: Poincaré.) La abstracción y la
especialización abrieron el terreno propicio para la separación de la práctica matemática de
los problemas de la realidad. La matemática pura había nacido. Con ella, se alimentaban las
visiones filosóficas racionalistas y viceversa; estas últimas apuntalaban la separación en
nuevo cuerpo de la matemática pura.
Frege vivió en esta realidad que golpeteaba el decurso histórico y teórico de las
matemáticas. Su visión sobre éstas nace de ella pero, además, va a ser un influjo en su
devenir.
El formalismo
Hilbert, al igual que Brouwer y Kant, hablaba de una intuición, pero se trataba de la
intuición del signo. Decía en 1922:
Para Hilbert el fracaso del logicismo es el fracaso de los intentos por eliminar las
intuiciones y las evidencias previas a los procesos lógicos. No se trata de eliminarlos, se
trata de explicar en concreto cuáles son y cómo actúan. Ahora bien, la exhibición de estos
objetos concretos, para Hilbert, es la base de la posibilidad de la consistencia de la
matemática. Porque, señala Körner: "Si la matemática ha de restringirse -por completo y sin
calificación- a la descripción de objetos concretos de cierta clase y a las relaciones lógicas
entre tales descripciones, entonces, ninguna contradicción puede producirse en ella, ya que
las descripciones precisas de objetos concretos son siempre mutuamente compatibles.''
Con esta filosofía es, entonces, posible trazar un programa para intentar garantizar
la coherencia lógica de las matemáticas.
Hilbert afirma que la matemática no se puede reducir a la lógica, que otros axiomas y
principios no lógicos deben añadirse. En ese sentido, aunque parte del tratamiento
axiomático-formal del logicismo, no está preocupado por las condiciones que imponen un
reduccionismo logicista. La presencia de axiomas extralógicos no son fuente de problemas
en su filosofía. Más aún, para él la presencia de nociones y elementos "ideales'' que no
representan percepciones intuitivas no es contradictorio con la consistencia de la
matemática, para lo cual se basa en la tradición clásica de las matemáticas (irracionales,
complejos, etc.).
Una vez construido un sistema formal (de fórmulas) a partir de una teoría el
proyecto parte de la siguiente hipótesis: la consistencia lógica de la teoría es equivalente a
la consistencia formal del sistema formal.
Los sistemas formales son la pieza de toque de Hilbert en la búsqueda por demostrar
la consistencia de la matemática. Ahora bien: en el formalismo existen dos orientaciones
aparentemente encontradas.
Para Hilbert como hemos dicho, el formalismo es un medio; pero, para otros, es un
fin. Para Curry, por ejemplo, la matemática es la "ciencia de los sistemas formales''. (Curry,
H. B.: Outlines of a formalist philosophy of mathematics, p. 56)
El intuicionismo
El intuicionismo asumió como suyas una serie de críticas que emergieron frente al
carácter abstracto de las matemáticas. Con Brouwer se estructuró una visión sobre la
naturaleza de las matemáticas que había estado presente también entre los matemáticos
decimonónicos: Krönecker, Baire, etc. Los intuicionistas se colocaban en un terreno
opuesto (en su medida) al axiomatismo y al logicismo.
Para los intuicionistas (como en Kant) era necesario recurrir a una intuición, pero
esta vez no podía ser espacio-temporal. Éstos decidieron reducirla a una exclusivamente
temporal. Para estos es el movimiento que en la mente hace pasar del 1 al 2 lo que
determina las matemáticas. Si existe una evidencia, está en la intuición (las proposiciones
matemáticas se consideran entonces sintéticas a priori). Éstos responden a las paradojas de
una manera tajante: se trata de abusos y extralimitaciones de la lógica y el lenguaje. Cuando
la lógica y el lenguaje han dejado de corresponder con la verdadera matemática es que se
suceden las paradojas.
Mientras que en los logicistas la lógica es elevada a una categoría casi metafísica,
para los intuicionistas se trata de un instrumento absolutamente accesorio.
Bibliografías
https://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/
Cap26/Parte02_26.htm
El pensamiento, Rodin.
https://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/
Cap26/Parte03_26.htm
Paradojas y narices rotas. Título arbitrario de la escultura Hombre con naríz rota, Rodin.
https://www.centroedumatematica.com/aruiz/libros/Historia%20y%20Filosofia/Parte7/
Cap26/Parte01_26.htm
https://fundacionorotava.org/bachillerato/filosofia/platon/el-sentido-de-las-matematicas-de-
platon/