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Material de Estudio: Clase 2

ESENCIA, EGO Y PERSONALIDAD – V.M. Samael


Lo que hace bello y adorable a todo niño recién nacido es su Esencia; ésta
constituye en sí misma su verdadera realidad...

El normal crecimiento de la Esencia en toda criatura ciertamente es muy


residual, incipiente...

El cuerpo humano crece y se desarrolla de acuerdo con las leyes biológicas de la


especie, sin embargo tales posibilidades resultan por sí mismas muy limitadas
para la Esencia....

Incuestionablemente la Esencia sólo puede crecer por si misma sin ayuda, en


pequeñísimo grado...

Hablando francamente y sin ambages diremos que el crecimiento espontáneo y


natural de la Esencia, sólo es posible durante los primeros tres, cuatro y cinco
años de edad, es decir, en la primera etapa de la vida...

La gente piensa que el crecimiento y desarrollo de la Esencia se realiza siempre


en forma continua, de acuerdo con la mecánica de la evolución, más el
Gnosticismo Universal enseña claramente que esto no ocurre así...

Con el fin de que la Esencia crezca más, algo muy especial debe suceder, algo
nuevo hay que realizar...

Quiero referirme en forma enfática al trabajo sobre sí mismo. El desarrollo de la


Esencia únicamente es posible a base de trabajos conscientes y padecimientos
voluntarios. Este trabajo es para toda persona que ha desarrollado la
personalidad.

Todos nosotros sabemos que tenemos dentro de sí mismo eso que se llama
EGO, YO, MI MISMO, SI MISMO...
Desgraciadamente la Esencia se encuentra embotellada, enfrascada, entre el
EGO y esto es lamentable...
Disolver el YO Psicológico, desintegrar sus elementos indeseables, es urgente,
inaplazable, impostergable. Este es el sentido del trabajo sobre sí mismo.
Nunca podríamos libertar la Esencia sin desintegrar previamente el YO
Psicológico...

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En la Esencia están todos los datos que necesitamos para la
AUTO-REALIZACIÓN ÍNTIMA DEL SER.
A medida que todas esas abominaciones se van reduciendo a polvareda
cósmica, la Esencia además de emanciparse, crecerá y se desarrollará
armoniosamente...
La Esencia libre nos confiere belleza íntima; de tal belleza emanan la felicidad
perfecta y el verdadero Amor...
La Esencia posee múltiples sentidos de perfección y extraordinarios poderes
naturales...
Ninguno de nosotros tiene un “Yo” verdadero, permanente, inmutable, eterno,
inefable, etc., etc., etc.
Ninguno de nosotros tiene en verdad una verdadera y auténtica Unida de Ser;
desafortunadamente ni siquiera poseemos una legítima individualidad.
El Ego, el YO, nunca es algo individual, unitario, unitotal. Obviamente el YO es
“YOES”.
Si pensamos en cada “Yo” como una persona diferente, podemos aseverar en
forma enfática lo siguiente: “Dentro de cada persona que vive en el mundo,
existen muchas personas”. algunas mejores, otras peores
Cada uno de estos Yoes, cada una de estas personas, lucha por la supremacía,
quiere ser exclusiva, cada vez que puede, mientras otro lo desplaza...

Cada uno de nuestros defectos psicológicos está personificado en tal o cual Yo.

Cuando uno de verdad quiere conocerse a sí mismo, debe auto-observarse y


tratar de conocer los diferentes “Yoes” que están metidos dentro de la
personalidad.
Si alguno de nuestros lectores no comprende todavía esta doctrina de los
muchos “Yoes”, se debe exclusivamente a la falta de práctica en materia de
auto-observación.
Ciertamente jamás podríamos conocernos a sí mismos, sin la auto-observación
seria y profunda.
………..

Personalidad y Esencia deben desarrollarse en forma armoniosa y equilibrada.

En la práctica hemos podido verificar que cuando la Personalidad se desarrolla


exageradamente a expensas de la Esencia, el resultado es el bribón.

La observación y la experiencia de muchos años nos han permitido comprender


que cuando la Esencia se desarrolla totalmente sin atender en lo más mínimo el
cultivo armonioso de la Personalidad, el resultado es el místico sin Intelecto, sin
Personalidad, noble de corazón pero inadaptado, incapaz.

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El desarrollo armonioso de Personalidad y Esencia da por resultado hombres
geniales.

En la Esencia tenemos todo lo que es propio, en la Personalidad todo lo que es


prestado.

En la Esencia tenemos nuestras cualidades innatas, en la Personalidad tenemos


el ejemplo de nuestros mayores, lo que hemos aprendido en el hogar, en la
escuela, en la calle.

Es urgente que los niños reciban alimento para la Esencia y alimento para la
personalidad.

La Esencia se alimenta con ternura, cariño sin límites, amor, música, flores,
belleza, armonía, etc.

La Personalidad debe alimentarse con el buen ejemplo de nuestros mayores,


con la sabia enseñanza de la escuela, etc.

La calidad de la Personalidad Humana depende exclusivamente del tipo de


Material Psicológico con el cual fue creada y alimentada.

Es urgente saber que necesitamos Desintegrar el Ego, el Mí Mismo, el Yo, y


reducirlo a polvareda cósmica.

La Personalidad es tan sólo un vehículo de acción, un vehículo que fue


necesario crear, fabricar.

La Personalidad en sí misma sólo es un vehículo y nada más. A través de la


Personalidad puede manifestarse el Ego o el Ser, todo depende de nosotros
mismos.

Es urgente Disolver el Yo, el Ego, para que sólo se manifieste a través de nuestra
Personalidad la Esencia Psicológica de nuestro Verdadero Ser.

LA AUTO-OBSERVACIÓN – V.M. Samael


Si uno de verdad y muy sinceramente comienza a observarse internamente,
resulta dividiéndose en dos: Observador y Observado.

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¿Cómo podríamos observarnos a sí mismos si cometiéramos el error de no
querer dividirnos entre Observador y Observado?

Si tal división no se produjera, es evidente que nunca daríamos un paso


adelante en la Vía maravillosa del Auto-Conocimiento.
Quien toma todos sus procesos Psicológicos como funcionalismos de un Yo
Único, Individual y permanente se encuentra tan identificado con todos sus
errores, los tiene tan unidos a sí mismo, que ha perdido por tal motivo la
capacidad para separarlos de su Psiquis.

LOS DOS MUNDOS

Η παρατήρηση και η αυτοπαρατήρηση είναι δύο πράγματα τελείως


διαφορετικά, εν τούτοις και τα δύο απαιτούν προσοχή.

Στην παρατήρηση η προσοχή είναι στραμμένη προς τα έξω, προς τον εξωτερικό
κόσμο μέσα από τα παράθυρα των αισθήσεων.

Στην αυτοπαρατήρηση η προσοχή είναι στραμμένη προς τα μέσα και γι’ αυτό
οι αισθήσεις της εξωτερικής αντίληψης δεν χρησιμεύουν.

Observar y observarse a sí mismo son dos cosas completamente diferentes, sin


embargo, ambas exigen atención.
En la observación la atención es orientada hacia afuera, hacia el mundo exterior,
a través de las ventanas de los sentidos.
En la auto-observación de sí mismo, la atención es orientada hacia dentro y para
ello los sentidos de percepción externa no sirven.

El punto de partida de la ciencia oficial en su lado práctico es lo observable. El


punto de partida del trabajo sobre sí mismo, es la auto-observación, lo
auto-observable.
Incuestionablemente estos dos puntos de partida renglones arriba citados, nos
llevan a direcciones completamente diferentes.
Podría alguien envejecer enfrascado entre los dogmas intransigentes de la
ciencia oficial, estudiando fenómenos externos, observando células, átomos,
moléculas, soles, estrellas, cometas, etc., sin experimentar dentro de sí mismo
ningún cambio radical.
La clase de conocimiento que transforma interiormente a alguien jamás podría
lograrse mediante la observación externa.
El verdadero conocimiento que realmente puede originar en nosotros un
cambio interior fundamental tiene por basamento la auto-observación directa
de sí mismo.
La observación es un medio para modificar las condiciones mecánicas del
mundo.

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La auto-observación interior es un medio para cambiar íntimamente.
Como secuencia o corolario de todo esto, podemos y debemos afirmar en forma
enfática, que existen dos clases de conocimiento, el externo e el interno

Nos encontramos pues ante dos mundos, el exterior y el interior. El primero de


estos es percibido por los sentidos de percepción externa; el segundo sólo puede
ser percibido mediante el sentido de auto-observación interna.
Pensamientos, ideas, emociones, anhelos, esperanzas, desengaños, etc., son
interiores, invisibles para los sentidos ordinarios, comunes y corrientes y sin
embargo son para nosotros más reales que la mesa del comedor o los sillones de
la sala.
Ciertamente nosotros vivimos más en nuestro mundo interior que en el exterior;
esto es irrefutable, irrebatible.
En nuestros Mundos Internos, en nuestros mundos secretos, amamos,
deseamos, sospechamos bendecimos, maldecimos, anhelamos, sufrimos,
gozamos, somos defraudados, premiados, etc.
Incuestionablemente los dos mundos interno y externo son verificables
experimentalmente.
El mundo interior es lo auto-observable en sí mismo y dentro de sí mismo, aquí
y ahora.
Cuanto más se explore este “Mundo Interior” llamado “Uno Mismo”, tanto más
comprenderá que vive simultáneamente en dos mundos, en dos realidades, en
dos ámbitos, el exterior y el interior.
Del mismo modo que a uno le es indispensable aprender a caminar en el
“mundo exterior”, para no caer en un precipicio, no extraviarse en las calles de
la ciudad, seleccionar sus amistades, no asociarse con perversos, no comer
veneno, etc., así también mediante el trabajo psicológico sobre sí mismo,
aprendemos a caminar en el “Mundo Interior “el cual es explorable mediante la
auto-observación de sí.
Realmente el sentido de auto-observación de sí mismo se encuentra atrofiado.
A medida que nosotros perseveramos en la auto-observación de sí mismos, el
sentido de auto-observación íntima se irá desarrollando progresivamente.

OBSERVACIÓN DE SÍ MISMO

La Auto-Observación Íntima de sí mismo es un medio práctico para lograr una


transformación radical.

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Conocer y observar son diferentes. Muchos confunden la observación de sí, con
el conocer. Se conoce que estamos sentados en una silla en una sala, más esto no
significa que estemos observando la silla.
Conocemos que en un instante dado nos encontramos en un estado negativo, tal
vez con algún problema o preocupados por este o aquel asunto en estado de
desasosiego o incertidumbre, etc., pero esto no significa que lo estemos
observando.
¿Siente usted antipatía por alguien? ¿Le cae mal cierta persona? ¿Porqué? Ud.
dirá que conoce a esa persona... ¿Por favor?, obsérvela, conocer nunca es
observar; no confunda el conocer con el observar...
La observación de sí que es un ciento por ciento activa, es un medio de cambio
de sí, mientras el conocer, que es pasivo, no lo es.
Ciertamente conocer no es un acto de atención. La atención dirigida hacia
dentro de uno mismo, hacia lo que está sucediendo en nuestro interior, si es
algo positivo, activo....
En el caso de una persona a quien se tiene antipatía, así porque sí, porque nos
viene en gana y muchas veces sin motivo alguno, uno advierte la multitud de
pensamientos que se acumulan en la mente, el grupo de voces que hablan y
gritan desordenadamente dentro de uno mismo, lo que están diciendo, las
emociones desagradables que surgen en nuestro interior, el sabor desagradable
que todo esto deja en nuestra psiquis, etc., etc., etc.
Más para ver todo esto se necesita incuestionablemente de una atención
dirigida intencionalmente hacia adentro de sí mismo; no de una atención
pasiva.
La atención dinámica proviene realmente del lado observante, mientras los
pensamientos y las emociones pertenecen al lado observado.
Todo esto nos hace comprender que el conocer es algo completamente pasivo y
mecánico, en contraste evidente con la observación de sí que es un acto
consciente.
Pensar y observar resultan también muy diferentes. Cualquier sujeto puede
darse el lujo de pensar sobre sí mismo todo lo que quiera, pero esto no quiere
decir que se esté observando realmente.
Necesitamos ver a los distintos “Yoes” en acción, descubrirlos en nuestra
psiquis, comprender que dentro de cada uno de ellos existe un porcentaje de
nuestra propia conciencia, arrepentirnos de haberlos creado, etc.

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