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Los grandes temas de la literatura medieval pueden resumirse en los siguientes puntos:
Los libros de caballería:La lucha de las fuerzas cristianas contra el islam o contra los
restos heréticos de religiones europeas antiguas tuvieron su representación en las gestas
de caballería, en las que el arquetipo del héroe repetía más o menos una serie de hitos
iniciáticos en un viaje plagado de símbolos
El amor cortés:El romance entre ciudadanos del vulgo, especialmente entre
pastorcillos enamorados, abundó en el medioevo, sobre todo en la literatura profana.
Este tipo de amoríos solían ser intensos, poéticos y platónicos, y eran relatados en
versos y canciones
La poesía mística. Versos sobre la experiencia religiosa o el amor al Señor, bajo los
cuales a menudo se disfrazaban declaraciones de amor a terceros, especialmente en el
caso de los sacerdotes, monjas o los amores imposibles.
La hagiografía. Las vidas de los santos, relatadas desde un punto de vista pedagógico,
como ejemplo a seguir.
Los bestiarios. Se trataba de libros cercanos al atlas zoológico, en los que la ficción
tenía un lugar importante, ya que los animales eran explicados moralmente en lugar de
científicamente. Así, muchos eran emblema de ciertos pecados, mientras que otros
aparecían como emisarios de Dios, tomados de distintas gestas de caballería o del
propio Evangelio cristiano
Reino de castilla
El reino de Castilla (en latin, Regnum Castellae) fue uno de los reinos medievales de
la península iberica Castilla surgió como entidad política autónoma en el siglo IX bajo
la forma de condado vasallo de Leon alcanzando la categoría de «reino» en el
siglo XI. Su nombre se debió a la gran cantidad de castillos que se encontraban en la
zona
Durante el siglo X, sus condes aumentaron su autonomía, pero no fue hasta 1065
cuando se separó del reino de León y se convirtió en un reino por derecho propio.
Entre 1072 y 1157 se volvió a unir con León, y después de 1230 esta unión se hizo
permanente. A lo largo de este período, los reyes castellanos realizaron extensas
conquistas en el sur de Iberia a costa de los principados islámicos. Los reinos de
Castilla y León, con sus adquisiciones del sur, pasaron a ser conocidos colectivamente
como corona de Castilla, término que también llegó a englobar la expansión
ultramarina
Como todo reino medieval, el poder supremo «por la gracia de Dios» recaía en el rey.
Pero comienzan a surgir comunidades rurales y urbanas, que toman decisiones sobre
sus problemas cotidianos
Estos cuerpos evolucionarán en concejos (o asambleas locales), en los cuales algunos
vecinos representará al conjunto. Asimismo conseguirán un mayor poder, como la
elección de magistrados y oficiales, alcaldes, pregoneros, escribanos, y otros
funcionarios propios
En las Cortes medievales, los habitantes de las ciudades eran un grupo reducido,
conocidos como laboratores. Las Cortes no tenían facultades legislativas, pero fueron
un punto de unión entre el rey y el reino, algo en lo cual León y Castilla fueron reinos
pioneros
Aparecen los burgueses, que son los habitantes de los burgos (no confundir con la
acepción actual del término burgués), que se añaden a clérigos y nobles. Los
burgueses se dedicaban principalmente al comercio y la producción de objetos
manufacturados y su crecimiento se encontraba limitado en lo económico y social por
la nobleza (principalmente dedicada a la tierra). También merece atención la llegada,
por la intransigencia almohade en al-Ándalus, de comunidades judaicas durante los
siglos XI y XII, quienes se establecen como artesanos, mercaderes y agricultores
principalmente
En el siglo XII, Europa contemplará un gran avance en el terreno intelectual gracias a
Castilla. A través del Islam, se recuperarán obras clásicas anteriormente olvidadas en
Europa y se pondrá en contacto con la sabiduría de los científicos musulmanes.
Desde el siglo X al siglo XIII en los reinos cristianos peninsulares habitó un número
significativo de mudéjares, musulmanes que permanecieron en territorio conquistado
por los cristianos y a los que al principio se les permitió mantener su religión, su lengua
y sus tradiciones. Estos musulmanes se agrupaban en aljamas o morerías con
diversos grados de autonomía. En la corte de Alfonso X de Castilla existió un número
importante de traductores de árabe, algunos de los cuales eran precisamente
mudéjares de Castilla.