Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
net/publication/335526491
Agroecología y agrobiodiversidad
CITATION READS
1 3,601
2 authors:
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Alejandro Casas on 31 August 2019.
Por la
Por los
creciente
Por la problemas
ilegalidad en el
pérdida de los de movilidad,
aprovechamiento
ecosistemas y la contaminación y
forestal
biodiversidad vulnerabilidad de
las ciudades
Por la Por la
falta de acceso
al agua de
¿Por qué falta de inversión
en energías
calidad una ruta renovables
para el
Por la
cambio? Por el
erosión de los agotamiento de
suelos y la pérdida las pesquerías y la
de seguridad Porque la destrucción de
alimentaria destrucción Por el manglares
ambiental viola el agotamiento de
derecho humano los hidrocarburos
al medio convencionales
ambiente
Agroecología y agrobiodiversidad
Alejandro Casas y Mariana Vallejo1
La agrobiodiversidad de México
L
a agrobiodiversidad comprende la diversidad silvestre y domesticada de
plantas, animales, hongos y microorganismos asociada directa e indirecta-
mente a los sistemas de producción de alimentos y materias primas, inclu-
yendo los sistemas agrícolas, pecuarios y silvícolas, todos los cuales se encuentran
en interacción en los procesos de producción rural, influyéndose mutuamente
(fao, 1999, 2016; Crowley et al., 2007; Moreno-Calles et al., 2013; Casas et al.,
2016a). Se contempla bajo este concepto la diversidad genética de especies en par-
ticular, la riqueza y diversidad de especies que componen los sistemas referidos,
tanto los domesticados como aquellos en estados intermedios de domesticación
y sus parientes silvestres, así como numerosas especies silvestres que constituyen
recursos y brindan importantes servicios ecosistémicos. También incluye la hete-
rogeneidad de unidades paisajísticas en las que se encuentran todos estos com-
ponentes dentro de unidades territoriales concretas (Casas y Parra, 2016; Casas
et al., 2016a, 2017a). Esta noción nos remite a considerar una alta variedad de
componentes y procesos en ecosistemas encuentran ligados entre sí y en los que se
llevan a cabo actividades humanas primarias, las cuales sostienen la producción
de alimentos y materias primas para múltiples destinos artesanales e industriales
en el mundo. A continuación, presentamos un panorama general de distintas di-
mensiones de esta diversidad.
Agrobiodiversidad vegetal
99
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
100
Agroecología y agrobiodiversidad
cial para afrontar necesidades futuras (Casas et haber entre 3,000 y 5,000 especies de plantas aún
al., 2016a, 2017a, 2017b). no identificadas. Entre los principales recursos
Entre las especies vegetales manejadas, no do- ya registrados, más de 3,000 especies son plan-
mesticadas o semi-domesticadas, son también tas medicinales, cerca de 1,600 son comestibles y
muy relevantes numerosas especies silvestres: más de 1,000, forrajeras (Casas et al., 2017a). Es
aproximadamente 90% de las especies de plantas aún necesario vincular la información disemina-
que se aprovechan en México son silvestres (Ca- da en numerosas bases de datos locales, regiona-
ballero et al., 1998; Casas et al., 2017a) que son les y nacionales, regular su acceso para prevenir
manejadas directamente en los bosques mediante y combatir la biopiratería. Asimismo, definir po-
métodos o técnicas silvícolas (entendiendo lo sil- líticas públicas claras para planear su aprovecha-
vícola como el manejo de lo silvestre, de acuerdo miento sustentable y justo para el país, pero, sobre
con Casas et al., 1997). Estas técnicas pueden in- todo, para beneficiar sustancialmente a aquellas
volucrar prácticas, estrategias y acuerdos comu- comunidades que han desarrollado tan vasto cú-
nitarios particulares. Algunas son dejadas en pie mulo de conocimientos y experiencias técnicas
durante los aclareos de los bosques con distintos de manejo y que, sin embargo, frecuentemente
propósitos, principalmente en los sistemas agro- han sido soslayadas y hasta marginadas en los
forestales. También existen las que son promovi- programas de desarrollo. Esta premisa aplica para
das a partir de inducir deliberadamente su pro- los recursos vegetales, así como para otros grupos
pagación para incrementar su abundancia, otras de recursos bióticos que conforman la agrobiodi-
son protegidas de herbívoros, excesos de heladas, versidad y que discutimos a continuación.
de humedad, sombra o insolación, y otras son
cultivadas o trasplantadas desde sus contextos
naturales a sitios construidos por seres huma- Animales
nos, principalmente huertas, cafetales, cacaotales,
agrobosques, kuojtakiloyan (Moreno-Calles et al., La fauna es otro importante componente de la
2013; Toledo, 2015), las selvas manejadas por los agrobiodiversidad, no obstante que la domes-
huastecos o te’lom (Alcorn, 1984), por los mayas ticación de especies animales en Mesoamérica
o pet’kot (Gómez-Pompa et al., 1987) y otros múl- fue más limitada que en otras regiones del mun-
tiples sistemas agroforestales (Casas et al., 1997, do, como el suroeste de Asia, la región conocida
2007, 2014; Moreno-Calles et al., 2013; Moreno como Creciente Fértil (que comprende el actual
Calles et al., 2016a; Vallejo-Ramos et al., 2016). Irak, parte de Turquía, Siria, Palestina, Israel e
Todas estas interacciones pueden involucrar se- Irán), en donde la domesticación de animales fue
lección humana o procesos guiados de flujo gé- particularmente prolífica (Harlan, 1975), o inclu-
nico y manejo de sistemas reproductivos que in- so en la región andina, en donde la domesticación
ciden en procesos evolutivos y pueden influir en de camélidos y otras especies involucró prácticas
su domesticación (Parra et al., 2010; Casas et al., pastoriles desde la antigüedad precolombina vi-
2016b; Blancas et al., 2016). gentes hasta hoy en día (Torres-Guevara et al.,
Los inventarios de recursos vegetales en el 2017, Wheeler, 2017). En México se reconoce con
país han tenido una mayor atención que el res- claridad la presencia del perro, el cual entró ya
to de recursos bióticos, gracias al desarrollo de domesticado al continente americano junto con
una amplia escuela etnobotánica que es de las los seres humanos por el Estrecho de Bering, en
más importantes en el mundo. Estos trabajos han las oleadas migratorias de hace aproximadamente
logrado documentar cerca de 7,000 especies de 14,000 a 16,000 años. La domesticación del pe-
plantas aprovechadas para satisfacer múltiples rro tuvo en Mesoamérica expresiones locales, y el
necesidades. Sin embargo, estimamos que podría xoloiscuintle es una de ellas (Zarazúa, 2016).
101
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
102
Agroecología y agrobiodiversidad
103
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
104
Agroecología y agrobiodiversidad
La fusión del manejo de ecosistemas y la do- delimitar y proteger predios, pero que son parti-
mesticación dio origen a la agricultura, que en el cularmente ricos en especies vegetales. También
Nuevo Mundo tiene una antigüedad de aproxi- pueden incluir franjas de vegetación dentro de la
madamente 10,000 años. Los primeros sistemas parcela, dispuestas para proteger suelos y agua,
agrícolas pudieron resultar de promover algunas islas de vegetación o pequeños parches con ele-
especies en sitios forestales perturbados (Smith, mentos nativos o bien, árboles aislados. Todo
1967), algunos de ellos primariamente contando este mosaico puede estar incluido dentro de una
con irrigación (la hidro-horticultura de barranca sola parcela, conservando importantes niveles de
y la horticultura asociada a oasis, de acuerdo con diversidad biológica nativa. Eventualmente, los
MacNeish, 1967) y posteriormente con temporal. sistemas agroforestales deberán integrarse a los
Durante miles de años los sistemas agrícolas de programas de conservación de biodiversidad. Al
México se diversificaron extraordinariamente. combinar elementos forestales junto con los do-
De las milpas de riego o temporal más simples mesticados pueden mantener en promedio cerca
derivaron paulatinamente sistemas de terrazas y de 70% de los componentes de especies vegeta-
bordes protegidos por magueyes y árboles, chi- les de los bosques circundantes (Vallejo-Ramos
nampas y camellones que aprovechaban suelos y et al., 2016) y establecer parches de vegetación
humedad lacustre para lograr una muy elevada remanente capaces de constituir corredores y
productividad (González-Jácome, 1993) y, desde continuidades que favorecen la conservación de
luego, una gran diversidad de sistemas de tras- especies asociadas (animales, hongos, microor-
patio, huertos o solares (ekuaro en p’uhrépecha, ganismos). Estos parches son particularmente
calmil en náhuatl o yutu veé en mixteco) cerca- abundantes en recursos comestibles, medicinales,
nos a las viviendas. Todos éstos fueron sistemas leña, construcción y forraje, entre otros (More-
agroforestales que combinaron y combinan en no-Calles et al., 2012). Son áreas frecuentemente
el presente, elementos silvestres y domesticados aprovechadas con fines pastoriles, constituyendo
en los espacios productivos (Casas et al., 1997; expresiones integrales de sistemas agrosilvopas-
Moreno-Calles et al., 2013). Estos sistemas han toriles. Estos sistemas aportan servicios de pro-
tenido marcadas transformaciones asociadas a visión. Además, los parches de vegetación pue-
las tecnologías de la Revolución Verde, las cua- den alojar polinizadores, dispersores de semillas,
les promueven la eliminación de la cobertura fo- herbívoros y depredadores de especies vegetales
restal que históricamente acompañó los sistemas y animales, respectivamente, los cuales pueden
agrícolas y que, en el contexto de tal visión mo- constituir serias plagas. Su presencia favorece la
dernizadora de la agricultura resta posibilidades, retención de suelos y agua y eleva la probabilidad
espacio y productividad a los cultivos intensivos. de que los sistemas agrícolas perduren en el largo
Sin embargo, los sistemas agroforestales poseen plazo. Todos estos servicios de provisión de re-
un conjunto de atributos que les permiten perfi- cursos y de regulación de funciones ecosistémi-
larse como opciones productivas sustentables y cas son de enorme importancia en el presente y
amigables con el ambiente. tienen un gran potencial para planear el futuro.
Los sistemas agroforestales poseen una alta Los sistemas agroforestales son importantes
capacidad de mantener la biodiversidad, espe- escenarios de ensayos y experimentación para
cialmente la diversidad nativa (Casas et al., 1997, manejar los ecosistemas y domesticar especies
2007; Moreno-Calles et al., 2010; Vallejo-Ramos de plantas. En ellos se dejan en pie selectivamen-
et al., 2014, 2015, 2016, 2018; Campos-Salas et al., te especies y fenotipos particularmente útiles,
2016). Entre las prácticas agroforestales estos sis- expresando modalidades distintas de procesos
temas incluyen áreas remanentes de la vegetación de selección artificial. También son los sitios en
contigua, contornos de la parcela que sirven para donde se promueven o protegen, se siembran o
105
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
106
Agroecología y agrobiodiversidad
tencia a hacer reducciones más significativas de la eliminación de cobertura vegetal, que, para
emisiones por parte de los países industrializados quienes manejan los sistemas intensivos, signifi-
es un obstáculo que deberá contemplarse en toda ca restar área a los cultivos y entorpecer el uso
agenda de política ambiental. de maquinaria (Green et al., 2005; Phalan et al.,
La pérdida de cobertura vegetal y el aumento 2011). Los paisajes heterogéneos de la agricultu-
en las tasas de extinción de especies, así como la ra tradicional se sustituyen entonces por grandes
extirpación de poblaciones como consecuencia extensiones de terrenos altamente homogéneos,
del cambio en el uso del suelo son todos indicado- con riego, monocultivos mejorados (diseñados
res importantes de la alarmante pérdida de biodi- para elevar rendimientos, pero pobres en otros
versidad (Foley et al., 2005; DeClerck et al., 2010). atributos de valor cultural y resiliencia ecológica),
Y este proceso se refleja de forma particularmente el uso de maquinaria e insumos químicos. Estos
acelerada en la agrobiodiversidad. Desde los años modelos no solamente eliminan los servicios que
30 del siglo pasado Harlan y Martini (1936) nota- hemos referido en relación con los parches de
ron que algunas de las variedades nativas de maíz vegetación, sino que favorecen procesos erosivos
en los Estados Unidos habían sido desplazadas de los suelos, y en muchas áreas su salinización.
por algunas de las primeras variedades híbridas Este modelo de producción agrícola, junto con el
de uso comercial (Brush, 2004). Este proceso se de ganadería extensiva, ha sido el responsable de
desarrolló paulatinamente en todo el mundo en la transformación de las mayores extensiones de
las décadas subsecuentes y se agudizó tanto con el áreas con cobertura forestal en áreas sin cober-
maíz como con los principales cultivos del mun- tura vegetal, destrucción de hábitat y pérdida de
do, sobre todo con el impulso de la Revolución biodiversidad en general (Millennium Ecosystem
Verde (Casas y Velásquez-Milla, 2016). El proce- Assessment, 2005). A estos procesos debe sumarse
so de erosión genética a este nivel (pérdida de va- el alarmante ascenso de la expansión de la mine-
riedades locales) es complejo y su análisis detalla- ría a cielo abierto, cuya tecnología destruye gran-
do escapa a las posibilidades de este espacio. Sin des extensiones de terreno de manera irreversible.
embargo, es pertinente decir que en éste se com- El uso de los pesticidas (insecticidas y herbici-
binan las políticas de expansión de los modelos das) ligado al modelo de producción intensiva es
agrícolas intensivos hegemónicos, cuyo resultado uno de los factores que más severo impacto han
es la simplificación de la diversidad manejada en ocasionado sobre las poblaciones de insectos en
los cultivos; en contraparte, frecuentemente se general, entre ellos polinizadores y herbívoros
manifiestan procesos de resistencia cultural (diri- cuya acción es de enorme importancia para la sa-
gidos a mantener redes de intercambios de semi- lud de los agroecosistemas. Hoy en día existe una
llas, estrategias de conservación de variedades en alarma encendida en relación con los polinizado-
relación con su uso, entre múltiples procesos), los res, que ha sido denominada “crisis de poliniza-
cuales atenúan la velocidad con la que ocurre el dores” y que implica la desaparición de poblacio-
desplazamiento de las variedades locales, nativas nes y extinción de numerosas especies de insectos
o criollas. Estos procesos se deben a que las va- que intervienen en este proceso, de manera des-
riedades mejoradas no necesariamente llenan el tacada especies de abejas (Ashworth et al., 2009).
conjunto de atributos culturales, ecológicos y tec- El uso de agroquímicos con compuestos orga-
nológicos involucrados en la producción agrícola, nofosforados tiene un efecto altamente nocivo
sobre todo en los contextos campesinos tradicio- en los ecosistemas (Badii y Varela, 2008). Estos
nales (Casas y Velásquez-Milla, 2016). compuestos pueden difundirse desde la parcela
La pérdida de agrobiodiversidad involucra a los sistemas hidrológicos que constituyen las
también la sustitución de los policultivos o culti- cuencas en donde se encuentran tales parcelas,
vos multi-específicos por monocultivos, así como y con ello aumentan altamente el ámbito de su
107
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
108
Agroecología y agrobiodiversidad
tante neta la pérdida de variedades que tradicio- la erosión de suelos descubiertos. Merma tam-
nalmente desempeñan alguna función cultural, bién el beneficio de otros servicios ecosistémicos
adaptativa al entorno o las tecnologías locales. como los señalados arriba, de manera sobresa-
Así por ejemplo, las diferentes variedades locales liente los de provisión de recursos, pero también
de maíz que maneja un agricultor, puede conferir los asociados con la retención de suelos y agua, y
atributos específicos para la calidad de tortillas, los que les confieren la capacidad de albergar flora
pozole, atoles, tamales y diferentes alimentos para y fauna benéfica desde el punto de vista funcional
la vida cotidiana y las fiestas (Casas et al., 1996; (proveedores de semillas y otros propágulos para
Casas y Velásquez-Milla, 2016; Orozco-Ramírez la regeneración de bosques, albergue de poliniza-
et al., 2017). Asimismo, algunas variedades son dores y herbívoros, entre otros; véase Chazdon,
de ciclo de vida corto y pueden proveer de gra- 2003). La pérdida de cobertura vegetal a escala
no a las familias en momentos en los que los al- de paisaje tiene efectos en extensiones espaciales
macenes de los ciclos previos ya se han agotado; amplias que rebasan las áreas de las fronteras de
otras variedades son diferencialmente resistentes los sistemas productivos. Como hemos apuntado
a las heladas, a las sequías, al exceso de hume- anteriormente, la formación de parches con re-
dad, a ciertas plagas, entre otros factores ambien- lativo aislamiento afecta el movimiento de orga-
tales; otras más pueden adaptarse a los regímenes nismos y/o propágulos y/o gametos, y con ello el
de cultivo de roza, tumba y quema, mientras que flujo de genes (Vandermeer y Perfecto. 2007), fa-
otros responden más adecuadamente a los ciclos voreciendo la endogamia y la deriva génica. Tam-
continuos de riego o incluso a inundaciones pe- bién afectan a intervalos temporales prolongados.
riódicas (como por ejemplo, el caso del sistema Así, la sobreexposición de suelos a los agentes
de marceño en Tabasco, documentado por Oroz- erosivos retarda significativamente los procesos
co-Segovia y Gliessman, 1979); algunos respon- de recuperación de las áreas forestales o incluso
den con buena producción mediante el uso de in- su reutilización como sistemas productivos.
sumos orgánicos, mientras que otros responden a Un hecho que destaca a escala global y que
los insumos químicos después de varias genera- afecta en particular a los países en desarrollo,
ciones de selección artificial que así los favorece. como el nuestro, es que no obstante que las metas
Y estos patrones que pueden verse con claridad de los modelos productivistas agroindustriales
en cultivos como el maíz, se encuentran presentes han sido rebasadas y existen más alimentos que
en otros cultivos anuales como lo frijoles, los chi- los necesarios para satisfacer las necesidades de
les, las calabazas, así como cultivo de ciclo de vida la población, un amplio sector de la población
largo, como el cacao y árboles frutales. tiene acceso limitado a éstos. México no es la ex-
A escala de los sistemas agrícolas, la pérdida cepción en esta tendencia; así, por ejemplo, entre
de policultivos, las asociaciones con plantas ar- 1961y 2016, la producción total de cereales pasó
venses benéficas como muchas especies de que- de 8 a 11 millones de hectáreas, respectivamente,
lites y plantas forrajeras, merman la capacidad siguiendo una trayectoria lineal ascendente. En
directa de los sistemas para proveer recursos, cambio, la producción pasó de cerca de 12 millo-
así como aspectos funcionales relacionados con nes de toneladas a cerca de 25 millones, respecti-
el enriquecimiento de suelos, retención de agua, vamente; en contraste, la provisión de alimentos
amortiguamiento de agentes erosivos, entre otros cayó de un máximo de 42 kcal per capita por día
aspectos (Tscharntke et al., 2011; Nair, 2011). A en 2003 a 19 kcal per capita por día (faostats,
escala de paisaje, la pérdida de cobertura vegetal 2017). En el país, alrededor del 45% de la pobla-
en las parcelas no solo merma la capacidad de re- ción vive en condiciones de pobreza y más del
cuperación de las áreas forestales en los sistemas 10% en condiciones de pobreza extrema; de los
de uso temporal, en esos casos también favorece distintos indicadores de pobreza, el de carencias
109
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
por acceso a la alimentación es de aproximada- existe una deforestación por tala ilegal que afecta
mente 25% (Ortiz-Galindo y Ríos-Bolívar, 2013). a los ecosistemas. Las concesiones a las compa-
En otras palabras, nuestro país padece serios pro- ñías mineras cubren grandes extensiones, mu-
blemas de hambre y de falta de seguridad alimen- chas de las cuales se encuentran ya en operación y
taria. Este último aspecto, de acuerdo con la fao, numerosos proyectos invaden las áreas naturales
no solamente involucra la disponibilidad de ali- protegidas. De esta actividad productiva se espe-
mentos y capacidad de acceso a éstos, sino tam- ran cambios irreversibles que amenazan la vida de
bién el acceso a servicios básicos como la salud, las generaciones presentes y futuras de mexicanos
el agua, el empleo, entre otros. En México existen (Orozco, 2010). Una política pública que frene la
serios problemas en la producción de alimentos. voracidad de las compañías mineras en aras de
El principal alimento de los mexicanos, el maíz, mantener y recuperar áreas naturales fundamen-
del cual México es centro de origen, domestica- tales requiere políticas públicas enérgicas, de otra
ción y diversificación, se importa de los Estados manera, el patrimonio natural de los mexicanos
Unidos para satisfacer los requerimientos básicos. estará sosteniendo mezquinos intereses privados.
Grandes extensiones de la superficie agrícola del Desde el impulso de la Revolución Verde, las
país tienen un destino distinto a la producción de instituciones gubernamentales actuaron en con-
maíz, la cual es mayormente llevada a cabo en las cierto para implementar el programa mediante
zonas campesinas. Junto a los problemas técni- políticas públicas y la creación de instituciones
cos enumerados arriba, debemos señalar defi- ad hoc. Las redes de abasto de insumos químicos
ciencias en la planeación de las prioridades na- y semillas mejoradas, así como los sistemas de
cionales para la producción y los rezagos en la créditos financieros operaron a distintas escalas y
atención de las necesidades fundamentales. Polí- aún hoy en día la inercia de esa política se encuen-
ticas públicas para lograr la seguridad y la sobe- tra vigente. En numerosas comunidades y regio-
ranía alimentaria son una necesidad de alta prio- nes campesinas, la operación de estos programas
ridad que ha sido soslayada por los gobiernos que significó el aumento en procesos de migración
han privilegiado las ganancias con respecto a las temporal, con el fin de obtener recursos mone-
necesidades del país desde hace décadas. tarios para hacer frente a los pagos de créditos
No solo la producción agrícola adolece de (Casas et al., 1994). Estos procesos migratorios
una planeación inadecuada, problemas similares han sido masivos desde hace décadas y pueden
se aprecian en otros sectores. El sector pecuario observarse en la actualidad. No solamente afec-
ocupa cerca del 60% de la superficie total del país taron la vida comunitaria, rompiendo sus estruc-
y ocupa el 7º lugar en la producción de proteína turas de funcionamiento tradicional, costumbres,
animal del mundo (Sagarpa, 2016), y sin embar- prácticas de reciprocidad, destrucción de culturas
go México es importador de productos cárnicos. entre numerosos aspectos sociales, sino que tam-
El sector forestal sufre de condiciones similares, bién favorecieron la inserción del narcotráfico en
siendo México en el año 2000 el número 8 de los nuevas áreas (Guerrero, Oaxaca, Morelos) con
países con más bosques, sin embargo su balanza respecto a las ya históricas promovidas durante la
comercial en la producción de madera es nega- Segunda Guerra Mundial (Sinaloa, Sonora, Chi-
tiva. Se importa alrededor del 87% de produc- huahua). La migración temporal de ejidatarios y
tos maderables, dejando 13% para exportación comuneros guerrerenses y oaxaqueños hacia las
y manteniendo 30.6% de la producción dentro zonas agroindustriales de Sinaloa, Baja Califor-
de un comercio nacional (Conafor, 2013). Para nia y los Estados Unidos, ilustran el rumbo y la
el 2014 el aprovechamiento forestal contribuyó dimensión que adquirió este fenómeno que hoy
con 18,369 millones de pesos (aproximadamente en día representa niveles de violencia sin pre-
un 0.11% del pib, Inegi, 2015); al mismo tiempo, cedentes en el país. Hay signos de descomposi-
110
Agroecología y agrobiodiversidad
ción social sumamente alarmantes que tuvieron que son los más numerosas. Como resultado de
su origen en el proceso de modernización de la miles de años de experiencia, las culturas origi-
agricultura y en la obsesión por el aumento de narias del país saben acerca de sus propiedades,
la producción y ganancias agrícolas que, no obs- atributos y estrategias de aprovechamiento. Plan-
tante, no lograron su objetivo. El costo fue dema- tearse un inventario de las prácticas de manejo
siado alto y la lección debe ser aprendida. de plantas, animales, hongos y microorganis-
mos debe convertirse en una prioridad nacional.
Es decir, de la misma manera que se han inver-
Políticas públicas y acciones para el manejo tido esfuerzos en sistematizar información sobre
de la agrobiodiversidad biodiversidad, será un importante reto para las
instituciones de investigación y la Conabio siste-
Aunque a lo largo del texto se han señalado algu- matizar y especializar la tecnología para su ma-
nos rubros sobre políticas públicas que el país re- nejo; es decir, la agrobiodiversidad y su manejo.
quiere para atender la conservación, recuperación Este esfuerzo aportaría criterios concretos para
y aprovechamiento sustentable de la agrobiodi- desarrollar estrategias de manejo sustentable y
versidad, en este último apartado puntualizamos acortar tiempos para el logro de esa meta.
algunos aspectos que consideramos centrales. Las Es pertinente advertir que tal esfuerzo re-
instituciones educativas y de investigación, así quiere una cuidadosa revisión de los derechos
como aquellos esfuerzos intersecretariales como de propiedad intelectual, de propiedad sobre los
la Conabio deben centrar una especial atención recursos y las medidas de protección pertinentes
en documentar, sistematizar y usar la informa- contra la biopiratería y el saqueo del patrimonio
ción inventariada de los recursos, su ubicación biocultural del país. Las industrias y corpora-
espacial, su contexto ecológico y cultural, así ciones monopólicas trasnacionales están ávidas
como información sobre experiencias de manejo de información sobre estos recursos y han en-
para la planeación y el uso de las prácticas de los contrado en las investigaciones etnobiológicas y
pueblos mexicanos en el conocimiento y manejo ecológicas fuentes primarias de información. Se
de la agrobiodiversidad. La Conabio fue original- requiere que la academia y las instituciones pú-
mente concebida como una institución dirigida a blicas como la Conabio regulen el acceso a la in-
sistematizar información sobre el conocimiento y formación y establezcan criterios compensatorios
uso de la biodiversidad. Después de 25 años de a los derechos de propiedad intelectual. Orientar
trabajo ha dado pasos agigantados en el inventa- la investigación científica como mecanismo de
rio de especies, su distribución geográfica e in- protección de derechos de propiedad intelectual
formación ecológica de gran importancia para la de los pueblos de México es una tarea de la más
conservación. Hoy en día posee bases de datos y alta prioridad.
sistemas de información de la mayor importancia Las políticas para promover los modelos tec-
a nivel mundial. Sin embargo, la sistematización nológicos deben replantearse, asimilando la vasta
sobre el uso de la biodiversidad y sobre todo de la literatura crítica no solo en el ámbito tecnológi-
agrobiodiversidad está aún muy limitado, y más co sino también en lo social y en lo político. Su
aún la sistematización de las experiencias sobre el implementación no solo no ha resuelto los pro-
manejo de esa biodiversidad. Comienzan a reali- blemas, sino que los ha agudizado. El deterioro
zarse esfuerzos para sistematizar la información severo de los ecosistemas en grandes extensio-
sobre las principales plantas domesticadas, y es nes, la desarticulación comunitaria, los procesos
necesario apuntar que igualmente importante migratorios, la pobreza y desigualdad creciente,
será dirigir esfuerzos hacia el universo de plan- y la importación de alimentos son expresiones
tas y animales semi-domesticadas y silvestres, de la gran falla de ese sistema. Esta falla de ca-
111
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
rácter estructural pone en entredicho las nuevas rrollado. Frente a la simplificación de los modelos
tecnologías (entre ellas el uso de organismos ge- productivistas hegemónicos, la mirada debe diri-
néticamente modificados) que aspiran a dar con- girse hacia la diversidad de recursos ecosistemas
tinuidad al modelo fallido, involucrando nuevos y agroecosistemas moldeados por las también di-
riegos para los ecosistemas y las sociedades. Una versas culturas de México.
mayor apuesta a fortalecer los sistemas agroeco-
lógicos es indispensable para frenar y comenzar a
resarcir el daño de los modelos fallidos. La inves- Referencias
tigación, las instituciones gubernamentales, las Alcorn, J. 1984. Huastec Mayan Ethnobotany. Austin,
ong y las organizaciones sociales pueden trabajar Texas: University of Texas Press.
en concierto en un rumbo distinto al que se ha Altieri, M. y V. M. Toledo. 2011. The agroecological
apostado principalmente desde el impulso de la revolution in Latin America: rescuing nature, en-
modernización del país a mediados del siglo pa- suring food sovereignty and empowering peasants.
sado y hasta el presente. Deben revisarse a fondo Journal of Peasant Studies. 38(3): 587-612.
las políticas de conservación de la biodiversidad. Ashworth, V. E. T. M., y M. T. Clegg. 2003. Microsat-
Decretar áreas naturales protegidas no es sufi- ellite markers in avocado (Persea americana Mill.):
ciente para garantizar su conservación. Deben genealogical relationships among cultivated avoca-
revisarse los criterios para proteger in situ los re- do genotypes. Journal of Heredity. 94(5): 407-415.
cursos genéticos de alta prioridad nacional, entre Ashworth, L., M. Quesada, A. Casas, R. Aguilar y K.
los cuales se encuentran los miles de especies re- Oyama. 2009. Pollinator- dependent food produc-
feridas rápidamente en este capítulo. Los princi- tion in Mexico. Biological Conservation. 142(5):
pales reservorios de diversidad genética de estos 1050-1057.
miles de especies se encuentran en los ecosiste- Badii, M. H. y S. Varela. 2015. Insecticidas organofosfo-
mas. Identificarlos y protegerlos con esta óptica rados: efectos sobre la salud y el ambiente. México:
ha estado presente, pero de forma marginal en las culcyt, (cuaderno 28).
políticas de conservación y debe vigorizarse. Barnosky, A. D., N. Matzke, S. Tomiya, G. O. U. Wo-
El inventario de tecnologías para el manejo de gan, B. Swartz, T. B. Quental, C. Marshall, J. L. Mc-
los recursos bióticos debe acompañarse con un Guire, E. L. Lindsey, K. C. Maguire, B. Mersey y E.
esfuerzo nacional por documentar, sistematizar, A. Ferrer. 2011. Has the Earth’s sixth mass extinc-
especializar y utilizar en la planeación, los siste- tion already arrived? Nature. 471: 51-57.
mas de producción agrícola, los agroforestales, Bashan, Y., G. Holguin y L. E. de-Bashan. 2004. Azo-
los pecuarios y los forestales desarrollados por las spirillum plant relationships: physiological, mo-
culturas nacionales por miles de años. Esta estra- lecular, agricultural, and environmental advances
tegia no solamente es una deuda con los pueblos (1997-2003). Canadian Journal of Microbiology. 50:
de México, sino también la base para una recons- 521-577.
trucción tecnológica que ha demostrado mayor Blancas, J., A. Casas, A. I. Moreno-Calles y J. Caba-
eficacia que las tecnologías modernas en conciliar llero. 2016. Cultural motives of plant management
la producción con la conservación de agrobiodi- and domestication. En: Lira, R., A. Casas y J. Blan-
versidad. cas (eds.), Ethnobotany of Mexico. Interactions of
Las políticas públicas hacia la producción de peoples and plants in Mesoamerica. Utrecht, Holan-
alimentos y materias primas deben basarse en el da: Springer, pp. 233-255.
conocimiento y aprovechamiento de la biodiver- Boa, E. 2004. Wild edible fungi. Roma: fao.
sidad, su protección y el reconocimiento de los Calderón-Mandujano, R. R. (2011) Estrategia para el
derechos de propiedad intelectual y territorial de manejo de anfibios sujetos a uso en México. En:
las culturas que por miles de años los han desa- Sánchez, O., P. Zamorano, E. Peters y H. Moya
112
Agroecología y agrobiodiversidad
(eds.), Temas sobre conservación de vertebrados sión genética. En: Casas, A., J. Torres-Guevara y
silvestres en México. México: Semarnat/ine/uat/ F. Parra (eds.), Domesticación y en el Continente
uaem, pp. 71-82. Americano. Volumen 1. Manejo de biodiveridad y
Brush, S. B. 2004. Farmers’ Bounty: Locating crop diver- evolución dirigida por las culturas del Nuevo Mun-
sity in the contemporary World. New Haven: Yale do. México: Universidad Nacional Autónoma de
University Press. México/Universidad Nacional Agraria La Molina,
Caballero, J., A. Casas, L. Cortés y C. Mapes. 1998. Pa- pp. 75-95.
trones en el conocimiento, uso y manejo de plantas Casas, A., A. I. Moreno-Calles, M. Vallejo y F. Parra.
en pueblos indígenas de México. Estudios Ataca- 2016a. Importancia actual y potencial de los re-
meños. 16: 181-196. cursos genéticos. En: Casas, A., J. Torres-Guevara
Campos-Salas, N., A. Casas, A. I. Moreno-Calles y M. y F. Parra (eds.), Domesticación y en el Continente
Vallejo. 2016. Plant manangement in agroforestry Americano. Volumen 1. Manejo de biodiveridad y
systems of rosetophyllous forests in the Tehuacán evolución dirigida por las culturas del Nuevo Mun-
Valley. Economic Botany. 70(3): 254-269. do. México: Universidad Nacional Autónoma de
Casas, A., J. L. Viveros y J. Caballero. 1994. Etnobotá- México/Universidad Nacional Agraria La Molina,
nica mixteca: sociedad, cultura y recursos naturales pp. 51-74.
en la Montaña de Guerrero. México: Instituto Na- Casas A., J. Blancas, A. Otero-Arnaiz, J. Cruse-Sand-
cional Indigenista/Conaculta. ers, R. Lira, A. Avendaño, F. Parra, S. Guillén, C.
Casas, A., J. Caballero, C. Mapes y S. Zárate. 1997. Ma- J. Figueredo, I. Torres-García y S. Rangel-Landa.
nejo de la vegetación, domesticación de plantas y 2016b. Evolutionary ethnobotanical studies of in-
origen de la agricultura en Mesoamérica. Boletín cipient domestication of plants in Mesoamerica. En:
de la Sociedad Botánica de México (Botanical Scien- Lira, R., A. Casas y J. Blancas (eds.), Ethnobotany of
ces). 61: 31-47. Mexico. Interactions of peoples and plants in Meso-
Casas, A., A. Otero-Arnaiz, E. Pérez-Negrón y A. Va- america. Utrecht, Holanda: Springer, pp. 257-285.
liente-Banuet. 2007. In situ management and do- Casas, A., F. Parra, J. Blancas, S. Rangel-Landa, M.
mestication of plants in Mesoamerica. Annals of Vallejo, C. J. Figueredo y A. I. Moreno-Calles.
Botany. 100(5): 1101-1115. 2016c. Capítulo 7. Origen de la domesticación y la
Casas A., J. Blancas, A. Otero-Arnaiz, J. Cruse-Sand- agricultura: cómo y por qué. En: Casas, A., J. To-
ers, R. Lira, A. Avendaño, F. Parra, S. Guillén, C. rres-Guevara y F. Parra (Eds.). Domesticación y en
J. Figueredo, I. Torres-García y S. Rangel-Landa. el Continente Americano. Volumen 1. Manejo de
2016. Evolutionary ethnobotanical studies of incip- biodiveridad y evolución dirigida por las culturas
ient domestication of plants in Mesoamerica. En: del Nuevo Mundo. México: Universidad Nacional
Lira, R., A. Casas y J. Blancas (eds.), Ethnobotany of Autónoma de México/Universidad Nacional Agra-
Mexico. Interactions of peoples and plants in Meso- ria La Molina, pp. 189-223.
america. Utrecht, Holanda: Springer, pp. 257-285. Casas, A., F. Parra, S. Rangel-Landa, J. Blancas; M. Va-
Casas, A., y F. Parra. 2016. Capítulo 1. El manejo de re- lejo, A. I. Moreno-Calles, S. Guillén, I. Torres-Gar-
cursos naturales y ecosistemas. La sustentabilidad cía, A. Delgado-Lemus, E. Pérez-Negrón, C. J. Fi-
en el manejo de recursos genéticos. En: Casas, A., gueredo, J. M. Cruse-Sanders, B. Farfán-Heredia,
J. Torres-Guevara y F. Parra (eds.), Domesticación y L. Solís, X. Aguirre, A. Otero-Arnaiz, H. Alvara-
en el Continente Americano. Volumen 1. Manejo de do-Sizzo y A. Camou. 2017(a). Manejo y domesti-
biodiveridad y evolución dirigida por las culturas del cación de plantas en Mesoamérica. Una estrategia
Nuevo Mundo. México: Universidad Nacional Au- de investigación y estado del conocimiento sobre
tónoma de México/Universidad Nacional Agraria los recursos genéticos de México. En: Casas, A., J.
La Molina, pp. 25-50. Torres-Guevara y F. Parra (eds.), Domesticación en
Casas, A. y D. Velásquez-Milla. 2016. Capítulo 3. Ero- el Continente Americano. Volumen 2. Perspectivas
113
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
114
Agroecología y agrobiodiversidad
ter and vegetation in traditional agro-ecosystems vara y F. Parra (eds.), Domesticación en el Continen-
in central Mexico. Landscape and Urban Planning. te Americano. Volumen 2. Perspectivas de investiga-
27: 141-150. ción y manejo sustentable de recursos genéticos en
Green, R. E., S. J. Cronell, Scharlemann and Balmford. el Nuevo Mundo. Morelia, Michoacán: Universidad
2005. Farming and the fate of wild nature. Science. Nacional Autónoma de México/Universidad Na-
307: 550-555. cional Agraria La Molina/conacyt, pp. 475-507.
Groube, L., 1989. The taming of the rain forest: a mod- Martínez-Carrera, D., D. Nava, M. Sobal, M. Bonilla y
el for late Pleistocene forest exploitation in New Y. Mayett. 2005. Marketing channels for wild and
Guinea. En: Harris, D. R. y G. C. Hillman (eds.), cultivated edible mushrooms in developing coun-
Foraging and farming. The evolution of plant ex- tries: the case of Mexico. Micología Aplicada Inter-
ploitation. Londres: Unwin Hyman, pp. 292-304. national. 17(2): 9-20.
Harlan, H. R. y M. L Martini. 1936. Problems and re- Martínez-Carrera, D., N. Curvetto, M. Sobal, P. Mora-
sults of barley breeding. usda Year-Book of Agricul- les y V. M. Mora (eds.). 2010. Hacia un desarrollo
ture Washington: US Government Printing Office, sostenible de la producción-consumo de los hongos
pp. 303-346. comestibles y medicinales en Latinoamérica: avan-
Harlan, J., 2005. Crops and man. Madison: American ces y perspectivas. Puebla, México: Red latinoame-
Society of Agronomy. ricana de hongos comestibles y medicinales. Col-
Hernández-Xolocotzi, E. 1993. Aspects of plant do- pos, uns, conacyt, amc, uaem, iminap.
mestication in Mexico: a personal view. En: Rama- Millennium Ecosystem Assessment. 2005. Ecosys-
moorthy, T. P., R. Bye, A. Lot y J. Fa, Biological di- tems and human well-being. Biodiversity synthesis.
versity of Mexico: origins and distribution. Oxford, Washington: World Resources Institute.
Inglaterra: Oxford University Press, pp. 733-753. Moreno-Calles, A., A. Casas, J. Blancas, I. Torres,
Heywood, V., A. Casas, B. Ford-Lloyd, S. Kell y N. E. Peréz-Negrón, J. Caballero, O. Masera y L.
Maxted. 2007. Conservation and sustainable use García-Barrios. 2010. Agroforestry systems and
of crop wild relatives. Agriculture, Ecosystems and biodiversity conservation in arid zones: the case
Environment. 121(3): 245-255. of the Tehuacán-Cuicatlán Valley, Central Mexico.
Inegi. 2005. Conjunto de datos vectoriales de la carta Agroforestry Systems. 80(3): 315-331.
de uso del suelo y vegetación: escala 1:250 000. Se- Moreno-Calles, A., A. Casas, E. García-Frapolli e I.
rie III (continuo nacional). Torres. 2012. Agroforestry systems of the multi-
Kritsky, G. 2017. Beekeeping from Antiquity through crop “milpa” and “chichipera” cactus forest in the
the Middle Ages. Annual Review of Entomology. 62: arid Tehuacán Valley, Mexico: their management
249-264. and role in people’s subsistence. Agroforestry Sys-
Linares M. E. y R. Bye. 2015. Las especies subutilizadas tems. 84(2): 207-226.
de la milpa. Revista Digital Universitaria. 16(5): 22. Moreno-Calles, A. I., V. M. Toledo y A. Casas. 2013.
Lubinsky, P., S. Bory, J. Hernández-Hernández, K. Los sistemas agroforestales tradicionales de Méxi-
Seung-Chul y A. Gómez-Pompa. 2008. Origins and co: una aproximación biocultural. Botanical Scien-
Dispersal of Cultivated Vanilla (Vanilla planifolia ces. 91(4): 375-398.
Jacks. [Orchidaceae]). Economic Botany. 62: 127. Moreno Calles, A. I., A. Casas, M. Vallejo y V. M. To-
MacNeish 1967. A summary of the subsistence. En: ledo (eds.). 2016a. Etnoagroforestería en México.
Byers, D. (ed.), The prehistory of the Tehuacan Val- México: unam.
ley. Vol. 1. Environment and Subsistence. Austin: Moreno-Calles A. I., A. Casas, A. D. Rivero-Romero,
University of Texas Press. Y. A. Bautista-Romero, D. Garrido-Rojas, R. A.
Mariaca-Méndez R. 2017. Capítulo 20. Avances en el Fisher, F. Alvarado-Ramos, S. Rangel-Landa, M.
estudio de la fauna de los traspatios familiares en Vallejo-Ramos y D. Santos-Fita. 2016b. Ethnoag-
el sureste de México. En: Casas, A., J. Torres-Gue- roforestry: Integration of biocultural diversity for
115
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio
food sovereignty in Mexico. Journal of Ethnobiolo- calidad de los suelos. Revista Corpoica. Ciencia y
gy and Ethnomedicine. 12: 54. Tecnología Agorpecuaria. 11(2): 155-164.
Moreno-Fuentes, A. y Garibay-Orijel, R. 2014. La Et- Phalan, B., M. Onial, A. Balmford y R. E. Green. 2011.
nomicología en México. Estado del Arte. México: Conservation: Model management intensity: Re-
Red de Etnoecología y Patrimonio Biocultural sponse. Science. 334: 594-595.
(conacyt)-Universidad Autónoma del Estado de Ramos-Elorduy J. y J. L. Viejo-Montesinos. 2007. Los
Hidalgo-Instituto de Biología (unam)-Sociedad insectos como alimento humano: Breve ensayo so-
Mexicana de Micología-Asociación Etnobiológica bre la entomofagia, con especial referencia a Méxi-
mexicana, A.C.-Grupo Interdisciplinario para el co. Boletín de la Real Sociedad Española de Historia
Desarrollo de la Etnomicología en México-Socie- Natural. Sección Biología. 102(1-4): 61-84.
dad Latinoamericana de Etnobiología. Reyes-González, A., A. Camou-Guerrero, O. Reyes-
Nair, P. K. R. 2011. Agroforestry Systems and Environ- Salas, A. Argueta y A. Casas. 2014. Diversity, local
mental Quality: Introduction. Journal of Environ- knowledge and use of stingless bees (Apidae: Me-
mental Quality. 40: 784-790. liponini) in the Balsas River Basin of Michoacán,
Ortiz-Galindo, J. y H. Ríos-Bolívar. 2013. La pobreza Mexico. Journal of Ethnobiology and Ethnomedi-
en México, un análisis con enfoque multidimen- cine. 10: 47.
sional. Revista Análisis Económico. XXVIII(69): Sagarpa. 2016. Se consolida México como el séptimo
189-218. productor de proteína animal en el mundo. http://
Orozco, C. G. 2010. Paisajes de acumulación minera www.Sagarpa.gob.mx/saladeprensa/2012/Pagi-
por desposesión campesina en el México actual. nas/2014B1028.aspx
Ecología política de la minería en América Latina. Smith, E. 1967. Plant remains. En: Byers, D. (ed.), The
133. prehistory of the Tehuacan Valley. Vol. 1. Environment
Orozco-Ramírez, Q., J. Odenthal, M. y Astier. 2017. and Subsistece. Austin: University of Texas Press.
Maize diversity in Pátzcuaro, Michoacán, Mexico, Smythe, N. y O. Brown de Guanti. 1995. La domesti-
and its relationschips whit environmental and so- cación y cría de la paca (Agouti paca). Roma: fao.
cial factors. Agrociencia. 51(8): 867-884. Minnis, P. E., M. E. Whalen, J. H. Kelley y J. D. Stew-
Parra, F., A. Casas, J. Peñaloza-Ramírez, A. C. Cortés- ard. 1993. Prehistoric macaw breeding in the
Palomec, V. Rocha-Ramírez y A. González-Rodrí- North American Southwest. American Antiquity.
guez. 2010. Evolution under domestication: Ongo- 58(2): 270-276.
ing artificial selection and divergence of wild and Sugiyama, N., A. D. Somerville y M. J. Schoeninger.
managed Stenocereus pruinosus (Cactaceae) pop- 2015. Stable isotopes and zooarchaeology at Teo-
ulations in the Tehuacán Valley, Mexico. Annals of tihuacan, Mexico reveal earliest evidence of wild
Botany. 106: 483-496. carnivore management in Mesoamerica. PLoSONE
Parra, F. y A. Casas. 2016. Origen y difusión de la do- 10(9): e0135635. doi: 10.1371/journal.pone.0135635
mesticación y la agricultura en el Nuevo Mundo. Tscharntke, T., Y. Clough, S. A. Bhagwat, D. Bucho-
En: Casas, A., J. Torres-Guevara y F. Parra (Eds.). ri, H. Faust, D. Hertel, D. Hölscher, J. Juhrbandt,
Domesticación y en el Continente Americano. Volu- M. Kessler, I. Perfecto, C. Scherber, G. Schroth, E.
men 1. Manejo de biodiveridad y evolución dirigida Veldkamp y T. C. Wanger. 2011. Multi-functional
por las culturas del Nuevo Mundo. México: Univer- shade-tree management in tropical agroforestry
sidad Nacional Autónoma de México/Universidad landscapes – a review. Journal of Applied Ecology.
Nacional Agraria La Molina, pp. 159-184. 48: 619-629.
Pedraza, R. O., K. R. S. Teixeira, A. Fernández-Scavi- Tamang J. P. y K. Kailaspathy (eds.). 2010. Fermented
no, I. García de Salamone, B. E. Baca, R. Azcón, foods and beverages of the world. Nueva York: cdrc
V. L. D. Baldani y R. Bonilla. 2010. Microorganis- Press, Taylor and Francis Group.
mos que mejoran el crecimiento de las plantas y la Toledo, V. M. (ed.). 2015. El Kuojtakiloyan. Patrimo-
116
Agroecología y agrobiodiversidad
nio biocultural náhuat de la Sierra Norte de Puebla, pérdida y conservación de agrobiodiversidad. En:
México. México: Red de Patrimonio Biocultural, Casas, A., J. Torres-Guevara y F. Parra (Eds.). Do-
Conacyt/unam. mesticación y en el Continente Americano. Volumen
Torres-Guevara, J., F. Parra y A. Casas. 2017. Panorama 1. Manejo de biodiveridad y evolución dirigida por
de los recursos genéticos en Perú. En: Casas, A., J. las culturas del Nuevo Mundo. México: Universi-
Torres-Guevara y F. Parra (eds.), Domesticación en dad Nacional Autónoma de México/Universidad
el Continente Americano. Volumen 2. Perspectivas Nacional Agraria La Molina, pp. 97-131.
de investigación y manejo sustentable de recursos Wacher, C., G. Díaz-Ruíz y J. P. Tamang. 2010. Fer-
genéticos en el Nuevo Mundo. Morelia, Michoacán: mented vegetable products. En: Tamang J. P. y K.
Universidad Nacional Autónoma de México/Uni- Kailaspathy (eds.), Fermented foods and beverages
versidad Nacional Agraria La Molina/conacyt, of the world. Nueva York: crc Press, Taylor and
pp. 103-134. Francis Group, pp. 149-190.
Vallejo M., A. Casas, J. Blancas, A. I. Moreno-Calles, L. Wasson, R. G. 1976. María Sabina and her Mazatec
Solís, S. Rangel-Landa, P. Dávila y O. Téllez. 2014. mushroom velada. Nueva York: Harcourt.
Agroforestry systems in the highlands of the Tehu- Wendel, J. G., C. L. Brewbaker y T. Seelanan. 2010. The
acán Valley, Mexico: Indigenous culture and bio- origin and evolution of Gossypium. En: Stweart,
diversity conservation. Agroforestry Systems. 88(1): J. M. et al. (eds.), Physiology of cotton. Holanda:
125-140. Springer, pp. 1-18.
Vallejo, M., A. Casas, E. Pérez-Negrón, A. I. More- Wheeler, J. 2017. Evolución y domesticación en los
no-Calles, P. Dávila, O. Téllez y O. Hernández-Or- camélidos sudamericanos. En: Casas, A., J. To-
doñez. 2015. Agroforestry systems of the lowland rres-Guevara y F. Parra (eds.), Domesticación en
alluvial valleys of Tehuacán-Cuicatlán Biosphere el Continente Americano. Volumen 2. Perspectivas
Reserve: An evaluation of their biocultural capacity. de investigación y manejo sustentable de recursos
Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine. 11: 8. genéticos en el Nuevo Mundo. Morelia, Michoacán:
Vallejo, M., A. Casas y A. I. Moreno-Calles. 2016. TEK Universidad Nacional Autónoma de México/Uni-
and biodiversity management in agroforestry sys- versidad Nacional Agraria La Molina/conacyt,
tems of different socioecological contexts of the pp. 193-216.
Tehuacán Valley, Mexico. Journal of Ethnobiology Wegier, A., A. Alavez y D. Piñero. 2016. Cotton: tradi-
and Ethnomedicine. 12: 31. tional and modern uses. En: Lira, R., A. Casas y J.
Vallejo, M., I. Ramírez, A. Casas, A. Reyes y J. López. Blancas (eds.), Ethnobotany of Mexico. Interactions
2018. Cambios en la distribución de sistemas agro- of peoples and plants in Mesoamerica. Holanda:
forestales en el paisaje del Valle de Tehuacán-Cui- Springer.
catlán. Revista Ecosistemas (en prensa). Zarazúa, M. 2016. Del guajolote a las chicatanas. Uso,
Vandermeer, J. e I. Perfecto. 2007 The agricultural manejo y domesticación de recursos genéticos
matrix and the future paradigm for conservation. animales en Mesoamérica. En: Casas, A., J. To-
Conservation Biology. 21: 274-277. rres-Guevara y F. Parra (Eds.). Domesticación y en
Vavilov, N. I. 1992. Origin and geography of cultivated el Continente Americano. Volumen 1. Manejo de
plants. Cambridge, Inglaterra: Cambridge Univer- biodiveridad y evolución dirigida por las culturas
sity Press. del Nuevo Mundo. México: Universidad Nacional
Velásquez-Milla, D., A. Casas, J. Torres-Guevara y A. Autónoma de México/Universidad Nacional Agra-
Cruz-Soriano. 2016. Capítulo 4. Erosión Genética ria La Molina, pp. 283-316.
en comunidades andinas tradicionales. Factores
ecológicos y socioculturales que influyen en la
117