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Agroecología y agrobiodiversidad

Chapter · August 2019

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Alejandro Casas Mariana Vallejo


Universidad Nacional Autónoma de México Universidad Nacional Autónoma de México
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Crisis ambiental en México
Ruta para el cambio
n

Leticia Merino Pérez
Coordinadora

Por la
Por los
creciente
Por la problemas
ilegalidad en el
pérdida de los de movilidad,
aprovechamiento
ecosistemas y la contaminación y
forestal
biodiversidad vulnerabilidad de
las ciudades

Por la Por la
falta de acceso
al agua de
¿Por qué falta de inversión
en energías
calidad una ruta renovables
para el
Por la
cambio? Por el
erosión de los agotamiento de
suelos y la pérdida las pesquerías y la
de seguridad Porque la destrucción de
alimentaria destrucción Por el manglares
ambiental viola el agotamiento de
derecho humano los hidrocarburos
al medio convencionales
ambiente
Agroecología y agrobiodiversidad
Alejandro Casas y Mariana Vallejo1

La agrobiodiversidad de México

L
a agrobiodiversidad comprende la diversidad silvestre y domesticada de
plantas, animales, hongos y microorganismos asociada directa e indirecta-
mente a los sistemas de producción de alimentos y materias primas, inclu-
yendo los sistemas agrícolas, pecuarios y silvícolas, todos los cuales se encuentran
en interacción en los procesos de producción rural, influyéndose mutuamente
(fao, 1999, 2016; Crowley et al., 2007; Moreno-Calles et al., 2013; Casas et al.,
2016a). Se contempla bajo este concepto la diversidad genética de especies en par-
ticular, la riqueza y diversidad de especies que componen los sistemas referidos,
tanto los domesticados como aquellos en estados intermedios de domesticación
y sus parientes silvestres, así como numerosas especies silvestres que constituyen
recursos y brindan importantes servicios ecosistémicos. También incluye la hete-
rogeneidad de unidades paisajísticas en las que se encuentran todos estos com-
ponentes dentro de unidades territoriales concretas (Casas y Parra, 2016; Casas
et al., 2016a, 2017a). Esta noción nos remite a considerar una alta variedad de
componentes y procesos en ecosistemas encuentran ligados entre sí y en los que se
llevan a cabo actividades humanas primarias, las cuales sostienen la producción
de alimentos y materias primas para múltiples destinos artesanales e industriales
en el mundo. A continuación, presentamos un panorama general de distintas di-
mensiones de esta diversidad.

Agrobiodiversidad vegetal

México, en especial la región meridional de su territorio que forma parte de Me-


soamérica, es reconocido como uno de los principales centros de origen de la

1. Miembros del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad. Los autores agradecen


el apoyo a la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la unam, a través de los
proyectos papiit IN209214 y IN206217, así como conacyt CB-2013-01-221800.

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Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

domesticación de plantas importantes para la M. schenckii) y pitahayas (Hylocereus spp.), chiri-


agricultura en el mundo (Vavilov, 1992; Harlan, moyas, guayabas, zapotes y una amplia variedad
2005; Parra y Casas, 2016). De hecho, junto con de cultivos de importancia en distintas regiones
la región andina, es la región más antigua de ma- del planeta en la actualidad (Casas et al., 2017a,
nejo agrícola y, por ende, cuna de las civilizacio- 2017b).
nes del continente americano. En Mesoamérica Junto a las especies vegetales plenamente do-
se originó la domesticación del maíz (Zea mays, mesticadas existe una amplia gama de especies de
susp. mays), algunas especies de frijoles (Phaseo- plantas manejadas, semi-domesticadas, en la que
lus vulgaris, P. coccineius, P. lunatus y P. acutifo- el término “semi” involucra estados intermedios
lius), varias calabazas (Cucurbita moschata, C. de domesticación, dentro de un gradiente con-
argyroperma y C. ficifolia, así como variedades lo- tinuo de menor a mayor nivel de domesticación
cales de C. pepo) y algunos chiles (principalmente (Casas et al., 2015). En el Banco de Información
C. annuum y C. frutescens, así como variedades Etnobotánica de Plantas Mexicanas (Badeplam)
locales de especies sudamericanas como C. bac- se tienen registradas alrededor de 800 especies
catum y C. sinensis) que eventualmente llegaron a que se encuentran en estadios incipientes o inter-
conformar el sistema de milpa. Junto con éstas se medios de domesticación (Caballero et al., 1998).
domesticaron otras más de 200 especies (Hernán- De acuerdo con nuestros estudios más recientes
dez-Xolocotzi, 1993; Casas et al., 2017a, 2017b), (Casas et al., 2017a), podrían ser alrededor de
las cuales actualmente se aprovechan en México y 1,200 las especies en tales condiciones. Entre éstas
el mundo. En éstas se reconocen huellas claras de se encuentran cerca de 500 especies de verduras
que operaron y siguen operando procesos de se- tradicionales denominadas “quelites” (Linares y
lección artificial y de otras fuerzas evolutivas que Bye, 2015), numerosas especies de árboles y ar-
influyen en su domesticación. Entre las especies bustos productores de frutos comestibles, agaves
vegetales domesticadas en Mesoamérica, además y cactáceas, así como cientos de especies medici-
de las mencionadas, destacan el cacao (Theobro- nales y ornamentales procuradas por las personas
ma cacao), especie que se cultivó desde tiempos en constelaciones de huertos y parcelas rurales di-
antiguos en la Amazonia ecuatoriana, pero que seminadas por todo el país. Todos estos recursos
desde tiempos tempranos se cultivó y domes- vegetales son parte fundamental de la agrobiodi-
ticó por los pueblos mayas (Loor-Solorzano et versidad, muchas de ellas son intensamente uti-
al., 2012), y un buen número de especies nativas lizadas por los pueblos de México y representan
como uno de los algodones más importantes del un importante patrimonio biocultural, así como
mundo (Gossypium hirsutum; véase Wendel et recursos genéticos para atender necesidades pre-
al., 2010; Wegier et al., 2016), el aguacate (Persea sentes y futuras de nuestros pueblos. No obstan-
americana; véase Ashworth y Clegg, 2003; Galin- te, han sido escasamente estudiados y menos aún
do-Tovar et al., 2007), la papaya (Carica papaya; considerados en los programas de protección y
véase Chávez-Pesqueira y Núñez-Farfán, 2017), la conservación de recursos genéticos, como se dis-
vainilla (Vanilla planifolia; Lubinsky et al., 2008) cute más adelante. Cualquier política pública di-
diversas especies de nopales (entre ellas, la más rigida a conservar los recursos genéticos que con-
importante en el mundo, Opuntia ficus-indica), forman la agrobiodiversidad debe basarse en un
de magueyes (Agave salmiana, A. americana, A. diagnóstico de la diversidad intra e interespecífi-
angustifolia, A. sisalana, A. tequilana, A. mapisa- ca de plantas domesticadas, así como del impor-
ga, A. inaequidens, A. hookeri, entre otras; véase tante y amplio grupo de especies semi-domesti-
Colunga-García Marín et al., 2017), de pitayas cadas, entre las cuales se encuentran parientes de
(Stenocereus spp., Polaskia spp., Escontria chioti- las especies plenamente domesticadas (Heywood
lla), garambullos (Myrtillocactus geometrizans y et al., 2007) y, en general, recursos de alto poten-

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Agroecología y agrobiodiversidad

cial para afrontar necesidades futuras (Casas et haber entre 3,000 y 5,000 especies de plantas aún
al., 2016a, 2017a, 2017b). no identificadas. Entre los principales recursos
Entre las especies vegetales manejadas, no do- ya registrados, más de 3,000 especies son plan-
mesticadas o semi-domesticadas, son también tas medicinales, cerca de 1,600 son comestibles y
muy relevantes numerosas especies silvestres: más de 1,000, forrajeras (Casas et al., 2017a). Es
aproximadamente 90% de las especies de plantas aún necesario vincular la información disemina-
que se aprovechan en México son silvestres (Ca- da en numerosas bases de datos locales, regiona-
ballero et al., 1998; Casas et al., 2017a) que son les y nacionales, regular su acceso para prevenir
manejadas directamente en los bosques mediante y combatir la biopiratería. Asimismo, definir po-
métodos o técnicas silvícolas (entendiendo lo sil- líticas públicas claras para planear su aprovecha-
vícola como el manejo de lo silvestre, de acuerdo miento sustentable y justo para el país, pero, sobre
con Casas et al., 1997). Estas técnicas pueden in- todo, para beneficiar sustancialmente a aquellas
volucrar prácticas, estrategias y acuerdos comu- comunidades que han desarrollado tan vasto cú-
nitarios particulares. Algunas son dejadas en pie mulo de conocimientos y experiencias técnicas
durante los aclareos de los bosques con distintos de manejo y que, sin embargo, frecuentemente
propósitos, principalmente en los sistemas agro- han sido soslayadas y hasta marginadas en los
forestales. También existen las que son promovi- programas de desarrollo. Esta premisa aplica para
das a partir de inducir deliberadamente su pro- los recursos vegetales, así como para otros grupos
pagación para incrementar su abundancia, otras de recursos bióticos que conforman la agrobiodi-
son protegidas de herbívoros, excesos de heladas, versidad y que discutimos a continuación.
de humedad, sombra o insolación, y otras son
cultivadas o trasplantadas desde sus contextos
naturales a sitios construidos por seres huma- Animales
nos, principalmente huertas, cafetales, cacaotales,
agrobosques, kuojtakiloyan (Moreno-Calles et al., La fauna es otro importante componente de la
2013; Toledo, 2015), las selvas manejadas por los agrobiodiversidad, no obstante que la domes-
huastecos o te’lom (Alcorn, 1984), por los mayas ticación de especies animales en Mesoamérica
o pet’kot (Gómez-Pompa et al., 1987) y otros múl- fue más limitada que en otras regiones del mun-
tiples sistemas agroforestales (Casas et al., 1997, do, como el suroeste de Asia, la región conocida
2007, 2014; Moreno-Calles et al., 2013; Moreno como Creciente Fértil (que comprende el actual
Calles et al., 2016a; Vallejo-Ramos et al., 2016). Irak, parte de Turquía, Siria, Palestina, Israel e
Todas estas interacciones pueden involucrar se- Irán), en donde la domesticación de animales fue
lección humana o procesos guiados de flujo gé- particularmente prolífica (Harlan, 1975), o inclu-
nico y manejo de sistemas reproductivos que in- so en la región andina, en donde la domesticación
ciden en procesos evolutivos y pueden influir en de camélidos y otras especies involucró prácticas
su domesticación (Parra et al., 2010; Casas et al., pastoriles desde la antigüedad precolombina vi-
2016b; Blancas et al., 2016). gentes hasta hoy en día (Torres-Guevara et al.,
Los inventarios de recursos vegetales en el 2017, Wheeler, 2017). En México se reconoce con
país han tenido una mayor atención que el res- claridad la presencia del perro, el cual entró ya
to de recursos bióticos, gracias al desarrollo de domesticado al continente americano junto con
una amplia escuela etnobotánica que es de las los seres humanos por el Estrecho de Bering, en
más importantes en el mundo. Estos trabajos han las oleadas migratorias de hace aproximadamente
logrado documentar cerca de 7,000 especies de 14,000 a 16,000 años. La domesticación del pe-
plantas aprovechadas para satisfacer múltiples rro tuvo en Mesoamérica expresiones locales, y el
necesidades. Sin embargo, estimamos que podría xoloiscuintle es una de ellas (Zarazúa, 2016).

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Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

Igualmente, fue importante la domesticación narica), mapaches (Procyon lotor), temazates


del guajolote (Meleagris gallo-pavo), así como la (Mazama temama) y otros mamíferos, así como
especie de cochinilla de mayor importancia eco- reptiles como las iguanas negras (Ctenosaura pec-
nómica (Dactylopius coccus) y algunas varieda- tinata) y verdes (Iguana iguana) que aún en la ac-
des locales de patos (la especie más importante es tualidad pueden observarse en los solares y otros
Cairina moschata, que se domesticó en Sudamé- espacios de la vida humana en los poblados rura-
rica y en algún momento de la historia se adoptó les de México. De los anfibios, en la dieta mexica-
en Mesoamérica donde, desde tiempos preco- na precolombina destacaban el consumo del uo o
lombinos, existen patrones regionales y locales de sapo (Rhinophrynus dorsalis), las ranas leopardo
domesticación; Donkin, 1989). (Lithobates spp.) y los ajolotes (Ambystoma spp.),
Al igual que en el caso de las plantas, las cul- los cuales eran procurados en sus hábitats natu-
turas mesoamericanas fueron muy activas en el rales. Hoy en día existen granjas de ranas para el
manejo y la crianza de animales, involucrando consumo, pero generalmente involucran especies
un espectro continuo de formas de interacción y introducidas (Calderón-Mandujano, 2011).
posiblemente de domesticación y domesticación En el pasado precolombino de México se lle-
intermedia en gradiente en algunas de ellas (Za- varon a cabo diversas prácticas de crianza de una
razúa, 2016; Mariaca-Méndez, 2017). Esta última gran variedad de especies de insectos, incluyendo
condición ha sido poco estudiada, pero los ejem- varias de abejas sin aguijón, de manera particu-
plos existentes ilustran el amplio campo de inves- larmente importante Mellipona beecheii entre los
tigación que vale la pena impulsar. No solamente mayas (Kritsky, 2017) y otras especies (Mellipona
para responder preguntas desde el punto de vista spp. Trigona spp., Scaptotrigona spp.) en diferen-
teórico, sino también para contar con un inven- tes regiones de México, entre las que destacan
tario de técnicas de manejo de recursos bióticos, los remanentes de su crianza en la Sierra Nor-
lo que representa la posibilidad de dar pasos más te de Puebla, la Península de Yucatán y la cuenca
rápidos en las estrategias de manejo sustentable del río Balsas (Reyes-González et al., 2013). Es-
y conservación. En Paquimé, Casas Grandes, al tas prácticas incluyeron la colecta y transporta-
noroeste de Chihuahua, por ejemplo, existe evi- ción de troncos con panales del bosque al solar
dencia arqueológica del manejo de diversas espe- y, frecuentemente, su construcción ad hoc, como
cies de aves (principalmente las guacamayas Ara puede apreciarse hoy en día mediante el uso de
militaris y Ara macao, así como diferentes espe- troncos, cajas de madera y ollas de barro en la Sie-
cies de loros, destinadas al arte plumario; Min- rra Norte de Puebla y comunidades de Yucatán y
nis et al., 1993). Asimismo, con base en informa- la región del río Balsas.
ción de isótopos estables, se ha sugerido que en Igualmente, numerosas especies de hormigas
Teotihuacán hubo crianza de conejos de monte y chinches, así como larvas comestibles de mari-
(Sylvilagus floridannus, S. audobonni) y liebres posas y escarabajos son muy apreciadas y consu-
(Lepus sp.; véase Sugiyama et al., 2015), alimen- midas por millones de personas en nuestro país
tados con maíz, y crianza de algunos carnívoros y desde el pasado precolombino y hasta el presente.
águilas mantenidos en cautiverio, aparentemente Ramos-Elorduy y Viejo-Montesinos (2007) re-
con fines rituales. En diversos sitios, los estudios portan el consumo de 525 especies de insectos en
arqueológicos, etnohistóricos y etnozoológicos México, un número elevado considerando que
han registrado la crianza de venados (Odocoileus en todo el mundo se han registrado cerca de 1,750
virginianus), tepezcuintles (Cuniculus paca), de species. Particularmente abundantes son las es-
manera similar a como se ha registrado en Sud- pecies de coleópteros, himenópteros, hemípteros
américa (Smythe y Brown de Guanti, 1995) la de y lepidópteros. Para algunas de estas especies se
los seretes (Dasyprocta mexicana), coatíes (Nasua han documentado técnicas dirigidas a procurar

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Agroecología y agrobiodiversidad

o asegurar su disponibilidad (Zarazúa, 2016). La productor y exportador de hongos en Latinoamé-


información sobre técnicas de manejo es suma- rica (Martínez-Carrera et al., 2010).
mente escasa pero la que existe disponible sugie- No obstante, el reducido espectro de especies
re que se ha desarrollado una gran diversidad de cultivadas intensamente, el manejo silvícola de
estrategias, prácticas y tecnologías para lograrlo, decenas de especies es de gran importancia no
incluyendo el manejo silvícola de los agaves, cac- solo por el aprovechamiento directo como hongos
táceas, árboles o arbustos en donde crecen (Casas comestibles, medicinales o rituales, sino también
et al., 2016b, c, Zarazúa, 2016). por las interacciones micorrícicas que influyen
de forma determinante la producción agrícola y
forestal. Los estudios etnomicológicos entre los
Hongos pueblos originarios de México han sido prolífi-
cos, pues las culturas de la región han hecho uso
Los hongos y los microorganismos frecuente- de los hongos desde tiempos precolombinos, y su
mente son olvidados en los estudios de agrobiodi- importancia cultural en la alimentación, la medi-
versidad; sin embargo, son extraordinariamente cina y prácticas rituales se refleja en la vasta ico-
relevantes. Los hongos no solo son componentes nografía de los códices del México precortesiano
importantes de los bosques y de sus suelos, sino y colonial. Es escasa la información sobre técnicas
que son directamente aprovechados por los pue- de manejo y las investigaciones e innovaciones
blos, principalmente los rurales, como alimentos, tecnológicas en esta dirección serán de gran valor
medicinas y diversas prácticas ceremoniales. Los para la conservación y aprovechamiento de tan
primeros estudios micológicos centraron su aten- valiosos recursos.
ción en los usos medicinales, rituales y mágicos,
en buena medida impulsados por lo atractivo de
los estudios de Robert Gordon Wasson (Wasson, Microorganismos
1976). Sin embargo, pronto ganaron espacio los
estudios sobre hongos comestibles. Estudios re- En el caso de los microorganismos, el aprove-
cientes han inventariado 371 especies de hongos chamiento tradicional es también de amplio
comestibles en México y se estima que podrían espectro. Los microorganismos del suelo son
ser alrededor de 500 las especies comestibles exis- particularmente importantes como parte de la
tentes en el país (Moreno-Fuentes y Garibay-Ori- agrobiodiversidad. No obstante su invisibilidad,
jel, 2014, Garibay-Orijel y Ruan-Soto, 2014). Su la gente es consciente de la descomposición de la
domesticación ha sido limitada a nivel mundial materia orgánica y su extraordinario aporte a
pues las condiciones para la generación de cuer- la fertilidad. Las técnicas de incorporación de
pos fructíferos son particularmente difíciles; de abonos orgánicos como los excrementos de mur-
hecho, en todo el mundo se cultivan tan solo alre- ciélagos y de animales domésticos son parte de tal
dedor de 100 especies (Boa, 2004). visión; de manera similar lo es la técnica de incor-
En México destaca el aprovechamiento y ma- poración de hojarasca, la de “labranza cero” y la
nejo a gran escala del huitlacoche (Ustilago ma- del cuidado de especies caducifolias dentro de los
ydis), el “reishi” (Ganoderma lucidum, el cual se sistemas agroforestales, las cuales aprovechan la
cultiva por sus usos medicinales) y los champi- descomposición de elementos de los sistemas para
ñones (Agaricus bisporus), y otras especies in- mejorar la fertilidad. Las ciencias del suelo arrojan
troducidas, principalmente las “setas” (Pleurotus ya una extensa literatura microbiológica y biotec-
ostreatus), el “shiitake” (Lentinula edodes), y el nológica que muestra que en los suelos vive una
“maitake” (Grifola frondosa, Martínez-Carrera gran diversidad de especies de organismos que
et al., 2005). Se estima que México es el principal desempeñan importantes funciones en la degra-

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Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

dación de residuos orgánicos, bacterias promoto- la prehistoria, especialmente porque confieren a


ras del crecimiento de las plantas, facilitadoras de los alimentos atributos para el almacenamiento
la absorción y reciclaje de nutrientes, y que influ- y preservación a largo plazo, cambios de sabor,
yen sobre la estructura de los suelos en los eco- textura, y propiedades nutritivas, entre otros. Su
sistemas forestales y agroecosistemas; asimismo, extraordinaria importancia en múltiples procesos
hongos y bacterias antagonistas de los organismos merece una sistematización detallada tanto de la
patógenos que afectan las raíces de plantas (Bas- biodiversidad como de las técnicas de aprovecha-
han et al., 2004; Pedraza et al., 2010). Y los estu- miento y manejo.
dios sobre la relación entre microbios y suelos
revelan su extraordinaria importancia; de hecho,
una de las metas en las investigaciones micro- Los sistemas agrícolas
biológicas asociadas a la producción agrícola es
la sustitución parcial o total del uso de agroquí- La agricultura resulta de dos procesos con histo-
micos con base en el manejo de la diversidad de rias distintas: 1) el manejo de ecosistemas, que po-
microorganismos presentes en los suelos y las dría ser tan antiguo como el uso de las herramien-
plantas (Pedraza et al., 2010). Se ha documentado tas o del fuego para el acomodo deliberado de los
ampliamente que la diversidad de microorganis- elementos y procesos de los sistemas naturales,
mos en el suelo se ve afectada seriamente por el con el fin de facilitar la apropiación de sus compo-
uso excesivo de agroquímicos y, en contraparte, nentes. Estudios arqueológicos han documentado
el favorecimiento de las interacciones entre mi- talas intencionales para favorecer la abundancia
crobios, suelos y plantas permite el desplaza- de especies comestibles para los humanos, o bien
miento de los agroquímicos. Las investigaciones la de plantas forrajeras que facilitaban la cacería,
en esta dirección son sumamente dinámicas y en tiempos tan antiguos, como al menos 50,000
relevantes, y hoy en día existen ya diversas téc- años en Papua, Nueva Guinea (Groube, 1989).
nicas que permiten poner en práctica varias de Asimismo, quemas deliberadas de praderas para
las premisas mencionadas. Su impulso merece un favorecer la abundancia de especies resistentes al
acompañamiento de políticas públicas dirigidas a fuego y favorables a los humanos, y cuya antigüe-
favorecer los mercados de productos manejados dad es de por lo menos 30,000 años. De manera
mediante estas técnicas. similar, diversos grupos humanos utilizaron el
Una faceta en la que los microorganismos se desvío de cauces de agua para irrigar y favorece
integran a la vida cotidiana de los agricultores es especies bajo aprovechamiento humano (Steward,
la de los fermentos. Éstos resultan fundamentales 1938) y otras estrategias pre-agrícolas dirigidas a
en el aprovechamiento de los productos agrícolas, aumentar la disponibilidad de ciertos recursos en
pecuarios y silvícolas y, por lo tanto, se encuen- particular (Casas et al., 1997). Y 2), posteriormen-
tran relacionados directamente con la agrobiodi- te al manejo de ecosistemas, los seres humanos
versidad. Los fermentos son sumamente diversos, originaron procesos de domesticación de organis-
tanto como los sustratos sobre los que actúan, mos; de lobos que llegaron a ser perros, de trigos
los contextos ambientales y las técnicas emplea- y cebadas silvestres que llegaron a convertirse en
das para su preparación (Tamang y Kailaspathy, importantes cereales cultivados que actualmente
2010). Destacan los asociados con el maíz (la chi- sostienen la economía mundial de alimentos. En
cha, el tesgüino), los agaves (pulques y mezcales), Mesoamérica, los teocintles (particularmente Zea
los nopales y cactáceas columnares (los nochoct- mays subsp. parviglumis), frijoles, calabazas y chi-
lis o “clonches”), el cacao y múltiples especies les silvestres llegaron a convertirse en maíz y otros
de frutales (Wacher et al., 2010). Los fermentos elementos característicos del sistema agrícola por
han sido culturalmente muy importantes desde excelencia en la región: la milpa.

104
Agroecología y agrobiodiversidad

La fusión del manejo de ecosistemas y la do- delimitar y proteger predios, pero que son parti-
mesticación dio origen a la agricultura, que en el cularmente ricos en especies vegetales. También
Nuevo Mundo tiene una antigüedad de aproxi- pueden incluir franjas de vegetación dentro de la
madamente 10,000 años. Los primeros sistemas parcela, dispuestas para proteger suelos y agua,
agrícolas pudieron resultar de promover algunas islas de vegetación o pequeños parches con ele-
especies en sitios forestales perturbados (Smith, mentos nativos o bien, árboles aislados. Todo
1967), algunos de ellos primariamente contando este mosaico puede estar incluido dentro de una
con irrigación (la hidro-horticultura de barranca sola parcela, conservando importantes niveles de
y la horticultura asociada a oasis, de acuerdo con diversidad biológica nativa. Eventualmente, los
MacNeish, 1967) y posteriormente con temporal. sistemas agroforestales deberán integrarse a los
Durante miles de años los sistemas agrícolas de programas de conservación de biodiversidad. Al
México se diversificaron extraordinariamente. combinar elementos forestales junto con los do-
De las milpas de riego o temporal más simples mesticados pueden mantener en promedio cerca
derivaron paulatinamente sistemas de terrazas y de 70% de los componentes de especies vegeta-
bordes protegidos por magueyes y árboles, chi- les de los bosques circundantes (Vallejo-Ramos
nampas y camellones que aprovechaban suelos y et al., 2016) y establecer parches de vegetación
humedad lacustre para lograr una muy elevada remanente capaces de constituir corredores y
productividad (González-Jácome, 1993) y, desde continuidades que favorecen la conservación de
luego, una gran diversidad de sistemas de tras- especies asociadas (animales, hongos, microor-
patio, huertos o solares (ekuaro en p’uhrépecha, ganismos). Estos parches son particularmente
calmil en náhuatl o yutu veé en mixteco) cerca- abundantes en recursos comestibles, medicinales,
nos a las viviendas. Todos éstos fueron sistemas leña, construcción y forraje, entre otros (More-
agroforestales que combinaron y combinan en no-Calles et al., 2012). Son áreas frecuentemente
el presente, elementos silvestres y domesticados aprovechadas con fines pastoriles, constituyendo
en los espacios productivos (Casas et al., 1997; expresiones integrales de sistemas agrosilvopas-
Moreno-Calles et al., 2013). Estos sistemas han toriles. Estos sistemas aportan servicios de pro-
tenido marcadas transformaciones asociadas a visión. Además, los parches de vegetación pue-
las tecnologías de la Revolución Verde, las cua- den alojar polinizadores, dispersores de semillas,
les promueven la eliminación de la cobertura fo- herbívoros y depredadores de especies vegetales
restal que históricamente acompañó los sistemas y animales, respectivamente, los cuales pueden
agrícolas y que, en el contexto de tal visión mo- constituir serias plagas. Su presencia favorece la
dernizadora de la agricultura resta posibilidades, retención de suelos y agua y eleva la probabilidad
espacio y productividad a los cultivos intensivos. de que los sistemas agrícolas perduren en el largo
Sin embargo, los sistemas agroforestales poseen plazo. Todos estos servicios de provisión de re-
un conjunto de atributos que les permiten perfi- cursos y de regulación de funciones ecosistémi-
larse como opciones productivas sustentables y cas son de enorme importancia en el presente y
amigables con el ambiente. tienen un gran potencial para planear el futuro.
Los sistemas agroforestales poseen una alta Los sistemas agroforestales son importantes
capacidad de mantener la biodiversidad, espe- escenarios de ensayos y experimentación para
cialmente la diversidad nativa (Casas et al., 1997, manejar los ecosistemas y domesticar especies
2007; Moreno-Calles et al., 2010; Vallejo-Ramos de plantas. En ellos se dejan en pie selectivamen-
et al., 2014, 2015, 2016, 2018; Campos-Salas et al., te especies y fenotipos particularmente útiles,
2016). Entre las prácticas agroforestales estos sis- expresando modalidades distintas de procesos
temas incluyen áreas remanentes de la vegetación de selección artificial. También son los sitios en
contigua, contornos de la parcela que sirven para donde se promueven o protegen, se siembran o

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Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

trasplantan individuos de especies de interés hu- diversidad de especies de comunidades bióticas


mano. Prácticamente todas estas actividades pue- y diversidad de ecosistemas a escala de paisa-
den involucrar procesos selectivos, condiciones je. Su conservación enfrenta importantes pro-
de deriva génica, áreas de restricción o favore- blemas, como veremos a continuación y la ruta
cimiento de flujo génico y manejo específico de para abordarlos involucra investigación sobre la
procesos reproductivos. Los sistemas agrofores- composición y funciones dentro y entre escalas
tales son laboratorios vivientes de procesos de de organización, innovaciones tecnológicas en
domesticación, manejo de ecosistemas y gene- los diferentes componentes y sistemas incluidos,
radores de agrobiodiversidad (Casas et al., 1997, políticas públicas para favorecerlos y mejorar sus
2007, 2017a). aportaciones en los ámbitos de la producción y la
Los sistemas agroforestales son sumamente conservación de biodiversidad.
diversos y dinámicos, de acuerdo con la creati-
vidad de los agricultores y con el conocimiento
acumulado por generaciones. Su composición y El cambio global y la biodiversidad
los ritmos de uso y descanso están marcadamente
influenciados por los contextos biofísicos de las Hoy en día se reconoce como cambio global al
regiones en donde se practican (Moreno-Calles conjunto de alteraciones socio-ecológicas que
et al., 2013, 2016; Vallejo-Ramos et al., 2018). ocurren a escala planetaria y que delinean una
Son, a su vez, parte de matrices paisajísticas que importante crisis ambiental de grandes propor-
conforman los territorios comunitarios. Tales ciones. Barnoski et al. (2011) estiman que en el
matrices incluyen áreas forestales, agroforestales, periodo de gestación de la industrialización del
asentamientos humanos con sistemas agrofores- mundo, entre 1700 y 1900, aproximadamente
tales propios (huertos y solares) y, en su conjunto, 10% de la superficie de los ecosistemas terrestres
conforman unidades capaces de mantener altos tuvieron cambios severos; sin embargo, solo entre
porcentajes de biodiversidad nativa, así como 1950 y 2011 el aumento de la superficie severa-
elementos introducidos de otras áreas de una re- mente alterada pasó de 13% a cerca de 40% (el
gión, de otras regiones de México, o bien de otras triple de daño en menos de un tercio de tiempo).
áreas del mundo. Por su composición y sus fun- Estos datos ilustran la dramática aceleración de
ciones, los sistemas agroforestales han sido con- los cambios, los cuales coinciden con el periodo
siderados unidades de gran importancia para de expansión industrial, incluyendo la agroindus-
conciliar las metas de producción, conservación trial, el reordenamiento económico, la expansión
de biodiversidad y mantenimiento de servicios urbana, surgidos todos de la planeación econó-
ecosistémicos. La extraordinaria diversidad de mica posterior a la 2ª Guerra Mundial, así como
sistemas agroforestales que existe en el país y sus del crecimiento poblacional que también se acele-
virtudes para la producción y la conservación de ró a partir de ese periodo. Uno de los cambios que
recursos y servicios de regulación merecen un más ha llamado la atención pública es el climá-
impulso desde las políticas públicas para su fo- tico, asociado con el aumento de la temperatura
mento, mejoramiento y recuperación en algunas promedio global de la superficie terrestre como
áreas de México. consecuencia de la emisión de gases de efecto in-
Resumiendo, la agrobiodiversidad integra una vernadero.
alta heterogeneidad de componentes y funciones Numerosos estudios han identificado los de-
asociados a los sistemas agrícolas, pecuarios y talles de sus causas y consecuencias y el reto que
forestales y entrelazados en las funciones de pro- está significando para las políticas públicas, la
ducción primaria en los sectores rurales. Incluye innovación tecnológica y las acciones de las na-
diversidad genética de poblaciones de especies, ciones en todo el mundo. No obstante, la resis-

106
Agroecología y agrobiodiversidad

tencia a hacer reducciones más significativas de la eliminación de cobertura vegetal, que, para
emisiones por parte de los países industrializados quienes manejan los sistemas intensivos, signifi-
es un obstáculo que deberá contemplarse en toda ca restar área a los cultivos y entorpecer el uso
agenda de política ambiental. de maquinaria (Green et al., 2005; Phalan et al.,
La pérdida de cobertura vegetal y el aumento 2011). Los paisajes heterogéneos de la agricultu-
en las tasas de extinción de especies, así como la ra tradicional se sustituyen entonces por grandes
extirpación de poblaciones como consecuencia extensiones de terrenos altamente homogéneos,
del cambio en el uso del suelo son todos indicado- con riego, monocultivos mejorados (diseñados
res importantes de la alarmante pérdida de biodi- para elevar rendimientos, pero pobres en otros
versidad (Foley et al., 2005; DeClerck et al., 2010). atributos de valor cultural y resiliencia ecológica),
Y este proceso se refleja de forma particularmente el uso de maquinaria e insumos químicos. Estos
acelerada en la agrobiodiversidad. Desde los años modelos no solamente eliminan los servicios que
30 del siglo pasado Harlan y Martini (1936) nota- hemos referido en relación con los parches de
ron que algunas de las variedades nativas de maíz vegetación, sino que favorecen procesos erosivos
en los Estados Unidos habían sido desplazadas de los suelos, y en muchas áreas su salinización.
por algunas de las primeras variedades híbridas Este modelo de producción agrícola, junto con el
de uso comercial (Brush, 2004). Este proceso se de ganadería extensiva, ha sido el responsable de
desarrolló paulatinamente en todo el mundo en la transformación de las mayores extensiones de
las décadas subsecuentes y se agudizó tanto con el áreas con cobertura forestal en áreas sin cober-
maíz como con los principales cultivos del mun- tura vegetal, destrucción de hábitat y pérdida de
do, sobre todo con el impulso de la Revolución biodiversidad en general (Millennium Ecosystem
Verde (Casas y Velásquez-Milla, 2016). El proce- Assessment, 2005). A estos procesos debe sumarse
so de erosión genética a este nivel (pérdida de va- el alarmante ascenso de la expansión de la mine-
riedades locales) es complejo y su análisis detalla- ría a cielo abierto, cuya tecnología destruye gran-
do escapa a las posibilidades de este espacio. Sin des extensiones de terreno de manera irreversible.
embargo, es pertinente decir que en éste se com- El uso de los pesticidas (insecticidas y herbici-
binan las políticas de expansión de los modelos das) ligado al modelo de producción intensiva es
agrícolas intensivos hegemónicos, cuyo resultado uno de los factores que más severo impacto han
es la simplificación de la diversidad manejada en ocasionado sobre las poblaciones de insectos en
los cultivos; en contraparte, frecuentemente se general, entre ellos polinizadores y herbívoros
manifiestan procesos de resistencia cultural (diri- cuya acción es de enorme importancia para la sa-
gidos a mantener redes de intercambios de semi- lud de los agroecosistemas. Hoy en día existe una
llas, estrategias de conservación de variedades en alarma encendida en relación con los polinizado-
relación con su uso, entre múltiples procesos), los res, que ha sido denominada “crisis de poliniza-
cuales atenúan la velocidad con la que ocurre el dores” y que implica la desaparición de poblacio-
desplazamiento de las variedades locales, nativas nes y extinción de numerosas especies de insectos
o criollas. Estos procesos se deben a que las va- que intervienen en este proceso, de manera des-
riedades mejoradas no necesariamente llenan el tacada especies de abejas (Ashworth et al., 2009).
conjunto de atributos culturales, ecológicos y tec- El uso de agroquímicos con compuestos orga-
nológicos involucrados en la producción agrícola, nofosforados tiene un efecto altamente nocivo
sobre todo en los contextos campesinos tradicio- en los ecosistemas (Badii y Varela, 2008). Estos
nales (Casas y Velásquez-Milla, 2016). compuestos pueden difundirse desde la parcela
La pérdida de agrobiodiversidad involucra a los sistemas hidrológicos que constituyen las
también la sustitución de los policultivos o culti- cuencas en donde se encuentran tales parcelas,
vos multi-específicos por monocultivos, así como y con ello aumentan altamente el ámbito de su

107
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

capacidad destructiva. Especialmente vulnerables dos a la tecnología de organismos genéticamen-


a los efectos de estos compuestos tóxicos son las te modificados, como por ejemplo el glifosfato,
poblaciones de peces y anfibios y, desde luego, han sido ampliamente diagnosticados en todo el
los seres humanos (Palacios, 2003). La regula- mundo. Su uso a gran escala sin duda ocasionaría
ción y prohibición de estos elementos tóxicos se grandes daños a los remanentes de los ecosiste-
ha impulsado desde hace décadas en países de- mas planetarios sumando a los que ya se generan
sarrollados, mientras que países como el nuestro debido al uso de la tecnología de la Revolución
continúan utilizando tales tecnología nocivas Verde. Ello, sin considerar otros riesgos asociados
para el ambiente y la salud. Una estricta regula- a la transferencia de transgenes a los organismos
ción que limite y elimine el uso de estos compues- silvestres emparentados con los cultivos y los
tos es una prioridad para la conservación de la asociados a la salud humana. El uso de organis-
biodiversidad. mos genéticamente modificados no solamente
El cambio global involucra además transfor- ha fallado en la fantasía de productividad y otros
maciones en ciclos biogeoquímicos fundamen- atributos tratando de reparar los defectos de las
tales. La Revolución Verde se basó en el uso de semillas mejoradas por la Revolución Verde (con-
insumos químicos, principalmente fertilizantes trol de herbivoría mediante los genes Bt o la to-
y pesticidas. Los primeros han sido utilizados lerancia a herbicidas, entre las más importantes),
masivamente y afectado seriamente los ciclos de sino que ha agudizado procesos de dependencia
nitrógeno y fósforo y su consecuencia ha sido la de la tecnología y los fenómenos asociados a la
eutroficación de grandes extensiones de ríos, adquisición de recursos monetarios en el ámbito
lagos y estuarios y los drásticos cambios de estado rural. Es una tecnología de riesgo socio-ecológico
de los ecosistemas y su diversidad biológica. y debe ser restringida con políticas estrictas. Toda
La tecnología de la Revolución Verde ha basa- política pública a favor de proteger la agrobiodi-
do sus logros en la productividad con base en el versidad debe prohibir el uso de esta tecnología,
uso de grandes cantidades de agua. Entre 1964 y especialmente en países que, como México, son
el presente, la superficie agrícola con riego a nivel centro de origen de la domesticación, en don-
mundial prácticamente se duplicó (fao, 2004). de los cultivos interactúan genéticamente con
El carácter insostenible de tal tecnología no sola- sus parientes silvestres y en donde el escape de
mente se refleja en el azolve de presas y canales, transgenes a los ecosistemas tiene una vía direc-
cuyo mantenimiento es caro y frecuentemente ta. Debe prohibirse el uso de insumos químicos
implica su abandono, sino en el incremento de altamente tóxicos como los glifosfatos asociados
contaminación severa de los cuerpos de agua, lo a esta tecnología, los cuales resultan altamente
que determina peligrosos niveles de contamina- tóxicos y dan al traste con la agrobiodiversidad
ción de alimentos. acompañante de los cultivos que son cultural y
Todos estos elementos conducen a la conclu- nutricionalmente importantes.
sión de que los patrones tecnológicos asociados a
la Revolución Verde no solamente han ocasiona-
do severos daños a los ecosistemas y que conti- La pérdida de la agrobiodiversidad y sus
nuar en esa línea de intervenciones será inviable impactos sociales
en el corto plazo. No solo en México, sino a esca-
la planetaria es el momento de efectuar un serio La pérdida de agrobiodiversidad no solamente
replanteamiento de las pautas de innovación que afecta a los ecosistemas, impacta también severa-
se mantienen en la misma línea de pensamiento mente a la sociedad, la economía y la cultura. A
(Altieri y Toledo, 2011). Por el contrario, los da- nivel de la diversidad de cultivos, por ejemplo, los
ños severos que ocasionan los elementos asocia- procesos de erosión genética tienen como resul-

108
Agroecología y agrobiodiversidad

tante neta la pérdida de variedades que tradicio- la erosión de suelos descubiertos. Merma tam-
nalmente desempeñan alguna función cultural, bién el beneficio de otros servicios ecosistémicos
adaptativa al entorno o las tecnologías locales. como los señalados arriba, de manera sobresa-
Así por ejemplo, las diferentes variedades locales liente los de provisión de recursos, pero también
de maíz que maneja un agricultor, puede conferir los asociados con la retención de suelos y agua, y
atributos específicos para la calidad de tortillas, los que les confieren la capacidad de albergar flora
pozole, atoles, tamales y diferentes alimentos para y fauna benéfica desde el punto de vista funcional
la vida cotidiana y las fiestas (Casas et al., 1996; (proveedores de semillas y otros propágulos para
Casas y Velásquez-Milla, 2016; Orozco-Ramírez la regeneración de bosques, albergue de poliniza-
et al., 2017). Asimismo, algunas variedades son dores y herbívoros, entre otros; véase Chazdon,
de ciclo de vida corto y pueden proveer de gra- 2003). La pérdida de cobertura vegetal a escala
no a las familias en momentos en los que los al- de paisaje tiene efectos en extensiones espaciales
macenes de los ciclos previos ya se han agotado; amplias que rebasan las áreas de las fronteras de
otras variedades son diferencialmente resistentes los sistemas productivos. Como hemos apuntado
a las heladas, a las sequías, al exceso de hume- anteriormente, la formación de parches con re-
dad, a ciertas plagas, entre otros factores ambien- lativo aislamiento afecta el movimiento de orga-
tales; otras más pueden adaptarse a los regímenes nismos y/o propágulos y/o gametos, y con ello el
de cultivo de roza, tumba y quema, mientras que flujo de genes (Vandermeer y Perfecto. 2007), fa-
otros responden más adecuadamente a los ciclos voreciendo la endogamia y la deriva génica. Tam-
continuos de riego o incluso a inundaciones pe- bién afectan a intervalos temporales prolongados.
riódicas (como por ejemplo, el caso del sistema Así, la sobreexposición de suelos a los agentes
de marceño en Tabasco, documentado por Oroz- erosivos retarda significativamente los procesos
co-Segovia y Gliessman, 1979); algunos respon- de recuperación de las áreas forestales o incluso
den con buena producción mediante el uso de in- su reutilización como sistemas productivos.
sumos orgánicos, mientras que otros responden a Un hecho que destaca a escala global y que
los insumos químicos después de varias genera- afecta en particular a los países en desarrollo,
ciones de selección artificial que así los favorece. como el nuestro, es que no obstante que las metas
Y estos patrones que pueden verse con claridad de los modelos productivistas agroindustriales
en cultivos como el maíz, se encuentran presentes han sido rebasadas y existen más alimentos que
en otros cultivos anuales como lo frijoles, los chi- los necesarios para satisfacer las necesidades de
les, las calabazas, así como cultivo de ciclo de vida la población, un amplio sector de la población
largo, como el cacao y árboles frutales. tiene acceso limitado a éstos. México no es la ex-
A escala de los sistemas agrícolas, la pérdida cepción en esta tendencia; así, por ejemplo, entre
de policultivos, las asociaciones con plantas ar- 1961y 2016, la producción total de cereales pasó
venses benéficas como muchas especies de que- de 8 a 11 millones de hectáreas, respectivamente,
lites y plantas forrajeras, merman la capacidad siguiendo una trayectoria lineal ascendente. En
directa de los sistemas para proveer recursos, cambio, la producción pasó de cerca de 12 millo-
así como aspectos funcionales relacionados con nes de toneladas a cerca de 25 millones, respecti-
el enriquecimiento de suelos, retención de agua, vamente; en contraste, la provisión de alimentos
amortiguamiento de agentes erosivos, entre otros cayó de un máximo de 42 kcal per capita por día
aspectos (Tscharntke et al., 2011; Nair, 2011). A en 2003 a 19 kcal per capita por día (faostats,
escala de paisaje, la pérdida de cobertura vegetal 2017). En el país, alrededor del 45% de la pobla-
en las parcelas no solo merma la capacidad de re- ción vive en condiciones de pobreza y más del
cuperación de las áreas forestales en los sistemas 10% en condiciones de pobreza extrema; de los
de uso temporal, en esos casos también favorece distintos indicadores de pobreza, el de carencias

109
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

por acceso a la alimentación es de aproximada- existe una deforestación por tala ilegal que afecta
mente 25% (Ortiz-Galindo y Ríos-Bolívar, 2013). a los ecosistemas. Las concesiones a las compa-
En otras palabras, nuestro país padece serios pro- ñías mineras cubren grandes extensiones, mu-
blemas de hambre y de falta de seguridad alimen- chas de las cuales se encuentran ya en operación y
taria. Este último aspecto, de acuerdo con la fao, numerosos proyectos invaden las áreas naturales
no solamente involucra la disponibilidad de ali- protegidas. De esta actividad productiva se espe-
mentos y capacidad de acceso a éstos, sino tam- ran cambios irreversibles que amenazan la vida de
bién el acceso a servicios básicos como la salud, las generaciones presentes y futuras de mexicanos
el agua, el empleo, entre otros. En México existen (Orozco, 2010). Una política pública que frene la
serios problemas en la producción de alimentos. voracidad de las compañías mineras en aras de
El principal alimento de los mexicanos, el maíz, mantener y recuperar áreas naturales fundamen-
del cual México es centro de origen, domestica- tales requiere políticas públicas enérgicas, de otra
ción y diversificación, se importa de los Estados manera, el patrimonio natural de los mexicanos
Unidos para satisfacer los requerimientos básicos. estará sosteniendo mezquinos intereses privados.
Grandes extensiones de la superficie agrícola del Desde el impulso de la Revolución Verde, las
país tienen un destino distinto a la producción de instituciones gubernamentales actuaron en con-
maíz, la cual es mayormente llevada a cabo en las cierto para implementar el programa mediante
zonas campesinas. Junto a los problemas técni- políticas públicas y la creación de instituciones
cos enumerados arriba, debemos señalar defi- ad hoc. Las redes de abasto de insumos químicos
ciencias en la planeación de las prioridades na- y semillas mejoradas, así como los sistemas de
cionales para la producción y los rezagos en la créditos financieros operaron a distintas escalas y
atención de las necesidades fundamentales. Polí- aún hoy en día la inercia de esa política se encuen-
ticas públicas para lograr la seguridad y la sobe- tra vigente. En numerosas comunidades y regio-
ranía alimentaria son una necesidad de alta prio- nes campesinas, la operación de estos programas
ridad que ha sido soslayada por los gobiernos que significó el aumento en procesos de migración
han privilegiado las ganancias con respecto a las temporal, con el fin de obtener recursos mone-
necesidades del país desde hace décadas. tarios para hacer frente a los pagos de créditos
No solo la producción agrícola adolece de (Casas et al., 1994). Estos procesos migratorios
una planeación inadecuada, problemas similares han sido masivos desde hace décadas y pueden
se aprecian en otros sectores. El sector pecuario observarse en la actualidad. No solamente afec-
ocupa cerca del 60% de la superficie total del país taron la vida comunitaria, rompiendo sus estruc-
y ocupa el 7º lugar en la producción de proteína turas de funcionamiento tradicional, costumbres,
animal del mundo (Sagarpa, 2016), y sin embar- prácticas de reciprocidad, destrucción de culturas
go México es importador de productos cárnicos. entre numerosos aspectos sociales, sino que tam-
El sector forestal sufre de condiciones similares, bién favorecieron la inserción del narcotráfico en
siendo México en el año 2000 el número 8 de los nuevas áreas (Guerrero, Oaxaca, Morelos) con
países con más bosques, sin embargo su balanza respecto a las ya históricas promovidas durante la
comercial en la producción de madera es nega- Segunda Guerra Mundial (Sinaloa, Sonora, Chi-
tiva. Se importa alrededor del 87% de produc- huahua). La migración temporal de ejidatarios y
tos maderables, dejando 13% para exportación comuneros guerrerenses y oaxaqueños hacia las
y manteniendo 30.6% de la producción dentro zonas agroindustriales de Sinaloa, Baja Califor-
de un comercio nacional (Conafor, 2013). Para nia y los Estados Unidos, ilustran el rumbo y la
el 2014 el aprovechamiento forestal contribuyó dimensión que adquirió este fenómeno que hoy
con 18,369 millones de pesos (aproximadamente en día representa niveles de violencia sin pre-
un 0.11% del pib, Inegi, 2015); al mismo tiempo, cedentes en el país. Hay signos de descomposi-

110
Agroecología y agrobiodiversidad

ción social sumamente alarmantes que tuvieron que son los más numerosas. Como resultado de
su origen en el proceso de modernización de la miles de años de experiencia, las culturas origi-
agricultura y en la obsesión por el aumento de narias del país saben acerca de sus propiedades,
la producción y ganancias agrícolas que, no obs- atributos y estrategias de aprovechamiento. Plan-
tante, no lograron su objetivo. El costo fue dema- tearse un inventario de las prácticas de manejo
siado alto y la lección debe ser aprendida. de plantas, animales, hongos y microorganis-
mos debe convertirse en una prioridad nacional.
Es decir, de la misma manera que se han inver-
Políticas públicas y acciones para el manejo tido esfuerzos en sistematizar información sobre
de la agrobiodiversidad biodiversidad, será un importante reto para las
instituciones de investigación y la Conabio siste-
Aunque a lo largo del texto se han señalado algu- matizar y especializar la tecnología para su ma-
nos rubros sobre políticas públicas que el país re- nejo; es decir, la agrobiodiversidad y su manejo.
quiere para atender la conservación, recuperación Este esfuerzo aportaría criterios concretos para
y aprovechamiento sustentable de la agrobiodi- desarrollar estrategias de manejo sustentable y
versidad, en este último apartado puntualizamos acortar tiempos para el logro de esa meta.
algunos aspectos que consideramos centrales. Las Es pertinente advertir que tal esfuerzo re-
instituciones educativas y de investigación, así quiere una cuidadosa revisión de los derechos
como aquellos esfuerzos intersecretariales como de propiedad intelectual, de propiedad sobre los
la Conabio deben centrar una especial atención recursos y las medidas de protección pertinentes
en documentar, sistematizar y usar la informa- contra la biopiratería y el saqueo del patrimonio
ción inventariada de los recursos, su ubicación biocultural del país. Las industrias y corpora-
espacial, su contexto ecológico y cultural, así ciones monopólicas trasnacionales están ávidas
como información sobre experiencias de manejo de información sobre estos recursos y han en-
para la planeación y el uso de las prácticas de los contrado en las investigaciones etnobiológicas y
pueblos mexicanos en el conocimiento y manejo ecológicas fuentes primarias de información. Se
de la agrobiodiversidad. La Conabio fue original- requiere que la academia y las instituciones pú-
mente concebida como una institución dirigida a blicas como la Conabio regulen el acceso a la in-
sistematizar información sobre el conocimiento y formación y establezcan criterios compensatorios
uso de la biodiversidad. Después de 25 años de a los derechos de propiedad intelectual. Orientar
trabajo ha dado pasos agigantados en el inventa- la investigación científica como mecanismo de
rio de especies, su distribución geográfica e in- protección de derechos de propiedad intelectual
formación ecológica de gran importancia para la de los pueblos de México es una tarea de la más
conservación. Hoy en día posee bases de datos y alta prioridad.
sistemas de información de la mayor importancia Las políticas para promover los modelos tec-
a nivel mundial. Sin embargo, la sistematización nológicos deben replantearse, asimilando la vasta
sobre el uso de la biodiversidad y sobre todo de la literatura crítica no solo en el ámbito tecnológi-
agrobiodiversidad está aún muy limitado, y más co sino también en lo social y en lo político. Su
aún la sistematización de las experiencias sobre el implementación no solo no ha resuelto los pro-
manejo de esa biodiversidad. Comienzan a reali- blemas, sino que los ha agudizado. El deterioro
zarse esfuerzos para sistematizar la información severo de los ecosistemas en grandes extensio-
sobre las principales plantas domesticadas, y es nes, la desarticulación comunitaria, los procesos
necesario apuntar que igualmente importante migratorios, la pobreza y desigualdad creciente,
será dirigir esfuerzos hacia el universo de plan- y la importación de alimentos son expresiones
tas y animales semi-domesticadas y silvestres, de la gran falla de ese sistema. Esta falla de ca-

111
Crisis ambiental en México. Ruta para el cambio

rácter estructural pone en entredicho las nuevas rrollado. Frente a la simplificación de los modelos
tecnologías (entre ellas el uso de organismos ge- productivistas hegemónicos, la mirada debe diri-
néticamente modificados) que aspiran a dar con- girse hacia la diversidad de recursos ecosistemas
tinuidad al modelo fallido, involucrando nuevos y agroecosistemas moldeados por las también di-
riegos para los ecosistemas y las sociedades. Una versas culturas de México.
mayor apuesta a fortalecer los sistemas agroeco-
lógicos es indispensable para frenar y comenzar a
resarcir el daño de los modelos fallidos. La inves- Referencias
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ha estado presente, pero de forma marginal en las culcyt, (cuaderno 28).
políticas de conservación y debe vigorizarse. Barnosky, A. D., N. Matzke, S. Tomiya, G. O. U. Wo-
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los recursos bióticos debe acompañarse con un Guire, E. L. Lindsey, K. C. Maguire, B. Mersey y E.
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