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LLAMADOS A CUMPLIR LA COMISIÓN DE CRISTO

Mr 16: 14-20

Introducción. El Señor Jesucristo ascendió a los cielos como el gran vencedor,


millones de millones de ángeles le reciben dando gloria y alabanza al Cordero
victorioso. El Padre le recibe y le sienta a su diestra dándole un Nombre, que es sobre
todo nombre tanto en los cielos como en la tierra, y nos deja la comisión de predicar su
evangelio a todo el mundo. ¿Por qué debemos hacerlo, cómo cumplir esta encomienda?

1. La gran comisión: “Id y predicad el evangelio a toda criatura”. El Señor Jesús


venció el poder del pecado, venció a la muerte y a aquel que tenia el imperio de
la muerte (Col 3:13; Jn 2: 19-21; Col 2:14; Heb 2:14) ¡Que gran victoria
obtuvo nuestro amado Redentor! Pues esa gran victoria, nos llama a
proclamarla, pues son buenas noticias para toda la humanidad (Mr 16: 15-16).
Si para nuestro Dios es importante, para nosotros también lo es. Debemos
entender la Palabra cuando dice: “¿Cómo oirán sin haber quien les predique?”
(Rom 10.14). Los ángeles no serán usados, sino los que hemos sido redimidos.

2. “Todo potestad me es dada en el cielo y en la tierra por tanto id…” No


predicamos el evangelio en nuestra propia autoridad, sino somos enviados bajo
la autoridad de Aquel que le fue dada autoridad tanto en el cielo como en la
tierra (Mt 28:18; Mr 16:19). El Señor nos ha constituido en embajadores del
reino de los cielos aquí en la tierra (2Cor 5:18-20) Tenemos toda Su autoridad
para predicar las buenas nuevas a toda criatura. Meditemos y entendamos, así
como el Padre envió al Hijo, el Hijo nos envía a nosotros (Jn 17:18)

3. “Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo…”
Nos fue otorgada autoridad y también poder de lo alto para predicar el
evangelio. Es similar al policía que recibe su uniforme y su placa para tener
autoridad pero, también se le proporciona una pistola para ejercer esa
autoridad. El poder radica en el Santo Espíritu de Dios que mora en nosotros
(Hch 1: 8; Jn14:17). Ese poder que Dios nos ha otorgado lo utilizamos en el
NOMBRE de nuestro Señor Jesucristo (Fil. 2: 5-11).

4. “Y estas señales seguirán a los que creen, en mi nombre…” El Señor nuestro


Dios determino que hay determinadas señales que siguen a la predicación del
evangelio. No es que sea algo nuevo, el Señor Jesús lo hizo en su ministerio
terrenal y nos llama a que nosotros también lo hagamos (Jn 14:12; Mr 16:17-
18). Estas son las señales

 Echar fuera demonios (Col 2:14; Hch 10:38)


 Hablaran nuevas lenguas (Icor 14:2,15)
 Tomarán en las manos serpientes (autoridad sobre demonios) Lc 10:19-
20; Mt 10:8; Sal 91;13)
 Pondrán sus manos en los enfermos para sanarlos (Lc 4:40; Hch 28:8)

Conclusión: Es un intenso llamado de Dios para su Iglesia el predicar el evangelio. Por


lo tanto la Iglesia se levanta con mayor intensidad en cumplir la gran comisión con la
autoridad y poder que nos ha sido delegada. “El que en mí cree, las obras que yo hago
él las hará también...”

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