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El café mas largo de la historia.

Se me ha dicho que los primeros pasos que da una persona, los da acompañada
de sus padres. Yo no recuerdo a mis padres. Recuerdo un haz de luz por el que
yo caía hacia el vacío; y ahora corro y jadeo sosteniendo el diario de una niña
pequeña.

La portada de pasta dura golpea contra la contraportada con el ritmo de mis


pasos. Lo jodi todo. Uno no nace conociendo las reglas de continuo espacio-
tiempo y antes de aprender sobre la marcha habré dejado una o dos cagadas
por ahí. Para aquellos que no están sujetos a una línea de tiempo fija, como
supongo serás tú, aquellas diferencias son disculpadas por ellos mismos como
fallos de memoria. Perder un objeto que hace dos minutos estaba en tu mano,
que un evento haya cambiado de fecha de la nada o que una persona cambie
de facciones. El alcance de alteración de aquellos que poseen estas habilidades
depende del aburrimiento del portador. Y en teoría, a estas alturas, a partir de
estas pequeñas alteraciones habrían terminado por destruir, cuando menos
nuestra realidad; pero el tiempo tiene su propia forma de arreglarse.

En términos simples, se le puede comparar al efecto de una roca en un rio. El


impacto creara distorsiones, y las distorsiones crearan mas distorsiones, pero
siempre, el rio se restaurará a su forma original. Aparentemente, el instinto de
preservación va mas allá de los seres vivos.

Pero volviendo a los recuerdos, yo prefiero verlos como emociones. Es por eso
que termine en ese café. El sitio donde descubrí por vez primera mis poderes y
el hogar del peor café mocaccino que he probado. Y, por mi romanticismo, el
café mas caro de la historia.

Solo puedo decir que uno siempre olvida donde y cuando ha estado. Me refiero,
si te preguntara a que hora fuiste al supermercado, dudo bastante que me dirías
la respuesta correcta. Supongo que un viajero del tiempo tendría que cargar una
agenda, eso te lo concedo. En cuestiones de probabilidades, es de hecho
imposible que uno se encuentre con uno mismo y, en cuestiones de mis
probabilidades, es casi imposible. Aun así, paso.
A una versión de mi mismo, evidentemente menor, se le habría olvidado su
estúpida chaqueta en aquel café. Esa chaqueta horrible que use hasta el
cansancio y que tire hace dos años. Veras, tu, persona que ha encontrado esto,
preciso que sepas que yo NO recuerdo haberme encontrado conmigo mismo
nunca. Es decir, este maldito encuentro a alterado mi pasado y creado una
vertiente de mi que crecerá y estará condenado a vivir una y otra vez ese
encuentro y, si aun hace falta que lo aclare, no soy yo.

Lo mire, con extrañes, el me miro y supe que me reconoció, supe que sabia que
yo era el, el era yo.

Mi actual existencia ha sido alterada y no se que me pasara. He salido corriendo


y me he tropezado con una madre y su hija camino a la escuela. No se que pasa
ahora. El tiempo tiene su propia manera de arreglar las cosas. Ese candado del
diario de la niña ha sido fácil de romper. Necesito que el diario sea de alguien
mas, no de mi, porque no se cuanto tiempo seguiré aquí.

María Guadalupe González Flores

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