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GRANITOS TIPO “A” Y ROCAS ASOCIADAS

Evolución de un concepto, problemas y prospectos

Aunque los granitos de tipo A han sido reconocidos por mucho tiempo como un grupo distinto de
granitos, el término tipo A fue acuñado por primera vez hace menos de treinta años. Las series
tipo A ocurren en contextos geodinámicos que van desde la configuración dentro de la placa hasta
los límites de la placa, las ubicaciones y los tiempos de emplazamiento no son aleatorios. Raras en
la corteza inferior, como algunas series de charnockita (granito con ortopiroxeno, usualmente
hiperstena – facie metamórfica Granulita), son bastante comunes a profundidades más bajas,
especialmente en el nivel subvolcánico donde forman complejos de anillos que enraízan los
volcanes de la caldera. Los rasgos característicos incluyen texturas de hipersolvus a transsolvus a
subsolvus de feldespato alcalino, mineralogía máfica rica en hierro, concentrados enriquecidos en
Fe, afinidades alcalino-cálcicas a alcalinas, alta abundancia de LILE + HFSE (elementos litófilos de
radio iónico grande y elementos de alto potencial iónico) y anomalías pronunciadas debido a altos
grados de fraccionamiento mineral. Los rasgos isotópicas evidencian fuentes que contienen una
entrada grande al manto. Los datos experimentales muestran que los magmas de tipo A contienen
fluidos de OH-F disueltos, cristalizados bajo condiciones reducidas y oxidadas, y producen líquido a
alta temperatura, favoreciendo la cristalización temprana de minerales de hierro anhidro, como la
fayalita. Aunque muchos modelos petrogenéticos implican únicamente la derivación de la corteza,
no se produjeron experimentalmente líquidos convincentes de tipo A a partir de materiales de la
corteza, ni se han detectado leucosomas*   de la composición de tipo A dentro de terranes
migmatíticos. Como ocurre en asociación con las rocas ígneas máficas en los continentes, así como
en el fondo del océano, es probable que el granito de tipo A provenga de la transición derivada del
manto máfico alcalino a los magmas intermedios. Los materiales félsicos raros encontrados en el
registro meteórico y lunar producen características predominantemente de tipo A. Al contrario de
los tipos más comunes de granito, el granito de tipo A, por lo tanto, no es típico de la Tierra y se
produjo en entornos planetarios que difieren de los que prevalecen en la Tierra.

* En las migmatitas normalmente se observan bandas oscuras y otras más claras. Las más oscuras
(melanosoma) es la que contiene los minerales más oscuros como anfiboles o la biotita. La más
clara (leucosoma) es la que proviene del material que ha cristalizado fruto de la fusión parcial

INTRODUCCION:

Granitoides son extensivamente estudiados por las siguientes razones: (I) Son las rocas más
abundantes en la corteza continental superior de la Tierra, (II) Como otras rocas ígneas,
representan sondeos de los interiores del planetario profundo, y (III) están estrechamente
conectados con la tectónica y geodinámica. Incluso ahora, la proporción de granitoide y rocas
volcánicas asociadas presentes en la Tierra es bajo, cerca de 0.001 de el volumen de la Tierra
(Clarke, 1996). Es una pequeña proporción que le corresponde. Sin embargo una proporción tan
pequeña corresponde a una masa total de por lo menos 10 22 Kg y un volumen cerca de 3.74x10 9
km³ (Bonin et al., 2002). Aproximadamente el 86 vol. % de la corteza continental superior es de
composición granítica (Wedepohl, 1991). El granito se produce también, aunque en menor
cantidad, dentro de la corteza continental inferior, corteza oceánica, manto superior y meteoritos
(Bonin et al., 2002; Bonin and Bébien, 2005).

La sabiduría convencional afirma que el granito y la corteza continental de la Tierra están


estrechamente conectados, como lo ilustra White (1979), quien citó: “La composición química de
los granitos excluye la posibilidad de una derivación directa del manto. Esto es consistente con la
distribución del granito. Los granitos son rocas de la corteza continental y márgenes”. El hecho de
que los granitos se producen en áreas oceánicas se ha pasado por alto en gran medida. Por
ejemplo, Leake inicio una discusión sobre el origen de los magmas de granito afirmando: "Me
resulta difícil por qué los cuerpos graníticos parecen estar totalmente ausente de la corteza
oceánica si el magma granítico se deriva comúnmente del manto. No solo se desconocen los
granitos oceánicos, también la evidencia geofísica no admite la existencia de batolitos enterrados
en la corteza oceánica”. (Leake et al., 1980, página 93). Esa afirmación no es cierta, ya que los
granitos de tipo A han sido reconocidos en grupos ígneos continentales y oceánicos.

Crisp (1984) evaluó un ratio actual de salida intracontinental de magmas volcánicos en 0.03 – 0.10
km³/año y de magma plutónico en 0.1-1.5 km³/año, que correspondiente al 1.0 -2.5 % del 26-
34Km³/año ratio global del emplazamiento de magma. Los aportes de magmas de islas oceánicas
son más altos, 0.3 – 0.4 km³/año de magmas volcánicos y 1.5-2 km³/año de magmas plutónicos.
Pearce (1987) desarrolló un Sistema Experto para la Caracterización de los Tipos de Roca
(ESCORT), en la cual la evidencia a priori fue calculada por la estimación del volumen de lavas
erupcionadas en cada ambiente desde el Paleozoico (la evidencia precámbrica no es considerada),
multiplicando cada valor por la probabilidad de una lava desde el ambiente siendo preservado en
el registro geológico. Pearce reconoció que estos valores son claramente solo aproximaciones.
Formaciones ígneas intracontinentales, emplazadas en post-colisión y ajustes dentro de las
configuraciones de la placa, asciende al 52% del volumen total de la corteza continental,
formaciones de arco magmático hasta el 41%, la corteza oceánica preservada como macizos de
ofiolita hasta 5%, y formaciones de islas oceánicas hasta 2%. Las suites ígneas de tipo A
constituirían un componente importante de la corteza, con aproximadamente 30% de rocas
básicas, 18% de rocas intermedias y 6% de granitos y sienitas. En los terranes continentales
precámbricos, la mayoría de las rocas ígneas de tipo A, referidas como anorogénico o cratónico
(Lameyre et al., 1974), fueron preservadas de la erosión y la destrucción tectónica, lo que implica
que las estimaciones de Pearce son probablemente subestimadas.

Las definiciones propuestas hasta ahora para el término tipo A y su historia será discutida.
Problemas concernientes a fuentes, tendencias evolutivas, y varios modos de emplazamientos
serán revisados y las respuestas provisionales serán sugeridas. Se enfatizará que algunas de las
pocas muestras graníticas, recuperadas de otros planetas terrestres, tienen afinidad con los
granitoides tipo-A de la Tierra. Será explorada la posibilidad de que los granitos tipo A, aunque
menos frecuentes en la Tierra que los otros tipos de granitoides, puedan ser más abundantes de lo
esperado dentro del Sistema Solar Interno.

Durante los años 70, Chappell y White (1974, 1992) desarrollaron un esquema internamente
consistente, en el que todos los granitos son emitidos de la fusión parcial de las formaciones
corticales. La "sopa de letras del alfabeto genético", denominado S-I-A-M (por ejemplo, Clarke,
1992, páginas 13 y 215), o S-I-M-A (por ejemplo, Sial et al., 1987, página 20), estaba de moda
durante las últimas décadas del siglo XX. En la reunión anual del GSA celebrada en San Diego en
noviembre de 1979, White ofreció un resumen del esquema del alfabeto genético, con cuatro
tipos diferentes por sus composiciones y rocas de origen (Tabla 1). Además de los tipos-S y tipo-I
ya definidos (Chappell y White, 1974), introdujo el tipo-M, el cual se infiere que se forma por la
fusión parcial de la corteza oceánica subducida.

Tabla 1. La clasificación alfabética de los tipos de granito, según White.

1. Los tipos S e I son los tipos de granito definidos más antiguos (Chappell y White, 1974).

2. El tipo M es similar a los arcaicos TTG y las adakitas modernas (para una descripción general,
ver Martin et al., 2005).

3. El tipo sin letra atribuida corresponde al granito tipo A


Aunque White declaró: "estos (granitos) son el único manto o tipos-M ", M se refiere en realidad a
fuentes derivadas del manto y las condiciones mantélicas, no a las fuentes del manto (Clemens,
comunicación escrita, 2005). Un cuarto tipo de granitos, produciendo afinidades alcalinas, fue
definido como emplazado en configuraciones anorogénicas y derivadas de una fuente
consideradas para ser el residuo de un previo evento de fusión parcial. A este cuarto tipo de
granito no fue atribuida una letra.

En la misma reunión anual del GSA, Loiselle y Wones (1979) definieron que los granitos
anorogénicos o tipo A ocurren en zonas de rift y bloques continentales estables, son por lo general
ligeramente alcalinos y cristalizado con bajo contenido de H 2O y fugacidades de oxígeno, y ratios
relativamente altos de HF / H2O en el magma. Los granitos de tipo A se enriquecen en elementos
trazas incompatibles, incluyendo LILE y HFSE, pero baja en elementos trazas compatibles con los
silicatos máficos (Co, Sc, Cr, Ni) y feldespatos (Ba, Sr, Eu). Los ejemplos incluyen al batolito Pikes
Peak, las series del magma del White Mountain de New Hampshire, los granitos más jóvenes de
Nigeria, y la provincia de Gardar, Greenland. El punto más importante fue que los granitos tipo A
son considerados como predominantemente de un origen no cortical y emitido a partir del
fraccionamiento de basalto alcalino derivado del manto, contaminado de diversas maneras. El
concepto original del granito de tipo A contrasta fuertemente con la filosofía del alfabeto genético
cortical general. En lugar de un esquema de magmas máficos derivados del manto que interactúan
en diversos grados con la corteza superpuesta que es creada, que involucra tanto el manto y la
corteza dentro de la petrogénesis del granito. La idea básica es explicado al final del resumen: “En
cinturones orogénicos compresivos, magma basáltico (o su calor latente) comúnmente interactúa
con una secuencia de corteza gruesa para producir calcoalcalino alcalino (tipo I) o peraluminoso
(tipo S) granitoides. Los bloques continentales sometidos a rifting o fracturamiento proporciona
una oportunidad mínima para la interacción entre el magma básico y la corteza”. A significa
anorogénico y (ligeramente) alcalino. La idea misma no fue nueva (por ejemplo, Chapman y
Williams, 1935, en el White Mountain Magma Series de New Hampshire) y está de acuerdo con las
concepciones de Bowen sobre la petrogénesis del granito. (Bowen, 1928; Tuttle y Bowen, 1958). La
introducción de una letra "mantelica" dentro de un alfabeto "cortical" fue la primera grieta en el
monumento cortical erigido por Chappell y White.

En realidad, el cuarto tipo de granito sin nombre del resumen publicado por White fue presentado
oralmente como tipo R, con R- por fuente (corteza) residual (Christiansen, escrito Comunicación,
2005). El concepto de tipo R es totalmente consistente con las otras definiciones del alfabeto
genético. La rivalidad de tipo R vs. A era el asunto de largas discusiones en 1979, cuando Wones
visitó a White y sus colaboradores en Australia. El tipo-R finalmente se descartó, porque el modelo
de corteza residual se consideró "demasiado interpretativo para usarlo como base para la
nomenclatura" (Collins, comunicación escrita, 2005), aunque este fue también el caso para los
famosos tipo- S y tipo- I. Tipo A, un término más descriptivo, fue favorecido, una decisión
ratificada en la reunión de la GSA.

El resumen de Loiselle y Wones se convirtió rápidamente en uno de los resúmenes más citados en
la literatura de granito. Este estado paradójico - un resumen es raramente citado durante un
período tan largo de tiempo después de su presentación - resulta del hecho de que Loiselle y
Wones no publicaron ningún artículo posterior sobre granito tipo A. Se envió un manuscrito, pero
se rechazó en 1980 y nunca se volvió a presentar (Barker, comunicación escrita, 2005). El primer
artículo publicado que usaba el término tipo-A (Collins et al., 1992) se refería a las ocurrencias en
Australia y desarrolló el modelo de fuente residual.

3. ¿Debería abandonarse el término tipo A?

El concepto original de tipo A era bastante claro, pero estaba más oculto por las especulaciones
sobre el significado del término A. Por ejemplo, Bowden (1985, página 26) declaró:“Las sienitas y
los granitos alcalinos como ring complexes (una ocurrencia de diversas rocas ígneas caracterizadas
por afloramientos aproximadamente circulares de una roca dique) ... forman parte colectivamente
del espectro del tipo A (donde A significa anhidro, alcalino, anorogénico, así como aluminoso) para
distinguirlos de la conocida clasificación de los tipos S e I ".

3.1. ¿Está bien la clasificación S-I-M-A?

Los supuestos claramente genéticos explican el rápido éxito de la clasificación del alfabeto original
desde los años 70 del siglo pasado y constituyen también su principal debilidad. Provocaron y aún
provocan debates en la comunidad del granito. Esta es probablemente la razón por la que no se
han agregado nuevas letras, con la excepción del Tipo-C, propuesto en el 2º Simposio Hutton
sobre Granitos celebrado en Australia (Kilpatrick y Ellis, 1992). El tipo C no tuvo éxito en ganar una
amplia aceptación. Otros intentos de refinar la clasificación fallaron, por ejemplo, el tipo G para la
fuente de granito (Wang et al., 1991) y el tipo H para el origen híbrido (Castro et al., 1991). La
clasificación S-I-M-A sigue siendo un logro de los años 70 del siglo pasado y muchos términos se
han desprestigiado.

Muchas razones explican por qué las clasificaciones por letras deberían ser abandonadas (por
ejemplo, Frost et al., 2001): (i) es básicamente genética, suponiendo un conocimiento a priori de la
fuente del magma granítico, (ii) no implica mezcla de magma, un proceso tan obvio en la mayoría
de los complejos, (iii) hay una gran superposición composicional entre los distintos tipos, (iv) el
procedimiento de rotulación carece de precisión, por ejemplo, haciendo que el granito de tipo A
sea tanto tipo I como tipo M. Incluso la validez de las piedras angulares (cornerstones) de 1974,
tipos I y S, se encuentran actualmente cuestionado.

Los granitos de tipo S son básicamente peraluminosos, con un índice de saturación de alúmina
(ASI) > 1.1. El modelo petrogenético consiste en fusión parcial de rocas supracorticales que han
sufrido algún grado de meteorización (eliminación de álcali con respecto a la alúmina). Se
reconocen dos subtipos principales: (i) leucogranito de dos micas que representan fundidos
corticales puros de composición térmica mínima, (ii) granitoides que contienen cordierita o
granate explican como retienen un fuerte componente refractario rico en Al. (Chappell et al.,
1987). Por lo tanto, S significa fuentes sedimentarias (meta). Grauvacas y pelitas generalmente se
consideran lo suficientemente fértiles como para constituir materiales adecuados. Sin embargo,
los datos isotópicos de Sr-Nd muestran que el leucogranito con dos micas podría resultar
exclusivamente de la fusión de los metagranitos (Turpin et al., 1990) y estudios experimentales
(Patiño Douce, 1991, 1999) muestran que se requiere la incorporación de al menos un 50% de
basalto en un 50% de metapelita para generar líquidos de composición de tipo S en equilibrio con
las acumulaciones de gabro-norita que contienen granate, no restituido. El modelo fuente meta-
sedimentario es, por lo tanto, invalidado.
Los granitos tipo-I contienen anfíboles, un mineral deficiente en alumina, y producen
composiciones metaluminosas a ligeramente peraluminosas (ASI<1.1) . El modelo petrogenético
involucra fundición parcial de formaciones que no experimentaron procesos superficiales y el
grupo de las tonalita-granodiorita-monzogranito es asumido por ser contralado por restos máficos
diversamente diluidos al interior de fundidos térmicos mínimos. Dos subtipos son reconocidos:
Tipo-I de baja temperatura que contiene abundante zircón, Tipo-I de alta temperatura con
ausencia de zircón. Por lo tanto, I- significa fuente ígnea (meta) de composición mafica a félsica.
Sin embargo, estudios de U-Pb (zircón) y Zr (bulk-rock) de granitos tipo-I de baja temperatura
revelan que cristalizaron de magmas deficientes en zircón e inherentes cristales de zircón reflejan
fundición y asimilación de una fuente metasedimentaria (Kemp et al.,2005a). La información
evidencia entrada de una significativa componente supracortical evolucionada e invalida el
modelo de la fuente ígnea.

3.2. El status del Tipo-A: ¿Esta este grupo de rocas bien definidos?

¿Los conceptos originales de los tipos I y S no son más válidos, que el del tipo-A en sí? Varios
artículos fueron publicados después de 1979 sin sentir la necesidad de usar el término,
cuestionando así su utilidad y legitimidad. ¿Cuáles son los méritos de la definición tipo-A?

Los granitos tipo-A están comúnmente asociados con rocas máficas a intermedias, las que
constituyen una asociación expandida composicionalmente con una unidad real. (TABLA 2)

Las series ígneas tipo-A son justamente fácil de discriminar en base a los ensambles de mineral.
Los granitos tipo-A trazados dominantemente, pero no solos, dentro del campo Within –plate
Granite (WPG). Porque han especificado composiciones de masas rocosas, que aparecen como un
campo distintivo en todos los diagramas de discriminación basados en contenidos de LILE and
HFSE.

Como se verificó en todos los intentos de establecer reglas, existen excepciones aparentes. Los
granitos subsolvus aluminosos no siempre producen todas las características específicas del
granito tipo-A, porque se emiten a partir de magmas que evolucionan a través del fraccionamiento
mineral accesorio prolongado, lo que resulta en un agotamiento progresivo de HFSE (Tabla 2).

Algunas composiciones se trazan dentro del campo Granito de Arco Volcánico (VAG) (Pearce et al.,
1984), pero cerca del límite VAG-WPG, y el campo Granito Fraccionado (Whalen et al., 1987). Su
afiliación de tipo-A no es cuestionable para aquellos que están expuestos dentro de complejos
anorogénicos (por ejemplo, el granito de Conway de la serie White Mountain Magma). En el caso
de las series ígneas post-orogénicas, en las que son abundantes, no siempre es sencillo definir si
son del tipo-A o del tipo-I altamente fraccionado. Los criterios de campo son útiles, por ejemplo, la
forma de euhedral de cristales de cuarzo de color púrpura-marrón-negro y la forma anhedral de
escamas de biotita.
No hay consenso sobre su origen hasta el momento. Los modelos petrogenéticos actuales incluyen
la fusión parcial de las fuentes de la corteza inferior del residuo (Collins et al., 1992, el primero en
utilizar la nomenclatura tipo-A), composiciones meta-ígnea (Creaser et al., 1991) o álcali-
metasomatizada (Martin, 2006), participación de fuentes mixtas de corteza - OIB Basaltos de Isla
Oceánica (Eby, 1990, 1992) y procedencia de magmas intermedios y máficos derivados del manto
(Bonin y Giret, 1990; Turner et al., 1992). Parafraseando a Read (1957), ¿debemos concluir que
existen granitos tipo-A y granitos tipo-A?

3.3. ¿Qué significa el termino tipo-A?

El significado del tipo-A debería ser críticamente reexaminado. Pero A realmente significa algo y es
necesario su uso?

Anorogenico? Aunque espacialmente desconectado a la alteración orogénica, Los grupos ígneos


tipo-A son temporalmente relacionados a eventos orogénicos. Las edades de emplazamiento van
desde inmediatamente después de un episodio colisional hasta 500 Ma después, cuando son
reemplazados por rocas alcalinas insaturadas de sílice. En una escala global, son distribuidos
within-plates de ambas composiciones oceánica y continental. “Within plates” hace referencia a
áreas que no fueron bordes de placa cuando ocurrieron episodios ígneos tipo-A. Pero algunas
provincias son emplazadas cerca a bordes de placa. (Tabla 3)

Alcalino? Granitos tipo-A son ricos en álcalis, algunos tipos son peralcalinos o hipoaluminosos
( Jacobson et al., 1958). Este término químico es ambiguo ya que transmite diferentes significados
en la literatura, primero subdivide rocas “alkali” y “subalkali”, definiendo una roca alcalina como la
que contiene más metales alcalinos que el promedio considerado para el grupo de rocas al que
pertenece, y considerando a las rocas ígneas alcalinas como un grupo separado de rocas
relacionadas genéticamente. Shand (1922) restringio de alguna manera esa definición, al afirmar
que las rocas alcalinas debe ser deficiente en sílice, o deficiente en alúmina, o ambos. Peacock
(1931) usó el término "alcalino" para rocas que tienen un índice de calco- alcalino por debajo de
51. Las definiciones no es estrictamente idénticas indujeron mucha confusión en la nomenclatura.

¿Anhidro? Los magmas de tipo A producen las fugacidades de agua más bajas registradas en el
campo de los magmas silicatados. Los clastos de granito lunar son rocas de tipo-A completamente
anhidras. En La Tierra, los granitos de tipo A casi siempre contienen pequeños volúmenes de
minerales hidratados que contienen F (Tabla 2), principalmente anfíboles y mica, con escasas
excepciones en el grupo de mangerita-charnockita (roca plutónica, que es esencialmente una
monzonita portadora de hiperestenas). El ensamblaje liquidus común [cuarzo + fayalita ±
piroxenos ± óxidos de hierro] indica condiciones iniciales por debajo o en el buffer FMQ y magmas
parentales deficientes en agua. El anfíbol cálcico precipita después y muestra cristales euhedrales,
producidos principalmente a partir de la descomposición del ensamble del líquido por la reacción
con cantidades crecientes de agua disuelta en líquidos residuales. Los otros minerales hidratados
cristalizan tarde desde la reacción con fluidos exsolidados a temperaturas sólidas a subsólidas y
exhibe cristales anhédrales que moldean el ensamble félsico (Bonin y Giret, 1985; Bowden, 1985).
Los estudios experimentales apoyan las observaciones petrográficas. Los caminos de la
cristalización que se ajustan mejor a las secuencias minerales observadas en las rocas naturales
corresponden a cantidades bajas, pero significativas, de agua, es decir, del 2 al 5% en peso en
magmas reducidos (Clemens et al., 1986; Klimm et al., 2003) y 4.5– 6,5% en peso en magmas
oxidados (Dall'Agnol et al., 1999).

¿Aluminoso? Los granitos de tipo A aluminosos no son alcalinos, pero constituyen una parte
significativa de la asociación ígnea de tipo A (Fig. 2). Tipos metaluminosos contienen anfíbol y
biotita. Los tipos peraluminosos muestran una gran variedad de micas, incluidas micas-Li, como la
zinnwaldita, denominación de granito subvolvus de Zinnwald. (Tabla 2). Los granitos de tipo A
peraluminosos altamente evolucionados son lo suficientemente ricos en Fluor para producir
topacio como un mineral formador de roca, mientras que los fosfatos son raros, debido a que su
contenido es extremadamente bajo, menos de 0.05% en peso, de P 2O5. Estas parcelas de rocas, no
alcalinas, ricas en Rb, REE, Y, y Th, cerca del límite WPG-Syn-collisional Granite (SYNCOLG) y dentro
del campo del subtipo A2. Corresponden a el subtipo bajo en P del granito de topacio (Taylor,
1992). El subtipo alto en P (0.4–1.6% en peso de P2O5) del granito de topacio está compuesto por
rocas de tipo-S altamente evolucionadas, que muestran una gran cantidad de especies de fosfato y
feldespato alcalino que contienen P (Londres, 1992; Fryda y Breiter, 1995; Morgan y Londres,
2005). La abundancia de P2O5 y la mineralogía de fosfato constituyen criterios confiables para
discriminar leucogranitos del tipo-A de tipo-S.

Se sugirieron otros significados, por ejemplo, After, como conjuntos ígneos posteriores a la colisión
del tipo-A después de los plutones de granito temprano (Liégeois, 1998), y Atlántico, en el sentido
de Harker (1909, páginas 88-109), quien distinguió las rocas alcalinas producidas bajo las
condiciones tectónicas distintivas que prevalecen en las áreas anorogénicas alrededor del Océano
Atlántico.

El último significado, Ambiguo (Whalen, 2005), ilustra la falta de consenso sobre el origen del
magma de tipo-A y sugiere que los granitos del tipo A no forman un grupo de rocas genéticamente
conectado. De hecho, Creaser et al. (1991) propusieron que el término A se abandonara, ya que
transmite un significado diferente de los otros miembros de la clasificación del alfabeto. En su
opinión, el tipo-A no es más que un subtipo del tipo-I, una idea previamente establecida por
Collins et al. (1992). Es de destacar que el problema de la ambigüedad puede aplicarse a los otros
términos del alfabeto genético. La ambigüedad real resulta de modelos genéticos florecientes, en
su mayoría basados en el manejo de datos químicos, pero ignorando las restricciones de campo y
experimentales. Cálculos utilizando el método de mínimos cuadrados puede dar una probabilidad
estadística, no la prueba de que se identifica un proceso natural (Le Maitre, 1982; Maaløe, 1985,
páginas 215–229).

3.4. Un nuevo esquema de clasificación y el destino del tipo-A


En los últimos 30 años se han establecido unos 20 esquemas diferentes de clasificación (revisión
en Barbarin, 1990), pero ningún esquema genético ha tenido una gran aceptación. La composición
mineral del granito, es decir, el cuarzo y los feldespatos, más un pequeño volumen de minerales
máficos y accesorios, es aparentemente simple, pero oculta una complejidad real derivada de la
cantidad de procesos que pueden generar magmas graníticos. El último intento de establecer una
clasificación de granito es básicamente no genético y no tectónico (Frost et al., 2001). Es
simplemente una clasificación de grupos ígneos, que incorpora las principales características
químicas relevantes para la mineralogía del granito: Silice, número de Fe* [FeOT /(FeOT + MgO)], el
índice alkali-lime MALI (Na2O+K2O – CaO) y Indice de saturación de Alumina ASI. El uso directo de
los tres parámetros versus la sílice conduce a la definición de los tipos de granito, es decir,
ferromagnesianos, alcalino-alcalino-cálcico-calcoalcalino-cálcico, y peraluminoso-metaluminoso-
peralcalino.

La clasificación ignora deliberadamente la sopa de letras, pero retiene el término tipo A para
definir un grupo de rocas que comprenden ferruginoso, alcalino a alcalino-cálcico, metaluminoso,
ligeramente peraluminosas, y variedades peralcalinas (Tabla 2), también denominadas ferro-
potásicas, debido a los contenidos bastante altos de K y las proporciones de Fe / Mg (por ejemplo,
Ferré et al., 1998; Vander Auwera, 2003). Las escasas excepciones en los contenidos altos de sílice
resultan de grandes incertidumbres en el cálculo de relaciones de elementos en cantidades bajas.
La clasificación tiene el mérito de volver a introducir un grupo bien definido de rocas que difieren
notablemente de los grupos magnésico cálcicos a calco-alcalinas y las leucogranitas
peraluminosas. En este esquema, A- no tiene que significar nada, pero su uso es simple, en
comparación con la denominación correcta "ferruginosa, alcalino a alcalino-cálcico, metaluminoso,
ligeramente peraluminoso, y peralcalino".
4. Un resumen de la historia de la investigación sobre granitos de tipo A

Los estudios de granito de tipo A tienen una larga historia, y 1979 constituye uno de sus grandes
puntos de inflexión. Durante la historia duradera de la geología, el granito tipo A desempeñó un
papel en los episodios críticos. Algunos avances importantes en el desarrollo de ideas sobre
magmatismo y metamorfismo provienen de observaciones de campo en granitos de tipo A con
alto contenido de sílice.

4.1. Granito tipo-A antes del granito tipo-A, o desde Hutton a Loiselle y Wones

Para ilustrar el papel desempeñado en el pasado por el granito de tipo A, se describirán algunos
ejemplos. El primer ejemplo, que data de finales del siglo XVIII, está relacionado con la famosa
controversia del granito neptuniano vs el plutónico. En sus estudios de granitos escoceses (Hutton,
1795,1899), Hutton visitó en 1786 y 1787 la Isla de Arran, en la costa de Glasgow (véase Young,
2003, páginas 64–68). Hutton observó en la parte norte de la Isla un macizo circular de granito, un
granito subsolvus de tipo-A del Eoceno (Dickin et al., 1981). A una corta distancia al sur del granito,
el complejo del anillo central, un volcán predominantemente félsico, descansa sobre las unidades
sedimentarias McKerrow y Atkins, 1985). En la costa oeste, los llamados diques de Judd,
comprenden los orificios de dolerita y los núcleos de pórfido de cuarzo y / o pitchstone ( Es una roca
volcánica vítrea negra opaca que se forma cuando la lava félsica o el magma se enfrían rápidamente ). Hutton (1794),
afirmó que él demuestra definitivamente que estas rocas vinieron desde abajo y son más jóvenes
que los estratos sedimentarios que la rodean y esquistos plegados, una conclusión que fue
confirmado posteriormente por determinaciones de edad isotópica.

En 1911, Goldschmidt publicó un artículo influyente sobre el metamorfismo de contacto en el Rift


de Oslo (antes Kristiania). Una serie sedimentaria mixta de Paleozoico ha sido invadida por
plutones ígneos permianos y cubierta por mesetas volcánicas (para una revisión, ver Oftedahl,
1978). Los conjuntos ígneos (Barth, 1945; Neumann, 1978) abarcan desde el gabro alcalino
(Morogan y Sørensen, 1994) hasta la monzonita (Neumann, 1980) hasta la sienita nefelina, la
sienita feldespático alcalina (nordmarkita) y el granito tipo-A. La sienita y el granito producen
peralcalina (ekerita) o composiciones aluminosas (Bonin y Sørensen, 2003, y sus referencias).

El paradigma "plutonista", promulgado por Hutton, enfrentó el "problema de la habitación". En su


estudio clásico de Ascutney Mountain, Vermont, Daly (1903, páginas 90–113) creo el concepto de
'magmatic stoping'. El complejo ígneo, un complejo de anillos cretácicos (Foland et al., 1971), que
comprende rocas volcánicas, sienitas y granitos del tipo-A de la White Mountain Magma Series.
Daly concibió que el magma en ascenso se abría paso envolviendo bloques de rocas del campo
rotas desde el techo y las paredes de la cámara magmática, ya que los bloques de roca del campo
no son poco común dentro de los intrusivos. Aunque Daly otorgó el crédito de esta teoría a los
trabajadores anteriores, fue él quien finalmente la elaboró y desarrolló. La teoría se convirtió
rápidamente en una de las explicaciones más ampliamente aceptadas para el emplazamiento de
grandes cuerpos ígneos y desencadenó la concepto de "hundimiento de la caldera" (Clough et al.,
1909). Pero, debido a la severa pérdida de calor a través del techo y las paredes de las cámara
magmática, su eficacia parece ahora restringida a efectos locales parciales, incluso en el caso de
Ascutney Mountain (Chapman y Chapman, 1940, páginas 203 y 208).

Los estudios de campo y experimentales ofrecen varias soluciones para emplazar un volumen de
magma dentro de las rocas sólidas de campo. Una solución simple y elegante es el "hundimiento
de la caldera". En su artículo seminal sobre el distrito de Glen Coe, Argyllshire, Escocia, Clough et
al. (1909) describió por primera vez una caldera, en el sentido de una caldera erosionada con
relieve invertido, formado por subsidencia que afectó un área, aproximadamente de forma oval, y
delineada por una falla de borde. Consideraron (página 665) como probable "Que el magma
avanzó hacia arriba en gran parte por el proceso conocido como stoping", reconociendo la
contribución esclarecedora de Daly. Investigaciones más recientes (Moore y Kokelaar, 1997)
confirmaron que el hundimiento no se produjo a través del simple colapso del pistón, sino que fue
en gran medida poco sistemático e irregular, probablemente influenciado por movimientos
horizontales hace 415 Ma en las inmediaciones de la Gran falla de Glen (Morris et al., 2005).

El concepto de hundimiento de caldera se aplicó exitosamente a un gran número de macizos


ígneos que comprenden formaciones volcánicas y plutónicas. Richey (1928, 1932) fue el primero
en interpretar los macizos volcánicos y subvolcánicos de la Provincia Británica Ignea del Terciario
(BTIP) como complejos de anillos asociados con la caldera, mientras que Anderson (1936) ofreció
el primer modelo matemático para explicar las formas de las hojas cónicas y anillos de diques
observados en la provincia. Las rocas tipo A se asocian con rocas ultramáficas, basaltos alcalinos y
toleíticos y rocas intermedias (Richey et al., 1961). Aunque se omite en algunas revisiones sobre el
granito de tipo A (por ejemplo, Whalen et al., 1987; Eby, 1992), sus composiciones químicas
(Pearce et al., 1984; Eby, 1990) producen características de tipo A.

Los primeros complejos de anillos de tipo-A descubiertos fuera de Europa fueron la Cretácica
Ossipee Mountain (Kingsley, 1931) en la Serie White Mountain Magma de New Hampshire
(Billings, 1945) y los jurásicos Kudaru Hills (Bain, 1934) en los Younger Granites del Norte de
Nigeria (Jacobson et al., 1958). Ambos complejos fueron emplazados en basamentos,
respectivamente, paleozoicos y precámbrico, y comprenden una serie de rocas volcánicas,
atravesadas por diques de anillo de sienita o pórfido y, posteriormente, por cúpulas de granito
tipo-A. La serie White Mountain Magma comparte numerosas características con el BTIP estándar
(Billings, 1945) y Younger Granites del Norte de Nigeria (Greenwood, 1951). Estas dos provincias
son los ejemplos Fanerozoicos de granitos de tipo-A a los que se refieren Loiselle y Wones (1979).

Se descubrió un número creciente de complejos de anillos alcalinos que se interpretaron como


marcadores específicos de escenarios anorogénicos continentales, es decir, como resultado de
eventos magmáticos que ocurren dentro de terranes cratonizantes (se tratan de escudos en que se
adicionan material a los márgenes, se destruyen, se reciclan importantes cantidades de áreas mineralizadas internas)
mucho después de las crisis orogénicas (por ejemplo, Cox y otros, 1965; Lasserre, 1966; Black y
otros ., 1967). Los complejos volcánico-plutónicos representan la mayoría de los macizos de
granito tipo-A, debido a las bajas tasas de denudación dentro de los escudos ya erosionados y los
antiguos cinturones de montaña. Un resultado importante fue el descubrimiento de los primeros
anortositas no precámbricas relacionadas con los complejos de anillos alcalinos (Black, 1965), que
proporcionaron una evidencia complementaria de que los tipos de roca máfica y félsica pueden
vincularse y derivarse del manto.

El reconocimiento de los complejos de anillos precámbricos constituyó un paso más, y el macizo


de Ahvenisto en el sur de Finlandia fue probablemente el primero descrito (Buddington, 1959,
página 685). Loiselle y Wones (1979) se refirieron a dos provincias precámbricas, la provincia de
Gardar en Groenlandia (Wegmann, 1938) y el batolito Pikes Peak de Colorado (Barker et al., 1975),
donde las estructuras de anillos no están tan bien conservadas.

Un hito importante en el estudio de granitos alcalinos, el cual aún no fue nombrado respecto al
tipo-A, fue la publicación de "Las rocas alcalinas" por H. Sørensen (1974). En las rocas ígneas más
comunes, los álcalis se asocian con alúmina y sílice para formar feldespato y mica, las relaciones
moleculares en feldespato alcalino son (Na2O + K2O): Al2O3: SiO2 es 1: 1: 6 y en moscovita 1: 3: 6.
Shand (1922,página 19) recomendó que: "Una roca alcalina ... debería ser una en el que los álcalis
estén en exceso de 1: 1: 6, ya sea alúmina o sílice o ambos son deficientes ". En su revisión sobre
rocas alcalinas sobresaturadas, Bowden (1974) Reconoció que granito peralcalino y cuarzo sienita
se asocian comúnmente con variedades metaluminosas y ligeramente peraluminosas. Las rocas
alcalinas fueron consideradas para ser volcánica o subvolcánica, y para ocupar principalmente
complejos de anillos relacionados con la caldera y enjambres de diques asociados. Fueron
referidos como no saturado de sílice (peralcalina y metaluminosa, correspondiente a agpaítico y
miaskítico), o sobresaturado de sílice peralcalino, pero con variedades metaluminosas y
peraluminosas asociadas. Altas abundancias de elementos traza (con la excepción de elementos
compatibles con minerales máficos y feldespatos) puede conducir a concentraciones económicas
de Sn, W, Mo, Nb – Ta, REE y otros metales “high tech” o metales de alta tecnología (por
ejemplo, Nigeria, donde el Younger Granites fue descrito por primera vez como "campos de
estaño"). Se piensa que tan elevadas concentraciones son adquiridas por los grados extremos de
fraccionamiento mineral de basaltos primarios. (por ejemplo, Chapman y Williams, 1935), o de
magmas de nivel intermedio (por ejemplo, Barth, 1945; Bonin y Lameyre, 1978) de origen
mantelico y para ser mejorado por enriquecimiento en Flúor acuoso y /o fluidos carbonatados
(Bowden, 1985).

El granito alcalino, o tipo-A, ha sido considerado como sinónimo de granito complejo de anillos
(ring complex granite), lo que no es correcto. No todos los complejos de anillo contienen series del
tipo A, como lo ejemplificado por el caldero arquetipo de Glencoe, plutones zonificados en las
Cordilleras Peninsulares de Baja California (Duffield, 1968) y los complejos de anillos andinos de
Perú (Bussell et al., 1976). Igualmente, no todos los granitos tipo-A fueron emplazados dentro de
complejos de anillos subvolcánicos. Aunque este hecho no sorprende, el reconocimiento de que
los granitos tipo-A pueden habitar como macizos emplazados en lo profundo de la corteza
constituyó uno de los principales avances después de 1979.
4.2. Evidencia después de 1979 para otros tipos de granitos tipo-A

Ocurren complejos de anillos alcalinos precámbricos, pero con menos frecuencia que enormes
macizos más profundos. Ejemplos incluyen Norteamérica, que fue la sede de episodios discretos
de magmatismo anorogénico, correlacionados con eventos orogénicos distales pero siempre bajo
regímenes extensionales (Anderson y Bender, 1989; Windley, 1993; Anderson y Morrison, 2005, y
sus referencias). Debido a su distribución excepcional en los escudos precámbricos (Vander
Auwera et al., 2003), los granitos cratónicos proterozoicos a veces se consideraban básicamente
diferentes de los granitos del complejo de anillos alcalino fanerozoico (Lameyre et al., 1974;
Condie, 1992), a los que aún se parecen.

4.2.1. La revaluación de la serie rapakivi (granito de hornblenda -biotita que contiene grandes cristales
redondos de ortoclasa, cada uno con un borde de oligoclasa)

Hjärne notó en 1694 que la gente local solía nombrar 'rapakivi' a una roca específica, que
literalmente significa 'piedra desmenuzada', debido a su patrón conspicuo de intemperie, y Tilas
describió en 1767 cristales que podrían ser recogidos en campos y les da el nombre de "fältspat",
el primer uso registrado de la palabra "feldespato" (citado por Vaasjoki y Rämö, 1989). Sederholm
(1891) definió la "textura rapakivi" (revisión en Vorma, 1976, página 5). Usando los rasgos
característicos presentadas por los granitos finlandeses rapakivi (por ejemplo, Haapala, 1977;
Rämö, 1991), Haapala y Rämö (1992) evidenciaron que las peculiaridades químicas y
mineralógicas, así como el modo de ocurrencia y las asociaciones magmáticas de los granitos
rapakivi cumplen con las características de los granitos sub-alcalinos tipo-A y de los granitos
rapakivi redefinidos como “granitos tipo-A caracterizados por la presencia, al menos en los
batolitos más grandes, de variedades de granito que muestran la textura rapakivi” (1992, página
165).

No todas las series rapakivi son de edad proterozoica (Haapala et al., 2005). Existen ocurrencias
de granitos rapakivi arqueanos y fanerozoicos, los más antiguos datados hasta la fecha son del
neoarqueno temprano, a través de la edad de zircones con la técnica U-Pb se determinó 2785 Ma
(Moore et al., 1993) y el más joven es Tortoniano (Neógeno - Mioceno), que arroja una edad de
9.8 Ma 40Ar/39Ar (Calzia y Rämö, 2005). Se definieron dos series discretas, reducidas y oxidadas
según las condiciones de cristalización (ver Frost y Frost, 1997; Anderson y Morrison, 2005,
Dall'Agnol et al., 2005). Las rocas volcánicas asociadas están distribuidas de manera desigual y
constituyen series bimodales de flujos de basalto y mantos de ignimbrita riolítica, típicas de las
formaciones volcánicas de tipo-A. Los parámetros termodinámicos calculados corresponden a
profundidades que varían desde 20 km (nivel de cámara magmática) hasta aproximadamente 4 km
(nivel de emplazamiento). La asociación rapakivi proporciona un único registro de la historia de los
magmas tipo-A que se movieron dentro de la frágil corteza superior a través de fracturas abiertas
hasta la superficie.

Actualmente, los granitos rapakivi se diferencian de los granitos de complejos de anillo tipo-A solo
por la textura del feldespato que evidencia el desequilibrio y por las composiciones menos
evolucionadas, como lo muestran los contenidos de sílice más bajos. La wiborgita clásica y la
pyterlita no pueden representar composiciones líquidas. En el sistema haplogranítico, sus
composiciones normativas producen un alto componente de ortoclasa y se representan en el
campo de la plagioclasa si se tiene en cuenta la anortita, o en el campo de la ortoclasa si fluorita y
calcita son añadidas al sistema (Vorma, 1971, 1976). Se ofrecieron explicaciones contrastantes,
que van desde modelos magmáticos a subsólidos (Cherry y Trembath, 1978; Hibbard, 1981; Eklund
et al., 1993; Dempster et al., 1994; Salonsaari, 1995; Eklund y Shebanov, 1999). La posibilidad de
que el feldespato alcalino ovoide y la primera generación de cuarzo podrían representar
xenocristales, no fenocristales, aún no se ha explorado por completo. Los diques de diabasa
relacionados con el complejo Suomenniemi (Rämö, 1991) están repletos de fenocristales de cuarzo
y megacristales de feldespato K, parcialmente reabsorbidos y cubiertos con finos bordes de
plagioclasa, imitando así la textura rapakivi. La textura rapakivi puede desarrollarse como
resultado del todavía plástico (caliente) feldespato alcalino ± cuarzo que se acumula interrumpido
íntimamente e incorporado en líquidos de composiciones básicas a ácidas percolantes a través de
las cámaras magmáticas solidificadas (Conceição et al., 1991). La evidencia suplementaria es
ofrecida por enclaves félsicos redondeados cubiertos por finos bordes de plagioclasas, las que se
observan ocasionalmente en wiborgita.

4.2.2. Complejos ígneos en capas

Los granitos tipo-A se producen con frecuencia en asociación con rocas máficas. Los magmas
máficos pueden acumularse a ciertas profundidades dentro de la corteza y llenar cámaras
magmaticas voluminosas, en las que la diferenciación puede producir pequeños volúmenes de
líquido félsico residual "floating" (flotante) por encima de la escala de kilómetros de espesor
acumulado. Los complejos ígneos en capas con granitos tipo-A asociados (Fitton y Upton, 1987;
Cawthorn, 1996) están muy extendidos en los escudos precámbricos, pero se conocen macizos
más recientes (centros escoceses e irlandeses del BTIP, Richey et al., 1961; EastGreenland,
Nielsen , 1987). Por ejemplo, la intrusión de Skaergaard (McBirney, 1996) está cortada por rocas
intermedias a silícicas. Granófilos transgresores (Hirschmann, 1992) y la zona de granófilo de
Basistoppen Sill (Naslund, 1989) se ajustaron a la definición original y los criterios geoquímicos del
granito tipo-A.

El Complejo de Bushveld 2.05 Ga constituye la intrusión ígnea preservada más voluminosa en el


mundo, el volumen estimado de magma podría haber excedido 10 6 km³ (Cawthorn y Walraven,
1998). Las series de Granito Lebowa y Granófilo Rashoop forman las más grandes conocidos
batolitos alcalinos (Kleeman y Twist, 1989; Wilson et al., 2000). El volcánico asociado Rooiberg
Group (Schweitzer et al., 1995) es un paquete grueso incluyendo dos tipos félsicos entrelazados
con series maficas de alto nivel de Ti en basalto, alto nivel de Fe-Ti-P en andesita y bajo nivel de Ti
en andesita basáltica (Hatton y Schweitzer, 1995). Las felsitas de alto Mg (dacita-riolita) se trazan
dentro del campo VAG (Twist y Harmer, 1987) y no se ajustan a los requisitos para las series
tipo-A. Las felsitas de bajo Mg (traquidacita-riolita), de composición similar a las series de Granito
Lebowa y Granófilo Rashoop, se trazan dentro de los campos de WPG y tipo-A.
Características similares, en una escala diferente, se muestran por contenidos de ortopiroxeno en
complejos que contienen granitos tipo-A, como la asociación anorthosite-jotunite-mangerite-
charnockita-granito, denominadas colectivamente como complejos AMCG (Emslie y Hunt, 1990;
Emslie et al., 1994). El término granito en AMCG se refiere a rocas trazadas en el campo de granito
del diagrama QAP y carece de ortopiroxeno, independientemente de las texturas de feldespato. El
emplazamiento coetáneo de los complejos AMCG y los granitos rapakivi justifica sus relaciones
cercanas en términos de petrogénesis (Emslie, 1978).

La anortosita forma macizos foliados similares a diapiros, o acumulan capas que se hunden dentro
de grandes lopolitos, donde se expone la serie félsica. Cristales gigantes de ortopiroxeno con
plagioclasas laminadas exsueltas corroboran que las anortositas no se consolidaron a presión
constante. Comenzaron a cristalizar a 1.5–1.2 GPa, es decir, a 45–55 km de profundidad,
sugiriendo una corteza engrosada, la cual no se postula por el carácter anorogénico de la serie, o
un slab de corteza situado dentro del manto superior sub-continental (Duchesne et al. al., 1999).
Luego, la plagioclasa se exsolvio a 0.7 GPa, es decir, a 25 km de profundidad, dentro de la corteza
inferior, y el emplazamiento final tuvo lugar bajo el régimen granulítico de presión media a 0.4–0.3
GPa, es decir, a 15–10 km de profundidad (Duchesne et al., 1985).

La serie AMCG evidencia una línea líquida de descenso tipo-A bajo condiciones reductoras
(Wilmart et al., 1989). Los subtipos de charnockita que contienen anfíboles y que contienen
fayalita representan líquidos residuales de etapa tardía enraizados en magmas intermedios de
jotunite y mangerite, respectivamente, y ocurren sobre la parte superior de los complejos ígneos
en capas (Duchesne y Wilmart, 1997). Los espectaculares patrones de flujo lineal dentro de las
rocas acumuladas y félsicas evidencian que el material granítico se arrastró hacia abajo a través
del hundimiento de su piso máfico de alta densidad (Bolle et al., 2002). Los flujos de rocas
conducidos hacia abajo por la gravedad dentro de complejos ígneos en capas que contienen
charnockita contrastan con los flujos ascendentes de las anortositas masivas flotantes y pueden
explicar en parte la complejidad química y estructural de la corteza continental, un concepto
desarrollado por Glazner (1994) y Glazner y Miller (1997).

4.2.3. La conexión del granito tipo-C y tipo-A

En el segundo simposio de Hutton sobre granitos celebrado en Australia en 1991, el magma tipo
Charnockita se identificó como una asociación ígnea separada (tipo C), distinta de los granitos de
tipo S, I, M y A: " Los intrusiones de charnockita tipo-C representan los productos de la fusión de la
corteza a muy alta temperatura en “seco”, pero geoquímicamente fértiles, Las granulitas ocurren a
temperaturas muy superiores a las necesarias para formar los granitos normales del tipo I y S ”
(Kilpatrick y Ellis, 1992, páginas 155–156). Los magmas tipo-C son ricos en LILE y HFSE, lo que
sugiere “un requisito previo necesario para la formación de charnockita es la deshidratación
subsolidus de la hornblenda para dejar una granulita fértil que luego se fundiría a temperaturas
mucho más altas en condiciones de ausencia de líquidos” (pág. 162). El metamorfismo a alta
temperatura puede originarse a través de la entrada de grandes volúmenes de basalto dentro de
la corteza inferior granulítica estabilizada. Los granitos tipo-C difieren de los granitos de tipo-A al
ser emitidos desde la corteza inferior granulítica, fértil y no residual. Esta definición genética es
consistente con el esquema del alfabeto general.

Los granitos de tipo C generalmente carecen de hornblenda y su mineralogía se asemeja a la de las


charnockitas metamórficas, pero incluye pigeonita invertida magmática, feldespato alcalino cálcico
y plagioclasa potásica, indicando temperaturas constantemente en el rango de 950-1050 ° C. Un
importante punto de apoyo para la idea de los magmas tipo-C es la ocurrencia de equivalentes
volcánicos, tales como, por ejemplo, el Jurásico Karoo y el Cretácico Paraná-Etendeka, provincias
de Gondwana, con varios tipos de basalto, nivel alto de K en dacita y traquidacita que son
comúnmente pero incorrectamente referidos como latita de cuarzo y riolita.

Según lo reconocido por Kilpatrick y Ellis, los magmas tipo-C tienen muchas características
geoquímicas en común con los magmas tipo-A. Los complejos AMCG comprenden rocas ígneas
que petrográficamente son charnockitas y geoquímicamente rocas tipo-A. En Nigeria, La
monzonita de cuarzo ferroaugita ± ferrosilita fayalita de 590 Ma , expuesta en Bauchi, recibe el
nombre de "bauchite" (Oyawoye, 1972, y las referencias allí). Ocurre en asociación con norita y
granito hornblenda-biotita. La serie plutónica fue clasificada como ferro-potásica, tipo A, post-
colisiónal (Ferré et al., 1998).

El problema de la conexión tipo-C y tipo-A se abordó en Finlandia. Paleoproterozoico 1.88 –


1.87 Ga granitos post-cinemáticos se subdividen en tipos discretos (Nironen et al., 2000),
incluyendo granitos tipo-A similares a los más jóvenes granitos rapakivi del sur Finlandia y
plutones tipo-C, que contienen piroxeno ya sea por todas partes, o en facies marginales, y son de
composición alcalina. Los plutones post-cinemáticos de tipo-C y tipo-A, así como los macizos
rapakivi de tipo-A producen parámetros termodinámicos intensivos (P, T, fO 2) del mismo orden de
magnitud (Elliott et al., 1998), que ilustran una historia similar en términos de almacenamiento de
magma, diferenciación, ascenso y emplazamiento. En el campo, los plutones tipo-C aparecen
como intrusiones en forma de platillo, mostrando planos de foliaciones magmáticas de inmersión
hacia el interior y rellenas con capas acumuladas de mangerita de olivino laminado-anfíbol biotita
monzogranito- sienogranito biotita, del cual los líquidos residuales tipo-A escaparon como diques
de aplita de etapa tardía. En comparación con los magmas tipo-A, las rocas tipo-C (Elliott, 2003)
producen contenidos más altos de Zr y HFSE, Ba y Sr, sin anomalías negativas débiles de Eu. Las
características de acumulación de circón y feldespato sugieren que las rocas tipo-C representan
una línea de descenso sólida, no líquida, y que no se pueden definir magmas del tipo-C.

Plutones acumulativos similares se conocen en otros lugares, como, por ejemplo, el complejo de
sienita de Itiúba 2.1 Ga, en el estado de Bahía (Brasil), emplazado en una zona de cizallamiento
dentro de un terreno granulítico (Conceição et al., 1991). El complejo se compone de cúmulos de
feldespato alcalino rico en Ba-Sr, hedenbergita, apatita y circón, moldeados por inter-cúmulo de
anfíboles, biotita y cuarzo (Conceição et al., 1991). Aunque es químicamente similar, no puede
ingresar al grupo de tipo C, ya que no se observó ortopiroxeno, lo que indica presiones más bajas
que la curva de transición ferrosilita (fayalita + cuarzo).
Las charnockitas se asocian comúnmente con más granitoides hidratados, por lo que el tipo C
nunca fue de uso común. Además, muchas charnockitas no tienen composiciones tipo-C y
pertenecen a otros linajes. Por ejemplo, el plutón de Ansignan, el macizo de Agly, los Pyrénées
(Guitard, 1960) comprenden coetánea 314 ± 7 Ma charnockita y norita, que indujo el desarrollo
de una franja leucocrática de granito biotita-moscovita-granate derivado de la fusión parcial de las
rocas de campo a 800 ° C y alrededor de 0.6 GPa, es decir, 20 a 25 km de profundidad (Andrieux,
1982). La asociación charnockita-norita de Ansignan difieren de las rocas tipo-C por el bajo
contenido de TiO2 y el HFSE (Nb, Zr, Y), que comparten muchas características geoquímicas con los
granitoides calcoalcalinos de alto K y, por lo tanto, los trazos dentro del campo VAG. Para concluir,
no hay necesidad de una letra específica, tipo-C, para un tipo charnockita.

5. Escenarios Geodinámicos

La aparente y confusa variedad de los granitos tipo-A resulta principalmente del mayor rango de
contextos geodinámicos en el que están emplazados. Los granitos tipo-A están expuestos en los
continentes de la Tierra y suelos oceánicos así como en planetas terrestres y asteroides

5.1 Continentes

Los complejos de granito tipo A se producen en todas las áreas continentales, ya sean cratones y
escudos antiguos y estables, o constituyen cinturones plegados recién consolidados (Tabla 3).
¿Qué edad tiene el granito tipo-A más antiguo? Los complejos alcalinos son conocidos en los
terranes arcaicos, por ejemplo, Superior Province, Canadá (Sutcliffe et al., 1990; Ayer, 1998), y
Yilgarn Craton, Australia (Smithies and Champion, 1999), pero no tienen una edad mayor de 2.8
Ga, correspondiente al límite mesoarqueano - neoarqueano, registrado hasta ahora.

Las series ígneas neoarqueanas alcalinas sobresaturadas de sílice de granito monzonita-sienita-


peralcalina comparten características con los granitos de tipo-A, incluido los alto contenido Total
de alkalis, el ensamble líquidus máfico anhidro, los escenarios anorogénicas aparentes y la gran
abundancia de HFSE, por ejemplo. LREE y Zr. Pero los que son potásicos a ultrapotásicos, tienen
composiciones de LILE bastante bajas, excepto Ba y Sr, tienen un contenido de Y y Nb de bajo a
muy bajo, y no muestran anomalías de Eu, todas las características similares a las provincias ígneas
potásicas a ultrapotásicas fanerozoicas (Peccerillo, 1992; Liégeois et al., 1998). Si las series ígneas
alcalinas potásica-ultra-potásica están relacionadas a procesos de subducción simultáneos, o no,
es un tema de debate (ver Lavecchia y Stoppa, 1996; Peccerillo y Donati, 2003; Bonin, 2004). De
todos modos, difieren de las clásicas series ígneas sódicas tipo-A.

Las asociaciones Tipo-A más habituales fueron emplazadas en el mismo período de tiempo. En
Botswana, al sur de África, la serie de granito Gaborone y la formación volcánica Kanye asociada
(Sibiya, 1988) constituyen una asociación de rapakivi, que produce edades de circonio U-Pb que
van desde 2785 a 2783 ± 2 Ma (Moore et al., 1993). En la Provincia Mineral de Carajás, ubicada al
sudeste del cratón Amazónico (Pará, Brasil), los complejos más antiguos, emplazados a una
profundidad de 7 a 11 km de la corteza media dentro de cinturones greenstone de 3.0 Ga, son el
macizo Estrela de 2763 ± 7 Ma (Barros et al. ., 2001) y los stocks Serra do Rabo de 2743 ± 1.6 Ma
(Sardinha et al., 2006). En la península de Kola, la sienita alcalina sódica rica en HFSE y el granito
producen edades de zirconio U-Pb de 2682 ± 10 Ma y 2654 ± 5 Ma, respectivamente (Zozulya et
al., 2005). Representan los ejemplos más antiguos de episodios ígneos de tipo-A al interior de la
placa que involucran una fuente mantélica con características similares a OIB-Basaltos de isla
oceanica.

Las composiciones de granito de tipo A están influenciadas por el contexto geodinámico,


simplemente la naturaleza y la historia del Manto de la Litosfera Subcontinental (SCLM, siglas en
ingles) y la corteza continental suprayacente, desde y a través de la cual se originan y se mueven
los magmas del tipo-A. Pearce et al. (1984) señaló, en los diagramas log-log de Nb – Y y Ta – Yb,
que WPG constituye un grupo bien definido relacionado a VAG y SYNCOLG pero que la
discriminación entre WPG y ORG está marcada por una zona de superposición en el campo WPG.
El límite superior de la zona de superposición está marcado, por incremento de los contenidos de
Nb, Y, Ta e Yb, por relaciones de Y / Nb que varían de 1 a 2.5 y relaciones de Yb / Ta desde 1.5 a 5.
Eby (1990, 1992) sugirió una subdivisión doble (Tabla 2) y diagramas de discriminación A1-A2 se
deben usar SOLAMENTE para los granitoides que se trazan en los campo

s de WPG y tipo-A, un hecho que frecuentemente se ignora en la literatura reciente. El conjunto


de datos utilizado por Eby no evidencia dos grupos discretos, pero ilustra un cambio continuo
desde la post-colisión A2 a la post-orogénica, que se extiende a lo largo del límite A1-A2, a las
series A1 al interior de la placa. Aunque son útiles en una etapa preliminar, los diagramas
geoquímicos se deben probar cuidadosamente en el caso de casos geológicamente sin
ambigüedad. En Corsica, Bonin (1988) observó que las proporciones de Ga/Al miden mejor la
alcalinidad, las rocas peralcalinas producen ratios de Ga/Al más altos que las metaluminosas.
Comparando los datos minerales y químicos de Corsica y Adrar des Iforas, Bonin (1990) sugirió
subdividir los granitos alcalinos que fueron emplazados poco tiempo después del final de un
episodio orogénico en los subtipos postorogénicos PO y primitiva anorogénicos EA, basados en la
mineralogía del silicato máfico de magnesio, y más altos contenidos de Ba y Sr en series PO que en
series EA. Las series PO (Bonin et al., 1998) se trazan generalmente dentro del campo A2, pero las
series EA se ubican en el límite A1-A2, con tipos aluminosos todavia en el campo A2 (Martin et al.,
1994; Hong et al., 1996). Eby (1992) observó excepciones, tales como los granitos rapakivi
anorogénicos, que se epresentan dentro del campo A2, no en el campo A1.

En las áreas continentales, las rocas silícicas de tipo-A muestran una evolución secular que dura
cientos de Millones de años, desde granitos subsolvus a hypersolvus a nefelina sienita, o desde
riolita a traquita a fonolita (Black et al., 1985). El agua parece jugar un papel importante (Bonin et
al., 1987; Bonin, 1990). Las series post-orogénicas, caracterizadas por rocas de color rosa a rojo,
están controladas por un débil fraccionamiento de feldespato alcalino, la precipitación temprana
de óxido de Fe-Ti y la cristalización de silicatos máficos ricos en Mg y Mn. Dominados por granitos
subsolvus de dos feldespatos, reflejan una presión de agua bastante alta y condiciones oxidantes
de etapa tardía, debido a la saturación de agua en magmas evolucionados, la subsecuente
exsolución de fluidos acuosos y la descomposición térmica de H 2O. Las primeras series
anorogénicas, caracterizadas por rocas de color verde a marrón, son controlados mediante el
fraccionamiento de feldespato masivo, la precipitación retardada de óxido de Fe-Ti y la
cristalización de silicatos máficos ricos en Fe-Mn. Dominados por un granito de feldespato
hypersolvus y sienitas asociadas, estos reflejan condiciones más reductoras y menor presión de
agua (Bonin y Giret, 1985). Los dos tipos de series tienen lugar en una corteza recién consolidada,
unos pocos millones de años solo después de un evento orogénico importante. Las series
anorogénicas sobresaturadas de sílice ilustran el proceso estabilizador de cratonización marcado
por el engrosamiento de la litosfera continental. Están controlados por los mismos factores que
implican regímenes deficientes de agua, pero que aún permiten el fraccionamiento de anfíboles.
Las series anorogénicas insaturadas con sílice predominan después de un período de tiempo de
alrededor de 500 Ma después del último evento orogénico. Los magmas pobres en agua ya no
pueden mantener el fraccionamiento de anfíboles y los líquidos residuales alcalinos se vuelven
cada vez más insaturados en sílice para producir composiciones de fonolita-nefelina-sienita. Los
fluidos acuosos se mezclan y reemplazan progresivamente con CO 2, responsable de la alteración
carbonatada en etapa tardía y la generación de magmas de carbonatita.

Las edades de emplazamiento de las series alcalinas dentro de la placa no son aleatorias, sino que
corresponden a eventos globales. Esta no es una idea nueva: Backlund en 1932 (citado por
Sørensen, 1974, página 146) enfatizó que el emplazamiento en regiones estables de magmas
alcalinos es simultáneo con procesos orogénicos que ocurren en otros lugares y creó la palabra
"epirodiastresis" para el modo de emplazamiento por perforación de áreas continentales estables,
un término perdido en la literatura geológica. El sincronismo de la actividad ígnea alcalina
separada espacialmente y los eventos orogénicos se comprobaron para las intrusiones
'Caledonianas' y 'Hercinianas' de la Península de Kola, los Devónicos, Carboníferos y los Younger
Granites Jurásicos de África Occidental (Black and Liégeois, 1993) y las asociaciones Meso-
proterozoicas de rapakivi del escudo Báltico (Åhäll et al., 2000). Se aplica a todas las provincias
ígneas alcalinas de corta duración en la Tierra (Black et al., 1985).

5.2. Océanos

El problema del granito se ve a menudo como un caso de reciclaje continental. La clasificación del
alfabeto genético constituye una ilustración perfecta de esta concepción. Sin embargo, los
granitos eran conocidos desde hace mucho tiempo en las islas oceánicas, por ejemplo, Islandia y el
archipiélago de Kerguelen (Tabla 3). Más recientemente, se observaron en zonas de fractura
dentro de dorsales oceánicas. Los granitos tipo A fueron originalmente definidas para áreas
continentales, pero la mayoría, si no todas, las rocas graníticas emplazadas en contextos oceánicos
comparten características del tipo-A y se asocian con rocas alcalinas, transitorias, o máficas
toleiticas (por ejemplo, Giret, 1990).

El archipiélago de Kerguelen (Fig. 3) constituye la tercera isla oceánica más grande, después de
Islandia y Hawai. Las rocas intrusivas de grano grueso representan una significativa proporción del
archipiélago, que en la actualidad cubre un área superficial de alrededor del 8%, mientras que las
rocas intrusivas de grano fino corresponden a alrededor del 7% y las volcánicas,
predominantemente basáltico, ocupan el 85%. Los complejos de anillos y stocks relacionados con
la caldera (Giret, 1983; Bonin et al., 2004, y sus referencias) están compuestos de (monzo) gabbro
y sienita, con granito menor o sienita nefelina. Los volcanes de la caldera muestran asociaciones
bimodales de traquibasalto a traquiandesita y traquita a riolita o fonolita. Las rocas máficas
alcalinas se producen cuando la lava fluye, las hojas de cono y los macizos acumulados, las rocas
intermedias son escasas (Bonin y Giret, 1990). Las rocas félsicas ocurren como unidades de pómez
ignimbrita, diques de anillo y stocks. Todas las composiciones de sienita (traquita) y granito
(riolita) (Giret, 1983; Gagnevin et al., 2003) se trazan dentro de los campos de WPG, tipo-A y
subtipo-A1.

En Islandia, hay una alta proporción de rocas silícicas que están confinadas a los volcanes
centrales. El volumen expuesto esta comprendido entre el 3 y el 15% y dos grupos se identifican
(Jónasson et al., 1992). El primer grupo está extendido por toda la isla. Los volcanes centrales (por
ejemplo, Thingmuli) y complejos intrusivos (por ejemplo, Austurhorn) muestran lavas y diques de
basalto toleíticos o de transición, lavas de islandita intermedias, stocks y diques de granodiorita-
granito, ignimbritas y domos pumáceos de dacita-riolita, e intrusiones de gabro en capas. Los
ensambles de fases anhidras y los altos contenidos de Fe de las rocas silícicas indican la generación
en una cámara magmática poco profunda. Los rangos comparables en ratios de elementos traza
incompatibles sugieren una derivación de magmas parentales comunes y el ensamble de
fraccionamiento es consistente con la mineralogía observada del gabro acumulado en capas
(Furman et al., 1992). Aunque expuesta cerca de un límite de placa divergente, las rocas silícicas
cumplen con todos los requisitos para calificarse como granito de tipo-A, por ejemplo, el elemento
principal y ratios de Ga/Al, contenidos de (Zr + Ce + Y + Nb), etc., y trazados dentro del campo
WPG, no ORG, campo. Sorprendentemente, los ratios de Y/Nb bastante altos indican el subtipo
A2 post-colisión, no al subtipo A1 relacionado a rift.

El segundo grupo, restringido al volcán central Króksfjördur, Noroeste de Islandia (Jónasson et al.,
1992), es más intrigante. Está compuesto por Mg# ≈50, dacitas calcolcalina, que son ricas en Ca y
Al y ligeramente peraluminosas (1.0 < ASI <1.1), son significativamente pobres en HFSE y, aunque
no están relacionadas con la subducción, se representan en la campo VAG. Algunas muestras
contienen fases hidratadas (biotita y anfíbol) o sus relictos. Los xenolitos de gabro y hornfels
acumulados sugieren que las dacitas calcoalcalinas se originaron a partir de la reacción de
deshidratación del fundido de las rocas básicas en facies de anfibolita a una profundidad de unos 5
km dentro de la corteza. Jónasson et al. (1992) observaron que es sorprendente que rocas
similares a las dacitas calcoalcalinas no se encuentren en ningún otro lugar de Islandia, ni que haya
otras rocas con firmas de elementos traza que se asemejen a estas, y concluyeron que las rocas de
corteza máfica en Islandia no se funden fácilmente para producir magmas anatécticos. (Fusión
diferencial de roca en condiciones de metamorfismo de grado alto)

El clan de plagiogranito, emitido a partir de la cristalización fraccionada prolongada del magma de


tipo MORB y/o la inmiscibilidad líquido-líquido a baja presión (Dixon Spulber y Rutherford, 1983),
también comparte muchas características con los granitos de tipo-A, las principales diferencias son
que ocurre dentro de las cuencas oceánicas, no continentes y que tiene un contenido de K y Rb de
bajo a muy bajo y patrones específicos de LREE escasos. Constituye el grupo ORG (Granito de
Ridge Oceánico) de Pearce et al. (1984). La causa del agotamiento de K, Rb y Ba podría deberse en
parte a la eliminación de estos elementos por lixiviación hidrotermal. La ocurrencia en la Cuenca
de Faeroe-Shetland de un complejo de intrusiones tipo sill que contienen plagiogranito dentro de
dolerita olivino tholeítica proporciona evidencia directa de que la diferenciación extrema puede
producir un líquido residual granítico de ORG de bajo K, con 0,09% en peso de K 2O y 2 ppm de Rb

(Kanaris-Sotiriou y Gibb, 1989). Pero el granito rico en K también se encuentra en los sistemas de
dorsal oceánico. Una de las primeras ocurrencias descritas es la "monzonita de cuarzo", que en
realidad es una granodiorita hornblenda -biotita con 3,3% en peso de K 2O, que rellena un estrecho
dique de 1 cm de ancho y una diabasa granófila (Engel y Fisher, 1975). Los contrastes químicos
indican afinidades WPG y tipo-A a granodiorita y de tipo ORG a diabasa granófila y aplita
trondhjemita asociada pobre en K (menor al 0,07% de K2O en peso). Todos los tipos de roca
producen un ratio isotópico inicial idéntico de Sr igual a 0.7034, lo que ilustra que los magmas tipo
MORB pueden producir diferencias cogenéticas ricas en K y pobres en K. En las antiguas
formaciones metamorfoseadas y deformadas, la probabilidad de que los granitoides oceánicos
ricos en K con contenidos bastante altos de LILE y HFSE podrían ser confundidos con rocas
continentales WPG y tipo-A, conduce a erróneas reconstrucciones palimpásticas (lo más parecido
posible a lo que fue), debe ser tenido en cuenta.

5.3. Planetas terrestres

Los planetas terrestres y el cinturón de asteroides (Tabla 3) muestran la misma estructura interna
que la Tierra y se han producido magmas graníticos (Bonin et al., 2002; Bonin y Bébien, 2005).

En la Luna, clastos de granito de 4.4–3.9 Ga muestran un ensamble prístino [Cuarzo + Or80-95


feldespato alcalino + An85-65 plagioclasa + fayalita + piroxenos + ilmenita + minerales accesorios +
troilita + conjunto de metales Fe – Ni], indicando condiciones buffering la fayalita-hierro-cuarzo
(FIQ, por sus siglas en inglés) (Warren et al., 1983). El gran enriquecimiento de K/Ca junto con la
baja abundancia de REE en el granito en relación con los magmas parentales KREEP son
consistentes con la inmiscibilidad líquido-líquido silicatada, un proceso que también se observa en
las inclusiones de fusión en olivino de basaltos lunares. A pesar de los datos químicos incompletos
(Y y Nb son ausentes, pero Yb y Ta han sido analizados), las muestras producen afinidades
sorprendentes con WPG y granitos de alto contenido en sílice del tipo-A (Fig. 4), con la excepción
de los contenidos muy bajos de Na2O, lo que resulta en una asociación exótica de feldespato.

En Marte, la evidencia es más tenue, ya que no hay contenidos de elementos traza dentro de
rocas silícicas disponibles. Los meteoritos SNC ( proviene de Shergottita, Nakhlita y Chassignita;
rocas ígneas marcianas) son magmas picríticos (roca ígnea rica en magnesio, según IUGS, % en
peso de MgO mayor al 12%) a basálticos, o máficos acumulados. La evidencia de campo para las
rocas ígneas félsicas proviene del análisis en el sitio Pathfinder de una roca libre de azufre de
composición andesita-dacita (McSween et al., 1999) y del sistema de imágenes de emisión térmica
(THEMIS) y espectrometría (TES), lo que sugiere la aparición de plagioclasa álcali feldespato y
cuarzo (Bandfield et al., 2004). La evidencia de la gravedad muestra que las cámaras magmáticas
extintas y los sistemas de tuberías subyacen a los volcanes de escudo, como en la Tierra (Kiefer,
2004). La naturaleza, ígnea vs. sedimentaria, de las rocas con alto contenido de sílice es un tema
de discusión (McLennan, 2003), ya que las observaciones recientes demuestran que formaciones
sedimentarias silíceas, que contienen minerales arcillosos y posiblemente sílice opalina, se han
depositado en Marte durante períodos antiguos del tiempo (Michalski et al., 2005). La evidencia
más fuerte, pero indirecta, de rocas ígneas félsicas en Marte proviene de inclusiones de fusión en
meteoritos SNC (para una revisión, ver Bonin y Bébien, 2005) y de estudios experimentales. Los
trayectos de cristalización se realizaron en vidrio que representa el magma parental del meteorito
Chassigny (Minitti y Rutherford, 2000) y el Shergotty (Dann et al., 2001). En ambos casos, las
condiciones hidratadas (∼1,5–1,8% en peso de H2O) a 20 - 200 MPa y buffer QFM producen una
línea de descenso de líquido hacia, después de una cristalización del 60%, composiciones de
andesita-dacita cerca de la roca libre de azufre Pathfinder, es decir, 62–66% en peso de SiO 2 y 0,4–
1,6% en peso de contenido de K2O. Estas composiciones líquidas producen los bajos contenidos de
alúmina y las altas ratios de Fe/Mg postuladas para el granito de tipo A, pero los ratios K/Na y los
contenidos de K2O son demasiado bajos y no se dispone de contenidos de elementos traza. Si el
granito tipo-A puede ocurrir en Marte (Nekvasil, comunicación escrita, 2005) sigue siendo una
pregunta abierta.

Además de las muestras de granito lunar y las inclusiones de fusión dentro de los meteoritos
Marcianos del SNC, los meteoritos se eliminan del cinturón de asteroides, como los diferentes
tipos de condritas, planchas IIE y la suite de howardita-eucrita-diogenita (HED), contienen
conjuntos de feldespato de cuarzo de grano grueso (Bonin et al., 2002) e inclusiones fundidas de
alto contenido de sílice (Bonin y Bébien, 2005). La evidencia de Venus es más ambigua. Los domos
específicos "pancake" se interpretaron como implicación de una composición silícica (Fink et al.,
1993) o representando conos basálticos de superficie plana emplazados bajo alta presión (Clague
et al., 2000).

Los granitos tipo-A podrían no ser típicos de la Tierra. Podrían ser el tipo de roca silícica
dominante en otros planetas, aunque es una proporción de granitoides relativamente modesta en
la Tierra. Aunque se producen en pequeños volúmenes en relación con el volumen total de todos
los tipos de magma en los planetas terrestres, se generaron en entornos que diferían
notablemente de los que prevalecen actualmente en la Tierra. Tales ocurrencias proporcionan una
fuerte evidencia de que, contrariamente a la opinión convencional, la asociación de agua líquida,
corteza continental y tectónica de placas no constituyen un requisito previo para la generación de
líquidos graníticos de tipo A. Según la evidencia lunar, es tentador sugerir que los primeros
granitos producidos en la Tierra podrían haber sido granitos de tipo A que, en última instancia,
habrían sido subducidos fuera del registro geológico. Reexámenes adicionales del elemento y las
composiciones de isótopos de circones > 4.3 Ga podrían proporcionar argumentos
complementarios.

6. Niveles estructurales en el magmatismo tipo A


6.1. Hechos geologicos

Para entender por qué y cómo los granitos de tipo A se diferencian aparentemente por su
petrografía y sus composiciones químicas, es hora de volver al campo. Muchos modelos
petrogenéticos se basan en la fusión parcial de las rocas de la corteza, y los magmas derivados del
manto desempeñan únicamente el papel de fuente de calor. Las pruebas naturales son ofrecidas
por los xenolitos de la corteza llevados por lavas volcánicas y piroclastitos. Muestran vidrios
apagados emitidos por la fusión incongruente de minerales hidratantes formadores de rocas. Las
composiciones de vidrio son siempre altas en K / Na, fuertemente peraluminosas y altas en sílice,
es decir, similares a la leucogranita de tipo S, incluso en el caso de la sirenita de cuarzo peralkalina
de tipo A parcialmente fundida (Harris y Bell, 1982). Los xenolitos de gneis de granito fenitizados
parcialmente fundidos (Morogan y Martin, 1985) producen vidrios que no tienen composiciones
de granito de tipo A.

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