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Desarrollo Personal Integral

Instructor Pedro Josué Velásquez Chuy


1. Responsabilidad
Desde los primeros años debemos inculcarles el principio de la responsabilidad, que les
ayudará a lograr sus objetivos. Es importante enseñar valores a tu hijo para que
comprenda que toda acción tiene una consecuencia, y que solo se cosecha aquello que
hemos sembrado.
El sentido del compromiso se aprende con las pequeñas cosas, desde hacer la cama,
terminar la tarea, asistir cada día al colegio o ayudar a poner la mesa, por ejemplo.

El Consejo General de la Psicología de España (COP) asegura en un artículo de su


revista digital que lo ideal es “promover conductas positivas como el respeto y la
responsabilidad, así como prevenir conductas negativas como la intimidación y el
acoso. Para ello hay que proporcionar reglas de conducta comprensibles y
prácticas de disciplina”.
2. Honestidad
Los individuos honestos se ganan el respeto de los demás y pueden sostener relaciones
saludables durante toda su vida. En una sociedad que asume la mentira como moneda
corriente, la transparencia es una virtud encomiable que defiende la verdad a toda costa,
incluso si nos sentimos avergonzados al reconocer un error.

Los niños tienen que aprender a ser sinceros con ellos mismos y con los demás. Esto
incluye no intentar aparentar ser otra persona para encajar en la sociedad. Por eso,
enseñar valores como la honestidad a tu hijo es clave para formar buenos ciudadanos.
La honestidad les permitirá crear amistades duraderas | Fuente: Unsplash
3. Tolerancia
Se trata de mantener la mente abierta, consciente de que el mundo se compone por
diferentes razas, culturas y religiones. Explica a tu hijo la importancia de tolerar las
opiniones y los criterios de los demás. Y actúa tú mismo siguiendo esas premisas. Así
logrará construir relaciones interpersonales sanas y prolongadas.
4. Respeto
Es un pilar básico para el funcionamiento de la sociedad. Se practica al escuchar las
opiniones de los demás, comprender sus sentimientos, aceptar sus preferencias y no
obligarlos a hacer algo que no quieran.
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Los niños podrán valorar a otros solo si primero sienten respeto por sí mismos. Esta es
la premisa básica. Los padres jugamos un papel crucial en su autoestima. En nuestra
mano está hacerles sentir especiales, elogiar sus logros y decirles cuánto les
queremos.
Un artículo de la revista Mi Pediatra señala que “para conseguir que los niños muestren
respeto de forma global y continuada debemos fortalecer la comunicación con ellos, y
emprender una serie de acciones que instauren un clima familiar adecuado y unas
rutinas. En este último punto la disciplina es un aspecto que debe tener un papel
preponderante”.
5. Perdón
Es preciso transmitirles desde pequeños que todos somos seres imperfectos y que, por
tanto, tenemos derecho a equivocarnos. Necesitamos poner en práctica el perdón
muchas veces en la vida, ya sea porque un amigo nos ha ofendido, un familiar no se ha
portado bien con nosotros o alguien ha hablado a nuestras espaldas.

Si alguien tiene la valentía de reconocer su error y pedirnos disculpas, debemos


aceptarlas aunque nos cueste hacerlo. Quizás la confianza no se recupere de
inmediato, pero con el tiempo se recobrará. Además, solo hay que pensar que todos
hemos tenido que pedir perdón también alguna vez.
6. Empatía
Si al enseñar valores a tu hijo logras que desarrolle y practique la empatía, le allanarás
el camino hacia una vida rodeada de afectos y relaciones duraderas. Este
principio trata de ponernos en el lugar del otro, comprender sus sentimientos y
aceptar sus opiniones.
Una persona empática intenta agradar a los demás, sin que ello represente una obsesión.
Procura crear lazos afectivos, se muestra amable y desea —honestamente— el bienestar
de quienes le rodean.

7. Colaboración
Nuestros hijos aprenden a ser colaborativos en casa cuando las tareas domésticas se
distribuyen. Recoger la mesa, limpiar las habitaciones, ordenar sus juguetes o sacar la
basura. Hay muchas cosas que pueden hacer en función de su edad.
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Esto les ayudará después a trabajar en equipo, convivir con amigos y tener buenas
relaciones en medio laboral. También es un principio que les será muy útil cuando se
independicen.

“Las conductas prosociales desarrollan la autoestima, fomentan la conexión y refuerzan


la responsabilidad personal. Ayudar a los demás hace que se sientan parte del
entorno”, afirma el COP.
Entre las tareas que implican ser responsables y colaborativos está el reciclaje | Fuente: Canva
8. Bondad
Qué bonito es ver a un niño tener un gesto amable con alguien y comprobar que su
intención es ayudar. En su trato con las personas, los animales y las plantas
comprobamos su naturaleza bondadosa.

Al enseñar valores a tu hijo, intenta que no vean en ti la malicia ni la desconfianza. Si


observan que tu interés primordial es hacer el bien, será más fácil que a ellos les salgan
esas actitudes espontáneamente. Procuremos que vivan libres, alegres y
optimistas, dispuestos a tender una mano desinteresada a quien más lo necesite.
9. Gratitud
Es la disposición a demostrar agradecimiento por lo que tienes o recibes. Hay que
cultivarla desde la infancia mediante la satisfacción, enseñándoles a disfrutar cada
instante de la vida.
De esa forma, crecerán como personas felices y entusiastas, que podrán disfrutar su
existencia en distintas circunstancias. También aprenderán a ser agradecidos con
quienes les ayudan, cultivando así fuertes amistades desde la infancia.

10. Generosidad
Este valor está muy relacionado con la empatía y a la bondad. Si lo inculcamos en
nuestros hijos desde la niñez, tendrán una mejor predisposición a compartir lo que
tienen con los seres queridos y aquellos que lo necesiten.
Ayúdales a entender que es un principio de doble dirección. Es decir, si eres generoso
con los demás, es mucho más probable que los otros lo sean contigo.
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11. Compasión
Es un sentimiento de cuidado y amor hacia los demás. Y va más allá de la empatía.
Porque, además de comprender lo que sienten los otros, también te esfuerzas por
ayudarles a solucionar sus problemas. Saber que nuestros hijos son compasivos nos
hace estar muy orgullosos de ellos por su buen corazón.
12. Valentía
Es el arrojo que todos necesitamos para enfrentar los retos e ir tras nuestros objetivos. Si
sembramos la semilla del coraje en nuestros niños, se sentirán seguros y tendrán una
buena autoestima. Así dispondrán de la entereza necesaria para superar los obstáculos
del día a día.
Para ello también deben adquirir una buena resistencia al fracaso. Es decir, comprender
que no siempre se obtiene lo que se quiere. Pero podemos hacerles ver que seguir
luchando es el primer paso para encontrar soluciones.

Además, con coraje se sentirán seguros y satisfechos consigo mismos. “Quienes tienen
una gran autoestima con mayor frecuencia no solo se sienten felices, sino que también
conocen sus fortalezas y debilidades”, leemos en el portal En Familia de la
Asociación Española de Pediatría.
La vida no es fácil, eso es seguro. Por ello es importante que tu hijo aprenda junto a ti,
con tus enseñanzas y, sobre todo, con tu ejemplo, los valores que le ayudarán a ser más
feliz y mejor persona.

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