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‘Se: can ln copecaisa a plc ofl esd mena, ta in: a ei de Ur pgan WL doen te TAP we Erjilnestprovitn por De Joss Ca Sagres Fa Be Stes "Esta propucste fue rechezade en diciembre de 196, ‘Lan Pacentesy el staf eistcrn In nierveniongubersamenta, to f+ ‘Beg provers inervencion poi Gren tava queens una fered pre Scporalenese CAPITULO 6 'WOS PSICOLOGOS APARECEN EN ESCENA, Plotkin , M0200) Fret an ar Pansred «| 5 = a crniin de carrer de pres aiveite Exilortel Gactamentan If As. des al pat en especal en a Univeral de bare es fines delosafee Bue cts isos meses ee At del pelcondlis en ls ates ey 70 Lene Se eee © an fe denrolta con una Reve chenelees ee aT {Bia eneuat rela ent ls coop on oan. bios epringpis de trates 70 Sucsee es tase ge ae desemptaba en cl campo ea prccogissinier tes Sip Geando alguna case de efaps 6 tele oes & En Argentina el pts hoa nate arena \ soselunen de la ysign dente temprane Becks kee iclogia cea” (hperinena) feos us eae sonsolidedo cuando bugis dl patocrdions trie Se, Unites en particle dunntedecades i peor een tis en posi a pekoandiss ga ox Sect ne Gierpo de conocmntel por a supossa fale Seas Sén centen os puslos cxpeeoenni sonata intrpetacn pascal elon cigars sucess pat de ivi pridca dea supeston Ens dacder et wpa $50, aon dd apogeo del pitsanisis en os SEU. ke oe 05 noreameritanos #6 propusefoncontasas ke feoee Folenaizn con ss pots nctscs pene pas Fetrar a sens de aes cents frees We ayocoe fe {len ens ston 6D con In emergenca ces peng ngs tome una epeciiisd amplannens aceiade io Secale «| goneamencton empecaross torpor des foaP i nes J} Heudlanen no obintte'W tal u py pecs ete J; min profesional y centca desu ampo he Sete Sata Roe tna por al contonmy st eséa de psegnga one cies pane in ccacon dela carreras estvoclanene sare a Palcoanl Bn este seid, de acuerdo on ura publeason Emanada de un grupo de psiéagas ts plop legates se rs j a Escaneado con CamScanner una clencia” s6lo a través del psicoandlisis. Las demés teorias polcol6gicas eran pereibidas como meras técnicas menores, con la Posible excepcidn de la paicologia genética de Jean Piaget? Para mediados de los afioe “60, nuevas universidades pri- oanals- Jogos se concentraban en afio, de acuerdo con una investiga d de Buenos Aires, habia \da 198 portefos era ia Argentina (y en particular la ciu- ‘mis psicblogos que cualquier otro pale de Américe y, probablemente también del mundo, en , proporcién a su poblacién to Fin el tranacurco de los afos “60 y ‘70, los psicdlogos clinicos ampliaron drésticamente ln oferta de terapias pe Sus honorarios eran, en general iderablemente mis bajos gusjer ane cobraban los psicoanalistas formados en la APA. La AP: i e éra lodi instituci6: A te ries pal ler 9 ena ape protec, Lae Pe oe re Br econ p> , en especial al comienzo de su carrera profesiot .1 general cobrando salarios muy reduci- a Jos nulos). El trabajo en instituciones publi- cas les ‘tia adquirir experiencia prittica concreta que NO cat ee permite adguiis esper red Faia el inicio de los aoe "70, e1 49% de un grupo representativo de psicélogos encuesta- dos trabajaba en alguna institucién publica, en general en forma part-time y sin cobrar por sus tareas. De este modo, psicélo- {gos funcipnaron como agentes de difusién de una psicologia de orientacign psicoanalftica en los hospitales pitblicos. Sin embat 1,el hecho real de que la mayor parte de las terapias psicoans iticas fueran administradas por psicdlogos mas que por ods, reforzé la tendencia, que habfan comenzado a definir los ‘icoanalistas ortodoxos, de diferenciar su propio campo de acci6n dél de los psiquiatras, con log matices que fueron discu- seein dl de los piquant angentinos 22 +t 439 « tiva de psicélogos estaba e1 contraste con los norteamericanos, fueron tomando distancia paulatinamente de la medicina clisica. Las carreras de psicologia en las universidades (ubicadas en general en las facultades de Humanidades o, en el caso de la ia Facultad de Filosofia y Letras) promovie- del psicoandlisis a través de la dindmi- ron, ademis, la di otras carreras tomaban res de psicologia daban te afios el Lldsofo Leén Rozitehner, por ejemplo, dirigié un se- minario sobre Freud y Marx que atrafa a.una gran cantidad de estudiantes de diferentes carreras. Bl do de est ‘cambios fue la répida difusi investigaci6n dedicado a las ciencias sociales, organiz6 una ferencis acerca de las reluciones entre psicologt la que participaron psiquiatras, psiclogos, algunos analistas de la APA. Luego del nativos de satisfacer sus demandas de saber en grupos de estu- eda te emanate gion See ron ser una tradicién, una especie de universidad de las eata- ‘cumbas. Este mecanismo puso a los estudiantes de puicologia en contacto con filésofos y centificon sociales que hablan sido ex. pulsados de las universidades por las autoridades militares lo ‘cual gener6, de este modo, otros ambitos de interaceién entre el pensamiento “pl” y as cencas socal __ Los psicblogos hicieron crecer no solo la oferta de psicoans- lsis sino tambien la demanda. Los poicblogos no pudieron in. gresar a'la APA sino hasta mediados de los aftos °B0; por lo tanto, durante cas tres dlcadastrataron de reproduc, ‘apelan- jo a sus propios recursos, el modelo de formacién que b la APA. Elioscomplementaban la formacién cade nlea univer silaria —provista en gran parte por analistas de la APA cor un andliss didéctico no oficial drigido en general por enalisten Isvenes dela APA por un lado; por el oto, a iravén de la P con miembros de la APA en forma privada A comienzos de los afi 70, 1 95% de una mucstes represents tamiento 0 0 lo habia es- tado con anlerordad. De este grapo, el 24 etshu'o habla 223 . Escaneado con CamScanner ae tado en anilisis ¢on un ia formado en la APA mien: tras que s6lo el 11% habia elegido a otro psicélogo como tera- peuta.* En 1966, en el contexto de una severa recesién econémi- ca, el 68% de los estudiantes de psicologia estaba atin en algin tipo de tratamiento psicoterapéutico?” Ademés, los psicblogos se convirtieron en el grupo més numeroso de consumidores de la literatura producida por los psicoanalistas de la APA. Los i i importante como agentes de -a hacia fuera de la APA. icblogos en la comunidad “psi” no dejaba de ser problematica. La profesionalizacién de la psicologia habia sido un tema complejo desde el principio. Desde el comienzo de la década del ’60, los psicdlogos recibiezon formacién psicoa- nalitica de parte de psicoanalistas que, al mismo tiempo, no les + permitfan ingresar a la APA, la tinica institucién que podfa brin- dar una formacin analitica considerada legitima. Ademés, en ciertas partes del pais, en especial en la ciudad de Buenos Aires, donde la mayoria vivia y trabajaba, los 1g0s no podian ejercer legalmente la psicoterapia por prohibicién expresa esta- blecida por una ley aprobada en 1967 por el gobierno militar. La ley 17.132 restringia el status profesional de los psicélogos al de meros “auxiliares de la psiquiatria”, poniéndolos en el mismo nivel que los enfermeros, y formulaba explicitamente la prohibi- cién de practicar el psicoandlisis. Esta ley reafirmaba la resolu- cién del Ministerio de Salud Pablica de 1954 qu: ba la practica de la psivoterapia, especialmente del psicoanilisis, a los - tmédicos. A los psic6logos's6lo se los habilitaba legalmente para administrar tests y para investigar bajo la supervisin de un médico.” i; Sin embargo, y a pesar de las restricciones legales, gran parte de los psic6logos ejercié la prictica psicoanalitica en Bu nos Aires y muchos de ellos hasta levaban a cabo tratami psicoterapéuticos en servicios psiquiatricos de hospitales pu fos. Aunque la ley pareceria no haberse aplicado, tuvo efectos negativos en el terreno prictico y profesional. Desde el comien- Zor los psicélogos cargaron con e} estigma de ilegalidad que, traducido en términos econémicos, implicaba, entre otras cosas, cobrar honorarios mucho més baratos que los que podian obte- ner los analistas “verdaderos”. La relaciOn que estableceron los psieblogos con el esta- blishment médico (en particular, con los psiquiatras) operé como otro obstaculo en el proceso de profesionalizacién de la 224 ies . cién psi + , go, los psicélogos depend: Psicologia. Los psicblogos que realizaban terapias de orienta- analitica eran considerados una amen monopolio médico sobre el arte de curar. A los practicaban i taban franqueando u de manera estrecham: para obtener residencias en !as insti componente central de su formacign pr Para comprender el proceso de profesionalizaciGn y el de- sarrollo de la psicologia en la Argentina debemos primero ana- lizar las relaciones complejas que la nueva profesisn establecio con el Estado y con la profesién médica soste: por un lado, y con la comunidad aralitica por jue situar este entramado de relaciones e: ciplina de difusos frente a la cu: sencia de modelos alternatives para la identidad profesional _, Otro factor que debemos subrayar en el desarrollo de una identidad profesional fue la problemética concreta del género. Mientras la medicina era percibida como una profesién mascu- lina, la psicologia era vista como esencialmente femenina. Casi todos los graduados de la primera generacién de psicdlogos re- dibidos habian sida mujeres y, en 1986, el 74% del cuerpo estu- diantil de fa carrera de psicologia de la UBA estaba constituido por mujeres! La Asocacién de Psicologos de Buenos Aires PBA), fundada en 1962 para defender los intereses profesio- nales de los psicélogos, estuvo conformada casi en Potziyeres durante sus primerc ais de exten gos debfan entonces luchar para obtener un reconoc! profesional desde una posici6n definida 2 priori como débil: una cién femenina, Esta variable de género tendria un efecto ecto sobre el particular modo de relacién que establecieron los psicélogos con los miembros de la comunidad psicoanalitica mayoritariamente masculina. La psicotogia en la Argentina antes de la creacién de las carreras Desde sus origenes, el desarrollo de la psicologia en nuestro rus cientifico claro ni con un dominio 1s que en Estados Unidos la for- disciplinario definido. Mit macién académica en psicologia se habia destacado siempre por la importancia otorgada a la experimentaci6n, en la Argentina la 225 Escaneado con CamScanner + Sibi . “carreras de medicina y derecho, finalmente se establecié en la . psicologfa experimental de Wilhelm Wundt en Leipzig, los estu e, la ensefianca de la ia caracterizado por una clara orientacién cl que dejaba abierta Ja puerta para el . La dificultad de la psicologia para definir propio campo de accién permite explicar, en parte, cémo el psi ++, Coanlisis vino a llenar —luego de la creacién de las carreras— un vacio tedrico preexistente. . ._ ‘Entre los paises latinoamericanos, la cierto prestigio en la ensefianza de la psicologia y, en menor. medida, en el terreno de la investigacién. El primer laboratorio de psicologia experimental establecido en América lati jiendo el modelo del dirigido por Wilhelm Wundt en Leipzi creado por Horacio Piero en 1898 en Buenos Aires.” No obstante, los trabajos de Wundt se conocieron en la Argentina, por medio de traducciones francesas, en la mayorfa de los casos, y fueron lefdos a través del filtro del positivismo. Desde esta perspectiva, se valoraron sélo los aspectos de los mismos vincu- lados a la fa." : i icologta se ensefié en momentos diversos en las + Facultad de Filosoffa y Letras."5 En sus origenes, la ensefianza de. . la.psicologia no tuvo una orientacién-psicoanalftica; mas bien estaba organizada alrededor de otras tradiciones académicas y te6ricas que, en algunos aspectos, eran incompatibles con el pst coandlisis. Sin embargo, habia matices que dejaban entreabierta la posibilidad de que se colara la doctrina vienesa, la cual, a partir de la década del ‘20, comenzé a ocupar un lugar creciente en los programas de ensefianza de psicologia de la Universidad de Buenos Aires." La ambigiiedad que rodeaba la definicién del dominio de la psicologia era reconocida y discutida por los hombres que ensefiaban los-dos cursos existentes y se rel :en.los contenidos de los programas de estudio. Orienta fisiolégicas, experimentales, clinicas y filos6ficas coexistian sin dificultad. Cuando Horacio,Pifero,-un médico positivista titul del primer curso de psicolog{a desde 1901, tr disciplina, nombr6 tres acontecimientos Sento dela psicologia moderna: la creacién del labors 226 Lyf ntina gozaba de tacién psicopal La temprana tendenciaclinco-pr fianza de la psicologia se ori a lice de la ense- a en parte en la popularidad d Charcot y en especial de Ribot por un lads, y port sera a hecho dé que casi todos los titulares de los cursos d es 1505 de psicologla eran médicos. El abordaje psicopatologice dado pos Pe ee lente tanto en los contenidos concretos que tra- como también por la exigencia que les pla nes clinicas en el servicio psiquiatrico que él dirigia en Nacional de Alinadas, Esta onentacon taragene steer a ierta de entrada posible para la introduccin del psicoandlisis 1907 se cre6 otro curso de psicologia con el objetivo de darle a ensefanza de Ja disciplina una orientacién mis filosdtica, El curso (Uamado originalmente “Psicologia normal y pato- luego “Psicologfa experimental y fisioldgica”) se ocupa- los aspectos clinicos y experimentales de la disciplinay el segundo se concentrarfa en las funciones mentales superiores, La ‘conciencia y las relaciones entre psicologia y filosofis" Otro factor que contribuyé a la introduccién posterior del psicoandlisis en la ensefianza de la psicologia fue la declinacion general del paradigma positivista a comienzos de la década del ‘20 y la reacci6n antipositivista que surgié en consecuencia y que fue discutida en el 1. Esta reaccion romovié una lectura més los Ifderes de esa reacci6n, el titular del segundo curso dura ‘ocupaba especificamente del abierto a sus innovaciones y Mlaron un interés por la jana mientras asistian a sus clases." Paulatinamente, los contenidos experimentales del pri- mer curso fueron siendo dejados de lado debido a que los diver- ‘408 laboratorios creados en los afos '20 fueron finalmente cerra- dos por el gobierno peronista en 1949." Un abordaje mis huma- nistico de la psicologia, nciado por el pensamiento innovaciones freudianas, gand 27 eT Escaneado con CamScanner La ensefianza de la psicologia en la Universidad de Buenos Aires abrevé, entonces, de dos corrientes aparent sin embargo, convergieron en el psicoa: Por un icin clinico-psicopatol6gica, que habia surgido con el positivismo pero que habia logrado sobrevivir a su declina- cién, mantuvo abierto un espacio para la discusién de técnicas psicoterapéuticas. Por otro lado, el declive del positivismo per- mitié el desarrollo de orientaciones psicolégicas menos ligadas a la tradicién biolbgica y fisiolégica. a Freud fue mencionado por primera vez en el curso de Horacio Pifiero en 1914. A partir de alli, el psicoandlisis incre- ment6 gradualmente su presencia en los programas de los cur- s0s de psicologia, en especial Iuego de que Enrique Mouchet, ~ cuyo interés por él psicoandlisis ya hemos analizado, ganara la cétedra en la década del ‘20. El programa de 1930 hacia varias referencias al psicoandlisis, e inclufa un punto espectfico sobre las relaciones entre psicoanilisis y psicologia. De este modo, podemos observar cémo hacia 1930 el psicoai tado en el programa de psi cuyas vinculaciones con la psicologia necesitaban ser definidas ¥ discutidas. En adelante, Mouchet analizarfa no's6lo el sistema freudiano en general sino aspectos especificos de la teoria psi- coanalitica. El programa de estudios correspondiente al afio 1931 incluia una discusi6n sobre "el inconsciente freudiano y la teoria psicoanalitica” y el de 1936 un punto titulado “,Qué es verdad en el psicoanilisis?”. Aunque el modo de expresar la pregunta sugiere cierto escepticismo, el hecho mismo de serfor- - Tnulada presuponia una cierta familiaridad con el tema por par- te de los estudiantes. En 1942, Mouchet dedicé una parte sustan- cial de su curso a discutir el psicoandlisis y también la vida de Freud y algunos de sus trabajos en particular. lisewie gue ‘Mouchet dejara la cdtedra en 1943, el psi nilisis continu creciendo en importancia en los cursos d Cologia. Durante el régimen peronista, la ensefanza de la Togfa se orient6 més hacia la filosofia con un énfasis espec Invcorriente fenomenolégica. El nuevo profesor de psicologia, Luis Felipe Garcia de Onrubia, un graduado de la carrera de filosoffa fin titulo médico, estaba particularmente preocupado ‘or definir los limites de la disciplina que estaba ensefiando Fgual que su predecesor, encontraba dificultades para anclar le paicologia en una tradicién académica concret Be Onrabia edit6 la primera de una serie de monografias sobre temas de psicologia publicadas por la carrera de filosofia. Los 228 inte distin- gia como una ciencia auténoma * . En 1950, Garcia « asuntos tratados dan cuenta de la competencia entre disti iones tebricas pero también de la falta de predosins de alguna de ellas en particular. La primera monografia fue Intro- duccién a la psice gta, del peruano Honorio Delgado. La se- radicién experimental, fue Eidética: memoria senso- in. La tercera, la séptima y la octava versaban 8. La contribucién de Garcia de Onrubia, Hencioal, muestra una influenca importante de la gia y del existencialismo sartreano ta grafia fue Caracterologta, de Emil Utitz; y la as ndlisis de la teoria gestltca por Oscar Ofativia. Por monografia era un resumen de una tesis de posgrado sobi suso de técnicas psicométricas. Llama la atencién sin ea a ausencia del psicoandlisis en estas monogratias pese a que tanto la teorfa gestéltica como el psicoanélisis ocupaban un lu- gar.destacado en la ensefianza de Garcia de Onrubia. Resumiendo, el lugar central que adquirié el psicoanilisis en la ensefianza de psicologia, aun antes de la creacin de la carrera, fue el resultado de la combinacién de factores. Primero, la existencia de a vieja tra psicopatolégica, que facilité la discusién de la srapia. Se- Gundo, el deciive de la psicologia experimental que sigui6 a la caida del positivismo y dejé abierta una puerta para el ingreso de teorias de cardcter “espiritual”.*Tercezo, la ausencia de un ico, valido y a psicologia que di- 1 to de un paradigma “psicoldgico” dominan- te. El psicoanilisis lené este vacio teérico y proporcioné a los psicélogos un modelo profesional. Finalmente, hay que consi- derar la curiosidad natural y espontnea de los estudiantes por Ja doctrina vienesa. La creacién de las carreras de psicologia ) en los cfreulos aca~ démicos y profes la percepcidn de que estaban dadas las condiciones para la creacién de un programa profesional de enseianza de la psicologia. Ya desde la década del ‘20, las fuerzas armadas y algunos sistemas educionales pro- vinciales habian establecido gabi s para evaluar al personaly alos nuevos ingress gobierno cres el Instituto de Psicotecnia y Orie con la di- reecién de Carlos Jesinghaus, un médico alemin, io de la década di esado en 229 Escaneado con CamScanner Las carreras de psicologta y el psicoandlisis Desde el principio, por lo tanto, la identidad profesio los futuros graduados en psicologia fue al menos tan problema tica como la definicién del dominio de la ciencia que estaban estudiando. No habia psicdlogos disponil para ejercer la do- cencia y funcionar como modelos de identificaci6n profesional. «Muchos profesores eran médicos lemostraban una clara preocupacién por defender el monopolio de la profesién médica sobre el arte de curar. Los futuros psic6logos estaban siendo formados por docentes que no estaban interesados en servir como modelos de identidad profesional para ellos. Si la orientacién original de la carrera era académica, muchos estu- diantes deseaban aprender psicoandlisis, no s6lo porque era popular sino también porque era visualizado como una fuente tencial de ingresos. Por otro lado, el psicoandlisis habia sido istéricamente un ingrediente importante en la ensefanza de la psicologia durante décadas. La demanda de psicoandlisis ya existia en la sociedad argentina y la psicologia moderna era con- _ siderada sinénimo de psicoandlisis. Ademés, debido a que el mundo académico no ofrecia una alternativa profesional intere- sante, los futuros psicélogos se vieron empujados a buscar op- ciones profesionales en otros ambitos. La alternativa mas clara y evidenie era la eleccién del modelo clinico. Se ofrectan también otras dreas de especializacin —psicologia laboral y edu: nal por ejemplo— pero la mayoria de los estudiantes se orienté a la psicologia clinica, es decir, al psicoanilisis, Muy pronto result6 evidente que las expectativas de los, + alumnos se encontraban en abierto conflicto con Ia orientacién de la carrera (0 con la ausencia de ésta). El cuerpo estudiantil, que habia recuperado su voz luego de 1955, demandaba refor- amas curriculares y cambios en la facultad. En Rosai bajo el liderazgo de Jaime Bernstein, cofundador de la editorial Paidés, ., los estudiantes y algunos profesores invitaron a psicoanalistas de Buenos Aires para ensefiar psicologia clinica. Los estudiantes de Buenos Aires, con la colaboracién de algunos miembros del cuerpo docente, lograron reemplazar a Marcos Victoria por En- rique Butelman, profesor de psicologia social y sucio de Bernstein en Paidés en la direccién de la carrera, asi como tam- - bién la contratacién de psicoanalistas para ejercer la docencia. + Uno.de los primeros psicoanalistas contratados, tanto en Rosa~ Tio como en Buenos Aires, fue José Bleger. Ya en 1959, los estu- diantes podian asistir a un curso especifico sobre psicoandlisis carrera de auxiliar de psicotecnia en Rosario y err 1954 la nece- sidad de crear una carrera de psicologia en el nivel universitario fue-discutida en un congreso internacional-de psicologia que - fuvo lugar en Tucumn, donde participaron docentes de psico- logia y algunos psicoanalistas de la APA.® Sin embargo, no se concreté la creaci6n de ninguna carrera hasta la caida de Perén, cuando el impulso modernizador empujé a las universida satisfacer esta demanda.® Cuando la primera carrera de psicol gia se creé en Rosario en 1956, doscientos alumnos ya se encon- traban cursando la carrera de psicotecnia. En 1956, cuando el Instituto de Rehabilitacién del Lisiado de Buenos Aires ofrecié + un curso de tres afios, dictado en'su mayorfa por psicoanalistas, para formar asistentes en psiquiatria infantil, diez candidatos (casi todas mujeres) se anotaron para cubrir cada una de las -vacantes disponibles. : ~En un comienzo, las carreras de psicologia ofrecidas en Rosa- tio y en Buenos, Aires reflejaban Ja supérvivencia de las viejas tradiciones de ensefianza asi como también la vaguedad perenne . del status aientifico de la disciplina. En Buenos Aires, la ubicaci6n de la carrera en la Facultad de Filosofia (en vez de en la Facultad + de Medicina) daba cuenta de la antigua modalidad de situar la psicologia en él terreno de la filosofia, aunque su primer director «haya sido un médico: Marcos Victoria. Victoria representaba cl ramiente la convergencia de dos tradiciones. Habia sido colabo: dor y discipulo de dos figuras de caracteristicas opuestas: Cristofredo Jakob, el padre de la neurologia argentina y positivis- ta extremo, y Coriolano Alberini, el fildsofo antipositivista. El perfil profesional de la nueva carrera no estaba bien de! i fen Rosario ni en Buenos Aires: ambas'carreras habian sido + nalmente disefiadas para brindar formacién en el campo de la , psicologia académica y no figuraba ninguna especificacién con respecto a la insercén laboral de fs futuros duados. Sin enbargo, preca estar ms claro para las autoridades universita = tas aquello qué los futuros psicblogos no estarfan habilitados a 3 -tealizar: los graduados no iban a poder ejercer Ja psicoterapia, y. i esto era, precisamente,.lo que la mayoria de los estudiantes espe- : raba de la formaci6n de grado. El Dr. Marcos Victoria luché obs- tinadamente en contra de cualquier tentativa por parte de los psicblogos de llevar a cabo una prdctica clinica. 230 21 Escaneado con CamScanner dictado por Leén Ostrov (un miembro no médico de la APA) y ‘a cursos sobre psicologia y psicopatologia ofrecidos por Blegery José Garcia Badaracco. Para 1964, los estudiantes de psicologia de la Universidad de Buenos Aires cursaban once materias obli- gatorias de orientaci6n claramente psicoanalitica, siete de ellas dictadas por miembros de la APA. El interés de los alumnos por el psicoanilisis e embargo, matizado por otros factores. Las carreras de gia se crearon en parte para responder a las ansiedades moderniza- doras de ciertos sectores de la sociedad, entre ellos una propor- cci6n importante de la comunidad universitaria. Los estudiantes de psicologia, sociologia y otras ciencias sociales “nuevas” se veian a s{ mismos como agentes de esta modernizacién. Bllos estaban interesados en icoandlisis porque representaba a la psicologia “moderna”: “Consideramos que con el psicoandlisis se inaugura la psicologia como ciencia, y por lo tanto para noso- ttos el psicoanslisis es psicologia”, sostenia una publicacién es- tudiantil* Pero, por otro lado, estos estudiantes no querian ser formados por los psicoanalistas "conservadores” de la APA. * Cuando Angel Garma, ya muy popular en la Facultad de Medi- cina, de tendencia més conservadora, present6 su candidatura para cubrir la titularidad de una cétedra de psicoandlisis, fue Techazado por los alumnos; ellos estaban mas interesados en figuras como José Bleger y Fernando Ulloa, que podian presen- tar una mirada politica critica acerca de la realidad junto con sus cxedenciales psicoanaliticas. Bleger, en especial, habia teorizado sobre la compatibilidad entre Freud y Marx. Sus estudiantes lo velan como un psicoanalista marxista interesado ademés en otras ciencias sociales. Los estudiantes estaban también dis- puestos a aceptar las clases dictadas por Telia Reca, una psi- quiatra infantil que, si bien no era psicoanalista, estaba compro- * metida politicamente con los ideales de izquierda al tiempo que con las tendencias modernas en psiquiatria. La facultad ademés contraté profesores como José Itzigsohn, un reflex6logo comu- nista que habia establecido relaciones cordiales con algunos peicoanalistas progresistas, y a su asistente, Antonio Caparrés, de similares orientaciones teéricas e ideol6gicas. La orientaci6n psicoanalitica de la carrera fue, pues, el re- sultado de la combinaci6n de factores complejos. Primero, de la existencia de una tradicién de ensefianza del psicoandlisis que Ya habia ganado un espacio importante cuando se cre6 la carre- Ya. Segundo, del dinamismo de un grupo poderoso de estudian- tes que estaban interesados en el psicoandlisis y que no compat” 232 Mian la orientacién original de las carreras. Tercero, en el mento en que se crearon las carreras no habla paradiginas oe }6gicos alternativos disponibles, s6lo una meacla de tradizonce gntiguas y nuevas. B psicoandlisis, una disciplina bien consol \e gozaba de legitimidad y de popularidad creciente, representaba lo nuevo en psicologia al tempo que briedaton ng " «modelo para el ejercicio profesional.” La profesionalizacién de la psicologta "LOS PSICOLOGOS Y LA CORPORACION MEDICA, Al igual que sus coiegas en Estados Unidos, los psi en ae fee ee ae a profesionalizado de psicélogos clinicos. Sin embargo, en los Esta- dos Unidos los psicélogos que eligieron la especializacién clinica emergieron como un fuerte y bien consolidado grupo en el seno de ‘una profesin sélidamente establecida. La organizacién que los representaba, la American Psychological Association, contaba con la capacidad para negociar de igual a igual con la American Medical Association. Cuando los psiquiatras afirmaban que “el _psicoterapeuta lego-es un curandero”, los psicdlogos les respon- dian que el psiquiatra “es una persona que practica psicoterapia sin haber alcanzado siquiera su-Ph. D’ Las relaciones que se establecieron en la Argentina entre psicélogos y médicos fueron muy diferentes. En nuestro pais, la psicologia profesional se conso- lidé en un momento en que el psicoandlisis ya era una profesién Prestigiosa y atractiva. Asimismo, a la psicologia le tocé ocupar la posicidn més débil entre las profesiones “psi”. La psicologia adqui- «186 su status profesional en la Argentina en el entramado de unas telaciones turbulentas con la psiquiatria y el psicoandlisis. El conflicto entre los psiquiatras y los psicélogos derivaba, en parte, del desequilibrio generado por la formacién que ad- quirian los psicélogos en Ia universidad. Los psicdlogos se ggeduaban con eabetesy conocimlentos de los que muchos mé- icos carecian. La formacién ica que recibian los estu- diantes‘de medicina era superfi pocos cursos de psiquatria clasica som: psicoandlisis no fig medicina.” Esto permite expli sos extracurriculares de psicoai de la APA a finales de los afios ‘50. ica. La psi y jo de los estudiantes de (0 obtenido por los cur dos por los miembros jasta hace muy poco tiem- 233 Escaneado con CamScanner ++ psicélogos eran mujeres que se atrevian a disputarles a los médi- po, la Facultad d psiquiatria estaba dirigido por ign somética, no ofrecia formaci «psicoterapéutica y mucho menos en ps oO Mientras el psicoanilisis era practicado por analistas afilla- dosa la APA, en su mayoria médicos, los psiquiatras conservado- res podian menospreciarlo como medicina empobrecis “charlatanerismo” pero no lo velan como una amenaza directa a la profesién médica. Las carreras de psicologta cambiaron los tér- minos de la resistencia médica. Ahora los psic6logos eran vistos ‘como una nueva clase de profesionales no médicos y a esto se le sumaba una cuestiSn concreta de género. La gran mayoria de los, cos el monopolio del arte de curar. La reaccién de los médicos. inmediata y atravesd barreras te6ricas e ideoldgicas. Marcos Vic- toria declaré: "Nadie gue no sea médico diplomado tiene derecho *a curar con medios fisicos 0 psicolégicos”." Gregorio Bermann ‘compartié esta postura al observar con horror que la primera cé- tedra de psicopatologia de la Universidad de Cordoba se estable- En en bs Focal dicina. Para cbleno de males, el profesor a cargo de la cétedra no era médico. “El psiquiatra —sosten‘a Bermarin— es un médico * que se ha especializado en enferinedades mentales; el sicSlogo es un técnico que es Ilevado'a veces a plantearse probl patologia mental... El psicélogo es un técnicd citya ayuda deman- da el psiquiatra, pero no tiene que ‘pensar’ al enfermo, y mucho * menos diagnosticar y prescribir.’# . ‘Marcos Victoris , Bermann diferian en el rumbo de sus respectivas orientaciones tédricas y en su ideologia politica. Sin emibargo, unieron fuerzas para alcanzar el objetivo com- artido de mantener a Jos psicblogos fuera del negocio médico, ideas similares fueron planteadas por los cuatro médicos que publicaron “Educacién y formacién de los psicélogos” en Hu- logos para “llevar a cabo tareas clinicas, educacionales y inidades, la revista de la Universidad de La Plata, en 1961. Si la carrera de psicologia de La Plata formaba a los futuros Enborales”, fe dejaba constancia de que la préctica del diagnés- tico y el tratamiento no les correspondia a nes debfan limitar el éjercicio de sus funciones a la administra- cién de tests, la parametrizaciOn de técnicas de evaluacién, in de sugerencias y a proponer recomendacione: jor adaptacion del individ 1go clinico ‘no est en una posicin que le permita tratar bajo su propia 234 Aba \d de Filosofia y Humanidades y no en ladeMe- mas de respons. lamados desérdenes funcionales de |. personal 8 neurosis 0 psiconeurosis 0 real diagnésticos”. stante, los psicélogos debian for adecuadamente en biologfa y fisiologia para poder, de este modo, asistir a los psiquiatras La corporacién médica argentina visualizé la nueva sién como una amenaza en un momento en que la prot médica habia finalmente adquirido una hegemonia indis: enelsector de salud y estaba reformulando sus relaciones con el Estado al tiempo que su propia identidad profesional.» Esa zona gris de la psicoterapia, que habla permitido a ciertas perso- nas sin titulo médico la obtencién de prestigio y legitimidad dentro mismo de los circulos médicos, habia final mente desapa- recido. Los psicélogos, con cinco afios de formacién en teorias psicolégicas y en métodos psicoterapéuticos, proclamaban con cierta razén estar, de hecho, mejor preparados que muchos gra- duados en medicina para llevar adelante tratamientos psicotera- péuticos en un momento en que los mismos, y particularmente el psicoanilisis, se estaban tornando muy rentables, como recor- daba la revista Primera Plana. La negativa de parte de los psiquiatras a aceptar a los psic6- logos como psicoterapeutas tuvo importantes consecuencias para el desarrollo del psicoandlisis como disciplina. Mauricio Knobel, un psicoanalista que gozaba de alta exposicién en los medios, se quejaba de que muchos psicdlogos, a efectos de evi- tar soineterse al modelo médico, buscaban técnicas de aproxi- macién a la enfermedad méntal que eran abiertamente no médi- cas." Los psicblogos fueron-en parte forzados a desarrollar una identidad profesional mAs cercana a la de un “intelectual” que a la de un integrante de la comunidad médica. Esto puede ayu- darnos a entender la receptividad que demostraron los psicélo- {08 frente al modelo francés del psicoanilisis, de destacado cui tedrico y a la vez no médico, que se transformaria en la corriente principal del psicoandlisis argentino. PSICOLOGOS Y PSICOANALISTAS El conflicto entre los psicdlogos y los psiquiatras adquiri6, enjoportuni \des, un alto grado de violencia y agresividad ver- bal. La compleja relacién entre los psicélogos y los psicoanalis- * tas fue més sutil. Mientras que los psiquiatras s6lo pretendian mantener alejados a los psicSlogos de su negocio de curar gente, las intenciones de los psicoanalistas eran mis complicadas. 235 Escaneado con CamScanner Los psicoanalistasensefuban aspectos de la teorta psiconna- Ica a estudiantes que estaban anciosoe por aprendeos pero aque sabia. también, que las pucrns dew APA permancceian Gerradas para ellos Sibien Is APA habla aduitdo ocasonelmen. te algunos miembros legos, se negabin a admiirpsiclogos sScudindose en la regulacion minstvial de 1954 que limita te Drictca de la psicoteapia y del psicoanisi lo los mos, Gate destacarainembergo, que fila regulacion nila ey probe: dda en 1967 (que, segin parece, habia sido revise y avalada tenicamente por miembros de i APAD® le prokbian lx APA aceplar a miembros no médices Tl como la regulacin de 1954 habia establecdo explictamente, los diplomas que brindata la ‘APA no tenfan reconocimnientoofcaly, por lo tonto, el italo en ‘i mismo no habiltabs fos graduados de su institute de formas Sién pare ererningdn lipo de terapia. En lo que respects # les Scares de i egulaion tnistrialy postes ley oo midis traduados dela APA podianejrcer dl psicoandliss porque eran {icosy no porgue Nabian recibidos formacion afaitca ena ‘APA. Lngalments todos los medicosestabenhabiltedos paral rmarse ssf misms piroanalistes sungue no hublessr puesto munca un pic en la APA. La aceplaién de peiclogos para lever Sabo su lonnacion anailten no hubleracamblad el ats legal Ge kos mismo, los psietloges no estaban habiitades legalmeste pam practcar pcoterapa en la cudad de Buenos Alves y en Alguns provineas del pas, ylapertenencia ono al APA htbie ‘a resulttdo irelevanieen eae sentido, Pero debidoa que. peses {odo, los psicologos etabunllevando a cabo tratamientosjocos tons Legit del AVA s min esto arc esponder a una mera cvstion de respeto por ale sino & 20. res de orden estaciamente profesional exo es, a decision de restrngir la oferia de analstas adecuadameste capectados pot tuna inttucin reconocida como la dnics autonznda legitinae ‘Bente «formarios Si bien ls APA como inslituciém no admit psicblogos os psicoanlistas en forma individeal los aceplaban con gusto en Erypon de eto, pare superviin y pars liza eaenten fidkcticos no oficiales. Muchos psicotnalistas de la APA ean docentes en la universidad o en tstitucones privadas que eos ‘oibmos organizaban™ La corninidad palcoaica, sn embat fo, no econocta esta case de formacign. De hecho, aun Jos Pl ‘Sagan mas propressas dle APA wan tan pea don como sus calegas conservadotes por mantener € saber pat" bajo au prediction y control ond Beyer se expiié in 236 exfemismos sobre ext tema ena presentacin del curso de pi coaniliss que dio en la universidad. El paicoandlise piutice, txpresabe Bleger es “aque eprids por gorones eee completa farmecién petospensa Froese nade Eee Beano escent decree pal pee cape daca sc) 10 locas i ersefanza queve impure ee Wrenttsdoa ea Ya hemos definido dasinente ue hase ahos, Paegeseeaaee Por macho tempo sis fe picbasantes pecs ae Sistine ens nts de sae nde In perpestiva de lege on pacdogos tian que jugar un tol crucial en la promocén de le lua vena ele seabe socatsar le satenc psiquittces 7 oaeeiigca Pricchigien, que tl proponia eae sno ofa verse get Salud metal Ie desisia coo a gromocion deg sled stab Ie asistencia «gente sana on as Steacones rte eee La pscohigiene un campoine medica pony ndameneas tcotiaprceaaits ent expuc apropiado pars cestrat Is actividad profestnal Gel picSlogn, Los ployee debian ditunais el conacziento postal sn raceneel ee "ls los smo. La tson ova lanteada per Sieger ce eos texminon “El page no dete ef setae wr ose ae cslogos nen qu cress profsonalnars ales ela prcohgiene sees dobe munire ns conccnnontos sere Savioa para aun aes de ues gent fer: deat de see Aides propa, insttocontes ye tabujen I comunidad pig s hecenabs sega Bleer ro retreat coanalistas, debido « que el impacto social de sus taeas tendria Sm slcane limtado Sino cen un gran ject de agentes de a anemal.pesiogosformadsten ls tert facearaloes ue podria alcders rnp scores de bs pies ea Preven las enfermedades enais El pacseiss a ie, Til neces, peo a pritcn debe ser eds aula eae tubirenobteldo una formacionaderuade els APL Saco Tomlin Ee pit consecuncan cnet de ropuests dans ar peieblogs stems de meses Brat ip pgs tok fe en Figs de se rconamente Bes tie yi trina moneda Bogerdsfine el pecoendin ensenstoestricts fone Cl procan invetgaciény terapte que ve eain oa Sando la interpretacon suteeek Se lr waierenel nee Zande le neuras de tntteenca Yempleando le conta a Escaneado con CamScanner pe er an eee ferme Acetate ena enc senda poco Ci Ler prog con. cause, mars carvan itn rend cinerea Se tabu, ade gue meet oc me pen allio de Pace Heer H APA ne pin, por ene convergence pea mre hn eb oo Gun Ne score aoa arrest eed See enmiae es Zoreiae a me ee tesa yropmn gue AA cc ap tins dpe cersamens 3 fomain ot pigs poo dn ‘coandlisis. £1 también reconocia la importancia de las escuelas ups Eble. reno or de i rag mandi poy ur ee APA ome Semitic ed ree seas ree Sroer greene _ fasten ooh en me ea rice 7 sa co fefalbancy, Sige indian ana song gh cr a ara a point cop gone ee Fete tnd ones ca re sec ARETE SL a ee pea re on pon eat aca ee snopes comin profonn elope tee to cogs conrtbn neuen srr gelimera de eran ann, on he eas rates Es vied lene Becca marten une cigs jeepgute, Menta que os soe sei te taeda alee Ferret ieee errr eet sin Sle youre ori ley, Spoon dled gu edi op tem eer apirnteioees te sere Sater fe te ese eas Eis perenne DAS Be Cogent sera gprs de gue orton Wz prep crea ears apace fade ea SEL La rage cerns, Asem 28 numeroso, fueron los consuinidores principales de los libros y + ottes eseritos publicados por psicoanalistes El prefacio de cast todos ellos da centa de esta tendencia ‘Sinembargo pare que esta sions persistiers se necesita: ban dos condiciones: los psicslogos debian continuasformsndo: Scena doctrina psicoansitica,eneluso de a toriay la tenica, Pero almismo tiempo no debian produci teoria por au cuenta a Elempo que debian cepuisprivados de a legitinéiad de la prse- tie palcanaliten® Het diane punto ea particalarments inn: re dbo qu a depen ea de os pigs ppb covert n cents dels pours dla "A Bleger asm sgird esta idea: “ig pblema ex entonces hala fos medicn pare que los pat cblogo fectban el aporte del psicoandliss, sn car dese co $28 sn ues rasformen en psconaiit sesso en rape fe.” Uo ques hace necesario es que enseheres los pocoarais: tasiel potoandisis de tal mancra que incorporen los pec Slogor] al pentoientopcoanaitcn.»y que puedun operat segin'est omprension con tenes prvedmienos pole Binervese el uso que hace Seger de expres “aralistas segue” pe eerie a os pclgoe qu pacteaban el pr Couns. Bste habia sido el rmine utifeado por Freud pars dleseribir a aguelios que eerlan el psicoardlisis in una forma sm adecuada; las personas que hiolanfenido una formacton fanatics adecuada pero que no tenian titulo medica eran cons Aeradas por el maestro vende “analitas igor 0 “protanos: ‘Mauricio Kabel estaba menos inerceado que Bleger en asignarles als piedlogos sn tol eapeciice come difusores del Sater piounlice, Pata aes yslgos ve fs debra pe TBs Ik prictica deta psicoterapia ero bap le estrcta super sin de un médico, Este sestriecon,sepin Keobel,asegurara fue los peictloges no pusieran tnwacir el dominio medica. Kaobel, como ottos psicoanaistas,picosnalizaba los terminos del confcto profesional: "Pata el prielogo la fucha puede set ardua y angistante: Las ansedades depcesivormefancicas Peden movilizar reaccones tomblen francamcate manlaces tino de cuyas ejemplos puede srr sentimiento de omnipoten fda que permite presuponer que lols la patlogia humena es fsequible y conttolable mediate el manipulee psiquico™, Al “pstcoanalizar” los confitos, Knobel. por lo tant, estaba act sande a los psiclogos del mismo pectdo que él estaba come: tendo: “emnipotencia picoogis” Sepun Kaba os pico 08 deberian poder realizar tatamientos poicoterapeuticon solo 29 Escaneado con CamScanner ~ fueron en su mayoria muje logo argentino tipico” de principios de los ‘70 como una mujer’ * de alrededor de 31 afios; que se dedicaba al psicoanilisis y que "” +, Sus ingresos noeran patoldgica de la enfermedad no se considerara relevante. Cémo podia Tievarse a cabo esta distincién, sin embat jueda elaro* Lo que sf quedaba claro partir de esas jones, es que cualquier concepcién del ser humano como “unidad psicobiolégica” dejarta la psicoterapia fuera del campo de ac- én _de'los psicdlogos. : E De este modo, os psicSlogos fueron ubicados por sus pro: pios maestros en el medio de un sistema autoalimentado que los subordinaba al poder de los psicoanalistas. Aunque los psicélo- gos trataban a.un gran mimero de pacientes, tanto en sus con- sultorios privados como en instituciones, ellos sabfan que el Brestigio social y profesional del que gozaban los analistas dela APA estaba vedado.” : GENEROY PROFESION =~ Desde el comienzo los psicblogos enfrentaron la necesidad de definir una identidad profesional diferente de la de sus maes- tros y también tuvieron que confrontarsé con los conflictos deri- . vados de esta posicién de subordinacién. Este tiltimo aspecto se cpmplicaba, atin mds, cuando se desarrollaba una fuerte relacin transferencial entre profesor y alumno. Una cuestién de género tornaba més dificil esta relacién. Si bien habia un creciente mime- ” rode mujeres médicas, los médicos y en particular los psiquiatras eran predominantémente hombres al igual que los psicoanalistas. . Pese a que un mimero relativamente alto de mujeres habia ingre- sado a la APA, ellas constitufan una minoria, sobre todo entre los analistas de mayor rango dentto de la instituci6n. En 1970 s6lo 22 de los 72 miembros titulares y 37 de los 108 miembros asociados eran mujeres, Casi todos los psicoanalistas que ejercieron la do- cencia en los cargos de titulares o adjurttos en la universidad en , los primeros afios de las carreras de psicologia fueron hombres.” », Los estudiantes de psicologia, en especial en los comienzos, . Rubén Ardila describia al “psicé- estaba casada con-un médico 0 con otro psicélogo. Comenzaba institucién publica trabajand. obtener experiencia y luego abria su propio consult blicadas en castellano, en general argentinas. Ademés, estaba en tratamiento analftico.4 240 6s y lefa s6lo revistas profesionales pi- ° ssde el principio, lapsicologfa (como el magisterio) fue -considerada una profesién femenina. La carrera atraia a las 1 menos, por tres razones. Primero, la misma estaba d de Filosofia y Letras que habia sido tra- facultad de mujeres”. Segundo, dado que la carrera de psicologia era menos prestigiosa y exigente que la de ie ia, que demandaba guardias jitalarias a veces noc- furnas, era visualizada como una especialidad apropiada para mujeres modernas en una sociedad conservadora. Tercero, la jicologia (en especial la psicologia clinica) podfa ser ejercida en el hogar y, de este modo, a diferencia de otras profesiones, | interferfa menos con el decurso natural de las “obligaciones + domésticas” de la mujer. La feminizacién de la profesion refor- zarfa la subordinaci6n de los psicélogos al poder de psiquiatras y psicoanalistas. En 1962, un grupo de-graduados recientes en jicologia fundé la Asociacién de Psicdlogos de Buenos Aires FAPBA} con el objetivo de proteger y desarrollar el status profe- sional al tiempo que para presionar por la reforma de la ley que limitaba sus actividades profesionales. Todos sus fundadores menos uno eran mujeres. = ‘A veces no era facil distinguif entre percepciones de género intereses corporativos. Adela Duarte, una de las fundadoras : dela APBA, recuerda la respuesta que recibis de parte del direc- tor nacional de Salud Mental (un psiquiatra) cuando fueron a peticionar una nueva regulacién que permitiera a los psicdlogos ejercer la psicoterapia. “;Cudntas son ustedes? ;Doscientas chi- cas? Nosotros somos 28.000 méditos y ustedes realmente pien- “san que vamos a entregar los recursos asi para qué ustedes pue- dan sacarnos los pacientes?"® A los psiquiatras les preocupaba, ademis de la competencia, el hecho de que la nueva profesién estuviera copada por “chicas”. Poco a poco, sin embargo, mas hombres comenzaron a estu- diar psicologia y, répidamente, ocuparon posiciones de liderazgo en la APBA. De hecho se podria décir que la sobrerrepresentacin masculina entré aquellos que ocupaban cargos directivos es evi- dencia de que dentro de la institucién de alguna manera se repro- ducfan los esquemas de dominacién de género. El primer comité de direccién contaba con un solo hombre. El que cumplié su mandato entre 1967 y 1968 ya incluia a cinco. En 1968 el primer presidente hombre asumié sus funciones. Desde entonces hasta 1986, aunque la gran mayoria de los miembros de la asociacién continuaban siendo mujeres, solo tres ocuparon la posicién de presidenta. Una de ellas, Beatriz Perossio, fue detenida-desapa- 241 44s Escaneado con CamScanner recida por la dictadura militar en 1977 mientras cumy reas de presidenta de la organizacién y fue sucedida por el vi presidente Hugo Vezzetti. Paulatinamente, la conformacién del Slumnado fue cambiando se fueron graduando mis psicdlogos hombres. De este modo, la profesién comenzé a ser percibida ‘como un espacio también “masculino”, Como contrapartida, los psicblogos asumicron una actitud mAs activa para desafiar el sta- tus de subordinacién en el que se encontraban. Como sefiala una integrante femenina de la APBA, el ai\o 1968 significé un momen. to de viraje para la APBA y la profesi6n: "Tal vez no sea casual _ que él (Osvaldo Devries] —nuestro primer presidente hombre— haya tomado para sila tarea de reorganizar”®? a tuscilinizaciOn de la profesibn y la efervescencia polt- éa de fines de los afios “60 alentaron a los profesionales a cues- tionar los modelos tradicionales. La APBA asumié un compro- miso activo en el terreno polftico. En 1967 la CGT de los Argen- tinos invit6 a la APBA a trabajar en villas miseria. Sobre el final de los aiios ’60 la APBA organizaba huelgas en los hospitales * generalmente en respuesta a los abusos de poder que los médi- cos ¢jercian sobre los psicélogos.* *” Algunos psic6logos comprometidos politicamente comen- zaron a considerar,su profesién como una herramienta pafa la revolutibn social y, en esta direccién, a criticar el modelo psi coanalitico de la psicologia como profesién liberal. De acuerdo con la APBA, la mayoria de los psicSlogos se veian a s{ mismos. como profesionales con un alto grado de preparaci6n cientifi- ca, poseedores de, “instrumentos conceptuales que les permi tfan modificar la realidad humana”. En el mismo sentido, el- !% de un grupo de psicdlogos encuestados a comienzos de los 38 ‘70 decia que para ellos el “trabajo, ideal” seria la “plani ficaci6n, psicohigiene, psicologia comunitaria, institucional’.® Esta percepcién del rol del psic6logo, muy cercana a la pro- uesta de Bleger, coexistia con los reclamos continuos contra 7 c intenciones de subordinar la préctica profesional de los psi- ‘cOlogos al poder de los psiquiatras y psicoanalistas.™ Mis allé de su ret6rica crecientemente revolucionaria, sin embargo, la APBA continué trabajando. intensamente en pos de la afirma- cin de un lugar para la psicologia entre las profesiones libera~ | les. Para muchos psic6logos, la tinica fuente de ingresos era la | |. prdctica privada. Paradéjicamente, a medida que los psicdlo- * gos veian que sus esfuerzos eran recompensados, tomaron medidas para excluir a sus potenciales ‘competidores. Segiin el. relaio'de los psicoanalistas que trabajaron cerca de psicblogos, 242 ».compilados en un volumen pul éstos objetaron la inclusién de los trabajadores sociales en los servicios psiquitricos con argumentos que sonaban muy pare- cidos a los utilizados por los médicos para excluir a los psicé- logos. Mis allé de las tensiones y contradicciones que atravesa- ban la identidad profesional de los psic6logos, los sectores mas exiticos de la profesi6n se concentraron en liberar a los psicélo- gos del modelo de formacién establecido por la APA. A sus fades gremiales tradicionales, la APBA fue incorporando gradualmente otras caracterizadas como “cientificas 0 educati- vas". A fines de los afios ’60, bajo la direccién de su primer presidente hombre, se organizaron cursos y seminarios, mu- chos de ellos a cargo de psicoanalistas “progresistas” y otros dictados por psicélogos. El objetivo era crear un espacio alter- nativo de formacién por fuera de la APA y, de este modo, adquirir independencie respecto del circuito tradicional del psicoanilisis; en otras palabras, cortar el “cordén umbilical” gue atabs a los psicolugos al establishment psicoanalitico .demés, a medida que se graduaban més generaciones de psi- c6logos en las diferentes universidades (entre ellas, las univer- sidades privadas que proliferaron en los afios ‘60 y cuyos gra- duados fueron admitidos en la APBA luego de 1972), habia cada vez més profesores universitarios psicdlogos que podian ahora servir como modelos profesionales alternativos. De to- dos modos, la actitud de los psic6logos hacia el psicoandlisis siguié siendo ambivalente. La mayorla de los psicdlogos consi- deraba todavia a-los psicoanalistas didactas de la APA como sus padres intelectuales. Esto explica por qué la gran mayoria de los psicdlogos entrevistados a comienzos de los afios ‘70 estaban en gnilisis con psicoanalistas.* Sin embargo, en el clima politizado de fines de los aiios “60 las actitudes hacia el psicoandlisis tradicional se volvieron mas critics. La APA comenzé a ser vista como una institucion opresiva y cuando ella misma atravesé su crisis en 1971, psic6logos respondieron con rapidez para aliarse con los psi- coanalistas disidentes que abandonaron la institucién. Bleger, que eligié quedarse en la APA, fue abiertamente « pesar del papel que habia jugado como “padre espiritual” para varias generaciones de psicdlogos. Una serie de documentos publicados por estudiantes y profesionales, muchos de ellos 2 pe itulo El rol del.psicdlogo, reconocia claramente la contradiccién que existia entre “la identificaci6n profesional con la préctica pro- 243, DUE buevuvesy Escaneado con CamScanner fesional de nuestros maestros (psicoanalistas) que ofrece un lugar confortable dentro del sistema (prictica liberal en el con- torio privado) y, por otro lado, la necesidad de adquirir una identidad profesional que incluys la dimension social. (el rol de) agentes de cambio social” * Estas tensiones aparecian reflejadas también en las paginas de la Revista Argentina de Psicologia (RAP), la publicacién oficial de la APBA, fundada en 1969." Si bien la revista tenia w que mis interdisciplinario que el de la Revis la APA, a la vez que criticaba abiertamente a est desde sus paginas se invitaba a analistas destacados de la Aso- ciacién Psicoanalitica a que enviaran artfculos y a participar en las mesas redondas. La APBA también buscé el apoyo de la APA (sin éxito) en sw.lucha por mejorar el status profesional de Ios psicélogos.” En el primer nimero de la RAP el analista lacaniano Oscar Masotta atacé las ideas psicoanaliticas de Emilio Rodrigué con dcida ironfa. Rodrigué habia sida el presidente de la APA has- ta el'afio anterior. Las criticas de Masotta iban dirigidas no s6lo contra Rodrigué sino contra todo el establishment psicoanaliti- co. Su argumento principal era que los analistas de la APA no entendian a Freud y que tampoco estaban en condiciones de hacerlo. Rodrigué respondié con la misma ironia en el némero siguiente. Masotta no era miembro de la APBA y ni siquiera era psicélogo. El hecho de que la primera critica fuerte a la APA enunciada desde las paginas de la RAP proviniera de un outsider y que, sin embargo, Rodrigué haya tenido la oportunidad de contestarle quedéndose con la diltima palabra (no se lo autorizé * a Masotta a responder a Rodrigué, y recién pudo hacerlo en 1971 en la revista Cuadernos Sigmund Freud) permite observar los sen- timientos contradictorios de los psicblogos hacia el establish- ment psicoanalitico. Las tensiones derivadas de las cuestiones de género en la. « rofesién estaban también presentes dentro de las paginas de la RAP. En el primer niimero Juana Danis hacia propia la propues- ta de Bleger en el sentido de que los psicélogos debian adquirir conocimientos psicoanaliticos pero abstenerse de su prActica, ¥ que al mismo tiempo las teorias psicoanaliticas tenian que ast- mir un rol més bien social que terapéutico. Los psicélogos de- Dian operat como “agentes de cambio” en la comunidad. No era su funeién principal curar 0 profundizar en los aspectos incons~ Gentes de las conductas sociales. Segiin Danis, en manos de los psicélogos, el saber psicoanalitico “ha perdido quizds algo de su 244 estado de pureza pero est sul aguantar Ia amalgama con la real Roberto Harari, futuro presid primeros RQ ientemente elaborado para lad social”. » i de la APBA y uno de los PSicélogos en publicar trabajos sobre la teoria psicoa- le respondié a Danis con dureza. Para , entre la labor del psicélogo y la del psi- fa eran superfi Los psicélogos tenfan los mismos derechos que los psicoanalistas formados en la APA para ejercer el psicoanilisis. En este sentido, Harari introducia una clara li- nea divisoria entre ciencia y profesién. Dado que el psicoandli- sis era una ciencia y no una profesiOn, concluia Harari, no tenia sentido usar la caracterizaci6n de psic6logo o de psicoanalista para discutir una préctica e identidad profesionales.° Cabe destacar que los participantes de este debate asumieron posiciones acordes a la percepcién de su género. Danis compartia on los psicoanalistas (hombres) la idea de que los psicélogos (en su mayoria mujeres) debian tener una identidad diferente de la de los psicoanalistas y subordinarse a ellos. Ella estaba "femini- zando” la profesién. Harari, en cambio, no reconocia diferencias entre los psicélogos y los psicoanalistas. Para él, la cuestién cen- tral no era el status de la profesin sino el status epistemol6gico de una ciencia para la que los psicélogos estaban tan bien prepa- tados como los médicos para practicar y teorizar. BUSCANDO UN LUGAR BAJO EL SOL A diferencia de la APA, la APBA pronto se comprometi6 polfticamente: La APBA se organizé desde un principio y fun- cioné como una asociacién gremial mas que como una cién cientifica 0 educativa, al tiempo que seguia ma ‘un viriculo estrecho con las universidades. Los psicoai la’ APA, en cambio, tomaron distancia de la profesién m salvo en las ocasiones en las que necesitaban hacer uso de sus credenciales profesionales. Los psicélogos tenfan también una presencia mAs amplia que los psicoanalistas en el sistema publi co de salud, donde trabajaban con pacientes pertenecientes a la clase obrera. Los psicdlogos demostraban, en general, una actitud mis flexible que los psicoanalistas ortodoxos de la APA frente a métodos psicote 0s alternativos. Las politicas represivas de los regimenes militares que se sucedieron guardaron una rela- cidn estrecha con el proceso de politizacién de los psicdlogos. militares vistializaron la Facultad de Filosofia y Letras, y las ca- rreras de psicologia y de soci Escaneado con CamScanner , carrera atin més colocindola bajo la supervisién directa del rec- ~ personas totalmente ajenas a la profesin. Los gobiernos mili- no fértil para el desarrollo de la subversi6n. En los afios ‘70 un general tildé a Freud y a Marx como delincuentes intelectuales.** ‘Después del golpe del ’66, la carreya de psicolog{a fue vir- tualmente cerrada y muchos docentes fueron obligados a renn- iar. El gobierno militar que tomé el poder en 1976 perjudicé Ia tor de la universidad y-contratando como directores de ella tares que manejaron el pais en los afios ‘60 y los ‘70 no se entrometieron,mayormente con la APA como inst {que algunos de sus miembros sufrieron persecuciones; en cam- Bio, la carrera de psicologia era usualmente el primer lugar don- de descargaban su furia. La APBA también sintié las consecuen- as de las politicas militares, en especial después de 1976. Tal como hemos sefialado, una de sus presidentas desapareci6, fue torturada brutalmente antes de ser asesinada por los militares y muchos psicélogos futeron arrestados y sufrieron tormentos. La sede de la APBA fue allanada varias veces. Los psic6logos (par- ticularmente los més comprometidos social y polfticamente) exap vistos como agentes de resistencia al. orden militar y as{ comenzaron.a verse a si mismos. : La politizacién de la profesiGn y la posicién subordinada que cocupaban los psicSlogos en la jerarquia “psi” permiten explicar la alianza establecida con los disidentes de la APA en 1971. Los" psicélogos se habian mostrado tradicionalmente reticentes a bus- ‘car el apoyo de los médicos. Aun en 1970, algunos miembros de la APBA objetaron la idea de pedir el apoyo de la FAP cuando __“entraron en conflicto con las autoridades de un hospital. Los psi: logos, argumentaban, debian ser capaces de pelear sus propias fattass todo eas, ‘consideraban que podian espersr poea ayuda de parte de los medics. Sin embargo, dos fos desputs, APBA se tni6 a la FAP para auspiciar el Centro de Docencia e Investigaci6n (CDD, una organizacién paraguas, abiertamente iz~ quierdista, que brindaba formacién psicoanalitica para el grupo . ahora definido como de “trabajadores de la salud mental”. Como la mayor parte de la intelectualidad argentina de izquier- da, muchos psicélogés politicamente activos se comprometieron con el ala izquierdista del peronismo, La participacién de los psic6logos en el CDi y su asociacion con la FAP y con los analistas disidentes permitieron la consol dacign de un stats profesional ms elevado. Ellos podiano tar ahofa con el apoyo de sectores progresistas de la profesi médica para lograr el objetivo, tan largamente anhelado, de ob- 246 a eliminaba de hecho las distinciones profe- 3; FAP, APBA y otras asociaciones formaban ahora la i ierdista Coordinadora‘de Trabajadores de la Salud Mental. Todos los profesionales que trataban con enfer- mos mentales, desde los psiquiatras hasta las enfes considerados ahora “trabajadores de la salud mex tincién de rango. La base mds importante de la formacin de estos trabajadores provenia de la teoria psicoanalitica y esto no era objeto de discusién. Como resultado de este proceso, sin embargo, la APA habia perdido su monopolio. Aunque legal- mente atin no contaban con el derecho de ejercer la psicoterapia, en la practica habian logrado extender el dominio “psi”. Los psicélogos encajaban mejor que muchos analistas de la APA enel modelo de intelectual politizado del pericdo. Ademés, contribuyeron con el proceso de desmnedicalizacién de la profe- sién al abrir el juego a través de la busqueda de fuentes alterna- tivas de legitimacion. Se mostraron, entonces, més receptivos a la lectura lacaniana del psicoandlisis, que establecia vinculos estre- -chos con la lingiiistica y la filosofia en detrimento de la medicina. El status profesional de los psicoanalistas ortodexos derivaba de sw'pertenencia a una organizaci6n internacional, la IPA. Jacques Lacan, que habia sido expulsado de la IPA’ en los afios ’50, se haba convértido en un critico agudo de esta organizacién y habia fandado su propia escuela, que ofrecia una fuente de legitimidad para la prictica analitica que no sélo se ubicaba fuera de la IPA, ‘sino en franca oposicién a ell. La alianza de los psicélogos argen- finos con el lacanismo se vio reflejada en las paginas de la RAP. En ella convivian articulas sobre Louis Althusser, la lingiiistica, la -semiética y la antropologfa, con trabajos sobre la teoria psicoana- Itica 0 acerca de problemas ‘especificos de la profesi6n. El lacanismo encontré un hogar en la RAP mucho antes de que el nombre de Lacan apareciera por primera’ vez en la Revista de Psi- coandlisis. Bl indice de contenidos de un inimero de la RAP de 1971 es representativo de la amplitud de intereses de sus editores: “Funci6n del padre y creaciones culturales”, de! psicoanalista francés Guy Rosolato; “Accién y estructura”, de Jacques-Alain Miller; “Condiciones de produccion y de ideologizacién de las ciencias sociales en los paises dependientes”, de Mario Margulis; “La responsabilidad de los padres y los medios de comunicacion masivos”, de Eva Giberti y "La problemitica de Louis Althusser © -ylaepistemologia de las ciencias sociales” de Eliseo Verén y Ratil Sciarreta. 247 Escaneado con CamScanner La expansién del lacanismo debe ser leida fondo del clima intelectual de los aiios ‘70 y Proceso de const car modelos en las versiones no médicas del ps ‘como dos psicélogos prominentes destacaron, el la primera teoria psicoanalitica novedosa que amplia aceptaci6n sin haber sido propuesta por la APA.” Por otro lado, en un clima de alta efervescencia politica como el que estaba viviendo el pais, el lacanismo ofrecia una lectura “iz~ jerdista” y contestataria del psicoanélisis, por fuera de las instituciones oficiales. Finalmente, los médicos perdieron el control de la terapia psicoanalitica y de la teorfa freudiana. Las tensiones provocadas entre los psiclogos por la defini- ién de una identidad profesional se relajaron s6lo cuando, a co- mienzos de los afios ‘80, la prohibicién de la préctica de la psicote- Tapia fue finalmente eliminada luego de un intenso lobby Hevado a ‘cabo por un grupo grande de gente con el eslogan “Hacer legal lo que es legitimo”. Cuando se suprimié la prohibici6n, la APA y la Asociacién Psicoanalitica de Buenos Aires (APdeBA, escindida de la APA en 1976) permitieron el ingreso de los psic6logos para rea lizar una formacién analitica ortodoxa. Por otra parte, las institu- clones psicoanaliticas no afiliadas a la IPA, muchas de ellas asocia- das a las doctrinas de Lacan, proliferaron en Buenos Aires a lo largo de las décadas de}’70 y del’80. Algunas ofrecieron formacién analitica segiin los cnones lacanianos, que en general son mucho menos rigidos y exigentes que los de la IPA. Asimismo, dado que el movimiento lacaniano ya habia obtenido tuna amplia aceptacién entre los portefios, los psicdlogos dejaron de esperar de la IPA el reconocimiento profesional como psicoanalistas. Los psicblogos, fuego de ocupar un papel principal en la difusién del psicoanilisis cultura argentina durayite més de veinte afios, lograron por fin reclamar este dominio del saber. NOTAS “Ver Livin, Norbert y Silvis de Gomel, El pttlogo y a profs, Buenos Aires, Nueva Vision, 1975, Be acutide con Kuben Aral "Paychology im Latin America Today”, en Annu Rew of Pryolgy 3 248 8 popular que rion general jew York, Cambridge Univer Grego, Beati Irene Kaiuman, “El lugar del peicslogo en el procesa de a prosaic de picouns en Buenos Area, fe Britck ef fe Eel de priatlgo, Buenos aires, Nueva Visin, 1973, pagina 72, *¥Segain los datos de una encuestareaizada por la Ascclacién de Peic- logos de Buenos Aires en 1970, tres de las cinco careras de pricolog! uuniversidades privadas de Banos Aires tenfan una orentacén ps 4 defini Archivo APOA, “Lio de tambien” a 2,19 de ocabre nas 40-42, 1570, pag FiQi edcmia 1.59 ctodintes epi Crabs, 699 en Rovatio, 73 en La, cifras, 1958-1967, cuadro VLL4, pégina 89. “¢No todos ellos, por supuesto, estaban ejerciéndolo. Ver Alonso, Mo- esto, La psicologia en la Repiblica Argentina, Buenos Aires, mimeo, 1936. * La Argentina tiene a lo largo de todo él pals 120 psicSlogos cada 100.000 habitantes. Brasil tiene 54y Estados Unidos 56. Ver Alonso, Psicologia cdlogo y su profesion, pgina 118. £17% restante ,paicounalistas que ejercfan sia haber iguiente: “(Psicblogos) podrén Actuarenpscopa boradores del médico especia- joen ) Les ests prol dad con personas 249 Escaneado con CamScanner

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