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PRODUCTO INTEGRADOR.

ADOPCIÓN.
Nombre: Navarro Gómez Diego
Alejandro.
Código: 216847518.
División de Estudios Jurídicos.
Departamento de Derecho Privado.
Carrera: Abogado.
Centro Universitario de Ciencias
Sociales y Humanidades.
Materia: Derecho Procesal Familiar.
Maestra: Rosa María Silva Ramírez.

Lic. Diego N
Antecedentes Históricos y Aspectos Generales:

La adopción ha tenido un amplio desarrollo a lo largo del tiempo y el


espacio. Sus orígenes son muy remotos, anteriores incluso al derecho
romano, pues ya se regulaba en el Código Hammurabi. Sin embargo,
es en Roma donde se desarrolló de manera considerable, ya que tuvo
diversas finalidades, aunque no siempre en beneficio del adoptado.
En Roma, la falta de descendencia de varones se consideraba una
verdadera tragedia, ya que ponía a la organización familiar y al culto
privado. Por ejemplo, la hija casada y sus descendientes pertenecían
a la familia del marido, de manera que la adopción constituía un medio
para que el abuelo trajera a su familia a sus propios descendientes, y
ello a fin no sólo de evitar la desaparición de su grupo familiar, sino
también de continuar con el culto familiar y la herencia de sus bienes.
También, mediante la adopción, adquiría la patria potestad sobre sus
descendientes que no le estaban sometidos, en tanto descendían por
la rama materna. La adopción tenía a veces fines políticos, pues
permitía que se convirtiera en patricio quien no lo era de nacimiento.
La institución funcionaba sobre todo en provecho del paterfamilias y,
de manera indirecta, en beneficio del Estado, y sólo en segundo
término en favor del adoptado, dándose en la forma de adrogación de
un sui iuris, incorporándose su familia y su patrimonio a los del
adoptante.
Posteriormente, el adoptado pudo ser titular de patrimonio a través no
sólo de los peculios (bienes obtenidos mediante el trabajo, las guerras
y por medios de cargos públicos y eclesiásticos), sino también de los
bienes adventicios (bienes maternos adquiridos, bienes obtenidos por
dones de la fortuna, entre ellos las donaciones y los provenientes de
alguna sucesión).
En la época de Justiniano, la adopción presentó dos modalidades: la
adopción plena (desvinculaba en forma total al adoptado de su familia
biológica) y la adopción menos plena (no desvinculaba al adoptado de
su familia biológica, con efectos únicamente sucesorios).
Al desaparecer la manus y el parentesco por agnación –así como el
culto privado- debido al advenimiento del cristianismo y el interés del
clero en las herencias vacantes, la utilidad de la adopción fue casi nula
y cayó en desuso, razón por la que desapareció, como sucedió
durante la Edad Media.
El cristianismo creó nuevos vínculos protectores de huérfanos y
desamparados, como es el caso de los padrinos.
En Francia no fue sino hasta la celebración de la Convención
Revolucionaria y el surgimiento del Código de Napoleón, cuando la
adopción se reincorporó a la legislación, por cierto, con grandes
limitaciones, pues como se le consideró un contrato, sólo los mayores
e edad podían ser adoptados. Más tarde se admitió la adopción de
menores como medida de protección y beneficencia. La evolución de
la legislación francesa, atendiendo a la realidad social, llegó hasta la
legitimación adoptiva o adopción plena.
En España, aunque en las Siete Partidas de Alfonso X, El Sabio, se
regulaba la adopción en los términos que se conocía en Roma durante
la época de Justiniano, sufrió su eclipse al igual que en Francia y sólo
fue motivo de regulación posterior con el código civil de 1894. En
épocas recientes, en 1958, se actualizó con la aceptación de la
adopción plena, a la que se le dio el nombre de legitimación adoptiva.
Se reguló también el acogimiento o prohijamiento vigente a partir de la
guerra civil para el cuidado de huérfanos y expósitos.
En el código civil italiano se regula una institución denominada
pequeña adopción o acogimiento, según la cual quien recoja a un
menor huérfano o abandonado tiene la patria potestad hasta la
mayoría de edad, sin más derecho que a alimentos y sin derechos
familiares o sucesorios.
En México, en los códigos civiles para el Distrito Federal del siglo XIX,
herederos del derecho privado español, no se regulaba la adopción.
Es con la Ley de Relaciones Familiares de 1917, que se incorporó la
figura de la adopción a nuestra legislación. Pese a ello, no fue sino con
el código civil de 1928 cuando esta institución se reguló de modo
amplio. Desde entonces, fue objeto de varias reformas tendientes a
facilitarla y se eliminaron algunos requisitos que de inicio
obstaculizaban su empleo, hasta que se llegó a la función protectora
de menores e incapacitados.
Por lo general, el adoptante desea incorporar plenamente el adoptado
a su familia, de ahí que con frecuencia se le oculte su carácter de
adoptado. Por ello, la llamada adopción simple no era satisfactoria en
la mayoría de los casos. Ésa es la razón de que en Francia y España
se creara una institución con efectos mayores, que como ya se dijo es
conocida con el nombre de legitimación adoptiva o adopción plena. En
este tipo de adopción, se incorpora a la familia del matrimonio
adoptante en forma definitiva e irrevocable a un infante abandonado,
como si hubiera nacido de la pareja, los vínculos familiares naturales
del adoptado que definitivamente rotos, y se establecen nuevos entre
el menor y los miembros de la familia de los adoptantes, con todos los
derechos y obligaciones recíprocas que se tienen con un pariente de
sangre. La inscripción del menor en el Registro Civil se efectúa como
si hubiera nacido realmente en la familia que lo adopta.
La adopción plena o legitimación adoptiva, que los sistemas francés y
español han aplicado, produce los mismos efectos que la filiación,
pues incorpora al adoptado a la familia del adoptante, rompe los
vínculos de sangre con la familia de origen y borra toda diferencia con
los hijos consanguíneos. Debido a ello, sólo se acepta en el caso de
menores de siete años abandonados o de padres desconocidos, cuya
adopción la lleven a cabo los matrimonios. Además, sólo puede
realizarse en estas condiciones y sin posibilidad de revocación.
Por lo común, en este sistema se destruyen los documentos que
pudieran denunciar el parentesco consanguíneo y se intenta acabar
con la práctica ilegal de registrar como hijo de matrimonio al que ha
sido adoptado, debido a que se incurre no sólo en un fraude a la ley,
sino en un delito.
Hasta el 29 de mayo de 1998, nuestro Código Civil para el Distrito
Federal en materia común y para toda la República en materia federal,
únicamente regulaba la adopción simple, esto es, aquella que no sólo
genera parentesco civil entre adoptante y adoptado, y no destruye los
lazos entre el adoptado y su familia biológica. A partir de esa fecha
entraron en vigor las reformas hechas al citado código y al de
Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, con lo que se reguló
también la adopción plena, y se efectuó sobre la base del
reconocimiento que debía hacer el Estado de la necesidad y urgencia
de rescatar la niñez más desvalida, no sólo proporcionándole la
oportunidad de vivir en una familia que le dé protección, salud,
seguridad, educación, afecto, cuidado y atención, sino también
uniéndola con aquellos a quienes la naturaleza les ha negado la
posibilidad de convertirse en padres y buscan un hijo adoptivo para
complementar su familia. Este reconocimiento procura satisfacer la
necesidad de tener padres y el deseo de tener hijos.

Conceptos y Criterios Doctrinales:

En términos generales puede plantearse la adopción como una ficción


legal cuyo propósito es suplir los vínculos biológicos de la filiación,
creando un parentesco cuya fuente es la norma jurídica.
La doctrina considera dos tipos de adopción: la simple y la plena,
diferenciadas tanto por la mayor o menor amplitud del vínculo filial que
se contrae como por los derechos, deberes y obligaciones que se
derivan de ella entre adoptante y adoptado. Se define la adopción
simple como el parentesco civil que da origen a otro parentesco,
distinto del consanguíneo y del de afinidad. Nuestro Código Civil para
el Distrito Federal define la adopción plena equiparándola con el
parentesco consanguíneo.
En general, en la adopción los sujetos intervinientes se denominan
adoptante, persona que asume legalmente el carácter de padre, y
adoptado, persona que va a ser recibida de manera legal como hijo del
adoptante.
Mediante la adopción se crea una relación de filiación legal entre
adoptante y adoptado. Sin embargo, mientras que en la adopción
simple ambos tienen los mismos derechos, deberes y obligaciones
propios del vínculo del parentesco que se tiene con los hijos
consanguíneos, la cual comprende incluso los impedimentos para el
matrimonio. En esta adopción, aunque el adoptante muera, el
adoptado no queda desamparado, debido a que sus parientes por
adopción están obligados a proporcionarle alimentos, ejercer la patria
potestad o la tutela legítima como si se tratara de un hijo
consanguíneo del adoptante.
Por lo antes dicho, la adopción puede definirse como el acto jurídico
de recibir como hijo con los requisitos (condiciones necesarias) y las
solemnidades (lo formal, aquello que está revestido con la forma
exigida por la ley) que establecen las leyes al que no lo es
naturalmente.
La adopción en general constituye la tercerea fuente del parentesco.
Con la adopción simple se origina el parentesco civil, ya que la
adopción plena, si bien por su origen es civil, por sus efectos legales
se equipará al parentesco consanguíneo.
La adopción es una institución cuya finalidad consiste en proteger a la
persona y los bienes del adoptado. Hoy en día, ha sido aceptada casi
por su totalidad de los países, pero algunos otros la han rechazado
con el argumento de que una ficción legal no puede sustituir los
vínculos biológicos.

Análisis Reflexivo del Concepto en el Código de


Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco:

- La adopción es un acto jurídico que sólo puede llevarse a cabo


ante un juez de lo familiar, quien decretará la adopción cuando
se hayan cumplido los requisitos y las formalidades legales
establecidas en tal cuestión. Una vez que cause estado la
resolución, la adopción plena queda hecha y constituida en un
acto irrevocable.
- La adopción es un acto jurídico bilateral que requiere la voluntad
del adoptante y la del adoptado o de sus representantes, así
como el órgano jurisdiccional y la conformidad del Ministerio
Público. EN tal acto debe escucharse a los menores en función
de su edad y madurez.
- Decretada la adopción, a través de la resolución judicial definitiva
que la autorice, el juez de lo familiar enviará copias de las
diligencias realizadas al juez de Registro Civil para que levante
el acta de nacimiento originaria la resolución judicial y las
anotaciones de la ley. Además, tal acta quedará reservada. La
falta de registro de la adopción no quita a ésta sus efectos
legales, siempre que se haya hecho conforme a las
disposiciones de la ley.
- Para la validez de la adopción se necesita el consentimiento de
quienes ejerzan la patria potestad, el del padre o el de la madre
del menor incapacitado que se pretenda adoptar, salvo cuando
haya declaración judicial de abandono, o del tutor, en su caso,
incluidos los directores de las casas de asistencia social, quienes
son los tutores legítimos de los acogidos, o del Ministerio
Público, así como el consentimiento del menor de más de 12
años.

Jurisprudencias Relevantes:

1.-
ADOPCIÓN. EL INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR DE EDAD SE BASA
EN LA IDONEIDAD DE LOS ADOPTANTES, DENTRO DE LA CUAL SON
IRRELEVANTES EL TIPO DE FAMILIA AL QUE AQUÉL SERÁ
INTEGRADO, ASÍ COMO LA ORIENTACIÓN SEXUAL O EL ESTADO
CIVIL DE ÉSTOS.

El punto fundamental a considerar en una adopción es el interés superior


del niño, niña o adolescente, con la intención de que éste forme o se integre
en una familia en la cual reciba afecto, cuidados, educación y condiciones
adecuadas para su desarrollo, derechos todos inherentes a su persona. La
idoneidad de las personas para ser consideradas para adoptar debe
atender únicamente a la posibilidad de brindar cuidado y protección al
menor de edad, para incluirlo a una familia, y no puede atender, de manera
alguna, a la pertenencia a un tipo de familia por un tipo de estado civil
(soltero, casado, en concubinato, en sociedad de convivencia), ni por cierta
orientación sexual. Pertenecer a un estado civil en particular en modo
alguno pone en riesgo, por sí mismo, el interés superior del niño, niña y
adolescente, puesto que cualquier persona en lo individual y cualquier
pareja del mismo o distinto sexo deben ser consideradas en igualdad de
condiciones como posibles adoptantes y lo que debe ser tomado en cuenta
en dicho proceso es si la persona o personas cumplen con una serie de
requisitos esenciales para ser consideradas como adoptantes, es decir, si
cuentan con las características, virtudes y cualidades para brindarle una
familia a los menores de edad. Dentro de dichos requisitos esenciales no
puede figurar el tipo de unión civil al que pertenezcan los posibles
adoptantes, ni la orientación sexual de éstos, pues estas circunstancias no
inciden en su idoneidad para brindar a los niños, niñas y adolescentes una
familia en donde éstos se desarrollen integralmente. En ese sentido, es
insostenible la interpretación -implícita o explícita- en el sentido de que la
homosexualidad de los adoptantes implica una afectación al interés
superior de los menores adoptados.

Acción de inconstitucionalidad 8/2014. Comisión de Derechos Humanos del


Estado de Campeche. 11 de agosto de 2015. Mayoría de nueve votos de
los Ministros Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, José Ramón Cossío Díaz, José
Fernando Franco González Salas, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, en contra
de la forma en que se abordan, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Juan N. Silva
Meza, con reservas en el tratamiento, Olga Sánchez Cordero de García
Villegas, Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar Morales; votó en contra
Eduardo Medina Mora I. Ausente y Ponente: Margarita Beatriz Luna
Ramos. Encargado del engrose: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretaria:
Karla I. Quintana Osuna.
El Tribunal Pleno, el veintitrés de junio en curso, aprobó, con el número
8/2016 (10a.), la tesis jurisprudencial que antecede. Ciudad de México, a
veintitrés de junio de dos mil dieciséis.

Reflexión: Me parece un punto totalmente acertado por parte de la


SCJN el hecho de valorar el acto de la adopción desde el punto que
verdaderamente nos importa, que es el desarrollo de las niñas, niños y
adolescentes en un entorno donde pueda disfrutar de las garantías
esenciales para el crecimiento y desenvolvimiento óptimo que
cualquier ser humano debe gozar en esta etapa, que tiene como
cumbre la evolución de la personalidad del individuo.
Todo esto sin tener en importancia el estado civil y/o afinidades (tal
como es el caso de la homosexualidad) de quienes buscan adoptar, ya
que no afecta de ninguna manera la capacidad psicológica, moral,
económica y emocional, que sí son puntos que se analizan de fondo.
2.-
ADOPCIÓN DE UN MENOR DE EDAD. IRREVOCABILIDAD DEL
CONSENTIMIENTO DE QUIENES EJERCEN LA PATRIA POTESTAD
SOBRE EL MENOR PARA INICIAR LOS TRÁMITES DE ADOPCIÓN.
La irrevocabilidad del consentimiento de quienes ejercen la patria potestad
de un menor de edad que se pretende dar en adopción implica, en primer
término, que una vez constituida legalmente la adopción, ni los padres
biológicos, ni los adoptivos, pueden dar marcha atrás, sea cual sea la
causa, incluido el arrepentimiento de una de las partes. El fundamento de
esta irrevocabilidad nace armonizando su naturaleza jurídica y la necesidad
de estabilidad. Es la consecuencia lógica del estado de familia que se crea
al amparo de la adopción; lo que diferencia a la adopción en gran medida
de cualquier negocio jurídico generador de derechos patrimoniales o
personales. Mediante la adopción se genera un vínculo filial indisoluble de
forma que la adopción definitiva no puede quedar en estado de
incertidumbre. Crea un estado civil y, por ello, no afecta de forma exclusiva
a los directamente implicados, sino que tiene un claro matiz de interés
público. El ordenamiento busca dotar a la adopción de la mayor estabilidad
y, para ello, sustrae la continuidad de la misma de la voluntad de los
particulares implicados. Por una parte, con la irrevocabilidad del
consentimiento se pretende la estabilidad y la seguridad de que deben
gozar las cuestiones relativas al estado civil y, por otra, se busca garantizar
la utilización coherente de la institución, dotando a las relaciones entre
adoptantes y adoptados de la solidez y la firmeza de la que gozan las
relaciones paterno-filiales por naturaleza. Finalmente, es necesario advertir
que esta Primera Sala, al determinar la irrevocabilidad del consentimiento
de las partes intervinientes, no está haciendo referencia a aquellos casos
en los que se actualice una causa de nulidad de la adopción (por ejemplo,
cuando se infringe una prohibición de adoptar, se incumplen los requisitos
de edad de los adoptantes o la diferencia de edad con el adoptado, entre
muchos otros), ni a los casos en que judicialmente se determine que existe
una causa grave que ponga en peligro al menor, de continuarse con la
adopción, de conformidad con la legislación aplicable, ni a aquellos
previstos en las legislaciones de algunos estados de la República, en los
que se posibilita que el adoptado mayor de edad dé fin al vínculo
adopcional.

Amparo directo en revisión 348/2012. 5 de diciembre de 2012. Unanimidad


de cuatro votos; José Ramón Cossío Díaz reservó su derecho para formular
voto concurrente. Ausente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Ponente: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Javier Mijangos y González.

Reflexión: Al no ser un negocio jurídico como cualquier otro, ya que


está de por medio el futuro de un individuo, se le debe dar solemnidad
que esté a la altura de proteger a dichos sujetos adoptados, y no estar
en una situación de incertidumbre sujeta al sentir fluctuante de los que
están involucrados en tal proceso.
3.-
INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO TRATÁNDOSE DE LA ADOPCIÓN POR
MATRIMONIOS ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO.

La protección al interés superior de los niños y las niñas consagrado en el


artículo 4to. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
es un principio que exige su cumplimiento por parte del Estado en todos sus
niveles de gobierno y ámbitos competenciales y si bien es cierto que
tratándose de la institución civil de la adopción, los derechos de los
menores sujetos a adopción se encuentran en posición prevalente frente al
interés del adoptante o adoptantes, también lo es que ello no se traduce en
que la orientación sexual de una persona o de una pareja lo degrade a
considerarlo, por ese solo hecho, como nocivo para el desarrollo de un
menor y, por ello, no permitirle adoptar. Cualquier argumento en esa
dirección implicaría utilizar un razonamiento vedado por el artículo 1o.
constitucional que, específicamente, prohíbe la discriminación de las
personas por razón de sus preferencias, lo que además sería contrario a la
interpretación que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha
desarrollado respecto del tipo de familia protegido por el artículo 4o.
constitucional y los derechos de los menores. Así pues, en el caso de la
adopción, lo que exige el principio del interés superior del menor es que la
legislación aplicable permita delimitar el universo de posibles adoptantes,
sobre la base de que ofrezcan las condiciones necesarias para el cuidado y
desarrollo del menor establecidas en la ley, para que la autoridad
aplicadora evalúe y decida respecto de la que represente su mejor opción
de vida, pues sostener que las familias homoparentales no satisfacen este
esquema implicaría utilizar un razonamiento constitucionalmente contrario a
los intereses de los menores que, en razón del derecho a una familia,
deben protegerse.

Acción de inconstitucionalidad 2/2010. Procurador General de la República.


16 de agosto de 2010. Mayoría de nueve votos. Disidentes: Sergio Salvador
Aguirre Anguiano y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Ponente: Sergio A. Valls
Hernández. Secretaria: Laura García Velasco.
El Tribunal Pleno, el cuatro de julio en curso, aprobó, con el número
13/2011, la tesis jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a
cuatro de julio de dos mil once.
Reflexión: Mi conclusión va muy de la mano con lo que establecí en la
primera jurisprudencia que analizamos, sólo que en esta ocasión el
punto central es el derecho velado por el 4to. Constitucional. Y al ser
de tal forma, sería contrario negar de cualquier manera a una pareja
homoparental el derecho de ejercer la adopción sobre un menor.
Porque, por querer proteger una “buena costumbre” al mismo tiempo
estaríamos discriminando de manera descarada a un ciudadano
mexicano que no es menos ni más ante la ley, se supone que es igual
con iguales derechos. Tristemente en la cultura tan arraigada en
nuestro país ha hecho de una lucha constante hacia la
concientización, y por consiguiente en las legislaturas de varias
entidades federativas, el objetivo de hacer ver hacia el bien mayor,
que es el desarrollo de los menores desvalidos, y no en el
pensamiento arcaico de que alguien con inclinaciones distintas a las
suyas no es merecedor de un reconocimiento a la par del ciudadano
mexicano.

Tratados Internacionales:

- Convención interamericana sobre conflictos de leyes en materia


de adopción de menores.
- Convención interamericana sobre obligaciones alimentarias.
- Convención interamericana sobre restitución internacional de
menores.
- Convención sobre el consentimiento para el matrimonio, la edad
mínima para contraer matrimonio y el registro de los
matrimonios.
- Convención sobre la protección de menores y la cooperación en
materia de adopción internacional.
- Convención sobre los aspectos civiles de la sustracción
internacional de menores.
- Convención sobre los derechos del niño.
- Protocolo facultativo de la convención sobre los derechos del
niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la
utilización de los niños en la pornografía.
- Convenio internacional del trabajo (num. 58) por el que se fija la
edad mínima de admisión de los niños al trabajo marítimo.
- Convenio relativo al trabajo nocturno de los menores en la
industria.
- Convenio sobre la prohibición de las peores formas de trabajo
infantil y la acción inmediata para su eliminación.
- Convención interamericana sobre tráfico internacional de
menores.

Problema Actual y Propuesta:

Aparte de la problemática que mencioné en el apartado de las


jurisprudencias, hay un problema mayor; el cual es el hecho de que el
proceso de adopción es bastante difícil y tardado. Un dato que da fe
de tal situación es el dato proporcionado por la INEGI, en el que
determinó que en el transcurso de todo el año de dos mil diecinueve
sólo se llevaron a cabo 7 siete adopciones en todo lo largo del
territorio nacional. Eso nos da una idea de la problemática del
presente negocio jurídico en nuestro país, el problema no es que no
haya cultura de adopción en nuestro país, ya que no todos cuentan
con esa misma suerte de que la naturaleza se les permita concebir. Lo
que pasa es que, como varios sectores públicos del gobierno
mexicano, la adopción tiene no tiene una metodología que cubra los
apartados de eficiencia y exhaustividad.
Mi propuesta, más práctica que jurídica (ya que sería necesario un
extenso movimiento político con estudios jurídico-sociológicos de por
medio) es que se establezcan plazos, términos, exámenes y
diligencias concretas como si se tratara de cualquier otro proceso
jurídico. Ya hablando de los fideicomisos retirados a las casas hogar,
eso… ya es arroz de otro costal.

Referencias:

- https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/paginas/DetalleGeneralV2.aspx?
Clase=DetalleTesisBL&ID=2012587&Semanario=0
- https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/paginas/DetalleGeneralV2.aspx?
ID=2002696&Clase=DetalleTesisBL&Semanario=0
- https://sjf.scjn.gob.mx/sjfsist/Paginas/DetalleGeneralV2.aspx?
ID=161284&Clase=DetalleTesisBL
- https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/181505/
X__MENORES_DE_18_A_OS_DE_EDAD__NI_OS_NI_AS_Y_A
DOLESCENTES.pdf
- “Derecho de Familia” Edgard Baqueiro Rojas, Rosalía
Buenrostro Báez; Editorial: Oxford, p.p. 243-261.
- Código Civil del Estado de Jalisco.
- Código de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco.

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