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Huellas en la arena

Una noche soñé que caminaba por la playa con Dios. Durante la caminata,
muchas escenas de mi vida se iban proyectando en la pantalla del cielo. Con
cada escena que pasaba notaba que unas huellas de pies se formaban en la
arena: unas eran las mías y las otras eran de Dios. A veces aparecían dos pares
de huellas y a veces un solo par. Esto me preocupó mucho porque pude notar
que, durante las escenas que reflejaban las etapas más tristes de mi vida,
cuando me sentía apenado, angustiado y derrotado, solamente había un par de
huellas en la arena. Entonces, le dije a Dios:
“Señor, Tú me prometiste que si te seguía siempre caminarías a mi lado. Sin
embargo, he notado que en los momentos más difíciles de mi vida, había sólo
un par de huellas en la arena. ¿Por qué, cuándo más te necesité, no caminaste
a mi lado?. Entonces Él me respondió:
“Querido hijo. Yo te amo infinitamente y jamás te abandonaría en los
momentos difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas es porque
yo te cargaba en mis brazos…”.
“No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases
por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando
pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo
Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador”
Isaías 43: 1 – 3
Querido hermano nos alegra saber que está viviendo esta hermosa experiencia de
caminar de la mano del Señor, sabemos que el camino de Dios no es fácil pero si
es el más seguro, porque Él ha prometido estar con nosotros todos los días hasta
el fin. No permita que el temor ni la duda se apoderen de usted cuando venga el
tiempo de la prueba, ya que saliendo de este encuentro seguramente tendrá
muchos obstáculos, más bien aprópiese de las promesas que el Señor nos ha
dejado en su palabra, confíe con todo su corazón en su fidelidad y determínese a
ser su discípulo. Deseamos para usted las más grandes bendiciones de nuestro
Padre.

Con cariño,
Huellas en la arena
Jefferson Basurto y Carmita Triviño
Una noche soñé que caminaba por la playa con Dios. Durante la caminata,
muchas escenas de mi vida se iban proyectando en la pantalla del cielo. Con
cada escena que pasaba notaba que unas huellas de pies se formaban en la
arena: unas eran las mías y las otras eran de Dios. A veces aparecían dos pares
 

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