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LA TIERRA

¿Qué es el planeta Tierra?


La Tierra es el tercer planeta del sistema solar, en órbita alrededor del Sol entre Venus y Marte,
eso es, a 149.600.000 km del Astro Rey. Es el más grande y más denso de los llamados
planetas Terrestres, y el quinto en tamaño de los ocho que existen. Es, además, el único planeta
hasta la fecha capaz de albergar vida orgánica tal y como la conocemos.

Su nombre proviene de la antigua mitología romana: Terra, encarnación de una diosa primigenia
a quien se asociaba la femineidad, la fecundidad y el origen de la mayoría de las cosas. Se le
asocia con la maternidad en diversas culturas, como la Pachamama de los Incas o la Madre
Tierra occidental.

La Tierra tiene un único satélite natural al que llamamos La Luna, en órbita a tan sólo 384.400
km de distancia de la superficie. La Luna es el cuarto satélite más grande del Sistema solar y
mide la cuarta parte de la Tierra.

SATÉLITES NATURALES
Satélites naturales
El primer satélite natural conocido por el hombre es la Luna.

¿Qué son los satélites naturales?

Los satélites naturales son cuerpos celestes que orbitan alrededor de un planeta o de otro
cuerpo celeste que no sea una estrella. El primer satélite natural conocido por el hombre es la
Luna. Los únicos planetas del Sistema Solar que no tienen satélites naturales son Mercurio y
Venus.

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De la misma manera que los planetas, los nombres de los satélites de nuestro sistema fueron
tomados de la mitología griega y romana. En el caso de los satélites de Urano, los nombres de
sus satélites fueron tomados de personajes de Shakespeare.

Los satélites son cuerpos sólidos, habitualmente sin atmósfera, de diversos tamaños y
densidades. En los casos en que el satélite y el objeto alrededor del cual orbita tienen masas
similares, se considera objeto primario el que contiene el centro de masas de ambos.

Se distinguen de los satélites artificiales ya que estos últimos fueron creados por el hombre.

Punto de equilibrio

Un satélite entra en órbita alrededor de un planeta cuando llega a una distancia en que se
equilibran dos fuerzas: la fuerza centrífuga (que empuja al satélite lejos del centro de rotación)
y la fuerza de la gravedad (que une al planeta con el satélite). Por eso, los satélites no colapsan
sobre el planeta ni se alejan de su órbita.

Satélites pastores

Satélites naturales - anillos

Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno poseen anillos donde orbitan satélites pastores.

Los satélites pastores se encuentran en los anillos planetarios. Los anillos planetarios forman
una capa de polvo y otros objetos que orbita alrededor de un planeta.

En el Sistema Solar, cuatro planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) tienen anillos
planetarios. En estos anillos, si un objeto tiene una masa significativamente mayor a los demás,
los atrae por efecto de su gravedad y se denomina satélite pastor. De esta manera, los satélites
pastores mantienen a los anillos en su sitio.

Satélites coorbitales
Cuando dos satélites giran en la misma órbita se denominan coorbitales. Por ejemplo los
satélites Jano y Epitemo, que orbitan Saturno, son satélites coorbitales.

La Tierra tiene satélites coorbitantes pero son asteroides que son capturados por la gravedad
terrestre al acercase al planeta y luego de algunos años vuelven a alejarse.

Satélites asteroidales

asteroides - satélite natural

Si es asteroide tiene un satélite grande, ambos serán asteroides binarios.

Cuando un objeto gira en torno a un asteroide se denomina satélite asteroidal. Si el asteroide


tiene un satélite grande, ambos objetos se denominan asteroides binarios.

Aún no se ha descubierto si se forman a partir de un único asteroide o si el asteroide de mayor


tamaño captura al otro en su gravedad.

Tipos de órbitas

Dependiendo de su movimiento y órbita, los satélites naturales se clasifican en dos tipos:

Regulares. Estos satélites giran en el mismo sentido que el planeta gira alrededor del sol, es

decir, están en órbita directa alrededor del cuerpo celeste de mayor tamaño. Ejemplos de estos
satélites son la Luna, Ganímedes, Europa, Titán, Miranda y Oberón.

Irregulares. Sus órbitas son elípticas (alargadas) y muy inclinadas con respecto a la órbita del
planeta alrededor del Sol. Se cree que estos satélites eran asteroides que fueron capturados
por la fuerza gravitacional del planeta y por eso habitualmente tienen órbitas alejadas del
planeta.

Fuerza de marea

La luna y la marea

Los satélites afectan la gravedad de los planetas cambiando las mareas.

Los planetas tienen su propia gravedad. Sin embargo, los satélites afectan esa fuerza de
gravedad con su propia gravedad.

En la Tierra, podemos observarlo en las mareas, causadas por la aceleración gravitacional de la


Luna. Sin embargo, en los satélites con sustancias líquidas, la gravedad del planeta también
crea mareas en el satélite.

Altitud

La altitud es uno de los factores que modifican la temperatura. La variación estándar es que la
temperatura disminuye 6,5 °C por cada kilómetro, es decir, un grado cada 154 metros.

Esto se debe a que la presión atmosférica disminuye a medida que aumenta la altitud, es decir,
hay menor concentración de partículas de aire que conserven el calor.

Sin embargo, es importante señalar que este cambio de temperatura depende también de otros
factores como el sol, el viento y la humedad.

Luna

Satélites naturales - la luna

La luna siempre muestra la misma cara al planeta Tierra.

La Luna es el único satélite natural de nuestro planeta. Su diámetro es de 3.474 km (un cuarto
del diámetro de la Tierra) lo que la convierte en el quinto satélite más grande del Sistema Solar.

Siempre muestra la misma cara al planeta, es decir que tiene una relación síncrona. Su órbita
tiene una longitud treinta veces mayor al diámetro de la Tierra.

Se cree que se originó a partir de material proveniente de la Tierra, cuando el planeta sufrió una
colisión por otro cuerpo del tamaño de Marte. Luego del impacto, el material desprendido se
fusionó en un objeto compacto y quedó unido a la Tierra por su fuerza gravitatoria.

Encélado

Encélado es uno de los satélites de Saturno. Aunque es el sexto satélite más grande de ese
planeta, con solo 500 km de diámetro es uno de los cuerpos celestes más activos del Sistema
Solar.

Esto se debe a los más de cien géiseres que, en su superficie, expulsan vapor de agua y
partículas sólidas que incluyen hielo, hidrógeno y cloruro de sodio.

Debido a las bajas temperaturas de la superficie, el agua expulsada vuelve a caer a la superficie
en forma de nieve y el resto se dispersa por el anillo planetario al que pertenece Encélado.
Además, en su polo sur se encuentra un profundo océano de agua superficial.

Debido a la presencia de agua y diversos elementos químicos, se cree que pueden existir
microbios en este satélite. Es decir que es el primer cuerpo celeste, además de la Tierra, donde
se encontraron las condiciones necesarias para la vida.

Ganimedes

Ganimedes - satélites naturales

Ganimedes está compuesto de silicatos y hielo de agua.

Es el satélite de mayor tamaño del Sistema Solar, con un diámetro de 5.262 km. Galileo Galilei y
Simon Marius lo descubrieron en 1610 orbitando alrededor de Júpiter.

Está compuesto de silicatos y hielo de agua, con un núcleo fundido con gran proporción de
hierro. Se cree que tiene un océano interno con mayor cantidad de agua que la Tierra.

Origen y formación de la Tierra


El origen de la Tierra y de los demás planetas está en la nebulosa solar, un disco de materia
remanente de la formación misma del Sol. Se ha calculado que hace 4550 millones de años ya
existía la Tierra, después de un período de enfriamiento y constitución de aproximadamente
unos 10 a 20 millones de años, cuyo resultado final fue la conformación de las capas exteriores
de la superficie terrestre y de la Luna, producto de un impacto entre un cuerpo más o menos del
tamaño de Marte con La Tierra hace unos 4530 millones de años.

Luego ocurrió una paulatina desgasificación de la corteza del planeta, que junto a la incipiente
actividad volcánica, iniciaron los procesos químicos que darían como resultado la atmósfera
terrestre. Similarmente, la aparición del agua de los océanos, preludio a la vida, se debió a la
introducción de hielo y agua líquida en cometas, asteroides o protoplanetas que hicieron
impacto en la joven Tierra.

Movimientos de la Tierra

La Tierra tiene tres formas distintas de movimiento: rotación, traslación y oblicuidad.

Rotación. La Tierra gira en torno a su propio eje, en dirección Oeste-Este, y demora 23 horas, 56
minutos y 4 segundos en completar un giro. Este movimiento da origen al día y la noche,
alternando entre la cara expuesta y oculta al Sol.

Traslación. La órbita terrestre alrededor del Sol tiene un perímetro de 930 millones de
kilómetros, a una velocidad de 108.000 kilómetros por hora. Eso significa que una vuelta orbital
completa se lleva a cabo cada 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. A dicho período es
lo que llamamos comúnmente año.

Oblicuidad. La Tierra se inclina sobre el plano de su elíptica en poco más de 23°, y es


responsable de las estaciones del año, pues acerca y aleja ciertas latitudes planetarias al Sol.
Este movimiento disminuye a razón de 0,47” por año.

Atmósfera de la Tierra

La bola de gases que rodea a la superficie terrestre, presa de su fuerza de gravedad, se


denomina la atmósfera. Se compone de un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y el resto de
gases nobles y se extiende desde la superficie terrestre hasta unos 11 km de altura (en el 75%
de su contenido). Sin embargo, no hay límites definidos de la atmósfera, pues empieza en algún
momento a desvanecerse en el espacio.

A la naturaleza atmosférica se deben los fenómenos climáticos y la redistribución de la energía


térmica, así como la aparición de la capa de ozono, indispensable para la preservación de la
vida del impacto directo de la radiación UV del Sol

Composición y estructura interna de la Tierra

La Tierra pertenece a los planetas terrestres, es decir, que se trata de un cuerpo rocoso y no
gaseoso, como Júpiter. El cuerpo terrestre se compone de distintos niveles o capas geológicas,
a saber:

Litósfera. Compuesta por la superficie, corteza y manto superior terrestres, es la capa que se
extiende desde los 0 a 60 km de profundidad. Es la capa más fría y rígida de todas. De ello se
componen las capas tectónicas.
Astenósfera. Una capa viscosa sobre la que flota la litósfera, va de los 100 a los 700 km de
profundidad.

El manto. Se denomina así a la capa entre 35 y 2890 km de profundidad, aunque sea una serie
de niveles geológicos distintos.

Núcleo externo. Una capa líquida de materia, de bajísima viscosidad, que rodea y descansa
sobre un núcleo sólido.

Núcleo interno. La esfera central de la Tierra, compuesta fundamentalmente por hierro, níquel y
porcentajes bajos de azufre y oxígeno. El núcleo en total tiene 3500 km de espesor.

Proporciones de la Tierra

De los planetas terrestres, la Tierra es el más denso, poseedor del campo magnético más
intenso y la gravedad superficial más alta, amén de la rotación más rápida. Esto la moldea
como una esfera achatada (esferoide oblato) a la altura de sus polos, y abultada ligeramente a
la altura del ecuador.

Posee una circunferencia ecuatorial de 40.091 km, un diámetro de 12.756 km y una masa de
5,973 x 1024 kg.

Superficie de la Tierra
La superficie total de la Tierra es de 510.072.000 km2, de los cuales 70,8% es agua y el 29,2%
restante es tierra. El relieve de dicha superficie expuesta es una combinación de montañas,
desiertos, llanuras y mesetas, mientras que la sumergida posee cañones, mesetas y dorsales
submarinas, así como profundísimas llanuras abisales, donde no llega la luz solar.

La superficie terrestre se modifica a lo largo de los años, debido al movimiento subterráneo de


las placas tectónicas, cuyos pliegues y colisiones generan diversos fenómenos de relieve.

Biósfera

Se entiende por biósfera el conjunto total de la vida orgánica en el planeta, en el contexto de sus
emplazamientos físicos. Dividida en diversos biomas, de acuerdo a su latitud, altura sobre el
nivel del mar y márgenes de humedad, se estima que haya empezado a evolucionar hace 3500
millones de años.

La biodiversidad planetaria es muy alta, privilegiando para ello las zonas bajas y húmedas como
la Selva Tropical, mientras que las zonas altas y áridas son poco habitables por vida vegetal y
animal.

En cada bioma existen diversos ecosistemas, en los que la vida se ha organizado a sí misma a
partir de las relaciones posibles entre seres vivos. La masa total de la vida en el planeta es de
más o menos 1 billón de toneladas de carbono.

Hidrósfera
Una diferencia fundamental de la Tierra respecto a otros planetas del Sistema Solar es su
abundante presencia de agua. A esta superficie acuífera total se la conoce como hidrósfera, y
abarca no sólo los extensos océanos y mares, sino lagos, ríos y aguas subterráneas hasta los 2
kilómetros de profundidad. La sumatoria de dicha masa de agua en el planeta es de 1/4400 de
su masa total.

Los océanos se extienden por un área de 361,84×106 km2, con una profundidad promedio de
3682,2 metros y un volumen de 1,3324×109 de km3. Eso significa que si la tierra se nivelase
toda, el agua la cubriría totalmente hasta los 2,7m de altura.

Campo magnético terrestre

El campo magnético terrestre es el más grande de los planetas terrestres. Sus polos se
identifican con los polos geográficos, si bien se supone su origen en el movimiento del núcleo
metálico del planeta, que genera corrientes eléctricas.

Así se forma la magnetósfera, el campo magnético terrestre que, entre otras cosas, desvía las
partículas del viento solar. Se estima el momento magnético dipolar del planeta en 7,91×1015 T
m3. Dicha fuerza magnética se debilita hacia el ecuador.

Población humana

Repartidos a lo largo de los continentes, habitamos en el mundo unos 7 mil millones de seres
humanos y se espera que esta cifra alcance los 9.200 millones para el año 2050. El continente
mayormente poblado es Asia, y las estadísticas mundial apuntan a un 40% de población rural
versus 60% de población urbana.

Las diversas naciones humanas (204 naciones soberanas para el año 2011) han reclamado en
casi su totalidad la superficie terrestre, excepto por zonas amplias de la Antártida y una zona no
reclamada entre Egipto y Sudán, llamada Bir Tawil. Aun así, apenas un octavo de la superficie
terrestre sea habitable por los seres humanos.

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