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ESTRATEGIA DE PLANTACIÓN

plantadores.org Maestro: Justin Burkholder

Clase 3: Quien planta iglesias / Escuela Plantadores

++ Leer capítulo 3, 4 y 5 de Sobre la Roca

1. El Espíritu Santo
a. 1. El Espíritu llama a los plantadores (He. 13:1-3, Mt. 9:30-32)
i. Dios es el principal preparador de plantadores. Él es el principal
plantador de iglesias. Por medio de Su Espíritu, Él llama a plantadores
cuando su pueblo se reúne a orar.
ii. Jesús enseña algo similar en Mateo 9. Cuando Él ve a las multitudes
como si fuesen ovejas sin pastor, Él no dice a las personas, “armen un
plan de cinco años para plantar iglesias”. Él dice, “oren al Dios de la
cosecha que envíe obreros a la mies”.
b. 2. El Espíritu produce carácter piadoso en los plantadores (Ef. 5:18, Gál. 5)
i. Vemos que los requisitos en 1 Timoteo 3 y Tito 1 para el ministerio son
casi enteramente de carácter. No puedes producir estas cosas en tu
vida por ti mismo. En cambio, son cosas que Dios va obrando en el
plantador para que sea útil en la plantación de iglesias.
c. 3. El Espíritu convence al mundo de su pecado (Jn. 16:8-10)
i. Si nuestra tarea es la proclamación de las Buenas Noticias, tiene que
haber un entendimiento claro y profundo de las malas noticias. Es
necesario un convencimiento de nuestra propia maldad y de la justicia
de Dios. El Espíritu Santo está obrando en los corazones del mundo
para que ellos entiendan su condición y anhelen alguna solución.
d. 4. El Espíritu hace que la predicación de Cristo sea eficaz (Jn. 15:26, Ti.
3:4-5, 1 Cor. 12:3)
i. El hecho de que alguien se arrepienta de sus pecados, confiese su fe en
Cristo, y sujete su vida a Él como Rey y Señor, es obra del Espíritu Santo.
e. 5. El Espíritu une a los que creyentes a la iglesia (1 Cor. 12:13, Ef. 1:13)
i. Es el Espíritu Santo quien reúne a los que han entendido su estado
pecaminoso y han confesado su fe en Cristo. El Espíritu los bautiza para
que pertenezcan al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
f. 6. El Espíritu guía la enseñanza de la iglesia (2 Tim. 3:16, Jn. 16:13, 1 Cor.
2:12-13)
i. Sin la obra del Espíritu Santo, nuestra predicación es simplemente
palabrería humana sin poder para dar vida. Necesitamos al Espíritu
para la proclamación de la Palabra.
g. 7. El Espíritu sostiene y ayuda a los creyentes (Jn. 14:16-18, 2 Cor. 1:3-4)
i. Si nuestra esperanza para sostener la fe de los creyentes en este mundo
malvado, duro, y plagado por el pecado es nuestra habilidad pastoral,
nos encontraremos cara a cara con nuestra enorme impotencia ante el
sufrimiento del mundo. Pero no tenemos que confiar en nuestras
habilidades. El Espíritu Santo fue enviado precisamente como el
Consolador.
h. 8. El Espíritu crea la unidad que tiene la iglesia (Ef. 4:1-3, Fil. 2:1)
i. La iglesia tiene a todo tipo de personas, de todo tipo de culturas, y de
todo tipo de trasfondos. Y es el Espíritu Santo quien ha reunido a este
grupo de rebeldes y los mantiene unidos alrededor de Cristo.
i. 9. El Espíritu empodera a la iglesia por medio de dones (1 Cor. 12:4-7)
i. Cuando confesamos fe en Cristo y somos unidos a la iglesia, somos
dotados por el Espíritu Santo para servir a la iglesia. Es un servicio
sobrenatural que apoya al crecimiento y la edificación de la iglesia local,
la cual avanza la misión de Cristo.
j. 10. El Espíritu acompaña a la iglesia en misión. (Mt. 28:18-20)
i. En la tarea de ejecutar la Gran Comisión, tenemos la promesa firme de
que Cristo estará con nosotros por medio del Espíritu ayudándonos y
guiándonos en el proceso de hacer discípulos.

2. Iglesias

Un proceso muy sencillo y orgánico es que una iglesia plante otra iglesia. Si la iglesia se está
dedicando a lo que Dios le ha llamado a hacer, entonces todos los miembros están
involucrados en proclamar el evangelio y manifestar la presencia y los propósitos de Dios
donde trabaja y vive. En muchos casos algunos de ellos vivirán en un sector donde de repente
hay fruto de su evangelismo. Entonces, lo más natural es que la iglesia en donde se congrega,
determina junto con ellos a comisionarlos para poder reunir una nueva congregación en ese
sector.

Esto significa que la iglesia tiene una responsabilidad de hacer discípulos no simplemente del
sector de la ciudad en donde se encuentran, más bien hemos sido llamados a todas las
naciones. Dios ha impregnado a su iglesia desde el mero principio con una tarea de multiplicar
Su pueblo en otras localidades geográficas. El modelo que Dios establece es precisamente de
que una iglesia local puede dar a luz a otra iglesia local.

Vemos algo de esto en Hechos 13:1-3

Hechos 13:1-3

Además, Dios tiene estándares muy claros para los líderes de las iglesias, independiente de la
edad de la iglesia. Solemos pensar que los ancianos se nombra después de que una iglesia es
plantada. Sin embargo, desde que existe una iglesia, independiente de cuán pequeña y jóven
sea, esa iglesia debe tener ancianos.
Si Dios tiene estos estándares muy claros, y las iglesias en su plantación deben tener ancianos,
¿quién entonces es responsable por asegurar que los ancianos cumplen con lo que Dios
requiere?

La respuesta sencilla es otra iglesia local. Idealmente, una iglesia madre, en donde estos futuros
ancianos han sido discipulados, capacitados, evaluados, y de donde serán apoyados.

A final de cuentas esto es la multiplicación de la iglesia. Esto no significa que nunca se debe
plantar una iglesia como individuos, sin embargo, en general reconocemos que la autoridad
para establecer iglesias locales Dios se lo ha dado a la Iglesia de Jesucristo.

3. Ancianos

Una parte esencial del proceso de la plantación de iglesias es la formación de los ancianos
plantadores quienes serán enviados.

Un Hombre calificado -- 1 Timoteo 3 -- puede ser que todavía no esté calificado, ¿cómo
los podemos preparar y ayudar crecer en su carácter y discipulado?
Un hombre capaz -- Además, la formación de nuevas iglesias en un nuevo sector
requiere ciertas capacidades que son adicionales a la tarea.

En general, estas capacidades son resumidas en muchos casos con los dones apostólicos.
La capacidad de poder entrar a un nuevo lugar, aprender y entender la cultura, expresar
el evangelio de una manera contextual, desarrollar los sistemas y las estructuras para ver
comunidades de fe establecidas.

En términos muy prácticos debe ser alguien innovador. No en el sentido de que está
inventando lo que es la iglesia, pero cada iglesia en sí es una innovación porque jamás se
han dado la intersección entre esas personas, en ese sector de la ciudad. Entonces el
anciano plantador tiene que saber cómo entender su contexto, y responder y desarrollar
lo necesario en ese contexto para el florecimiento de una iglesia. Una iglesia plantada en
un área rural lucirá diferente a una en un área urbana. Una iglesia plantada en Irán luce
diferente a una iglesia plantada en los EEUU.

Es aquí donde también podríamos hablar de estrategia. Un anciano plantador entiende


el fin hacia el cual debería llegar esta iglesia y puede identificar los pasos necesarios para
llegar a ese fin.

Un hombre en equipo

4. Equipos

Este es el modelo del Nuevo Testamento. Siempre hay equipos involucrados en el trabajo. Las
Escrituras no norman el tamaño de esos equipos, pero sí establecen claramente que siendo
cuerpo, nos necesitamos los unos a los otros en la tarea que Dios nos ha dado.

El equipo trae multiplicidad de dones


El equipo manifiesta lo que significa “ser” iglesia.

Entrenar al equipo.

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