Está en la página 1de 2

¡O DESESPERARTE U ORAR!

Pedro 5:9: Al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.

Lucas 10:41-42: Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada


estás con muchas cosas. 42 Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido
la buena parte, la cual no le será quitada.

Juan 14:27 les dijo: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo
la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Filipenses 4:6-7: Él les dijo: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

Salmo 40:1-2: Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.


2
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies
sobre peña, y enderezó mis pasos.

2 Corintios 4:8: "Que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en


apuros, mas no desesperados".

1 Pedro 5:7: Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros.

Lucas 18:1-8: También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar
siempre, y no desmayar, 2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a
Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en aquella ciudad una viuda, la
cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Y él no quiso por
algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni
tengo respeto a hombre, 5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré
justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6 Y dijo el
Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os digo
que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe
en la tierra?
Lucas 18:13-14: A unos que confiaban en sí mismos como justos, y
menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 Dos hombres subieron
al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie,
oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como
los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este
publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que
gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo,
sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os
digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera
que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

Salmo 121:1-2: ¿De dónde viene mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que
hizo los cielos y la tierra.

También podría gustarte