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Tello / Pineda
Pensamiento ambiental en la era planetaria.
Conjeturas organizacionales
Biopoder, bioética y biodiversidad Fundamentos para el estudio
Ana Patricia Noguera de Echeverri, editora Entre la teoría y la acción administrativa aparece la pregunta
Competir y colaborar con conocimiento e innovación por el grado de comprensión que se tiene sobre el fenómeno de la organización
Marcelo López Trujillo, Carlos Eduardo Marulanda E. organizacional y el orden social que nutren la administración,
y Juan Manuel Castaño M. esta obra es una invitación a la reflexión profunda sobre los
9 789587 834987
Conjeturas organizacionales
Fundamentos para el estudio
de la organización
ISBN 978-958-783-498-7(papel)
ISBN 978-958-783-500-7 (IBD)
ISBN 978-958-783-499-4 (digital)
Edición
Editorial Universidad Nacional de Colombia
direditorial@unal.edu.co
www.editorial.unal.edu.co
Coordinadora editorial:
Mabel López Jerez
Diagramación:
Ángela Pilone Herrera
Administración
y organizaciones:
una mirada más allá de las
fronteras de lo instrumental
Antes que nada, es importante plantear dos grandes supuestos que acom-
pañarán al lector a lo largo del libro. El primero de ellos es un carácter
Administración y organizaciones:
una mirada más allá de las fronteras de lo instrumental
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tando analizar, criticar, demoler y construir los fundamentos que han de ser
propios del corpus teórico y práctico de lo administrativo-organizacional.
Para comprender la manera en que lo anterior cobra sentido, es ne-
cesario profundizar un poco en lo que aquí se entiende por filosofía, al
tiempo que se le relaciona con la disciplina administrativa. Esto, de entra-
da, suscita un gran problema: en la diversidad de concepciones sobre la
filosofía y sobre el proceder filosóficamente (Cerletti, 2008) se presentan
antagonismos. Así, resulta difícil precisar lo que se entiende por filosofía.
Por paradójico que parezca, tal dificultad es algo genuinamente filosófi-
co, toda vez que esta disciplina humanística —cuando ella misma se posa
frente al espejo— posee la característica de generar múltiples miradas. Así,
se convierte en filosofía de la filosofía o, si se quiere, metafilosofía. Análo-
gamente, cuando la filosofía mira hacia otras disciplinas —por ejemplo, la
disciplina administrativa—, se convierte en un tipo de filosofía particular
(Nudler, 2012, pp. 20-21).
En todo caso, es menester para los propósitos aquí planteados fijar
una cierta imagen de la filosofía que resulte congruente con la disciplina
administrativa, para lo cual se pasará a las siguientes consideraciones. En
primer lugar, la filosofía es ese tipo de disciplina que no parece tener un
único objeto de estudio que, además, le sea exclusivo (Moulines, 1991). De
esta manera, tal vez lo más sensato sea admitir que existen diversos objetos
de estudio abordables filosóficamente (Guerrero, [2009] 2015). En conse-
cuencia, el planteamiento de una filosofía de la administración supone que
diversos aspectos de la práctica administrativa y de la disciplina adminis-
trativa pueden ser abordados filosóficamente.
En segundo lugar, pese a lo anterior, podrían distinguirse, como lo
menciona García Morente (2000, p. 21), algunos temas tradicionales de
la filosofía. Se trata de los referidos a la estructura de la realidad (ontolo-
gía), del conocimiento (epistemología), de las costumbres humanas y del
orden social (ética, filosofía, política, entre otros) y los concernientes a las
formas de percepción artística (estética). Estos temas cobran relevancia en
el mundo administrativo-organizacional toda vez que aportan sus propias
perspectivas a este campo del conocimiento y de la acción. Así, podrían
ser problematizados diversos asuntos morales presentes en la práctica
administrativa y ser escudriñada una fundamentación epistemológica y
ontológica de la disciplina administrativa. Esto último significa, entre otras
cosas, explorar asuntos tales como los supuestos ontológicos básicos que
se ciernen en la base de los hechos sociales de la organización y la práctica
Conjeturas organizacionales
40 Fundamentos para el estudio de la organización
Una
uu mirada científica: hacia una ciencia organizacional
buscar: a) describirlo, esto es, indicar las características acerca de cómo es;
b) explicarlo, es decir, dar razones sobre por qué se da este; c) compren-
derlo, lo cual contempla dar cuenta de los fines, los medios y, en general,
su para qué; d) prescribirlo, o si se quiere, sugerirlo o normatizarlo de
acuerdo a principios y fines razonables; y d) criticarlo, lo cual implica
cuestionar las razones y principios sobre los cuales se fundamenta para
proponer otros nuevos. Esta visión luhmaniana permite pensar en la exis-
tencia de un orden organizacional.
Cualquier ordenamiento supone varias dimensiones. Estas son: los
criterios de ordenación; los objetos a ser ordenados, cualquier tipo de he-
cho, fenómeno, propiedad o entidad sobre la cual recae el ordenamiento;
la sujeción de los objetos a los criterios; las relaciones que emergen de
dicha sujeción; y, en el caso de los ordenamientos sociales, la finalidad
perseguida (García Máynez, 1965, p. 3). Estas dimensiones sirven, en el
caso de la disciplina administrativa, para que el conocimiento generado se
dirija a comprender cómo es posible el orden organizacional. La investi-
gación al respecto buscaría descripciones, explicaciones, comprensiones,
prescripciones y críticas. En otras palabras, sus objetivos de investigación
recaerían sobre los criterios de ordenación, los objetos a ser ordenados, los
mecanismos de sujeción, las relaciones emergentes y las finalidades per-
seguidas, en las organizaciones. Así, si se estableciera este como objeto de
estudio, estarían incluidos varios aspectos del sujeto gestor y, en general,
del hombre organizacional en los elementos a ser ordenados, los criterios
de ordenación, las finalidades perseguidas, la organización gestionada y
las relaciones emergentes y, con ello, el orden estructural subsiguiente, el
proceso de gestionar y las técnicas relacionadas con la sujeción entre los
objetos y los criterios de ordenación.
Por otro lado, podría considerarse un enfoque ontológico congruente
con el estudio del orden organizacional. El mismo consistiría en concebir
este último como un hecho social institucionalizado. Así, se pueden com-
prender aspectos complejos del fenómeno organizacional que parecen re-
posar en la base misma de la creación de los hechos institucionales3, lo que
incluye la interacción entre los seres humanos y los diversos fenómenos de
la mente4. Esto, desde luego, resulta ser un soporte para el reciente enfoque
neoinstitucionalista de las ciencias sociales, que ya está siendo aplicado en
la disciplina administrativa para el estudio de las organizaciones5.
Puede pasarse ahora al segundo aspecto, referido a la investigación
científica. Uno de sus mayores problemas ha sido el establecimiento del
estatus epistemológico específico de la disciplina administrativa (Flórez,
2011; Kliksberg, 1976; Marín Idárraga, 2012). Si en verdad la disciplina
administrativa adquiere un carácter de estatus científico, resultaría crucial
especificar el tipo de investigación científica que la caracterizaría y los mé-
todos o modos de proceder de esta disciplina.
El primer paso para dicha caracterización nace en la clasificación es-
tándar de las ciencias, que defienden autores como Bunge ([1985] 2004)
y Niiniluoto (1984). Por un lado, las ciencias pueden dividirse entre for-
males y empíricas o fácticas; estas últimas pueden ser naturales o sociales.
Por la naturaleza del hecho social que aborda la disciplina administrativa,
esta primera caracterización la ubicaría en las ciencias sociales. Por otro
lado, las ciencias —ya sean sociales o naturales— pueden dividirse en a)
básicas o puras y en b) aplicadas. De las primeras, es propia la construcción
de teorías —cuyo fin es proveer información verosímil sobre el mundo—,
mientras que de las segundas es propia la aplicación de dichas teorías (Ni-
iniluoto, 1984).
La investigación en teoría organizacional se ubicaría en (a), en tanto
que algunas teorías organizacionales buscan conocer el fenómeno organiza-
cional. No obstante, podría plantearse, de la mano de las teorías administra-
tivas y de algunas teorías organizacionales, que dicho tipo de investigación
es de carácter aplicado, más específicamente, una ciencia del diseño6.
De acuerdo con Niiniluoto (1984), las ciencias aplicadas se dividen
en ciencias predictivas y ciencias del diseño. Las primeras pretenden “pre-
decir la ocurrencia de eventos” siguiendo un esquema tal como x causa
a en circunstancias b (Niiniluoto, 1984, p. 238). Por su parte, las ciencias
4 Para una mayor comprensión se recomienda la lectura del trabajo de Searle (1997;
2010).
5 Se recomienda la lectura del trabajo de Tello Castrillón (2009), quien realiza una
introducción general del neoinstitucionalismo de las ciencias sociales aplicado al es-
tudio de las organizaciones.
6 Para ampliar más esta perspectiva se recomienda la lectura de Simon (1996) o el
trabajo de van Aken (2005), en el cual se plantea directamente una forma de ver a la
disciplina administrativa como ciencia del diseño.
Administración y organizaciones:
una mirada más allá de las fronteras de lo instrumental
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Una
uu mirada tecnológica:
hacia una tecnología administrativa
que dicha realidad puede ser social o natural. Por su parte, (b) y (c) hacen
énfasis, respectivamente, en las acciones de uso que requieren la mani-
pulación de instrumentos y en las habilidades —o conocimiento tácito—
implicadas en tales acciones de uso. Por su parte, los aspectos (d), (e) y (f)
parecen introducir nuevas dimensiones de lo que tradicionalmente se ha
entendido por técnica y tecnología, pues incluyen aspectos propios de la
contemporaneidad relacionados con la creación —diseño y producción—
de los instrumentos antes señalados y el conocimiento explícito que se
necesita para dicha creación.
La tecnología administrativa —entendida desde este frente más deta-
llado— contemplaría, para el aspecto (a) las diversas herramientas adminis-
trativas usadas para intervenir la realidad del orden organizacional. Entre
estas, bien podrían tenerse en cuenta instrumentos tales como el balance
scorecard, el benchmarking y la reingeniería, por citar algunos. Por su parte,
el eje central de lo que se entendería por tecnología administrativa radicaría
en los aspectos (b) y (c), en virtud de que se refieren a las acciones que des-
encadenan el uso y que requieren ciertas habilidades que estarían ligadas a
lo que tradicionalmente se ha entendido como el proceso administrativo —
planear, organizar, dirigir y controlar— y con la toma de decisiones. Los as-
pectos (d), (e) y (f) brindan una óptica que vincula fuertemente la academia
con el terreno práctico de las organizaciones: el diseño y la producción de
las herramientas administrativas recaen en la responsabilidad tanto del aca-
démico como del práctico del ámbito administrativo. Lo que sí parece estar
más del lado del ámbito académico es la tarea de generar un conocimiento
explícito sobre la labor de diseñar y producir herramientas administrativas,
aunque ello no necesariamente excluye al práctico, sino que, contrario a
ello, debería incluirlo por su pertinencia experiencial.
El conocimiento científico, que parece interactuar más fuertemente
con la tecnología administrativa es, entonces, aquel que proviene de la
ciencia organizacional y de su dimensión como ciencia del diseño. Es de-
cir, como se mencionó líneas arriba, la ciencia organizacional se caracte-
riza por ser un campo de investigación multidisciplinar. En dicho campo,
los objetivos de investigación que indagan descripciones, explicaciones,
comprensiones y críticas sobre el fenómeno del orden organizacional per-
siguen, más bien, objetivos propios de una investigación de las ciencias
sociales básicas —para el caso de los tres primeros— y de la investiga-
ción humanística —para el caso del cuarto—. Por su parte, los objetivos
de investigación que propenden hacia un fin prescriptivo, propio de una
Administración y organizaciones:
una mirada más allá de las fronteras de lo instrumental
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Filosofía de la administración:
razón crítica
las dificultades que yacen de fondo en un problema que parece ser central
para el establecimiento de la ciencia organizacional como ciencia social: el
de plantear un sistema taxonómico más preciso para clasificar los distintos
tipos de organizaciones. Y, finalmente, el quinto capítulo desarrolla una
crítica epistemológica sobre las modas administrativas y su connotación
de paradigmas en la educación impartida en la disciplina administrativa.