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7 Naturaleza y evolución humana

3 Evolucionismo y ciencias humanas


3.2. El dualismo clásico: cuerpo y alma

Texto 14: La interacción entre alma y cuerpo


Para Descartes, el alma es una sustancia simple y espiritual cuya naturaleza consiste en
pensar. Por ello la llama res cogitans. Su unión con el cuerpo es accidental. El cuerpo,
en cambio, está dotado de vida sensitiva y vegetativa y funciona de manera automática.

«Concibamos, pues, aquí que el alma tiene su sede principal en la pequeña glán-
dula que está en el centro del cerebro, de donde irradia a todo el resto del cuerpo
por mediación de los espíritus, de los nervios e incluso de la sangre, que, partici-
pando de las impresiones de los espíritus, las puede llevar por las arterias a todos
los miembros; y acordándonos de lo que se ha dicho más arriba a propósito de la
máquina de nuestro cuerpo, a saber, que las redecillas de nuestros nervios están
distribuidas de tal modo en todas sus partes que con ocasión de los diversos mo-
vimientos que en ellas son provocados por los objetos sensibles, abren de diversa
manera los poros del cerebro, lo que hace que los espíritus animales contenidos en
estas cavidades penetren en los músculos de distinta manera, con lo cual pueden
mover los miembros de todas las distintas maneras en que son capaces de ser mo-
vidos, y también que todas las otras causas que pueden mover de distinta manera
los espíritus son suficientes para conducirlos a los diversos músculos; añadamos
aquí que la pequeña glándula que es la sede principal del alma está suspendida de
tal modo entre las cavidades que contienen estos espíritus, que puede ser movida
por ellos de tantas maneras distintas como diversidades sensibles hay en los obje-
tos; pero puede también ser movida de manera diversa por el alma, que es de tal
naturaleza que recibe en sí misma tantas impresiones diversas, es decir que tiene
tantas percepciones distintas que llega a esta glándula en diversos movimientos.
Del mismo modo que, recíprocamente, la máquina del cuerpo está compuesta de
tal manera que, por el mero hecho de que esta glándula es movida de diversa ma-
nera por el alma o por cualquier otra causa que acontezca, empuja a los espíritus
que la rodean hacia los poros del cerebro, que los conducen a través de los nervios
hasta los músculos, por cuya mediación les hace mover los miembros».
Descartes, R., Las pasiones del alma, cap. 34.

Cuestiones para comentar


1 ¿Cómo justifica Descartes su dualismo antropológico?

2 ¿Por qué piensa Descartes que todo movimiento vital interno al cuerpo es
automático como el de los robots?

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