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1. EL CARBONO
El ciclo del carbono es un ciclo biogeoquímico por el cual el carbono se intercambia entre la
biosfera, la litosfera, la hidrosfera y la atmósfera de la Tierra. Los conocimientos sobre esta
circulación de carbono posibilitan apreciar la intervención humana en el clima y sus efectos
sobre el cambio climático. El carbono es el cuarto elemento más abundante en el Universo,
después del hidrógeno, el helio y el oxígeno. Es el pilar de la vida que conocemos. Existen
básicamente dos formas de carbono: orgánica (presente en los organismos vivos y en
descomposición) y otra inorgánica, presente en las rocas. En el planeta Tierra, el carbono
circula a través de los océanos, de la atmósfera y de la superficie y el interior terrestre, en un
gran ciclo biogeoquímico. Este ciclo puede ser dividido en dos: un ciclo lento o geológico,
caracterizado por transferencias de masa lentas debido al aporte y disolución de rocas, y un
ciclo rápido o biológico, caracterizado por efectuar rápidos trasvases de materia debido a la
rápida regeneración de la materia orgánica llevada a cabo por el proceso vital de los seres
vivos.
2. EL OXÍGENO
El ciclo biogeoquímico del oxígeno describe el movimiento de oxígeno en y sus tres depósitos
principales: la atmósfera, la biosfera (incluyendo el agua) y la litosfera. El principal conductor
del ciclo del oxígeno es la fotosíntesis, que es la principal responsable de su contenido en la
atmósfera y, por tanto, de la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, el mayor depósito de
oxígeno en la Tierra está en la litosfera, como constituyente de los silicatos y óxidos minerales
(99,5%). Solamente una pequeña porción se encuentra como oxígeno en la biosfera (0,01%) y
como O2 en la atmósfera (0,36%).
3. NITRÓGENO
El nitrógeno, al igual que el carbono, es un elemento básico de la vida y está presente en
determinadas reacciones químicas e intercambios entre la atmósfera, suelos y seres vivos,
que se llevan en la naturaleza de forma cíclica. Intervienen fundamentalmente en este ciclo los
vegetales y las bacterias fijadoras del nitrógeno.
4. EL AZUFRE
El azufre presenta un ciclo que se establece principalmente entre el aire y el suelo, siendo el
suelo y la corteza un gran depósito del mismo y, en mucha menor medida, la atmósfera. Es un
elemento relativamente abundante en la corteza terrestre, presentándose principalmente en
forma de sulfatos solubles. Gran parte de los reservorios de azufre inerte está en rocas
sulfurosas, depósitos de elementos sulfurosos y combustibles fósiles. Las actividades del
hombre han movilizado parte de estos reservorios inertes, generando graves problemas de
contaminación como la lluvia ácida. Asimismo, algunos depósitos de elementos sulfurosos y
algunos minerales de sulfato pueden ser de origen biológico.
5. EL FÓSFORO
La corteza terrestre es la principal área de almacenamiento de los elementos como el fósforo
(y el azufre), formando parte de los llamados ciclos sedimentarios. En estos ciclos puede variar
la abundancia y la distribución de un elemento, por ejemplo, cuando grandes cantidades de
fósforo se depositan en el fondo del océano y permanecen allí durante millones de años. Otros
elementos que presentan ciclos muy similares son el calcio, el hierro, el potasio, el
manganeso, el sodio y el azufre. Algunos de estos elementos sólo existen en cantidades
microscópicas dentro de los organismos vivientes, pero sin embargo son vitales para el
crecimiento y el desarrollo normales. Por ejemplo, no se pueden elaborar proteínas sin fósforo
y azufre.
II. CONCENTRACIONES
CONCENTRACIONES SEGÚN LA QUIMICA:
La concentración de una solución es la proporción o relación que hay entre la cantidad de
soluto y la cantidad de disolvente, donde el soluto es la sustancia que se disuelve, el
disolvente es la sustancia que disuelve al soluto, y la disolución es el resultado de la mezcla
homogénea de las dos anteriores. A menor proporción de soluto disuelto en el solvente menos
concentrada esta la solución, y a mayor proporción más concentrada esta.
CONCEPTO DE ACTIVIDAD:
Es una medida de una concentración efectiva de una especie. Surge debido a que las
moléculas de un gas o solución no ideal interactúa unas con otras.
La actividad no tiene dimensiones. Se hace adimensional utilizando la fracción molar para
su cálculo.
Depende de la temperatura, presión y composición
Los efectos de la actividad son el resultado de las interacciones entre los iones, tanto
electrostáticas como covalentes.
La actividad de un ion en una jaula de moléculas de agua es diferente de estar en el medio
de una nube de contra iones
Es un proceso que nos sirve para modelar un proceso real a partir de uno no ideal, y es
para líquidos, es decir, corrige la no idealidad de los líquidos, a diferencia de la fugacidad
que lo hace para gases.
TERMODINAMICA
La termodinámica puede definirse como el tema de la Física que estudia los procesos en los que
se transfiere energía como calor y como trabajo.
Sabemos que se efectúa trabajo cuando la energía se transfiere de un cuerpo a otro por medios
mecánicos. El calor es una transferencia de energía de un cuerpo a un segundo cuerpo que está
a menor temperatura. O sea, el calor es muy semejante al trabajo.
La energía interna (o térmica) es la energía total de todas las moléculas del objeto, o sea
incluye energía cinética de traslación, rotación y vibración de las moléculas, energía
potencial en moléculas y energía potencial entre moléculas. Para mayor claridad,
imaginemos dos barras calientes de un mismo material de igual masa y temperatura. Entre
las dos tienen el doble de la energía interna respecto de una sola barra. Notemos que el flujo
de calor entre dos objetos depende de sus temperaturas y no de cuánta energía térmica o
interna tiene cada uno. El flujo de calor es siempre desde el objeto a mayor temperatura
hacia el objeto a menor temperatura.
Cuando el agua está hirviendo, hace que la tapa del recipiente realce el trabajo.
Pero esto lo hace a costa del movimiento molecular, lo que significa que no todo el calor
suministrado va a transformarse en trabajo, sino que parte se convierte en incremento de la
energía interna, la cual obedece a la energía cinética de translación, vibración y potencial
molecular.
Nos dice únicamente que la energía se conserva, por lo cual, no se crea ni se destruye.
Entonces se entiende que cuando un sistema es sometido a un ciclo termodinámico, el calor
cedido por el sistema será igual al trabajo recibido por el mismo, y viceversa.
Con ella podemos saber que no se ha perdido, sino que, aunque no nos da pista sobre donde
podría estar una vez se utilizó y transformo en otro tipo de energía, está presente en algún
lugar del universo.
Visto de otra forma, esta ley permite definir el calor como la energía necesaria que debe
intercambiar el sistema para compensar las diferencias entre trabajo y energía interna. Fue
propuesta por Nicolas Léonard Sadi Carnot en 1824, en su obra Reflexiones sobre la potencia
motriz del fuego y sobre las máquinas adecuadas para desarrollar esta potencia, en la que
expuso los dos primeros principios de la termodinámica. Esta obra fue incomprendida por los
científicos de su época, y más tarde fue utilizada por Rudolf Clausius y Lord Kelvin para
formular, de una manera matemática, las bases de la termodinámica.
La ecuación general de la conservación de la energía es la siguiente:
Que aplicada a la termodinámica teniendo en cuenta el criterio de signos
termodinámico, queda de la forma:
1.
Donde U es la energía interna del sistema (aislado), Q es la cantidad de calor aportado
al sistema y W es el trabajo realizado por el sistema.
Esta última expresión es igual de frecuente encontrarla en la forma \Delta U = Q + W. Ambas
expresiones, aparentemente contradictorias, son correctas y su diferencia está en que se
aplique el convenio de signos IUPAC o el Tradicional (véase criterio de signos
termodinámico).
Esta ley marca la dirección en la que deben llevarse a cabo los procesos termodinámicos y, por lo
tanto, la imposibilidad de que ocurran en el sentido contrario (por ejemplo, dice algo así como que
una mancha de tinta dispersada en el agua no puede volver a concentrarse en un pequeño
volumen). También establece, en algunos casos, la imposibilidad de convertir completamente toda
la energía de un tipo a otro sin pérdidas. De esta forma, la segunda ley impone restricciones para
las transferencias de energía que hipotéticamente pudieran llevarse a cabo teniendo en cuenta
solo el primer principio. Esta ley apoya todo su contenido aceptando la existencia de una
magnitud física llamada entropía, de tal manera que, para un sistema aislado (que no intercambia
materia ni energía con su entorno), la variación de la entropía siempre debe ser mayor que cero.
Debido a esta ley también se tiene que el flujo espontáneo de calor siempre es unidireccional,
desde los cuerpos de mayor temperatura hacia los de menor temperatura, hasta lograr un
equilibrio térmico.
La aplicación más conocida es la de las máquinas térmicas, que obtienen trabajo me cánico
mediante aporte de calor de una fuente o foco caliente, para ceder parte de este calor a la fuente
o foco o sumidero frío. La diferencia entre los dos calores tiene su equivalente en el trabajo
mecánico obtenido.
Algunas fuentes se refieren incorrectamente al postulado de Nernst como "la tercera de las leyes
de la termodinámica". Es importante reconocer que no es una noción exigida por la
termodinámica clásica por lo que resulta inapropiado tratarlo de «ley», siendo incluso
inconsistente con la mecánica estadística clásica y necesitando el establecimiento previo de la
estadística cuántica para ser valorado adecuadamente. La mayor parte de la termodinámica no
requiere la utilización de este postulado.14 El postulado de Nernst, llamado así por ser propuesto
por Walther Nernst, afirma que es imposible alcanzar una temperatura igual al cero absoluto
mediante un número finito de procesos físicos. Puede formularse también como que a medida que
un sistema dado se aproxima al cero absoluto, su entropía tiende a un valor constante específico.
La entropía de los sólidos cristalinos puros puede considerarse cero bajo temperaturas iguales al
cero absoluto.
VARIABLES TERMODINÁMICAS
Las variables que tienen relación con el estado interno de un sistema, se llaman variables
termodinámicas o coordenadas termodinámicas, y entre ellas las más importantes en el
estudio de la termodinámica son:
o La masa.
o El volumen.
o La densidad.
o La presión.
o La temperatura.