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DIVERSIDAD CULTURAL

¿Qué es la diversidad cultural? ¿Qué se entiende exactamente con este


término?
En 2001, la UNESCO publicó la “Declaración Universal de la Unesco sobre
Diversidad Cultural”. Recogemos un extracto:
“La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio.
Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y pluralidad de las identidades
que caracterizan a las sociedades y los grupos que componen la humanidad.
Como la diversidad biológica para los organismos vivos, así la diversidad
cultural es necesaria para el género humano, porqué es fuente de intercambios,
innovación y creatividad. En este sentido, constituye el patrimonio común de la
humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones
presentes y futuras.
En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable
garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y
grupos con identidades culturales plurales, variadas y dinámicas.
La diversidad cultural es un medio de acceso a una existencia intelectual,
afectiva, moral y espiritual satisfactoria, y por esta razón amplía las
posibilidades de elección que se brindan a todos”.
Diversidad cultural, interculturalidad y multiculturalidad son términos que en
ocasiones se usan de manera indistinta pero cada uno de ellos tiene sus propios
acentos.

¿Cuál es la diferencia entre interculturalidad y


multiculturalidad?
Siempre según UNESCO, el término “multiculturalidad” se refiere a la naturaleza
culturalmente diversa de la sociedad humana. No remite únicamente a elementos
de cultura étnica o nacional, sino también a la diversidad lingüística, religiosa y
socioeconómica.
La interculturalidad sin embargo es un concepto dinámico, que se refiere a las
relaciones evolutivas entre grupos culturales: es la presencia e interacción
equitativa de diversas culturas y la posibilidad de generar expresiones culturales
compartidas, adquiridas por medio del diálogo y de una actitud de respeto mutuo.
La interculturalidad supone el multiculturalismo y es la resultante del intercambio y
el diálogo “intercultural” en los planos local, nacional, regional o internacional.

La diversidad cultural ha llegado para quedarse. Ya está aquí desde hace


tiempo, y necesitamos darnos cuenta de ello para poder vivir la aventura de la
relación con personas de culturas diferentes, y aprender de ellas.
A diario vivimos tan metidos en nuestra propia vida y en nuestra propia burbuja,
que corremos el riesgo de perder la oportunidad de ver la diversidad que nos
rodea.
Para iniciar un encuentro con “la otra persona” es necesario que existan la
voluntad y el deseo.
La diversidad es una realidad viva que nos interpela cada día, y demanda su
espacio en el mundo globalizado de hoy. Podemos mirar para otro lado, o tratar de
asimilarla en la homogeneidad, pero seguirá estando ahí, llamando a nuestra
puerta.
La diversidad cultural es riqueza

No es algo nuevo: la cultura siempre ha nacido y se ha enriquecido con las


mezclas, y las fronteras nunca han sido impermeables.
La diversidad cultural nos brinda una oportunidad de crecimiento, tanto personal
como colectivo.
Las diferencias (en creencias, valores, lenguas, proyectos familiares y orígenes)
nos ayudan a crecer y nos abren posibilidades inéditas que de otra forma no
tendríamos.
El mundo actual demanda personas que sepan reconocerse en sus diferencias y
generar valores compartidos.

¿Integración o asimilación?
A veces nuestra sociedad parece confundir integración con asimilación: la
segunda no reconoce lo positivo de la diversidad cultural, mientras que lo primero
contempla la posibilidad de la presencia de más culturas dentro de la misma
sociedad.
La interculturalidad refleja la interdependencia entre comunidades diferentes,
recoge una relación más dinámica y activa.
“Una cultura de la diversidad no consiste en que las culturas minoritarias se
han de someter (‘integrar’) a las condiciones que le imponga la cultura
hegemónica, sino justamente lo contrario: la cultura de la diversidad exige
que sea la sociedad la que cambie sus comportamientos y sus actitudes con
respecto a los colectivos marginados, para que éstos no se vean sometidos
a la tiranía de la normalidad”
(Miguel López Melero, 2000: 46).
Convivir en un mundo multicultural no equivale a buscar simplemente un mínimo
denominador común y exigir que el otro renuncie a su identidad y costumbres, sino
quiere decir reconocer lo positivo de la diversidad cultural y enriquecer nuestra
vida gracias a ello.
Los que son “diferentes” no tienen que verse sometidos a la “normalidad”.
La formación de la normalidad es el resultado y la representación de un ejercicio
de poder (León Barton). El poder establece el estándar de “normalidad”, y quien
no lo cumple es excluido.
En realidad, lo normal es la diferencia.
“No existe cosa más natural que la diversidad. La diferencia es lo normal.”
(Miguel López Melero, 2004)
Fuente: https://www.alboan.org/es/diversidad-cultural

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