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EL CULTIVO FORESTAL: ANÁLISIS

COMPARATIVO Y UNA PROPUESTA


TÉCNICA PARA VENEZUELA

(Comparación de las experiencias de


Brasil, Chile y Uruguay)

Rigoberto Rivera1
Caracas, setiembre de 2019

1Especialista en Desarrollo Rural, Ph.D. en Estudios Económicos Comparados, Universidad de


Durham, Inglaterra. Actualmente Consultor de IICA y la ONG Acción Campesina A.C.
CONTENIDO
1 INTRODUCCION .................................................................................................. 3
2 RESUMEN EJECUTIVO ....................................................................................... 4
3 CONCEPTOS BÁSICOS .................................................................................... 13
3.1 Las políticas forestales del Estado ............................................................... 13
3.2 Desarrollo de la legislación forestal en Venezuela ....................................... 16
3.3 Avances conceptuales del desarrollo sostenible .......................................... 24
3.4 El concepto de cultivo forestal...................................................................... 28
4 MANEJO DEL CULTIVO FORESTAL DE PLANTACION ................................... 30
4.1 Prácticas agronómicas y tipos de árboles .................................................... 30
4.2 Principales especies de árboles en las zonas tropicales.............................. 32
5 EJEMPLO DE PAÍSES CON PLANTACIONES FORESTALES ......................... 35
5.1 El cultivo forestal en Brasil ........................................................................... 37
5.2 El cultivo forestal en Chile ............................................................................ 45
5.3 El cultivo forestal en Uruguay ....................................................................... 51
6 LA ECONOMIA DEL CULTIVO FORESTAL....................................................... 58
6.1 Aspectos económicos del cultivo forestal ..................................................... 59
6.2 Plantaciones y desarrollo sostenible ............................................................ 65
6.3 Energía a partir de la biomasa ..................................................................... 71
7 LA INDUSTRIA FORESTAL EN VENEZUELA ................................................... 73
7.1 Desarrollo de las plantaciones de Uverito .................................................... 73
7.2 Potencialidad del cultivo forestal sostenible en Venezuela .......................... 75
7.3 Materias primas forestales ........................................................................... 79
8 NUEVAS POLITICAS DE DESARROLLO FORESTAL ...................................... 81
8.1 Políticas de plantaciones sostenibles ........................................................... 82
8.2 Nuevas políticas de desarrollo de plantaciones ........................................... 83
8.3 Aspectos relativos a la legislación forestal ................................................... 85
8.4 Propuesta de políticas de incentivos ............................................................ 87
8.5 Un modelo de productor familiar forestal...................................................... 88
8.6 Políticas para la industria forestal ................................................................ 90
8.7 Nuevas políticas de exportaciones ............................................................... 93
9 CONCLUSIONES ............................................................................................... 96
10 BIBLIOGRAFIA ................................................................................................. 100

2
1 INTRODUCCION
La experiencia de varios países en América del Sur, como Brasil, Chile y Uruguay,
indican que al momento actual la única manera de contrarrestar el deterioro del
sistema forestal primario natural y recuperar las cuencas hidrográficas, así como
proporcionar materia prima forestal a Venezuela, es por medio de la masificación de
las plantaciones forestales, para ofrecer madera y otros productos forestales en
abundancia y a menor costo que los extraídos de los bosques naturales, protegiendo
así éstos últimos, para que cumplan funciones de protección ambiental y de
producción de diversos productos de utilidad comercial2.

Por otra parte, tal como se expresa en el libro “Venezuela Energética”, de López y
Baquero, el destino del petróleo está marcado por una disminución en la demanda, a
partir de la década de 2030, tanto por razones de cambios tecnológicos en el campo
de la energía, como de exigencias derivadas de la emergencia del cambio climático,
de forma que la economía de Venezuela tendrá que encontrar otras opciones de
exportación aparte del petróleo.

En este contexto, el sector forestal ofrece un panorama optimista para la exportación


desde Venezuela, ya que la demanda de materia prima forestal no parará de crecer,
y tal como se observa en diversos escenarios de futuro, para el año 2050 la
demanda mundial será el doble de la capacidad de la oferta desde las plantaciones,
no sólo en celulosa para papel y cartón, o madera para construcción y embalaje,
sino también en áreas tan diversas como fabricación de plásticos y materia prima
para plantas eléctricas, y probablemente en otras tecnologías de futuro que aún se
desconocen. Lo cual quiere decir que es estratégico para el país incrementar las
plantaciones forestales para satisfacer esa demanda.

2 En este documento se denomina “bosque natural” y el término denota significados similares al


bosque originario, bosque nativo o bosque primario.

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2 RESUMEN EJECUTIVO
Actualmente se conoce como cultivo forestal a las plantaciones de árboles exóticos,
especialmente pinos y eucaliptos, que se establecen en áreas con poca aptitud
agrícola, y proveen materia prima a la industria de la madera y celulosa.
Adicionalmente, en este documento el concepto cultivo forestal se extiende para
abarcar el bosque natural, el cual, a través de una institucionalidad adecuada, podría
producir diversos servicios ambientales con valor de mercado, como agua, y
oxígeno, así como otros productos del bosque en base a prácticas sustentables.

La justificación de la propuesta se basa en los resultados positivos de varios países


vecinos, de los cuales se incluyen tres a modo de referencia (Brasil, Chile y
Uruguay). Estos tres países han llevado a cabo políticas de incentivos a las
plantaciones forestales y a la industria de celulosa, papel, madera aserrada y otros
productos y, como consecuencia, no sólo lograron abastecer el mercado nacional,
sino situarse dentro de los primeros lugares en los rankings mundiales de
exportación de productos de la madera y de sus derivados industriales. Al mismo
tiempo, por lo menos en Chile y Uruguay, así como en Costa Rica, la gran oferta de
madera de las plantaciones ha significado un virtual cese de las presiones de tala
sobre el bosque natural, el cual progresivamente se está usando en forma sostenible
para cosechar productos en forma racional y no extractivista. En estos tres países se
registra un proceso de recuperación del bosque natural3.

En este contexto, Venezuela tiene un gran potencial de desarrollo forestal, ya que


dispone de unos 10 millones de hectáreas de tierras aptas para el cultivo de
bosques dentro de la poligonal agrícola, así como otra enorme superficie, de entre
10 y 15 millones de hectáreas adicionales fuera de la poligonal agrícola, en tierras

3 “Los bosques tienen valores en biodiversidad, conservación de suelo y cursos de agua, que pueden
superar el valor de la madera que proveen. Sin embargo, ya se han perdido millones de hectáreas
de bosques por el reemplazo con agricultura y ganadería. Por este motivo, diversas organizaciones
ambientales apoyan las plantaciones forestales gestionadas sosteniblemente como una opción para
proveer madera, quitando presión a los bosques nativos, al menos, en la parte maderable. Las
proyecciones de demanda de madera realizadas por la WWF (World Wildlife Fund), indican que
para lograr que no se pierdan más bosques nativos se requerirán 250 millones de hectáreas de
plantaciones forestales para el 2050. Esto implica plantar globalmente siete millones de hectáreas
por año” http://www.agritotal.com/nota/36098-argentina-tiene-potencial-para-crecer-en-
plantaciones-forestales/.

4
degradadas y semiáridas, que pueden ser utilizadas para plantaciones forestales.
Por tanto, si en Venezuela existieran las políticas adecuadas para incentivar la
producción forestal en plantaciones a gran escala, así como para el manejo
productivo del bosque natural, sería posible no solo revertir los procesos de corte
ilegal de éste, sino también transformar el país en un importante actor en el comercio
de madera a nivel mundial, tal como se planteó hacerlo en la década de 1960,
cuando se comenzó la forestación en Uverito.

En este documento se analiza, se justifica y se propone un conjunto de cambios en


las políticas del Estado para Venezuela, orientados a dinamizar el sector forestal en
forma sostenible y rentable. Se propone seguir una estrategia caracterizada por los
siguientes elementos.

1. Mecanismos legales para dar carácter agrícola al cultivo forestal, tanto a los
bosques basados en especies exóticas de rápido crecimiento, como al
manejo sostenible del bosque natural, y sean considerados en forma similar a
otros rubros de ciclo largo, como frutales, caña de azúcar, café, cacao, palma
aceitera, cocos y pastos cultivados, entre otros.

2. Crear un ambiente habilitante, de reglas claras y seguridad jurídica, para


asegurar la inversión privada de largo plazo, nacional y extranjera, tanto en el
manejo del bosque natural, las plantaciones forestales y la industria.

3. Incentivos a particulares para establecer plantaciones forestales, sin


limitaciones en cuanto a superficie, de capitales nacionales o extranjeros.

4. Establecer incentivos fiscales. El carácter de los mismos dependerá de la


situación del país y de la visión de la sociedad venezolana sobre sus
prioridades. En Venezuela puede haber dos opciones. Una sería un préstamo
de bajo interés, que financie hasta el 50% del costo de la plantación, y
retornable al momento de la cosecha de la madera. El nivel de respuesta,
como ocurrió en Uruguay, podría ser bajo. Otra sería, como en los demás
países de la región, otorgar un incentivo no retornable. Los costos de estos
incentivos no son tan altos si se evalúa los beneficios finales, en términos de
producción, exportaciones, impuestos y rescate del bosque natural para
5
producir servicios ambientales, así como la expansión del empleo y mejora de
la calidad de vida rural.

5. Incentivos para el bosque natural, en el cual sería aconsejable un pago del


50%, no retornable, para obras de reforestación y manejo del bosque natural,
para mejorar la producción de agua y oxígeno.

6. Establecer mecanismos para impulsar el cultivo forestal de forma sostenible,


utilizando diseños de plantaciones que dejen al menos un 20% del territorio
predial para franjas de corta fuego, bosques primarios de protección de los
cursos de agua y laderas, así como terrenos para prácticas de producción con
técnicas agroforestales.

7. Paralelamente, diseñar y ejecutar políticas de protección y rescate de los


bosques primarios en predios productivos privados, mediante el mecanismo
de Reservas de Vida Silvestre. Se estima que en predios agrícolas y
ganaderos privados se debería apartar un mínimo del 20% de la superficie
con fines de protección ambiental, incluyendo bordes de cursos de agua,
laderas y zonas poco aptas para cultivos.

8. Instituir una compensación a los propietarios de bosques naturales manejados


o mixtos por la producción de agua y oxígeno mediante el mecanismo de
pagos por servicios ambientales (PSA)4. Podría haber contratos directos entre
las empresas de servicios de agua urbanas y rurales con los productores de
servicios ambientales.

9. Realizar un gran esfuerzo en capacitación profesional en las diversas áreas


del negocio forestal, a nivel universitario, técnico y mano de obra calificada.

4 Los pagos por servicios ambientales (PSA) es un mecanismo que obliga a los usuarios de agua
pagar a los productores de agua, que en este caso, son los propietarios de bosques naturales o
reforestados con especies que logren acumular el agua de lluvia y proveerla en forma adecuada al
subsuelo y los arroyos y ríos que abastecen las instalaciones de captación de agua para riego o
uso urbano, así como exógeno, dentro de la política mundial de intercambio de bonos por captura
de gas carbónico atmosférico.

6
Las ventajas y posibilidades para Venezuela de adoptar esta estrategia son las
siguientes:

1. Potencial de plantaciones. De los 90 millones de hectáreas del territorio de


Venezuela, hay 30 millones de hectáreas consideradas de uso agrícola, en
terrenos ocupados por productores privados en diversas situaciones de
propiedad y tenencia, de los cuales el 49% son pastos, el 12.4% es agrícola
de cultivos anuales y de ciclo largo, 5.4% otros usos, y 32.2%, es decir, unos
10.000 has, son matorrales, bosques naturales degradados y plantaciones
forestales. Si de ese total de tierras con potencial para plantaciones forestales
se usaran nada más que tres millones de hectáreas para cultivo forestal, se
igualaría la superficie plantada actual de Chile. Esto se podría lograr en unos
30 años con un programa masivo de plantaciones forestales.

2. Potencial del bosque natural. Del total del territorio, 60 millones de hectáreas
son bosques naturales, en diversos grados de intervención, que son de
propiedad pública. Dentro de este territorio, hay 30 millones de hectáreas que
se han declarado como áreas de protección, como reservas y parques
nacionales. Los otros 30 millones de hectáreas tienen potencial productivo, de
las cuales unos 15 millones de hectáreas han sido decretados aptas para
explotación forestal sustentable, ubicadas en reservas, áreas de vocación
forestal y lotes boscosos. Entre los bosques más importantes destaca la
Reserva Forestal de Ticoporo, en Barinas, que cuenta con una extensión de
187 mil hectáreas. Los otros 15 millones de hectáreas serían terrenos eriazos
con bosques naturales degradados y matorrales, potencialmente apto para
plantaciones forestales.

3. Rescate del bosque natural. En cuanto a los bosques naturales en los predios
privados y en los parques nacionales y áreas protegidas, hay diversos grados
de degradación. Parte de estos bosques de podrían rescatar, en un esfuerzo
de mediano y largo plazo, usando el mecanismo de los pagos por servicios
ambientales, pasando a ser un área de negocios agrícolas como zona de
producción de agua y oxígeno (sumideros de gas carbónico).

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4. Ambiente y desarrollo sostenible. La mayor contribución de las plantaciones
forestales a gran escala, llevado a cabo con normas técnicas modernas, es
que, por razón de su enorme potencial de generación de materia prima
forestal, tiene el efecto de minimizar la presión de tala de madera sobre el
bosque nativo de protección, ayudando a la sostenibilidad ambiental. Los
incentivos a las plantaciones forestales deben tener también un componente,
y en algunos caos, exigencias, de recuperar los bosques nativos de
protección en las áreas de los predios no aptas para plantaciones. De hecho,
las empresas, en otros países de la región, que cultivan especies exóticas,
han comenzado a invertir recursos en la renovación del bosque primario en
sus áreas de influencia, así como están explorando otras áreas de trabajo,
como las prácticas de agroforestería y el uso de la madera como
combustibles para plantas de energía eléctrica. Esto ya ocurre en Brasil, Chile
y Uruguay.

5. Exportaciones. El potencial exportador instalado del sector de plantaciones


forestales actual es significativo. Actualmente hay 350 mil hectáreas de
plantaciones de pino y unas 35 mil hectáreas de plantaciones de eucalipto y
15 mil de otras especies. Las plantaciones de pino pueden abastecer a dos
plantas de celulosa de fibra larga de pequeño tamaño (300 mil toneladas al
año cada una), mientras que las de eucalipto son suficientes para una tercera
planta de celulosa de fibra corta de similar tamaño. Con esa capacidad
industrial Venezuela podría exportar más de 500 toneladas de celulosa al año
y abastecer el mercado local, ahorrando así unos 300 millones de dólares en
importaciones. Chile, con tres millones de hectáreas en plantaciones, ha
exportado en los últimos 10 años un promedio de unos seis mil millones de
dólares anuales, representando el 6.8% de las exportaciones y el 2.7% del
PIB. Venezuela, en un plazo de unos 20 años, cuando las exportaciones de
petróleo ya no sean la base de la economía, si lograse aumentar el área de
plantaciones a unos tres millones de hectáreas, podría encontrar en la
industria forestal uno de sus nuevos sectores exportadores estratégicos.

8
6. El empleo es otro componente importante del desarrollo económico basado
en el cultivo forestal. Uruguay empleaba en 2015 unas 20.000 personas en
forma directa, de las cuales un 50% en labores silvícolas y un 50% en la
industria forestal y dos veces más en empleo indirecto. En Chile (2013) el
empleo forestal directo, mediana y gran silvicultura e industria, empleaba en
torno a las 120.000 personas, representando el 1.5% de la fuerza laboral
nacional. Adicionalmente, se creó un estimado de tres empleos indirectos por
cada empleo directo, llegando a 350 mil empleos. Estas proporciones del
empleo entre directos e indirectos se consideran similares en todos los países
en el sector de plantaciones.

7. Fortalecimiento de la capacidad empresarial agrícola privada. En Venezuela


es necesario reconvertir el sector forestal en un área de negocios. De esta
manera se minimizaría la corrupción e ineficiencia de base estatal que
tradicionalmente ha perjudicado al sector. Un elemento adicional es que la
mayor capacidad de gerencia que se puede adquirir en estas actividades
puede ser transferido a otros sectores de la agricultura y la economía en
general.

8. Recuperación de los incentivos vía impuestos. En el sector forestal el Estado


podría recuperar los incentivos para impulsar el sector vía impuestos. No se
trata que los incentivos sean un ámbito de gastos sin fondo y empleos
públicos poco productivos. De hecho, en los países estudiados, los impuestos
recaudados anualmente han superado al total de los incentivos invertidos.

9. Incorporación de la agricultura a la economía global. El sector forestal a gran


escala incorpora automáticamente a la agricultura al mercado global y puede
convertirse en la avanzada para que, en base a la experiencia ganada, lo
puedan seguir otros rubros en los cuales Venezuela tiene ventajas
competitivas.

10. Energía. En todos los países analizados crecen las expectativas del uso de la
madera para plantas de energía eléctrica. En Brasil destaca que gran parte de
la producción de acero se alimenta con energía a partir de la madera y ahora

9
se está desarrollando el uso y la exportación de pellets de biomasa para la
producción de energía eléctrica. En Chile y Uruguay hay varios estudios y
proyectos pilotos para convertir los desechos en combustible para plantas de
energía eléctrica. De hecho, en Uruguay, para el año 2018, ya el 40% de la
matriz de energía eléctrica se producía usando residuos de la industria de
celulosa. En los tres países ya se ha comenzado a cultivar bosques
especialmente diseñados para obtener biomasa para electricidad. Esta
también es una posibilidad para Venezuela.

11. Desarrollo científico y técnico. El sector demanda investigación y recursos


humanos calificados en los campos de la genética, procesamiento de la
madera, procesos industriales y de comercio exterior, entre otros. En todos
los países analizados hay varias facultades académicas, así como diversas
escuelas técnicas de formación de personal, dedicadas al campo forestal.

12. Cooperación internacional y sostenibilidad. Organismos como la FAO y el


IICA, así como diversos entes multilaterales y bilaterales, están involucrados
en Manejo Forestal Sostenible (MFS). Un programa de impulso al desarrollo
forestal debería, sin duda, aprovechar la experiencia de estos organismos, así
como canalizar la cooperación bilateral por parte de países vecinos, así como
la capacidad tecnológica y financiera de sus empresas. La WWF (Fundación
Mundial para la Vida Salvaje) creó recientemente una ONG subsidiaria, la
NGP (New Generation Plantation), la cual está proponiendo nuevos diseños
de plantaciones, ambientalmente sostenibles, a la vez que una metodología
para poner en contacto comunidades, empresas y gobiernos, con la finalidad
de lograr acuerdos para el beneficio común y para la certificación en el uso de
buenas prácticas forestales.

13. Perspectivas a futuro del rubro. A nivel mundial, las plantaciones representan
el 7% del total de bosques, mientras en América sólo el 2.5%. Por tanto, el
continente está atrasado en este espacio del desarrollo económico, pero
muchos países están aumentando sus plantaciones. Por otra parte, la
celulosa es un producto cuya demanda crece a cifras del orden del 2.3%

10
anual y por el momento no se detecta indicios de descrecimiento. Uruguay
exportó unos 450 dólares por habitante al año en 2017, con proyecciones de
llegar a 700 próximamente, con la puesta en marcha de una tercera planta
actualmente en construcción, mientras en Venezuela el promedio de las
exportaciones petroleras por habitante ha sido de unos 1.000 dólares por
habitante5. Esto nos da un panorama comparativo del potencial exportador del
sector forestal versus el petróleo, con la perspectiva de largo plazo que la
demanda en el sector forestal va en alza mientras el petróleo va en baja. Por
otra parte, se detecta que la tasa de establecimiento de plantaciones nuevas
en Chile y Uruguay ha disminuido, porque están llegando a sus límites
territoriales aptos, mientras que en otros países de América del Sur está
comenzando un auge de plantaciones a gran escala, como son los casos de
Argentina, Colombia, Perú y Paraguay. Venezuela puede retomar el impulso
de la década de 1960 y unirse a esta nueva ola de desarrollo forestal.

Para implementar estas políticas de desarrollo forestal sostenible es necesario


establecer fases bien definidas, tomando en cuenta la situación actual de crisis de
Venezuela, y la visión de la sociedad política y la sociedad civil, extremadamente
sensibles al tema ambiental.

1. Definir el destino de la plantación de Uverito para atraer inversión y tecnología


externa, en cuanto a la propiedad de las plantaciones y de la tierra. Hay unas
350 mil hectáreas de bosques, pero la plantación está en mal estado y hay
que considerar una disponibilidad de madera disminuida. La opción que sería
más rápida y clara es la venta pura y simple de las tierras y las plantaciones a
compañías de producción de celulosa. Otra opción es concesionar la
plantación en contratos de largo plazo. Actualmente hay materia prima

5 Entre 1990 y 1998, con precios bajos, las exportaciones petroleras per cápita anuales fueron de
unos 650 dólares. Entre 1998 y 2008, con precios medios del petróleo, Venezuela exportó un
promedio de 1.100 dólares por habitante anual. Hubo un par de años (2011-2012), con el petróleo a
más de 110 dólares por barril, cuando las exportaciones llegaron a unos 4.000 dólares per cápita
anual. En 2016, Venezuela exportó petróleo crudo y refinados por 21.000 millones de dólares, lo
cual equivale a una exportación per cápita anual de 700 dólares. Esta tendencia a la baja se está
consolidando en estos últimos tres años.

11
permite el funcionamiento de dos plantas de celulosa y papel de tamaño
pequeño con una demanda de corte de unas 20 mil hectáreas por año.

2. Con una tasa de corte de 20 mil hectáreas al año, en quince años se habría
cosechado la mayor parte del bosque de Uverito. Por lo cual, la política
forestal debería, simultáneamente con el inicio de la fase industrial, comenzar
la etapa de plantaciones, ya que los primeros árboles plantados deberían
estar disponibles para corte a los 16 años, que es su edad óptima de
cosecha. Al comienzo se podrían sembrar unos pocos miles de hectáreas al
año y, en la medida que se adquiere experiencia, aumentar paulatinamente el
volumen de las plantaciones. Hay que prever que, una vez agotada la reserva
de Uverito, las plantas industriales van a necesitar 20 mil hectáreas para corte
cada año.

3. Restituir y sanear la condición jurídica de las plantaciones de eucaliptos y


gmelina, gran parte de ellas ubicadas en el Estado Cojedes, que fueron
expropiadas o intervenidas por el gobierno, a la vez que comprometiendo la
construcción de una nueva planta moderna de celulosa y papel. Actualmente
hay 50 mil hectáreas utilizables por la industria, con un ciclo de maduración
de 10 años, lo cual implica que la tasa de corte no podrá ser mayor a 5 mil
hectáreas anuales. Simultáneamente, será necesario sembrar al menos otras
10 mil hectáreas al año de eucaliptos y gmelina para abastecer la demanda
futura de las plantas industriales.

4. Al mismo tiempo que se comiencen a construir las tres primeras plantas de


celulosa y papel, será necesario pasar a una segunda fase, incrementando el
ritmo de plantaciones, previendo el desarrollo del sector industrial del sector.
Una tasa de plantación mínima debería ser de unas 100 mil hectáreas al año,
para llegar, en 30 años, a un bosque de tres millones de hectáreas. Mientras
tanto, las nuevas plantas industriales a ser construidas, van consumiendo
madera a tasas progresivas, de 30 mil, 40 mil hectáreas al año, dependiendo
de la cantidad y tamaño de las nuevas plantas que se construyan.

12
Por tanto, la propuesta que se plantea en este documento es que uno de los
mecanismos más eficiente para lograr los objetivos fundamentales para el progreso
rural sostenible en Venezuela, es desarrollar una política forestal moderna.

3 CONCEPTOS BÁSICOS
En Venezuela, desde hace muchas décadas, los gobiernos tuvieron la intención de
impulsar el sector forestal de plantaciones, y de proteger los bosques naturales, pero
los resultados no se han ajustado a las expectativas. Las plantaciones se
estancaron, la fase industrial de las mismas no se llevó a cabo y los árboles se han
envejecido, estando afectados por diversas plagas y enfermedades. Como
respuesta a la poca oferta materia prima forestal, el corte del bosque natural para
madera se ha intensificado, siendo uno de los más altos de la región.

3.1 Las políticas forestales del Estado


El Plan Nacional de Desarrollo del Sector Forestal (PNDSF), de julio 2003, sostiene
(Pág.123) que: “El Sector Forestal ha venido declinando aceleradamente en las
últimas décadas, con el consiguiente cierre de empresas, desempleo y menor
competitividad frente a países latinoamericanos, a pesar de haber dispuesto de
propuestas de políticas y planes de acción formuladas con amplia participación
institucional (caso del Informe Monitor). Sin embargo, este sector puede iniciar su
recuperación rápidamente, para lo cual es imprescindible el compromiso y
coherencia en el accionar de las instituciones públicas y privadas en función del
fortalecimiento de los diversos procesos de la economía forestal, expresados en los
encadenamientos productivos existentes en el país. Sólo mediante la articulación
para el esfuerzo mancomunado, con criterio de país, de los organismos públicos y
privados responsables de la gestión forestal, será factible la ejecución efectiva y
concertada de las propuestas del Plan Nacional de Desarrollo Forestal y cualquier
otra política que se diseñe, así como los ajustes necesarios en el tiempo.

En otra sección, el mismo documento afirmaba que: “El enorme rezago del
desarrollo forestal venezolano frente a países como Brasil, Chile y Colombia,
inimaginable en los años 70’s cuando Venezuela ostentaba un marcado liderazgo
organizacional y tecnológico en el sector, ha sido en buena parte consecuencia de la

13
falta de coherencia y entendimiento entre los diversos componentes institucionales,
públicos y privados, del sector forestal, lo que impidió potenciar las extraordinarias
ventajas comparativas del país. Sin la adecuada articulación no será posible cambiar
la situación actual, ni detener la pérdida de oportunidades y recursos naturales.”6.

No obstante, en las leyes promulgadas en los años 2008 y 2013, no se percibe que
se haya tomado en cuenta la visión expresada en el PNDSF, de 2003, sino, al
contrario, se adoptó un enfoque de desarrollo del sector forestal socialista, basado
en un rechazo a la iniciativa privada, endógeno (sin exportación), y fuertemente
punitivo. El núcleo de la legislación consiste en castigar al que corta un árbol sin
permiso, pero no promueve el mejoramiento del ambiente, ni tiene elementos que
detengan la corrupción, de modo que el castigo no se aplica. Esto ha castigado aún
más al sector.

En conclusión, las leyes promulgadas en este período fueron exitosas en


incrementar las regulaciones de uso del bosque y expropiar las pocas industrias que
se habían creado anteriormente, pero fallaron en detener el corte ilegal del bosque,
porque el propio Estado, a través de muchos funcionarios corruptos, profitó del corte
ilegal. El corte ilegal, unido a la aceptación oficial a la corrupción, es una
consecuencia de la falta de fuentes alternativas de materias primas forestales. En
realidad, las políticas forestales siempre, ya desde la época de 1960, tuvieron un
marcado sesgo estatista y anti-empresarial, coartando así la capacidad de expansión
del sector del modo que los otros países de la región lo hicieron.

Por tales razones, en este documento se plantea la necesidad de nuevas políticas


forestales, que no sean punitivas sino promotoras, con menos normas de control, de
forma que se minimicen las opciones de corrupción. Por una parte, se propone la
implantación de un modelo de desarrollo basado en el concepto de “cultivo forestal”.
El concepto de cultivo forestal se usa para designar a las prácticas de manejo de los
bosques en forma similar a los cultivos de ciclo largo, como frutas, café y cacao, y se
aplica tanto a plantaciones como a bosques naturales, en donde los árboles se

6 http://www.eumed.net/oe-ve/b3/PLAN%20NACIONAL%20FORESTAL.pdf - Plan Nacional de Desarrollo del


Sector Forestal. Julio 2003.

14
siembran, se ralean, se fertilizan, se los protege contra las plagas, se cosechan, y se
siembran de nuevo, a los fines de obtener un beneficio para la sociedad, tanto
económico como de sostenibilidad ambiental. Por otra, se propone establecer un
proceso de producción de servicios ambientales, concepto que se utiliza para
describir formas de manejo del bosque natural que permitan maximizar la
disponibilidad de agua y oxígeno, de forma que los productores reciban un pago por
parte de los usuarios. Esto, adicionalmente, contribuirá a mejorar la disponibilidad de
agua, así como contribuir a la lucha contra el cambio climático.

Es decir, estas nuevas políticas se basan en una concepción del manejo de los
bosques como un negocio rentable, produciendo materia prima para la industria
forestal, diversos subproductos del bosque natural, servicios ambientales (agua y
oxígeno), entre otros, que implique beneficios tanto para el productor, para las
cadenas industriales, para el ambiente, así como para la economía y la sociedad en
general.

El aspecto más relevante de esta política es que permitirá que haya abundancia de
materia prima forestal, lo que hará innecesaria la materia prima proveniente del
bosque natural, por lo cual la conservación del mismo será más simple y podrá
funcionar como un factor clave del desarrollo sostenible del país.

La política también plantea que la nueva estrategia de desarrollo del sector sólo será
posible si existe un marco legal adaptado a estos principios, que distinga entre el
bosque de plantación para producir materia prima forestal masiva, del bosque nativo,
con fines de producción más diversos, pero priorizando el ambiente y la producción
de servicios ambientales. Igualmente, será necesario reformar y crear instituciones
del Estado, que tengan un carácter más técnico y de supervisión y menos de
intervención en la producción. El Estado debe reservarse un rol de promotor de las
nuevas políticas forestales, pero, al mismo tiempo, realizar grandes esfuerzos para
la construcción de una cultura forestal sostenible, enfatizando el rescate de los
bosques naturales como un aspecto estratégico para la supervivencia de la Nación.

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3.2 Desarrollo de la legislación forestal en Venezuela
La legislación para el desarrollo económico del sector forestal, en el sentido que
incentiva o anula los esfuerzos privados de producción, es uno de los componentes
principales de cualquier desarrollo forestal moderno. En Venezuela, la legislación
forestal tradicionalmente ha estado fuertemente inclinada a la protección y no a la
producción, y ha sido enemiga de los desarrollos empresariales. Esto ha
determinado que el desarrollo forestal del país esté por detrás de los avances que
han conseguido los demás países de la región. También, una característica de
Venezuela ha sido la inestabilidad legislativa.

En los siguientes párrafos se hará un recuento de los cambios habidos al respecto.


Se han revisado las últimas leyes y se han incluido la reseña histórica de las leyes
forestales, realizada por Isabel de los Ríos (2015)7, quién dice: “Uno de los recursos
naturales más antiguamente protegidos en Venezuela lo constituyen los forestales.
La primera Ley de Bosques venezolana data de 1910, a la que siguió la Ley de
Montes y Aguas, de 1915, posteriormente reformada en 1919, 1921, 1924, 1931,
1936. La ley subsiguiente pasó a regular además el recurso suelo, llamándose Ley
Forestal de Suelos y Aguas, en versiones del 4 de agosto de 1942, 27 de agosto de
1955 y la de 26 de enero de 1966. Esta última tuvo una larga vigencia de más de 40
años y con marcado éxito, siendo más detallada y rigurosa en lo concerniente a
vegetación. Ahora está desmembrada toda vez que en 2007 se promulgó la Ley de
Aguas, quedando derogados los artículos relativos al recurso agua, y luego, la Ley
de Bosques y Gestión Forestal, quedando aún vigentes los pocos artículos
dedicados al recurso suelo.” (Ríos, 2015:2).

La Ley de Bosques, de 1910, es muy breve, de sólo siete artículos, se refiere sobre
todo a la protección de los bosques de las cabeceras de los ríos para proteger las
fuentes de agua. Dispone que los propietarios de tierras agua abajo pueden prohibir
la tala de bosques aguas arriba si hay peligro de escasez de agua. Tanto el Estado,

7 Doctor en Derecho del Ambiente. Profesor titular de la Universidad Central de Venezuela.


Corredactora de la Ley de Bosques de Venezuela de 2013. Revista Iberoamericana de Derecho
Ambiental y Recursos Naturales

16
como los propietarios afectados, pueden ordenar legalmente la reforestación de los
bosques talados indebidamente. Por último, considera la expropiación de predios
que talen el bosque y afecten la provisión de agua para la agricultura y las áreas
urbanas. Los bosques son una competencia municipal.

La Ley de Montes y Aguas, de 1915, es muy extensa y consta de 9 capítulos y 93


artículos. Recoge y amplia las ideas y principios de la Ley de 2010. Define que los
bosques son ahora de competencia de la autoridad nacional, y declara de utilidad
pública la conservación, mejora y protección de los árboles. La ley llega hasta la
protección del árbol individual, estableciendo que por cada árbol talado debían
plantarse tres árboles. También extiende y regula el tema de las expropiaciones para
preservar las cuencas altas y nacientes de aguas. Se regula la explotación de
subproductos del bosque sin talas, así como las regulaciones para la tala, y las
regulaciones para dejar áreas de protección a lo largo de los cursos de agua. Las
penas legales por incumplimiento de las normas legales son muy altas e
imprescriptibles.

La Ley de Montes y Aguas, de 1919, mantiene gran parte del articulado de la ley
anterior, pero con algunas novedades. Separa claramente los artículos de los
montes de los artículos referentes a las aguas, y en ambos casos, hay montes y
agua de propiedad pública y de propiedad privada. También introduce el tema de las
concesiones para la explotación de los bosques públicos y los impuestos a la
industria forestal. La madera se comienza a medir en metros cúbicos y se instalan
las guías de circulación para productos forestales.

Ley de Montes y Aguas de 1921, especifica más el tema de los impuestos y las
competencias del Ministerio de Fomento y el servicio de guardabosques.

Ley de Montes y Aguas, de 1924, adiciona algunos elementos relativos a los


impuestos y las competencias en materia de aguas y bosques pasan a los
Ministerios de Salubridad y de Agricultura y Cría.

Ley de Bosques y Aguas, de 1931, en la cual se cambia la denominación de montes


por bosques y detalla con mayor precisión los aspectos de la explotación del bosque

17
y los procedimientos para las concesiones y se especifican más regulaciones
respecto de los bosques en las cabeceras de los ríos.

Ley de Bosques y Aguas, de 1936, se refiere sobre todo a la prohibición de corte de


los bosques en las cabeceras de los ríos y en las riberas de los cursos de agua,
dando detalles precisos en cada caso de la cantidad de metros que deben
conservarse.

Ley Forestal y de Aguas, de 1942, es donde por primera vez aparece la


denominación de parques nacionales, reservas forestales y zonas protectoras, y se
estipula que deberán ser declarados por resoluciones del Ministerio de Agricultura.
Las zonas protectoras a las orillas de ríos y otros cursos de agua se reducen en
superficie protectora respecto de la ley anterior. Considera también, por primera vez
no solo el tema de los bosques sino también de los terrenos de carácter forestal.
Señala que debe entenderse por terrenos forestales, entre otros, aquellos que aun
cuando no estén cubiertos de vegetación forestal sean impropios para los cultivos
agrícolas y aquellos que aun cuando sean aptos para la explotación agrícola, sean
necesarios para poblar o repoblar de vegetación forestal para conservar o aumentar
las aguas corrientes, regular la acción de las lluvias y los vientos y lograr la fijación
de los suelos.

Ley Forestal de Suelos y Aguas, de 1955, en donde resaltan dos temas. Las penas
por tala ilegal o quema son más severas e incluyen cárcel. Y también, se nota un
interés en el bosque, no sólo como protector de las fuentes de agua sino también
con fines comerciales. Hay un capítulo completo sobre repoblación, sin mencionar
todavía la idea de la plantación forestal.

Ley Forestal de Suelos y Aguas, de 1966, la cual al igual que la anterior de refiere a
los suelos y a las aguas y está dirigida fundamentalmente a la protección forestal.
También, por primera vez, una ley regula los parques nacionales, monumentos
naturales, reservas de regiones vírgenes y reservas forestales. Esta fue la ley
forestal de mayor duración, más de 40 años.

18
Sin embargo, en todo ese período, inclusive habiendo ocurrido el programa de
reforestación de Uverito, con unas 400 mil hectáreas plantadas, en Venezuela no
hubo los cambios en las políticas para incentivar las plantaciones forestales, tales
como las observadas en otros países de la región, en donde se comenzó a
incentivar los cultivos comerciales a gran escala. En cuanto a plantación de Uverito,
incluso habiendo sido promovida por el Ministerio de Agricultura y Cría, no queda
claro los propósitos finales de la misma, ya que, en vez de contribuir con materia
prima para la industria, tuvieron mayor fuerza los criterios de que el nuevo bosque
plantado tuviera fines de protección ambiental.

Esta visión anticomercial de las plantaciones forestales fue consolidada en 1976,


cuando la primera Ley Orgánica de la Administración Central transfirió las
competencias relativas a los bosques del Ministerio de Agricultura y Cría al recién
creado Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales Renovables. Con esta medida
Uverito pasó al sector ambientalista radical y se completaron los pasos legales para
que las plantaciones forestales tuvieran propósitos de protección ambiental y sólo
secundariamente para uso comercial. Estas ideas se han mantenido en la legislación
vigente actual8.

Durante la actual política socialista, iniciada en 1999, en 2003 se publicó el Plan


Nacional Forestal. En este Plan se postulaba que fueran declarados de utilidad
pública e interés social sólo los bosques naturales, sino también las acciones u
obras que tengan como propósito la conservación y protección ambiental, dejando
por fuera los bosques de plantaciones, porque tenían un gran potencial económico
para el desarrollo de la industria forestal. Se alude explícitamente a la experiencia de
desarrollo forestal de países como Brasil, Chile y Uruguay.

Más tarde, en 2008 se promulgó el Decreto-ley de Bosques y Gestión Forestal, el


cual reformó la política forestal de 1966. Un aspecto relevante del Decreto es que no
incorpora las ideas centrales del Plan de 2003. El Decreto-ley reconoce la existencia
de las plantaciones forestales, dedicándole el Título II completo, con seis artículos,

8 Después de 50 años de desarrollo las plantaciones de Uverito, de pino Caribe, están sobre maduras
y fuertemente afectadas por enfermedades, de forma que se ha reducido su potencial productivo.

19
pero, sin embargo, la posibilidad de crear una industria forestal en manos privadas
fue poco considerada. Al contrario de los países citados, donde las plantaciones y
los bosques pueden ser privados y ser usados para generar bienes de mercado, un
aspecto estratégico del Decreto-ley es que declara todo bosque, de plantación o
natural, en tierras públicas o privadas, bajo la tutela del Estado y se los define como
elementos protectores del ambiente, y apenas en forma secundaria, sujetos de
explotación económica9. De acuerdo con Ríos (2015) “El decreto-ley ratifica el
principio de soberanía del Estado sobre el patrimonio natural de la Nación y se
sientan las bases para desarrollar potencialidades y ventajas comparativas en
materia forestal. Se declara de utilidad pública o la servidumbre ecológica, con lo
que el Estado reafirma la supremacía del interés colectivo sobre el particular en
materia ambiental, consagrada ya en la constitución de 1961 y ahora ratificada
expresamente en la Ley Magna del año 2000 con la consagración del derecho
humano a gozar de un ambiente sano, seguro y ecológicamente equilibrado.” Esta
negación al uso de las plantaciones para procesos industriales de tipo empresarial
fue parte de la política socialista que, en último término, reserva esta función al
Estado y al tipo de concesión para su explotación que éste apruebe, privilegiando a
las comunidades o cooperativas, para producir bienes de bajo nivel de elaboración
para el mercado nacional.

Sin embargo, el Decreto-ley de 2008 no incorporó los cambios en las políticas de


gobierno que se estaban gestando a partir del año 2007, orientadas a construir una
estructura social y económica socialista. En relación con este aspecto, la autora
citada continúa: “En lo interno, este Decreto presentó carencias en cuanto a los
principios fundamentales de la nueva política forestal, las instancias de gestión de
políticas públicas expresadas en la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno y
su Reglamento, la Ley Orgánica de los Consejos Comunales y los avances
legislativos en materia de Comunas, Economía Comunal y Propiedad Colectiva, lo

9 Ley de 2008. “Articulo 3. Patrimonio Forestal. EI patrimonio forestal del país abarca la totalidad de
los ecosistemas y recursos forestales comprendidos en el territorio nacional, incluidos los bosques
nativos, plantaciones forestales. arboles fuera del bosque, así como también las tierras forestales y
las formas de vegetación no arbórea asociadas o no al bosque.”

20
cual ameritaba una actualización urgente tanto en su forma como en su estructura y
contenido.” Tales carencias marcaron el rumbo de la nueva política forestal en
preparación y que promulgada en 2013.

La Ley de Bosques, de 2013, es la ley vigente. En primer lugar, desde un punto de


vista conceptual, al hablar de bosques se admite un sesgo hacia los bosques
naturales, mientras cuando se habla de forestal, se tiende a un balance entre los
bosques naturales y los plantados. La Ley de 1966 era una Ley Forestal. La de 2013
es una Ley de Bosques. La Ley de 2013 es muy extensa, con 154 artículos,
agrupados en 9 títulos. El articulado inicial de la Ley de 2013, hasta el artículo 41, se
refiere a asuntos relativos a aspectos generales y definiciones. Un artículo clave está
al inicio de la Ley y dice “Artículo 4. Se declaran de utilidad pública e interés social la
conservación, aprovechamiento y manejo sustentable de los bosques, el patrimonio
forestal y el desarrollo de las cadenas productivas forestales.”. En este caso se
refiere tanto a los bosques nativos como a las plantaciones. Según Ríos (2015:7):
“La Ley contempla de modo integral lo referente al patrimonio forestal entendiendo
por tal todos los tipos de bosques naturales o plantados, los árboles fuera del
bosque, otras formaciones vegetales no arbóreas asociadas o no al bosque, las
tierras de vocación forestal y los productos forestales. Las disposiciones relativas al
manejo sustentable, y al fomento y mejoramiento del bosque fueron sustancialmente
mejoradas.”.

En otro artículo de la Ley de 2013 se describen los tipos de patrimonio forestal, que
incluye hasta los árboles de las plazas públicas, todos los cuales son parte de la
gestión del Estado. Si bien en el artículo 7, parágrafo 4, se indica la promoción de
las plantaciones de uso múltiple y los sistemas agroforestales, no hay referencias
adicionales sobre su naturaleza, exceptuando la reafirmación de que son parte del
patrimonio nacional y deben acogerse a la ley del mismo modo que el bosque
natural. Luego, en el Artículo 42, se avanza en la descripción de tipos de bosques:
“El patrimonio forestal del país comprende todos los tipos de bosques naturales o
plantados, los árboles fuera del bosque, otras formaciones vegetales no arbóreas
asociadas o no al bosque, las tierras de vocación forestal y los productos forestales.

21
El artículo 44 define las características del bosque plantado, que debe ser en
superficies mayores a media hectárea. Los capítulos siguientes definen otros tipos
de formaciones vegetales no-arbóreas y las tierras con vocación forestal.

En el Artículo 55 se suprime legalmente la posibilidad de establecer plantaciones


forestales de alto rendimiento comercial, porque éstas deben tener como fin último la
conservación del ambiente en el país. El artículo dice textualmente: “En las
actividades de forestación, reforestación, repoblación, manejo silvícola, tratamiento y
producción de material genético forestal, que se ejecuten con fines de fomento y
mejoramiento de bosques naturales o plantados, es obligatorio incorporar especies
forestales autóctonas, dando prioridad a las especies forestales sujetas a veda, a
regulaciones especiales o que presenten altos índices de extracción, considerando
su distribución natural y otras variables ecológicas de la especie.”

Más adelante la Ley de Bosques de 2013 regula los bosques en tierras de propiedad
privada, que dice en el artículo “Artículo 61. Los propietarios u ocupantes de tierras
forestales están obligados a desarrollar actividades referidas a la conservación del
patrimonio forestal, manejo de bosques con fines diversos o establecimiento de
bosques plantados y sistemas agroforestales, considerando las potencialidades,
características y condiciones particulares del área. En caso de tierras forestales
desprovistas de vegetación es obligatorio para sus propietarios u ocupantes, su
reforestación con fines tanto protectores como productores mediante el
establecimiento de bosques y sistemas agroforestales que incorporen especies
forestales autóctona y exótica, según los resultados de la caracterización y
evaluación físico ambiental del terreno. El Estado, a través de sus órganos y entes
competentes, velará por el cumplimiento de esta condición legal relativa al uso y
desarrollo de actividades en tierras forestales.”

En el tema de la producción forestal, Ríos (2915) dice que en la Ley: “El tratamiento
de las cadenas productivas forestales es igualmente novedoso, con mecanismos de
cooperación, integración, complementariedad y fortalecimiento de las industrias del
sector forestal; se conformarán a partir de convenios entre productores de materia
prima forestal e industrias dedicadas al aprovechamiento, transformación, transporte,

22
comercialización y distribución de productos provenientes del bosque y sus
derivados. En este punto también se tratan las redes socioproductivas forestales, las
industrias forestales, la distribución comercialización de los productos del bosque.”

A partir del Artículo 62 hasta el 83 la Ley refiere a diversos temas de protección del
patrimonio forestal y regulaciones sobre su explotación. En la siguiente sección trata
de la explotación de los bosques primarios o naturales, lo cual es un monopolio
estatal. “Artículo 86. La distribución de los productos primarios del bosque derivados
del patrimonio forestal nacional, está adscrita a la empresa nacional forestal con
competencia en la materia, según lo establezca el Reglamento de esta Ley.”

Hay diversos incentivos, que se establecen en el “Artículo 92. El Ejecutivo Nacional


fomentará la conservación del patrimonio forestal y el desarrollo forestal sustentable,
mediante el otorgamiento de incentivos económicos y fiscales, de conformidad con lo
previsto en la presente Ley y su Reglamento,”. Más adelante, se establecen
incentivos, semejantes a los establecidos en otros países. “Artículo 94. El Certificado
de Incentivo Forestal es el documento expedido por el Ejecutivo Nacional, por el cual
se reconoce al titular los costos de establecimiento de plantaciones forestales
productoras y componente arbóreo de sistemas agroforestales, por una sola vez y
en los términos y condiciones que se determinen mediante decreto.” En los tres
siguientes artículos de ofrecen créditos para actividades de producción primaria y
procesamiento industrial. Igualmente, créditos para maquinarias. El Artículo 99
establece pagos por servicios ambientales a comunidades organizadas. El Título VIII
está dedicado a los controles a ser ejercidos por el ejecutivo a la actividad forestal.

En definitiva, la legislación forestal vigente es un conjunto de regulaciones, controles


y amenazas de multas, quedando los productores privados con poca autonomía
para ejercer sus actividades. Con esta legislación se desecha la posibilidad de
establecer una industria forestal sólida y se prefiere los acuerdos y convenios entre
distintos actores del sector, en línea con la participación popular a través de los

23
Consejos Comunales10, con el propósito único de abastecer el mercado nacional. La
Ley prohíbe explícitamente las exportaciones de productos forestales. De acuerdo
con la ley las plantaciones forestales tienen las mismas finalidades y regulaciones
que los bosques naturales y, además, no se pueden plantar como monocultivos, sino
en asociación con árboles nativos, porque su fin último no es la producción sino la
conservación. En esta situación la materia prima que pueda resultar de la plantación
es una consecuencia marginal del propósito principal proteccionista. Por el mismo
motivo el Certificado de Incentivo Forestal incluido en la Ley no tuvo significado
práctico. La Ley en general no se ha aplicado, con excepción de los controles, lo
que, a su vez, no han sido aplicados en forma efectiva por la falta de medios,
recursos y personal idóneo que la aplique efectivamente. Sin embargo, si tuvo un
significado práctico opuesto, ya que redujo la industria forestal comercial y aumentó
la explotación ilegal del bosque natural. En el período se expropiaron y cerraron
varias industrias de papel y se retiraron algunas concesiones para la explotación del
bosque de Uverito concedidas en la década de 1990. Al mismo tiempo, la
explotación ilegal es un hecho de dominio público, con la complicidad de las
autoridades y personal que supuestamente debe proteger los bosques.

3.3 Avances conceptuales del desarrollo sostenible


Los cambios en los modelos de desarrollo forestal están vinculados a los cambios en
el desarrollo del sector agrícola. En la década de 1960 fueron adoptados los
conceptos productivos de la revolución verde, cuyo objetivo era erradicar el hambre
producto de una explosión demográfica, que surgió por una caída de la mortalidad
infantil, reducción de las enfermedades y extensión de la etapa de la vejez, después
del II Guerra Mundial. Sus características, para lograr los aumentos requeridos
fueron: incremento de la producción a todo costo, para los cual se desarrollaron
nuevas variedades de cereales (maíz, trigo y arroz), uso de agroquímicos,
mecanización y riego.

10 Se inscribe en la legislación diseñada para implantar el socialismo en el país e incluye leyes tales
como la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, la Ley Orgánica de los Consejos
Comunales, así como la legislación relativa a la organización y funciones de las Comunas, la
Economía Comunal y la Propiedad Colectiva, dentro del esquema de desarrollo endógeno.

24
En cuanto a los bosques, el modelo de la revolución verde consideraba a los
bosques como un problema para la producción de alimentos a gran escala y, por
tanto, había que eliminarlos, sea simplemente quemándolos para implantar praderas
para ganado y campos de cultivo, o cortándolos para madera aserrada. Esta una
práctica aún en plena ejecución en Brasil.

En la década de 1980 se hizo evidente que este modelo de producción estaba


acabando con los recursos del planeta, especialmente de los suelos y el agua, y
que, por tanto, era necesario buscar nuevos modelos productivos. Así, los nuevos
modelos de desarrollo, fundados en el rechazo a los métodos de la revolución verde,
que, si bien habían comenzado a surgir antes el desarrollo de la misma, tomaron
mucha fuerza cuando fue evidente el deterioro ambiental resultante y sus peligros de
largo plazo, lo que ocurrió, lo que ocurrió en la Conferencia Sobre el Medio Ambiente
de Río de Janeiro, en 1992.

Sin embargo, paralelamente a la revolución verde, ya por la década de 1930, en


algunos países habían surgido políticas de desarrollo de plantaciones para materia
prima para la industria del papel y energía. Luego, en la década de 1950, las
plantaciones se consolidaron como una alternativa viable para obtener materia prima
para la industria forestal de celulosa y papel. Por último, actualmente, se incorpora
un concepto que perfecciona las tendencias anteriores, cuyo propósito no es sólo
lograr materia prima forestal sin cortar el bosque natural, sino que busca el logro de
un Desarrollo Forestal Sostenible (DFS). Bajo este concepto, las plantaciones de
especies de rápido crecimiento para materia prima forestal, en una época actual de
gran demanda de materia prima forestal, pueden evitar o mitigar el ritmo de corte y
destrucción del bosque primario natural, pero sin provocar daños colaterales
derivados de su condición de monocultivo.

En la región de América Latina y el Caribe (ALC) el porcentaje de bosques cultivados


es todavía muy reducido. “Cerca del 46% del área de bosque de la región es bosque
primario, el 2% corresponde a bosque plantado, y el 52% restante es bosque
regenerado de manera natural. Esto se puede comparar con los porcentajes
mundiales: cerca del 32% es bosque primario, el 7% es bosque plantado y el 61%

25
restante es bosque regenerado de manera natural (FAO 2015c).” (IICA, 2017:139).
En América, el bosque cultivado está aumentando muy lentamente, ya que, con
apenas el 2% de superficie plantada, todavía se encuentra muy por debajo de los
estándares mundiales, del 7%. “En relación con el bosque plantado, al 2015 se
estimó que la ALC posee alrededor de 15.6 millones de hectáreas, lo que
corresponde a un incremento importante desde 1990, año en que se contabilizaron
8.8 millones de hectáreas (el incremento medio corresponde a 280.000 hectáreas
por año de bosque plantado en la región). Este incremento regional refleja la
tendencia global hacia un aumento del área de bosque plantado. Cinco países son
particularmente importantes en términos del área de bosque plantado (más de un
millón de hectáreas): Brasil, Chile, Argentina, Perú y Uruguay. Un hecho positivo es
que a nivel área regional el área de bosque plantado se incrementó en el período
1990-2015, y tal como se indicó, en el período 2010-2015 se verificó una reducción
de la tasa de deforestación anual del bosque natural en los países con mayor
superficie de bosque plantado.” (IICA, 2017: 142).

El IICA, junto a la FAO y CEPAL, en 2017, realizaron un análisis de las realidades y


perspectivas del desarrollo forestal en la región de América Latina y el Caribe (ALC).
El análisis se concentra sobre el sector forestal primario o natural, tanto el primario
como el degradado, dado que este conjunto representa un 98% de la superficie de
bosques. Se concluye lo siguiente:

1. En América Latina y el Caribe (ALC), con una cobertura forestal que alcanza
el 46,4% de su superficie y que equivale al 23% del total en el mundo, la
protección de los bosques es esencial para el cumplimiento de los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS).

2. Si bien la tasa de pérdida de bosques se está desacelerando en la región, de


4,45 millones de hectáreas por año en el período 1990-2000 a 2,2 millones de
hectáreas por año en el período 2010-2015, en ALC la deforestación aún es
significativa en relación con la tasa anual de deforestación global y constituye
un factor que reduce las posibilidades de lograr los ODS en la región.

26
Además, está muy por encima de la tasa de incremento de las plantaciones
forestales, que es de apenas 280.000 hectáreas al año.

3. Para reducir la tasa de deforestación, los países de la región se han


esforzado: a) en promover el manejo forestal sostenible de los bosques
nativos (el 15,7% de los bosques estás ordenados con base en planes de
manejo forestal); b) en incrementar la protección legal de los bosques (el
32,8% del área total de bosque nativo se encuentra dentro de áreas
protegidas); y c) en ampliar el área de manejo y tala bajo certificación forestal,
aunque esto es aún incipiente (1,8% del área total de bosques). No obstante,
el esfuerzo por aumentar la tasa de plantaciones no ha sido suficiente para
compensar la alta tasa de deforestación del bosque natural.

Otro elemento importante a considerar en una estrategia de desarrollo forestal es su


contribución al cumplimiento del compromiso con los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS). El ODS 15 obliga a “Proteger, restablecer y promover el uso
sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques,
luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y
detener la pérdida de biodiversidad”. Este objetivo introduce explícitamente la
ordenación sostenible de los bosques en la agenda para el Desarrollo Sostenible
(Agenda 2030). Además, en siete ODS adicionales de esta agenda se reconocen las
amplias funciones de los bosques.

El Acuerdo Global del Clima, referente a la mitigación de los gases de efecto


invernadero y los compromisos de los países para la adaptación de los medios de
vida, principalmente de las poblaciones rurales más vulnerables, ponen también al
manejo forestal sostenible como elementos importantes del debate climático
internacional, tanto de los bosques cultivados como los naturales.

Por último, según estos principios, la Ley de Bosques de 2013 de Venezuela no es


un instrumento que promueva el desarrollo sustentable. Más bien ocurre lo contrario,
porque al establecer tantos controles y restricciones, y al no diferenciar los bosques
naturales de las plantaciones con fines comerciales, estableciendo limitaciones
similares para ambos tipos de bosques, en realidad desincentiva el interés por

27
desarrollar plantaciones cultivadas, pero activa el interés por la tala ilegal del bosque
natural porque ja pasado a ser casi la única fuente de materia prima forestal. Este es
muy grave porque la demanda de materias primas forestales es creciente y no se
puede erradicar, ya que hay diversas áreas de la economía que sólo pueden usar
madera, y si no hay opciones alternas se produce una focalización sobre el bosque
natural, que es cortado para satisfacer esa demanda.

3.4 El concepto de cultivo forestal


El cultivo forestal consiste en el manejo de los bosques, plantados o naturales, con
propósitos comerciales, es decir, los árboles son manejados y cosechados para
obtener productos de mercado, de una manera similar a las plantaciones de frutales
o aguacates, café o cacao, obteniendo productos diversos según el tipo de bosque,
que puede ser madera, frutos, o servicios ambientales como agua u oxígeno.

En primer lugar, la adopción del cultivo forestal como una de las formas posibles de
producción agrícola implica reconocer que, si los árboles se plantan, se ralean, se
podan, se fertilizan, se los protege contra enfermedades y plagas, y se los cosecha,
entonces se trata de un procedimiento similar a los cultivos.

En segundo lugar, la adopción del concepto de cultivo forestal implica considerar


una estrategia de usos múltiples de la tierra dentro de un predio, en la cual puede
haber áreas sólo de cultivo forestal, otras áreas con diversas formas de combinación
agroforestal, así como otras áreas dedicadas a las plantaciones de árboles
frutícolas, otras produciendo flores, lagunas para peces, así como otras dedicadas al
cultivo de rubros agrícolas o de pastizales para la ganadería, como las prácticas
silvoagropecuarias, o bien producción de servicios ambientales. El tipo de
combinación dependerá de las características climáticas regionales, tipo de suelos,
agua disponible, entre otros factores.

En tercer lugar, la aceptación del concepto de cultivo forestal determina que ambos
tipos de bosques, naturales y de plantación, deben ser considerados de valor
económico, pero de una forma distinta. Los bosques naturales, además de mejorar
el ambiente y producir servicios ambientales, también pueden generar negocios
directos tales como la producción de miel, producción de hongos, así como
28
beneficios derivados del turismo. La madera de los bosques naturales se puede
explotar en forma selectiva conforme a un plan de manejo sustentable. En cambio, la
plantación, bajo el concepto moderno de plantación sustentable, puede generar
otros productos, además de la cosecha de la madera al final del ciclo de desarrollo
del bosque, al igual como ocurre con cualquier otro cultivo. De la misma forma, se
deben considerar los requisitos y cuidados necesario para evitar cualquier daño o
perjuicio a las poblaciones aledañas. Luego viene el nuevo ciclo de siembra hasta
completar el período de crecimiento y la cosecha.

En cuarto lugar, el cultivo forestal es un importante componente en la preservación


de los bosques nativos. En efecto, la existencia del cultivo forestal y el amplio
abastecimiento de materia prima, está contribuyendo a reducir el corte de madera de
los bosques nativos. Las cifras lo demuestran: “Con sólo un 2% de la superficie total
de los bosques con especies de rápido crecimiento, las plantaciones forestales
generaban, en 2012, casi el 30% de la madera de uso industrial en el mundo”11. Se
prevé que para el año 2050 se haya superado el 50%, si aumenta significativamente
la superficie con las plantaciones forestales.

En quinto lugar, el cultivo forestal tiene procedimientos culturales similares a la


agricultura. Las plantaciones forestales intensivas, tal como el caso de los pinos,
tienen ciclos de cosecha normalmente entre 20 y 30 años, y de unos 10 años en los
eucaliptos. Su cultivo implica oportunidades de empleo significativas. El cultivo
forestal tiene al menos cuatro fases de desarrollo: a) se escoge el terreno, se
prepara y se realiza la plantación, y de las protege de depredadores, proceso que
dura unos tres años, hasta que las plantas pueden crecer por si mismas; b) mediante
podas y raleos se puede obtener producción temprana, entre los 6 y 12 años, para
fines específicos, tales como madera para partes de muebles o celulosa para papel;
c) una cosecha entre los 16 y 20 años, que debería talar alrededor del 75% de la
plantación original, dejando los mejores árboles para; d) una cosecha final a los 30
años, para madera aserrada de calidad para muebles y madera de dimensiones

11 http://www.corma.cl/_file/material/plantaciones-forestales-mas-alla-de-los-arboles_-j.pdf

29
mayores. La duración de los ciclos de cosecha puede variar por razones climáticas.
Este aspecto es significativo, ya que los ciclos cortos de plantación cosecha del
eucalipto (climas húmedos), permite duplicar la materia prima cosechada en la
misma superficie cultivada, en comparación a los pinos (climas secos). Sin embargo,
la elección entre especies de acuerdo al destino del producto, ya que la madera
aserrada de pinos, con un corte cada 30 años, puede llegar a tener precios hasta
cuatro veces superior a la destinada para celulosa.

4 MANEJO DEL CULTIVO FORESTAL DE PLANTACION


El manejo de una plantación forestal ofrece grandes desafíos técnicos. Así como hay
ejemplos de buenas prácticas de manejo, también hay ejemplos malas prácticas. En
estas últimos las tasas de pérdidas pueden llegar a ser muy elevadas. Pandey
(1995) señala un porcentaje de éxito de tan sólo el 26% en Filipinas, 47% en Laos y
57% en Colombia. Las pérdidas ocurren en distintas fases del ciclo de plantación, tal
como en la fase inicial de plantación forestal, por problemas en la siembra y ataques
de depredadores (conejos), también luego por infestación de plagas o incendios.
Buenas prácticas de manejo y la obtención de los resultados económicos esperados
implica disponer de personal técnico calificado y buenas estrategias comerciales.

4.1 Prácticas agronómicas y tipos de árboles


En la actualidad las plantaciones forestales en gran escala de las especies de
eucalipto normalmente alcanzan rendimientos superiores a 25m3/ha/año, pero
podrían lograrse progresos en el futuro cercano, con mejoras en las prácticas
agronómicas. Por ejemplo, ya se ha informado de ensayos fitogenéticos realizados
con eucaliptos en el Brasil, en que se han logrado rendimientos de hasta
100m3/ha/año. Aun así, no se sabe a ciencia cierta hasta qué punto estos resultados
controlados pueden traducirse en rendimientos más altos en plantaciones forestales.

También hay que tener en cuenta que la velocidad de crecimiento del árbol es
inversamente proporcional a la dureza y calidad de la madera, es decir, a más rápido
el crecimiento, la madera es más blanda y débil. Los de rápido crecimiento son más
adecuados para celulosa y, los más lentos, incluso por razones de clima y suelos,

30
son mejores para madera aserrada. Igualmente, los precios de madera de pino para
aserrío son mucho más altos que para celulosa.

Además de los logros en el mejoramiento fitogenético, también es posible


incrementar los rendimientos en las plantaciones mediante mejores prácticas
agronómicas, a saber: una mejor correspondencia de las especies con los lugares;
mejoras en las semillas, en la manipulación y plantación de las plantas, así como
inversiones para la preparación de la tierra. Tal vez estas mejoras prácticas de
cultivo puedan aplicarse en áreas más extensas y lograr resultados mejores de las
que podrían lograrse solo con el mejoramiento fitogenético.

Lo importante es destacar el principio de que las prácticas agronómicas correctas


son necesarias para obtener la rentabilidad deseada. Hay varios procesos que se
realizan para la implantación de una plantación forestal de buena calidad, los cuales
generalmente se clasifican en cuatro fases:

1. Establecimiento: Preparación del suelo. En esta etapa se establecen las plántulas


seleccionadas en el terreno previamente preparado y se aplican los nutrientes
deficitarios en el suelo para apoyar el crecimiento de la planta.
2. Tratamientos silviculturales: Se realiza la poda de las ramas inferiores del árbol, a
fin de obtener madera libre de nudos. También se ralean los árboles de menor
crecimiento y defectuosos, para favorecer la disponibilidad de luz, agua,
nutrientes y espacio para los mejores individuos. Así los que quedan pueden
crecer mejor y con mayor diámetro.
3. Cosecha: Consiste en el aprovechamiento del bosque cuando ha alcanzado sus
niveles óptimos de crecimiento y calidad. De este proceso se obtienen los
diferentes productos del árbol: trozos podados, trozos industriales y trozos para
pulpa de celulosa.
4. Replantación: Inmediatamente después de la cosecha, el suelo del bosque talado
se vuelve a plantar y se da inicio a un nuevo ciclo de desarrollo del bosque.

31
4.2 Principales especies de árboles en las zonas tropicales
Las zonas tropicales, tanto como las sub-tropicales, tienen climas adecuados para la
implantación de plantaciones forestales según los métodos del cultivo forestal.

Cuadro 10 (Doc.FAO): Rendimientos indicativos de las plantaciones forestales por especies


y por países, relativos a las especies que crecen en las zonas tropicales y subtropicales
Especies Rendimiento Países
m3/ha/año

Especies de 16,0 - 25,0 Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.


Eucalyptus
12,0 - 19,0 Australia, Congo, Malawi, Sudáfrica, Swazilandia, Uganda,
Zambia y Zimbabwe.

8,0 - 12,5 Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador,


Guatemala, Nicaragua, Paraguay, Perú y Venezuela.

6,5 - 10,0 Malasia y Sierra Leona.

4,0 - 6,0 Bolivia, India, Indonesia, Laos, Marroco, Myanmar, Nepal,


Níger, Rwanda, Senegal, Sri Lanka, Sudán, Togo, Túnez y
Viet Nam.

Tectona grandis 8,0 - 18,0 Belice, Colombia, Costa Rica, Jamaica, Nicaragua, Panamá,
(Teca) Trinidad y Tabago y Venezuela.

4,0 - 6,0 Ecuador, Filipinas, Ghana, India, Indonesia, Malasia,


Myanmar, Nigeria, Papua Nueva Guinea, Senegal, Sri Lanka,
Sudán, Tanzanía, Tailandia, Togo y Viet Nam.

Especies de 18,0 - 24,0 Australia, Nueva Zelandia, Chile, Uruguay.


Pinus
4,0 - 14,0 España, Estados Unidos de América, Japón, Portugal, Reino
Unido, Turquía, Colombia y Venezuela.

2,0 - 10,0 Bélgica, Dinamarca, Francia, Corea, Letonia, Libia, Lituania,


R.P.D. de Corea, Suecia, Siria y Ucrania.

1,0 - 5,0 Federación de Rusia.

http://www.fao.org/docrep/004/X8423S/X8423S09.htm Notas: los rendimientos se expresan


como un incremento medio anual. Dichos rendimientos tienen carácter provisional y
representan sólo unas estimaciones generales de los rendimientos medios previstos. Estas
cifras han sido compiladas por Leech (1998) y el autor, Chris Brown, de diversas fuentes.

El cuadro anterior fue extraído del texto de la FAO (2000): “Perspectivas mundiales
del suministro futuro de madera procedente de plantaciones forestales”; Capítulo:

32
“Rendimientos y duración de las rotaciones de las plantaciones forestales”12. El
Cuadro contiene rendimientos indicativos de las plantaciones forestales relativos a
las especies latifoliadas. Como puede observarse, las especies de Eucaliptos
muestran los rendimientos más altos. Las especies productoras de madera aserrada,
generalmente de mayor valor, como la caoba (Swietenia macrophylla) y la teca
(Tectona grandis), muestran una tendencia a rendimientos más bajos respecto a las
especies de menor valor. Los rendimientos más altos por lo general se registran en
América del Sur y luego en Asia y África. Esta variación probablemente obedece
más a variaciones en la intensidad y calidad de la plantación que a las condiciones
de crecimiento.

El rendimiento de las especies de pinos varía de unos 20m3/ha/año en el caso del


Pinus radiata en las regiones templadas de América del Sur y de Australia, hasta
12m3/ha/año a 15m3/ha/año para el Pinus caribaea en América Central y del Sur.
Como regla general, las plantas y los árboles tienden a crecer más rápidamente en
las zonas templadas que en la tropicales, subtropicales y boreales. Sin embargo,
una variabilidad sustancial en la calidad de los lugares en los que se realiza la
plantación en la mayor parte de los países puede afectar considerablemente a los
rendimientos.

El clima, la altitud y geomorfología locales, así como la idoneidad de una especie


para un determinado sitio y el impacto de las plagas y enfermedades también
pueden tener efectos importantes en los rendimientos. En conjunto, la gran
variabilidad en los rendimientos actualmente obtenidos en las zonas tropicales y
subtropicales parece indicar que existe un potencial considerable para aumentar el
rendimiento medio de las plantaciones forestales en casi todos los países de esas
zonas. Las investigaciones que se están realizando sobre las especies de Eucaliptos
representan un buen ejemplo de este potencial.

Para Venezuela, según FAO (2005), se han encontrado evidencias técnicas que
aseguran la existencia de un mínimo de 37 especies arbóreas, utilizadas en

12 http://www.fao.org/docrep/004/X8423S/X8423S09.htm

33
programas de plantaciones forestales en el país. El crecimiento logrado, para
algunas de ellas, se muestra en el Cuadro siguiente:

Cuadro 3.7 RESULTADOS OBTENIDOS EN PLANTACIONES FORESTALES


Alto Rendimiento Mediano Rendimiento Bajo Rendimiento (<10m3/ha/año)
(>20m3/ha/año) (10-20m3/ha/año)

Eucaliptus urophylla * Gmelina Pinus caribe * Algarrobo


E. camaldulensis * Teca Leucaena Baramón
E. grandis Saqui-saqui Caoba Caucho
E. tereticornis * Pinus radiata * Mata ratón Cedro blanco
Ciprés * Ceiba Mijao Muriello
Pinus oocarpa * Sarrapia Apamate Pino laso
Pinus patula * Jabillo Carapa Puy
Balso Pardillo Samán Zapatero
Cedro Jobo Pardillo negro

Aliso * Fresno

Fuente: INTEVEP-PDVSA / IFLA. Plan para Incrementar la Cobertura Forestal en Venezuela. 2000
* Se adaptan a suelos degradados.

Al analizar los requerimientos agroecológicos, se puede observar que las siguientes


especies se adaptan a suelos de muy mala calidad:

• Alto crecimiento: Eucaliptus urophylla, E. camaldulensis, E. tereticornis,


Ciprés, Pinus oocarpa y Pinus patula.
• Mediano crecimiento: Pinus radiata.
• Bajo crecimiento: Pinus caribaea y Aliso.

La variedad de especies permite opciones forestales, tanto para recuperar áreas


degradadas en sabanas o cuencas altas, así como para aumentar la biomasa
arbórea en estos ecosistemas. Igualmente, que no necesariamente deben ser
plantadas como monocultivos, sino que posible hacerlo en formas intercaladas. Hay
muchos estudios siendo realizados actualmente para minimizar las plantaciones de
una sola especie. Incluso, en Brasil, las empresas plantan paños de eucaliptos junto
a bosques de árboles nativos. En el caso de los matorrales del bosque natural
degradado, para impulsar su desarrollo se pueden intercalar árboles de rápido
crecimiento, que obligan a los árboles nativos a crecer en altura para buscar la luz

34
solar. Un problema de las plantaciones de rápido crecimiento es que se usan
especies con alto crecimiento exóticas al lugar, tal como ciprés, pino y eucalipto, y
este crecimiento es resultado tanto de climas mejores como del hecho que no tienen
enemigos naturales y disponen así de mejores condiciones de desarrollo que en sus
lugares de origen (Briceño, 2005)13.

5 EJEMPLO DE PAÍSES CON PLANTACIONES FORESTALES


Si analizamos históricamente el surgimiento de las políticas relativas a las
plantaciones forestales en Sudamérica, encontramos que, en países como Brasil,
Chile y Venezuela, los primeros intentos se realizaron antes de la década de 1960.
En los dos primeros países este proceso se aceleró a mediados de la década de
1980 y en los 90’s, impulsado por la creciente demanda mundial de celulosa y la
liberalización de los mercados. Sin embargo, Venezuela siguió un camino opuesto,
el cual fue resultado de la caída del precio del petróleo en 1983, que terminó con los
subsidios al sector. Entonces el Estado se concentró en apoyar la producción de
alimentos. El precio del petróleo se mantuvo bajo hasta el año 1998 y el apoyo al
sector forestal no se reactivó.

Por consiguiente, la producción de madera y otros derivados, que había sido


subsidiada por Estado, plantando el gran bosque de Uverito, en el Estado Mongas,
dejó de ser apoyada. Un factor que atentó contra el uso industrial de Uverito en las
décadas de 1960 y 70’s fue que se prohibió la entrada de capitales extranjeros a la
explotación forestal y, en vez de ser utilizadas para materia prima industrial conforme
a su diseño original, pasaron a ser controladas por el sector ambientalista radical del
gobierno14, que las incorporó legalmente como parte del patrimonio forestal nacional.
Ello se reafirmó en 1976 con el paso del manejo de los bosques del Ministerio de
Agricultura al Ministerio del Ambiente.

13 http://www.fao.org/docrep/008/j5484s/j5484s00.htm#TopOfPage
14Por ambientalismo radical se refiere a la visión que sostiene que, protegiendo todos los bosques,
especialmente las plantaciones, se protege el medio ambiente del país. Esto se contradice con la
visión que considera a las plantaciones forestales, como una opción protectora del patrimonio
forestal originario, al dejar éste de ser fuente de materia prima industrial.

35
En cambio, los otros sectores de la agricultura reaccionaron positivamente a la
disminución de los subsidios, incluso se llegó a hablar de un milagro agrícola, ya que
la producción y las exportaciones agrícolas aumentaron significativamente en la
década de 1990. Es decir, al parecer la crisis del sector forestal no fue un producto
de la disminución de los subsidios, sino de una falta de comprensión de parte del
Estado de la función productiva de las plantaciones forestales y no se tomaron las
decisiones requeridas para la privatización del proyecto industrial ante la falta de
recursos de inversión por parte del Estado.

Por consiguiente, y ante las limitaciones para obtener materia prima de las
plantaciones de Uverito y, la escasa capacidad de las pequeñas plantaciones de
eucaliptos y otras especies realizadas por empresas privadas para suplir la creciente
demanda de madera, fue el bosque natural el que terminó abasteciendo a la
industria por medio de la extracción de madera de los bosques naturales, tanto legal
como ilegal. Este proceso, que se extendió por más de cinco décadas, y se ha
acelerado en la última recientemente, es un factor central en el fuerte deterioro
ambiental que sufre el país. Otro factor ha sido, como producto de las malas
políticas, que han acentuado la pobreza rural, es la destrucción de los bosques para
abrir nuevas áreas de cultivo. La opción del cultivo forestal a gran escala, con su
enorme demanda de mano de obra, también podría contribuir a disminuir o terminar
con la destrucción de los bosques para obtener nuevas tierras para la agricultura.

Las plantaciones forestales en América del Sur se han desarrollado mucho en los
últimos años. En 2010 Brasil contaba con 5 millones de hectáreas de plantaciones,
Chile 2.4 millones, Argentina 1.1 millones, Uruguay 800 mil y Colombia, 300 mil
hectáreas. Para el año 2018 las plantaciones de Brasil ya han superado los 7
millones de hectáreas, mientras Chile sobrepasó los 3 millones de hectáreas.
Igualmente, Argentina y Uruguay han aumentado sus plantaciones en torno
aproximadamente un 10% en el período llegando a 1.3 millón y de 900 mil
hectáreas, respectivamente. Venezuela comenzó en 1961 un proceso de desarrollo
forestal llegando a unas 600 mil hectáreas plantadas de pino Caribe (Pinus caribaea
var. Hondurensis), en la región de Uverito, culminando el proceso en la década de

36
1980. Posteriormente no ha habido plantaciones de importancia. A nivel privado
Smurfit y Deforsa han plantado unas 50 mil hectáreas de eucaliptos y gmelina. Tal
como afirma FAO: “Muchos países sudamericanos, incluyendo Brasil, Chile y
Uruguay, ya han demostrado la eficacia de incluir el apoyo para el establecimiento
de grandes plantaciones en las estrategias de desarrollo nacional. Estos países
actualmente son los principales receptores de inversiones directas en el sector
forestal de la región. Como resultado, en estos países el sector forestal es un
contribuidor importante al desarrollo socioeconómico nacional” (FAO,2009)15. A
continuación, un análisis de las políticas de desarrollo del cultivo forestal y sus
resultados, en Brasil, Chile y Uruguay.

El enfoque del análisis es destacar, a través de información de estos tres países, del
gran potencial de la industria forestal para Venezuela, tanto en relación al tema de la
protección ambiental, del aporte a la economía nacional, y también de la importancia
del sector sobre la generación de empleo.

5.1 El cultivo forestal en Brasil


En Brasil el tema de los bosques y las plantaciones forestales ha ocupado la
preocupación de las políticas de desarrollo por décadas. De hecho, es el país de la
región con la mayor superficie de bosques naturales y plantados. En la primera
década del siglo XXI, “La superficie cubierta de bosques naturales, nativos del Brasil,
es la segunda mayor del mundo, solo superada por Rusia. Los bosques del Brasil
cubren más del 50% de su territorio, con la siguiente distribución: bosques primarios,
416 millones de hectáreas; bosques naturales modificados, 56 millones de
hectáreas, y plantaciones forestales, 5,5 millones de hectáreas.” (Carlstein, 2008).
Las plantaciones son muy escasas en proporción, ya que representan apenas el
1.17% de la superficie total de bosques. En 2018 la superficie con plantaciones se
incrementó a 8 millones de hectáreas. Por otra parte, las plantaciones de bosques
en Brasil están muy lejos de compensar la tala de los bosques primarios. Cifras
recientes lo confirman: “Los números, publicados por el Instituto Nacional de

15 http://www.fao.org/docrep/012/i1025s/i1025s06.htm

37
Investigación Espacial de Brasil, INPE, muestran que 7.989 km2 (7.989.000
hectáreas) de selva fueron destruidos entre agosto de 2015 y julio de 2016”16,
mientras apenas 500 mil hectáreas fueron plantadas en el período. La superficie
del bosque nativo talada anualmente iguala a la cifra de hectáreas de plantaciones
realizadas en más de 30 años.

En Brasil, el papel de las plantaciones forestales es muy importante. Por este motivo,
en Brasil, poder disponer de materia prima forestal originada en plantaciones fuera
del bosque primario de la selva amazónica, no sólo es importante para la economía
nacional, sino también para la humanidad. No obstante, en Brasil, la causa principal
no es la deforestación para obtener madera, como en otros países, sino deforestar
para cultivar y criar ganado. En agosto de 2019 grandes incendios están
consumiendo la selva amazónica en Brasil y Bolivia. Aparentemente el gobierno
actual de Brasil, de Jair Bolsonaro, habría dejado ver que sería permisivo con la
ampliación de la frontera agrícola, lo que incentivó la invasión de los agricultores.
Pero, al final, los incendios para deforestar se descontrolaron, afectando enormes
extensiones de bosque tropical, desatando preocupación mundial. El país tiene una
gran responsabilidad global, porque, al final, la selva amazónica en la mayor fuente
de producción de oxígeno del mundo y, de esta forma, se trata de un patrimonio de
la humanidad. Desgraciadamente la sociedad brasileña piensa que la selva húmeda
amazónica es de ellos y pueden hacer lo que quieran, sin importar que al final ellos
mismos sufran las consecuencias.

A inicios de la década de 1960 las plantaciones forestales en Brasil eran menos de


doscientas mil hectáreas. Esta cifra fue aumentando hasta llegar a cubrir una
superficie de más de cinco millones de hectáreas a los inicios de la década de 2010.
Las plantaciones están localizadas principalmente en las regiones del sur del país.
Brasil figuraba ese año en el noveno lugar del ranking de los países con mayores
plantaciones forestales del mundo, entre Polonia y Finlandia. Las principales
especies son: eucaliptos (E. grandis, E. saligna y E. urophylla) con aproximadamente

16https://es.mongabay.com/2016/12/brasil-la-deforestacion-la-amazonia-aumenta-29-respecto-al-ano-
pasado/

38
60% del total de plantaciones. Los pinos son la segunda en importancia, con las
especies (P. taeda L. y P. Elliottii), con aproximadamente 33% de la superficie
plantada. Las otras especies plantadas son: acacias (Acacia spp), gmelina (Gmelina
spp), seringueira (Hevea brasiliensis), teca (Tectona grandis) y pino Paraná
(Araucaria angustifolia). Este último grupo de especies cubren sólo el 7% del total de
las plantaciones. En Brasil las plantaciones forestales ocupan el 0,62% de la
superficie del país y representan el 2,7% de la superficie total de bosques plantados
en el mundo17. Las plantaciones forestales en Brasil han sido promovidas por una
política de subsidios e incentivos fiscales. El ritmo de incremento de las plantaciones
es de más de 500 mil hectáreas por año, el cual, a efectos de comparación,
quintuplica el promedio anual chileno.

La inversión inicial en subsidios gubernamentales, que comenzó en la década de


1950, fue de seis mil millones de dólares hasta la década de 1990, incluyendo
plantaciones e infraestructura ambiental. Esa inversión realizada por el Estado se
convirtió al final en un muy buen negocio para el fisco, ya que los impuestos
recaudados hoy por el Estado desde el sector forestal contribuyen con 3,5 mil
millones de dólares anuales al erario público.

Actualmente tales subsidios ya no se consideran necesarios. Sin embargo, hay


programas de financiación adecuados en costos y plazos para las inversiones en
plantaciones forestales. Por otra parte, el sector forestal es importante en cuanto al
empleo, ya que genera unos 800 mil empleos directos y, por lo menos, 2.5 veces
más empleos indirectos.

La historia de las plantaciones en Brasil es similar a otros países de la región. Se


comenzó plantando pinos. “La industria de la pulpa y el papel se comenzó a
desarrollar a escala considerable en la década de 1950, cuando la producción de
pulpa llegó a las 280.000 toneladas. Durante la década de 1960 el sector creció
significativamente, aumentando la producción a 780.000 toneladas. Sin embargo, es
en la década siguiente cuando se definen las características actuales y la expansión

17 http://www.corma.cl/perfil-del-sector/aportes-a-la-economia/chile-en-el-mercado-mundial)

39
del sector. Pero es en la década de 1980 cuando la producción más que se triplica,
llegando más de 3 millones de pulpa. En este período pasan a predominar las
pastas de fibra corta (eucalipto) sobre las de fibra larga (coníferas). También, en la
década del 1980 el motor de esta industria pasó a ser la producción de pulpa para el
mercado externo y la producción total se aproximó a los 4 millones de toneladas. En
1994, la producción brasileña de pulpa de eucalipto abastecía el 50% del mercado
mundial de pulpa de eucalipto (Gonçalves et al. 1994)”18. Hay también una
substitución de la madera del bosque natural por madera de plantaciones para la
gran industria del acero.

Un aspecto a tener en cuenta que en Brasil hay una política la reposición obligatoria
de las plantaciones, especialmente en las industrias consumidoras de leña y carbón
para combustible, con un impuesto que obliga a financiar el costo de plantación de
cinco árboles por cada metro cúbico de madera utilizada, que pueden ser plantados
en otras áreas del país. Sólo en São Pablo hay 700 micro y medianas empresas que
realizan plantaciones con los aportes de este impuesto. Para el año 2005, el
consumo total de carbón para combustible en Brasil alcanzaba unos 35 millones de
metros cúbicos de madera anuales, de los cuales aproximadamente la mitad tiene su
origen en leña de árboles nativos y la otra mitad en leña de plantaciones forestales.
“En Brasil, Argentina, Malasia, Australia y la India existen industrias metalúrgicas que
consumen carbón vegetal. La acería brasileña Acesita, utiliza cerca de 480.000
toneladas de carbón al año para la fundición del acero, de las cuales 250.000 se
obtienen de las plantaciones de eucaliptos establecidas con tal fin.”19.

Las industrias de la siderurgia son las principales consumidoras de madera y están


localizadas principalmente en el Estado de Minas Gerais. La mayor parte de esas
industrias tiene plantaciones forestales propias y también tiene programas de
promoción y financiamiento de plantaciones de pequeños y medianos propietarios,
con un área plantada de aproximadamente 3,3 millones de hectáreas. Las industrias
siderúrgicas tienen un mayor incentivo en la utilización del carbón vegetal para la

18 http://www.olca.cl/oca/brasil/celulosa01.htm#6
19 http://www.fao.org/docrep/Q4960S/q4960s04.htm

40
producción del “acero verde” con la implementación de los proyectos “Mecanismo de
Desarrollo Limpio”, que permiten la comercialización de Bonos de Secuestro de
Carbón a nivel internacional.” (Carlstein, 2008).

Las preocupaciones por el medio ambiente y el logro de un desarrollo sostenible


generaron nuevos reglamentos y leyes, que obligan a las industrias a disminuir el
consumo de carbón originado en los bosques nativos: “Un nuevo proyecto de ley en
tratamiento prevé que a partir de este año 2008 el consumo de carbón originado en
leñas de bosques nativos no podrá exceder del 10% del consumo total. El
mencionado proyecto de ley fija un plazo de diez años para que todas las industrias
siderúrgicas adecuen sus “altos hornos” para consumir solamente el carbón
originado exclusivamente en plantaciones forestales. Se estima que la producción de
27 millones de toneladas de hierro fundido necesitaría unas 17.5 millones de
toneladas de carbón.” (Carlstein, 2008). Esta cantidad de carbón se obtiene de un
equivalente de corte anual de unas 130 mil hectáreas de plantaciones20.

Todos los datos siguientes de las empresas son de antes de 1995 y provienen del
libro: El papel del Sur: Plantaciones Forestales en la Estrategia Papelera
Internacional, por Ricardo Carrere y Larry Lohmann. Capítulo 7 (1995).

Las cinco mayores empresas forestales históricas fueron: Aracruz, Bahia Sul, Monte
Dourado, CENIBRA y Riocel, que, en conjunto, en el año 1995, producían cerca del
90% de la pasta blanqueada de eucalipto para exportación del país21. Luego estas
empresas han tenido diversos itinerarios de desarrollo, con diversas fusiones, que se
detallarán más adelante. Muchas de estas empresas tuvieron el apoyo inicial del
gobierno de Brasil a través el BNDES (el Banco Nacional de Desarrollo Económico y
Social), el cual invertía en paquetes de acciones de las empresas para construir las
instalaciones industriales. En la mayoría de los casos el Estado llegó a poseer entre
el 20 y 40% de las acciones. La política del Estado de salir de su papel de
empresario llevó a que durante los últimos 10 años ocurriera una seria de ventas y

20La cantidad de toneladas de madera se calculó con un factor de conversión de 0.7 toneladas de
carbón por tonelada de madera.
21 http://www.olca.cl/oca/brasil/celulosa01.htm

41
fusiones de activos, de manera que queda poco de las empresas forestales
históricas de Brasil. Estas empresas tradicionales fueron:

• Aracruz es (en 1995) el mayor productor mundial de pulpa kraft blanqueada de


eucalipto para el mercado. En 1978 inauguró su primera planta de 400.000
toneladas al año (posteriormente ampliada para producir 500.000) y en 1991 la
segunda, que produce otras 500.000 toneladas. La producción de pulpa de
Aracruz se alimenta de sus extensas plantaciones de eucalipto, en los estados
de Espírito Santo y Bahía, donde ha logrado crecimientos cada vez más
rápidos en base a la selección y clonación de las especies y ejemplares de más
rápido crecimiento y mejor adaptados a las necesidades de la planta industrial.
• Bahia Sul Celulose es una empresa iniciada en 1984 entre uno de los
principales holdings de Brasil (el grupo Suzano) y la empresa estatal de aceros
Companhia Vale do Rio Doce. El grupo Suzano, con intereses en numerosas
áreas, es propietario de la Cía. Suzano de Papel e Celulose. Con anterioridad,
la empresa había producido pulpa exclusivamente para su propia producción
de papel. En 1995 Bahía Sul Celulose era propietaria de 114.000 hectáreas de
tierra, distribuidas en 68.000 de eucaliptos, 34.000 de bosque nativo y 12.000
ocupadas por obras de infraestructura. El ritmo de plantación anual es de 1.000
hectáreas y desde 1992 la empresa también ha promovido la plantación de
árboles por los campesinos en sus propias tierras, a fin de ampliar la base de
materia prima con vistas a una posible ampliación futura de la planta
(Gonçalves et al. 1994, Higgs 1992c).
• Cenibra (Celulose Nipo-Brasileira). Las primeras plantaciones de eucaliptos en
Minas Gerais fueron iniciadas en la década de 1940, llevadas a cabo por la
Compañía Belgo-Mineira, con el objetivo de producir carbón para las
siderúrgicas. Las mismas se expandieron enormemente a partir de la segunda
mitad de la década del 60 (y en particular durante los 70), promovidas con
subsidios del gobierno. Cenibra inició sus operaciones de fabricación de
celulosa en 1974. Luego se creó una subsidiaria forestal, la cual en 1984 había
logrado adquirir 145 mil hectáreas de tierra. En 1995 Cenibra era la segunda
exportadora de celulosa, por detrás de Aracruz. Junto con Aracruz poseen un
puerto especializado, Portocel.
• Jari y Companhia Florestal Monte Dourado, son dos empresas que trabajan en
conjunto. Una tiene las plantaciones y la planta, mientras la otra es una
administradora industrial de la planta de celulosa. Posee unas 90 mil hectáreas.
Se ubican en la región de Amapá, frontera con la Guyana Francesa. Produce

42
300.000 toneladas de celulosa, 55% de la cual de fibra larga y 45% de fibra
corta. El 80% de la producción es exportada (en 1995).
• Riocell, ubicada en el estado sureño de Rio Grande do Sul, fue establecida en
1975. La empresa es propiedad del holding KIV, integrado por Klabin, la
compañía financiera Lochpe y el grupo Votorantim. Klabin se ubica en el lugar
número 52 en el ranking mundial de ventas de pulpa y papel. Además, poseía
una planta de celulosa, localizada en la ciudad de Guaiba. En 1995 la empresa
tenía 330.000 hectáreas de tierras, de las cuales unas 100.000 contienen
bosques naturales y se llevan a cabo programas de conservación.
• Votorantim Celulose y Papel era una empresa perteneciente al Grupo
Votorantim, Comenzó en 1950. Sus fábricas poseían la mejor tecnología del
mundo para la producción de papel. En el año 2007 llegó a poseer 441.000
hectáreas de plantaciones, en tierras propias y arrendadas, de las cuales 241
estaban plantadas con eucalipto22.
Otros proyectos forestales en diversas fases de ejecución en 1995 eran:

• Planta CELMAR, en Maranhão, con una capacidad de producción de pulpa de


eucalipto de 420.000 toneladas
• Planta FLORAR, localizada también en Maranhão, con capacidad de
producción de 500.000 toneladas de celulosa blanqueada de eucalipto
• Planta CELPAV, localizada en São Paulo, del grupo Votorantim, con capacidad
de producción de 280.000 toneladas de pulpa kraft blanqueada de eucalipto.
• Planta Champion Celulose, en Amapá. El proyecto involucra la adquisición de
200.000 hectáreas de tierras. En 1993 la empresa ya había plantado 25.000 de
las 50.000 hectáreas de eucalipto previstas para abastecer la planta de
celulosa.
• Planta Veracruz Florestal, establecida en 1992, es una empresa subsidiaria del
poderoso holding Odebrecht S.A., en Bahía. Su objetivo era la producción de
600.000 toneladas anuales de celulosa blanqueada, basada en la producción
de unas 62.000 hectáreas de eucalipto.
Entre 1995 y 2018 ha pasado mucho tiempo y en Brasil se ha producido una gran
concentración de la propiedad de las empresas. Por ejemplo, Riocell fue comprada
por la empresa chilena CMPC en 2009, junto con 210.000 hectáreas de plantaciones

22 https://www.usp.br/mudarfuturo/cms/?p=75

43
forestales. En muchos de los proyectos participaron actores mayores, como Aracruz
y Votorantim celulosa, los cuales, en 2009 se fusionaron para crear Fibria Celulose.
En ese momento la nueva empresa pasó a ser considerada la mayor productora de
celulosa del mundo, con una capacidad de producción superior a seis millones de
toneladas de pulpa y papel. Esto requiere el suministro de aproximadamente 36
millones de metros cúbicos de madera, o unas 180 mil hectáreas de cosecha anual.
Esto equivale a un poco menos la capacidad total de Chile. La mayor parte de su
producción es exportada.

En 2017 una de las mayores empresas brasileñas era Suzano Papel y Celulosa, la
cual a esa fecha tenía 1,2 millones de hectáreas, de los cuales 520 mil eran bosques
plantados (en áreas propias, arrendadas o fomentadas) concentrados en los estados
de Bahía, Espírito Santo, São Paulo, Minas Gerais, Maranhão, Tocantins, Pará y
Piauí, y unas 488 mil hectáreas eran de áreas de preservación23.

El 16 de marzo de 2018 Suzano y Fibria concluyeron una negociación de fusión,


mediante la cual Suzano compró la totalidad de Fibria. La decisión de la fusión fue
consecuencia de que BNDES vendió su 29% de acciones en Fibria y su 7% en
Suzano. La nueva compañía suple el 49% del mercado de la celulosa en el mundo24.

En cuanto al comercio exterior, las exportaciones de productos forestales en Brasil


son las mayores de América del Sur, un 50% superior a las exportaciones chilenas.
De acuerdo a cifras actuales, en el semestre de “enero a junio de 2017, las
exportaciones de celulosa alcanzaron el valor de US$3,0 mil millones (+9,8%), las de
papel US$925 millones (-2,0%) y las de Paneles de madera 137 millones de dólares
(+25,7%) (en total 4.2 mil millones de dólares). En el primer semestre de 2017 el
42% de la celulosa exportada por Brasil tuvo como destino a China, representando
un ingreso de 1.300 millones de dólares, un aumento del 25,5% con respecto al
mismo período de 2016.” (Painelflorestal, 2017).

23 http://www.suzano.com.br/es/negocios-e-produtos/forestry/
24 https://www.elobservador.com.uy/nota/fusion-deja-a-brasilena-con-el-49-del-mercado-mundial-de-
celulosa-de-eucalipto--201831617530

44
5.2 El cultivo forestal en Chile
Chile es uno de los países en donde el establecimiento de plantaciones forestales es
más antiguo. Ya para la década de 1870 había preocupación por la deforestación
provocada por la expansión de la minería en el norte del país y surgieron propuestas
para proteger los bosques, inclusive para la replantación, lo cual fue fuertemente
objetado por los mineros, que por entonces gerenciaban el sector económico más
importante del país (Casals Costa, 1999). Sin embargo, por la misma época, en el
desarrollo de la minería de carbón en el sur del país, se encontró que ya no había en
el país madera adecuada para las vigas de protección de las galerías de las minas y,
en consecuencia, se importó madera de pino desde California.

Esta madera era el pino insigne o radiata (Pino radiata D. Don), que es una especie
originaria de Monterrey, sur de California. Es la más utilizada actualmente en las
plantaciones forestales chilenas. Tuvo un ingreso indirecto al país, ya que las
semillas fueron importadas desde Alemania, en 1888. Al encontrar un clima muy
favorable, sin los fríos inviernos alemanes, tuvo un crecimiento excepcionalmente
rápido, originándose así una industria forestal que, a principios del Siglo XXI (2010),
aportaba sobre el 2,9% del producto interno bruto (PIB) del país y más del 3% de
sus exportaciones.

El pino insigne fue inicialmente plantado en la región de Concepción, en las


cercanías de las minas de carbón, en colinas erosionadas en donde anteriormente
se había cultivado trigo. En 1931, en el marco del enorme desempleo producto de la
crisis económica provocada por la caída de la bolsa de Nueva York, de 1929, se
estableció una ley de incentivos forestales cuyo objetivo era impulsar el empleo rural.
La ley estableció que se haría un contrato de medianería, en el cual los propietarios
ponían la tierra y el Estado los costos de implantación de plantaciones de bosques
artificiales, de forma que al final del ciclo productivo el propietario y el Estado se
repartirían los beneficios de la corta y venta del producto. Por esa época había una
sola empresa posible compradora, la Compañía Manufacturera de Papeles y
Cartones (CMPC), construida en 1920, que funcionaba en las afueras de Santiago
de Chile. La reacción de los propietarios de las tierras fue rápida y ya para fines de la

45
década de 1930 se había logrado una tasa de plantación de unas 10.000 has
anuales, principalmente de pino insigne, pero también de una variedad de eucalipto
(E. globolus).

A las plantaciones se sumaron políticas de incentivos para el desarrollo industrial


forestal. Entre los años 1940-1950 fueron construidas, con apoyo del Estado, tres
nuevas plantas de celulosa. En la década de 1960 se construyó otra planta,
sumando así cinco plantas de celulosa y papel. También se desarrollaron industrias
de aserrado de madera y plantas de paneles. Así, ya para la década de 1960 y
siguientes la tasa de cosecha de los bosques cultivados para la industria era de
unas 20.000 has anuales, de entre una masa forestal que a fines de la década de
1960 alcanzaba unas 300.000 has de bosques plantados.

Dada la tasa de desarrollo de la industria y de las perspectivas del comercio


internacional, se concluyó que tal superficie plantada de bosques era muy inferior a
las necesidades de mediano y largo plazo, de forma que era necesario incrementar
la tasa anual de plantaciones mucho más allá de las 10 mil hectáreas anuales. Así,
en 1974 el gobierno aprobó una nueva ley del subsidio forestal (decreto 701) para
aumentar la tasa de plantaciones y convertir el país en un exportador líder en
materia de derivados forestales.

El decreto 701 estableció que el Estado asumiría el 75% del costo de la plantación,
siempre que ésta, a los tres años, presentara un 80% de prendimiento de los
árboles. Los tres primeros años son críticos debido a las plagas de conejos que, al
comer los brotes de crecimiento, pueden acabar con una plantación. Es decir, los
beneficiarios del subsidio debían obtener recursos para financiar el costo inicial de la
plantación, usualmente mediante créditos bancarios, y luego asumir los costos de
prevenir cualquier problema de riesgo, antes que el Estado les devolviera a los tres
años la parte acordada de los recursos invertidos. Además, la Ley forestal obligaba a
replantar todo lo que se coseche, en un plazo de dos años. Esta política fue
aceptada por los propietarios de tierras y a los pocos años aumentó rápidamente la
tasa de plantación a unas 100.000 has anuales (Rivera y Cruz, 1983).

46
El mantenimiento de esta tasa de plantaciones dio como resultado que, para el año
2004, la superficie plantada era de 2.1 millones de hectáreas. Actualmente, en 2018,
las plantaciones sobrepasan los tres millones de hectáreas. El subsidio forestal
aportó un total de US$518 millones entre 1995 y 2015, cuando se suspendió el
subsidio. Sin embargo, en los últimos 5 años del subsidio muchos recursos se
orientaron hacia el manejo del bosque nativo. A partir de 2015 el subsidio bonifica
solo actividades del bosque nativo.

Para el año 2015, como consecuencia de la enorme disponibilidad de materia prima,


había 12 plantas de celulosa y papel operativas. Ese año Chile produjo el 2.3% de
madera en trozas a nivel mundial, así como el 2.9% mundial de celulosa, el 1.9% de
la madera aserrada, el 0.8% de tableros y chapas, alcanzando el 1.3% de las
exportaciones globales de productos forestales.

En cuanto a las plantaciones, en 2015 el mundo había 300 millones de hectáreas de


bosques plantados, a los cuales Chile aportaba un 1.1%. Los principales países con
las mayores plantaciones forestales de especies de rápido crecimiento son China,
con el 27.3%, Estados Unidos, 9.1%, Rusia, 6.9% y Canadá, 5.5%. Brasil, en
América del Sur, aporta 2.7% del total de plantaciones mundiales25.

La industria forestal chilena en 2014 generaba 121.164 mil empleos asalariados


directos (bosques, fábricas, servicios forestales, aserraderos). Aproximadamente el
80% de la mano de obra directa en labores de bosque e industria era proveída por
596 empresas contratistas de mano de obra. El 63.9% del total del empleo directo se
emplea en silvicultura, cosecha y transporte, en donde el 98.9% de la mano de obra
proviene de contratistas26. La industria forestal está constituida por unas 10.000
medianas y grandes empresas, de las cuales dos empresas son las propietarias de
doce plantas de celulosa (siete de celulosa química kraft y cuatro de celulosa
mecánica). Adicionalmente, hay 2.315 empresas contratistas en manejo de bosques,
1.323 en servicios de corta de madera, 1.379 aserraderos, y 97 viveros, entre otros.

25 http://www.corma.cl/perfil-del-sector/aportes-a-la-economia/chile -en-el-mercado-mundial
26 https://fch.cl/wp-content/uploads/2016/01/EFLF.pdf

47
Se estima que hay aproximadamente 180 mil empleos indirectos. Sumando los
empleos directos e indirectos, hay unos 300 mil trabajadores, en unas 4.000
empresas contratistas y plantas industriales pequeñas, con un promedio de 70
trabajadores. Adicionalmente, las 12 industrias de celulosa y papel, suman unos 20
mil empleados.

El desarrollo académico en torno al sector es también importante, ya que hay varias


universidades con facultades, de docencia e investigación, dedicadas a este rubro.

La industria forestal en Chile está basada en el pino radiata, y secundariamente en


el eucaliptus globulus. En Chile el 58% de las plantaciones son de pino, 40% de
eucaliptus, y 2% de otras especies de coníferas. El período de rotación del pino es
entre 18 y 20 año para celulosa y hasta 30 años para madera aserrada.

Hay que destacar que alrededor del 60% de las plantaciones pertenece a grandes
compañías, con más de 10.000 has de bosques cada una, y de ese total alrededor
del 30% de todas las plantaciones, así como las 10 mayores plantas de celulosa,
pertenecen a dos compañías chilenas, creadas antes de la década de 1940:
Celulosa Arauco (Grupo Angelini) y CMPC, del Grupo Matte). Ambas compañías, en
los últimos años, han exportado más del 75% de la producción nacional de celulosa,
papel y madera.

Para el período 2014-2015 se consumieron un total de 16.171.800 m³ de trozas, con


una producción de 4.894.500 toneladas de pulpa de celulosa. De hecho, dentro de
estas cifras aparece Celulosa Arauco como la mayor productora mundial de celulosa
cruda, con una participación de mercado del 25%”27. Por su parte, la CMPC es la
cuarta mayor productora de pulpa del mundo. En 2008 ambas llegaron a un máximo
de US$5.400 millones en exportaciones, que cayeron a US$4.500 millones anuales
en 2017. Representan el 2.5% del total exportado por el país. La baja se debió a una
caída en los precios de la celulosa en el mercado global. En resumen, “Como país

27 http://economiasur.com/2016/01/la-industria-de-la-celulosa-en-chile-otra-anomalia-de-mercado/.

48
exportador, Chile ocupa el quinto lugar, detrás de las cuatro potencias mundiales
en esta materia, que son Canadá, Estados Unidos, Brasil y Suecia.”28

Según datos oficiales de la Corporación Nacional Forestal (CONAF): “Al año 2017 la
superficie cubierta de bosques representaba el 23,3% del territorio nacional, con
17,6 millones de hectáreas, de éstas el bosque nativo alcanza 14,41 millones de
hectáreas, lo que representa el 81,8% de los recursos forestales del país29. Otra
fuente indica que en 2017 las plantaciones forestales cubrían una superficie
aproximada de 3,08 millones de hectáreas, equivalentes al 18.2% del total de
bosques de Chile.30.

En los últimos años ha disminuido el ritmo de plantaciones, y ello se debe a varios


factores, entre otros porque la superficie con capacidad de plantación está llegando
a sus límites, que es de unos cinco millones de hectáreas, pero se encuentra en
sitios de más difícil acceso. Adicionalmente, en el país se ha creado un clima social
adverso a las plantaciones de bosques y hay una fuerte oposición pública a los
bosques cultivados, por los efectos ambientales indeseados. Un efecto de esta
situación fue el cese en 2015 del subsidio forestal a las plantaciones y su aplicación
sólo al manejo de los bosques naturales. Sin embargo, hay que destacar que la
industria llegó ya su fase de madurez y puede continuar sin subsidios. Además, en
base a nuevas tecnologías se están explorando nuevas áreas de negocios, como la
producción de energía en base a carbón vegetal de residuos y plantaciones para
biomasa.

También hay una fuerte susceptibilidad a los incendios, lo que obliga a espaciar las
nuevas plantaciones. El alto precio de la tierra también es un factor, haciendo que
las plantaciones cada vez sean caras. El desarrollo futuro de las plantaciones

28https://www.odepa.gob.cl/publicaciones/articulos/evolucion-de-la-produccion-de-celulosa-en-chile-
1990-2006-2
29La mayor parte de estos bosques tienen escaso valor como fuente de materias primas forestales. El
mayor uso del mismo es para leña de uso doméstico, así como el raleo de árboles viejos para
astillas (chips para plantas de energía), así como madera aserrada fina dura para muebles y
materiales de construcción. Actualmente hay diversos programas para su manejo, protección y
recuperación, entre ellos especies como alerce, araucaria y palma chilena.
30 http://www.conaf.cl/nuestros-bosques/bosques-en-chile/

49
dependerá en gran medida de los cambios tecnológicos que hagan socialmente más
aceptable el cultivo forestal.

Otro aspecto a destacar que, como respuesta al cambio de visión del país sobre las
plantaciones, en los procesos de manejo y cosecha de los bosques ha habido un
desarrollo hacia mejores diseños de las plantaciones, con preocupación por el
ambiente, la biodiversidad y las condiciones de empleo y de vida de la población
vinculada a la industria forestal. Es decir, las dificultades sobre el tema del ambiente
están orientando a un cambio de los patrones tecnológicos, que, por otra parte, es
una tendencia de nivel global.

Por estas dificultades, tanto las grandes como las medianas empresas, han
comenzado a expandirse fuera del país, siendo los principales destinos, Argentina,
Brasil, Uruguay y Norteamérica31. Forestal Terranova y Masisa han incursionado en
Venezuela, con poco éxito, en comparación a otros países. El grupo Angelini
(Forestal Arauco), por ejemplo, en 2016 tenía activos de US$7.000 millones, de los
cuales el 40% estaban invertidos fuera de Chile. Posee plantaciones forestales en
Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, sumando en total 1.6 millones de hectáreas de
tierra, de las cuales más del 50% están plantadas con bosques, unas 900 mil
hectáreas.

La CMPC, del Grupo Matte, posee cinco filiales: Forestal Mininco, CMPC Celulosa,
CMPC Papeles, CMPC Productos de Papel y CMPC Tissue, con un total de activos
en 2017 por US$9 mil millones32, y ventas por US$3.000 millones. Esta empresa
adoptó en 2009 una estrategia similar a la de Arauco de inversiones fuera de Chile y
CMPC en 2917 con 6 plantas de celulosa (5 en Chile y 1 en Brasil), y otras 38
plantas industriales papel en funcionamiento en ocho países en América Latina y

31Forestal Arauco entró en Norteamérica en 2012 y actualmente posee nueve plantas de paneles en
Canadá y siete en Estados Unidos. En Michigan (EE.UU.) levanta hoy la fábrica de paneles Grayling
por US$400 millones. En esa región se suman los tres complejos industriales que compró a Masisa
en México, que tienen líneas de aglomerados, tableros, recubrimientos, impregnación, a lo que se
agrega una planta química. http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id= 428119
32 http://s21.q4cdn.com/798526818/files/doc_financials/Integrated_report/Reporte-Integrado-2017.pdf

50
Estados Unidos, 33. El mayor componente de sus activos son las 794.000 hectáreas
administradas por Forestal Mininco, compuestas por 540.000 de plantaciones de
pino y eucaliptos en el centro sur de Chile, y el resto en norte de Argentina.
Recientemente, en 2012, se agregaron otras 212 mil hectáreas en el sur de Brasil
(celulosa Guaiba)34, llegando al millón de hectáreas de bosques.

En resumen, el sector forestal contribuye, con aproximadamente, el 3,1% del PIB


nacional y sólo durante el período entre 2005 y 2015, sus exportaciones se
valorizaron en torno a los US$5.700 millones, en promedio. Recientemente hubo una
baja del precio, afectando las exportaciones en un 20%, pero en 2018 el precio se
recuperó.

José Antonio Prado, en su libro “Plantaciones Forestales: Más allá de los árboles”
(2015), señaló que, “el impacto económico de las plantaciones es indiscutible. La
industria forestal chilena consume cerca de 39 millones de metros cúbicos de
madera cada año, de los cuales el 99% proviene de las plantaciones forestales,
generando una actividad económica que aporta cerca de 300.000 empleos y casi un
7% de las exportaciones del país”35

5.3 El cultivo forestal en Uruguay


Uruguay se sitúa en el 13avo lugar de producción mundial de pulpa de madera
(celulosa), por detrás de Chile y Alemania. Estados Unidos ocupa el décimo lugar,
con el 10.1% de la producción mundial de este rubro. Uruguay no es un país que
sea conocido como gran productor en la industria forestal, pero, sin embargo, sin
mucho ruido, ha logrado situarse en un lugar prominente dentro de la industria
forestal mundial. Al igual que los dos países analizados previamente, también en
Uruguay la industria forestal tomó impulso como efecto de una ley de apoyo del

33La CMPC Celulosa, (Grupo Matte), en 2009 se embarcó en un ambicioso plan de expansión, al
adquirir en Brasil la planta de celulosa Guaíba (la que se suma a sus cinco plantas de celulosa en
Chile), con lo que su producción total alcanzó a 2,8 millones de toneladas anuales y ventas por
US$1.794 millones. http://diario.latercera.com /edicionimpresa/bernardo-matte-deja-colbun-y-se-
concentra-en-cmpc-celulosa-y-entel/
34 http://www.cmpcmaderas.cl/?page_id=29
35 http://www.lignum.cl/2015/10/22/el-sector-forestal-y-la-generacion-de-empleos/ (Revista Lignum).

51
sector: “El desarrollo del sector forestal uruguayo tuvo un importante impulso a partir
de la aprobación de la Ley 15.939 (Parlamento del Uruguay, 1988a). Un estudio
sobre el desarrollo forestal en Uruguay concluye que: “El caso uruguayo tiene una
serie de peculiaridades respecto a los desarrollos forestales de los países vecinos,
ya que es el único país donde la actividad no tenía relevancia alguna y donde la
presencia de compañías extranjeras ha sido realmente determinante para el
desarrollo reciente (Alvarado, 2009:86)36.

En 2012, el área forestada con plantaciones comerciales cubría 990.000 hectáreas,


54% más que en 2000, de las cuales la mayoría eran Eucaliptus (70% del total)
(Dirección General Forestal, 2015a).”37 En el marco jurídico actual, desde 1990, se
han plantado aproximadamente 450.000 hectáreas de árboles. La plantación se
aceleró gracias al subsidio forestal que devuelve el 50% de lo invertido, un año
después de la plantación. Actualmente en Uruguay la tasa de plantación está en
torno a las 50.000 hectáreas anuales. El 85% de las plantaciones nuevas son de
eucalipto. El área definida como de aptitud forestal potencial suma 3 millones de
hectáreas. En cuanto al tamaño de las futuras plantaciones, se estima que para el
año 2020, de acuerdo al promedio anual de plantación, se habrán agregado otras
400 mil hectáreas, totalizando aproximadamente 1.300 mil hectáreas, descontando
la tala realizada durante el período. De este total, el 90% será eucaliptos y el 10%
restante de pinos. En Uruguay los pinos tienden a ser usados más para madera
aserrada, mientras que, en los eucaliptos, el 70% de la madera es para celulosa y el
30% restante de árboles, de mejor calidad, se usa para aserrado.

En cuanto a los aspectos comerciales del negocio forestal, no se trata de una


inversión de bajo costo. En primer lugar, las tierras no son baratas, ya que pueden
alcanzar precios de entre US$700 a US$1.000/hectárea y los costos de plantación
son entre US$350 y US$500/hectárea. La ventaja es que, después de un año, el
empresario puede recuperar un subsidio equivalente a la mitad de ese costo38. En

36 En Chile y Brasil la mayor parte de la actividad es llevada a cabo por compañías de origen nacional.
37 http://www19.iadb.org/intal /icom/notas/39-28/)
38 http://www.guayubira.org.uy/plantaciones/CP/pradera1.html

52
los eucaliptos para pulpa de celulosa se definen turnos de explotación de 8 a 10
años, con incrementos medios anuales de 20 a 25m3/año de madera por hectárea.
Esto suma unos 200m3 de madera por hectárea en la cosecha. El precio de
eucalipto para pulpa de celulosa varía entre US$20 y US$30 el metro cúbico, a
puerta de finca. Por tanto, el beneficio bruto por hectárea sería de US$500, lo que
equivale a la venta de unos 20m3 de madera. Para madera aserrada de eucalipto el
precio del metro cúbico puede ser el doble y hasta el triple de ese monto, pero
implica mayores costos de mantenimiento de la plantación. Hay variaciones por
especie y calidad. La madera rolliza de pino de buena calidad alcanzó en puerto, en
2017, un precio de US$100 el m3; mientras el precio en la finca puede ser la mitad
de ese monto. Otra información dice que el precio pagado por rollizos de pino fue de
US$25/m3 en el aserradero39. En general, el precio de la madera fluctúa mucho en
relación con el precio internacional de la celulosa, el cual se ha movido en esta
década entre US$500 y US$900 por tonelada. En fines de 2017 llegó a 955 dólares,
un 46% de aumento desde 2016.

La producción de madera del bosque en Uruguay subió un 250% entre el año 2000 y
2013. “La producción de madera se incrementó 2,5 veces entre 2000 y 2013. La
cosecha de 2013 fue mayoritariamente destinada a madera en rollo y de esa
producción, 79% se destinó a pulpa, 18% a madera aserrada y tableros, y 2% a
otros usos industriales (Dirección General Forestal, 2015b)40

La misma fuente anterior, el informe “La Dinámica del Sector Forestal en Uruguay”41,
publicado por el BID (2015), consultora Virginia Morales Olmos, dice que “La
contribución del sector forestal al Producto Interno Bruto (PIB) del país se duplicó
entre 2006 y 2014: pasando de 1,9% a 3,7%, explicado por el crecimiento de la
actividad industrial, especialmente madera, papel y celulosa. Las exportaciones
forestales, incluyendo la celulosa desde zonas francas, madera y papel,

39http://www.uruguayforestal.com/informes/informe%20forestal%20%20comercial%20primer%20
semestre%20uruguay.pdf
40 http://www19.iadb.org/intal/icom/notas/39-28/)
Revista Integración y Comercio #39: Las Tecnologías Disruptivas en América Latina y el Caribe: El
41

Gran Salto (2015)

53
representaron el 10% de las exportaciones de Uruguay en 2013 (Uruguay XXI,
2014b). Entre 2005 y 2008 se estima que la IED en el sector forestal representó 12%
del total (Uruguay XXI, 2014a). Las dos inversiones extranjeras más importantes de
la historia del país se han hecho en el sector industrial forestal (Morales Olmos,
2014, p. 27). La inversión en la planta de UPM (ex Botnia) fue de alrededor de US$
1.200 millones y la de Montes del Plata de aproximadamente US$1.900 millones
(Uruguay XXI, 2012). En 2013 el sector empleaba a 16.579 trabajadores solo de
manera directa (Uruguay XXI, 2014b). Debe mencionarse que el sector emplea
además a un gran número de personas de manera indirecta.”

En el tema de las políticas de incentivos, Uruguay sigue el modelo empleado en


Brasil y Chile, estableciendo subsidios a la plantación, que en este país son del 50%
del costo. Sin embargo, recoge la experiencia de estos dos países en materia de
preservación y mejoramiento de los bosques nativos, incorporando incentivos
también para esto sector, para que las empresas de cultivo forestal tengan
programas ambientales: “La sostenibilidad del sector forestal en Uruguay, entendida
como la capacidad de producir madera de forma de no agotar los recursos naturales,
ser ambientalmente amigable, legalmente responsable y económicamente viable, se
apoya en varios factores. Entre los institucionales, la regulación y la consistencia en
la aplicación de la misma han sido factores determinantes para la atracción de
inversiones” (Uruguay XXI, 2014b).

La regulación tiene su elemento central en la Ley Forestal 15.939 (Parlamento del


Uruguay, 1998), cuyos objetivos fueron aumentar el área forestal plantada y proteger
las especies nativas. Incluía inicialmente subsidios a los costos de plantación, así
como exoneraciones impositivas. Mediante decretos sucesivos, la Ley fue
reglamentada y tuvo algunos cambios”42 Esta ley mejoró otra previa de 1988, que no
dio resultados, porque los incentivos no atraían inversiones. Actualmente el sector
forestal uruguayo está apoyado en inversionistas nacionales y extranjeros, tanto en
la industria como en plantaciones. El informe (Uruguay XXI, 2014b) destaca que “Las

42 http://www19.iadb.org/intal/icom/notas/39-28/).

54
inversiones extranjeras se han caracterizado por ser verticalmente integradas, con
sus propias plantaciones y las plantas industriales. En relación con la fase industrial,
el país cuenta con dos plantas de celulosa muy modernas. La planta de UPM, de
capitales finlandeses (con una rama forestal, Forestal Oriental S.A., con participación
de capitales uruguayos), produce celulosa fibra corta y tiene una capacidad de
producción de 1,3 millones de toneladas de pulpa blanqueada (UPM, 2015). La
planta de Montes del Plata, un joint venture formado por Forestal Arauco (Chile) y
Stora Enso (Suecia), tiene una capacidad de producción de 1,3 millones de
toneladas de pulpa blanqueada (Montes del Plata, 2015). En cuanto al sector de
plantación de los bosques, en Uruguay han sido principalmente fondos de pensión
estadounidenses y chilenos (Timberland Investment Management Organizations),
que se dedican a establecer convenios con firmas locales para plantar y vender
madera o exportarla en forma de rollos. A través de Ley de Promoción y Protección
de Inversiones y la Ley de Zonas Francas, la regulación ha sido también un factor
importante para la atracción de inversiones en la industria”.

En Uruguay existen más de 1.750 empresas vinculadas al complejo forestal, según


datos del BPS. De éstas, el 93% son micro y pequeños emprendimientos con menos
de 20 empleados. Dentro de las empresas exportadoras, las productoras de pasta
de celulosa UPM y Montes del Plata son las principales; entre ambas representan el
81% del valor exportado por el sector en 2016. Adicionalmente, la misma fuente
asegura que “La empresa UPM anunció este año (2015) su intención de construir
una tercera planta de celulosa en el país, cuya capacidad de producción sería similar
al total de las dos plantas ya instaladas. De esta forma, Uruguay se convertiría en el
segundo exportador mundial de celulosa de fibra corta, solo superado por Brasil. La
producción de esta nueva planta permitiría a la celulosa convertirse en el principal
producto de exportación del país”43. En este caso, las exportaciones de productos
forestales pasarán del 18% actual a más del 25% del total de las exportaciones.

43https://www.uruguayxxi.gub.uy/uploads/informacion/Sector%20Forestal%20-%20Setiembre%
202017-5.pdf

55
La generación de energía de biomasa se está volviendo un sub-sector importante en
la industria forestal. “Dentro de las actividades relacionadas a la fase industrial se
encuentra la generación de energía a través de subproductos forestales (biomasa
forestal y subproductos de la transformación mecánica y química), que ha cobrado
relevancia y posee una importante perspectiva debido al aumento de la oferta de
materia prima y a políticas de Estado en la materia.

En 2016 aproximadamente el 10% de la energía eléctrica generada para satisfacer


la demanda del país, tuvo como origen residuos de biomasa forestal. Cabe
mencionar, además, que, gracias a la actividad de Montes del Plata y las inversiones
concretadas en parques eólicos, la potencia instalada de fuentes renovables no
tradicionales (excluyendo hidráulica) pasó de tener una participación de 10% sobre
el total en 2013, a 32% en 2015.”44 En 2018 la biomasa forestal, especialmente la
derivada de los residuos de las plantas de celulosa, fue capaz de generar el 41% de
la electricidad en el país, desplazando a la energía derivada del petróleo al 40%. El
resto de la producción de electricidad corresponde a otras energías renovables,
como eólica (5%), hidráulica (13%) y solar fotovoltaica (1%). Las fuentes de energías
renovables suman el 59% del total de la electricidad producida45.

Así como en los otros países analizados, también en Uruguay el tema de la


investigación y recursos humanos calificados en la industria de la madera es
importante: “Una de las principales preocupaciones del sector recae en la escasez
de recursos humanos calificados dado el alto nivel tecnológico que exigen. Este es
un factor clave en tanto mejora la productividad promoviendo la competitividad. La
formación universitaria y técnica busca adaptarse a esta dinámica, formando
ingenieros químicos en la producción de celulosa, y a arquitectos en la construcción
en madera. La Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) también trabaja en
carreras vinculadas a la forestación y la madera. Existe asimismo en Rivera –uno de

44https://www.uruguayxxi.gub.uy/uploads/informacion/Sector%20Forestal%20-%20Setiembre%
202017-5.pdf
45https://www.elobservador.com.uy/nota/biomasa-relega-a-petroleo-como-principal-fuente-en-matriz-
local-20181318300

56
los departamentos con mayor actividad forestal- la carrera de Tecnólogo en Madera,
cuyo perfil de egresado busca poder desarrollar tareas vinculadas a tecnologías,
cosecha forestal y la ingeniería industrial maderera”46

En síntesis “El sector forestal uruguayo se ha desarrollado desde la década de los


noventa y especialmente en la última década, impulsado por varios factores. El rol
de la regulación ha sido clave en este desarrollo, junto a condiciones productivas
favorables. El incremento de la masa boscosa fue la primera consecuencia de la
política forestal, así como la atracción de capitales extranjeros junto con los
nacionales. El sector ha incorporado innovaciones tecnológicas tanto en su fase
primaria como en la fase industrial. En la fase primaria, se ha cambiado el paquete
tecnológico de plantaciones, el cual se aplica para todas las especies, siendo más
eficiente y adaptado a los suelos del país. En cuanto a la industria, se ha innovado
en materia de producción de pulpa de celulosa con tecnología de punta a nivel
mundial, la cual apunta a disminuir el impacto sobre el ambiente, y también en
términos de aserraderos nacionales, con productos innovadores. Esta tendencia de
creciente adopción tecnológica es necesaria para ser competitivos a nivel mundial ya
que Uruguay es un país con un mercado interno pequeño y depende de la demanda
externa para colocar los productos finales. Los desafíos actuales que enfrenta el
sector forestal se concentran en la fase de industrialización, y son principalmente la
infraestructura y factores macroeconómicos (tipo de cambio, salarios) que afectan a
la competitividad.”47

Como conclusión de puede decir que el éxito de las políticas de apoyo al desarrollo
del cultivo forestal se basa en las ventajas comparativas que ofrecen el territorio y el
clima en Uruguay, que permite un rápido desarrollo de las plantaciones; también se
explica por la implementación de políticas internas del país que estimularon el
sector, como la ya mencionada Ley Forestal 15.939 de 1998, así como
exoneraciones tributarias y acceso a líneas especiales de crédito, entre otras

https://www. uruguayxxi.gub.uy/uploads/informacion/Sector%20Forestal%20-
46

%20Setiembre%202017-5.pdf).
47 http://www19.iadb.org/intal/icom/notas/39-28/).

57
medidas de incentivos. No obstante, hay factores externos a considerar, tal como el
aumento de la demanda de madera y papel en el mercado internacional, las políticas
globales de preservación de los bosques tropicales, que disminuyeron la oferta de
madera de los bosques originarios, así como la crisis energética que ha venido
aumentando desde la década de 1970, hicieron previsible un aumento de la
demanda de madera para diversos fines. Esta hipótesis resultó correcta y los países
que apostaron a ella, han sido favorecidos.

6 LA ECONOMIA DEL CULTIVO FORESTAL


Como ya se dijo en las primeras secciones de este documento, la producción de
alimentos, sea de cultivos o de árboles frutales, no es la única actividad que puede
ser considerada como parte de la agricultura. Hay diversas otras actividades que se
llevan a cabo en las fincas, por ejemplo, la producción de peces (acuicultura),
producción de fibras naturales (lino, algodón, etc.), servicios varios (turismo rural),
producción de madera para casas y envases, celulosa para papel, plumas para
rellenos, además de tabaco y muchos otros rubros y servicios.

En cuanto a la actividad forestal, tradicionalmente era una actividad extractiva de los


bosques originales o nativos. Sin embargo, la extracción llegó a sus límites ya hace
varias décadas, de forma que, actualmente, la tendencia es que la mayor parte de la
madera que se utiliza para la construcción de casas, para papel y envases, cartón y
madera para embalajes, así como otros productos, proviene de bosques cultivados,
también llamadas plantaciones forestales. Adicionalmente, en las últimas décadas
ha habido un cambio de nombre en la actividad, que refleja la nueva naturaleza del
proceso, imponiéndose la denominación “cultivo forestal”, para enfatizar el carácter
agrícola de la actividad. Esta nueva denominación se debe a que, al igual a
cualquier rubro agrícola, el terreno se prepara con arados para mejorar el
prendimiento, los árboles se plantan, las nuevas plantas se fertilizan y se protegen
de plagas y enfermedades, se realizan raleos y resiembras, todo ello con la finalidad
de obtener el tipo de calidad deseada, así como finalmente se cosecha.

La importancia del cultivo forestal ya era evidente a mediados del siglo XX. De
acuerdo con un documento de 1965 publicado por FAO: “Hace aproximadamente 30

58
años, en muchos países en desarrollo se establecieron en gran escala plantaciones
de especies de crecimiento rápido. A fines de 1964, la superficie total ocupada por
dichas plantaciones en los países en desarrollo era de aproximadamente 4,4
millones de has, el 75 % de la cual estaba distribuida por igual entre América Latina
y el Asia del Pacifico. Se prevé que esas plantaciones alcancen y mantengan una
producción de aproximadamente 45 millones de m3/año, lo que equivale a casi la
mitad de la actual producción anual de madera rolliza para fines industriales, que es
de 108 millones de metros cúbicos, proveniente de los bosques” (FAO, 1965). Hacia
el año 2010 la proporción de madera de los cultivos forestales sobrepasaba
ampliamente a la proveniente de los bosques nativos.

6.1 Aspectos económicos del cultivo forestal


Ya se ha visto la importancia de la producción forestal para la economía de los
países analizados (Brasil, Chile y Uruguay), tanto por la utilización de suelos
degradados, como el empleo y aporte del sector al PIB nacional. En el caso de
Uruguay destaca la importancia del sector forestal como sector exportador,
generando actualmente más del 16% de las exportaciones, con perspectivas de
llagar al 25% en un decenio, aproximadamente. Por otra parte, la demanda mundial
de papel y otros productos de la madera está en aumento, y podría aumentar aún
más debido a la tendencia mundial de prohibir o restringir el uso de los plásticos en
los embalajes. “En la actualidad, la demanda mundial por madera es de 3.8 miles de
millones de metros cúbicos al año, donde algo más de la mitad se utiliza para
combustible. Y las necesidades de la población mundial van en aumento. FAO
estima que al año 2030 el consumo de madera crecerá en 60% respecto al 2010, en
tanto que la World Wildlife Foundation -WWF- proyecta que la demanda se triplicará
hacia el 2050. Este incremento significará más presión sobre los bosques primarios
de alta biodiversidad que el mundo quiere conservar. ¿De dónde provendrá ese
volumen de madera adicional?”48 . Existen alrededor de 4 mil millones de hectáreas
de bosques en el mundo, la mayor parte degradados por la tala para madera. Por

48http://www.elmostrador.cl/mercados/2017/05/01/bosques-y-madera-por-que-se-necesitan-
plantaciones-forestales/.

59
otra parte, hay unos 300 millones de hectáreas de plantaciones forestales. La tasa
de cosecha de las plantaciones es del 7% al año, con lo cual producía el 35% de la
demanda industrial de madera en 2010. Este porcentaje debería aumentar al 50%
para el 2020, y así sucesivamente en el futuro, hasta que el 100% de la madera
provenga de bosques de plantaciones o bosques naturales manejados.

Es decir, la tendencia es que la madera se obtenga totalmente a través de


procedimientos de cultivo y manejo de los bosques. Estas cifras también indican que
la proporción de madera por hectárea es mayor en las plantaciones que en los
bosques naturales, ya que, en estos últimos, la tasa de crecimiento es de
2m3/ha/año, mientras en las plantaciones de pino es entre 20 y 40m3/ha/año. Hay
grandes variaciones según especies y sitios. En plantaciones de teca en México se
han encontrado rendimientos entre 134m3/ha/año y 592m3/ha/año49. Un estudio
sobre el pino radiata en Perú50 hace un resumen de los rendimientos de esta
especie en varios países. Los rendimientos en regiones tropicales pueden llegar a
los 40m3/ha/año. Una evaluación hecha en Colombia para la especie de pino radiata
menciona rendimientos de 97m3/ha a la edad de 5 años y de 492m3/ha a la edad de
13 años (una media de desarrollo de 37.8m3/ha/año). En Chile, la Corporación de la
Madera sostiene que hay grandes variaciones por el tipo de sitio. Se calculó el
rendimiento en tres sitios a los 20 años de edad. Sitio I51: 515m3/ha/; Sitio II:
315m3/ha; Sitio III: 185m3/ha. También se recogen rendimientos para plantaciones
de Sitio I en Australia: 652m3/ha, y en Sudáfrica: 496m3/ha.

Algunos estudios realizados en Colombia sobre la rentabilidad de las plantaciones


forestales muestran los siguientes resultados: “Algunas especies de eucalipto
pueden tener (en un escenario óptimo) una productividad media por hectárea de
45m3/ha/año. Si un metro cúbico tiene un precio de US$20, en siete años la venta
los árboles de una hectárea (315m3) podría representar un ingreso de US$6.300,
contra un costo de siembra y sostenimiento de US$2.000, lo que arrojaría una TIR

49 http://www.scielo.org.mx/pdf/remcf/v4n19/v4n19a8.pdf)
50 file:///C:/Users/ELVIS/Documents/ACADEMIA-EDU/Documentos/vol5_NOTA%20TECNICA.pdf
51 Sistema de clasificación se sitios forestales de Keogh (1982)

60
del 16%. En un escenario pesimista -rendimiento de 25m3/ha/año y un período de 10
años- (250m3), la TIR baja a 9.6%. La siembra de pino, que tiene costos similares a
las de eucalipto (US$2.000 hectárea), a pesar de cosecharse entre los 12 y 15 años
y tener menor productividad, tiene mejores precios (US$50m3), lo que permite arrojar
rentabilidades superiores del 13.4%, en regiones como el Eje Cafetero, Cauca y
Antioquía, e inclusive con plantaciones de Pino Caribe en La Altillanura. Haciendo
una aproximación a tasas esperadas por un inversionista internacional a nuestro
país, como lo serían los grandes fondos de inversión, los Timberland Investment
Management Organizations, una rentabilidad del 9.43% en términos reales podría
resultar muy atractiva. Con la aprobación de la Ley Zidre, un estímulo tributario en el
período improductivo, la aprobación de 14 especies de semillas que el ICA acaba de
autorizar para ser importadas desde 8 países, el mapa de aptitud forestal que sacó
la UPRA, los subsidios del Certificado de Incentivo Forestal a través de Finagro y la
transferencia de conocimientos de Fedemaderas, no habrá excusas para que los
ganaderos, empresas forestales y fondos de pensiones, siembren unas 200.000
nuevas hectáreas en los próximos tres años52.

Diversos sectores están empujando para que Colombia inicie procesos de plantación
a gran escala, ya que tiene un potencial de tierras aptas para cultivo forestal de unos
13 millones de hectáreas. En 2010 tenía apenas unas 350 mil hectáreas plantadas,
con potencialidad de llegar a un millón en 2010, pero ello requiere de diversos
ajustes en políticas y mejores contratos de plantación entre la industria y plantadores
privados, con lo cual el costo de la tierra sería un ahorro para las plantas
industriales. En 2015 se inauguró la primera planta de papel tissue en Colombia, que
producirá 28 mil toneladas anuales, perteneciente al Grupo Matte.

Un estudio de la FAO (2000), en el Valle del río Cimitarra, Colombia, sostiene que
“Se pueden obtener entre 70 y más de 180m3/ha. La estimación de este volumen,
comercial, está basada en dimensiones esperadas por árbol y por la cantidad de los

52 https://www.elespectador.com/opinion/opinion/el-negocio-forestal-columna-594858)

61
árboles al final del turno.”53 Normalmente, la menor producción se refiere a bosques
con menor densidad y de maderas finas, mientras los de mayor producción son de
árboles de rápido crecimiento, como eucalipto y pino.

En República Dominicana, un estudio de la OEA54 (1977), sobre rendimientos en


plantaciones de pinos, concluye que los rendimientos son diferenciales según las
actividades: a) Entresacar (ralear) representa un 32% (70m3/ha). Esta actividad se
realiza varias veces a partir del 6° año de hecha la siembra, con destino
normalmente a celulosa y maderas de corte pequeñas; b) Cosecha final (220m3/ha)
se realiza a partir del año 16°, del cual el 80% (176m3/ha) se usa para aserradero y
20% (44m3/ha) se vende como madera rolliza para postes o metro-ruma para
celulosa. Esto resulta en una producción en torno a los 300m3/ha; c) Se estimó un
15% como desperdicio constituido por ramas y capas de corolas. Una chipiadora
portátil podría triturar estos residuos para celulosa. En este caso, una hectárea, con
un precio de US$50 por metro cúbico, podría rendir ingresos brutos de US$15.000
por hectárea.

Uruguay, con sus dos plantas de celulosa, desde 2014 está produciendo 2.500
millones de toneladas de celulosa, lo que les reportó ese año ingresos por US$1.875
millones de dólares. Las plantas de celulosa de Uruguay son muy grandes, muy
superiores al promedio de las chilenas, que producen en promedio unas 350 mil
toneladas de celulosa al año (4.500.000 en total considerando las 12 plantas
existentes). La planta más nueva de Uruguay, Montes del Plata, tuvo una inversión
de US$2.350 millones en total, producirá 1.3 millones de toneladas de celulosa al
año. La empresa tiene otros US$1.150 millones invertidos en el área forestal.

Un caso a considerar es la evolución de las plantaciones en Nueva Zelanda, país


que ha sido uno de los modelos para el desarrollo forestal en América Latina.
Inicialmente la mayoría de los bosques eran propiedad del Estado. Sin embargo,

53 http://www.fao.org/docrep/ARTICLE/WFC/XII/0167-A2.HTM
54 https://www.oas.org/dsd/publications/Unit/oea17s/ch28.htm

62
hubo un proceso de privatización (FAO, 1999)55: “El decenio de 1987 a 1996 fue un
período de cambio para el sector forestal en Nueva Zelandia. En 1987 se
desmanteló el New Zealand Forestry Service y las operaciones de silvicultura
comercial del Gobierno fueron asumidas por una nueva empresa estatal, la New
Zealand Forestry Corporation. Sin embargo, las semillas del cambio se habían
sembrado mucho antes. En efecto, los cambios ocurridos podrían considerarse
como evolución lógica de la ordenación forestal en el país: al crecer la industria
desde una «infancia» necesitada de cuidados hasta convertirse en una fuerza
competitiva madura, menguó la necesidad de intervención estatal. La última fase de
esta evolución ha sido la privatización de los bosques. Entre 1990 y 1992 el
Gobierno vendió al sector privado más de 350.000 ha de bosques. Otras 188.000 ha
de bosques públicos se vendieron en 1996”.56

El procedimiento de venta fue por remate público con inscripción previa de oferentes.
En 1990 había 82 oferentes, pero al final solo dos empresas cumplieron con las
exigencias, una nacional y una extranjera. Con el restante se crearon tres empresas
del gobierno. En 1996 se completó la venta de estas tres empresas. Un tema
importante fue defender los derechos de los indígenas maoríes, que reclamaban
derechos de propiedad en tierras forestadas. Al final se acordó vender los bosques
más no el terreno y las compañías debían en el futuro pagar un arriendo por las
tierras. Según el análisis de FAO (1999), “La privatización fue un cambio lógico en la
forma en que Nueva Zelandia administraba sus recursos forestales, congruente con
la maduración de la industria. Los cambios en la percepción política y en el contexto
comercial han condicionado los resultados:

• El derecho de la población indígena de Nueva Zelandia a reivindicar la tierra


que en justicia le pertenece se reconoce en la legislación. No obstante, el
proceso de realización de estos derechos ha tenido un desarrollo lento.

55Revista Unasylva. N.199: Descentralización y Transferencia de Competencias en el Sector


Forestal. Vol. 50. Roma, año 1999. Capítulo escrito por M. Clarke: La privatización de los bosques
en Nueva Zelandia: procesos, problemas y resultados.
56 http://www.fao.org/docrep/x3030s/x3030s0a.htm

63
• La rentabilidad y la competitividad de las actividades forestales han recibido
un impulso positivo. Este efecto puede atribuirse en parte a la transferencia de
la propiedad.
• Sigue siendo dudoso que la transferencia de la propiedad se haya traducido
en mayores o menores niveles de empleo. No obstante, dada la baja
densidad de mano de obra en el sector forestal neozelandés, esta cuestión es
más especulativa que real.
• Los principios del mercado más bien que las decisiones de las autoridades
han hecho que las inversiones en forestación alcancen nuevos niveles
históricos.
• Se ha facilitado la elaboración en el interior del país. Sin embargo, el nivel de
inversiones está lejos del potencial en función de los suministros de material.
La correspondencia al potencial del mercado es asunto discutible.”
Las exportaciones son una parte substantiva de la economía forestal, que aportan
un porcentaje importante de divisas. Normalmente, los países que desarrollaron el
sector de plantaciones forestales a gran escala, con una orientación de negocios, y
basados en el impulso a la industria privada, lograron incorporarse exitosamente al
mercado mundial de productos derivados de los bosques. El mercado de la madera,
aun cuando en algunas regiones todavía tiene gran peso la extracción de los
bosques primarios, por lo menos en países de gran impacto en el mercado mundial
de la madera, como Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, así como América del
Sur, sus exportaciones están fuertemente basadas sobre los cultivos forestales.

En el año 2017 las exportaciones de Brasil de todos los tipos de productos derivados
de la madera superaron los 8 mil millones de dólares, el 4% del total. En
comparación, Brasil superó a Chile, que en 2017 exportó apenas un total 5.3 mil
millones de dólares en productos derivados de la industria forestal, el 7% del total.
En el caso del Uruguay, en 2016 las exportaciones se ubicaron en los 1.535 millones
de dólares, lo que representó el 18% del total de bienes exportados por el país. En
cuanto a exportaciones per cápita anuales, Brasil exportó 36 dólares por habitante,
Chile 294 dólares, y Uruguay 429 dólares. Fuera de América, Nueva Zelanda
exporta unos 500 dólares per cápita, Australia unos 40 y Sudáfrica unos 35 dólares
per cápita, en productos forestales.

64
6.2 Plantaciones y desarrollo sostenible
En general las plantaciones han tenido una muy mala imagen, tanto entre el público
en general, como, especialmente, el sector ambientalista. Desde el inicio de este
documento se ha venido insistiendo en la conveniencia de las plantaciones para la
conservación del bosque primario y para el logro de un desarrollo sostenible en el
largo plazo. De acuerdo con WWF (World Wildlife Found), la más prestigiosa
institución relacionada con la defensa el medio ambiente, las plantaciones forestales
han presentado diversos inconvenientes, como conflictos con comunidades,
bosques naturales talados para instalar plantaciones, problemas con el agua,
incremento de incendios forestales, entre otros hechos. Sin embargo, según WWF,
“hay algunos aspectos positivos. In ciertas situaciones las plantaciones ayudan a
enriquecer la biodiversidad cuando ellas son establecidas en tierras agrícolas
erosionadas y abandonadas. Las plantaciones cuyo diseño usa el modelo de
corredores de biodiversidad también mejora los niveles de diversidad en y alrededor
de las plantaciones y preservan los hábitats para animales y aves. Es claro, por lo
tanto, que no todas las plantaciones son malas. Y no todas son buenas. Actualmente
la única garantía que las mejores técnicas y diseños de plantaciones han sido
usadas, y que la gente local ha sido considerada en el diseño, es comprar productos
forestales con el sello FSC de plantaciones sostenibles57. Es también claro que los
junto con los avances científicos también habrá avances en el diseño y manejo de
las plantaciones. Y mejores beneficios tendrán las comunidades locales. Estos
esfuerzos de mejoramiento se verán reflejados en la certificación FSC.”58

En Colombia, según un importante periódico: “Las cifras que reflejan la presión sobre
los bosques de Colombia son ya conocidas: 178.000 hectáreas de bosque natural
fueron arrasadas en 2016. Las causas van desde el acaparamiento de tierras hasta
los cultivos de uso ilícito, la ganadería extensiva y la minería ilegal. La cifra encierra

57El Consejo de Administración Forestal (en inglés: Forest Stewardship Council). La certificación FSC
es también utilizada para demostrar un manejo sostenible de los bosques. Es otorgada por un
consorcio de ONG ambientalistas. Cualquier empresa maderera u otra organización puede
certificarse con el sello FSC y utilizar el logo oficial, luego de haber sido evaluada por empresas
especializadas autorizadas para otorgar el sello.
58 https://www.google.co.ve/search?q=sello+SFC+forestal&oq=sello+SFC+forestal&aqs=chrome.

65
una certeza, y es que la mayoría de la madera que se usa en Colombia tiene un
origen ilegal.”59. Asimismo, según la Cámara de la Industria del Papel “Puede sonar
paradójico, pero cultivar bosques de pino y eucalipto alrededor de los bosques
naturales que aún están en pie ayudaría a protegerlos de la tala ilegal, teniendo en
cuenta que según el Ministerio de Ambiente el 43% de la madera que se usa en
Colombia tiene un origen ilegal, se considera que, al cultivar un bosque, se protege
el bosque natural, lo cual tiene un reconocimiento internacional: el sello FSC,
otorgado por el Consejo de Administración Forestal. Esta es una certificación
voluntaria muy exigente que evalúa la viabilidad de la parte social, económica y
ambiental de un proyecto forestal. Además de esto, la plantación de dichos bosques,
trae beneficios para el ambiente, ejemplo de esto es la recuperación de suelos, ya
que un bosque sostenible nunca se plantaría en vez de un bosque natural, sólo se
planta en suelos que otros ya hayan talado, y los bosques naturales dentro de los
predios se respetan, así mismo trae beneficios como: la recarga de acuíferos, la
amortiguación de la lluvia para evitar que pegue directamente al suelo y el
enriquecimiento de suelos con materia orgánica.60

El WWF creó en 2007 una ONG especializada en el tema de las plantaciones


forestales sostenibles, la New Generation Plantation (NGP). El 18 de marzo de 2015
se realizó un taller y conversatorios con comunidades locales y discusiones sobre el
rol de las plantaciones en el paisaje durante la conferencia anual de la NGP en
Santiago de Chile. La NGP es una plataforma del WWF que busca compartir
experiencias reales de prácticas sostenibles en plantaciones a nivel internacional e
influenciar otras compañías que sigan estos ejemplos. La reunión, con el lema
“Plantaciones para la Gente”, juntó ejecutivos de la industria forestal y de gobiernos,
con representantes de ONG, así como de comunidades locales e indígenas de más
de 30 países. Según Luis Neves, coordinador de la Plataforma: “La New Generation
Plantation de la WWF es una idea motivacional para orientar a que las plantaciones

59 https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/cortar-bosque-podria-evitar-la-deforestacion
-articulo-791719
60 http://www.andi.com.co/Uploads/B-Mayo%202018.pdf

66
contribuyen a proveer lo suficiente para todos nosotros, mientras al mismo tiempo se
protejan los ecosistemas de los cuales dependemos todos nosotros. En vez de
proveer todas las respuestas, se requiere de nosotros salir de nuestra zona de
confort y ser parte de un gran esfuerzo para formar alianzas, nuevos modelos de
negocios y nuevas maneras de pensar. Esto es lo que estamos haciendo esta
semana en Santiago.” En la NGP se muestran buenas prácticas ambientales y de la
industria. Los participantes buscan liderazgo a los niveles nacional y regional para
lograr plantaciones que sean compatibles con el desarrollo local y el respecto a los
derechos de las comunidades vecinas. Las tres mayores compañías forestales de
Chile participan de la NGP. Según Ricardo Schaffner, Gerente de Relaciones de
Forestal Arauco: “Nosotros creemos que la contribución del NGP puede hacer a la
industria forestal es fundamental, porque genera espacios valiosos para la discusión
entre todos los actores involucrados en el manejo de las plantaciones, miles de
lecciones y de mejores prácticas pueden aparecer, que nos permitan influenciar a
otros para que se unan al compromiso de asegurar la sostenibilidad del sector
forestal en el mundo”61. Expresiones similares fueron emitidas por representantes de
las empresas CMPC y MASISA.

NGP fotos ilustrando que puede haber plantaciones conservando la naturaleza


En el sitio Web de NGP se lee: “NGP aspira una forma ideal de plantación que
contribuya positivamente a la gente y a la naturaleza. Nosotros promovemos

61http://wwf.panda.org/?242051/WWF-proposes-a-new-generation-of-plantations-that-benefit-the-
environment-and-communities

67
plantaciones bien manejadas, bien diseñas, inclusivas y que den ganancias y,
también, aspiramos ser un medio de intercambio de conocimientos y experiencias” 62.

La información que divulga la GNP es bastante clara y técnicamente confiable en


cuanto a que es posible mejorar los diseños de plantaciones, así como de manejo de
los territorios no adecuados para las plantaciones, a los fines de lograr un desarrollo
forestal sostenible. Se terminaría así con el estigma de las plantaciones forestales
como “el desierto verde”, dado que las plantaciones antiguas trataban de utilizar todo
el espacio disponible, sin dejar espacios intermedios, ocupando hasta los bordes de
los ríos, lo cual provocó problemas hídricos graves a las poblaciones cercanas, así
como otros problemas, entre ellos. Las empresas forestales fueron las principales
afectadas por los incendios forestales que azotaron a la zona centro sur de Chile a
comienzos del 2017. Forestal Arauco fue una de las más perjudicadas del sector,
con 80 mil hectáreas de plantación quemadas, con un valor de alrededor de US$240
millones63. Actualmente la firma tiene un plantel de 3.000 funcionarios y varias
decenas de aviones y helicópteros, sólo para controlar los incendios, que han
aumentado, entre otros factores, por el calentamiento global. Si hubieran plantado
menos, dejando claros sin plantar, así como espacios más amplios a lo largo de los
ríos, quizás los incendios hubieran sido menos perjudiciales.

En cuanto al porcentaje de plantaciones certificadas por empresas asociadas a


NGP. Los porcentajes siguientes no son de todo el país, sino de las empresas que
participan de NGP, que en Chile es el 40%; en Uruguay cubre más del 60% de la
superficie total del país. En las empresas asociadas a NGP, en Argentina el 68%
están certificadas, en Brasil 80%, en Chile 97%, y en Uruguay 97% (Neves at al.
2018:8). Por tanto, en los países que comenzaron las plantaciones en épocas
anteriores a que surgiera la preocupación por el ambiente, y por ello tienen bajos
niveles de certificación global, como Chile, todavía hay mucho por hacer. En las
plantaciones nuevas las empresas que participan del NGP tratan de ajustar sus

62 https://newgenerationplantations.org/
63 http://www.lignum.cl/2018/01/05/arauco-numero-incendios-cayo-40-primer-mes-temporada/

68
plantaciones a los estándares aceptados. En Venezuela, las nuevas plantaciones
debieran tener los diseños ambientalmente sostenibles sugeridos por el GNP.

Hay nuevas especies de árboles de rápido crecimiento, que ofrecen nuevas


opciones para trabajar sobre nuevos diseños de plantación sostenibles, en línea con
los principios de GNP. Uno de los más notables estos árboles, también llamado
“árbol milagroso”, o el “árbol que puede salvar al mundo”, es la Paulownia spp.
Nombres comunes: paulonia imperial64, árbol dedalero, árbol de la emperatriz y kire.
Tiene su origen en China, en la zona de montaña baja, pedregosa y pobre del oeste
y centro de China. Este es un árbol ideal tanto para establecer plantaciones aisladas
o también para plantarlo asociado a las plantaciones de pinos o eucaliptos, tanto en
la forma de corta-fuegos o para establecer sistemas forestales diversificados, en
pasillos. Esta puede ser una opción para nuevos diseños de plantaciones en el
marco de la estrategia de NGP. La paulownia es un árbol que alcanza los 20 m de
altura y tiene una copa amplia. Crece tres veces más rápido que el pino. Produce
una madera de muy buena calidad.

Hay varias especies. (i) La P. fortunei es una especie muy apta para climas
calientes, con un tronco muy recto y una corona estrecha. (ii) la P. tormentosa crece
más despacio y menos alto. Puede ser cultivada para biomasa65. El árbol de P.
tormentosa tiene la capacidad de desarrollarse en suelos pobres o erosionados,
siempre y cuando se le apoye con abono orgánico y con un sistema de riego. (iii) La
P. Shan Tong, que es un híbrido de las P. tomentosa y fortunei, que crece de
manera muy rápida y recta. Combina la resistencia al frío de la P. tomentosa con la
rapidez de crecimiento, la corona estrecha y la calidad de la manera de la P. fortunei.
(iv) La P. catalpifolia es una especie de crecimiento lento. Esta cualidad hace de su
madera sea la más cara de entre las paulownias y es utilizada casi exclusivamente
para contrachapados. Por su rápido crecimiento se ofrece para plantaciones de
madera valiosa y de biocombustible. (v) La P. elongata crece rápido y mantiene un
tronco muy recto, con una corona de tamaño medio. Es adecuada para zonas

64 El genérico dedicado a la memoria de Anna Paulowna (1795 – 1865), hija del Zar Pablo I de Rusia.
65 https://www.cathaia.com/es/paulownia/plantas-para-plantacion/especies/10-especies-de-paulownia

69
cálidas como Italia, Croacia, España. Sin embargo, la creciente popularidad de la P.
Shan Tong ha hecho disminuir la plantación de nuevos cultivos de P. elongata.

Se considera que la Paulownia sp. no es un árbol propio de zonas áridas, pero


desde el punto de vista económico, esta especie desarrolla un óptimo uso de los
recursos disponibles y su capacidad de crecimiento es la más elevada del reino
vegetal. Los suelos perfectos para establecer plantaciones de Paulownia son
aquellos de textura arenosa. No obstante, el árbol es capaz de crecer en otro tipo de
suelo, pero para ello, es necesario efectuar adecuaciones de éstos. Inicialmente, se
debe eliminar toda la maleza existente y evitar subsuelos muy duros o rocosos,
efectuando un subsolado o rotura a lo largo de cada línea de árboles a plantar. En
caso de suelos poco apropiados, con una textura superior a 20% de arcilla, se debe
añadir una gran cantidad de materia orgánica y mejora el subsuelo en base a
compost, arena, grava fina o polvo de piedras. Es necesario realizar podas, que
pueden variar respecto del terreno y el viento, porque es un árbol débil a vientos
fuertes. Cuando más agresiva es la poda más lento crece el árbol, pero la madera es
más dura y tiene mejor precio.

Con este árbol no se necesita esperar 15 años para recibir ingresos como se hace
con otras siembras de maderables, pues a partir del tercer año su madera se puede
utilizar. Tiene la característica de poseer hojas muy grandes -hasta 60 cm- en las
ramas nuevas, lo que es explotado por los jardineros: con poda se asegura un
vigoroso crecimiento de nuevas ramas. Son muy populares en el moderno estilo de
jardinería que usa profusas foliadas y plantas "arquitectónicas". La paulownia
sobrevive al fuego debido a la capacidad de regenerar raíces. Tolera la polución y no
exige suelos fértiles. En Chile se ha plantado en pleno desierto en la costa norte con
buenos resultados. Esto indica que se puede sembrar prácticamente en cualquier
condición ecológica y por esta razón funciona ecológicamente como una planta
pionera. Sus hojas ricas en nitrógeno proveen buen abono y sus raíces previenen la
erosión del suelo. Por tal motivo también es un buen árbol para la agroforestería. En
Colombia tiene la posibilidad de acceso al Certificado de Incentivo Forestal (CIF). La
paulownia ofrece alta rentabilidad, mínimos costos ambientales, mejoramiento del

70
suelo, posibilidad de ingreso por venta de títulos de captura de carbono. Desde un
aspecto económico, esta especie hace uso adecuado de los recursos disponibles y
de su capacidad de crecimiento, pues su generación de biomasa es una de las más
elevadas en el reino vegetal, dándole una entrada importante en el mercado de los
bonos de carbono.

Este árbol deliberadamente plantado como ornamental en algunos países de clima


templado, se ha convertido en una especie invasora de árbol, notablemente Japón y
el oriente de Estados Unidos, así como en algunos países de Europa. Para evitar
este problema, en España se creó el “clon 112”, un híbrido de P. elongata y P.
fortunei, que no es invasivo porque las semillas no se reproducen por sí mismas.

6.3 Energía a partir de la biomasa


En los últimos años la producción forestal está encontrando un nuevo ámbito de
negocios, la producción de energía eléctrica. “Se trata de grandes plantaciones de
árboles destinadas a producir madera para generar energía, por ejemplo, eucaliptos
para proveer carbón a la industria del arrabio, o árboles para fabricar chips o pellets
que serán usados para calefacción o para la producción de electricidad. La creciente
tendencia de la Unión Europea a usar biomasa de madera incentiva la expansión de
las plantaciones de árboles, no sólo en los países del Norte sino, cada vez más, en
los del Sur”66.

Las plantaciones para producir biomasa para energía eléctrica son hasta tres veces
más compactas que las plantadas para producir celulosa. En una región del
nordeste de Brasil, Paraíba, la empresa Forestal Suzano está plantando hasta 8.000
árboles por hectárea. Las nuevas tecnologías usan máquinas que pueden podar y
cosechar simultáneamente hasta seis árboles y triturarlos in situ para chips. Los
chips de biomasa tienen enorme demanda en los países desarrollados para
alimentar a las plantas de generación eléctrica (Gonçalves et al. 2011)67.

66 https://wrm.org.uy/es/listado-por-temas/plantaciones-de-arboles/plantaciones-para-energia/
67 https://wrm.org.uy/wp-content/uploads/2013/11/eucalyptus-plantations-for-energy.pdf

71
De acuerdo con CORMA (Corporación Chilena de la Madera) “La industria forestal
chilena está estrechamente relacionada con las energías renovables no
convencionales, a través de la utilización de biomasa forestal para la generación de
energía. Esta biomasa se obtiene aprovechando las ramas de árboles remanentes
tras la cosecha de la madera, los árboles de baja calidad, que se cortan durante las
operaciones de raleo, los desechos madereros procedentes de zonas urbanas y los
residuos madereros de los aserraderos. Dado que esta biomasa proviene de
bosques manejados sustentablemente, el carbono liberado durante su combustión
es el mismo que fue capturado por los árboles durante su crecimiento, constituyendo
así un combustible carbono-neutral. Este subproducto forestal representa en la
actualidad un 2% de la matriz energética de Chile y cerca del 12% de las Energías
Renovables No Convencionales -ERNC-. CORMA estima que la capacidad instalada
para generación eléctrica a partir de biomasa forestal llega en el país a
aproximadamente 975 MW.”68

Por otra parte, una funcionaria de la Sub-Secretaría de Energía de Chile69, en un


seminario realizado en la región del Bio Bío, resumió las políticas del Estado al
respecto destacando la contribución de la biomasa en la matriz energética regional:
“La región tiene el protagonismo del desarrollo energético a partir de la biomasa en
Chile. El 5% de la matriz de generación eléctrica corresponde a proyectos de
biomasa, en diversas comunas y de diferentes tamaños”. Explicó que hay pequeñas
plantas, desde tres megawatts a los grandes complejos forestales que hace años
empezaron a incorporar la generación a partir de biomasa para su autoconsumo y
luego también a vender al Sistema Interconectado Central. La matriz energética de
la región es de una capacidad de 4.612,7 megawatts. Agregó que: “En el futuro
tenemos proyectos por tres megawatts con sus resoluciones de calificación
ambiental aprobada (…). Acá, además de existir el recurso y los inversionistas está
la capacidad técnica de las universidades que han ido buscando la forma de que

68 Carolina Venegas http://www.corma.cl/medioambiente/sustentabilidad-ambiental/uso-de-biomasa-y-


sus-derivados
69http://www.corma.cl/corma-al-dia/biobio/cultivos-a-base-de-especies-forestales-contribuyen-a-
generar-energia

72
esto se proyecte y genere mayor valor”. Son 70 los proyectos de generación que
están en el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental, de los cuales 56 de ellos
con Resolución de Calificación Ambiental y, de concretarse, los proyectos de
biomasa aportarían unos 340 megawatts al SIC.

En Uruguay, en el año 2006 casi no se usaba biomasa para la generación de


energía, sino como leña para uso directo de los hogares, pero, a raíz de comenzar el
uso de desechos de la industria forestal, desde el año 2008 ya el uso de biomasa a
nivel industrial ha superado ampliamente su uso como la leña doméstica. Al año
2012 la participación de la biomasa en la generación de energías renovables llegó al
6% del total. Por otra parte, el INIA y varias universidades, están llevando a cabo
proyectos de investigación relativas al uso de la biomasa para producción de
energía, que se presenta como una opción interesante para el uso de los desechos,
pero también, se está comenzando a plantar como en Brasil, bosques muy densos
para biomasa.

7 LA INDUSTRIA FORESTAL EN VENEZUELA


El Estado venezolano de la década de 1960 se unió a la tendencia, encabezada por
Chile y Brasil, de crear una gran industria forestal basada en plantaciones de
especies forestales exóticas. Se esta manera el Estado llegó a ser planta y ser
propietario de unas 600 mil hectáreas de plantaciones de pino Caribe, en la región
de Uverito, sur de los estados Anzoátegui y Monagas.

7.1 Desarrollo de las plantaciones de Uverito


En 1961, la Corporación Venezolana de Guayana y el Ministerio de Agricultura y
Cría, desarrolló un plan de plantaciones de Pinus caribaea var. hondurensis en las
sabanas de Uverito. Sería el paño forestal más grande del mundo plantado por el
hombre. El programa de plantaciones de Uverito se inició con un vivero y fue
financiado por el Estado venezolano, el cual invirtió para realizarlo 275 millones de
dólares durante un período de 30 años, según un representante de la empresa
administradora CVG Proforca. De acuerdo a la misma fuente, las plantaciones tienen
un valor actual de 350 millones de dólares. Las plantaciones de pino Caribe de
Uverito es un símbolo de las políticas de desarrollo forestal llevadas a cabo en

73
Venezuela desde la década de 1960. Proforca, que es la empresa que maneja el
actualmente bosque, fue constituida en 1988 para promover el desarrollo de la
industria forestal y de la madera en el oriente del país. Maneja una superficie
plantada de pino Caribe de más de 300 mil hectáreas, concentradas en un lote
boscoso ubicado al sur de los estados Anzoátegui y Monagas, que sigue siendo hoy
en día el bosque plantado más grande del mundo.

La propuesta original era construir varias fábricas de celulosa, ya que esa superficie
permite una rotación entre 15 y 20 años con una tasa de cosecha anual de unas 25
mil hectáreas de pino. Esto representa un potencial anual de materia prima de
aproximadamente 3.750.000m3 de utilizables para diversos usos. A modo de
comparación, en la década de 1980 en Chile se talaban 20 mil hectáreas de pino,
que proporcionaban materia prima para cinco fábricas de celulosa de tamaño
pequeño mediano y al menos unas 100 instalaciones de procesamiento de madera
aserrada, aglomerada y paneles.

Actualmente (2015), en Venezuela, más de treinta empresas procesan madera de


pino caribe y en total la capacidad de aserrío instalada para aserrar pino caribe es
de unos 300.000m3/año, la de secado de unos 150.000m3/año y la de preservado de
50.000m3/año. Adicionalmente, gran parte de esta capacidad está actualmente
ociosa70. Sin embargo, este cálculo de capacidad industrial instalada representa una
fracción, apenas el 18%, del potencial utilizable anual de madera. Es decir, de las 25
mil hectáreas de cosecha anual originalmente planificadas, apenas se utilizan 4.500
hectáreas, dejándose más de 20 mil hectáreas para que se deterioren por la edad de
los árboles.

La baja tasa de uso de la materia prima de Uverito se debe a que, una vez llegado el
bosque a su madurez y edad para cosecha, a fines de la década de 1970, los
ambientalistas consideraron que sería un crimen ambiental proceder a la cosecha de
la madera, impidiendo así el desarrollo de la infraestructura industrial para la
producción de madera y celulosa originalmente planificada. De este modo, la

70 https://venezuela1811.com/bosque-creado-hombre-mas-grande-del-mundo-esta-venezuela/

74
plantación superó largamente su lapso vida natural, de unos 30 años, envejeció y,
por tanto, perdió vigor y ha sido víctima de plagas y enfermedades. Gran parte del
bosque ya no existe, lo que se puede constatar revisando los mapas de Google
Earth, en donde se aprecian amplias zonas sin árboles. El cuanto al bosque que
todavía perdura, su madera tiene pocas condiciones para ser utilizada para materia
prima.

El deterioro de este bosque es una gran pérdida para el país, ya que, asumiendo la
cosecha de 25 mil hectáreas anuales, con 3.75 millones de metros cúbicos, el sólo
valor de la madera a puerta de la finca sería de US$187.500.000 anuales, lo que
corresponde aproximadamente a lo que Venezuela importaba anualmente, en la
década de 1990, en productos derivados de la madera, principalmente papel. Todo
ello sin contar el valor agregado en la fase industrial, así como el gran número de
empleo, que se puede estimar en unos 20 mil empleos directos. Tal como se puede
apreciar, desde la década de 1970 hasta la actualidad, el enorme potencial del
bosque de Uverito fue desperdiciado por falta de visión sobre su potencial y sin
políticas de desarrollo de largo plazo.

7.2 Potencialidad del cultivo forestal sostenible en Venezuela


El consumo de derivados de la madera, como papel, cartones, madera aserrada,
paneles, son esenciales para el buen funcionamiento de la economía. No sólo papel
para periódicos, sino también bandejas para huevos, envases para una multitud de
productos, papel para las escuelas, libros, avisos, madera para construir casas,
ventanas, techos, muebles, juguetes, artesanías, y miles de otras aplicaciones. Sin
productos de derivados del bosque ninguna economía puede subsistir.

Por otra parte, todos los indicadores a nivel mundial sobre el consumo de derivados
de la madera dicen que el consumo está en aumento a una tasa muy rápida,
especialmente ahora que en muchos países se está restringiendo y prohibiendo los
envases de plástico, y porque está aumentando la clase media, gran consumidora
de productos de papel. En España el año 2015 la producción de papel creció un
2.6% y el consumo un 5.6%. Cifras similares se constatan para el resto de los países
de la Unión Europea, pero se observa una tendencia hacia la disminución general de

75
la producción71. A nivel mundial, en 2009 se consumieron 370 millones de toneladas
de papel y cartón, mientras en 2016 el consumo aumentó a 413 toneladas.72

Venezuela, como cualquier país moderno, necesita de grandes cantidades de


productos derivados de la madera. Su producción, en la década de 1990, llegó a
abastecer el 70% del mercado. Lo restante era importado principalmente de Estados
Unidos, Brasil y Chile, alcanzando cifras en torno a los 200 millones de dólares
anuales. Sin embargo, no siempre fue un importador neto, ya que en algunos
períodos las exportaciones superaron a las importaciones, como en 1997, cuando el
país exportó 139 millones de dólares e importó 129 millones. No obstante, a partir de
esa fecha tanto la producción nacional como las importaciones disminuyeron en
forma sistemática. Esto es un indicador de una contracción de la economía del país.
Las exportaciones prácticamente desaparecieron. En 2005 apenas se logró exportar
un equivalente al 4% del consumo aparente. El consumo, a su vez, disminuyó desde
su máximo nivel en 1989, con 922 toneladas, a sólo 560 toneladas en 2005. Este
año se consumió lo mismo que en 1975, pero la población había aumentado de 10 a
24 millones de personas, lo que indica una reducción del consumo per cápita en
torno al 60%. Aunque no hay datos confiables a posteriori la observación de lo
cotidiano indica continuidad de esa tendencia a la disminución del consumo. En
comparación a otros países, en 2005 Venezuela consumió un promedio de 21
Kg/persona año, mientras en España el consumo de papel fue de 186 kilos,
Alemania 228 kilos, Canadá 244 kilos, entre otros.

En efecto, “Venezuela, luego de presentar el consumo aparente per cápita de papel


más alto de Latinoamérica en los años 1980, en el 2002, 2003 y 2005 presentó los
consumos aparentes per cápita de papel y cartón más bajos de los últimos 40 años.
El decrecimiento interanual promedio en la serie 1979-2005 ha sido de 3,4%
(González, 2007). El Plan Nacional de Desarrollo del Sector Forestal, de julio de
2003, presenta una visión optimista del sector y la industria de derivados de la
madera, afirmando que “A pesar de ello, y del marco desfavorable de la economía

71 http://www.aspapel.es/content/la-producci-n-de-papel-crece-el-26-y-el-consumo-el-56-en-2015
72 https://es.statista.com/estadisticas/600580/consumo-mundial-de-papel-y-carton/

76
venezolana en la última década (1990), esta cadena industrial mantiene un alto
potencial de desarrollo basado en las inversiones realizadas aguas arriba para el
establecimiento de 140.000 hectáreas de nuevas plantaciones forestales (Monagas,
Anzoátegui, Lara, Portuguesa y Cojedes) y aguas abajo en la instalación y
modernización de equipos industriales de pulpa, papel y artes gráficas. A ello se
suma la alta calidad de algunos productos de exportación (papel tissue, cartones e
impresos, tableros de fibras y madera aserrada). Con sólo seis (6) empresas
operando a mediana capacidad la industria exportó más de 100.000 toneladas en
papeles y cartones el año 2000; adicionalmente, cerca de 7.000 toneladas en
impresos el mismo año. Del mismo modo, debe destacarse que las industrias de
esta cadena han mantenido un nivel de empleo del orden de 30.000 trabajadores y
un nivel de producción significativo, pese a la situación de contracción del mercado
nacional y el incremento de las importaciones. La política de fortalecimiento de esta
cadena industrial debe estar dirigida a potenciar el uso de la capacidad instalada e
impulsar su competitividad, consolidando el mercado nacional, a la par que
ampliando los internacionales. (Plan de Desarrollo Forestal, 2003:130)73. No
obstante, esta visión no es cónsona con otros indicadores de desempeño del sector
forestal para el período, que muestran un sector anarquizado, con mal uso de los
recursos de bosques de plantaciones disponibles, así como bajo nivel de tecnología
y poco competitivo a nivel internacional.

En Venezuela el mercado de papel y cartón fue abastecido tradicionalmente por seis


grupos industriales: Kimberly Clark Venezuela, Le Cartiere, Papeles Venezolanos,
Manpa, Smurfit Kappa e Invepapel. Todos ellos satisfacían el 72% de la demanda de
papel y cartón (estadísticas del 2005). Estos grupos prácticamente no competían
entre sí, teniendo cada uno de ellos su propio segmento de mercado (González,
2007). La tendencia observada posteriormente es que disminuyó el consumo de
papel importado, entre ellos el papel periódico, que era 100% importado. A partir del
año 2007 estos grupos industriales sufrieron de las políticas expropiatorias del
Estado, tanto en sus instalaciones industriales, como en sus terrenos de bosques.

73 http://www.eumed.net/oe-ve/b3/PLAN%20NACIONAL%20FORESTAL.pdf

77
Destaca el caso de la expropiación en 2009 de 1.500 hectáreas de las plantaciones
de bosques de eucaliptos en los llanos occidentales, propiedad de la empresa
Smurfit Kappa, que originalmente totalizaban 27.000 hectáreas, con unas 15.000
hectáreas plantadas. Se alegó para la expropiación que el monocultivo de bosques
era perjudicial para la ecología de la región.

Hay una gran discusión al respecto. Según Zerpa (2009), quien publica en el Portal
Web socialista independiente “Aporrea.org”, un artículo en referencia a las
actuaciones del gobierno contra Smurfit Kappa: “En promedio estas plantaciones
tienen el potencial de crecer y por ende de producir unos 25 metros cúbicos de
madera por hectárea al año y esto es un cálculo conservador. Con este potencial de
crecimiento estas plantaciones serían capaces de contribuir con 625.000 de metros
cúbicos de madera al año para suplir la demanda nacional. Si en lugar de obtener
esta madera de las plantaciones decidimos obtenerla del bosque natural, el cual
crece unos 10 metros cúbicos de madera por hectárea al año y esto es una
estimación un tanto optimista, entonces tendríamos que intervenir unas 62.500
hectáreas para suplir la misma demanda. Esto es 2,5 veces el área que está bajo
plantaciones. A esta comparación hay que adicionar un elemento que es
fundamental en la conservación de los recursos naturales y es el hecho que las
plantaciones de eucalipto en los llanos occidentales han demostrado un rendimiento
sostenible en el tiempo a diferencia de las intervenciones del bosque natural las
cuales históricamente han generado invasiones y cambios en el uso de la tierra.
Cuando el presidente Chávez ha querido realzar algún logro de su gobierno siempre
a dicho “los números no mienten” esta es una gran verdad, ya es hora que alguno de
sus asesores se arme de valor y le muestre estos números al presidente. De no
corregir el rumbo hacia un desarrollo integral y reconocer el verdadero valor de las
plantaciones de eucalipto nos veremos frente a dos opciones: o terminamos de
acabar con nuestros bosques naturales para suplir a la industria papelera de fibra
corta, o nos tragamos el orgullo y usamos productos derivados del bosque
elaborados en otros países. Sería realmente vergonzoso que al nivel tecnológico

78
que ha alcanzado el mundo nuestro país se conozca por producir solamente
petróleo, granos y cereales.74.

Adicionalmente, se conoce que las tierras expropiadas no son aptas para la


agricultura, ya que son de limo, muy impermeables y con poca materia orgánica, se
trata de una “Tierra extremadamente dura, muy pobre en materia orgánica y
nutrientes, en la que es muy difícil lograr que un cultivo prospere. Los comuneros
venezolanos, potenciales beneficiarios de la tierra expropiada a Smurfit, tendrán que
invertir mucho dinero en fertilizantes químicos para recuperar esa tierra, lo que
volverá muy poco rentables los cultivos de cualquier cosa, incluidos maíz y fréjoles.75

7.3 Materias primas forestales


Las fuentes de materias primas son variadas. En primer lugar, las plantaciones. La
industria de pulpa y papel en Venezuela se abastece en mayor proporción de fibra
provenientes de plantaciones de rápido crecimiento, pino y eucalipto. En el caso de
la fibra larga, la especie de mayor consumo es Pinus caribaea var. hondurensis. La
mayor extensión de plantaciones de esta especie se encuentra en los llanos
orientales, las cuales son manejadas por una empresa estatal. La fibra corta
proviene de plantaciones de Eucaliptos y Gmelina, en los llanos occidentales, de
propiedad de las firmas Smurfit Kappa y Deforsa (Desarrollo Forestal San Carlos).

Smurfit Kappa se inició en Venezuela en 1935 y actualmente dispone de 35.000


hectáreas de bosques, de las cuales 60% son plantaciones comerciales y 40% son
bosques naturales. Una parte también se utiliza para la investigación y el desarrollo
en silvicultura, gestión de plantaciones y protección forestal. Sin embargo, en cada
país la política de abastecimiento de materia prima es diferente, por ejemplo, en
Francia opera con una base forestal de 900 mil hectáreas en Aquitania, pero son de
propietarios privados, con los cuales la compañía tiene contratos de compra de
madera y de asistencia técnica.

74José Luis Zerpa, El caso de las plantaciones de eucaliptos. Jueves, 2/4/2009.


https://www.aporrea.org/actualidad/a75471.html
75 http://forestalweb.com/smurfit-kappa-group-mentira-de-chavez

79
La compañía Deforsa, por su parte, se inició en el año 1988 con el objetivo principal
de producir materia prima para la elaboración de pulpa para papel. Posee 13.979,24
hectáreas de tierra, distribuidas en dos fincas, una en el Municipio San Carlos
(11.001,90 ha) y otra en el Municipio El Pao (2.779,24 ha), Estado Cojedes. En el
uso de las tierras se destacan las plantaciones de eucalipto, acacia y merey (46%),
infraestructura, cortafuegos, carreteras (7,17%), sistemas silvopastoriles (14%),
pastos naturales (12%) y reservas naturales (20%). Los eucaliptos son manejados
en ciclos de crecimiento de 7 años, con plantaciones nuevas o conducción de
retoños. En este período se realizan los cuidos naturales como control de malezas,
fertilizaciones y control de plagas, alcanzando productividades de 22 hasta 35
metros cúbicos de madera por hectárea, por año. En las plantaciones de eucalipto
son cosechados 86.000 metros cúbicos de madera anualmente (unas 450 hectáreas
de tala), que son destinadas a la producción de pulpa para papel higiénico.76

Para el año 2000 las plantaciones en Venezuela eran: de Pinus caribaea var.
hondurensis de 596.000 ha, de Eucaliptos spp. unas 35.000 ha y de Gmelina
arborea unas 10.000 ha. Esas plantaciones proporcionaron el 46,7% de la madera
rolliza producida en el país (González et al., 2004). La capacidad de producción de
celulosa está por debajo de las necesidades del país. La escasez de fibra virgen
resultante es reemplazada por una mezcla con mayor proporción de fibras
recicladas.

Los recientes acontecimientos de expropiaciones están limitando seriamente


posibles inversiones privadas en el sector forestal. Más aun, la limitación impuesta
por la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario (González et al., 2004) de establecer
plantaciones forestales sólo en suelos de clases VII y VIII imposibilita la viabilidad de
nuevos proyectos forestales; sin embargo, en los actuales momentos esta Ley se
encuentra en revisión y posiblemente se permitan usos forestales en suelos de
mayor calidad. Por tales limitaciones la pulpa para papel es muy cara en Venezuela.
A modo de comparación, el costo de una tonelada de pulpa de coníferas en pie en

76 http://deforsa.com/principales-actividades/

80
Estados Unidos es de aproximadamente de 7,5-8,5 US$/Tn (F2M, 2006), mientras
que en Venezuela la misma materia prima cuesta alrededor de 40 US$/Tn. La gran
diferencia se explica en parte debido a la no devaluación de la moneda (dólar
barato), inamovilidad laboral y el alto costo de los insumos para el manejo del
bosque. Otro factor que incrementa el costo de la madera en pie son los gastos de
vigilancia y control de incendios provocados. Estos costos, imputables a la madera,
pueden consumir en Venezuela cerca del 40% del presupuesto de las empresas
forestales.” (González, 2007). Según González, el país, entre 1998-2003, había
experimentado los valores históricos más bajos de consumo de madera, papel y
otros subproductos de la madera.

8 NUEVAS POLITICAS DE DESARROLLO FORESTAL


Ningún desarrollo forestal puede realizarse sin un adecuado ambiente habilitante, es
decir, un conjunto de regulaciones y seguridades que den certeza a la inversión y las
empresas puedan arriesgarse a realizar inversiones de largo plazo, junto a claras
reglas sobre el desarrollo forestal sostenible. Con respecto al escenario que debe
generarse en los países de Sudamérica para ser una región atractiva para las
inversiones forestales, F. Correa77, un consultor especializado en el desarrollo
forestal, enumeró varios factores que podrían generar condiciones básicas de un
país para concretar proyectos en el sector forestal de plantaciones:

1. Entorno de negocios estable, con reglas claras que protejan a los inversores
con objetivos a largo plazo.
2. Disponibilidad de tierra que no esté comprometida con la agricultura.
3. Modelos de propiedad de la tierra que garanticen un acceso a la tierra seguro
y competitivo, sin limitaciones de compra en cuanto extensión y nacionalidad
del comprador.
4. Condiciones de suelo y clima adecuadas para las especies de rápido
crecimiento, tales como pino y eucalipto.

77https://misionesonline.net/2016/05/30/la-demanda-global-de-productos-de-celulosa-y-papel-seguira-
creciendo-y-el-nea-podria-ser-protagonista-de-este-desarrollo/ Fernando Correa, Consultora Pöyry
Management Consulting Ltd, Finlandia.

81
5. Una legislación medioambiental estricta, que sólo permita el uso de las
mejores técnicas disponibles (MTD) en la producción de celulosa y papel.
6. Rutas de logística competitivas a los mercados nacionales, regionales e
internacionales.

Venezuela, si quisiera unirse al resto de los países de la región o, dicho de otro


modo, retomar a los objetivos que guiaron inicialmente el esfuerzo realizado en
Uverito, debería considerar los elementos expuestos anteriormente. Para el caso de
Venezuela, habría que agregar un marco jurídico que garantice la propiedad de las
plantaciones forestales frente a expropiaciones arbitrarias de parte del Estado. En
las secciones siguientes se sintetizarán y justificarán algunos de los aspectos más
relevantes que requiere un nuevo marco jurídico para el desarrollo forestal.

8.1 Políticas de plantaciones sostenibles


Esta nueva fase de desarrollo de plantaciones forestales en Venezuela debe
considerar los nuevos desarrollos tecnológicos de las plantaciones sostenibles. Para
ello se debería tomar en cuenta la experiencia ganada en otros países e invitar a
actores tan relevantes como WWF/NGP, que podrían brindar recomendaciones
sobre regulaciones forestales que, por un lado, sean capaces de incentivar las
plantaciones forestales para materia prima, aligerando el peso que soporta el
bosque primario y, por otro lado, capacitar al personal local del gobierno y de las
empresas sobre los nuevos diseños de plantaciones sostenibles.

WWF/NGP: fotos de diseños de plantaciones sostenibles.

82
Actualmente hay dos tendencias claras en el negocio forestal: a) las plantaciones
son necesarias si queremos evitar el desastre ambiental que significaría seguir
extrayendo madera del bosque nativo en los próximos 30 años; b) las plantaciones
forestales han avanzado mucho en cuanto a diseños amigables con el medio
ambiente y, también, un mayor grado de entendimiento y compromiso por parte de
las empresas de sus responsabilidades ambientales. Es así que las mayores
empresas de América Latina han logrado que sobre el 80% de sus plantaciones
tengan la certificación NGP de buenas prácticas ambientales.

En síntesis, la nueva política de plantaciones forestales debe tener un claro


componente de desarrollo sustentable, adoptando políticas, prácticas tecnológicas y
experiencias de otros países, pero adaptándolas a las condiciones de Venezuela.
Hay millones de hectáreas de suelos de ladera degradados, que hoy se usan para
pastoreo extensivo de ganado. Un programa de plantaciones sostenibles podría
poner estas tierras en producción forestal, con rendimientos anuales por hectárea
superiores a la ganadería extensiva, recuperando además las vertientes y arroyos,
para proveer de agua a las poblaciones y a la agricultura. También hay miles de
hectáreas de arenales, suelos abandonados por la erosión sin uso agrícola, suelos
semiáridos, todos los cuales pueden ser utilizados para los cultivos forestales. Estos
suelos actualmente producen muy poco, pero podrían fácilmente llegar a generar
20m3/ha/año, lo que, a un precio bruto de US$40 por metro cúbico, representaría un
beneficio de gran importancia para los agricultores y el país.

8.2 Nuevas políticas de desarrollo de plantaciones


Las nuevas políticas de desarrollo forestal deben basarse en el concepto de cultivo
forestal y estar en el campo jurisdiccional del Ministerio de Agricultura. Considerando
la existencia de incentivos con el subsidio a las plantaciones forestales, estas
políticas deberían considerar los siguientes elementos:

1. Propiedad privada de la tierra forestal. La existencia de propiedad privada de


la tierra es un factor esencial para una política de desarrollo forestal. Además,
la economía forestal es más eficiente y se logra mejores resultados
económicos para el país utilizando economías de escala, por lo cual no

83
debería limitarse la existencia de grandes plantaciones forestales manejadas
por empresas, nacionales o extranjeras. Esto no ha estado prohibido
explícitamente, permitiendo la existencia de empresas como Smurfit Kappa,
pero siempre ha habido algunas limitaciones, que han restringido la entrada
de nuevas empresas al sector.

2. En el caso de Uverito (ver imagen Google Earth), y de acuerdo al modelo


desarrollado anteriormente, hay varias opciones: a) concesionar la plantación
por un período largo que permita la cosecha y la resiembra; b) vender la
concesión en grandes lotes, capaces de sustentar una fábrica de celulosa y
papel; c) vender el bosque en parcelas de pequeño tamaño. Se pueden
establecer dos tipos de parcelas. Un tipo de parcela familiar, con una tasa de
cosecha entre 10 y 15 hectáreas anuales, para lo cual se necesitaría una
superficie de unas 500 hectáreas. Esto generaría un ingreso mensual neto,
menos impuestos, en torno a los US$2.000. Esto permitiría vender unas 1.000
parcelas. Una parcela empresarial, las que podrían llegar a las 5.000
hectáreas. En este caso, con una tasa de cosecha de unas 100 a 150
hectáreas anuales, se podría llegar a un ingreso neto, menos impuestos, de
US$20.000 mensuales. La mayor rentabilidad permitiría que se introdujera

84
mejor tecnología, más empleo formal en los predios, más recursos para
replantar los bosques, reglas más claras en el tema de los impuestos, así
como mayor capacidad de gerencia, todos los cuales son factores cruciales
en el desarrollo de una política de desarrollo forestal de largo plazo. En
Uverito se exigiría que el contrato de venta estableciera la obligación de
siembra anual para reponer el bosque. En cuanto a la división de parcelas,
éstas de hecho ya existen, ya que la plantación se planificó dejando espacios
entre lotes.

3. Incentivos para nuevas plantaciones. Esta es la política crucial para expandir


el desarrollo forestal y construir una base de materia prima para convertir el
país en un exportador de productos de la madera, tal como era la idea original
del desarrollo de Uverito. Los países de la región están haciendo todo el
esfuerzo y, conviene repetirlo, no se trata de ayudar a los campesinos pobres,
tal como ha sido tradicional en la filosofía del desarrollo en Venezuela, sino en
crear un patrimonio forestal que provea materia prima para un desarrollo
industrial a gran escala, como ya se ha visto Brasil, Chile, Uruguay y
recientemente en Argentina. Los incentivos se dan a cualquier persona o
empresa que desee plantar árboles, con independencia si ya tiene bosques o
no. El subsidio es para plantar bosques para disponer de materia prima para
la industria, no para beneficiar a determinadas personas o empresas.

4. Crear una infraestructura de apoyo. Para el desarrollo de actividades


asociadas, como viveros, aserraderos, transporte, entre otros, y para la
investigación y entrenamiento. Inicialmente probablemente será necesario
traer expertos extranjeros, pero, tal como se ha visto en los países
analizados. Incluso en el caso del socialista Uruguay, gran parte del esfuerzo
de plantación y de la industria se hizo con inversión extranjera directa.

8.3 Aspectos relativos a la legislación forestal


Los países que han adoptado el cultivo forestal como estrategia de producción
complementaria a los cultivos tradicionales y los pastizales, han modificado y
adaptado sus legislaciones para incorporar el cultivo forestal dentro del ámbito de la

85
agricultura, es decir, diferenciar legalmente entre la plantación de árboles con fines
exclusivos de protección ambiental o recuperación de bosques originarios, respecto
de las regulaciones para la plantación de árboles con fines de uso industrial. Este
cambio de enfoque es fundamental.

En Venezuela no se podría llevar a cabo una estrategia de desarrollo del cultivo


forestal a gran escala dentro de los parámetros de la legislación actual en
Venezuela, porque cualquier árbol existente, sea plantado o nativo, cae dentro de la
protección de tala otorgada por la legislación del ambiente, de forma que, al final,
cualquier explotación puede ser ilegal, a menos que el productor logre cumplir los
engorrosos permisos ambientales. Por este motivo la hipótesis de este documento
es que, para que haya un desarrollo forestal se requiere de una ley que incluya este
rubro dentro del área de responsabilidad institucional de la agricultura, como cultivo
forestal.

Así, del mismo modo que ha ocurrido en los demás países exitosos en el desarrollo
forestal, será necesario un cambio substantivo en la legislación, que distinga entre
bosque nativo, como patrimonio natural de la nación y con funciones de protección
de las fuentes de agua, tan necesarias para el desarrollo agrícola, respecto del
bosque de plantación con fines comerciales de materia prima a la industria
maderera. La legislación deberá establecer ambos sectores en forma claramente
diferenciados, bosque nativo versus bosques de cultivo forestal. En esta nueva
legislación, un tipo de bosque será para protección ambiental y secundariamente
para producción de madera, mientras el otro será para producir materias primas para
la industria de madera, celulosa y papel, y secundariamente para protección.
Igualmente, debe establecerse legalmente que el primero deberá estar dentro de las
competencias del Ministerio del Ambiente, mientras que el segundo podría estar
dentro de las competencias del Ministerio de Agricultura. En el mismo orden, los
bosques de protección y cultivados dentro de los predios privados, con otros fines,
como por ejemplo agroforestal y silvopastoril, deberán estar también bajo la tutela
del Ministerio de Agricultura. En Venezuela, promulgar esta nueva legislación sobre
bosques es crucial para el logro de un desarrollo agrícola sostenible de largo plazo.

86
8.4 Propuesta de políticas de incentivos
Dentro del nuevo marco legal, se deben establecer políticas de incentivos al sector,
para lo cual sería necesario realizar visitas a los países que están llevando a cabo
programas de desarrollo forestal, es especial Brasil, Chile, Uruguay, Argentina y
Colombia. En Colombia el subsidio se expide a través de un “Certificado de Incentivo
Forestal”. El Incentivo Forestal en Colombia consiste en el reconocimiento del 50%
de los costos de establecimiento y mantenimiento de la plantación forestal hasta el
quinto año. En Chile el subsidio forestal pagaba el 75% de los costos, luego de uno
a tres años de realizada la plantación. Actualmente, luego que el sector ha
alcanzado madurez se ha restringido y el incentivo aplica sólo al bosque natural. En
Uruguay el gobierno devuelve el 50% del costo al segundo año de realizada la
plantación.

Todos los países que han subsidiado las plantaciones forestales lo han hecho con
criterios diferentes a cómo se conciben los subsidios en Venezuela, que están
generalmente diseñados ayudar al consumo de los pobres. El subsidio forestal, en
los países en donde se ha aplicado, se orienta a generar abundantes materias
primas forestales para el desarrollo económico del país, generación de empleo y
mejores salarios, exportar madera, celulosa y papel la producción, así como cuidar el
patrimonio boscosa natural, entre otras razones. Este enfoque apunta a que el
subsidio deber ser igual para todos los propietarios de tierras, sin distinción de
tamaño o tipo empresarial del productor, siempre que sean respaldados por un
proyecto técnico-técnico-financiero adecuado. En ningún caso el pago del incentivo
debe hacerse por adelantado.

En todos estos países el productor corre con el riesgo de financiar la plantación.


Funciona de esta forma. En base al proyecto presentado, el organismo encargado
entrega un certificado de subsidio, el cual debería ser cancelado al propietario en un
plazo acordado (generalmente el segundo o tercer año), con la condición que el
porcentaje de sobrevivencia de las plántulas sea el establecido por la legislación
(generalmente al menos el 75%). Es decir, si se plantan 2.000 árboles en una
hectárea, a los tres años debería haber al menos 1.500 árboles en buenas

87
condiciones de desarrollo. Entonces el Estado procederá a cancelar el incentivo,
cuidando de mantener el valor del dinero, compensando la inflación, si la hubiera.

El certificado del subsidio, junto con el plan de explotación, sirve como respaldo a un
préstamo bancario. En todos los países en donde se ha aplicado este tipo de
subsidio los propietarios de tierras han aceptado el reto y corrido con los riesgos.
Quizás el único elemento delicado es el tema de la inflación, de decir, la devolución
del dinero debería ser actualizado al costo de la plantación al momento del pago, de
otro modo sería dinero desvalorizado y el incentivo no tendría éxito. El estímulo a las
plantaciones va de la mano con estímulos para la instalación de viveros de plántulas.
El objetivo en Venezuela sería llegar a plantar, al final de un primer período de 5
años, al menos un total de 20.000 hectáreas anuales de plantación. También, como
en Colombia, se debería liberar las importaciones de semillas, debidamente
certificadas, de las especies más plantadas y de mejores características económicas
en las regiones tropicales y sub-tropicales del continente.

8.5 Un modelo de productor familiar forestal


En Venezuela el metro cúbico de madera en pie tiene un precio histórico de unos
US$40, mientras la cortada puede subir sobre los US$50. En Colombia el metro
cúbico de madera cortada está en torno a USS$50 y US$80. En Chile, en 2015 el
metro cúbico en pie78 costaba US$32. Una hectárea de pino produce entre 200 y
500 metros cúbicos de madera, dependiendo del sitio. Por tanto, el beneficio bruto
por la venta de la madera de una hectárea de pinos en un sitio de mala calidad, con
una producción de 150m3 debería estar, conservadoramente (50 dólares por 1m 3),
en torno a los US$7.000. Los costos son en torno a los US$4.000. Este es un cálculo
de costos simple: siembra, mantenimiento y cosecha a los 15 años. La realidad es
un poco más compleja, ya que en vez de hacer una cosecha total se puede hacer
raleos para materia prima para celulosa, que pueden llegar a los 50m3 por hectárea,
obteniendo unos US$2.500 de ingreso bruto, mientras se deja la plantación raleada

78Durante abril de 2015 MASISA completó un proceso de venta de madera en pie en Chile a las
empresas Forestal Tres Eme S.A., Forestal Santa Blanca S.A. y Forestal León Limitada. Se vendió
un volumen total de 707.307 m3 por un precio total neto de U$23,0 millones, pagado al contado.

88
por un período más extenso, hasta los 20 o 25 años, para obtener madera aserrada
de buena calidad. Usando los métodos de manejo adecuados se lograría mayor
producción, más de 300m3 por hectárea y precios sobre US$60 por metro cúbico,
totalizando unos US$18.000 de ingreso bruto por hectárea en el primer caso. Los
costos adicionales serían de unos US$2.000 por hectárea, ya que es necesario
hacer podas, limpieza de ramas secas, cuidado contra las plagas, y también que la
cosecha es más costosa, por tratarse de árboles de mayor tamaño.

Así, considerando los costos de la sección anterior, si una granja forestal de pino
caribe cortara un promedio de 10 hectáreas al año, con un rendimiento de 150m3 de
producción por hectárea, tendría un ingreso bruto de US$70.000, con costos que
deberían estar en torno al 70% de esa suma, incluyendo la replantación, por lo cual
tendría un ingreso neto de unos US$20.000 al año, esto es, alrededor de US$2.000
al mes. Se asume que el productor vende la madera a una industria.

Hay que considerar que los costos son altos, porque cada año el costo incluye no
solo las 10 hectáreas de cosecha, sino el total de plantaciones de la granja. Un
modelo forestal de 10 hectáreas de cosecha anual de pinos implica disponer de 20
lotes plantados, es decir, 200 hectáreas, en diversas edades de desarrollo, para
poder cortar un lote cada año, considerando que los árboles se cortan al final de un
período de entre 15 y 18 años, dependiendo de la calidad del sitio. También hay que
considerar la opción de dejar en la plantación una cantidad de árboles más tiempo
para su corte para madera aserrada. También hay que agregar terrenos como
reservas ambientales; se estima que el área de reserva ambiental debería estar
entre un 20 y un 40% de la superficie. Por otra parte, se requiere un período de
recuperación de la tierra y limpias del terreno entre cosecha y replante, así como
caminos y áreas de operación. Las granjas forestales, en caso que exista la
posibilidad, no pueden dejar de considerar pequeñas áreas para desarrollo agrícola,
de praderas o sistemas silvoagropecuarios. Estas necesidades adicionales de tierra
indican que un predio forestal familiar de 10 hectáreas de cosecha anual debería
disponer de unas 500 hectáreas de superficie total para su correcto funcionamiento.

89
Es conveniente que una granja forestal tenga un plan de manejo sostenible (PMS),
realizado por un profesional del área y, preferiblemente, que el Plan sea registrado
ante un notario o registrador público. En base a este plan de desarrollo de la granja,
el productor familiar forestal podría generar programas anuales para plantar cada
año 10 hectáreas de bosques, al tiempo que cosecha 10 hectáreas anuales, así
establecer las actividades de desarrollo en el resto del predio.

8.6 Políticas para la industria forestal


La experiencia de Uverito para generar un gran desarrollo industrial fracasó por falta
de una política clara de largo plazo. De haberse seguido el plan original, ya para
fines de 1980 debería haber sido construidas por lo menos dos plantas de celulosa y
decenas de aserraderos modernos. Dos factores principales atentaron contra ese
desarrollo: a) un concepto erróneo sobre la conservación ambiental, que dejó que el
bosque plantado se deteriorara; b) oponerse a la inversión extranjera en la parte
industrial bajo el argumento que Uverito era un bien nacional.

La experiencia de los demás países de la región en materia de desarrollo forestal, en


gran medida basado en empresas de gran tamaño, tanto nacionales como
extranjeras, en plantaciones y en desarrollo industrial, debería ser imitada por
Venezuela. Por otra parte, la inversión extranjera, así como la existencia de grandes
empresas no es ajena en Venezuela, aunque limitada, en donde se puede citar
apenas unas cuantas empresas, como Masisa, Kimberly Clark y Smurfit Kappa. Hay
también empresas venezolanas de papel y derivados, como Papeles Venezolanos,
Le Cartiere, Manoa e Invepapel, entre otras.

En el Plan de 2003, a pesar del optimismo del diagnóstico, se expresaba que el


desarrollo de este sector es insuficiente y hay muchas razones para que se
implemente una nueva política forestal: “Venezuela dispone de 11 millones de
hectáreas de sabanas y matorrales, además de extensas superficies deforestadas,
ociosas o subutilizadas, aptas para plantaciones forestales de rápido y lento
crecimiento con fines industriales, generadoras de fibras o de maderas finas,
especialmente a lo largo del Eje de Desarrollo Orinoco-Apure. La inversión de un
millón de dólares en la industria del aluminio o el acero genera 2 empleos directos

90
mientras proyectos forestales del mismo volumen de inversión generan de 15 a 20
empleos directos. Las plantaciones forestales son inversiones generadoras de
empleo y de materia prima para desarrollos industriales con capacidad de
exportación, constituyendo un positivo y efectivo instrumento para el desarrollo
regional y la desconcentración poblacional y económica, tal como se ha demostrado
en Brasil, Chile, China, India, Indonesia, Estados Unidos y otros países.”79.

El desarrollo y establecimiento de nuevas plantas de celulosa es un proceso


complejo y que requiere años de planificación y estudios. Las primeras plantas de
celulosa chilenas eran relativamente pequeñas, entre las 250 mil y 350 mil
toneladas. Las plantas de celulosa más modernas, tal como las instaladas en
Uruguay, pueden producir 700 mil toneladas de celulosa y su costo puede llegar a
los US$1.300 millones. En Uruguay se está construyendo una tercera planta de
celulosa, cuya producción sería de 1.500 millones de toneladas.

Las plantas de celulosa muy grandes presentan problemas de eliminación de


residuos químicos y necesitan grandes inversiones para su control. Por tal,
motivo, tal vez en una primera etapa en Venezuela sería más recomendable
desarrollar plantas de tamaño mediano, de unas 300 mil toneladas de producción
de celulosa al año. El costo de cada planta está en torno a los US$800 millones.

En teoría, para producir una tonelada de celulosa de fibra larga se requieren 5 a 6


metros cúbicos de madera de pino radiata, mientras que para producir una
tonelada de celulosa de fibra corta se requieren 3 a 4 metros cúbicos de madera
de eucalipto80. La producción de 300 mil toneladas de celulosa de fibra larga (de
pino) al año por planta, requiere de 1.800.000m3 de madera. En el caso, si
estimamos un rendimiento de 200m3 por hectárea de pino, sería necesario
cosechar unas 9.000 hectáreas anuales. En este caso, con ciclos de cosecha
entre 15 y 18 años, se necesitaría cosechar un total de entre 140.000 a 180.000

79Plan Nacional de Desarrollo del Sector Forestal. Julio 2003. http://www.eumed.net/oe-


ve/b3/PLAN%20NACIONAL%20FORESTAL.pdf
80https://www.odepa.gob.cl/publicaciones/articulos/evolucion-de-la-produccion-de-celulosa-en-chile-
1990-2006-2

91
hectáreas, en ciclos de unos 15 años, por cada planta. Este nivel de cosecha es
congruente con el tamaño de la plantación de Uverito y se podría instalar allí dos
plantas medianas, siempre que el nivel sanitario actual de la plantación permita
un rendimiento de al menos un 60%, es decir, unas 200 mil hectáreas por ciclo.
Sin embargo, al terminarse el ciclo estarían en condiciones de ser cosechadas
las nuevas plantaciones, que comenzarían a ser plantadas antes del inicio de la
construcción de las plantas, las cuales, por la mejor calidad de la plantación
necesitaría cosechar menos hectáreas de bosque.

Adicionalmente, una planta de fibra corta, en base a eucalipto y gmelina81, con el


mismo nivel de producción, necesitaría cosechar 8.000 hectáreas anualmente
para producir 1.200.000m3 de madera. En Venezuela hay actualmente unas 50
mil hectáreas de plantadas de estas especies. Los ciclos de cosecha más cortos,
de entre 8 y 10 años, son una ventaja para estas especies, ya que, si se inicia un
plan de plantaciones junto con una planta de celulosa, la nueva planta se podría
abastecer de materia prima sin problemas, primero de las plantaciones existentes
y luego de las nuevas.

En este análisis se nota la ventaja del eucalipto, sea de la variedad globulus o


nitens, que requiere menos materia prima para producir una tonelada de celulosa
y los ciclos de plantación-cosecha son la mitad del tiempo del pino. Los pinos
logran su máxima velocidad de desarrollo, en términos de metros cúbicos, a los
18 años, mientras los eucaliptos a los 9 años, en ambos casos con variaciones
en relación a la calidad del sitio. Estos dos tipos de eucaliptos son los más
cultivados en Brasil y Uruguay, mientras que, en Chile, en donde predominó el
pino, se nota últimamente una tendencia a aumentar la proporción de estas
especies. El eucalipto nitens crece mejor en suelos y climas húmedos templados
como los llanos venezolanos. Se ha utilizado para desecar pantanos. El globulus
es de clima templado y se adecúa a zonas con sequías prolongadas. Las dos

81La gmelina es una planta originaria de la India, muy adecuada para proyectos de silvopastoreo. En
Costa Rica es la especie más utilizada en la reforestación comercial.

92
especies presentan problemas cuando son cultivados como monocultivos en
áreas extensas. Quizás sería recomendable plantar estas especies en una forma
intercalada, con pinos, por ejemplo, en los casos que se pueda, generando así
barreras para las plagas y enfermedades, de acuerdo a los diseños propuestos
para lograr plantaciones forestales sostenibles.

8.7 Nuevas políticas de exportaciones


Se estima que el consumo global de papel y cartón a nivel mundial continuará
creciendo hasta alcanzar 500 millones de toneladas en el año 2020, comparados
con 380 millones de toneladas en 2005, hasta llegar cerca de los 1.000 millones en
2050. Al respecto, la tendencia mundial de producción de celulosa indica que ésta se
centrará en países con capacidad de producir madera de bajo costo y proveniente
de plantaciones. Lo anterior sitúa a Sudamérica como una región con gran potencial
de crecimiento, y dentro de ella, a Brasil y Chile como los países mejor posicionados,
y luego Argentina y Uruguay. En proporción al tamaño del país, el sector forestal de
Uruguay es el más importante de todos los países nombrados. Los demás países de
Sudamérica necesitan adecuar su legislación para lograr el objetivo de disponer de
grandes plantaciones forestales con capacidad de insertarse en el mercado mundial.

En Uruguay, que constituye una buena referencia para Venezuela, por ser un país
con un gobierno socialista, el comportamiento de las exportaciones de productores
forestales es el siguiente: “Las exportaciones de productos forestales totales pasan
de US$1.030 millones en 2013 a US$1.210 millones, US$1.556 millones y US$1.515
millones en los años 2014, 2015 y 2016, respectivamente según Opypa”82. El
aumento se debió tanto al aumento de la producción como alzas en los precios. Los
precios han fluctuado entre US$500 y US$1.000 por tonelada. A fines de 2017 el
precio superó los mil dólares por tonelada, siguiendo alto el primer semestre de
2018, pero se estima que ese precio no se va a mantener. China es el mayor
importador de celulosa para abastecer sus fábricas de cartones. Por tanto, el precio

82 https://negocios.elpais.com.uy/rurales/exportacion-forestal-us-ano-pasado.html

93
depende en un alto grado del ritmo de desarrollo de China, siendo por tanto difícil
estimar costos y rentabilidad de las inversiones forestales, en el corto plazo.

Las exportaciones de celulosa de fibra corta de Uruguay son realizadas con una
superficie de plantaciones de eucaliptos en torno a las 700 mil hectáreas y dos
plantas de celulosa, que producen 2.500 millones de toneladas de celulosa, y
proveen el 81% del total exportado de los bosques, junto a otros productos como
papel, cartones, planchas de madera y chips.

Venezuela tiene actualmente materia prima de pino para abastecer a por lo menos
dos plantas industriales de celulosa de fibra larga del tamaño de las chilenas, de
unas 300.000 toneladas de producción anual cada una. Con sólo dos plantas se
podría cubrir el déficit de consumo interno y exportar, en un plazo de unos cinco
años, unas 500.000 toneladas de celulosa, con un valor de entre 300 y 500 millones
de dólares anuales.

En cuanto a celulosa de fibra corta, de eucalipto, la materia prima disponible es aún


insuficiente, pero debido al rápido desarrollo de esta especia, es posible iniciar la
construcción de una planta con la materia prima disponible, pero se necesitaría
comenzar de inmediato un programa masivo de plantaciones. Esto podría generar
otros US$300 millones de exportaciones.

La cifra de entre US$800 millones y US$1.000 millones en exportaciones forestales


es muy superior al promedio de la mejor época exportaciones alimentarias (agrícola,
ganadera y pesquera), en la década de 1990. Esto representaría una exportación de
unos 30 dólares anuales per cápita, similar a Brasil o Australia.

Además, y esto es muy importante, con ese volumen de exportación, el sector


forestal podría generar divisas para comprar prácticamente todos los insumos
necesarios para la agricultura de producción de alimentos.

En cuanto a las perspectivas del mercado internacional, y en función del desarrollo


global de la población, a unos 10 mil millones de personas en el año 2050, así como
el mayor nivel de desarrollo de la mayoría de los países y el crecimiento de las
clases medias urbanas, que consumen más papel, se prevé que la demanda tendrá

94
un alto nivel de crecimiento, considerablemente mayor a la tasa de crecimiento de la
población. En el cuadro siguiente se presentan cuatro proyecciones de la oferta de
productos desde las plantaciones forestales y la demanda global entre los años 2012
y 2048 (Prado, 2015), que, serían las siguiente, con distintos escenarios pesimistas
versus optimistas:

Oferta desde las plantaciones, en millones de m3 Demanda: millones de m3

2012 2036 2048 2012 2036 2048


Escenario 1 600 900 1.000
Escenario 2 600 1.200 1.800
1.500 4.300 6.000
Escenario 3 600 1.600 2.000
Escenario FAO 1.100 2.000 3.000
Fuente; Prado, J.A. 2015, página 165.
De este cuadro se muestra la incapacidad de la oferta desde las plantaciones
forestales para cubrir la demanda de madera y derivados hasta el año 2048. En el
escenario más optimista, el de la FAO, la oferta de materia prima desde las
plantaciones forestales en el año 2048 apenas cubrirá el 50% de la demanda. Las
otras proyecciones, realizadas por consultoras especializadas, son mucho menos
optimistas, logrando la oferta cubrir apenas entre un 20 y un 30% de la demanda. El
otro 50% debería ser cubierto por el bosque primario. Sin embargo, el alto grado
actual de deterioro del bosque primario será un factor importante para una
disminución forzada de la oferta desde este sector.

Actualmente hay 2.500 millones de personas que usan madera para uso doméstico,
la cual es el principal componente de la demanda sobre el bosque primario, la cual
podría disminuir, pero no hay optimismo al respecto. Hasta ahora las plantaciones
contribuyen poco con madera para leña de uso doméstico, pero hay estudios para
establecer plantaciones de madera para leña, ya que requiere un tipo de árbol
distinto a los usados para celulosa o embalajes, de menor velocidad de desarrollo y
por lo tanto poco atractivo como negocio.

Al aumento de la demanda de productos de la madera, por el solo hecho de crecer


la población, y especialmente la clase media, se suma el hecho que ya hay muchos

95
países que están prohibiendo el uso de plásticos y favoreciendo el uso de otros
materiales biodegradables, como madera y papel, principalmente en la industria del
embalaje. Así mismo, hay varios factores que intervienen en contra del desarrollo de
las plantaciones, principalmente de parte del sector ambientalista, por lo cual se
deduce que habrá una mayor presión de corte de madera sobre los bosques nativos.

El resultado será que la demanda excederá la oferta tanto de las plantaciones como
del bosque primario, lo que llevará a un aumento de la demanda de materia prima
para la industria forestal sobre las plantaciones forestales, junto con un alza de los
precios. En ese sentido, el futuro de la economía basada en el cultivo forestal se
percibe muy promisorio.

La propuesta para Venezuela, por tanto, es clara. Es necesario atraer inversiones y


tecnología para construir, inicialmente, tres plantas de celulosa medianas, dos en
base a pino y una de eucalipto, en el menor tiempo posible, en base a los recursos
de bosques disponibles. Y por otra, establecer mecanismos de incentivos a las
plantaciones forestales privadas en todo el país, en tierras con poca o nula
capacidad de uso agrícola, de forma de llegar en el menor plazo posible a los
3.000.000 de hectáreas, así como continuar con los incentivos a la industria para
que se desarrolle a la par del incremento de materia prima en las plantaciones.

9 CONCLUSIONES
Las ventajas y condiciones para que Venezuela apoye a las plantaciones forestales
a gran escala, en base a especies de rápido crecimiento, así como el rescate del
bosque natural, basado en un sólido sector industrial privado, son las siguientes:

1. La principal ventaja es que el abastecimiento masivo de materia prima de los


cultivos forestales para las distintas necesidades del país hará obsoleto y anti-
económico continuar con la tala del bosque natural y, en consecuencia, el
cultivo forestal a gran escala puede convertirse en un factor de la mayor
importancia en la estrategia de conservación de los recursos forestales
naturales y los beneficios colaterales que esto implica sobre el desarrollo
sostenible.

96
2. El potencial de cultivo forestal puede ser ampliado a unos 10 millones de
hectáreas, en tierras sin uso actual o potencial para la agricultura, que
generaría recursos para exportaciones superiores a los 10 millones de
hectáreas al precio actual. Esto se podría lograr en un plazo de unos 50 años,
si existieran las políticas adecuadas.

3. Sólo construyendo tres plantas de celulosa de mediano tamaño, en base al


material disponible actualmente, la exportación de la celulosa de tales plantas
podría financiar prácticamente el 100% de los insumos requeridos para la
agricultura de alimentos.

4. Solo con las labores de mantenimiento y cosecha del insumo forestal actual,
más las tres nuevas plantas de celulosa, se podrían crear unos 100 mil
nuevos empleos directos e indirectos.

5. El proceso de siembra y manejo de unas 100 mil nuevas hectáreas al año,


que es un mínimo requerido para ser una potencia forestal en el mediano
plazo, requería probablemente crear otros 100 mil empleos anuales.

6. En el campo de la energía, la biomasa producida en bosques plantados con


ese propósito, podrían generar una importante cuota de electricidad para el
país. En Uruguay en 2018 la energía producida de combustibles no
convencionales, llegaba al 59%, entre las cuales destaca la biomasa forestal,
con el 41% del total. En 2016 la biomasa ya había superado al petróleo en la
generación de electricidad.

7. En América Latina el porcentaje de plantaciones de bosques cultivados es


apenas del 2% sobre el total de los bosques, mientras a nivel mundial está
sobre el 7%. Si bien Chile y Uruguay han venido disminuyendo el ritmo de
plantaciones, por estar cerca de los límites territoriales aptos para seguir
expandiendo las plantaciones, en donde las plantaciones son más del 20% de
la masa forestal nacional, otros países de la región con pocas plantaciones
están en el inicio de una nueva fase de expansión del cultivo, particularmente
Argentina, Paraguay, Perú y Colombia.

97
8. El sector forestal está esencialmente orientado a la exportación, por lo cual la
experiencia de negocios puede ser transferida a otros sectores de la
producción agrícola.

9. El sector forestal se caracteriza por grandes negocios, grandes empresas


nacionales y extranjeras, que trabajan juntas pues las inversiones, tanto en la
fase de plantación como industrial, exigen grandes capitales de inversión y
tecnología, aun cuando pueden convivir con pequeñas y medianas empresas.
En Chile, por ejemplo, hay 120 mil pequeñas y medianas empresas que
producen materia prima, pequeños aserraderos, transporte y diversos otros
servicios al sector.

10. La experiencia muestra que los terrenos forestales propiedad de las grandes
empresas, generalmente ocupan no más del 60% en plantaciones forestales,
mientras en el resto pueden tener experiencia de manejo y recuperación de
bosques nativos, así como el desarrollo de empresas ganaderas bajo el
concepto de desarrollo agroforestal.

11. América Latina, así como está en camino de convertirse en uno de los
mayores productores de alimentos del mundo, es cierto que con gran
deterioro de los bosques primarios, al mismo tiempo el cultivo forestal puede
convertir al continente es uno de los mayores exportadores de celulosa y
papel, a la vez que se recuperan suelos degradados ya no aptos para la
agricultura y se ayuda a restaurar el bosque primario mediante la substitución
de la madera del bosque primario por las plantaciones forestales.

12. El deterioro de los suelos por acidificación, así como problemas de deterioro
de los cursos de agua, que fueron problemas que surgieron hace 50 o más
años, al inicio del proceso de plantaciones, en la actualidad tanto las
empresas como los gobiernos, están tomando medidas para minimizar y
revertir tales problemas, de modo que el cultivo forestal se está convirtiendo
en un sector productivo sostenible.

98
13. Las políticas forestales de Venezuela han sido erráticas. Inicialmente se sumó
a otros países para el desarrollo forestal a gran escala, luego la idea inicial
cambio, se rechazó la industria forestal porque ser extranjera, las
plantaciones fueron declaradas patrimonio forestal nacional y, por último, en
este último período de gobierno, se limitó el desarrollo empresarial tanto
nacional como extranjero.

14. En todos los países de la región el desarrollo inicial del proceso de


plantaciones contó con apoyo estatal mediante subsidios, a las empresas y
productores privados, que restituían en torno al 50% del costo de las
plantaciones.

15. En todos los países existe un marco legal que protege a las empresas,
asegurando la propiedad privada de la tierra con plantaciones. Brasil y
Argentina, en el contexto de los gobiernos de Lula y de los Kischner,
respectivamente, pusieron algunas limitaciones a la cantidad de tierras que
podrían comprar las empresas, en torno a las 200 mil hectáreas. Sin
embargo, puede haber otros arreglos para garantizar la materia prima a la
industria, como contratos de arrendamientos a largo plazo, medianerías o
contratos de las empresas con predios particulares83.

16. El desarrollo forestal a gran escala, pensando en un período de desarrollo de


unas tres décadas, podría ser uno de los sectores destacados en la
substitución del petróleo como exportador en la economía de Venezuela.

17. Por último, para que un desarrollo forestal a gran escala sea posible en
Venezuela necesariamente debe instituirse nuevas políticas, tales como sacar
a las plantaciones del campo ambientalista, considerarla legalmente dentro de
la agricultura, como la fruticultura, café, cacao, palma aceitera, entre otros
rubros de ciclo largo, no limitar la compra de tierras por cantidad o por
nacionalidad del comprador, y establecer incentivos mediante un subsidio a
las plantaciones.

83 Como es el caso de Smurfit en Francia.

99
10 BIBLIOGRAFIA
Alvarado, Raquel (2009) La expansión forestal en el Cono Sur. Políticas públicas,
intereses transnacionales y transformaciones Territoriales. El sector forestal en
el contexto del sector agropecuario. Revista Nueva Sociedad, del Instituto de
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GLOSARIO DE TÉRMINOS:
BSKP: pulpas kraft blanqueadas de fibra larga – coníferas – (S=suave-blanda-soft).
NBSK / SBSK: El término BSKP se refiere a pulpas kraft blanqueadas de fibra larga. Cuando
están producidas en el hemisferio Norte, se le agrega la “N” para diferenciar su origen o “S“,
si proviene del Hemisferio Sur.
BHKP: Pulpa kraft blanqueada de madera dura (H=hard), se refiere a pulpa de árboles de
madera dura en general, como eucaliptus, álamos, abetos, abedules, sin diferenciarlos.
BEKP: Pulpa kraft blanqueada de madera dura, pero referida sólo a pulpa de eucaliptus (E=
eucalyptus),
BRKP: Pulpa de Pino Radiata Blanqueada.
PPPC: Pulp and Paper products Council (U.S.A. – ver: http://www.pppc.org )
UKP: Pulpa kraft no blanqueada, cruda.

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