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GRECIA – COMUNIDADES

TEXTO SOBRE LA GUIA DE PREGUNTAS: RITUALES

MORALES ANA MARTINA

CATEDRA MOLINOS

Una edad marcada por ostracismo, frialdad, rituales religiosos y obsesión por la perpetuación de la
sociedad y la política.

Los hombres del siglo de Pericles, creían en muchas divinidades, sintiendo a todas ellas, de manera muy
cercana: Atenea, Zeus y divinidades relacionadas mayormente a la naturaleza. Luego de la muerte, a los
hombres les esperaba el reino de Hades, con nuevas reglas de lo sagrado. Infinidad de rituales de esta
época, intentan sacralizar los aspectos valorados de aquellos tiempos: la fertilidad de los campos, la
fecundidad de los rebaños, la fertilidad y perpetuación de las sociedades, la veneración a las divinidades.

Gracias a la intervención paulatina de los sofistas, la intelectualidad y el interés por las ciencias, como la
geometría, la física, la matemática, y demás, se instalaron a través de espacios de educación. Con el
tiempo, las llamadas escuelas (como la Academia de Platón, entre otras), cumplieron un papel
fundamental en la instauración de la “educación” por fuera de lo religioso y político. Intereses que se los
asoció a la “filosofía”. Bajo esta base filosófica, podemos identificar el nacimiento de las ciencias y la
formación intelectual por fuera de lo político- religioso, únicas corrientes de pensamiento posibles hasta
ese momento en aquellos tiempos.

Los filósofos eran ateos, por lo que muchos de ellos recibieron el peso de la ley y cayeron en juicios por
tal falta de creencia. Fueron quienes rompieron con la ley obligada de creer en lo sagrado y promover la
religión.

Por aquellos tiempos, los ritos estaban impregnados en la vida cotidiana de las personas. Todo se
simbolizaba a través de rituales que manifestaban efectos sanadores. Las verdades sociales se revelaban
a través de ellos, alivianando los sinsabores de la vida y de la muerte.

En Atenas, según el propio calendario y según el calendario lunar, se celebraban ritos y festejos que podían
durar hasta semanas, contemplando sacrificios de animales y ofrendas de alimentos y hiervas que
aromatizaban con sahúmos. Cada divinidad, tenía su preferencia de ofrendas o sacrificios: ovejas, cabras,
cerdos, vacas, etc, se sacrificaban según el Dios correspondiente.

En aquellos tiempos, el agua escaseaba sobremanera, es por ello que los ríos eran sagrados. El rio o toda
fuente de agua, era en sí mismo una divinidad. Allí se consagraban momentos épicos muy esperados o
valorados.

Fiestas de la siembra, de la fecundidad, de la fertilidad, mes del matrimonio, ritual de Adonis, Tesmoforias,
entre otras, han sido prácticas muy representativas de ese período. Estos dos últimos, relacionados al
reconocimiento de la sexualidad femenina y su posibilidad de liberación, cada uno adoptando formas
diversas.
El ritual de Adonis, fue característico por mostrar un movimiento de mujeres, que, motivadas interna o
inconscientemente por el reconocimiento de la sexualidad femenina y su posibilidad de liberación,
pasaban tiempo a oscuras y junto a otras mujeres, en los tejados. Allí algunas danzaban, alegres, dicen
que se escuchaban gemidos, y se las veía acompañadas de bebidas. Un ritual crucial que evidencia a la
mujer, desde una imagen distinta a la relacionada con la fertilidad y el parto. Única mirada posible en
aquella época.

Tesmoforias era un ritual más extenso y complejo. Donde las mujeres se apartaban por un tiempo en
cabañas, dormían en el suelo, frías. Enterraban restos de animales en pozos que se excavaban
especialmente para tal fin, y luego se les esparcían semillas encima, aguardando su descomposición.
Luego de un tiempo se recogían estos restos y las mujeres volvían a sus hogares donde eran esperadas
por sus esposos y familias. Un ritual muy característico de la fertilidad en honor a Deméter, Diosa de la
tierra. La trama de este acontecimiento se basaba en la historia del entierro de Deméter y el luto por su
hija muerta, Perséfone.

En ambos actos religiosos y sagrados, el espacio, cumple un factor muy importante: el aislamiento en
aquellas cabañas alejadas por 3 días y tejados/techos en el primer relato, también apartadas del resto de
la sociedad y bajo las penumbras.

La danza y beber alcohol como símbolo de queja, de descontento por la realidad a la cual no podían
escapar.

Estas fiestas no estaban en los calendarios oficiales ni se sustentaban por el estado, pero eran tan
legítimas e indiscutibles que las comunidades daban por hecho.

En aquellas épocas, la connotación de lo religioso y lo político, era lo único valorado por las sociedades.
Los matrimonios tenían una única razón: acuerdo religioso para garantizar la perpetuación de las
comunidades. Compromisos pactados entre pretendiente y padre o tutor de la novia menor, que nada
podía opinar al respecto.

No hablamos de amor, solo de trámite obligado con el único propósito de tener hijos prontamente,
preferentemente varones, que garanticen la perpetuidad de la familia y continuidad de la línea genética.

Palabras solemnes y gestos ritualizados tenían carácter de sagrados. Un matrimonio era un compromiso
al cual acudían testigos de ese acuerdo de partes. Pocas veces y muy excepcionalmente podían romperse
a través de la separación. Y menos aún si la mujer lo proponía.

Al respecto, las mujeres nunca decidían sobre su pretendiente, solo obedecían la decisión de su padre o
quien oficiaba de tutor.

También el casamiento mantenía su ritual: la mujer se dirigía a la casa del pretendiente, luego de una
suntuosa comilona en la casa de sus padres. La novia debía ofrecer a los dioses sus juguetes de niña para
dar el paso siguiente. Preferentemente se practicaban en enero y luna llena. El casamiento solamente
representaba el ritual de prosperidad de una nueva célula religiosa y social, muy lejos de pensarse como
“relación amorosa”.

Difícil era el amor en aquellos tiempos, que las mujeres vivían recluidas en sus hogares, haciendo los
quehaceres e inclusive en espacios aislados del resto de las familias. Poco salían, poco se mostraban, con
lo cual los hombres solteros no las conocían hasta el momento de la boda.
No hay nada de afecto, ternura y amor entre esposos, un único objetivo de garantizar la continuidad de
la familia y la sociedad, es lo que se perseguía.

El mismo Pericles rompió con este acuerdo tácito de las sociedades. Se dice que se podría llamar “amor”
a la relación que mantuvo con su segunda mujer, que a propósito no era de Atenas. Con quien logró
satisfacer sus deseos sexuales y a la vez, mantener una relación matrimonial. Algo impensado para esa
época.

Muchas mujeres pertenecientes a castas menos pudientes, debían salir a trabajar en los mercados o en la
agricultura, por lo que podían sentirse mas libres y a la vez posibles de ser vistas por solteros.

También, con el tiempo las mujeres comprometidas adineradas lograban reunirse con otras mujeres
casadas, y así al menos salían de sus hogares.

Una época extensa y primitiva en cuanto al reconocimiento de la existencia de intereses y deseos, más
allá de la ritualización obligada de lo “sagrado” o la perpetuación de la especie humana. La negación de
lo existente, ya en aquellos tiempos, como la homosexualidad, pederastía, filosofía, el valor de la justicia,
entre otros.

Preguntas como punto de partida:

¿Qué religión se practicaba?

¿Cómo la religión impactaba en el amor?

¿Qué rituales se realizaban en torno al amor?

¿Cual era el ideal del amor?

¿Qué cambios hubo durante ese período en los vínculos amorosos?

Bibliografía:

- Sennet - Paleocristiano -
- Flaceliere -La vida cotidiana en Grecia-

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