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MODULO III

LENGUA Y
LITERATURA

FINES 2
PALABRAS MÁS PALABRAS MENOS

AÑO: 2019

CURSO: 1°1°
Fecha de Entrega: 31/10
Modalidad: Individual o de a 2 personas (en el caso de hacerlo de a dos,
COMISIÓN
indiquen con quién lo hacen)

PROFESORA: PIGNALBERI JESICA TEMAS: 1) Tipos de narrador


2) Estructura narrativa
3) Tiempo y espacio
4) Acentuación
1) Tipos de narrador
Actividad 1: Indicá el tipo de narrador en cada uno de los siguientes
fragmentos. Justificá tu elección con una frase extraída del texto.
Texto 1
La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo
habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó soñar
que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el Desde los ocho años, cuando le hicieron una operación. Mi asquerosa marca
día de la desgracia había llegado al fin. junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi
Luis Landero, Juegos de la edad tardía adolescencia.
Tampoco puede decirse que tenemos ojos tiernos, esa suerte de faros de
Texto 2 justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza.
Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos llenos de
les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las resentimiento que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que
risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se enfrentamos nuestro infortunio. Quizás eso nos haya unido. Tal vez unido no
salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo sea
mojadas, jadeantes de risa. la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de
Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama nosotros siente por su propio rostro.

Texto 3 Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos
Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin
esconde su cansancio tras una sonrisa, lleva la batuta en conversaciones sin simpatía, pero con oscura solidaridad; allí fue donde nos registramos, ya desde
fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su trabajera con la típica frase: Has la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de
estado maravillosa, querida. a
Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable dos, pero además eran auténticas parejas; esposos, novios, amantes, abuelitos,
vaya uno a saber. Todos —de la mano o del brazo— tenían a alguien. Sólo ella y
Texto 4 yo teníamos manos sueltas y crispadas.
Fue entonces cuando se torció el tobillo [...] Cayó en mala posición: el empeine Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin
del pie izquierdo cargó con todo el peso del cuerpo. Al pronto sintió un dolor curiosidad. Recorrí la hendedura de su pómulo con la garantía de desparpajo
agudísimo; pensó que se había roto el pie. Con alguna dificultad, sentado en el que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó.
césped, se quitó la zapatilla y el calcetín, comprobó que el tobillo no estaba Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una hojeada
hinchado. El dolor amainó en seguida, y Mario se dijo que con suerte el minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba de mi vieja quemadura.
percance no revestiría mayor importancia. Se puso el calcetín y la zapatilla; se Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía
incorporó; caminó con cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo. mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos
Javier Cercas, El inquilino rubios, su oreja fresca, bien formada. Era la oreja de su lado normal.
Actividad 2: Reescribí los textos anteriores utilizando otro tipo de narrador. Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del
Texto 1 a primera persona rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de
Texto 2 a tercera persona omnisciente admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro, y a veces para
Texto 3 a tercera persona omnisciente Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería
Texto 4 a tercera persona testigo sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A
veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido
1, 2 y 3) Tipos de narrador, estructura, tiempo y espacio: un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media
Actividad 1: Leé los siguientes cuentos y respondé las preguntas nariz, o tuviera una costura en la frente.
La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando
Mario Benedetti - La noche de los feos me detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que
charláramos en un café o en una confitería. De pronto aceptó.
Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A
hundido. medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las
señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas
para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que No sólo apagué la luz, sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella
tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a
era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para desvestirse.
registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba
tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí inmóvil a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi
mismas un espectáculo mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Sus manos también
mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes me vieron.
merece compartirse el mundo. En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella
Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) mentira que yo mismo había fabricado. O intentaba fabricar. Fue como un
para sacar del bolsillo su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo. relámpago. No éramos eso. No éramos eso. Tuve que recurrir a todas mis
—“Qué está pensando”, pregunté. Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hacia su rostro,
mejilla cambió de forma. —“Un lugar común”, dijo. “Tal para cual”. y encontró el surco de horror, y empezó una lenta convincente y convencida
Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para caricia. En realidad, mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego
justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.
como yo estábamos hablando con una franqueza hiriente que amenazaba Entonces, cuando ya menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y
traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca
Decidí tirarme a fondo. siniestra.
—“Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?”
—“Sí”, dijo, todavía mirándome. Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la
—“Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro cortina doble.
tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que
usted es inteligente, y ella a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida”. Respondé
—“Sí”. 1) ¿En qué persona gramatical está narrado el cuento? Justificá con una
Por primera vez no pudo sostener mi mirada. —“Yo también quisiera eso. Pero frase extraída del texto. (NUNCA de los diálogos)
hay una posibilidad ¿sabe? De que usted y yo lleguemos a algo”. 2) ¿Qué tipo de narrador utiliza? Justificá con una frase extraída del texto
—¿Algo como qué? (NUNCA de los diálogos)
—“Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámelo como 3) Explicá con tus palabras la situación inicial, el desarrollo y el desenlace
quiera, pero hay una posibilidad”. del cuento.
Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas. 4) A partir de lo que se lee en el cuento, ¿qué se puede decir del tiempo
—“Prométame no tomarme por un chiflado”. interno y externo de la narración?
—“Prometo”. 5) ¿Por qué pensás que al final el protagonista descorre la cortina doble?
—“La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro
total. ¿Me entiende?”
—“No”.
—“¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me ve, donde yo El emisario – Ray Bradbury
no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?” Supo que había llegado de nuevo el otoño, porque Torry entró retozando en la
Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata. casa, trayendo con él un refrescante olor a otoño. En cada uno de sus perrunos
—“Vivo solo, en un apartamento y queda cerca”. rizos negros llevaba una muestra del otoño: tierra húmeda, con la humedad
Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, peculiar de aquella estación, y hojas secas, color de oro pajizo. El perro olía
tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico. exactamente igual que el otoño.
—“Vamos”, dijo. Martin Christie se incorporó en la cama y alargó una mano pálida y pequeña.
Torry ladró y exhibió una generosa longitud de lengua, la cual pasó una y otra
vez por el dorso de la mano de Martin. Torry la lamía como si fuera una Debajo de la cama no se produjo el menor movimiento. Torry sabía cuándo
golosina. “A causa de la sal”, declaró Martin, mientras Torry se encaramaba a la tenía que mantenerse quieto.
cama de un salto. -Y no es la primera vez -dijo mamá-. ¡El de hoy es el tercer agujero que cava
-Baja -le advirtió Martin-. A mamá no le gusta que te subas a la cama. -Torry esta semana!
aplastó sus orejas-. Bueno…-condescendió Martin-. Pero sólo un momento, -Tal vez esté buscando algo.
¿eh? -Lo que se está buscando es un disgusto. Es un chismoso incorregible. Siempre
Torry calentó el delgado cuerpo de Martin con su calor perruno. Martin aspiró está metiendo las narices donde no le importa. ¡Dichosa curiosidad!
intensamente el olor que se desprendía del perro, un olor a tierra húmeda y a Hubo un tímido pizzicato de cola debajo de la cama. Mamá no pudo evitar una
hojas secas. No le importaba que mamá gruñera. Después de todo, Torry era sonrisa.
un recién nacido. Recién salido de las entrañas del otoño. -Bueno -concluyó-, si no deja de cavar agujeros en los patios, tendré que atarlo
-¿Qué has visto por ahí, Torry? Cuéntamelo. y no dejarlo salir más.
Tendido allí, Torry se lo contaría. Tendido allí, Martin sabría qué aspecto tenía Martin abrió la boca de par en par.
el otoño; como antes, cuando la enfermedad no lo había postrado en la cama. -¡Oh, no, mamá! ¡No hagas eso! Si lo hicieras, yo no sabría… nada. Él me lo
Ahora su único contacto con el otoño era el perro, con su olor a tierra húmeda y cuenta todo.
a hojas secas, su color de oro pajizo. La voz de mamá se ablandó.
-¿Dónde has estado hoy, Torry? -¿De veras, hijo mío?

Pero Torry no tenía que contárselo. Martin lo sabía. Había trepado hasta lo alto -Desde luego. Sale por ahí y cuando regresa me cuenta todo lo que ocurre.
de una colina, por un sendero tapizado de hojas secas, para ladrar desde allí su -Me alegro de que te lo cuente todo. Me alegro de que tengas a Torry.
canino deleite. Había vagabundeado por la ciudad pisando el barro formado Permanecieron unos instantes en silencio, pensando en lo que hubiera sido el
por las intensas lluvias. Allí había estado Torry. año que acababa de transcurrir sin Torry. Dentro de dos meses, pensó Martin,
Y los lugares visitados por Torry podían ser visitados después por Martin; podría abandonar el lecho, según decía el médico, y salir de nuevo a la calle.
porque Torry se los revelaba siempre por el tacto, a través de la humedad, la -¡Sal, Torry!
sequedad o el encrespamiento de su piel. Y, tendido en la cama, con la mano Murmurando palabras cariñosas, Martin ató la nota al collar del perro. Era un
apoyada sobre Torry, Martin conseguía que su mente reconstruyera cada uno cartoncito cuadrado, con unas letras dibujadas en negro:
de los paseos de Torry a través de los campos, a lo largo de la orilla del río, por Me llamo Torry. ¿Quiere hacerle una visita a mi dueño, que está enfermo?
los senderos bordeados de tumbas del cementerio, por el bosque… A través de ¡Sígame!
su emisario, Martin podía ahora establecer contacto con el otoño. La cosa daba resultado. Torry paseaba aquel cartoncito por el mundo exterior,
La voz de su madre se acercaba, furiosa. todos los días.
Martin empujó al perro. -¿Lo dejarás salir, mamá?
-¡Baja, Torry! -Sí, si se porta bien y no cava más agujeros.
Torry desapareció debajo de la cama en el mismo instante en que se abría la -No lo hará más. ¿Verdad, Torry?
puerta de la habitación y aparecía mamá, echando chispas por sus ojos azules. El perro ladró.
Llevaba una bandeja de ensalada y jugos de fruta.
-¿Está Torry aquí? -preguntó. ***
Al oír pronunciar su nombre, Torry golpeó alegremente el suelo con la cola. El perro se alejó de la casa, en busca de visitantes. El día anterior había traído a
Mamá dejó la bandeja sobre la mesilla de noche, con aire impaciente. la señora Holloway, de la Avenida Elm, con un libro de cuentos como regalo; el
-Ese perro es una calamidad. Siempre está metiendo las narices por todas día antes Torry se había sentado sobre sus patas traseras delante del señor
partes y cavando agujeros. Esta mañana ha estado en el jardín de la señorita Jacob, el joyero, mirándolo fijamente. El señor Jacob, intrigado, se había
Tarkins, y ha excavado uno enorme. La señorita Tarkins está furiosa. inclinado a leer el mensaje y se había apresurado a hacerle una corta visita a
-¡Oh! -Martin contuvo la respiración. Martin.
Ahora, Martin oyó al perro regresando a través de la humeante tarde, -No parece que tenga que ser muy divertido.
ladrando, corriendo, ladrando de nuevo… -No creo que lo sea.
Detrás del perro, unos pasos ligeros. Alguien tocó el timbre de la puerta -¿Por qué no se levantan y salen a dar un paseo de cuando en cuando si están
suavemente. Mamá respondió a la llamada. Unas voces hablaron. cansados de estar allí?
Torry corrió arriba, se encaramó al lecho de un salto. Martin se inclinó hacia -Bueno, ya has hablado bastante por hoy -dijo mamá.
delante, excitado, con los ojos brillantes, para ver quién subía a visitarlo esta -Sólo quería saberlo.
vez. Quizás la señorita Palmborg o el señor Ellis o la señorita Jendriss o… -Pues ahora ya lo sabes.
El visitante subía la escalera hablando con mamá. Era una voz femenina, -A veces creo que Dios es tonto.
juvenil, alegre. -¡Martin!
Se abrió la puerta. Pero Martin estaba lanzado.
Martin tenía compañía. -¿No crees que podría tratar mejor a la gente, y no obligarla a permanecer allí
tendida, sin moverse? ¿No crees que podía encontrar un sistema mejor?
*** Cuando yo le digo a Torry que se haga el muerto, lo hace durante un rato, pero
Transcurrieron cuatro días, durante los cuales Torry hizo su trabajo, informó de cuando se cansa mueve la cola, y parpadea, y le dejo que se levante y salte a mi
la temperatura ambiente, de la consistencia del suelo, de los colores de las cama… Apuesto lo que quieras a que a esas personas que están en la tumba les
hojas, de los niveles de la lluvia, y, lo más importante de todo, trajo visitantes. gustaría poder hacer lo mismo, ¿verdad Torry?
A la señorita Haight, otra vez, el sábado. La señorita Haight era la joven Torry ladró.
sonriente y guapa con el brillante pelo castaño y el suave modo de andar. Vivía -¡Basta! -dijo mamá, en tono firme-. ¡No me gusta que hables de esas cosas!
en la casa grande de la Calle Park. Era su tercera visita en un mes.
El domingo vino el reverendo Vollmar, el lunes la señorita Clark y el señor ***
Henricks. El otoño continuó. Torry corrió a través de los bosques, a lo largo de la orilla del
Y, a cada uno de ellos, Martin les explicó su perro. Cómo en primavera olía a río, por el cementerio, como era su costumbre, y arriba y abajo de la ciudad, sin
flores silvestres y a tierra fresca; en verano tenía la piel caliente y el pelo olvidar nada.
tostado por el sol; en otoño, ahora, un tesoro de hojas doradas ocultas entre su A mediados de octubre, Torry empezó a obrar de un modo muy raro. Al
pelaje, para que Martin pudiera explorarlo. Torry demostraba este proceso a parecer, no podía encontrar a nadie que viniera a visitar a Martin, nadie parecía
los visitantes, tendiéndose boca arriba, esperando ser explorado. prestar atención a su cartoncito. Pasó siete días seguidos sin traer a ningún
Luego, una mañana, mamá le habó a Martin de la señorita Haight, la joven visitante. Martin estaba profundamente desilusionado por ello.
guapa y sonriente. Mamá se lo explicó.
Estaba muerta. -Todo el mundo está ocupado, hijo mío. La guerra, y todo eso… La gente tiene
Había fallecido en un accidente de automóvil en Glen Falls. otras preocupaciones para andar leyendo los cartoncitos que un perro lleva
Martin estaba cogido a su perro, recordando a la señorita Haight, pensando en colgados al cuello.
su modo de sonreír, pensando en sus brillantes ojos, en su maravilloso pelo -Sí -dijo Martin-, debe de ser eso.
castaño, en su delgado cuerpo, en su andar suave, en las bonitas historias que
contaba acerca de las estaciones y de la gente. ***
Ahora está muerta. No sonreiría ni contaría historias nunca más. Porque estaba Pero la cosa era algo más complicada. Torry tenía un extraño brillo en los ojos.
muerta. Como si en realidad no buscara a nadie, o no le importara, o… algo. Algo que
-¿Qué hacen en la tumba, mamá, debajo del suelo? Martin no conseguía imaginar. Tal vez Torry estaba enfermo. Bueno, al diablo
-Nada. con los visitantes. Mientras tuviera a Torry, todo iba bien.
-¿Quieres decir que se limitan a estar tendidos allí? Y entonces, un día, Torry salió de casa y no regresó.
-A descansar allí -rectificó mamá. Martin esperó tranquilamente al principio. Luego… nerviosamente. Luego…
-¿A descansar allí…? ansiosamente.
-Sí -dijo mamá-. Eso es lo que hacen.
A la hora de cenar oyó que papá y mamá llamaban a Torry. No ocurrió nada. Si Torry regresara ahora a casa, trayendo con él algo del mundo exterior… Un
Fue inútil. No hubo ningún sonido de patas a lo largo del sendero que conducía cardo, empapado en escarcha, o el viento en sus orejas. Si Torry regresara…
a la casa. Ningún ladrido desgarró el frío aire nocturno. Nada, Torry se había Y entonces, en alguna parte, se produjo un sonido.
marchado. Torry no iba a regresar a casa… nunca Martin se incorporó en la cama, temblando. La luz de las estrellas se reflejó en
Unas hojas cayeron más allá de la ventana. Martin hundió el rostro en la sus pequeños ojos. Tendió el oído, escuchando.
almohada, sintiendo un agudo dolor en el pecho. El sonido se repitió.
El mundo estaba muerto. Ya no había otoño, porque no había ya ninguna piel Era tan leve como una punta de aguja moviéndose a través del aire a millas y
que lo trajera a la casa. No habría invierno, porque no habría unas patas millas de distancia.
humedecidas de nieve. No habría más estaciones. No habría más tiempo. El Era el fantástico eco de un perro… ladrando.
emisario se había perdido entre el tráfago de la civilización, probablemente Era el sonido de un perro acercándose a través de campos y arroyos, el sonido
aplastado por un automóvil, o envenenado, o robado, y no habría más tiempo. de un perro corriendo, lanzando su aliento al rostro de la noche. El sonido de un
Martin empezó a sollozar. No tendría ya más contacto con el mundo. El mundo perro dando vueltas y corriendo. Se acercaba y se alejaba, crecía y disminuía,
estaba muerto. avanzaba y retrocedía, como si alguien lo llevara cogido de una cadena. Como
si el perro estuviera corriendo y alguien le silbara desde atrás y el perro
*** retrocediera, dando la vuelta, y echara a correr de nuevo hacia la casa.
Martin se enteró de que había llegado la fiesta de Todos los Santos por los Martin sintió que la habitación giraba a su alrededor, y la cama tembló con su
tumultos callejeros. Pasó los tres primeros días de noviembre tumbado en la cuerpo. Los muelles se quejaron con sus vocecitas metálicas.
cama, mirando al techo, contemplando en él las alternativas de luz y de El débil ladrido siguió avanzando, creciendo más y más.
oscuridad. Los días se habían hecho más cortos, más oscuros, lo sabía por la ¡Torry, ven a casa! ¡Torry, ven a casa! ¡Torry, muchacho, oh, Torry! ¿Dónde has
ventana. Los árboles estaban desnudos. El viento de otoño cambió su ritmo y estado? ¡Oh, Torry, Torry!
su temperatura, pero sólo era un espectáculo en la parte exterior de su Otros cinco minutos. Cada vez más cerca, y Martin pronunciando el nombre del
ventana, nada más. perro una y otra vez. Perro malo, perro malvado, marcharse de casa y dejarlo
Martin leía libros acerca de las estaciones y de la gente de aquel mundo que solo tantos días… Perro malo, perro bueno, ven a casa, oh, Torry, ven a casa y
ahora no existía. Escuchaba todos los días, pero no oía los sonidos que deseaba cuéntamelo todo… Las lágrimas cayeron y se disolvieron sobre el edredón.
oír. Más cerca ahora. Muy cerca. En la misma calle, ladrando. ¡Torry!
Llegó el viernes por la noche. Sus padres iban a ir al teatro. La señorita Tarkins, Martin oyó su respiración. El sonido de las patas del perro en el montón de
la vecina de la casa contigua, se quedaría un rato hasta que Martin cayera hojas secas, en el sendero que conducía a la casa. Y ahora… junto a la misma
dormido, y luego se marcharía a su casa. casa, ladrando, ladrando, ladrando. ¡Torry!
Mamá y papá entraron a darle las buenas noches y salieron al encuentro del Ladrando junto a la puerta.
otoño. Martin oyó el sonido de sus pasos en la calle. Martin se estremeció. ¿Bajaría a abrir al perro, o debía esperar a que papá y
La señorita Tarkins se quedó un rato, y cuando Martin dijo que estaba cansado, mamá regresaran a casa? Esperar. Sí, tenía que esperar. Pero sería
apagó todas las luces y se marchó a su casa. insoportable si, mientras esperaba, el perro volvía a marcharse. No, bajaría a
A continuación, silencio. Martin permaneció tendido en la cama, abrir, y su querido perro saltaría a sus brazos otra vez. ¡Torry!
contemplando las estrellas que se movían lentamente a través del cielo. Era Había empezado a escurrirse de la cama cuando oyó el otro sonido. La puerta
una noche clara, iluminada por la luz de la luna. Una noche para vagabundear que se abría. Alguien había sido lo bastante amable como para abrirle la puerta
con Torry a través de la ciudad, a través del dormido camposanto, a lo largo de a Torry.
la orilla del río, cazando fantasmales sueños infantiles. Torry había traído un visitante, desde luego. El señor Buchanan, o el señor
Sólo el viento era amistoso. Las estrellas no ladraban. Los árboles no se Jacobs, o quizás la señorita Tarkins.
sentaban sobre sus patas traseras con expresión suplicante. Sólo el viento La puerta se abrió y se cerró y Torry corrió escaleras arriba, entró en la
agitaba su cola contra la casa de cuando en cuando. habitación y se encaramó al lecho de un salto.
Eran más de las nueve. -¡Torry! ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho toda esta semana?
Martin reía y lloraba al mismo tiempo. Se abrazó al perro. Y entonces dejó de motor del auto luz. normal.
reír y de llorar, repentinamente. Se quedó mirando a Torry con ojos dejó de funcionar.
asombrados. B Un extraño sonido Las puertas y las La figura del
El olor que había traído Torry era… distinto. metálico la ventanas se trabaron fantasma se
Era un olor a tierra. A tierra muerta. A tierra que olía a putrefacción, a tumba. despertó en mitad solas como si alguien sumergió en el
De las patas de Torry se desprendieron pegotes de tierra putrefacta. Y… algo de la noche. las controlara abismo de la noche.
más. Un pequeño trozo blanquecino de… ¿piel? C Cuando regresaba Nadie escuchaba sus Se salvaron
¿Lo era? ¡Lo era! ¡LO ERA! a su casa, el señor gritos de auxilio, milagrosamente y
¿Qué clase de mensaje le traía Torry? ¿Qué significaba aquel mensaje? La tierra Miguens sintió una todos seguían su lloraron de alivio y
era… la espantosa tierra del cementerio. presencia invisible camino sin verlo. de alegría.
Torry era un perro malo. Siempre cavando donde no debía. a sus espaldas.
Torry era un perro bueno. Siempre haciendo amigos con la misma facilidad. D Sus alas Apareció de la nada Desapareció en la
Torry era un perro bueno. Todo el mundo simpatizaba con él. Y Torry traía a la comenzaron a y con una fuerza espesura del
gente a casa. crecer desconocida lo hizo bosque. Sin
Y ahora, el último visitante estaba subiendo la escalera: inexplicablemente desaparecer tan embargo, en
Lentamente. Arrastrando un pie detrás del otro, penosamente, lentamente, y se tornaron inexplicablemente ocasiones, en las
lentamente, lentamente. gigantescas. como había llegado. noches de luna
-¡Torry, Torry! ¿Dónde has estado? -gritó Martin. llena, se oyen sus
Un pegote de tierra húmeda se desprendió del pecho del perro. lamentos y quejas.
La puerta de la habitación se abrió.
Martin tenía compañía.
A) Una vez que leíste las diferentes opciones del cuadro, elegí una sola de
Respondé: situación inicial, una sola de conflicto y una sola de desenlace.
1) ¿En qué persona gramatical está narrado el cuento? Justificá con una B)- Redactá un cuento respetando los tres momentos (Introducción, Nudo y
frase extraída del texto. (NUNCA de los diálogos) Desenlace) y los siguientes elementos: lugar, tiempo, personajes, narrador
2) ¿Qué tipo de narrador utiliza? Justificá con una frase extraída del texto en 3ª persona gramatical omnisciente. Mínimo 20 renglones.
(NUNCA de los diálogos)
3) Explicá con tus palabras la situación inicial, el desarrollo y el desenlace 4) Acentuación:
del cuento. Actividad 1:
4) A partir de lo que se lee en el cuento, ¿qué se puede decir del tiempo a) Señalá la sílaba tónica de las siguientes palabras:
interno y externo de la narración? Ánimo – Mimos – Goma – Éste- Aun – Hércules – Amasa- Anotan – Queso –
5) ¿Quién creés que llegó con Torry al final del cuento? Justificá tu Seco- Eje – Alinear – Genio.
respuesta. b) Uniendo todas las sílabas tónicas del punto anterior se podrá leer una
frase escondida. Escribila.
c) Extraé del cuento “El Emisario” quince palabras. Escribilas y marcá la
sílaba tónica.
Actividad 2: Narrá un cuento, pero antes de comenzar a escribir, leé el d) Ubicá, según la sílaba tónica, las palabras seleccionadas, en el siguiente
siguiente cuadro: cuadro: La sílaba tónica es la….
Última Penúltima Antepenúltima
Opción Situación inicial Conflicto Desenlace
A Una espesa niebla Se cortó Su cuerpo por fin Aguda Grave Esdrújula
cubrió la ruta y el inesperadamente la recuperó el aspecto
Vocal abierta tónica + Au-to
d) Luego completá el siguiente cuadro: vocal cerrada átona

Si la sílaba tónica es Ultima La palabra es Actividad 4: La persona que escribió el siguiente texto se olvidó de colocar
Penúltima La palabra es todos los acentos. Arreglalo y corregilo como si fueras vos el/la profesor/a
La palabra es esdrújula
Fragmento de: “La nariz de Moritz”:
Actividad 2: Indicá la sílaba tónica de las siguientes palabras y luego decí
qué tipo de palabras son según su acentuación (agudas, graves o esdrújulas) Por la tarde decidieron salir de paseo. Habia cerca un pequeño parque con
Antipática – miedo – suciedad – álbum – Recorrí – Simpático – Estampida – bancos, flores, pajaros y arboles.
Cóndor – Peroné – Púrpura – Sentimientos – Difícil – Dramatizar – Minimizar – Bajaron los cuatro pisos. Moritz se paro en el entresuelo, torcio la cabeza,
Sabia. arrugo la nariz y husmeo.
– No puede ser- dijo.
Actividad 3: Diptongo/Hiato – ¿Que es lo que no puede ser?- pregunto la madre.
Separá en sílabas las siguientes palabras e indicá cuál tiene diptongo y cual – Que aqui huela a disgusto. ¡Si hace seis meses que la vivienda esta vacia!
Hiato. – Ya no. Mientras estabas enfermo vinieron nuevos inquilinos, una familia con
Estruendo – irrumpieron – rompía – cuadro – cielo – desapareció – reías – héroe tres niños: dos crios gemelos y una niña mas crecidita.
– Bravío – Maíz – Ateo – Vehículo – Ahorrar – Mareo – Ortografía – Créeme - – Entonces es disgusto infantil. Sera la niña…
Poseer Volvio a husmear.
– Moritz- le pregunto la madre en voz baja- ¿a que huele el disgusto?
Luego completá los siguientes cuadros: El intento explicarselo.
– A tristeza, a lagrimas… a dolor de corazon.
Clases de hiatos ¿Cuándo llevan tilde? 3 Ejemplos La madre le miro de reojo, moviendo la cabeza. ¿Que le pasaba a su Moritz?
De dos vocales Según las reglas generales Eso de andar husmeando y oliendo a traves de las puertas… y encima eso de
iguales de acentuación “dolor de corazon…” era una palabra rara, pasada de moda.
Vocal abierta + a-or-ta – No deberian existir niños tristes – dijo Moritz-. Decir niño triste es como decir
vocal abierta nieve negra.
distinta Salieron a la calle y Moritz aspiro todos los olores. Muy pronto tuvo que sacar el
Vocal cerrada e-va-lú-as pañuelo para proteger su nariz. Solo en el parque se sintio mejor. Los rosales
tónica (i, u) + florecian, anduvo de uno a otro, metiendo la nariz en las flores rojas, amarillas y
vocal abierta blancas y aspirando la fragancia de las rosas.
átona (a, e, o) Luego se sento en un banco al lado de su madre. Se entretuvo hablando con
Vocal abierta Siempre. Sin tener en ella y todo volvio a ser como antes de la enfermedad.
átona (a, e, o) + cuenta las reglas generales
vocal cerrada de acentuación.
átona (i, u )
Clases de diptongos ¿Cuándo llevan tilde? 3 Ejemplos
De dos vocales cerradas Siguen las reglas
átonas (i,u) generales de
acentuación
Vocal cerradas átona +
vocal abierta tónica

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