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La contaminación lumínica es una forma de energía residual que puede tener graves
consecuencias ambientales para los seres humanos, la vida silvestre y el clima. Durante tres mil
millones de años, la vida en la Tierra existió en un ritmo de luz y oscuridad que fue creado
únicamente por la iluminación del Sol, la Luna y las estrellas. Ahora, las luces artificiales
reducen la visibilidad de las estrellas y otros objetos celestes.
Además, la luz interfiere con los ciclos de sueño, por lo que las personas en áreas
contaminadas por el resplandor del cielo urbano pueden sufrir interrupciones de sus ritmos
circadianos normales. Incluso, muchas aves migratorias vuelan de noche, cuando la luz de las
estrellas y la Luna les ayuda, pero están desorientadas por el resplandor de la luz artificial, por
lo que muchos de ellos chocan con torres y edificios brillantemente iluminados.
Finalmente, debido a que la luz es típicamente generada por la electricidad, que a su vez es
generada por la combustión de combustibles fósiles, entonces hay una conexión entre la
contaminación lumínica y la contaminación del aire. El control de la contaminación lumínica,
por lo tanto, ayudará a mantener el combustible (y el dinero) y reducir la contaminación del
aire, así como mitigar los problemas más inmediatos causados por la luz excesiva.
A) Omisión.
B) prodigalidad.
C) pérdida.
D) negarse.
E) aumentar.