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Conferencia General Octubre 1991

"ESTAS COSAS... COMO EJEMPLOS PARA NOSOTROS"


Elder Russell M. Nelson
Del Quórum de los Doce Apóstoles

"Un alma común recibe fortaleza cuando tiene un llamamiento


especial."
En junio de este año, mi esposa y yo tuvimos el privilegio de
acompañar al Coro del Tabernáculo en su gira por Europa.
Agradecemos esa asignación de la Primera Presidencia. Mucho se ha
escrito en cuanto al éxito del coro y a su buena influencia que aun
persistirá. Miembros y amigos de la Iglesia de todo el mundo
también agradecen al personal, a los directores y acompañantes y a todos los
miembros del coro su maravilloso servicio. No voy a mencionar a ninguno por
nombre, sino que simplemente me referiré a ellos como miembros del coro, ni
tampoco hablare como un critico de música. Mientras los expertos de la música se
fijan en lo que los miembros del coro pueden hacer, yo quisiera referirme a lo que
pueden ser. Quiero hacerlo porque he visto en ellos grandes ejemplos que pueden
inspirar y mejorar la vida de todos los que se esfuerzan por imitar al Señor, que dijo:
"...yo soy la luz; yo os he dado el ejemplo" (3 Nefi 18:16; véase también Juan
13:15).
Debemos esforzarnos por aprender de Su ejemplo y del buen ejemplo de los que
lo aman y lo siguen.
Los miembros del coro no son sobrenaturales; son gente común con debilidades
comunes, pero allí esta el poder de su ejemplo. Ellos creen en esta promesa del
Señor:
"Y porque has visto tu debilidad, serás fortalecido..." (D. y C. 135:5).
Antes de asistir al primer ensayo, los miembros del coro no solo llevaron su
talento y conocimiento musicales, sino también cualidades de rectitud personales.
Antes de hacer la primera presentación, fueron bendecidos con otra promesa de
nuestro Salvador:
"...que podáis darles buenos ejemplos en mi; y os haré instrumentos en mis
manos, para la salvación de muchas almas" (Alma 17:11).
¿No sabemos acaso que un alma común recibe fortaleza cuando tiene un
llamamiento especial? El coro lo sabe. En realidad, todos ellos parecen reconocer que
tienen una misión especial y se esfuerzan por adquirir las diez características que los
misioneros deben tener y poner en practica:
"La fe, la virtud, el conocimiento, la templanza, la paciencia, la bondad fraternal,
piedad, caridad, humildad, diligencia" (D. y C. 4:6).
Esos son atributos que el Señor merece recibir de Sus discípulos. Ya que cada uno
de nosotros debe ser "ejemplo de los creyentes" (1 Timoteo 4;12), me gustaría
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relacionar esas diez cualidades con los miembros del coro, ya que ellos fueron
"ejemplos para nosotros" ( 1 Corintios 10:6) de muchas memorables maneras.
FE
La fe de nuestros lideres fortaleció la de ellos. Rindo tributo a la Primera
Presidencia y a los lideres del coro que tuvieron la visión de planear las cosas del
modo que lo hicieron. ¡Cuan inspirados estuvieron al haber planeado por varios años
esa gira, antes de que el muro cayera en Europa! Mucho antes de que se pensara que
seria posible, las Autoridades Generales tuvieron fe en que el coro cantaría en
ciudades como Varsovia, Budapest, Praga, Leningrado y Moscú. En enero de este
año, esos planes se vieron amenazados por la guerra del Golfo Pérsico. Pero aun así,
los lideres decidieron no cancelar la gira, pues sabían la obra que podían hacer y
tuvieron fe en que podrían vencer todos los obstáculos. Además, oraron con
frecuencia para que la gira se pudiera realizar.
¡Y las oraciones fueron contestadas!
Analicemos un poco. En mil años de la historia de Rusia, la primera elección por
sufragio se realizó en junio de 1991. ¡Seis días después, el Coro del Tabernáculo
Mormón cantó en Moscú! Esa noche, después de que las estrofas de ¡Oh, esta todo
bien! hablan resonado en el teatro Bolshoi, el vice presidente de la república anunció
que la República de Rusia había reconocido oficialmente a La Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los Ultimos Días. En la víspera de la gran crisis que les esperaba, los
rusos escucharon canciones de fe, valentía, esperanza y amor.
La fe de nuestros lideres llega al corazón de los miembros, familias y amigos del
coro. Fueron grandes los riesgos que se corrieron al separarse esposos de esposas,
padres de hijos; cientos de niños estuvieron separados de madres o padres durante
casi un mes. Gracias a todos aquellos que fielmente cuidaron de esas familias. Si cada
uno de nosotros tuviera esa misma fe en el servicio al que fuésemos llamados a
prestar, también seriamos bendecidos.
VIRTUD
El coro irradiaba virtud. Todos sus miembros fueron un ejemplo del consejo del
presidente Brigham Young:
"Conoced la voluntad de Dios, guardad Sus mandamientos y haced Su voluntad y
entonces seréis personas virtuosas" (Discourses of Brigham Young, sel. John A.
Widtsoe, Salt Lake City, Deseret Book Co., 1954, pág. 194).
Ellos aplicaron la palabra de Dios (véase Alma 31:5) no sólo en el canto, sino
también en sermones que dieron por medio del ejemplo. Después de un concierto,
un hombre me dio las gracias de un modo muy particular. El dijo:
"Agradezco el mensaje del coro".
Entonces le pregunté:
"¿Cual fue el mensaje que recibió?"
Respondió:
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"El coro trató de enseñarme un medio de vida mejor".


Ese comentario fue para mi muy profundo. ¿Que le hizo sentir ese impulso hacia
lo bueno? ¿Fue la música clásica o la excelencia de su actuación? Lo dudo. Mas bien
creo que haya sido la influencia del Espíritu que edificó tanto al que daba como al
que recibía (véase D. y C. 50:21-22). Y hasta es muy posible que las melodías suaves y
sencillas, cantadas con dulzura y sinceridad, hayan llegado al alma del espectador.
Por ejemplo, cuando el coro cantó El Padre Nuestro, el auditorio estaba silencioso y
atento; sin comprender totalmente la letra ni el relato de la canción, pareció
comprenderla.
A causa de la virtud de los miembros del coro estos recibieron bendiciones en sus
vidas. Una vez terminada la gira, y estando todos de regreso en sus hogares, sanos y
salvos, pense en esta promesa del Señor:
"...si eres fiel y andas por las sendas de la virtud delante de mi, te preservare la
vida y recibirás una herencia en Sión" (D. y C. 25:2).
Esa misma promesa se aplica a vosotros y a mi.
CONOCIMIENTO
Para cualquier misionero, el conocimiento es esencial para rendir un servicio
competente. Así lo fue para los miembros del coro en la gira a ocho países. A fin de
comunicarse debidamente, ¡el coro cantó en diez idiomas! En esta época de
constantes cambios políticos, fue necesario hacer una selección cuidadosa de las
canciones que debían y no debían cantan Pero la búsqueda del conocimiento no se
limitó a la música, sino que estudiaron la cultura, la historia y la manera de vivir de
aquellos a quienes iban a servir. De un momento a otro tenían que echar mano de su
conocimiento del evangelio para contestar las preguntas de los reporteros y otras
personas interesadas.
En esos países en que ha habido tantas contiendas y dificultades, los miembros
del coro se hicieron eco del pasaje de las Escrituras que dice "...que tal vez pudieran
traerlos al conocimiento del Señor su Dios... para que también pudieran ser
conducidos a regocijarse en el Señor su Dios, para que pudieran ser amigables los
unos con los otros y no hubiese mas contiendas en toda la tierra" (Mosíah 28:2).
Los miembros del coro sabían que "...después que un pueblo ha sido iluminado
por el Espíritu de Dios, y ha poseído un gran conocimiento de las cosas
pertenecientes a la rectitud..." (Alma 24:30), la vida no
vuelve a ser la misma.
¡Imaginaos el bien que podéis hacer si aceptáis el gran desafío de adquirir
conocimiento y luego lo usáis para beneficiar a los demás, como lo hizo el coro!
TEMPLANZA
"Añadid... al conocimiento dominio propio" (2 Pedro 1:6), o sea, templanza, dijo
el apóstol Pedro. La templanza implica moderación y dominio de uno mismo; nos
recuerda los convenios que hemos hecho.
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Los miembros del coro siempre mostraron templanza y disciplina, no de


apariencia externa sino interna. Al obedecer fielmente la Palabra de Sabiduría, fueron
bendecidos con salud y fortaleza. Con muy poco tiempo para descansar, cumplieron
al pie de la letra con todo lo planeado, lo que les permitió cantar en lugares a los que
de otra manera no habrían podido ir. Constantemente las Escrituras nos enseñan que
seamos "moderados en todas las cosas" (1 Corintios 9:25; Alma 7:23; 38:10; D. y C.
12:8). La templanza nos protege de las consecuencias del de s control .
PACIENCIA
La paciencia es uno de los atributos mas comunes de los miembros del coro. El
registrarse en un hotel un grupo de quinientos viajeros con mas de mil valijas
requiere paciencia. Hubo el caso de una hermana que no recibió su valija. Su
paciencia se convirtió en creatividad al tratar de sentirse bien vistiendo la misma
ropa todos los días.
La paciencia es un atributo divino. El Libro de Mormón nos invita a que lleguemos
"...al conocimiento de la bondad de Dios, y de su incomparable poder, y su sabiduría,
su paciencia y su longanimidad para con los hijos de los hombres" (Mosíah 4:6).
Aunque los miembros del coro no son perfectos, todos ellos fueron el gran
ejemplo del consejo de Doctrina y Convenios: "...continuad en paciencia hasta
perfeccionaros" (D. y C. 67:13). Si ellos pueden hacerlo, nosotros también podemos
desarrollar el preciado talento de la paciencia.
BONDAD FRATERNAL
La bondad fraternal fue el distintivo de la gira. Nunca oí una crítica. Observe en
particular a los heroicos miembros del coro que tienen deficiencias físicas. Algunos
tienen serios problemas de la vista y sólo leen la música en el sistema Braille. Otros
solamente pueden caminar con el uso de muletas y aparatos ortopédicos. Pero sus
compañeros emularon su valor ayudándolos para que todo saliera bien. En realidad,
ellos fueron ejemplo del siguiente versículo:
"...todo el cuerpo, bien concertado y unido... según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor" (Efesios 4:16).
La bondad fraternal vence la rudeza del egoísmo. Cada uno de nosotros puede
desarrollar la bondad fraternal en el hogar, la escuela, el trabajo, el recreo, etc.
CARIDAD
El Libro de Mormón define la caridad como el amor puro de Cristo. (Véase
Moroni 7:47.) Además enseña que "...el Señor ha dado el mandamiento de que todos
los hombres tengan caridad, y esta caridad es amor" (2 Nefi 26:30; véase también
Eter 12 34).
Vi a los miembros del coro extender esa clase de amor a innumerables almas.
Además, contribuyeron dinero, comida y otros artículos para los necesitados.
Brindaron sin reserva su tiempo y talento sin reclamar nada para si. Que "la caridad
nunca [deje] de ser" (véase Moroni 7:46; 1 Corintios 13:8) en todos nosotros.
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HUMILDAD
La humildad del coro parecía aumentar con el paso de los días. A pesar de que un
éxito tras otro les daba motivo de sentirse orgullosos, los miembros se amoldaron a
este pasaje de las escrituras:
"No obstante, ayunaron y oraron frecuentemente, y se volvieron mas y mas
fuertes en su humildad, y mas y mas firmes en la fe de Cristo, hasta henchir sus almas
de alegría y de consolación; sí, hasta la purificación y santificación de sus corazones,
santificación que viene de entregar el corazón a Dios" (Helamán 3:35).
Los miembros del coro "estuvieron sujetos unos a otros" (véase I Pedro 5:5), y "se
impartían mutuamente la palabra de Dios" (véase Alma 1:20), como verdaderos
discípulos. Fueron humildes y receptivos como lo deben ser los santos sumisos (véase
Mosíah 3:19; D. y C. 105:12). Su ejemplo de humildad debe ennoblecernos.
DILIGENCIA
Todos los miembros del coro demostraron diligencia, pero mas que nadie una
madre que nunca olvidare. Apenas cinco días después de que el coro había partido
de Estados Unidos, me pidieron que le informara a esa hermana que su hija de 37
años había fallecido después de una larga enfermedad. Los lideres de esta pobre
madre le ofrecieron pagarle el viaje de regreso de Europa, pero ella prefirió no
aceptar. Los miembros de la familia ya habían hablado de esta posibilidad y habían
tomado una decisión. No querían que se interpretara como algo que otros debían
hacer. Sus hijos y nietos le habían pedido que cumpliera con su cometido. Por lo
tanto, continuó con diligencia y no faltó a un solo concierto. Con nobleza siguió el
consejo de las Escrituras: "...se diligente... en cualquier circunstancia difícil en que [te
encontrares]" (D. y C. 6:18).
Su ejemplo os puede beneficiar a todos vosotros como benefició a su familia y a
mi.
PIEDAD
La piedad, santidad o divinidad es tan difícil de definir como de lograr. Las
Escrituras hablan del misterio de la piedad (véase I Timoteo 3:16; D. y C. 19:10).
Porque es un tema tan especial, lo he dejado para el final.
Simón Pedro nos aconsejó "...andar en santa y piadosa manera de vivir,
esperando y apresurando[nos] para la venida del día de Dios" (2 Pedro 3:11-12). El
poder de Dios se manifiesta en las ordenanzas del sacerdocio (véase D. y C. 84:20). La
piedad no es un producto de la perfección, sino de la concentración y consagración.
La característica de la piedad la tenéis vosotros, que amáis al Señor. Tenéis
constantemente presente la expiación del Salvador y os regocijáis en Su amor
incondicional. Mientras tanto, vosotros vencéis el orgullo y la vana ambición.
Consideráis importantes vuestros logros si estos sirven para edificar el Reino de Dios
en la tierra. Las canciones del Coro del Tabernáculo Mormón transmitieron su
espíritu de piedad. De lo profundo de sus corazones cantaron una canción que
expresó el testimonio de un amor tan maravilloso y divino. Lagrimas de emoción
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expresaron sentimientos de conversión y de dedicación a Dios. Esa canción, la cual el


coro cantara en unos momentos, incluye las siguientes estrofas escritas por Isaac
Watts:
Cuando pienso en la sombría cruz
y en ella al Príncipe crucificado,
mi mas preciado logro y luz
pierde todo su significado.
Evita Dios que me envanezca,
Pues sólo vale el Cristo Redentor,
y sacrifico lo que mas merezca
ante la sangre de la Expiación.
Si mía fuera la naturaleza,
cederla seria poca abdicación;
Su amor encierra tal nobleza
requiere de mi alma y vida la consagración.
Tales son las lecciones que enseñan aquellos que "...sirven a lo que es figura y
sombra de las cosas celestiales" (Hebreos 8:5). Al igual que yo, los miembros del Coro
del Tabernáculo Mormón testifican del Señor viviente y de Su Iglesia restaurada en
estos últimos días. Dios nos bendiga para que mediante Su ejemplo edifiquemos
nuestras vidas, lo ruego en el nombre de Jesucristo. Amen.

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