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Vigilancia, Inspección
y Control del Ruido
por la Policía Local
2ª Edición
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COLABORA Y DISTRIBUYE
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para su inclusión en otras publicaciones, salvo autorización expresa de su autor. Queda autorizada su
impresión y difusión por cualquier tipo de medio.
EPÍLOGO:
La Contaminación Acústica se presenta como un factor medioambiental de gran
importancia que incide de forma principal en la calidad de vida de las personas, siendo el
ruido uno de los motivos más frecuentes de queja por los ciudadanos, según se desprende
de numerosas encuestas y estudios realizados.
1.1. EL RUIDO
Ruido y sonido
El sonido es un fenómeno vibratorio que, a partir de una perturbación inicial del medio
elástico donde se produce, se propaga en ese medio bajo la forma de una variación
periódica de presión sobre la presión atmosférica, pudiendo ser percibido por el oído.
A nivel general, ya sea en la calle, el lugar de trabajo o en nuestra propia vivienda, los
sonidos que percibimos proceden de distintas fuentes emisoras. Por lo tanto, estos sonidos
no van a ser puros ni tampoco van a seguir una armonía. Tampoco van a ser percibidos de
la misma forma ni van provocar las mismas sensaciones en diferentes personas.
Un mismo sonido puede ser considerado como agradable o desagradable por diferentes
personas, o incluso por una misma persona en diferentes momentos o situaciones, en
función de diversos factores que iremos viendo en este capítulo.
Cuando, por ejemplo, estamos en un local con la música elevada, no pensamos que la
música sea ruido, sino música únicamente. Sin embargo, los vecinos del local no pensarán
lo mismo porque ellos sólo escucharán ruidos molestos que no les permiten conciliar el
sueño. En consecuencia, debemos ser conscientes de que lo que para nosotros no tiene por
qué ser ruido, para otra persona puede ser muy molesto e incluso insoportable.
También se podría decir que el sonido es una vibración que el oído humano puede
percibir. Si esta percepción tiene connotaciones negativas, el sonido se convierte en ruido.
Fuentes de ruido.
Este ruido puede ser debido a factores mecánicos (motor, tubo de escape, frenos,
etc.), aerodinámicos (choque vehículo-aire) o de rodadura de los propios vehículos
(choque neumáticos-pavimento). Cuando la velocidad de los vehículos supera los 50
km/h, el factor principal de este tipo de ruido es generado por la rodadura de los
neumáticos.
3. Tráfico ferroviario: esta fuente de ruido, aunque con menor incidencia que las
anteriores, afecta de igual modo tanto a las grandes ciudades como a los núcleos
rurales, ya que la red ferroviaria es extensa y atraviesa numerosos puntos de nuestra
geografía. Este sistema de transporte se configura como un medio básico para
desplazarse, tanto para grandes distancias, con las crecientes líneas de alta
velocidad, como para el entorno metropolitano, a través de las redes de cercanías.
Dentro de este grupo también se engloba a los ruidos causados en las zonas de
ocio. La concentración en determinadas zonas urbanas de locales de ocio como
bares, discotecas, etc., resulta especialmente conflictiva. La contaminación acústica
que genera este tipo de establecimientos es provocada, principalmente, por la
algarabía exterior que envuelve tanto a estos locales como a las zonas donde se
concentra la gente joven. Por otro lado, también constituye una importante fuente de
ruido la música procedente de estos locales (que en el interior oscila entre 90 y 120
dBA), los cuales, en muchas ocasiones, incumplen la normativa y no se encuentran
debidamente insonorizados. Otras fuentes ligadas a éstos son los veladores de los
bares y las fiestas y verbenas de ámbito local o vecinal.
El oído humano recoge un nivel de sonidos que el varía entre los 0 y 120 dBA. Este
último nivel de ruido marca, aproximadamente, el denominado “umbral del dolor”. Cuando se
producen niveles de ruido superiores, pueden producirse daños físicos como la rotura del
tímpano.
- 120 dBA se hacen muy peligrosos y se necesita alguna protección del oído. Este
ruido es el emitido por el reactor de un avión volando a 50 metros.
- 110 dBA resultan peligrosos y muy molestos. Son habituales en una discoteca, en un
concierto de rock y a 100 metros de un avión aterrizando.
- 100 dBA suponen un riesgo muy grave si la audición es prolongada. Este nivel es
frecuente en muchos ambientes laborales industriales.
Efectos auditivos
El sistema auditivo se resiente ante una exposición prolongada a una fuente de ruido,
aunque esta sea de bajo nivel.
Además del ruido prolongado, un sonido repentino de 160 dBA como el de una
explosión o un disparo también puede resultar perjudicial. Este tipo de sonidos pueden
llegar a perforar el tímpano o causar otras lesiones irreversibles.
Efectos no auditivos
Además de al oído, el ruido puede producir daño en otros órganos, dando lugar a una
serie de efectos extra-auditivos.
Ambas respuestas son cortas, débiles y no suelen tener consecuencias importantes, pero
sirven como indicadores de la capacidad del ruido para distraer la atención.
El malestar causado por el ruido tiene mucho que ver con la sensación de estar siendo
perturbado, no sólo cuando se está descansando, sino también cuando se está
desarrollando alguna actividad. Las personas afectadas hablan de intranquilidad, inquietud,
desasosiego, depresión, desamparo, ansiedad o rabia.
El nivel de malestar percibido por las personas varía en función de la intensidad del
ruido y de otras características físicas del mismo que son menos objetivables (ruidos
"chirriantes", "estridentes", etc.). También varía en función de factores tales como miedos
asociados a la fuente del ruido o el grado de legitimación que el afectado atribuya a la
misma. Si el ruido es intermitente, influyen también la intensidad máxima de cada episodio
y el número de éstos.
Aunque hemos dicho anteriormente que no se pueden definir unos valores a partir de los
cuales se produce esta sensación, podemos decir que, según la Organización Mundial de la
Salud, la sensación de malestar comienza a manifestarse a partir de los 35 dBA.
Durante la mayoría de las actividades que puede realizar cualquier persona, se necesita
que ésta pueda mantener su atención en ellas. Cuando tratamos de desempeñar éstas
actividades y existe ruido en el ambiente, aumentan las probabilidades de no poder llevarlas
a cabo con éxito. Un ruido repentino, repetitivo o continuado producirá distracciones que
reducirán el rendimiento en muchos tipos de trabajos, especialmente en aquellos que exijan
un cierto nivel de concentración. El esfuerzo de la persona por aislarse de este ruido
produce en ella un mayor desgaste y un aumento de la fatiga mental.
En el caso de los niños el rendimiento escolar puede verse afectado cuando son
sometidos a altos niveles de ruido durante el periodo de aprendizaje. En estos casos, no
sólo aprenden a leer con mayor dificultad, sino que también el aprendizaje es de menor
calidad y se produce a un menor ritmo, ya que la existencia de ruido dificulta la atención y la
concentración.
Como ya hemos visto, los efectos nocivos del ruido adquieren una enorme relevancia
cuando se trata de desempeñar actividades en las que las personas tienen que mantener la
atención y la concentración.
Las Interrupciones del sueño, que pueden llevar al insomnio si son repetidas. La
probabilidad de despertarse no depende solamente de la intensidad del suceso
ruidoso, sino también de la diferencia entre éste y el nivel previo de ruido estable. A
partir de 45 dBA la probabilidad de despertarse es grande.
De igual forma, las personas expuestas al ruido durante el día también pueden sufrir
estas alteraciones, e incluso darse el efecto contrario, es decir, que el sueño sea inducido
cuando los sonidos son de baja frecuencia, monótonos y repetitivos.
Cansancio crónico
La habituación al ruido
Cada partícula del medio realiza una vibración de desplazamiento muy pequeño en torno
a su posición de equilibrio, es decir, no se propaga materia, se propaga energía mecánica.
Podríamos decir que mientras que la onda acústica es la propagación (onda) de una
vibración en un determinado medio material, el sonido es una onda acústica capaz de
producir una sensación auditiva.
Este parámetro nos informa de cómo cambia la presión al pasar la onda respecto de la
que había antes de pasar (ver figura 1). Resulta muy útil por ser fácil de medir y su valor es
muy pequeño respecto de las presiones habituales.
La presión acústica determina la intensidad de una señal sonora y está relacionada con la
amplitud de onda. Los sonidos se pueden clasificar en fuertes o débiles, en función de la
presión acústica.
Para que las variaciones de la presión sean audibles deben estar comprendidas en el
rango de entre 20 y 200.000.000 Pa., lo que obligaría a utilizar para su cuantificación una
escala de 10 millones de unidades, que resulta muy poco operativa.
Para reducir esa escala tan amplia se la convierte a una escala logarítmica mediante
una fórmula matemática, introduciendo el concepto de nivel de presión acústica, que se
mide en decibelios (dB). De este modo, se transforma la escala inicial de 20 millones de
unidades en otra de 140 unidades en la que el “umbral de detección” (20 Pa.) se hace
corresponder a 0 dB, y la máxima presión audible (200.000.000 Pa.) corresponde a 140
dB, que a su vez es el “umbral del dolor”.
Las variaciones de presión se transmiten a través de cualquier medio elástico con una
cierta velocidad que dependerá de la densidad y elasticidad del mismo. Así, la velocidad
del sonido en el aire en condiciones normales de presión y temperatura es de 344 m/s. En
Frecuencia (tono)
La frecuencia de un sonido hace referencia al número de veces que vibran las partículas
de aire que transmiten ese sonido en un segundo, o dicho de otro modo, el número de
variaciones de presión en ese tiempo.
Figura 3: Frecuencias.
Reverberación
Cuando las ondas sonoras chocan contra un obstáculo una parte de ella es absorbida y
otra parte se refleja, avanzando de nuevo con menor energía y produciéndose un efecto
rebote que puede volver a repetirse. El sonido que recibe la persona será la combinación
Si este tiempo es muy prolongado, se seguirán oyendo los sonidos anteriores cuando
aparezcan los nuevos, provocando distorsiones que pueden perjudicar la comunicación oral
entre las personas, además de producirse un aumento del nivel del ruido de fondo. En
cambio, si el tiempo de reverberación es muy corto, los sonidos suenan débiles, sobre todo
si se está lejos de la fuente.
Sensación sonora
La sensación sonora del organismo frente a las ondas acústicas responde a las
variaciones de presión o de frecuencia. El oído humano discrimina la frecuencia de la onda
sonora de entre 20 y 20.000 Hz. Sin embargo, cuando hablamos de presión acústica, el oído
se comporta de forma irregular en las distintas frecuencias, atenúa la sensación en las
frecuencias de 20 a 1000 Hz. (graves), amplifica entre 1000 y 5000 Hz (agudas) y vuelve a
atenuar a partir de 5.000 Hz. (muy agudas). En consecuencia, para una misma sensación
sonora, se necesita más presión acústica a frecuencias bajas (< 1000 Hz.) y altas (> 5000
Hz.). Por ello, se ha de medir el ruido utilizando un dispositivo que permita determinar los
niveles de presión acústica de forma similar a como los percibe el oído humano, es decir, se
deben aplicar determinados “filtros de corrección”, o lo que es lo mismo, “escalas de
ponderación”.
Tipos de ruido
Ruido impulsivo. Se caracteriza por una elevación brusca del nivel de ruido en un
tiempo inferior a 35 milisegundos, y por una duración total del mismo inferior a 500
milisegundos. Es el caso del ruido provocado por golpes, caída de objetos o
explosiones. El tiempo transcurrido entre impulsos ha de ser superior a un segundo.
Ruido tonal. Con frecuencia la energía sonora de una fuente de ruido se propagará
por una amplia banda de frecuencias. Algunas veces, el ruido que se emite desde
una fuente contiene una proporción alta de energía concentrada en una sola
frecuencia, es decir, contiene “tonos puros” (sonidos que emiten en una única
frecuencia). Cuando, al menos, uno de estos tonos es mayor en 5 dB a los
adyacentes o es claramente audible, se considera que el ruido es tonal.
El ruido tonal es, normalmente, más perceptible y molesto que un ruido no tonal del
mismo nivel. Este tipo de ruido es característico de máquinas rotativas como
motores, cajas de cambios o ventiladores. En este tipo de maquinas se producen
desequilibrios o impactos repetidos, causando vibraciones que, transmitidas al aire,
pueden ser oídas como tonos. Estos tonos pueden ser identificados subjetivamente,
escuchándolos, u objetivamente mediante un análisis de frecuencias, comparando el
nivel del tono con el nivel de los componentes espectrales circundantes.
El sonido puede considerarse como la sensación auditiva producida por una onda
acústica, que no es otra cosa que una forma de energía ondulatoria que se desplaza
utilizando el aire o cualquier otro medio elástico como medio de transporte
El ruido es un contaminante que se produce con facilidad, necesita muy poca energía
para ser emitido y es complejo de medir y cuantificar. Tampoco deja residuos y no tiene
efecto acumulativo en el medio, pero sí en el hombre.
Normativa europea
Normativa estatal
El Real Decreto 1513/2005, de 16 de diciembre, por el que se desarrolla la Ley del Ruido,
establece los requisitos mínimos que deben cumplir los mapas de ruido, los índices de ruido
que deben estudiar, las condiciones generales de su elaboración y las condiciones para el
estudio de los efectos. También establece los requisitos mínimos de los planes de acción,
determina los índices de ruido a utilizar y ciertas alturas y ubicaciones para las mediciones.
El Real Decreto 1367/2007, de 19 de octubre, que también desarrolla la Ley del Ruido,
regula lo referente a zonificación acústica, objetivos de calidad y emisiones acústicas.
Con esta legislación se abordaban algunas cuestiones técnicas que todavía perduran en
la legislación actual como la certificación del aislamiento acústico de determinados tipos de
actividades ruidosas, la obligación de instalación de limitadores-controladores en locales con
música o el empleo de sonómetros de precisión para las comprobaciones. También se
establecían los primeros límites de inmisión de ruido aplicables a actividades o
instalaciones, muy parecidos a los actuales.
Muy poco tiempo después, se publicó la mencionada Ley 37/2003, del Ruido, de carácter
estatal, a la que siguieron sus reglamentos de desarrollo, lo que obligaba a adaptar
nuevamente la legislación autonómica. Por este motivo, y también por la reciente aprobación
del DB-HR del Código Técnico de la Edificación, era necesaria una nueva modificación del
Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica para adaptarlo a las
definiciones de la Ley básica nacional.
Los mecanismos que establece el Reglamento son: la creación de mapas de ruido, los
planes de acción y la zonificación acústica.
Mapas de ruido
- Grandes ejes ferroviarios: cualquier vía férrea con un tráfico superior a 30.000
trenes por año.
Planes de acción
Los planes de acción se definen como aquellos planes encaminados a afrontar las
cuestiones relativas al ruido y a sus efectos, incluida la reducción del mismo si fuere
necesario.
Mapas estratégicos.
Mapas singulares.
Otros mapas.
Zonificación acústica
d) Tipo d. Sectores del territorio con predominio de suelo de uso característico turístico
o de otro uso terciario no contemplado en el tipo c.
e) Tipo e. Sectores del territorio con predominio de suelo de uso sanitario, docente y
cultural que requieran de especial protección contra la contaminación acústica.
Para cada una de estas áreas se establece como objetivo de calidad acústica la no
superación del valor que le sea de aplicación a cada área, recogidos en las Tablas I y II del
Decreto 6/2012.
2. Zonas tranquilas en campo abierto, que son aquellas zonas que están situadas
fuera de las aglomeraciones y permanecen inalteradas lejos de las perturbaciones
del ruido del tráfico, actividades industriales, etc.
2. El ruido producido por las actividades domésticas o los vecinos, cuando exceda
de los límites que en cada ordenanza se establezcan, en función de los usos
locales.
También hay una serie de competencias que corresponden a los Ayuntamientos de forma
casi exclusiva, entre las cuales podemos encontrar, por ejemplo, la delimitación de las áreas
de sensibilidad acústica, al estar sujetas a su propia planificación urbanística.
Además, la Ley del Ruido especifica que determinados temas deberán ser regulados por
las ordenanzas municipales, sin entrar en ningún momento en ellos, por lo que los
Ayuntamientos deben tener su ordenanza municipal de control de la contaminación acústica.
Las ordenanzas municipales de ruidos, de forma general, regulan una serie de aspectos
en relación con:
Ruidos de alarmas.
Ruido vecinal
Al contrario de lo que ocurre con otro tipo de actividades, que por estar sujetas a una
licencia o autorización municipal están obligadas a permitir cualquier acción de control por
parte de los inspectores municipales, el comportamiento de los vecinos y la actividad de los
mismos en su vivienda no están sujetos a ningún tipo de autorización. En consecuencia,
salvo autorización judicial, los funcionarios no podrán acceder al interior de una vivienda
particular ante la negativa de sus propietarios.
Esto impide, en la mayoría de las ocasiones, poder realizar una inspección con las
garantías de que el resultado de la misma no pueda ser recurrido y rechazado en los
tribunales.
Por lo tanto, para un tratamiento más eficaz del problema, en las ordenanzas municipales
se hace referencia a determinados comportamientos de una forma genérica, sin mencionar
la obligación de medir los niveles sonoros transmitidos, prohibiéndose una serie de
conductas, tales como:
Gritar o vociferar.
Incluso en muchos de estos casos, se deja a juicio de los propios agentes valorar si la
persistencia o la intensidad de las molestias generadas por éstos u otros comportamientos
resultan inadmisibles, a los efectos de determinar si pueden ser o no merecedores de
sanción.
El ruido generado en la vía pública por malos comportamientos debe tener un tratamiento
muy similar al del ruido en el interior de las viviendas, pudiéndose prohibir comportamientos
como gritar, vociferar, hacer funcionar equipos reproductores de sonido o realizar
interpretaciones musicales.
Sin embargo, este ruido también podría estar generado por algún tipo de emisor acústico
o actividad sujeta a autorización municipal, resultando su control menos problemático debido
a que la falta de dicha autorización plantea menos controversia a la hora de determinar el
cese de la actividad.
De la misma forma, son los agentes de la Policía Local los que se encargan de recibir la
mayoría de las quejas y denuncias en relación con este tipo de ruido. Al igual que ocurre con
el ruido originado en el interior de las viviendas, en muchos casos también se deja a juicio
de los propios agentes valorar si la persistencia o la intensidad de las molestias resultan
intolerables y, en consecuencia, si pueden ser merecedoras de sanción, pudiendo requerir a
su responsable o responsables para que desistan de su actitud.
Ruido de alarmas
En los últimos tiempos están proliferando las alarmas instaladas tanto en viviendas como
en locales. Por ello, se pueden establecer ciertas limitaciones a este tipo de instalaciones,
exigiendo una previa autorización o efectuando el control cuando se produzca una denuncia
por el funcionamiento de una alarma que no cumpla con las condiciones establecidas.
Por poner algunos ejemplos, se pueden establecer limitaciones que afecten a la duración
máxima de funcionamiento continuo del sistema sonoro de las alarmas o establecer niveles
máximos de emisión sonora.
Los Ayuntamientos pueden permitir que se superen los objetivos de calidad acústica en
un área de sensibilidad acústica cuando existan circunstancias que así lo aconsejen. Entre
dichas circunstancias está la organización de actos culturales o de naturaleza análoga.
Terrazas y veladores
Los niveles que generan este tipo de actividades son, en casi la totalidad de los casos y
debido a que generalmente se ubican en zonas urbanas con predominio de uso residencial,
lo suficientemente elevados como para incumplir con los límites establecidos para las áreas
de sensibilidad acústica.
Tanto las terrazas como los veladores, al no tener paramentos que las delimiten, carecen
de aislamiento perimetral y, en consecuencia, transmiten al ambiente exterior el mismo nivel
que están emitiendo. Para atenuar los niveles de ruido que generan, se pueden establecer
distintas limitaciones, por ejemplo, en lo que se refiere a su aforo y superficie o
estableciendo limitaciones en el número de veladores.
Este Reglamento también regula el control de los vehículos a motor y los ciclomotores,
considerando las dificultades existentes para la comprobación de sus emisiones acústicas
cuando se encuentran en circulación. Para salvar esta circunstancia, se opta por establecer
la comprobación del nivel de emisión sonora a vehículo parado.
b) Ferrocarriles.
c) Aeronaves.
d) Infraestructuras viarias.
e) Infraestructuras ferroviarias.
f) Infraestructuras aeroportuarias.
g) Infraestructuras portuarias.
h) Máquinas y equipos.
j) Actividades industriales.
k) Actividades comerciales.
En el presente capítulo estudiaremos los valores límites de inmisión de ruido que resultan
aplicables a los emisores acústicos con mayor incidencia sobre la contaminación acústica en
nuestras ciudades y municipios, y sobre los cuales los Ayuntamientos pueden ejercer sus
competencias en materia de control del ruido. Nos estamos refiriendo, principalmente, al
tráfico rodado de vehículos y a las fuentes de ruido relacionadas con el funcionamiento de
cualquier tipo de maquinaria, equipo o instalación, así como con el ejercicio de cualquier
actividad, ya sea ésta industrial, comercial, recreativa, deportiva o de ocio.
Podemos decir que dos locales son acústicamente colindantes cuando la onda acústica,
generada en el local emisor, llega al local receptor sin que en ningún momento se transmita
por el ambiente exterior.
Donde:
La administración puede optar por reducir el periodo de tarde en una o dos horas y, en
consecuencia, alargar los periodos día y/o noche.
Igualmente, la administración podrá modificar la hora de comienzo del periodo día y, por
consiguiente, cuando empiezan los periodos tarde y noche. La decisión de modificación
deberá aplicarse a todas las fuentes de ruido.
Ruido de fondo.
Los tonos emergentes son sonidos en una frecuencia que destaca entre las demás,
parecidos a lo que conocemos como un “pitido”. Estos tonos son característicos de
maquinarias con elementos rotatorios como equipos de climatización, bombas de presión,
ascensores, equipos de refrigeración, extractores, ventiladores, etc. También se detectan en
Esta corrección se aplica para penalizar los ruidos en los que se aprecian sonidos de baja
frecuencia (sonidos graves), por resultar especialmente molestos. Estos sonidos suelen
estar asociados a maquinaria o equipos de reproducción musical, en particular si disponen
de “subwoofers”
No son las leyes medioambientales las únicas que recogen la prohibición de circular a
vehículos que superen los niveles de emisión de ruido, sino que la última reforma de la Ley
sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, operada por el Real
Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre, establece en su artículo 12:
“No pueden circular por las vías objeto de esta ley los vehículos con niveles de emisión
de ruido superiores a los reglamentariamente establecidos, emitiendo gases o humos
en valores superiores a los límites establecidos, ni cuando hayan sido objeto de una
reforma de importancia no autorizada. Todos los conductores de vehículos quedan
obligados a colaborar en las pruebas reglamentarias de detección que permitan
comprobar las posibles deficiencias indicadas.”
Como norma general, los límites máximos de nivel de emisión sonora admisibles para los
vehículos de motor y ciclomotores en circulación se obtendrán sumando 4 dBA al nivel de
emisión que figure en la ficha de homologación del vehículo, regulada en el Real Decreto
2028/1986, así como en el Decreto 1439/1972, correspondiente al ensayo a vehículo
parado.
Para vehículos de motor, será obligatorio que el vehículo pase un control en alguna
ITV y ésta dictamine que el mismo se encuentra en perfecto estado de
mantenimiento. El nivel de emisión será el que se obtenga en una medición realizada
inmediatamente después de dicho control. El valor obtenido en esta medición será
considerado, en lo sucesivo, como valor límite para dicho vehículo.
La utilización de las sirenas sólo se permitirá cuando el vehículo que las lleva se
encuentre realizando un servicio de urgencia. En el caso de ambulancias se entiende por
servicio de urgencia los recorridos desde su base de operaciones hasta el lugar de recogida
del enfermo o accidentado, y desde éste al centro sanitario correspondiente. Tanto en los
recorridos de regreso a la base como en los desplazamientos rutinarios o no urgentes de
enfermos a consulta, está terminantemente prohibida la utilización de sirenas.
Aislar supone impedir que un sonido penetre en un medio o que salga de él. Por ello,
para aislar, se usan tanto materiales absorbentes como materiales aislantes. Al incidir la
onda acústica sobre un elemento constructivo, una parte de la energía se refleja, otra se
absorbe y otra se transmite al otro lado. El aislamiento que ofrece el elemento es la
diferencia entre la energía incidente y la energía transmitida, es decir, equivale a la suma de
la parte reflejada y la parte absorbida. Existen diversos factores básicos que intervienen en
la consecución de un buen aislamiento acústico.
Los valores de aislamiento acústico exigidos a los locales destinados a uso distinto del de
vivienda deberán ser los necesarios para el cumplimiento de todas las limitaciones de
inmisión establecidas en el Reglamento.
A los efectos de establecer los aislamientos mínimos exigibles a los cerramientos que
limitan las actividades o instalaciones ruidosas, entendiendo por tales aquellas en las que en
su interior se generan niveles de presión sonora superiores a 80 dBA, ubicadas en edificios
El procedimiento para valorar las exigencias mínimas de aislamiento acústico para los
distintos tipos de actividades se regula en la Instrucción Técnica 2 del Reglamento, y los
índices de referencia se recogen en la siguiente tabla:
Las administraciones públicas tienen la obligación de contar con los medios humanos y
materiales necesarios para que se efectúen las inspecciones medioambientales ante las
denuncias que, en materia de contaminación acústica, les sean presentadas.
Las recogidas en el artículo 130 de la Ley 7/2007, y demás normativa vigente que
resulte de aplicación.
Para considerar que una inspección es correcta, se debe afirmar que se ha medido bien y
se ha medido lo que se debía medir.
Las actas de inspección se redactan por triplicado. Una vez cumplimentada el acta y
firmada por los inspectores y la propiedad del foco emisor, una copia se entregará a la
persona interesada, otra se incluirá en el expediente y la última copia quedará en poder del
funcionario que realiza la inspección para el archivo correspondiente. En el caso de que el
interesado se niegue a firmar el acta, se reflejará el hecho en la misma y tendrá validez con
la firma de los funcionarios.
Antes de dar por finalizado el proceso de medición, deberemos hacer una comprobación
de que los valores obtenidos son coherentes, en especial:
Que ningún valor del ruido de fondo difiera en menos de 3 dBA respecto al foco
emisor en funcionamiento.
Las denuncias que se formulen por incumplimiento de las normas de calidad y prevención
acústica darán lugar a la realización de la correspondiente inspección medioambiental. La
finalidad de la misma será comprobar la veracidad de los hechos denunciados y, si es
necesario, se incoará un procedimiento sancionador a la persona responsable, notificándose
a las personas denunciantes la iniciación o no del mismo, así como la resolución que
recaiga, en su caso.
Infracciones
Sanciones
Las cuantías de las multas con la que se sancionará la comisión de las infracciones serán
las siguientes:
Para las infracciones muy graves, la cuantía de la multa estará comprendida entre
12.001 y 300.000 euros.
La Ley 37/2003, del Ruido, indica que las sanciones se impondrán atendiendo a:
c) El grado del daño o molestia causado a las personas, a los bienes o al medio
ambiente.
d) La intencionalidad o negligencia.
e) La reincidencia y la participación.
Además, de acuerdo con esta Ley, no sólo se puede sancionar mediante multas, sino que
también se podrá sancionar:
c) Para el caso de infracciones leves, la Ley 37/2003, del Ruido, recoge que las
ordenanzas locales podrán establecer, por la comisión de infracciones previstas por
aquéllas, las siguientes sanciones:
Multas.
Por lo tanto, las ordenanzas podrán establecer, dentro de sus competencias, multas con
cuantías no superiores a las indicadas anteriormente y suspensión de autorizaciones o
licencias por un periodo que nunca podrá ser superior a un mes, en los casos de sanciones
leves.
Personas responsables
De acuerdo con lo dispuesto en los artículos 158 y 159 de la Ley 7/2007, la competencia
para el ejercicio de la potestad sancionadora en materia de ruido corresponde a la
Consejería competente en materia de medio ambiente o a los Ayuntamientos.
Únicamente se podrán establecer infracciones y sanciones por medio de una norma con
rango de Ley, con independencia de que se desarrollen por otras normas de carácter
general.
En los supuestos en los que el infractor incumpla una sanción firme, la Ley 7/2007, de
Gestión Integrada de la Calidad Ambiental, prevé la posibilidad de imponer multas
coercitivas sucesivas, previo requerimiento al infractor para el cumplimiento de la sanción.
La cuantía de cada una de estas multas no superará un tercio de la multa fijada para la
infracción cometida.
Medidas provisionales
A los efectos del Reglamento se entenderá que existen razones de urgencia inaplazable
siempre que puedan producirse daños de carácter irreparable en el medio ambiente.
g) Prestación de fianza.
En todo caso, se considerará que han de adoptarse estas medidas cuando en el informe
de inspección se determinen niveles de superación en 6 o más dBA, o ante el
incumplimiento reiterado de los requerimientos dirigidos a la adopción de medidas
correctoras.
Figura 8: Sonómetro
A los sonómetros y calibradores utilizados para la evaluación del ruido les será de
aplicación lo dispuesto en la Orden de Ministerio de Fomento, de 25 de septiembre de
2007, por la que se regula el control metrológico del estado de los instrumentos
destinados a la medición de sonido audible y de los calibradores acústicos. El plazo de
validez de la verificación de los instrumentos de medida será de un año. La entidad que
realice dicha verificación emitirá un certificado de acreditación de la misma, de acuerdo
con la Orden citada.
La medición del ruido constituye, por tanto, un procedimiento a través del cual podremos
cuantificar el nivel de contaminación acústica, permitiendo así que cada administración
pueda ejercer las potestades atribuidas en esta materia y determinar qué medidas se hace
necesario adoptar en cada momento.
Por lo tanto, resulta absolutamente necesario determinar cuáles son los niveles que
aportan el resto de emisores acústicos que actúan durante el periodo en que hemos medido
con el emisor a inspeccionar en funcionamiento. A esos niveles se les conoce como “ruido
de fondo”.
Como no es posible determinar con una sola medida ambas componentes, resulta
imprescindible que se realicen dos mediciones. La primera de ellas se realizará con el
emisor a inspeccionar en funcionamiento, a la que se denomina “medida del nivel global”, y
a continuación se realizará una segunda medición con el emisor parado, la cual nos servirá
para determinar el ruido de fondo. La diferencia energética entre ambos valores nos dará el
nivel transmitido.
Podría darse el caso de que no fuese posible que el foco emisor dejara de funcionar a
voluntad del técnico que realiza la inspección. Un ejemplo de ello sería el hecho de tener
que medir el ruido transmitido por una sala de fiestas a una vivienda colindante. En este
caso, habría que medir el ruido de fondo lo más próximo posible al momento en que la
actividad dejara de funcionar. De esta circunstancia se debería dejar constancia en el
informe técnico por parte del inspector, siendo éste un inconveniente importante, ya que se
abre la puerta a que se alegue la nulidad de la inspección por no haber medido el ruido de
fondo. De ahí la importancia de especificar en las ordenanzas municipales que “el ruido de
fondo se medirá o evaluará”, en función de determinadas circunstancias.
Para que la evaluación del ruido transmitido sea correcta, tendremos que estar seguros
de que el ruido de fondo existente cuando medimos sin el emisor en funcionamiento sea
igual o similar al que existía durante la medición del nivel global. De lo contrario, podríamos
estar asignando al emisor niveles correspondientes al ruido de fondo. Un ejemplo de ello
podría ser el hecho de que durante la medición con el emisor en funcionamiento circulase
por las proximidades una ambulancia en servicio de urgencia haciendo uso de señales
acústicas. En este caso, es muy probable que el valor del nivel global se incrementase
debido a esta circunstancia y que, a la hora de determinar su diferencia con respecto al
ruido de fondo, se asignaran al emisor niveles que no le corresponden.
En todos los casos de medida o evaluación del ruido de fondo se deberán tener en
cuenta las siguientes circunstancias:
b) Cuando el nivel global sea igual al nivel del ruido de fondo, no se podrá determinar
con exactitud el valor del nivel transmitido.
Además, éstas no son las únicas razones que obligan a realizar este tipo de mediciones
con ventanas cerradas. En el caso de mediciones de control de los ruidos transmitidos por
un emisor a locales acústicamente colindantes con él, cuanto menor sea el nivel de fondo
del local receptor, más fácil y con menos error se podrá determinar el nivel transmitido. En
estos casos, realizar la medición con las ventanas abiertas no aporta ninguna información
válida y dificulta la precisión de la misma a la hora de establecer los niveles transmitidos.
En aquellos casos en los cuales se interprete que las molestias que se produzcan en el
interior de un local pudieran venir de un foco emisor situado fuera de la edificación que
alberga a la vivienda, y que las molestias generadas en ésta llegan por la propagación a lo
largo del espacio exterior comprendido entre el foco y la vivienda, habrá que tener en cuenta
que:
b) Las únicas exigencias que se pueden imponer al titular de un foco emisor acústico
son las que se marcan en la legislación: no transmitir niveles superiores a los
establecidos a locales acústicamente colindantes y al ambiente exterior. En ningún
caso se le puede imponer un aislamiento superior al necesario para cumplir con
ambas exigencias y, mucho menos, una exigencia de aislamiento en función de los
aislamientos de las viviendas que se encuentren en su entorno.
Por estos motivos, siempre que se quiera comprobar si se cumplen los límites de niveles
máximos transmitidos por una actividad, se debe medir con las ventanas cerradas.
Las medidas con ventanas abiertas se podrían realizar con un mero carácter informativo,
o bien para determinar si el problema de ruido en el interior de la vivienda es consecuencia
de un aislamiento deficiente de la fachada del edificio. En este último caso, si se demuestra
que la superación de niveles acústicos dentro de la edificación es atribuible a un defecto
constructivo del edificio, se podría iniciar un procedimiento jurídico encaminado a la
implantación de medidas correctoras por parte de los responsables de la obra.
Por este motivo, es necesario seguir fielmente el protocolo de medida que se establece
en el Reglamento. Tan importante o más que el protocolo indicado es el hecho de que,
cuando se terminen las mediciones estipuladas, deberemos estar firmemente convencidos
Antes de dar por terminada la inspección, cuando se considere que se han realizado
todas las mediciones, deberemos estudiar los resultados obtenidos, comprobar si son
coherentes y, como se ha dicho anteriormente, estar completamente seguros de que se ha
medido lo que se quería medir. En caso contrario, la inspección no se debe dar por
terminada.
Son varias las formas de acometer la realización de las mediciones acústicas durante una
inspección. Para una buena ejecución del cometido de toda inspección acústica, se
establecen unas pautas cuyo objetivo no es otro que el de evaluar lo más fielmente posible
los niveles transmitidos por la actividad objeto de control.
Teniendo en cuenta que en el Reglamento se establecen límites tanto para los niveles
transmitidos al exterior como al interior de los locales acústicamente colindantes, será
necesario realizar obligatoriamente mediciones de los niveles sonoros transmitidos a los dos
ámbitos. Siempre, se deberán realizar las mediciones que el protocolo de medida establece
en el exterior y, sólo en el caso de que las molestias se generen en locales acústicamente
colindantes, en el interior de los mismos.
Según la definición recogida en el propio Reglamento, entendemos que dos locales son
acústicamente colindantes cuando exista transmisión estructural por los elementos sólidos
de la edificación.
Las mediciones se llevarán a cabo siguiendo los criterios que se indican a continuación:
Sera preceptivo que antes y después de cada medición se realice una verificación
acústica de la cadena de medición mediante un calibrador sonoro, que garantice un
margen de desviación no superior a 0,3 dB respecto del valor de referencia inicial.
En todos los casos la medición se llevará a cabo en el lugar en que su valor sea más
alto, por lo que será necesario realizar unas primeras medidas de control para
definirlo, en el caso de que no pudiera detectarse sin necesidad de medición.
Las medidas se considerarán válidas cuando la diferencia entre los valores extremos
obtenidos sea menor o igual a 6 dBA. Si la diferencia fuese mayor, se deberá
proceder a la obtención de una nueva serie de tres mediciones.
Ningún valor del ruido de fondo deberá diferir en menos de 3 dBA respecto al foco emisor
en funcionamiento. En caso contrario, no será posible determinar el valor del nivel de ruido
transmitido.
Si no fuese posible mantener dichas distancias por las dimensiones de la habitación, las
medidas se realizarán en el centro de la misma, dejando constancia de esta circunstancia en
la correspondiente acta de inspección.
Como ya se ha indicado, si algún valor que difiere en más de 6 dBA del resto de los
valores obtenidos en la serie de medidas, antes de desechar la medida, se deberá investigar
cuál es el origen del valor. Si se debiera a un hecho accidental como pueda ser, por
ejemplo, el hecho de que en el momento de tomar la medida se encontrase circulando por
las proximidades algún camión o autobús, se desechará esa medida y se realizará una
nueva. Si el origen del valor es originado por una acción propia de la actividad, ésa será la
única medida válida de la serie y se deberá completar con mediciones realizadas cuando se
produce dicha acción.
Aun siendo el caso de que la inspección sea originada por reclamaciones de un local
acústicamente colindante, hay que tener en cuenta que el Reglamento establece también
límites a los niveles emitidos al ambiente exterior, por lo que resulta necesario medir
también en el exterior del local. Por lo tanto, se deben controlar los niveles transmitidos a
“todos los exteriores”, es decir, si la actividad tiene varias fachadas a la vía pública, se
Los controles de los niveles transmitidos al exterior se deben realizar exactamente igual
que los realizados para los niveles transmitidos al local colindante, con una especial
atención en la posible influencia del ruido de fondo.
En lo que se refiere al ruido que pueden emitir los vehículos a motor en relación con la
homologación de éstos, la regulación viene recogida en la legislación española en el artículo
18 del Real Decreto 1367/2007, que desarrolla la Ley del Ruido, en el que establece que los
procedimientos que se deben seguir corresponden a los marcados por directivas europeas.
Por lo tanto, estos procedimientos están homologados para toda la Unión Europea.
Método de medida
La altura del micrófono respecto al suelo debe ser igual a la del orificio de salida de
los gases de escape, con un valor mínimo de 0,2 m., con la membrana orientada
hacia el orificio de salida de gases y a una distancia de 0,5 m. de él.
El eje de sensibilidad máxima del micrófono debe ser paralelo al suelo y formar un
ángulo de 45º +10º con el plano vertical que determina la dirección de salida de los
gases.
En el caso de escapes de dos o más salidas que disten entre sí menos de 0,3 m., se
hace una sola medida quedando determinada la posición del micrófono con relación
a la salida más alta desde el suelo.
Para los vehículos cuyo escape consta de varias salidas, con sus ejes a distancias
mayores 0,3 m., se hace una medida para cada salida, como si cada una de ellas
fuera única, y se considerara el valor del nivel máximo de emisión
3. Serán efectuadas tres medidas, hechas una inmediatamente después de la otra, que
serán consideradas válidas si la desviación entre los resultados de las tres medidas
no son superiores a 2 dBA.
4. El valor más elevado obtenido en estas tres medidas será considerado como el
resultado de la medición.
En aquellos casos en los que el conductor sea reincidente, se producirá un aumento tanto
en la graduación de la infracción como en la cuantía de la sanción, pudiéndose llegar a la
retirada del vehículo y al precintado del mismo, en el caso de que la ordenanza así lo
establezca.
Se abonen las tasas que por retirada y depósito del vehículo que estén establecidas
en la correspondiente ordenanza fiscal.
Algunas ciudades, ante la falta de medios para proceder a las comprobaciones del nivel
sonoro, establecen en sus ordenanzas que los agentes de Policía Local, en determinadas
circunstancias, cuando detecten un vehículo ruidoso dando muestras claras y evidentes de
superar los límites establecidos, notificarán al propietario del vehículo la obligación de remitir
a las dependencias de la Policía Local, en un plazo determinado, informe de comprobación
del nivel sonoro del vehículo extendido por estación de ITV, a la vista del cual se podrá
iniciar, en su caso, el correspondiente expediente sancionador.
Real Decreto 2028/1986, de 6 de junio, por el que se establecen las normas para
aplicación de Directivas comunitarias relativas a la homologación de tipos de
vehículos, remolques, semirremolques y sus partes y piezas.
Páginas Webs:
www.insht.es
rodin.uca.es
www.msssi.gob.es
www.juntadeandalucia.es
sicaweb.cedex.es
www.dipucadiz.es
www.sevilla.org
www.lineaverdemunicipal.com
es.wikipedia.org