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LA IMPOSICION DE MANOS

Introducción
“Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la
perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas,
de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio eterno.” Hebreos 6:1-2

Nuestra perspectiva cristiana nos enseña así: que se puede liberar el poder de Dios a
través de la imposición de manos.

Hemos subrayado la palabra “fundamento” y la frase “imposición de manos” en estos


dos versos para mostrar que la doctrina de la imposición de manos es una doctrina
fundamental de la Iglesia. En cualquier construcción, el fundamento es muy importante
si esperamos tener una buena superestructura. Asimismo, cuando edificamos el cuerpo
de Cristo, la imposición de manos es fundamental y necesaria si esperamos tener una
iglesia fuerte (superestructura).

Es sorprendente cuántos creyentes tratan de edificar sus vidas y ministerios sin un


fundamento. No se puede construir sin fundamento. Cuando los vientos soplan y vienen
las inundaciones, sin un fuerte fundamento, su casa se derrumbará. Esta es la razón por
la cual muchos cristianos y muchos ministerios caen. Les falta un fundamento fuerte.
La imposición de manos es una doctrina fundamental. Como creyente, usted necesita
entender y operar en esta doctrina. Debe construir su vida sobre esta verdad espiritual si
hoy desea pararse firme.
Este libro está escrito bajo la premisa que cuando el Señor quiere liberar su poder en la
tierra, a menudo lo hace a través de la imposición de manos. La palabra poder en la
Biblia es la palabra griega dunamis, de la cual deriva la palabra dinamita. Cuando
hablamos de “dunamis”, nos referimos al poder para la prosperidad, ascenso, exaltación,
sanidad, liberación y para el ministerio completo.
Pero no es cuestión de poner la mano en cualquier lado y en cualquier circunstancia.
¿Por qué? Porque como vamos a ver, el imponer las manos puede ser que sea de
bendición, pero si usted no está bien, puede ser que, lo malo del otro haga mal a su
propia vida.
Así que, en qué momento, sobre qué situación, en qué áreas puede imponerse las
manos. Vamos a ver cuatro áreas en que la Biblia nos enseña sobre la imposición de
manos.
Bíblicamente hablando, estas cuatro áreas abarcan casi todo el espectro de enseñanza.

1. Apartar y exaltar. Un área que tiene que ver con apartar a una persona y
exaltarlo o levantarlo.

2. Impartir dones y equipar el cuerpo de Cristo.

3. Apartar y enviar al ministerio. Esto es entre ministros.

4. Sanidad y liberación.

Para muchos, la imposición de manos puede ser una doctrina insignificante que no
necesita mucha atención. Para otros, puede parecer una doctrina tonta y muy

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enfatizada. Pero Dios elige las cosas tontas del mundo para lograr Sus propósitos en la
tierra.

La imposición de manos no es una doctrina que puede ser descuidada. Si la


descuidamos, no recibiremos todo lo que Dios tiene para nosotros. Si enseñamos esta
doctrina y las practicamos, veremos tremendos resultados en nuestras vidas e iglesias.

Hay dos áreas en el ser humano a las que Dios ha puesto mucho énfasis. Es en esas dos
áreas donde Dios quiere desatar el potencial de Su Espíritu sobre el ser humano hecho a
su imagen, y es en esas dos áreas donde Satanás, el adversario de nuestras vidas, quiere
operar para arruinar, soslayar, dejar una vida chata y raquítica, en derrota, la vida del ser
humano hecho a la imagen de Dios.
Una es el habla, la otra es las manos. Usted va a encontrar en muchas escrituras, la
importancia de desatar la bendición de Dios, una es a través de lo que se dice, y la otra
es a través de la transferencia de lo que está dentro del ministro como “canal” a través
de las manos.

Una de las expresiones más altas del ser humano es el habla. Ningún animal de la
creación tiene la virtud de poder expresarse como se expresa el ser humano. El habla le
ha sido dada al hombre porque está hecho a la imagen de Dios.
La otra es la que vamos a ver, las manos. Es por esta razón que, por un lado puede
llevarse al extremo donde se degenera, se desvirtúa y en manos de un hombre o de una
mujer que ha desvirtuado y se ha apartado del verdadero manantial de vida donde fue
concebido todo esto, aparecen parapsicólogos, brujos, curanderos, de todo.
Vamos a ver los aspectos más sobresalientes y el por qué de la imposición de manos.

• Génesis 24:2; 47:29


En la antigüedad, en el pacto de juramento, el varón ponía la mano debajo del muslo,
esto era así entre los judíos y hebreos. Esto era un pacto de juramento muy solemne. La
persona que juraba que no iba a desviarse de ese pacto, ponía la mano en el muslo del
varón, del criado, y juramentaba. ¿Por qué la mano? Porque la mano, después del habla
era el elemento por el cual el ser humano, hecho a la imagen de Dios, podía transmitir
verdad o no. La mano en la antigüedad era símbolo de juramento, pacto y juramento.

• Génesis 41:42
El Faraón pone a José en excelencia, y qué hace para darle a José autoridad. Se quita el
anillo de su mano y lo pone en la mano de José. ¿Qué simbolizaba ese anillo en la
mano de José? Autoridad. Simbolizaba que, el primero debajo de Faraón era José. Un
anillo en la mano representa autoridad. Autoridad ¿para qué? Para ejecutar los
designios de su señor. Por ejemplo: Lucas 15:22. El hijo pródigo, un hombre que se
apartó de Dios, lejos de Dios, malgastando los bienes, perdió la autoridad, perdió el
testimonio, perdió la santidad y muchas otras cosas. Cuando una persona se aleja de
Dios, pierde autoridad, no solamente sus hechos no tienen incidencia sino que donde
pone las manos, Dios no respalda. Pierde autoridad, pero cuando es restaurado, cuando
vuelve a ponerse a cuenta con Dios, no solamente vuelve a tener vestiduras limpias y
calzado que habla de la predicación sino que Lucas 15:22 dice que el padre le ordena
que vuelvan a poner en la mano de su hijo un anillo. Esto significa que esa persona
vuelve, restaurada a tener autoridad. Para obrar y ejecutar las obras de su señor.

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Como vamos a ver más adelante, una persona que está en pecado, impone las manos y
transfiere de su pecado. Es por esa razón que Dios respalda su palabra, su Espíritu
Santo no se equivoca. Por eso hay que tener cuidado con esto y tener una conciencia
que sabe dónde está, cómo está su vida antes de imponer las manos.
En las manos Dios depositaba autoridad para ejecutar.
• Éxodo 9 - 14:26
Dios le ordena a Moisés vez tras vez que alce su mano. Levanta tu mano, extiende tu
mano… ¿por qué? Porque junto con la vara la autoridad de ejecutar la obra de Dios
tenía que ver con un acto de fe de las manos del líder. ¿Por qué? Porque mucho tiempo
después en el tabernáculo, nunca se ejecutaba una orden sin levantar la mano. Al
levantar las manos usted podía determinar que Dios soltara su obrar o que salga el
sacerdote a bendecir al pueblo.

Al levantar las manos se ejecuta la obra de Dios. Dios le dice a Moisés: levanta tus
manos, extiéndela sobre el mar, y la obra la hizo Dios. ¿Qué pasó con las manos? No
eran las manos del hombre, era la fe en Dios y Dios usaba las manos como instrumento
de ejecución. Cuando Moisés extiende las manos, el viento empieza a soplar y el mar se
abre. Las manos son un instrumento para ejecutar la obra de Dios.

• Éxodo 17:11
Hay una lucha con una tribu a la cual Dios determino exterminar: Amalec. En un lugar
que se llama Refidím. Se entabló una lucha, Josué con su ejército y Amalec con su
ejército. Moisés el líder, sube la montaña mientras abajo estaba desarrollándose la
batalla. La Biblia dice que cuando Moisés levantaba las manos, Josué ganaba la batalla,
iba para adelante y nadie lo detenía. Pero por ahí se cansaba, y cuando bajaba las
manos, la batalla se daba vuelta y el enemigo perseguía a Josué el cual iba perdiendo.
Así que Moisés tomaba un poco de fuerzas y volvía a levantar las manos y volvía a
impartir allí por orden de Dios y se daba vuelta la torta y Josué vencía y el enemigo
huía. Pero de tanto en tanto se cansaba, entonces Aarón y Hur dijeron; si de las manos
se trata, si la victoria depende de un líder ungido con las manos levantadas, y cuando
digo líder hablo de varón o mujer, entonces vamos a sentarlo para que descanse y
tomaron a una roca que representa a Cristo, y uno de un lado y otro del otro le
levantaron las manos hasta que la batalla terminó. Las manos levantadas representan la
victoria. Hebreos 13:12 dice que hay que ayudar a las rodillas paralizadas para que lo
lastimado, lo enfermo no te saque del camino sino que te sanes. Que vuelvas a ser
restaurado en la gracia del Señor para que vuelvas a ser un canal restaurado de
bendición para que le crea a Dios y levante sus manos en bendición sobre sus hijos,
sobre su casa, su economía, sobre todo lo que esté bajo su autoridad y la bendición de
Dios lo cubra y nada puede contra eso. Nada, pero es una ley espiritual para el que cree.
Las manos son símbolo de victoria.

• Levítico 3:2-3
Como todavía Cristo no había llegado, era necesario matar un cordero sustituto y la
sangre de ese corderito que era matado, cubría, no quitaba, los pecados de aquel que
venía delante de Dios. Traían el cordero y lo ataban en el lugar del sacrificio, entonces
el padre de familia ponía las manos sobre el cordero. ¿Qué pasaba ahí? Al poner las
manos estaba diciendo: el culpable soy yo pero al poner las manos me identifico con
esta víctima, transfiero a esta víctima mi pecado. Y aunque él es inocente, al poner mis
manos, yo me identifico con este animal que va a morir siendo inocente.

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Representaba a Cristo quien murió por nuestros pecados. Al poner las manos había una
transferencia de identidad. Me identifico. ¿Por qué Dios le ordenaba que ponga las
manos? Porque era la manera que Dios eligió para que el individuo se identifique. Por
eso muchas veces, cosas a las que Dios dice no, si nosotros las abrazamos y le sobamos
el lomo, nos identificamos con eso que está mal y parte de eso que está mal nos va a
salpicar a nosotros. No participéis de las obras infructuosas de las tinieblas. Las manos
se usan para identificarse y transferir.

• Levítico 9:22
El sumo sacerdote cuando terminaba la ceremonia y el sacrificio era aceptado, salía al
pueblo y lo bendecía alzando las manos. Porque las manos, después del lenguaje es el
miembro por excelencia que Dios eligió para identificarse, para transferir, para
bendecir, para ejecutar, para la victoria, para identidad. Las manos eran para bendecir al
pueblo, o para bendición.

Los domingos cuando tenemos el tiempo de bendición, usted puede darse cuenta quién
lo está bendiciendo y quien no. Puede recibir un abrazo, una oración, pero se da cuenta
quién es una bendición para su vida y quién no. ¿Por qué? Porque no depende de las
manos solamente, sino de lo que hay adentro. No son las manos es la condición del
corazón de la persona que sale a bendecir. Nadie puede dar lo que no tiene, así que no
son las apariencias de alguien que sale a bendecir sino lo que tiene dentro. Dios no se
equivoca. Cuando yo estoy bien puedo transferir al tocar, al orar al bendecir, bendición.
Cuando estoy mal, aún mis palabras, mi enseñanza, denota preocupación, o algo que se
nota que hay enojo o carga y eso tiene mucho que ver.

Capítulo 1: Apartamiento y exaltación.

“Y Jehová dijo a Moisés: Toma a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu,
y pondrás tu mano sobre él; y lo pondrás delante del sacerdote Eleazar, y delante
de toda la congregación, y le darás el cargo en presencia de ellos. Y pondrás de tu
dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le
obedezca.”
Números 27:18-20

El primer propósito que discutiremos sobre la imposición de manos, es el apartamiento


y exaltación. Cuando el Señor desea apartar y exaltar a una persona en el Reino, lo hará
a través de la imposición de manos. Vemos esto en la vida de Josué. Moisés, bajo la
orden del Señor, impuso sus manos sobre Josué con el propósito de establecerlo como el
líder de la próxima generación de Israel.
Cada nueva generación necesita nuevo liderazgo, y el Señor aparta y exalta a aquellos
con el espíritu correcto. A Josué se lo describe como “un hombre en quien está el
espíritu”. En otras palabreas, él era el hombre con el espíritu correcto para ser el líder
siguiente.
Moisés había recibido de Dios la orden de poner a Josué en su lugar, porque Dios le
dijo: tu tiempo llegó, te venís conmigo, poné a Josué, ungí a Josué, ponelo delante de
todo el pueblo, hacelo delante de todos, para que todos vean. Como Moisés estaba por
partir, Dios le ordena esto a Moisés.

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Esta es una imposición de manos de exaltación. Es decir, toma el lugar de Moisés un
hombre que necesita ser puesto arriba, exaltado, levantado. La palabra “en el cual hay
espíritu” significa “tiene un buen espíritu” o la traducción más antigua, “tiene un
espíritu correcto”. ¿Por qué Dios dice así de Josué? Porque la actitud, el espíritu que
estaba predominando dentro de él era un espíritu correcto.

Josué no se apartó a sí mismo. Esperó que el Señor lo aparatara. Él no se auto-apartó.


Hay demasiados ministros que tratan de apartarse a ellos mismos y de exaltar sus
ministerios, son como Adonías, el hijo de David, quien preparó carros y gente de a
caballo y se declaró él mismo como próximo rey (1º Reyes 1), por otra parte, se referían
a Josué como el ministro de Moisés. (Josué 1:1). Él fue un fiel siervo ante Moisés.
Debido a su fidelidad a Moisés, el Señor lo apartó como el líder siguiente de Israel.
Haciendo esto, Moisés bajo la orden del Señor impuso sus manos sobre Josué y le
transfirió el manto para el liderazgo.

Cuando alguien sucede a otro, tiene que ser lo más claro posible, lo más evidente
posible, lo más elegante, pero tiene que ser hecho delante de todo el mundo. Entonces
Dios le dice a Moisés, mira tu tiempo ha llegado vas a partir, trae a Josué, el cual tiene
un buen espíritu y pon tu mano. No dice orale nomás. No le dice, decile al pueblo, aquí
tienen a Josué, yo me voy con el Señor, por favor muchachos, ayúdenlo, apóyenlo. No,
no. Dios ordenó. Esto no nació en el corazón de Moisés, lo quiero aclarar, esto no fue
un capricho de Moisés. Porque esta es una doctrina que o está tergiversada y deformada
o está escondida, soslayada, empolvada y olvidada. Dios tiene mecanismos.

Dios le encomendó a Moisés que hiciera esto públicamente, enfrente de la


congregación. Era necesario que todos vieran la persona a la que Moisés imponía sus
manos. Esto ejemplifica la razón por la cual la ordenación pública es tan importante.
El pueblo sería capaz de identificar el líder siguiente. No dudarían sobre quien
reemplazaría a Moisés.

Muchas iglesias locales quedan confundidas después de la muerte de un líder fuerte,


porque el pueblo no sabe a quien ordenó Dios para que tomara las riendas del liderazgo.
La iglesia, muchas veces termina buscándose un pastor nuevo, y a menudo votan a
alguien para ese puesto que no está ungido para ocupar ese lugar. El líder no transfirió
la autoridad a través de la imposición de manos, y como resultado el pueblo sufre.

Dios le ordenó a Moisés que le diera a Josué una “carga”. De acuerdo con la definición
del diccionario Webster, una carga significa “imponer una tarea o responsabilidad”
sobre la persona que, como recipiente de la imposición de manos, tiene una
responsabilidad para cumplir. Había una carga dada por Pablo a Timoteo (2ª Timoteo
4:1-2). Es una responsabilidad solemne dada por el líder al recipiente.

Y que todo el mundo sepa que esto no fue una perinola evangélica, donde elegimos al
azar. Y que todo el mundo sepa que yo te ordené ungir a Josué y delante de todos, para
que todo el mundo le obedezca. ¿Por qué aparece la palabra “obedezca”? Porque, como
hoy, también ayer, muchos se preguntan: ¿y a este quién lo levantó? ¿Quién lo ungió?
¿Quién le dio el cargo? ¿Quién lo hizo pastor? ¿Quién oró por él? ¿Cómo es la cosa?
Que quede claro dijo Dios a Moisés. Que nadie dude que yo te mando a poner a Josué.
No le dice que le muestre al pueblo los títulos de teología, pero sí dice la Biblia, que
Josué era sirviente de Moisés. Un hombre sometido a su maestro. Un hombre que

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sirvió a su maestro. La humildad de Josué se destacó. La Biblia habla de Josué siervo
de Moisés, la Biblia termina hablando de Josué, siervo de Dios. Entonces, hay pasos a
seguir. Y Dios lo instituyó así. Josué no se apartó a sí mismo, él fue un siervo fiel de
Moisés. Y Josué se puso allí, Moisés puso sus manos sobre él y le transfirió el manto
del liderazgo. Lo tuvo que hacer públicamente, tuvo que poner las manos delante de
todo el pueblo para que nadie dude de quien iba a reemplazar a Moisés.

Cuando algún líder muere, o se va, el liderazgo o la congregación debe dejar bien claro
quién va a ser la persona que va a recibir como transferencia el manto de autoridad. Y
tiene que hacer público, claro y con una transferencia. Hay que imponer las manos. En
muchas ocasiones lo hacía el presbiterio. Era el conjunto de ancianos de la iglesia local
o de la iglesia de la ciudad. Los que representaban autoridad y daban fe de que la
persona que iba a ser levantada para tal fin estaba en las condiciones que se merece para
eso. Ellos imponían sus manos y al hacerlo estaban diciendo, yo estoy de acuerdo, yo lo
conozco y yo soy parte de esto y transferimos. Por eso, cuando esto no es claro, aparece
la auto-exaltación. Y la auto-exaltación puede engañar a los hombres, pero nunca a
Dios. Tarde o temprano las cosas terminan mal. Uno puede predicar el evangelio o
hacer un montón de cosas, se puede enseñar cualquier cosa, pero hay un orden de Dios
que tiene que ser, y si así no fuera y la cosa es genuina, Dios tiene mecanismos para
refrendar, hay mecanismos que es un apéndice que vamos a tocar después. Porque
cuando Dios quiere hacer las cosas, las hace bien, a pesar de todo.

Finalmente, a Moisés se le mandó que pusiera algo de su “honor” sobre Josué. Al poner
la mano sobre Josué, se va a transferir. La palabra honor es la palabra hebrea “hewd”
que significa grandeza, belleza, gracia, excelencia y majestad. El honor es una parte de
la exaltación. Cuando Moisés impuso sus manos sobre Josué en presencia del pueblo,
estaba transfiriendo su honor a Josué para el liderazgo.

Cuando dice la escritura que pusiera de su “dignidad”, la palabra es “honor” y en hebreo


es “hewd” y significa “grandeza”. También significa belleza, gracia y majestad.
Entonces estaba transfiriendo su honor para el liderazgo.
Los líderes necesitan el honor que viene del Señor (y del pueblo) para ser efectivos.
Cuando usted reciba honor, será apartado y exaltado a una posición de liderazgo.
Frecuentemente el pueblo falla con sus líderes porque no han recibido honor. Entonces,
la imposición de manos es la llave para el apartamiento y la exaltación.

Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había
puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como
Jehová mando a Moisés.”
Deuteronomio 34:9

¿Por qué Josué tuvo sabiduría? Porque Moisés puso sus manos sobre él, hubo una
impartición de sabiduría a través de la imposición de manos de Moisés sobre Josué.
Impartir significa dar o transmitir.
La sabiduría es una clave para el apartamiento y la exaltación. Esta palabra “sabiduría”
es del hebreo “chakam” que quiere decir ser sabio en la mente, en la palabra o en acto.
Significa, pensar sabiamente, hablar sabiamente y actuar sabiamente. También significa
ser capaz de enseñar y dar sabiamente. Para liderar necesitas la sabiduría “chakam” que
es la hebrea, que tiene estas facetas: sabiduría para enseñar, sabiduría para dar, sabiduría
para liderar, sabiduría para hablar, sabiduría en la manera de pensar, en la manera de

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actuar. Sin ella el pueblo se da cuenta que está frente a un líder que no tiene ni
sabiduría ni autoridad y esto es tremendo. Sin ella, usted no será capaz de liderar el
pueblo de Dios.
¿Qué pasó para que este hombre tuviera esto? Moisés se la transfirió a Josué. En la
Biblia dice que Josué transfirió a otros ancianos esta sabiduría. Y cuando murió Josué,
los ancianos que formó Josué siguieron enseñando al pueblo e hicieron lo mismo. Pero,
terminó esa generación y como no hubo nadie que transfiera a otra generación la
sabiduría de Dios, apareció otra generación que no conoció a Dios. ¿Qué faltó?
Hombres, mujeres, que transfieran, que sigan la ola, que pasen la antorcha, que
traspasen el manto.

Debo decirles que el mano se pasa en vida. El manto, la transferencia es en vida. Es


tremendo y triste ver el reconocimiento post-mortem. De pronto se murió y no hay
mejor profeta que el profeta muerto. Qué bueno que era, que sabio que era… Mientras
vivió le hicieron la vida miserable, pero cuando murió la llaman a la viuda y le dan el
reconocimiento post-mortem y al militar que en vida no lo tuvieron nunca en cuenta,
cuando se murió lo elevan a general, pero ya después de muerto. Y Dios no quiere eso,
el manto hay que pasarlo en vida, hay que descubrir a los Josué a las Débora para
transferirles la responsabilidad del manto, la sabiduría “chakam”; la gracia de Dios, la
dignidad de Dios. Y el enemigo no quiere que se unjan a estos Josué y estas Déboras,
porque cuando se levantan y la proporción de vida va en los mecanismos adecuados…
fíjese, a Josué no lo paraba nadie, porque venía bien la mano.

Usted va a encontrar que Adonías, que fue de la familia real, se auto levantó y se auto-
proclamó y cómo terminó, murió como un perro. Cuando Dios levanta, Dios protege.
Cuando los hombres levantan…, hay una exaltación que a veces Dios ordena a ciertos
hombres hacerlo, como en el caso de Moisés con Josué, pero es una orden de Dios, pero
hay otras que traen mucha, mucha vergüenza.
Entonces, Josué recibió par parte de Moisés el honor y la sabiduría que necesitaba para
convertirse en el próximo líder de Israel, a través de la imposición de manos. Cuando el
apartamiento y la exaltación vengan del Señor, se impartirá también gracia para que
caminemos en un llamado superior. Usted no puede caminar en un llamado mayor sin
la habilidad que viene de la gracia. La gracia fue liberada a Josué a través de la
imposición de manos.

Las manos de un líder espiritual son canales a través de los cuales fluye el poder de
Dios para apartamiento y exaltación. El honor y la sabiduría en las que caminamos
pueden ser transferidos a usted. Cuando usted es fiel a un líder espiritual como fue
Josué con Moisés, puede esperar ser recompensado por el Señor con apartamiento. El
Señor honra a los que honran a sus líderes.
Los líderes espirituales también necesitan tener una revelación del tremendo poder que
pueden liberar a través de la imposición de manos. Dios exaltará y bendecirá a los que
el líder impone sus manos. Los líderes necesitan discernir los “Josués” que el Señor
coloca bajo su autoridad. Los verdaderos Josués espirituales son los que tienen el
espíritu correcto.

• 1º Juan 2:20
Tenemos la unción del Santo y conocemos todas las cosas. Varias veces el Espíritu
Santo me impidió que impusiera manos sobre algunos para impartirles dones
ministeriales porque discerní que no tenían el espíritu correcto.

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Muchas veces me ha pasado, de dar seminarios y orar por las personas y que vengan
personas que me dicen: yo quiero que usted me imponga sus manos sobre mí porque yo
quiero tener lo que Dios le ha dado a usted. Y lo digo con toda humildad… el Espíritu
Santo me dice: no pongas tu mano porque no tiene un espíritu correcto. Luego averiguo
con personas que lo conocen y es una persona que está en pecado o que su vida es
desordenada y que no quiere pagar el precio de una vida ordenada y si vos ponés las
manos, ¿qué estás haciendo? Muchas veces me ha pasado de sentir poner las manos
sobre las personas y otras veces Dios me dicho no pongas las manos sobre esa persona.
A lo mejor en ese momento, pasaron algunas semanas, la situación de la persona
cambió, se nota un espíritu correcto, su vida renovada y restaurada en Dios y podés
poner las manos. Eso no significa que sos Dios. Significa que el Espíritu Santo, como
dice la Escritura, te va a guiar. Eso no significa que no te vas a equivocar, porque Josué
se equivocó, porque Saúl se equivocó, Samuel se equivocó, porque David se equivocó.
Nos podemos equivocar, pero lo importante es dejarnos guiar por el Espíritu Santo. Los
líderes necesitan seguir sus espíritus con la ayuda del Espíritu Santo para apartar a otros.

Recuerde que el Señor siempre aparta a la gente según la fidelidad y según su propósito.
Cuando una generación sirve al Señor y parte, otra debe tomar su lugar. La imposición
de manos es una doctrina que ayudará en esta transferencia de autoridad. Hay vacantes
en el espíritu porque no hay alguien que ocupe el vacío.
El Reino sufrirá si no hay Josués que llenen el lugar de Moisés. El diablo no quiere que
los Josués sean apartados. Él no quiere ver el honor y la sabiduría liberados, para el
apartamiento y la exaltación de la próxima generación. Él no quiere que la Iglesia
entienda y camine en el poder que se libera a través de la imposición de manos.
Sin embargo el Señor ha dado a la Iglesia el conocimiento y la revelación de estas
cosas, por Su Espíritu, a través de la Palabra de Dios. No estamos sólo imponiendo
manos vacías sobre cabezas vacías, sino que estamos aprendiendo cómo fluir con los
métodos de Dios y estamos aprendiendo a liberar el poder de Dios en la tierra.

Estamos liberando la próxima generación de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y


maestros. Una vez que las iglesias locales reciban la revelación de la imposición de
manos y que practiquen esta doctrina, veremos una mayor manifestación del poder de
Dios a través de Su pueblo. Veremos líderes más fuertes e iglesias más fuertes surgir.

La bendición liberada

“Y los tomó Josué a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y


Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él. Entonces Israel
extendió su mano derecha y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y
su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede,
aunque Manasés era el primogénito.”
Génesis 48:13-14

Esta es la segunda fase de exaltar. Creo que si el Espíritu Santo puede restaurar la
doctrina correcta entonces podemos decir que tenemos en frente, en perspectiva los
futuros maestros, pastores, evangelistas, profetas, apóstoles que Dios va a usar y en gran
manera. Varones y mujeres. Pero ha sido esta enseñanza olvidada o deformada o tal vez
dejada de lado para que Dios no pueda actuar. Esto lo instituyó el Señor, siempre que
haya equilibrio, entonces las cosas van a funcionar.

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Ahora consideraremos la bendición a través de la imposición de manos como un camino
hacia el apartamiento y la exaltación.
Esta segunda parte de exaltación tiene que ver con José. Israel (Jacob) está bendiciendo
a los dos hijos de José. Bendecir simplemente significa alabar o hablar bien de. El
Señor le dijo a Abram: “Te bendeciré y haré tu nombre grande” La bendición es una
clave para tener un gran nombre. Israel bendijo a sus nietos imponiendo sus manos
sobre ellos y hablándoles proféticamente sobre sus vidas.

José viene a ver a su padre Israel o Jacob, quien ya estaba muy enfermo y la bendición
de Dios venía a través del patriarca, entonces José trae a los hijos; Manasés y Efraín,
para que vea a su abuelo y cuando llega al lecho donde está el abuelo, el abuelo se
sienta, ya casi no podía ver y entonces se acostumbraba que el papá llevaba la mano
derecha al primogénito y la izquierda al segundo y entonces es como si el se agachara y
lo tiene a los dos en medio de las piernas y los levanta para que el abuelo los bendiga. Y
entonces pone a Manasés a la mano derecha del abuelo y a Efraín a la mano izquierda.
Y el abuelo, guiado por Dios, en lugar de poner la mano derecha sobre Manasés, cruza
las manos, y pone la mano derecha sobre Efraín, y José, sabiendo que su padre no veía y
le dice no papá, está mal así, la mano derecha va sobre Manasés. A través de la guía del
Señor, Israel cambió el orden de nacimiento. Entrecruzó sus manos para imponer su
mano derecha sobre la cabeza del hijo menor (Efraín) y su mano izquierda sobre el
mayor (Manasés).

¿Por qué tanta importancia? Porque la mano derecha sobre el primogénito implicaba la
bendición mayor y lo que el abuelo decía, imponiendo las manos se cumplía, hasta las
“eses”. Mientras que cada hijo recibió una bendición, porque Israel habló bien de
ambos, Efraín recibió una bendición más grande ya que Israel habló cosas más grandes
sobre su vida. La bendición a través de la imposición de manos, acompañada por la
palabra profética, no depende del orden de nacimiento natural. El llamado de Dios está
basado en la gracia. El Señor elige a quien El desea.

Es que esta doctrina, ha quedado rebajada, hoy decimos entre nosotros, la palabra del
hombre no vale nada. ¿Sabe por qué no vale nada? Porque perdió la moral, perdió la
ética, perdió el respeto, se perdió la perspectiva de Dios y el poder que se libera cuando
el corazón está correcto delante de Dios. Por eso Dios nos está restaurando en gran
manera para llegar otra vez a ese nivel. Entonces, al poner la mano sobre Efraín, el hijo
lo corrige pero la Biblia dice que lo hizo “adrede”. El Señor lo guió en la forma que
debía imponer sus manos sobre sus dos hijos. La imposición de manos no es una
práctica arbitraria. Es algo que debería ser dirigido en forma divina por el Señor. La
exaltación, el apartamiento, y el futuro de sus descendientes dependieron de esta
bendición a través de la palabra profética y la imposición de manos. La bendición es
clave para tener un gran nombre. Es clave y más en ese tiempo. Entonces bendice a
Efraín, y esto es muy extraño, de Efraín saldrán multitud de naciones, ¿cómo es esto?
Esto es todo un tema. Y que Manasés iba a ser bendecido, pero su hermano menor iba a
ser más grande porque Dios lo iba a usar etc, etc, etc.
Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito, pon tu
mano derecha sobre su cabeza. Mas su padre no quiso, y dijo: lo sé hijo mío, lo sé;
también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido, pero su hermano
menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.”
Génesis 48:18-19

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La mayor bendición vino a través de la mano derecha y la menor a través de la
izquierda. El poder de la bendición liberada a través de la imposición de manos,
afectaría a las futuras generaciones de los dos hijos de José. ¡Este simple acto afectaría
naciones enteras! ¡Su destino y el destino de sus hijos pueden depender de la
imposición de manos! Solo esto nos debería causar que abordemos este tema con
reverencia y temor. Es fundamental para los planes y propósitos de Dios en la tierra.

Israel puso las manos sobre sus nietos cuando eran chicos, Jesús también lo hizo, según
Mateo 19:13-15. Sacaban a los niños para que no estorben a Jesús, y ¿qué hacía él? Los
bendecía. ¿Cómo? Ponía las manos. Déjeme decirle algo, los niños son muy sensibles.
Cuando usted ora por un niño, el niño es como una película virgen. Claro, ahora
despiertan a edades más tempranas porque todo lo que les rodea apunta a entorpecer sus
vidas, neutralizarlos, arruinarlos a edades más tempranas. Entonces los niños no son tan
inocentes como antes. Antes a los doce años jugaban a las muñecas, hoy a los doce
años tienen abortos. Pero los niños son muy sensibles y cuando una persona pone las
manos, mire, cuando un niño repele a una persona puede ser por dos cosas, porque es
persona le hizo algo que lo dañó o porque esa persona tiene un mal espíritu y le está
transfiriendo cosas que el niño sensible no quiere, no quiere, no lo quiere, no quiere.
Con Jesús no había problema, los pibes se le pegaban y los pibes querían tocarlo y
abrazarlo, y los demás lo sacaban y él los amaba y los tocaba y los bendecía, no había
problemas. Cuidado con los niños. Las personas que oran por los niños tienen que ser
personas que los aman, que los bendicen, que quieren su bien y es tan importante que
los padres pongan sus manos sobre los niños que cuando vienen de algún lugar
alterados por lo que vieron, de la escuela, de alguna película, de alguna salida, de alguna
cosa rara que se le pega, toda esa basura que anda por ahí, y usted ve que entra y… este
no es mi hijo, ¿qué le pasó a este? Y está trastornado, contesta mal… lo primero que
tiene que hacer es tomar autoridad, porque nada sustituye la autoridad del padre y la
madre. Segundo ponga sus manos, con amor, tome autoridad y ponga sus manos, la
cosa se da vuelta. ¿Por qué? Porque hay una ley espiritual en la imposición de manos
de los padres que no puede ser pisoteada ni siquiera por el propio Satanás. Nada
sustituye a la oración de un padre, una madre. Así mismo de los abuelos. Es
importante la bendición, por eso los papás, las mamás, los abuelos, tienen que usar lo
que Dios les ha dado para bendecir. Es más, cuando están con ellos, profetizar sobre
ellos, declarar el bien, la bendición, una vida próspera, una vida sana, declarar que su
matrimonio va a ser extraordinario, declarar que sus vidas van a ser llenas de fe, que su
cuerpo va a ser sano, que su compañero, que su compañera, que el ministerio, que el
camino, lo van a bendecir, ¿por qué? Porque maldecir, es desearle lo peor del diablo, y
bendecir es desearle lo mejor de Dios. Y si para colmo de males para el diablo, usted le
pone la mano encima… Estamos hablando de padres cristianos, imagínese usted cuando
padres no cristianos sin poner la mano encima, maldicen a sus hijos, eso tiene también
parte de una transferencia.
Hay una fuerte prioridad en la Palabra en el tema de la imposición de manos en los
hijos para bendecidlos. ¡Tenemos una habilidad en nuestras manos para afectar
generaciones enteras por venir!
“Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto viene el enaltecimiento. Mas
Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece.”
Salmo 75:6-7

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El enaltecimiento, ponerte arriba, ponerte adelante, ponerte en una posición de
autoridad, viene de Dios. Cuando viene de Dios, las cosas, por más que tengan pruebas,
tormentas, truenos, relámpagos y centellas, van a terminar bien. Cuando no viene de
Dios, uno está solo. Por eso es muy importante tener en cuenta que cuando Dios te
levanta, hay que tener paciencia, porque a medida que va aprendiendo lo va a ir
poniendo, lo va a ir levantando, lo va ir escalando, capacitando y un poquito más… es
Dios. Y muchas veces Dios necesita usar un líder para decir, vení más para acá, u
ocupate de esto, u otra cosa. A veces, muchas veces, no queda más remedio que esto,
pero hay tres tipos de enaltecimiento o apartamiento.

1. Auto-enaltecimiento.
2. Enaltecimiento por el hombre.
3. Enaltecimiento por Dios.

1. El auto enaltecimiento puede ser carnal y demoníaco. Cuando una persona se auto-
titula sólo, se corta sólo, se levanta sólo, se declara sólo, se decreta sólo y abre una obra
sólo porque se enojó con fulano y chau, listo, me unjo yo, me abro yo, todo yo, yo, yo,
ya está listo. Eso es carnal y demoníaco. Porque no sigue el orden de Dios, eso tarde o
temprano trae problemas.
Cuando terminemos todo esto vamos a ver las patas de autoridad. Lo que la Biblia dice
cómo respalda Dios la autoridad. Autoridad no es gritar, autoridad no es imponerse,
autoridad no es decir “acá estoy yo”. No, las patas bíblicas de autoridad son muy
distintas a lo que nosotros llamamos autoridad. Y por faltar el claro concepto de lo que
Dios dice de la autoridad, hoy se le llama autoridad a cualquier cosa. Y así están las
cosas. El auto-enaltecimiento puede ser carnal y demoníaco.

2. El enaltecimiento por el hombre tiene dos facetas: puede llegar a ser parecido al
primero, carnal y demoníaco si no tiene la guía de Dios. O puede llegar a ser un
propósito de Dios, como el caso de Moisés haciéndolo con Josué. En el caso de Moisés
con Josué, Dios le ordena y es el hombre el que pone la dignidad de Dios que tenía en el
otro porque Dios se lo ordenó. Y es el hombre por el hombre pero a través de una obra
de Dios.

3. El enaltecimiento por Dios. El ser apartado significa varias cosas. Por ejemplo, uno
dice: lo apartaron como obrero, o lo apartaron como evangelista.
Ser “apartado” de acuerdo con Webster, significa según la etimología de la palabra en
hebreo:
“avanzar en puesto, rango, u honor; para contribuir al crecimiento o a la prosperidad
de…” Exaltar significa “ascender en rango, poder o carácter; elevar por la alabanza o en
estima”.

El elemento indispensable para que Dios te levante es la humildad. Porque antes del
enaltecimiento está la humildad. Antes que el honor está la humildad dice Proverbios
15:33. Y el que se humilla será enaltecido dice Mateo 23:12. No hay una exaltación de
la mano de Dios si Dios no encuentra un Josué que tiene un espíritu correcto. ¿Qué
significa un espíritu correcto? Que es humilde. Y entonces cuando el Señor desea
apartar y exaltar a alguien, a menudo enviará a alguien antes que lo bendiga.

Tanto el apartamiento como la exaltación vienen de Dios, pero a menudo a través de un


hombre. Cuando el Señor desea apartar y exaltar a alguien, muy a menudo Dios manda

11
a alguien que casi no lo conozca para que lo bendiga. La bendición hacia esa persona
abre la puerta para todo lo que sigue. No busco apartarme o enaltecerme a mí miso,
sino permitir al Señor que me guíe a relaciones divinas. Hay gente que espero encontrar
y con los cuales me asociaré, de acuerdo con el plan de Dios para mi vida, elegidas
antes de la fundación del mundo.

El Señor desea colocarme bajo un maestro que pueda imponer manos para bendecidme.
Es una clave importante para el apartamiento y la exaltación que vienen del Señor. Este
es el porqué encontrar el maestro correcto es tan importante.

Entendiendo la doctrina de la imposición de manos en lo relacionado al apartamiento y


exaltación, usted estará en una posición para recibir las bendiciones que el Señor ha
preparado para todos sus hijos.

“…antes que el honor está la humildad” Proverbios 15:33


“… y el que se humilla será enaltecido” Mateo 23:12

El auto-enaltecimiento, el enaltecimiento por el hombre y el enaltecimiento por Dios


tienen grandes diferencias. ¿Cómo puedo yo darme cuenta cuando el enaltecimiento es
de Dios? Porque en la persona se ve una humildad. La humildad no se compra en los
kioscos, la humildad no es una cara, la humildad es una actitud del corazón. Hoy,
mañana, pasado, siempre; adentro, afuera, en la escuela, es siempre igual. Esta es la
razón.

La humildad es siempre un requerimiento para el apartamiento y la exaltación. La


palabra del señor nos dice que “antes que el honor está la humillación”, y la humildad
viene antes de la exaltación. Esta es la razón por la cual creo que el Señor usa la
imposición de manos como un medio de apartamiento y exaltación. Aunque el
apartamiento y la exaltación vienen del Señor, a menudo vienen a través de canales
humanos.

El Señor hará que nos humillemos y que nos sometamos unos a otros para que
recibamos la impartición que necesitamos. Esta sumisión dará como resultado que
nuestros maestros impongan sus manos sobre nosotros para que nos impartan
bendiciones espirituales.

El orgullo y la rebelión son espíritus que impedirán que nos sometamos a otra persona
para recibir dones espirituales a través de la imposición de manos. El Señor no apartará
ni exaltará a alguien que no tenga humildad. Él nos guiará a relaciones santas para que
recibamos la impartición que necesitamos.
Hay algunos ungimientos que se reciben directamente del Señor, pero otros vendrán a
través de la imposición de manos.

Josué se sometió a Moisés. Eliseo se sometió a Elías. Timoteo se sometió a Pablo.


Todos ellos recibieron la impartición a causa de la sumisión. He visto ministros que no
estaban dispuestos a someterse a las autoridades espirituales, y como resultado, nunca
recibieron los depósitos espirituales necesarios para cumplir sus llamados.

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No se olvide Dios a puesto en usted un potencial que necesita ser restaurado, renovado,
aggiornado y puesto en marcha. Esta es la razón por la cual el Espíritu Santo nos está
diciendo: es tiempo de restaurar las áreas oxidadas.

“Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del
cielo.”
Juan 3:27

Todos los dones y talentos espirituales vienen del cielo. El hombre no pude dar esas
cosas. Vienen directamente del Trono de la Gracia. El hombre simplemente es un
canal a través del cual puede venir la gracia.

Dios ha establecido una estructura de autoridad en el Reino de Dios, y Él opera a través


de esta autoridad y la honra. A la iglesia se le ha dado las llaves del Reino. Tenemos el
poder para atar y desatar. Y ya que el Señor ha dado autoridad a la iglesia, él liberará su
poder y bendición a través de la iglesia.
Cuando usted se someta a la correcta autoridad espiritual, el poder y la bendición de
Dios pueden ser liberados a su favor a través de la imposición de manos. Si usted se
rebela a la autoridad que el Señor ha establecido en la iglesia, no recibirá toda la
impartición espiritual que le está disponible.

El Señor usará sus líderes espirituales como canales para bendecidlo. Ellos son canales
para el apartamiento y la exaltación. Cuando usted se someta a sus líderes espirituales,
ellos impondrán manos para su apartamiento y exaltación. Un líder puede colocar algo
de su honor sobre usted, así como Moisés lo hizo con Josué.

Capítulo 2: Impartir dones y equipar.

Esta es una tarea que le compete a los ministerios. Es decir, para impartir dones y
equipar al cuerpo de Cristo, se necesitan hombres y mujeres que tengan un ministerio.
Porque esto requiere del peso, del reconocimiento de un ministerio, que se le haya
impartido autoridad y que ejerza autoridad.

“Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.” Hechos 8:17
“y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y
hablaban en lenguas y profetizaban” Hechos 19:6

Unos creyentes que se entregaron a Jesucristo, en Éfeso, creyeron a Cristo, se


entregaron de corazón, fueron bautizados en las aguas… y entonces vino una
confrontación: nosotros fuimos bautizados en el bautismo de agua, y ¿qué pasó?
Vinieron los hermanos mayores, los apóstoles, los ministerios. Cuando algo estaba en
duda, o tenían que reconocer a alguien que, de pronto, pudo haberse levantado por la
gracia de Dios soberana, entonces, no era cualquiera de la iglesia; “cualquiera” no por
soslayar sino referido a alguien que no tenía un ministerio, la que podría decir: sí
estamos de acuerdo, que siga… No. Tenían que venir los apóstoles, los ministerios
fuertes eran los que venían y reconocían si el espíritu que tenían era correcto, si era del
diablo, si era de la carne, si era humano, o lo que fuere. Entonces venían y reconocían
lo genuino, y cuando reconocían que era genuino, entonces venían los apóstoles, y acá
Pablo, y otros, les imponían las manos.

13
Una de las primeras cosas que usted ve en el nacimiento de la iglesia, es que
inmediatamente después de haber creído y confesado a Jesucristo como su Señor y
Salvador, era en el momento que se entregaban y abrazaban la fe en Cristo Jesús,
inmediatamente los apóstoles les ponían las manos encima para que reciban el Espíritu
Santo.

El segundo propósito de la imposición de manos es para impartir dones y equipar, con


el propósito de hacer las obras de Jesús. El primer don que cada creyente necesita es el
don del Espíritu de Dios. Él nos dará poder y nos equipará para el servicio. Usted
nunca será equipado para hacer las obras de Jesús sin recibir el Espíritu Santo. Es
necesario impartir dones y equipar para un ministerio efectivo. El señor nunca nos
enviará como ministros del Nuevo Testamento sin primero dotarnos y equiparnos.
No había tanta cosa, no había tanto curso. Claro, es que hoy está todo tan…, o está en
un extremo o está en el otro. Y ha sido desvirtuado de tal manera que hay que ponerlo
dentro de un equilibrio correcto para volver a andar sobre carriles aceitados, elegantes,
distendidos, que funcionan bien. Ahora, estos ministerios, tenían autoridad de Dios,
para poner las manos sobre los que habían creído y Dios les respaldaba para que reciban
el Espíritu Santo.

Dios sería injusto en darnos la responsabilidad si no nos da una habilidad divina.


Debemos tener la habilidad para llevar a cabo lo que hemos sido comisionados a hacer.
La Imposición de manos, es la forma primordial para que los santos reciban este don y
equipamiento. El poder de Dios es liberado, dándole al recipiente la gracia necesaria
para cumplir el llamado de Dios.

Una cosa era entregarse al Señor, hacer una oración de confesión, de fe… todo está
bien. Pero necesitaban el Espíritu Santo para que comiencen a ser equipados. El
Espíritu Santo iba a equipar al creyente con las armas espirituales para poder pelear la
batalla de la fe. Sin esas armas, usted pelea como quien pega trompadas al aire. Era
muy importante, no solamente creer, sino que le imponían las manos. De hecho, digo
que, si hay en la congregación, personas que, habiendo creído no han recibido el
bautismo del Espíritu Santo, vamos a hacer una reunión, vamos a orar y lo van a recibir.
Todos. Con lenguas y con palabra profética y lo que fuere. ¡Ay hermano! ¿No tiene
miedo que le falle? No, porque no depende de mí. Depende de Dios que lo prometió,
no falla. Entonces, todo los que no lo tengan, lo van a recibir. No, no, yo… es que a mí
me oró fulano, mengano, sultano, y nada… a lo mejor usted está esperando que Dios
haga lo que Dios está esperando que usted haga. Hay que entender la correcta posición
de lo que es el impartir de Dios y lo que yo tengo que hacer.

Entonces les imponían las manos y recibían dones. La Escritura nos enseña en 1
Corintios 12, 13, 14, la variedad, la gama de recursos del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo siempre honrará y respetará la imposición de manos de aquellos que le
creen, varones y mujeres que tengan un ministerio reconocido. Siempre estará listo para
correr con el río, respaldando aquellas vidas que le creen, que llevan una vida ordenada.
Que no son ángeles, pero llevan una vida ordenada. En fe y en quienes el Espíritu de
Dios puede usar como canales para seguir haciendo la obra ahí y equipar al cuerpo de
Cristo. Por eso los dones, son como regalos de Dios. Son recursos espirituales que se
asientan en la personalidad, en el intelecto en el ser humano para equiparlos de
determinada manera, con ciertas y determinadas gracias, para poder hacer la obra de
Dios con armas espirituales. A algunos el Espíritu Santo le da esto, a otro le da otro. Él

14
reparte como quiere, pero lo cierto es que aunque Él si quiere lo podría hacer solo, sin
embargo la mayoría de las evidencias bíblicas nos muestran que fue necesario que un
hombre, una mujer ungida, o tal vez, un hombre o una mujer ordenado, ponga las manos
y con fe, no hace falta que haga una super oración, y que se ponga en trance y que baile
la conga, no, no, no… Hace falta fe. Por eso yo estoy seguro que Dios nos ha dado en
la iglesia un equipo de varones y mujeres, y otro equipo más atrás y otro y otro, que se
las trae y que van a ver lo que va a pasar. Entonces a medida que el Señor nos va
encaminando, vamos a ir soltando las aguas.

“Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”Romanos 11:29

Note que el impartir dones y el llamamiento van juntos. Impartir, equipar y llamar van
juntos. ¿Por qué? Porque cuando Dios equipa a una persona, es para usarla, no es para
ponerla en la vidriera. ¿Para qué va a darle armas a alguien a quien no va a mandar
nunca a la guerra? Entonces, el equipamiento y el llamamiento van juntos. El Señor lo
dotará con lo que usted necesite para lo que Él le ha llamado a hacer. Todo creyente ha
sido llamado a hacer las obras de Jesús. (Juan 14:12). Esto incluye predicar, enseñar,
sanar y liberar. Todos los creyentes necesitan el don del Espíritu Santo para cumplir
este llamado.

La primera cosa que los apóstoles hicieron después que la gente creyó fue imponer
manos sobre ellos para que recibieran el Espíritu Santo. El Espíritu de Dios honra la
imposición de manos como un canal a través del cual Él viene. Si el Espíritu Santo
honra imposición de manos, ¿cuánto más nosotros deberíamos como creyentes honrar
esta doctrina?

Cuando los apóstoles imponían manos sobre los creyentes, el Espíritu Santo venía sobre
ellos. Nosotros como creyentes, podemos caminar en el mismo espíritu de fe cuando
imponemos manos sobre los creyentes. Podemos esperar que el Espíritu Santo venga
sobre ellos porque Él ha elegido honrar la imposición de manos.

Podemos esperar los mismos resultados porque estamos siguiendo el orden bíblico
establecido por los apóstoles. La imposición de manos es una doctrina fundamental en
la que nos podemos parar en fe, para recibir, resultados sobrenaturales. Tenemos la
palabra de Dios que nos apoya cuando imponemos las manos sobre la gente para que
reciba el Espíritu de Dios. De este modo, estamos equipando e impartiendo dones para
el servicio.
Se libera un tremendo poder en la tierra como resultado que los creyentes caminan en la
plenitud del poder que vienen por recibir el Espíritu Santo.

Acá dice que son irrevocables. ¿Qué significa? Que cuando Dios te da algo, no te lo
quita. Pero todo depende, lo que usted hace con ese don. Y voy a decir algo que a lo
mejor le va a llamar la atención. Tener dones no es sinónimo de santidad. Es sinónimo
de fe, nada más. De ahí que, afirmar que tener dones es sinónimo de santidad es un
error grande.

El libro de Corintios, está lleno de referencias bíblicas donde nos enseña que los
corintios tenían todos los dones, pero en esa iglesia, estaban todos los líos y muchos
pecados. De manera que tener dones es para equipar el cuerpo de Cristo Para la batalla,
para el trabajo, para la obra, para que estemos equipados para la viña, para trabajar, para

15
hablar, para hacer las obras del Señor. Pero eso no significa que es santidad. La
santidad se adquiere de una relación personal con Dios, no de los dones. Los dones
nunca son un sinónimo de santidad. Los dones son sinónimo de una ley de fe.

El Señor te da el don y no te lo quita, esta es la razón por la cual, personas que no están
bien con Dios, siguen haciendo cosas y pasan cosas, pero qué cosas pasan, este es otro
tema. ¿Cuál es el fin de esas cosas que pasan? Este es otro tema. Entonces hay que
tener mucho cuidado porque Dios es bueno pero no es tonto. Dios es bueno, pero no es
ciego. Dios es bueno pero no es sordo. Dios es omnisciente, está en todos lados.
Omnipresente, está en todos lados. Entonces los dones son irrevocables. Lo que vos
hacés con el don es lo que hace la diferencia.

Si el don reside en tu vida y alimenta tu carne, el don terminará destruyendo tu vida.


Pero si el don está en las manos del Espíritu Santo, esos dones se multiplicarán en otros
y serás un río que fluye, un ejército que marcha, una vida que prospera, fructífera. Una
iglesia sin dones es como un ejército que va a la guerra sin armas. El Espíritu Santo nos
equipa. Alguno puede decir: yo no tengo ningún don. No señor, por lo menos uno
tiene. Es importante tener muchos. Porque donde abundan los dones, hay una ley de
mayor gracia. De exposición, de fluir, de enseñanza, de compartir, de transferencia.
Pero por lo menos uno tienes. ¿Cuál es? No sé, tendrás que descubrirlo vos. Pero por
lo menos algo tienes. No hay nadie que se haya entregado a Cristo que no tenga por lo
menos uno. Y como Dios no es tacaño, debe haber más que uno. Lo que pasa es que no
saben descubrir cuál es el don que le ha sido dado.

“Fue entonces Ananías y entró en la casa y poniendo sobre él las manos, dijo:
hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías,
me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.”Hechos
9:17
Nosotros, el 90% de la doctrina de la enseñanza neo-testamentaria, tiene que ver, (90
no, pero el 80 sí), tiene que ver con el apóstol Pablo en cuanto a cartas y doctrina.

En esta escritura, vemos al Señor usando a un discípulo llamado Ananías para imponer
manos para que Saulo recibiera el Espíritu Santo. Saulo estaba recibiendo dones y el
equipamiento que necesitaba para comenzar su ministerio. Acá, otra vez, vemos el
principio que nos muestra que el Señor cuando desea liberar su poder en la tierra, a
menudo lo hace a través de la imposición de manos. Usando a Ananías para imponer
manos sobre Saulo, el Señor liberó en la tierra uno de los dones ministeriales más
fuertes que la iglesia conoció.
El apóstol Pablo fue un hombre muy testarudo, muy fuerte en sus convicciones,
perseguidor de la iglesia, un celo judaísta muy fuerte y muy profundo. Arrastraba,
metía a la gente en las cárceles, un desastre hacía con los cristianos. Camino a
Damasco, ustedes saben lo que ocurre, el resplandor lo hecha en tierra, la gente se
espanta, él oye al Señor hablándole: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Se queda ciego
y lo llevan de la mano y lo meten en la ciudad. Estando en la ciudad, un día, dos días,
tres días… en esa ciudad había un hombre que se llamaba Ananías, un hombre que tenía
teléfono con Dios, tenía dones, tenía comunión, oraba; cuando Dios hablaba, él oía. Un
día él estaba orando. Y mientras estaba orando, él escucha al Señor, al Dueño, porque
tenía dones, porque Dios le abrió el oído, porque era una persona que buscaba a Dios.
Ananías. Señor. Mirá en la ciudad, en la punta de la ciudad, en la calle que se llama
Derecha, en la casa de un fulano llamado así, hay un hombre allí que está ciego. Es

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Saulo de Tarso. ¡Señor! –dice Ananías. Necesito que vayas allá. Dios le habla a
Ananías. No Señor, ese tipo es terrible, mata a la gente, los persigue, los echa en la
cárcel, torturador… Sí, dice Dios, pero este me es instrumento útil. -¿Qué hago? No te
preocupes, él en este momento está recibiendo una visión, en esa visión que Yo le estoy
impartiendo, él ve a un hombre como vos que entra y le pone las manos encima, y
cuando le pone las manos encima (porque él está ciego), recibe la vista. Así que cuando
llegues, no te va a tocar un pelo.
A pesar de que el ministerio y llamado de Pablo fueron únicos en que él no recibió su
revelación del Evangelio por parte de hombre, el Señor hizo que un discípulo impusiera
las manos sobre él al comienzo de su ministerio. Este fue un mover soberano de Dios
para unir a Pablo y a Ananías.

Entonces, dice la Escritura, allí estaba el apóstol Pablo, antes de ser un apóstol, era un
hombre que se entregó a Cristo, tiernito, recién sacado del horno y ciego; su orgullo por
el suelo, porque a él nadie le enseñaba nada y mucho menos ponerle las manos a un tipo
autosuficiente. Porque cuando usted le pone las manos a un autosuficiente, es como un
mazazo en la cabeza, porque él dice: a mí nadie me pone las manos y a mí nadie me
enseña nada.

Y esto tiene que ver también con un poco de orgullo. Creo que el orgullo de Pablo
recibió un golpe tremendo en el camino a Damasco. El también tuvo que someterse a
Ananías en la imposición de manos. La imposición de manos puede ser una experiencia
de humillación para el receptor. Muchos dirán: “No necesito que alguien me imponga
manos. Puedo recibir todo lo que necesito directamente de Dios”.

Entonces este hombre recién salido del horno, recibe una visión de un hombre que le
impone las manos. Y dice la Escritura que Ananías puso sobre él las manos. El primer
impacto de la vida del que iba a ser el apóstol Pablo, es que alguien vino y le zampó las
manos encima y le dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que te apareció en el camino
me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. En ese mismo
momento en que Ananías entra… mire algunos creen que Ananías entró flotando. No.
Entró como cualquier persona normal. Cuando Dios quiere hacer la obra, Dios no es
místico, Dios es normal. No digo normal dentro del espectro humano, porque Dios no
es normal, no es lógico, no es nada, Dios hace las cosas como quiere, pero quiero
decirle que Dios es tan sencillo, el Espíritu Santo para hablar. Entró y le dice; y ahí
estaba Saulo; hermano Saulo, ya lo incorporó.

El Señor que te apareció, me envió para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu
Santo. Pero se había entregado a Cristo, pero necesitas que alguien te ponga las manos
encima. Y sencillamente le apoya las manos, o lo toma así de la cabeza y le saltan
escamas de los ojos. Y el Espíritu Santo que respaldaba a un hombre íntegro, se mete
en la vida de este hombre que termina siendo el apóstol Pablo.
La primera experiencia que Pablo tiene después de ese encuentro con Jesús en
Damasco, es alguien lleno del Espíritu que ora por él para que sea lleno del Espíritu y se
le abran los ojos. Por eso es tan importante que usted y yo seamos llenos de la gracia
del Señor, para que cuando ponga las manos, cuando le corresponda, en el nivel que le
corresponda y en la tarea que le ha sido conferida, Dios lo respalde.

A pesar de que es verdad que usted puede recibir el Espíritu Santo sin la imposición de
manos, el Señor algunas veces hará que usted se someta a la imposición de manos para

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que reciba la bendición y el poder que necesitará para cumplir su destino. Esto destruirá
su orgullo espiritual. Aunque podemos recibir mucho poder directamente de Dios, el
Señor a menudo enviará una persona a su vida con la habilidad de impartirle lo que
usted necesita. El hecho de tener que someternos a otra persona para recibir una
impartición espiritual nos hace humillarnos.

Las manos se usaban también para impartir, para equipar, para entregar dones. Y lo que
hace usted con lo que recibe, es un problema suyo. No es un problema de Dios, que
Dios le haya dado y hoy usted no lo tiene más. Cuantas personas han recibido lenguas,
y distintas lenguas y palabra profética, y de pronto por no practicar, por no hablar y por
no seguir todos los días y estar en comunión con Dios en esa lengua angelical que
aunque usted no entiende, habla misterios con Dios porque son dones, y usted se dará
cuenta que es algo de Dios, y cuando empieza a manifestarse el don de lenguas y habla
secretos y misterios con Dios, el diablo se pone loco porque no entiende, y hay un
Espíritu que intercede y la estrategia del Espíritu empieza a actuar.

Pero, cuántos han recibido eso y hoy, no sé, se me murió. Se me fue. ¿Cómo que se le
fue? Si, ya no hablo más. Ah, bien dijiste, ya no hablo más. ¿Por qué? Porque has
decidido no hablar más. No, es que yo… Has decidido cerrar el grifo. Como el aceite
cesó cuando no hubo vasijas vacías, así se cierra el grifo cuando yo dejo de tener
hambre, de tener esa comunión sobrenatural, personal y espontánea con Dios. Entonces
no es magia evangélica, brujería cristiana. No. Sí creo en la transferencia de espíritus.
Sí creo en la transferencia de lo bueno y de lo malo. Sí creo que una persona en pecado,
orando por otra le transfiere parte de su problema. Sí lo creo.

Sí creo que una persona que está atada con pornografía, cuando ora por otra le transfiere
un espíritu inmundo, lascivo. Sí creo que cuando un espíritu violento ora por otro, le
transmite violencia, aunque no lo diga.
Yo sí creo, que cuando uno está lleno del Espíritu, aunque tenga defectos y no tenga
alitas, y tenga la fe correcta, el espíritu correcto, en ese momento donde el Señor
maneja, y donde usted, si es un ministro, impone las manos, no solamente van a recibir
el Espíritu Santo las personas, sino que van a ocurrir otras cosas.

Hemos pensado siempre, aun a nivel de ministerio, que este tipo de cosas eran para los
apóstoles, que ya hoy no están. Mentira. Hoy sí están. Y no es cosas de los apóstoles
nada más. Son los ministerios y el presbiterio, que en caso de Pablo con Timoteo, como
vamos a ver, era el grupo de ancianos de la iglesia local o de la iglesia de la ciudad, que
ponían las manos y recibían dones. Y no eran apóstoles, pero eran personas a quienes
se les había conferido autoridad y personas que estaban bajo autoridad y que le creían a
Dios.
De manera que, lo primero que recibió Pablo es que un discípulo, pusiera las manos
sobre él, al comienzo de su ministerio.

“Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis
confirmados.”Romanos 1:11

En el ministerio de Pablo; aunque él pasó tres años en Arabia, buscando al Señor,


recibiendo revelación, a tal punto que él puede decir: yo recibí del Señor, lo que
también os he enseñado. Hay una parte de Pablo, es extraordinaria, él fue allí y ahí
recibió gran parte de la revelación y la enseñanza de la cual tomamos hoy. Pero debo

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decir, que empezó su vida con alguien que puso las manos encima. Así empezó. Le
guste o no, Pablo debe reconocer. Es por eso que luego, parte de su didáctica cotidiana,
es imponer las manos en ciertas y determinadas ocasiones para que ocurran las cosas.
Él no ponía las manos para cualquiera, en cualquier ocasión. Pero donde tenía que
ponerlas, las ponía.

Para entender mejor el poder de Dios a través de la imposición de manos, debemos


entender el tema de la impartición. La palabra impartir se la toma del griego
“metadidomi” que significa “transferir, compartir, entregar, transmitir, impartir.”
Significa trasmitir de una persona a otra. El apóstol Pablo tuvo un deseo de impartir a
los santos “algún don espiritual”. La traducción de Weymouth dice: “para impartirte
alguna ayuda espiritual”. Para el correcto establecimiento de la vida de la persona, él
oraba por ellos, les compartía, les comunicaba, les transfería algún don para recibir
nuevas fuerzas, para hacerlo fuerte, dice otra traducción. Para recibir fuerzas frescas
dice la traducción más antigua.

Entonces lo que Pablo estaba impartiendo sería de ayuda espiritual para los santos. Las
imparticiones espirituales son dadas para ayudarnos a cumplir la voluntad de Dios para
nuestras vidas. Esta es una parte del equipamiento. Estamos equipados para hacer la
obra del ministerio a través de la impartición.
El resultado de la impartición es el establecimiento. La Nueva Biblia en Inglés traduce
esto: “para hacerte fuerte”. El Nuevo testamento del Siglo Veinte dice: “y así darte
fuerza fresca”. Entonces, el creyente está equipado con fuerza fresca como resultado de
la impartición.

Un canal por el cual viene esta impartición es a través de la imposición de manos.


Sabemos que Timoteo recibió un don espiritual a través de la imposición de manos de
Pablo. Esta es la impartición de un don ministerial a otro. Timoteo fue fortalecido y
equipado para su ministerio como resultado de la impartición.

La impartición a menudo vendrá a través de la asociación. De esta forma habrá una


transferencia de unción que vendrá de parte de la gente o hacia la gente con la que usted
esté asociado. Podemos recibir a través de los ministerios que nos sometemos y con los
que estamos asociados.

Creo que hay relaciones divinas ordenadas por el Señor antes de la fundación del
mundo. Hay cierta gente que el Señor ha predestinado con la que usted se una en el
espíritu. Ellos tendrán los depósitos espirituales que usted necesita. Usted puede recibir
estos depósitos a través de la imposición de manos.

“De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo.”1ª Corintios 1:7

Es voluntad de Dios que la Iglesia opere en todos los dones y unción que necesita
mientras espera el regreso de nuestro Señor. No es voluntad de Dios que nos falte algún
don necesario. Él nos ha dado los medios para que obtengamos lo que necesitamos. Él
está listo y dispuesto para dotarnos y equiparnos con toda gracia espiritual que
necesitamos para completar nuestra comisión: predicar el evangelio a toda nación y
hacer discípulo a todo hombre.

19
Si nos falta poder, no es culpa del Señor. Esta es la razón por la cual la doctrina de la
imposición de manos es tan importante. Es un canal a través del cual podemos recibir
los dones espirituales que necesitamos mientras esperamos la venida del Señor.
Demasiadas iglesias están deficientes de dones espirituales porque no saben cómo
liberar el poder de Dios a través de la imposición de manos. Si usted está deficiente de
dones espirituales, no será como uno de los ministros capaces del Nuevo Testamento
sobre los cuales habla la Palabra. Una iglesia débil y anémica espiritualmente es el
resultado de una carencia de dones espirituales. Estoy cansado de cristianos débiles y
de iglesias débiles.

La Palabra nos manda que seamos fuertes en el Señor y en el poder de Su fuerza.


Debemos estar fortalecidos con poder por el Espíritu de Dios en el hombre interior.
Necesitamos fuerza espiritual para echar fuera demonios, sanar los enfermos, levantar a
los muertos y alcanzar los perdidos. Sin dones ni equipamiento que vienen a través de
la impartición, la iglesia se vuelve tradicional y ceremonial. Muchos tienen un aspecto
de santidad, pero niegan el poder. ¡El reino de Dios no está en palabras sino en poder!
Hay demasiada predicación de la carta sin poder y ni demostración alguna del Santo
Espíritu.

Es importante asociarse a los ministerios fuertes y recibir la impartición a través de la


imposición de manos. Usted necesita asociarse con iglesias y ministerios fuertes. Si se
asocia con débiles, se volverá débil. Si se asocia con fuertes, se volverá fuerte. Usted
se vuelve como la gente con la que se asocia. No se vuelva débil por ligarse con una
clase equivocada de creyentes.
Debe buscar sus propios compañeros y hermanos. Debe buscar una iglesia del Nuevo
Testamento que crea y practique la doctrina de la imposición de manos. Necesita
apóstoles y profetas fuertes que le impongan manos y le impartan fuerza y dones
espirituales. Entonces, usted será capaz de levantarse y ser el creyente fuerte que el
Señor espera que usted sea.

“No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio.”1ª Timoteo 4:14

Aparte de que el creyente necesita la impartición de dones y el poder para hacer las
obras de Jesús, hay una impartición de dones especial que se necesita para llevar a cabo
uno de los cinco ministerios. No todos son llamados a los ministerios de apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores o maestros. En el tiempo de la ordenación de un
ministerio específico tomará lugar el equipamiento y una impartición de dones. Esta
impartición de dones y equipamiento puede ser recibida a través del presbiterio
profético.

Esta es una ley espiritual muy interesante. Es el asociarse a ministerio fuertes para que
en algún momento puedan orar por usted. Si es que el espíritu que tiene adentro es
correcto y no hay motivaciones espurias, la razón por la cual uno quiere servir al Señor,
no tiene motivaciones espurias, entonces vale la pena.

Entonces, Pablo tenía un hijo espiritual que se llamaba Timoteo. Y él le dice, no


descuides. ¿Podemos descuidar el don? Si. ¿Se puede descuidar? Si, se puede
descuidar. ¿Cómo? No practicándolo. Y no solamente hablo del don de lenguas, todos
los dones, cuando usted deja de practicarlos; déjame decirte algo, un secreto espiritual:

20
la unción se renueva cuando la usas. Cuando tú no usas la unción que Dios te dio, el
aceite se pone rancio. Si querés que Dios te dé más, vos tenés que dar lo que tenés. Si
vos retenés, es todo lo que tendrás. Si vos sos una vasija vacía que siempre busca más,
el aceite nunca va a faltar. El día que usted diga, no tengo más, ya no tengo hambre,
ya… ese día cesa el aceite. ¿El don se puede descuidar? Si. Por esta razón, muchas de
las cosas que el Espíritu Santo está trayendo a la iglesia es una renovación para reflotar,
reavivar, restaurar, reacondicionar el corazón del creyente y para que vuelva a poner lo
que ya le ha sido dado en el funcionamiento correcto, alineado su fe con Cristo para que
Dios pueda usar tu vida.

No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición
de las manos del presbiterio. El presbiterio es el grupo de ancianos que dirigen una
iglesia local o un grupo de iglesias de la ciudad. A veces se nombra un presbiterio para
ungir un pastor. Y entonces se llama a distintos líderes y pastores de distintos lugares
para estar allí, estar presente, ser testigo, dar testimonio y orar e imponer las manos
sobre alguien que va a ser levantado. Entonces esto tiene mucho valor.
Los ancianos del presbiterio necesitan fluir en la profecía junto con la imposición de
manos. Este es uno de los caminos por medio del cual Timoteo recibió la impartición
de dones y el equipamiento para su llamado al ministerio. Este es un modelo bíblico de
apartamiento de ministros.
En el tiempo del apartamiento, los ministros necesitan declaraciones proféticas, con
imposición de manos, para la impartición de dones espirituales. Cada ministerio tiene
un destino profético que necesita ser revelado y activado a través del presbiterio
profético. La imposición de manos imparte los dones espirituales necesarios para
cumplir el llamado. Como resultado, la persona recibe la palabra del Señor en relación
a su vida y ministerio, más el poder y la habilidad necesarios para cumplirlo, a través de
la imposición de manos.

Cuando los ministros no reciben esta clase de ministración, a menudo carecen de


dirección profética y de la habilidad espiritual necesarias para cumplir su llamado. El
Señor desea restaurar el presbiterio profético con la imposición de manos a la iglesia en
su plenitud. La imposición de manos se ha vuelto ceremonial y tradicional en algunas
iglesias, les falta el poder que tenía la iglesia primitiva para impartir dones y para
equipar a los ministros. Cuando recibimos la impartición de los dones y el
equipamiento, nos volvemos ministros capaces del Nuevo Testamento.

Si deseamos tener los resultados Bíblicos, debemos comenzar a hacer las cosas de
forma bíblica. La Iglesia primitiva nos dejó un modelo divino para seguir. Si seguimos
ese modelo, comenzaremos a ver resultados espirituales.

“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la
imposición de mis manos”. 2ª Timoteo 1:6

Pablo está recordando a Timoteo que avive el don que recibió a través de la imposición
de manos. La traducción de Knox dice: “aviva (con el sentido de abanicar) la llama de
esta gracia especial”.
El don de Dios puede ser referido como una gracia especial. Este equipamiento e
impartición de dones va más allá del don del Espíritu Santo, el cual es una gracia común
para todos los creyentes. La gracia especial es necesaria para cumplir un llamado
especial al ministerio.

21
¿Cómo yo puedo avivar el fuego del don que hay en mí? Volviendo a usarlo, volviendo
a la práctica, volviendo a la comunión con Dios, volviendo a la guía y a la comunión
con el Espíritu Santo, que no es algo sino Alguien. Los dones deben ser avivados
continuamente por la fe. Una persona puede haber recibido dones a través de la
imposición de manos y no operar en esos dones por un descuido espiritual. El
recipiente de la gracia especial a través de la imposición de manos tiene una
responsabilidad que viene con el don. Esto está en línea con la carga dada a menudo
cuando se le imponen las manos.

La carga es una responsabilidad solemne que el recipiente debe guardar. Al que mucho
se le da, mucho se le pedirá. No esté ansioso por recibir la impartición a través de la
imposición de manos a menos que esté comprometido a usar lo que recibe.
El don que está en ti por la imposición de mis manos… Pablo le dice a Timoteo, yo
puse mis manos y Dios te impartió el don. ¿Cómo recibió Timoteo sus dones? Porque
los ancianos oraron por él y Pablo oró por él. Entonces en un caso le dice: no
descuides, no descuides. ¿Sabe qué está diciendo el Señor a la iglesia hoy? No
descuides. Dios te ha dado dones, pero los tienes descuidados. Dios te ha dado dones,
te puso fuego. ¿Te acordás hermano cuando yo estaba...? Y ahora, ¿qué pasó? Y…
vinieron los bomberos. Entonces, no está todo perdido, no vivas del recuerdo. ¿Te
acordás lo que era, cuando le hablamos a todo el mundo, cuando esto, cuando aquello?
¿Y hoy? Entonces dice: vos tenés algo que está dormido, que está arrumbado. Aviva el
fuego. ¿Cómo se aviva el fuego? Primero hay que sacar las cenizas y después hay que
agregarle leña. Es volver al Señor, volver a la oración. Y en el otro le dice: no
descuides el don que hay en ti.

Los dones recibidos así son los que llamamos depósitos espirituales. El Señor desea
hacer depósitos espirituales en todos nosotros. Él quiere que usemos estos depósitos
para que seamos una bendición a otros. En esencia, el Señor espera que devolvamos sus
depósitos. Así como nosotros esperamos intereses en los depósitos bancarios, así el
Señor espera intereses de los dones que Él depositó dentro de nosotros.
El Señor nos equipa con dones y espera que hagamos algo con lo que Él nos da. Él nos
ha equipado para que hagamos las obras de Jesús. Él espera apóstoles, profetas,
evangelistas, pastores y maestros para que perfeccionen a los santos y para que
edifiquen el cuerpo de Cristo.

Una de las cosas que quiero recalcar es que hemos estado en los dos extremos. Hemos
hecho doctrina de casos aislados. Y hemos dejado de lado doctrina pesada, que por
estar deformada, soslayada y por haberse llegado a los extremos, o quedó en la punta y
trajo escándalo o quedó en el freezer donde ya nadie habla más de ella. Sin embargo,
debo decir que en estos días, en este tiempo tan especial, el Espíritu Santo está
restaurando la iglesia. No solamente los dones, sino también los ministerios, de varones
y mujeres que pueden ser un canal de bendición.

También debo decir que hoy en día es notable y muy posible encontrar que a edades
más tempranas Dios está llamando a las personas. Esto habida cuenta que están tan
acelerados los procesos en nuestro mundo que Dios también está llamando a jóvenes,
junto con los demás a tomar la antorcha y a servirles. Es por esta razón que hoy vemos
a edades más tempranas, varones y mujeres que se entregan al Señor. Estamos viviendo
la última hora de los obreros de la viña. ¿Qué significa? Que aquellos que entraron en

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la viña en la última hora recibieron la misma paga, pero Dios acelera los procesos. Es
decir, trabajaron una hora, pero recibieron lo mismo porque Dios acelera los procesos,
porque hay un tiempo no muy prolongado por delante, en el cual Dios está restaurando
la iglesia.

Debo decir que la esperanza de Dios ya no está con Daniel, con Samuel o con David, o
con Débora porque ya están en su presencia. Ahora está en usted. Si usted no recibió
equipamiento, lo va a recibir. Si lo recibió y lo está usando, ¡gloria a Dios! Pero si lo
recibió, y gran parte de lo que recibió está oxidado, arrumbado, enfriado, descuidado, es
su responsabilidad permitirle al Espíritu Santo, volver a poner las cosas en su lugar.
También para apartar y para impartir dones es muy importante la imposición de manos.

Cada creyente necesita hacerse la siguiente pregunta: ¿Estoy equipado para hacer lo que
el Señor me llamó? Si no lo está, entonces, ¿cómo podrá cumplir su llamado? ¿Está la
imposición de manso impartiendo dones y equipando a la iglesia local con la fuerza
suficiente? ¿Hay suficiente enseñanza en esta área para que los santos operen en esta
doctrina? Si no es así, ¿cómo podremos estar equipados para hacer lo que el Señor nos
llamó que hagamos?
En cuanto a la transferencia, quiero decir que, este nivel, que pertenece a ministros y
ancianos, es un nivel que va a ser restaurado de tal manera, que la iglesia del Señor no
va a quedar sin equipamiento. Cada iglesia local debería imponer manos sobre la gente
para que reciban el Espíritu Santo. Cada creyente necesita ser bautizado con el Espíritu
Santo. Todos los creyentes necesitamos estar equipados para hacer las obras de Jesús.
Cada iglesia local debería tener ancianos que fluyan fuertemente en la imposición de
manos. Los santos necesitan la fuerza espiritual que se libera a través de la imposición
de manos. Necesitamos hombres y mujeres que se preparen y se dejen preparar por
Dios. Que se preparen a nivel de estudio, de preparación de aprender. Y por otra parte
se dejen preparar por Dios en aquellas cosas que no te enseña un seminario.

Una vez que se enseñe, se reciba y se practique esta verdad, los santos estarán dotados y
equipados. La impartición de dones y el quitamiento no sucederá porque sí, sino que
debemos enseñar y practicar la imposición de manos. Cambiará una iglesia local.
Nuestras iglesias estarán llenas de los dones del Espíritu. Veremos unciones más
fuertes en nuestras iglesias. ¿Para qué? Para que cuando Dios marque tu barrio, vos
seas un Ananías en tu barrio a quién si Dios quiere usar siempre tiene línea abierta. El
problema de nuestros días es que Dios tiene muchos Ananías y muchas Déboras que
han perdido la capacidad de oír, que se han enfriado en lo que Dios les dio y que han
dejado de lado y ya no lo usan; la práctica de la comunión con Dios, de desarrollar el
oído, el corazón, el sentir que Dios ha puesto adentro, el equipo. Por alguna razón
alguien oró por ti. Y si nadie oró por ti, vamos a orar por ti. Vamos a orar y yo se que
Dios va a hacer lo que tiene que hacer. Y el que no tiene va a recibir. Y el que tiene y
no sabe qué recibió Dios va a sacar el polvo para que sepa lo que recibió.

No se vuelva atrás de la enseñanza y la práctica de la imposición de manos. Esta es una


doctrina fundamental para equipar a los santos para que hagan la voluntad de Dios.
Cuando imponga manos sobre la gente, hágalo en fe. Espere que el Señor se mueva a
través de la imposición de manos.

Capítulo 3. Apartando y enviando al ministerio.

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“Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: apartadme a
Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado
y orado, les impusieron las manos y los despidieron. Ellos, entonces, enviados por
el Espíritu Santo…”
Hechos 13:2-4

El tercer propósito de la imposición de manos es apartar y liberar dones ministeriales en


la tierra. Bernabé y Pablo fueron apartados y enviados al ministerio apostólico a través
de la imposición de manos. En este caso, se lo acompañó de oración y ayuno. Otra vez,
vemos el principio que cuando el Señor desea soltar su poder en la tierra, a menudo lo
hace a través de la imposición de manos.

Cuando Jerusalén entra en un colapso social, entonces Antioquía pasa a ser el lugar de
referencia más fuerte de la región. Y ya en el tiempo de Pablo, Antioquía era una
cabecera fuertísima, a punto tal que los temas más candentes ya se estaban tratando en
Antioquía. Y para ese entonces, en Antioquía, había profetas, había maestros, había
pastores, era un grupo de personas que tenían diversidad en los dones y entonces, estos
estaban ayunando y ministrando al Señor. Si usted quiere que Dios hable a su vida,
usted tiene que aprender a ministrar al Señor, con el grupo o a solas. Cuando usted
ministra al Señor… ¿qué significa ministrar al Señor? Es ocuparte de gratitud,
exaltación, alabanza, adoración, gratitud, exaltación, alabanza, contemplarle, inquirir,
preguntarle, adorarle, contemplarle, bendecidlo, agradecer, eso es ministrar al Señor.

Ministrando ellos al Señor, todos lo estaban haciendo, y de pronto el Espíritu Santo


habla y dice: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado.
¿Quién dijo esto? El Espíritu Santo. Seguramente habló por boca de alguno, alguno de
los profetas. Entonces, habiendo ayunado y orado, antes de enviarlos ¿qué hicieron?
Les impusieron las manos. ¿Pero no podían decir ya está? Si Dios que es el dueño dijo
aparten a fulano y mengano, mándenlos y ya está. No señor. Porque ese grupo que
recibió la palabra se hacía responsable de refrendar la palabra y de involucrarse en toda
la obra que iba a venir a través de ellos.

Entonces oraron y ayunaron y antes de que se vayan les impusieron las manos. Los
profetas, los maestros, los pastores, todos los que estaban allí que tenían ministerio,
¿qué hicieron? Les transfirieron, le impusieron las manos, los ordenaron, los
refrendaron, los ataron a la victoria del llamamiento. Y después los despidieron. Ellos
entonces, enviados por el Espíritu Santo, fueron.

Hay varios puntos que quiero enfatizar en estos versos. Número uno es el Espíritu
Santo quien dijo “apartadme (separadme) a Bernabé y a Saulo”. Ellos fueron apartados
para ese llamado. Hay un período de tiempo entre el llamado y el apartamiento
denominado preparación. La imposición de manos fue para el apartamiento.

Hay un tiempo para el llamado, la preparación y el apartamiento. El llamado es


soberano, según el Espíritu Santo. La preparación para el llamado depende de la
disposición de la persona para orar, estudiar y desarrollar el carácter de Cristo. Hay
diferentes períodos de preparación para diferentes personas.
Para algunos es más largo que para otros y se necesita paciencia hasta el tiempo del
apartamiento para el ministerio real. El Espíritu Santo conoce el tiempo del

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apartamiento. Por el solo hecho de que una persona tenga el llamado no significa que
esté lista para funcionar en esa capacidad.

El llamado es solamente el comienzo, le sigue la preparación y luego el apartamiento.


El equipamiento y la impartición de dones para el ministerio también pueden llegar en
el tiempo del apartamiento para el ministerio. En otras palabras, usted puede recibir la
gracia que necesita para cumplir su llamado, en el tiempo del apartamiento, a través de
la imposición de manos.

A menudo los dones ministeriales entran al ministerio prematuramente, sin la


separación ni el equipamiento que se logra a través de la imposición de manos. Esta es
la razón por la cual tantos siervos con dones ministeriales son débiles e inefectivos, no
porque no han sido llamado, sino porque no han sido equipados ni separados
correctamente. La separación debe hacerse en el tiempo correcto. No se debe hacer
prematuramente, sino por la guía del Espíritu Santo.

Aquí hay dos cosas que sobresalen. Uno es que se está perdiendo el hambre por
ministrar a Dios, por eso no se oye al Espíritu Santo hablar. Hoy todo lo arreglamos
con cursos, y aunque no está mal, tenemos que tener cursos y aprender, sin embargo,
nada de eso impide que podamos desarrollar nuestra didáctica cotidiana de oír. Pero
qué pasa si porque fulanito siente que tiene que ir para España, qué se yo… pero Dios
no confirma en el corazón de fulano, y mengano y sultana, no hace “clic”, porque
cuando Dios dice que Filomena vaya a España, Dios va a poner “clic” allí, “clic” allá,
“clic” allá, todo el mundo va a decir, sí es de Dios. Pero cuando Dios no dijo nada, el
único que va a decir algo, es alguien que piense igual que ella o que yo. Y de pronto,
porque los seres humanos somos especiales para preparar cosas que Dios no preparó:
Tengo el ticket, ¡es de Dios! Nada dice que es de Dios. ¡Ay Señor, si es tuyo que
aparezca el avión! Y el avión siempre aparece. ¡Qué no se caiga! Y resulta que
fulanito está en España y a los dos meses empezar a escuchar noticias que se está
muriendo de hambre, que está enfermo, que no tiene trabajo, que tiene problemas, y que
el otro, que el otro… Yo sé que los misioneros y los que son enviados tienen problemas
y luchas, pero Dios está con ellos. No hay peor cosa que ir al desierto cuando Dios no te
mandó y quedarte sin agua, en el medio del desierto. Porque ahí estás solo. Cuando
Dios envía a alguien, el Espíritu Santo nos enseña por la Palabra que tiene que decir
amén, amén, amén, amén, en varios. Cuando Dios envía a alguien, no se preocupe,
nadie lo detiene. Como hay mucho turismo evangélico últimamente, pasan cosas. Pero
cuando es de Dios, no es turista evangélico, es que la persona va a abrir una obra, o a
hacer un trabajo o de misionero o de lo que fuere.

Hace un tiempo atrás, dando un seminario en una provincia del norte, veo a una
muchacha, y me dice (mire cómo me trabajó): yo sé que Dios le va a hablar. Santo
Dios, ¡sálvame! Yo sé que a la pregunta que le voy a hacer Dios le va a dar revelación,
porque yo se que usted tiene la respuesta y estoy contenta porque yo sé. Yo tengo un
llamado a Guinea Ecuatorial. –Qué bien, le digo, ¿cuál es el problema? -Tengo el
llamado de Dios y hace ya rato. -¿Y qué dicen tus padres? -Dicen que no. -¿Y qué
dice tu pastor? -Dice que no. -¿Y los líderes? -Dicen que no. Están todos
equivocados, ninguno tiene discernimiento. -¿Y tenés una consejera mujer? -Sí tengo.
-¿quién es? –Fulanita. -¿Y le contaste de esto? –Si. -¿Y qué te dijo? -Que no. Pero yo
se que usted tiene la palabra. –Claro que la tengo, por supuesto. -¿Qué le dice el

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Señor? -Que no. –Falso profeta. Se rió y le dije, eso que me dijiste ¿es en serio? -No,
me dice, fue en chiste.

¿Qué te hace pensar que cuando es de Dios, El no va a poner carga en todos los que
están orando por vos? Si todo el mundo te dice que no, no es porque son caprichosos.
Es porque Dios les está poniendo adentro: no es tu tiempo. Si es de Dios, llegado el
tiempo, Dios va a hacer las cosas.

Al terminar el seminario viene una parejita con hijos a decirme: yo fui a India y sentí,
estaba seguro... y vendí todo. Y cuando pedí que oraran por mí, el único que oró por mí
fue mi cuñado, porque todos decían que era una locura, que no era de Dios, que era yo.
Y yo me fui igual. Cuando llegué allá nos enfermamos todos, casi nos morimos, nos
quedamos sin dinero, no podíamos volver, no conocíamos el idioma, nos pasó de todo,
nos tuvieron que auxiliar, la embajada nos tuvo que ayudar, nos tuvieron que dar un
ticket que no sé de donde lo sacaron, vinimos por poco en el lugar donde meten las
maletas, llegamos y cuando ya sabíamos que estábamos por volver, nos arrodillamos
todos y le pedimos perdón a Dios porque hicimos esta locura de venirnos igual. Por
favor, si hoy alguien me dice que me vaya a la India, va a tener que venir el ángel, el
Arcángel, y toda la congregación a decirme: es de Dios. Nunca más voy a hacer esto.
Cuántas cosas ocurren.

Cuando les imponen las manos, no les imponen las manos después de haber hecho una
reunión de tereré. Es después de haber ministrado al Señor, después de haber orado al
Señor, después de haber ayunado al Señor y después de haber dicho, esto es de Dios.
Entonces, pase lo que pase allá, no es problema, porque el que envía, protege, sostiene,
guarda, cubre. Cuando les impusieron las manos, es como que Dios mismo estaba
poniendo esas manosotas arriba de todas las manos de ellos diciendo: estoy contento, a
este lo vamos a enviar. Y cuando pusieron las manos sobre Pablo y sobre Bernabé ya
todos sabían que Pablo era un instrumento para la obra. Y vaya si era escogido. Hasta
el día de hoy, la revelación que recibió por medio del Señor. ¿Pero cómo empezó?
Porque alguien les puso las manos y cuando fue enviado para empezar su ministerio no
fue porque a ver… el sol, de dónde sopla el viento, ¿a ver? No, no. Hoy todo es tan
fácil. Nos dejamos guiar por tendencias, colores, no, no, no. El que manda es el dueño,
es el Espíritu Santo. ¿Cómo usó el Espíritu Santo a las personas? Las usó en ayuno, en
oración y cuando esas dos cosas se combinaron, impusieron las manos.

Note también que los apóstoles no dejaron la iglesia en Antioquía sin la bendición de
otros siervos con dones ministeriales que estaban allí presentes. El Espíritu Santo
honra la sumisión al presbiterio que viene a través de la imposición de manos. Después
que Pablo y Bernabé fueron liberados al ministerio, fueron responsables ante la iglesia
en Antioquía. Reportaban a esta iglesia lo que acontecía después de sus viajes
misioneros. Ellos estaban sometidos y eran responsables ante los que habían impuesto
las manos sobre ellos.

No fueron apartados por el Espíritu Santo hasta que fueron enviados a través de la
imposición de manos del presbiterio. Aunque el Espíritu Santo es divino, Él obra a
través de los hombres. Este es uno de los caminos en que el Espíritu Santo aparta y
libera dones ministeriales en la tierra. Bernabé y Pablo tuvieron que ser apartados de la
iglesia local para viajar como apóstoles. Tuvieron que ser enviados por la iglesia.

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Acá vemos la autoridad que el Señor le da a la iglesia local. El Señor honra y reconoce
esta autoridad porque viene de Él. Esa autoridad para apartar y liberar los dones
ministeriales se libera a través de la imposición de manos.
Basándonos en este modelo bíblico en la iglesia de Antioquía, hay varias preguntas que
usted se debe hacer si se siente llamado al ministerio:

1. ¿Tengo la preparación necesaria (entrenamiento, estudio, sabiduría, carácter) para ser


apartado para el llamado?
2. ¿tengo el equipamiento necesario y la impartición de los dones para cumplir el
llamado? (Esto a menudo vendrá en el tiempo del apartamiento)
3. ¿Es este el tiempo correcto para el apartamiento para el llamado?

Recuerde, el llamado es soberano y viene de Dios a través del Espíritu Santo. La


preparación depende de cómo usted ha respondido al llamado. Usted tiene su parte en
la preparación estudiando, orando, y desarrollando el carácter de Cristo. Esta
preparación demandará diferente cantidad de tiempo para diferentes personas.

La impartición de los dones, el equipamiento y el apartamiento pueden hacerse a través


de la imposición de manos después que se hayan establecido el llamado y la
preparación. El apartamiento depende del tiempo espiritual correcto determinado por el
Espíritu Santo. Entonces, la impartición de los dones, el equipamiento y el apartamiento
dependerá de lo bien que esté desarrollada la iglesia en esta área de presbiterio
profético. Los profetas maduros se necesitan en esta área para que liberen declaraciones
proféticas fuertes.

Si vos sentís el llamado de Dios a cierto y determinado lugar, preparate en humildad,


ora al Señor, busca al Señor, ministrá al Señor, ayuná al Señor, serví adonde Dios te
puso. Sé fiel adonde Dios te puso. Porque estoy seguro que como Josué tuvo el espíritu
que le agradó a Dios; “en el hay otro espíritu”, cuando llegue tu turno, Dios va a enviar
a tu líder, como a Moisés para decirte, es tu turno. Pon tu dignidad, sobre este. Y
quiero decir algo más, si Dios ha hecho una obra genuina en su vida, no se preocupe por
la calidad del líder que tiene adelante, puede ser un tarugo, el líder que tiene adelante,
Dios siempre va a buscar mecanismos para bendecidlo y cumplir en su vida Su
voluntad. Dios no se equivoca, Dios lo va a bendecir. Espero que se halla entendido.

Pero debo decir, que su expresión y sus manos son las dos cosas más altas que Dios ha
puesto en su vida, por medio del cual Dios quiere manifestar victoria, su gloria, ejecutar
su voluntad, levantar una gran bendición, bendecir al pueblo; claro, todavía no vimos el
sanar a los enfermos, el echar demonios.

Cuando el Espíritu Santo reposa en un corazón como debe estar, todo es posible que
pueda ocurrir. Y ¿sabe qué? Si es un hijo de Dios, si sus pecados han sido perdonados
y el Espíritu Santo está allí, entonces usted tiene que anotarse en la lista de varones y
mujeres, ancianos y jóvenes que Dios va a usar para esta última hora de los obreros de
la viña. El espíritu correcto y asociarse a un espíritu correcto hace que cuando usted
ponga las manos, las cosas de Dios ocurran. Cuando esto no es correcto, por más que
yo tenga el manual, las cosas no ocurren. ¿Se acuerda? En el nombre de Jesús, el que
predica Pablo. Las cosas ocurren cuando como Josué, tenemos un espíritu correcto.
Ore al Señor y pídale revelación de cuántas cosas Dios va a desatar por levantar sus
manos, por un espíritu de victoria, por tocar enfermos, por impartir gracia, bendición,

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no como los brujo, ni parapsicólogos. Sino desde la perspectiva cristiana, sus manos y
su boca son insustituibles.

En la Biblia nos dice que la vida y la muerte están en poder de la lengua, yo digo
también, que la transferencia de lo bueno y de lo mano, están en las manos, por esta
razón, Pablo dice que levantemos manos limpias, santas, sin ira, sin venganza, sin
violencia, sin cosas que hieran y entristezcan al Espíritu Santo. Para que cuando las
levantemos nada soslaye, nada impida que el río se desate. Cuando se levantan los
Moisés, las Déboras y levantan las manos en victoria, algo va a ocurrir. Cuando se
levantan los Josué, los Timoteo, los Pablo, los Bernabé y ponen las manos llenos del
Espíritu Santo, algo va a ocurrir y yo lo creo. Es por eso que pido que entre esta parte y
la otra que vamos a enseñar, estén orando para que el Espíritu Santo avive el fuego que
hay en usted y no descuide el don que Dios le ha dado. Y los que no tienen o no lo
descubrieron, cuando oremos, se van a dar cuenta que es posible, todo es posible.

Liberando ayudas

“A los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las
manos.”
Hechos 6:6

Los diáconos fueron enviados para servir a través de la imposición de manos de los
apóstoles. El resultado fue: “Y crecía la palabra del Señor y el número de los discípulos
se multiplicaba grandemente en Jerusalén”. Hechos 6:7. Se establecieron diáconos en la
iglesia para que los apóstoles pudieran dedicarse a la oración y al ministerio de la
Palabra. Entonces, la imposición de manos es también un canal para liberar el
ministerio de Ayudas en la iglesia.

En este caso, el Espíritu Santo no los apartó. La iglesia apartó a siete hombres llenos
del Espíritu Santo y sabiduría, y los establecieron ante los apóstoles. Los apóstoles
dieron su aprobación para la selección a través de la imposición de manos.
Después, el apóstol Pablo dio el requisito para los diáconos (1ª Timoteo 3:10). Deben
primero ser probados antes de la imposición de manos para establecerlos en la iglesia,
enviándolos a servir. Así como los ministros necesitan ser enviados para ministrar en su
llamado, los diáconos también necesitan ser enviados para servir a través de la
imposición de manos.

Muchas iglesias no tienen un presbiterio profético y como resultado no tienen la


habilidad para impartir dones, equipar y apartar a la gente correctamente a su llamado.
Los ancianos (el presbiterio) de la iglesia local deben ser capaces de fluir en la profecía
y deben ser establecidos en la doctrina fundamental de la imposición de manos.
Los dones ministeriales (o sea los ministros con dones) pueden entonces ser enviados
después de la impartición, equipamiento y apartamiento a través de la imposición de
manos. La profecía, la oración y el ayuno acompañarán la imposición de manos para
liberar la gracia y el poder necesarios para el ministerio efectivo.

Control y equilibrio

“No impongas con ligereza las manos a ninguno…” 1ª Timoteo 5:22

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Creo que este versículo se aplica al apartamiento específico, pero es también un
principio general que la iglesia debe seguir. La palabra ligereza tiene que ver con el
tiempo espiritual. Debemos ser guiados por el Espíritu Santo en lo relacionado al
tiempo correcto para ordenar y separar dones ministeriales.

El Espíritu Santo conoce el llamado, el carácter y la preparación de cada creyente. Él


conoce el tiempo correcto para decirnos cuando imponer manos para impartir dones
ministeriales, equipar y apartar. La imposición de manos prematuramente pude ser
dañina para la iglesia y para el creyente. Otra vez, debemos ser sensibles al Espíritu
Santo en el área de la imposición de manos.

En un sentido general, esto también es una advertencia para la iglesia en lo relacionado


a la imposición de manos con ligereza. Esto es verdad por la transferencia de espíritus.
Así como Josué recibió sabiduría de Moisés a través de la imposición de manos, una
persona puede recibir un espíritu equivocado.
Pablo advirtió a los corintios que no recibieran “otro” espíritu. En el Antiguo
Testamento, los pecados del pueblo fueron simbólicamente transferidos al cordero de la
expiación por la imposición de manos. (Levíticos 16:21) El Señor no quiere que
seamos otro cordero de expiación. (2ª Corintios 11:4). La transferencia de espíritus es
muy peligrosa. Hay dos extremos que debemos evitar como creyentes.

Un extremo es tener tanto miedo de una transferencia maligna que usted se vuelve
paranoico porque no quiere que nadie le imponga las manos, ni imponerle usted las
manos a nadie. Segundo, dejar que todos impongan manos sobre usted o que usted
imponga manos sobre todo el mundo. El hecho de que Pablo nos dice: “no impongas
las manos con ligereza sobre ninguno” nos da equilibrio. No nos dice que no
impongamos manos, sino que no lo hagamos con ligereza.

Para decirlo de otra manera, no se apure demasiado para imponer manos sobre la gente
ni permita que la gente imponga manos sobre usted. Deje que el Espíritu Santo lo guíe.
No camine en temor, sino en fe; y manténgase cubierto por la Sangre de Jesús. Vale
decir otra vez, la imposición de manos es una doctrina poderosa dada a la Iglesia para
lograr el plan y propósito divino de Dios en la tierra.

Capítulo 4: Sanidad y liberación

“Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los
traían a él; y él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. También
salían demonios de muchos, dando voces y diciendo: Tú eres el Hijo de Dios…”
Lucas 4:40-41

El cuarto propósito para la imposición de manos es sanidad y liberación. Note la


respuesta de los demonios al imponer manos. Cuando la unción fluye a través de las
manos, en los cuerpos de aquellos oprimidos por el diablo, esto agita los demonios y los
echa fuera. Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y el poder para sanar a
aquellos que fueron oprimidos por el diablo. (Hechos 10:38).

La enfermedad es una opresión del diablo. No es para sorprenderse que los demonios
hayan reaccionado cuando Jesús ministró a través de la imposición de manos. Los

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demonios odian la imposición de manos. No quieren que usted imponga sus manos
sobre los enfermos y eche fuera esos demonios.

Algunos han sido enseñados que nunca impongan manso sobre gente endemoniada,
pero esta no es la enseñanza de Jesús. El impuso sus manos sobre la gente que tenía
demonios y los echó fuera No estoy apoyando la idea que los creyentes busquen a
todos los que estén endemoniados para imponerles manos, pero usted no debería tener
miedo de imponer manos sobre la gente para echar fuera demonios. Todas las
liberaciones no requieren la imposición de manos, sino que es una administración válida
del ministerio de la liberación.

Virtud

“Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de


disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos y
le sanó.” Hechos 28:8

Algunas veces la palabra “dunamis” se la traduce como poder, y otras veces, como
virtud. Cuando la mujer con el flujo de sangre tocó el borde del manto de Jesús, Él
percibió que virtud (dunamis) salió de Él. La virtud sanadora puede fluir dentro de los
cuerpos de los enfermos a través de la imposición de manos. Si un creyente está lleno
del poder del Espíritu Santo, está lleno de virtud.

Esta virtud puede ser usada para sanar enfermos y echar fuera espíritus demoníacos. La
virtud y el poder (dunamis) son iguales. Los creyentes llenos del Espíritu pueden
imponer manos sobre los enfermos y esperar transferir virtud en sus cuerpos. Esta
virtud echará fuera la enfermedad y las dolencias, las cuales son obras del diablo.

Recibirá poder (dunamis, virtud) después de que el Espíritu Santo venga sobre usted.
Los creyentes son depósitos de la unción sanadora. Usted tiene la virtud de Cristo. El
Señor desea liberar Su virtud en la tierra a través de la imposición de manos. Pablo
comenzó una reunión de sanidad en la isla a través de la imposición de manos. “Hecho
esto, también los otros que en la isla tenían enfermedades, venían y eran sanados”.
Hechos 28:9

Había suficiente virtud sanadora en las manos de Pablo para sanar cada persona enferma
en esa isla. No se sorprenda de que los demonios odien y luchen en contra de la
doctrina de la imposición de manos. Ellos no quieren que los creyentes conozcan el
poder y la virtud que se libera a través de la imposición de manos. Le quieren esconder
a usted esta verdad porque es el fundamento para la liberación del poder de Dios en la
tierra.

Esta señal debería seguir a todo creyente. Cada creyente puede imponer manos sobre
los enfermos y esperar que se recuperen. Esto es diferente a la imposición de manos
hecha por el presbiterio para equipar a través de la impartición. Cada creyente no es
una parte del presbiterio. El Espíritu Santo honra la imposición de manos por el
presbiterio cuando se habla de separar (apartar) dones ministeriales.

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Todos los creyentes no pueden imponer manos sobre ministros para liberar dones como
el presbiterio. Pero pueden imponer manos sobre la gente para que reciba sanidad y
liberación a través del Espíritu Santo. Este honor tienen todos Sus santos.

Es responsabilidad de los cinco ministerios de la iglesia de entrenar al cuerpo en estas


áreas. El Señor quiere liberar a Su pueblo en el área de la imposición de manos. Todos
los creyentes deberían ser entrenados y liberados para imponer manos sobre la gente
para sanidad, liberación y bautismo del Espíritu Santo.

“Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que
desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermad y andaba encorvada, y en
ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y ella se enderezó
luego, y glorificaba a Dios.”
Lucas 13:10-13

Jesús soltó a esta mujer de un espíritu de enfermedad a través de la imposición de


manos. Hubo una sanidad inmediata, instantánea. Entonces tenemos el poder para
soltar y el poder de la imposición de manos. Saltar a la gente es una manifestación de la
liberación. A la iglesia se le ha dado el poder de Atar y Desatar. Uno de los caminos en
el que podemos operar para desatar es a través de la imposición de manos.

En este caso particular, la mujer recibió su sanidad a través de la liberación. Hay


algunas personas que no serán sanadas hasta que los espíritus malignos sean echados
fuera. Hay una línea fina entre la sanidad y la liberación. Estos dos ministerios a
menudo se superponen. La imposición de manos es efectiva en ambos casos. Una vez
que el espíritu maligno sea echado fuera, el daño hecho a esa parte del cuerpo puede
entonces ser sanado. Los espíritus de Muerte y Destrucción también necesitan ser
echados fuera, junto con el de Enfermedad, en muchos casos.

En el caso de la falta de perdón y la amargura, generalmente se debe renunciar, antes de


que pueda ser efectiva la sanidad y la liberación a través de la imposición de manos.
Trabajar en acuerdo con la imposición de manos es el mandamiento del creyente. Los
creyentes necesitan entender los temas de la autoridad y el poder más la imposición de
manos.

Gracia especial

“Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el
Espíritu Santo, les ofreció dinero, diciendo: dadme también a mí este poder, para
que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.”
Hechos 8:18-19

Simón reconoció el poder que los apóstoles tenían a través de la imposición de manos y
trató de comprarlo. Por supuesto fue reprendido por sus motivaciones equivocadas.
Usted no puede comprar el don de la imposición de manos. Los apóstoles
evidentemente tuvieron una medida mayor de gracia en esta área.

Todos los creyentes pueden imponer manos sobre los enfermos, y también sobre las
personas para que reciban el Espíritu Santo, pero hay algunos creyentes que tienen una

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habilidad mayor para liberar el poder de Dios a través de la imposición de manos. Hay
diferentes mediadas de gracias dada a los creyentes.

Hay una gracia común dada a todos para que liberen el poder a través de la imposición
de manos, pero hay también una gracia especial dada a otros para que se extiendan más
allá de lo común. Algunos tienen una habilidad mayor para imponer manos para
sanidad y liberación. Algunos tienen una habilidad mayor para imponer manos para el
bautismo en el Espíritu Santo. El presbiterio tiene la habilidad de impartir los dones
espirituales y apartar para el ministerio.

No se olvide que todos los creyentes son llamados para hacer las obras de Jesús, pero
algunos tienen la habilidad de hacer mayores obras a causa de una gracia especial.
Aquellos que tienen una gracia especial en esta área generalmente serán llamados a
imponer manos en ciertas circunstancias, pero todos los creyentes deberían ser alentados
a fluir en esta área. Aliento a todos los creyentes a descubrir su área de gracia y a
operar dentro de la misma.

Si aprendemos a permanecer dentro de nuestra área de gracia, seremos una bendición.


Si nos extendemos más allá de nuestra área de gracia, causaremos confusión. Si usted sí
tiene una gracia especial en el área de la imposición de manos, su don le dará un lugar
en el cuerpo. Los otros miembros del cuerpo percibirán la gracia que Dios le dio a
usted. Cualquiera sea su gracia, usted es responsable de liberar el poder de Dios en la
tierra a través de la imposición de manos.
La imposición de manos es más que una doctrina bíblica que seguimos
ceremonialmente y por tradición. Sino que es un poderoso modo de demostrar el poder
de Dios. Creo que el Señor usará el poder liberado a través de la imposición de manos
para romper ciudades, y regiones abiertas con el poder de Dios. Se necesita una
demostración del poder de Dios para abrir los ojos de los que están en tinieblas. ¡El
Reino de Dios no está en la palabra, sino en el poder! (1ª Corintios 4:20)

Cuando a los creyentes se les enseñe cómo liberar el poder de Dios a través de la
imposición de manos, cumplirán el llamado a destruir las obras del diablo.

Unciones especiales

“Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun
se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades
e iban de ellos, y los espíritus malos salían.”
Hechos 19:11-12

Se dan unciones especiales en ciertos momentos para sanidades y milagros. Estas


unciones durarán por cierto período de tiempo y vendrán como un resultado de la
misericordia de Dios a los hombres. Vemos un ejemplo de esto en el ministerio de
Pablo en Éfeso. Fue liberada una unción especial a través de los pañuelos y lo
delantales. La Escritura dice que Dios hacía milagros especiales por las manos de
Pablo.
Una de las palabras que podemos reemplazar por “especial” es “extraordinario”. Esos
fueron milagros extraordinarios. Esta unción fue más allá de la unción común con la
que Pablo ministraba. Cuando las unciones especiales vengan, harán que una persona

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haga cosas más allá en un nivel superior al que siempre camina. Algunas veces las
unciones especiales vienen por un período de tiempo específico y luego parte. Esta
unción vino a Pablo mientras estaba en Éfeso.

Las unciones especiales pueden ser liberadas a través de la imposición de manos. La


sanidad especial y los milagros vienen como resultado de unciones especiales.

Recientemente, asistí a un servicio cuando una unción especial vino sobre un ministro
que mandó a la gente que necesitaba sanidad que corriera hasta el frente del auditorio.
Cuando la gente corría hacia el altar, todos a los que él les imponía las manos caían bajo
el poder de Dios y eran sanados. Esta unción especial cayó sobre él tan rápido, que nos
sorprendió a la mayoría de los que estábamos allí. Y esa unción así de rápido como
vino, se elevó de nuevo.
Me sorprende cómo viene la gente después de este tipo de servicio a pedir oración.
Tendrían que haberse metido rápidamente en esa unción cuando llegó para recibir sus
milagros. Cuando la unción especial viene, el siervo de Dios debe imponer sus manos
sobre toda la gente que pueda antes de que esa unción se eleve nuevamente.

Todos los creyentes pueden imponer manos sobre los enfermos y obrar milagros, Juan
14:12, pero no todos tienen los dones de sanidad o de hacer milagros. Estos son
ministerios especiales dados a algunos para el beneficio de la iglesia. Ellos han sido
establecidos en la iglesia por Dios. Son unciones especiales dadas a algunos por la
gracia de Dios.

Aquellos con dones de hacer milagros y sanidad tendrán manifestaciones fuertes del
poder de Dios a través de la imposición de manos. Hay niveles diferentes que pueden
fluir a través de la imposición de manos. Aquellos con unciones especiales, dones de
hacer milagros o de sanidad, obrarán en un nivel más alto a través de la imposición de
manos. Los resultados serán más rápidos y más dramáticos a causa de la unción
especial.
A menudo cuando ministro, siento una unción especial que viene sobre mí para
ministrar sanidad a los enfermos a través de la imposición de manos. Hay también
veces cuando siento una unción especial para imponer manos y profetizar para
impartición y activación de dones espirituales.
Si no siento una unción especial, puedo avivar el don de Dios dentro de mí y ministrar
en fe a través de la imposición de manos. En otras palabras, no tenemos que esperar
que vengan unciones especiales para tener resultados sobrenaturales. Podemos
ministrar sanidad y liberación por fe, con la imposición de manos.
Sin embargo, cuando sí viene una unción especial, deberíamos actuar rápidamente hasta
que se eleve nuevamente. Las unciones especiales pueden durar un servicio, o aún días,
semanas, meses, y algunas veces años. La Escritura no cuenta específicamente la
duración de la unción para milagros especiales sobre Pablo durante su ministerio en
Éfeso. El Señor, en su amor y misericordia al hombre, provee estaciones de unciones
especiales.
Las unciones especiales pueden abrir por la fuerza una ciudad para el Evangelio de
Jesucristo. Una nación puede ser cambiada a causa de unciones especiales. Tremendo
poder puede ser liberado a través de la imposición de manos con unciones especiales.

Conclusión

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“Y el resplandor fue como la luz, rayos brillantes salían de su mano y allí estaba
escondido su poder.”Habacuc 3:4

Este versículo nos habla del poder de Dios escondido en su mano. La traducción de
Jerusalén dice: “su resplandor es como el día, sus manos destellan rayos, y allí es donde
está escondido su poder”.

Así como el poder yace en la mano de Dios, está también en las manos de sus siervos.
“Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo…”
Hechos 5:12.
“Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo”. Hechos 19:11.
El Señor también nos manda que “limpiemos nuestras manos” (Santiago 4:8) y que
“levantemos manos santas” (1ª Timoteo 2:8). Se libera un tremendo poder a través de
manos ungidas y santas.

Cuando los creyentes sean ungidos, sean impuestas manos santas sobre ellos, podrán
recibir la abundancia de la gracia necesaria para reinar como reyes en la vida. Los
creyentes pueden recibir y liberar gracia a través de la imposición de manos. Pueden
recibir y liberar virtud a través de la imposición de manos.
Todos los creyentes necesitan ser enseñados sobre cómo recibir y liberar el poder de
Dios a través de la doctrina de la imposición de manos. Camine en fe y crea lo que la
Palabra de Dios enseña en esta área. Su vida e iglesia nunca serán las mismas después
de practicar esta doctrina. Debemos ser hacedores de la palabra, no tan sólo oidores.

Mantenga fuerte esta enseñanza en su vida y en la iglesia. Recuerde que es una doctrina
fundamental. Si construimos nuestras vidas e iglesias sobre las doctrinas fundamentales
de la Palabra, nos pararemos y nunca caeremos.
Permanezca fuerte en la doctrina de la imposición de manos y nunca se aparte de las
verdades compartidas en este libro. Recuerde estas verdades y continúe en ellas.
La imposición de manos se convertirá en una parte de su vida y ministerio, y ¡se liberará
el poder de Dios a través de sus manos!

Espero que sea de bendición

JULIO DONATI

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