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ALUMNA: VARAS ANGULO KATHERINE ARLETH

ID: 000151912

Causalismo naturalista (Sistema Liszt-Beling)


Ante las dificultades de los autores hegelianos y de los teóricos de los
imperativos logra proporcionar una concepción práctica del delito, se dio lugar a
que se difundiera el pensamiento positivista que dominó en Alemania desde
último tercio del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX. El
pensamiento filosófico del positivismo naturalista, que es un pensamiento
mecanicista y cada originó el método del sistema LISZT-BELING. Este
positivismo científico se traduce

El sistema causal valorativo aplicó ideas neokantianas valorativas sobre un


sistema enfoque nor-positivista naturalista del delito de manera que lo valorativo
recorría y vinculaba a todos los elementos del delito (lo injusto es objetivo,
valorativo y excepcionalmente subjetivo; la culpabilidad es subjetiva, pero
también valorativa). La filosofía neokantiana buscaba reemplazar el positivismo
científico por un positivismo teleológico referido a valores. Por ello, se rescata y
se transforma al sistema clásico, buscando referirse a los valores presentes en
cada elemento general del delito, que no ha sido tomado en cuenta en el sistema
anterior. El sistema anterior presentaba a los elementos generales del delito sólo
como exigencias sistemáticas. Este sistema es un enfoque normativo –
valorativo, donde ya no tiene importancia la diferenciación entre elementos
subjetivos y objetivos que se entrecruzan. En conclusión, se buscaba referir la
realidad a determinados valores supremos, sobre la base de los cuales,
determinados elementos generales del delito resultaban sistematizados desde el
punto de vista de dichos valores.

La crítica sobre las explicaciones del causalismo naturalista la inicia Gustav


(1904), quien atacó el concepto de acción afirmando que no existe un concepto
superior de acción que pueda comprender a la acción y omisión (en la omisión
hay movimiento corporal alguno y es por esencia la negación de una acción).
RADBRUCH no propuso reemplazar el concepto de acción por la realización
concreta del tipo, siendo este último, el concepto fundamental de la teoría del
delito.

Este sistema mantiene la concepción causal de la acción, pero abandona la


identificación naturalista descriptiva dada por el sistema clásico, pasando a ser
una acción normativa o valorativa. Debido a que la definición del sistema clásico
de la acción como movimiento corporal implicaba hablar de una conducta activa
y no pasiva, se redefine a la acción como una conducta humana externa y
dependiente de la voluntad, o como manifestación de la voluntad al exterior

El tipo deja de ser identificado bajo los caracteres objetivos-descriptivos,


pasando a acoger elementos normativos, como por ejemplo los elementos
subjetivos del injusto, que se diferencian del dolo. Así, el tipo comienza a dotarse
de elementos valorativos en la no medida que en él también se identifican
elementos subjetivos; y con ello, ya no se puede afirmar que todo lo subjetivo se
halla sólo en la culpabilidad. Entonces, el tipo viene a ser descriptivo debido a
que pertenece al ámbito objetivo.
Sistema funcionalista
El nuevo sistema «racional-final» o «funcional» para una teoría del delito,
empezó a ser desarrollado en la década de 1970, alejándose de los postulados
finalistas en el entendido que el Derecho Penal no puede vincularse a realidades
ontológicas (acción, causalidad, estructuras lógicas-reales), sino que única y
exclusivamente de guiarse por las finalidades del Derecho Penal, los postulados
funcionalista no buscan modificaciones a la teoría del delito, más bien, pretenden
atribuir en elementos nuevos contenidos, con el objetivo de ampliar su capacidad
explicativa de soluciones y su aplicabilidad a la realidad
Este sistema encuentra su base en la sociología sistémica de PARSONS,
MERTON acogidos por ROXIN) y LUHMANN (acogido por JAKOBS), donde se
aborda el problema través del sistema.
En el plano metodológico este sistema experimentó una vuelta al idealismo
neokantiano, ya que en esa ideología la construcción de los elementos generales
para el del delito también implicaba abordar los fines de la pena. Así, ROXIN le
asigna a la pena una función de integración; y JAKOBS, una función de
prevención general positiva.
El tipo tiene un carácter objetivo, descriptivo y valorativo en relación al proceso
causal en el sistema causalista anterior, eran elementos de la culpa y un carácter
subjetivo donde se ubica específicamente al dolo y la culpabilidad, pero en este
sistema pasan al ámbito del tipo de lo injusto. La culpabilidad tanto el dolo y la
culpa, e queda con un elemento del dolo: conocimiento de la ilicitud. A partir del
concepto de la acción finalista que suministra la base óntica de la doctrina de lo
sólo se injusto, el dolo es un elemento de lo injusto. Así, el dolo es objeto de una
transformación como consecuencia de los postulados del finalismo: se
desintegra el dolo, donde uno de sus elementos pasa al campo del tipo de lo
injusto, surgiendo así no valorativo; y el otro elemento, el conocimiento de la
ilicitud del hecho o el conocimiento de la antijuridicidad, se mantienen en la
culpabilidad un dolo natural y pendientemente del dolo es pues, una «relación de
discordia entre la acción y el ordenamiento jurídico. Todas las causas de
justificación tienen elementos subjetivos: intención y conocimiento. Se llega a
una subjetivación del concepto de la antijuridicidad.
La culpabilidad queda desprovista de la relación psíquica del autor con el resulta
do y se la define como una reprochabilidad de la resolución de la voluntad,
estrictamente valorativa. La culpabilidad es la reprochabilidad de la capacidad
de actuar de otra manera, conforme a la norma y aun así actuó contra ella. Es
un juicio de reproche al sujeto por no haber actuado conforme a las normas,
teniendo capacidad para ello. Los presupuestos existenciales de este reproche
son el libre albedrio y la imputabilidad. La cognoscibilidad de la antijuridicidad y
la exigibilidad se integran como elementos de la reprochabilidad.
Con el finalismo se logra distinguir los supuestos de error de tipoy error de
prohibición En el error de tipo se excluye al dolo, y con él a la punibilidad, ya que
sin dolo no se puede realizar el tipo. En el error de prohibición se niega la
conciencia de antijuridicidad, donde se encuentran los criterios de evitabilidad e
inevitabilidad, introducidos por WELZEL.

BIBLIOGRAFÍA
- Bustos, 1984 pp. 160 – 162
- García Arán 1996, p 217.
- Luzón Peña, 1999 p.231
- Welzel, 1964 p, 48.
- Peña Cabrera. 1997. Aunque dicho autor asumía una posición causalista.
PEÑA CABRERA, 1977.

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