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Señores:

SALA DE RECONOCIMIENTO DE VERDAD, DE RESPONSABILIDAD. Y DE


DETERMINACIÓN DE LOS HECHOS Y CONDUCTAS
JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ
Ciudad.
Los suscritos abogados XXXXXXXXXXXXXXXXXXXX y JOAN SEBASTIAN
MORENO HERNÁNDEZ, abogados en ejercicio, actuando en calidad de integrantes de la
Corporación Militares Víctimas del Conflicto Armado (MILVICTIMAS), y en representación
de los intervinientes especiales:

Robinson Castañeda Gómez 17.656.503


Alvaro Trujillo Salas 96.359.481
Ancizar Zapata Isaquita 96.360.414
Angedis Morales Tabares 89.000.241
Nolberto Sánchez Torres 96.342.545
Roberto Capera Benitez 96.360.367
Omar León Molina Castro 17.651.715
César Armando Sánchez Rojas 17.648.300
Ruben Leonardo Bolaños 17.684.186
Libardo Tao Tobar 17.615.726
Jose Hernando Marquin Ferla 17.656.770
Pablo Andrés Gómez Dávila 17.656.725
Wilmer Lizcano Torres 96.360.924
Arley de Jesús Motato Motato 96.354.205
Wilson Quintero Cuellar 17.655.773
Juan Carlos Guerrero Guerrero 94.283.751
Edinsson Totena Mancilla 96.331.813
Jorge Eliecer Parra Bernal 17.655.817
Edinson Jimenez Hurtado 17.655.415
Rusbel Sapuy Romero 17.656.349
Jose Hernan Perez Hortua 96.360.600
Wilfrey Parra Collazos 17.615.815
Eulises Ospina Torres 17.655.086
Carlos Alberto Lugo Córdoba 17.656.050
Arvey Torres Cuellar 17.684.134
Edwin Leonor Sierra Vargas 17.655.737

Acreditados como victimas dentro del caso 001, denominado Toma de rehenes y otras
privaciones graves de la libertad, por medio del presente documento, nos permitimos
presentar las correspondientes observaciones al Auto 019 de 2021 que imputa crimen de
guerra y de toma de rehenes del crimen de lesa humanidad de otras privaciones graves de la
libertad, y del crimen de guerra de homicidio y del crimen de lesa humanidad de asesinato y
de desaparición forzada y otros graves delitos a los miembros del secretariado de las FARC-
EP.

Antecedentes
El secuestro en Colombia ha sido uno de los flagelos delictivos más importantes en
la historia social, cultural y económica de nuestro país, sin embargo, este delito fue
integrado al sistema penal colombiano en el año 1936 1. En cuanto a etapas o
periodos de tiempo asociados a esta práctica delictiva el Centro de Memoria
Histórica, en el año 2013 propone 5 divisiones, de la siguiente manera 2.

1. Inicios (1970 – 1989)


2. Escalamiento (1990 – 1995)
3. Masificación (1996 – 2000)
4. Contención (2001 – 2005)
5. Reacomodamiento (2006 – 2010)

Las dos primeras etapas documentadas corresponden a un proceso de nacimiento,


expansión e inicio del uso militar, político y económico de esta práctica, por
diferentes actores delincuenciales y militares en el país, hacia finales de 1995, la
participación en la práctica del secuestro era generalizada a varios grupos armados
como lo muestra en la siguiente gráfica:

Tabla 1 - Distribución porcentual del secuestro en Colombia (1990 - 1995) – (Centro


nacional de Memoria Histórica,2013)
A finales de la última etapa contemplada en el estudio del Centro de memoria, las
FARC habían tenido el porcentaje de participación más alto de todos los grupos
armados dedicados al secuestro, donde estuvieron involucrados como autores
presuntos en 9.447 secuestros y como autor confirmado en 3.325 casos 3. Una
consideración importante y que supone el quiebre del modelo de guerra
implementado por las FARC después de las conferencias VII y VIII, fue el rechazo
generalizado por parte de la sociedad hacia las Fuerzas Revolucionarias de
Colombia, lo que ha sido clave en el proceso de negociación y desmonte de esta
guerrilla 4.
1
Policía Nacional de Colombia. El secuestro en Colombia. 2016. Pag 13
2
Una Sociedad Secuestrada. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 168
3
Policía Nacional de Colombia. El secuestro en Colombia. 2016. Pag 15

4
Aguilera Peña, Mario. Las FARC. Auge y Quiebre del Modelos de Guerra. 2012. Pag 3
EL uso del Secuestro como estrategia de guerra FARC: Conferencias VII y VIII:
En los años de historia de las FARC como grupo guerrillero se han llevado a cabo 8
conferencias guerrilleras en las que se dispusieron los lineamientos tácticos,
militares, políticos y económicos claves para el desarrollo esta guerrilla; Y en
general, aunque todos estos de una u otra manera contribuyeron al fenómeno del
secuestro en Colombia como lo entendemos a día de hoy, es en las conferencias VII
y VIII donde se construye un entorno propicio para esta práctica al interior de la
guerrilla e hicieron de esta una de las practicas militares más usadas en la historia
del conflicto armado en Colombia, que en general recoge unas 200 mil víctimas y un
daño económico y cultural sin precedentes 5.

En Guayabero (Meta), hacia el año 1982 las FARC formularon el plan “Campaña
Bolivariana por una Nueva Colombia” con el cual se presentó un plan estratégico de
ofensiva por parte de esta guerrilla, el cual fue concebido como el “cambio a
acciones ofensivas y de aniquilamiento de unidades militares el ejército”, para ello
las FARC comenzaron un proceso de crecimiento de fuerza, en dos frentes, Numero
de Combatientes y Zonas de Influencia con el objetivo de estructurarse como una
fuerza Militar cambiando totalmente su estrategia de guerrillas móviles 6.

Toda la estrategia se vio favorecida por el proceso de paz llevado a cabo en el


gobierno de Belisario Betancur (1982 - 1986) donde se dio un crecimiento
exponencial en los casos del secuestro que principalmente eran de personas
dedicadas a la ganadería y la agricultura, sin embargo, debido al direccionamiento
estratégico de las FARC que usaron el secuestro como herramienta de financiación,
el objetivo clave de estos ataques cambió rápidamente y se centró en personas con
mayores recursos económicos que financiarían las distintas acciones guerrilleras a
través de diferentes pagos como extorsiones, impuestos de guerra, vacunas y
principalmente el pago de rescates por secuestro. Como muestra el siguiente
gráfico, el secuestro era una importante fuente de ingresos para el grupo guerrillero.

Tabla 2 - Estadísticas desenlace secuestros FARC (Centro Nacional de Memoria


Histórica, 2013)

Entre 1984 y 1987 durante los Acuerdos de la Uribe se vivió una tregua entre las
FARC y el gobierno nacional, en lo que se suponía era un compromiso de la
5
Policía Nacional de Colombia. El secuestro en Colombia. 2016. Pag 15
6
Aguilera Peña, Mario. Las FARC. Auge y Quiebre del Modelos de Guerra. 2012. Pag 4
guerrilla en dejar de usar el secuestro como método de financiación y expansión.
Sin embargo, esto dio oportunidad a que las FARC se expandieran como guerrilla y
dieran golpes como el perpetrado a la patrulla del Batallón cazadores en 1987, lo
que conllevó finalmente al fin fe las negociaciones y al “cese al fuego bilateral”.

En este contexto entre 1984 y 1987 las FARC cometieron una media de 34
secuestros anuales, cifra que se vió gravemente comprometida por un irrisorio en
los secuestros en el año 1988, tal fue la magnitud que el 71% de los secuestros
cometidos en la década, se vieron cometidos durante solo este año 7, y aun así se
han encontrado fragmentos donde las FARC niegan categóricamente estas
estadísticas e incluso llegan a victimizar aludiendo a estrategias del gobierno que
buscaban desacreditar su lucha, como recogió Jacobo Arenas en 1985 :

“Es que a nosotros se nos atribuyen muchas cosas. Mire: si llueve... dicen que
somos nosotros, si hace verano dicen que también somos nosotros. Los servicios
de seguridad hacen secuestros para hacerlos aparecer como de las FARC y
desacreditar al movimiento armado. Hay otros grupos, según oye uno en las
noticias, que tienen otros nombres y que no son de las FARC, pero como ellos
secuestran en áreas de las FARC, entonces pues es natural que nos atribuyan eso
a nosotros. Pero nosotros no tenemos nada que ver con esos secuestros. Nosotros
hemos hecho ya dos declaraciones públicas y vamos a hacer otra para condenar el
secuestro, que vamos a seguir condenando, y vamos a llamar a todas las
organizaciones revolucionarias y a todas las masas para que contribuyan en
denunciar a estos elementos, porque realmente eso está perjudicando mucho la
política de paz.”
Fragmento de Entrevista a Manuel Marulanda – Cese el Fuego. Jacobo Arenas.
Fue entonces esta dualidad del discurso en las FARC, que por una parte suponía
acciones militares crecientes, y por otra un discurso donde negaban y rechazaban
categóricamente el secuestro que junto a una posición militar débil del gobierno
nacional frente al proceso de paz les dieron el poder militar y político, que culmina
con la consolidación de la Unión Patriótica como su principal fuerza política. Sin
embargo, esta estrategia fue uno de los principales puntos de quiebre de su método
de guerra, ya que posteriormente se pierde el apoyo popular y se hace evidente la
separación del modelo de guerra de las ideas que inicialmente dieron origen a esta
guerrilla, donde el secuestro y el narcotráfico aparecen como las principales fuentes
de financiación y expansión, esto, como claro ataque al pueblo colombiano 8.
Entonces, al final queda claro que hubo un claro problema de estrategia ya que la
llamada “Combinación de todas las formas de lucha” consignada en la VII
conferencia y aplicada durante estos años , empezó a generar confusión a la
opinión pública sobre todo en un marco de negociaciones donde se esperaba un
verdadero compromiso por parte de esta guerrilla, así se dio el inicio de la caída
pública de esta guerrilla para el pueblo colombiano, y dejó entonces el entorno dado
para la aniquilación de la Unión Patriótica por parte del estado y grupos
paramilitares; ya sin apoyo del pueblo las FARC encontraron en el recrudecimiento
de sus estrategias militares una salida, lo que coincide con el periodo masificación

7
Policía Nacional de Colombia. El secuestro en Colombia. 2016. Pag 16
8
Echandía Castillo, Camilo. Evolución reciente de la geografía del conflicto armado colombiano. 2004. Pag 12
propuesto por el Centro Nacional de Memoria y que muestra una clara tendencia al
uso del secuestro y formas de lucha beligerantes como medio de intimidación
político y social que tuvo un fuerte impacto en la década de los 90, con
declaraciones como las entregadas a la Revista semana por el “Mono Jojoy” en su
momento :

“Las FARC jamás han hablado de desmovilización y desarme. Las FARC han
hablado de buscar una salida dialogada con el Gobierno para ponernos de acuerdo.
Pero hay que recordar que el fusil es el garante de los acuerdos que se firmen. Si
uno los entrega, esto se acaba. Ni siquiera los periodistas vendrían a hablar con
nosotros (…) Las armas representan un ideal, un objetivo; si no tiene uno ese fusil,
aquí lo matan a garrotazos. Recuerde que a la Unión Patriótica la mataron toda, al
mismo Partido Comunista. A todos los movimientos de oposición los han eliminado
física y políticamente. Por eso las armas tienen que ser las garantes de los
acuerdos. Eso se hace a través de una discusión y mejor dejemos que los voceros
de las FARC y el Gobierno lo definan en las mesas.”
Fragmento de Entrevista a Mono Jojoy – Revista Semana
A inicios de la década de los 90, se produce un evento importante que desata una
nueva fase en la etapa del secuestro en las FARC y es el Bombardeo de casa
verde, que fue visto como un ataque similar al de Marquetalia, lo que llevó al
escalamiento progresivo de las FARC en el uso del secuestro que ya para ese
entonces era la estrategia militar más usada por el grupo guerrillero 9.

Ya en 1993 en Yarí (Caquetá) se llevó acabo la VII conferencia de las FARC que
ratificó la estrategia de crear una fuerza que pudiera plantar cara al ejército nacional
para crear una ofensiva hacia el estado que tuviera un impacto mayor en las fuerzas
armadas de nuestro país; Fue así como las FARC crearon bloques con cientos de
hombres con capacidad de atacar bases militares del ejército nacional 10 y dieron
una avanzada en el uso de este delito como política interna de operaciones de las
FARC como método de presión hacia el gobierno nacional. Parte de esa postura
puede apreciarse en la entrevista “si no hay canje, habrá que traer políticos” de la
revista Semana al Mono Jojoy:

“Si no se puede la ley de canje, tocara que algunos de la clase política acompañen
a los soldados, para que salgan en el canje. Es la única forma. Si no quieren por las
buenas tocara por otros medios. Pero esa ley debe salir. Habrá que traer políticos
como hicieron con el hermano de Gaviria. Porque solo entonces les pusieron
atención y los llevaron a Cuba y los canjearon (…) si [la solución] se prolonga en el
tiempo, cada semana o cada día que pase habrá más prisioneros. Entonces, lo
mejor es solucionarlo inmediatamente. Además, lo poco que tenemos para dar son
los prisioneros. Entregarlos y que nos entreguen los nuestros. Así de facilito.”

9
Editores, Arfo. Las FARC: La guerrilla Campesina, 1949 -2010 ¿Ideas Circulares en un mundo cambiante?
2010. Pag 14.
10
Editores, Arfo. Las FARC: La guerrilla Campesina, 1949 -2010 ¿Ideas Circulares en un mundo cambiante?
2010. Pag 35.
Fragmento de Entrevista a Mono Jojoy “si no hay canje, habrá que traer políticos” 8
de febrero 1999 – Revista Semana

En congruencia con una estrategia ofensiva hacia el ejército, en 1996 se produjo el


ataque a la base militar las delicias en Puerto Leguizamo, Putumayo. Después de
esta ofensiva 27 militares murieron, 16 fueron heridos en combate, y 60 de ellos
fueron secuestrados, considerado como uno de los más crudos ataques realizados
por las FARC hacia el ejército de Colombia.

El plan para tomarse Las Delicias fue diseñado por las FARC en Diciembre de 1995.
El segundo comandante del frente 14 del Bloque sur, alias 'Isaías Perdomo', ordenó
a 3 guerrilleros, alias 'Roberto', alias 'Darwin' y alias 'Camilo', desplazarse hasta las
bocas del río Mecaya, en límites entre los departamentos de Caquetá y Putumayo, e
infiltrarse, tomando como fachada la finca de alias 'Esteban' o 'El Perro', miembro de
la red de apoyo de las FARC en esa zona11 .

Desde ese predio, localizado al norte de la base militar, los tres hombres
adelantaron las primeras labores de inteligencia, para ubicar las vías de penetración
a la guarnición, el número de militares, el tipo de armamento que portaban en ese
momento, el lapso en que son abastecidos, el tipo de trincheras, las formaciones
que realizan durante el día, la ubicación del radio de comunicaciones y de las zanjas
y túneles de arrastre, y por último la identificación de los comandantes 12.Los
guerrilleros rápidamente se familiarizaron con los 150 habitantes del caserío, y se
fueron acercando a los soldados, ganando su confianza.

Con la misma confianza con la que entraban a las residencias de sus nuevos
amigos, podían caminar por las instalaciones de la base que posteriormente
atacarían. Alias "Camilo", aprovechando la afición común por la pesca que tenía con
el capitán David Zambrano, comandante a la sazón de la posición militar, pudo
entrar a relacionarse a fondo con él, acompañándolo en varias oportunidades a la
orilla del río. Allí sostuvieron largas conversaciones. Así los tres jóvenes que
estuvieron en Las delicias recolectaron durante cuatro meses amplia información,
sobre la base y las actividades que allí se desarrollaban: la estrategia, la ubicación
de los puestos de vigilancia, los depósitos de armamento y municiones y los sitios
donde estaban localizados los morteros.

Otros guerrilleros haciéndose pasar por vendedores de productos agrícolas


ingresaron también a la base y obtuvieron permiso para participar en los eventos
deportivos que se organizaban dentro, lo que les permitió grabar un video captando
el interior de la guarnición militar. A finales de julio de 1996, teniendo lista toda la
información, el frente 14 fue desplazado hacia las riberas del río Suncilla, al
occidente de Remolinos del Caguán.

En ese lugar y con base en el video, fue construida una reproducción exacta del
objetivo. A principios de agosto, los frentes 2, 32, 48 y la Columna Móvil Teófilo
Forero, y un grupo de la Guardia Especial del Bloque Sur, iniciaron la concentración
de tropas guerrilleras en el lugar, bajo la dirección de Ezequiel Huelguia Cruz, alias
11
Cronología del desencuentro. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 21
12
Cronología del desencuentro. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 21
'Rolando Romero', aproximadamente con 450 insurgentes. Días antes del ataque el
capitán Zambrano y la Compañía A bajo su mando, fueron relevados por 110
militares de la Compañía C subordinada al Capitán Orlando Mazo, un antioqueño
hijo de un suboficial retirado.

En la base de una hectárea y con 15 ranchos de alojamiento, el personal contaba


con el armamento de dotación, un fusil por soldado, con munición correspondiente a
la carga básica y carga de reserva para un total de 250 hombres, dos
ametralladoras M-60 tipo Comando, una ametralladora Estándar M-60, dos morteros
Soltand con 32 granadas, 8 lanzagranadas MGL de 40 mm con 162 granadas, 160
granadas de mano, 8 trampas de iluminación para alerta temprana, 16 bengalas
Sudafricanas para señales y coordinaciones nocturnas, 5 anteojos de campaña, 1
pistola Pietro Beretta calibre 9 mm, siendo la totalidad de munición de reserva
21.000 cartuchos calibre 7,62 mm y 3.600 cartuchos eslabonados para las
ametralladoras. Todos los ranchos de alojamiento tenían techo de paja y algunos
estaban forrados en tabla, puesto que la mayoría donde dormían los soldados eran
escuetos. Un área de las instalaciones daba al río Caqueta.4

Se observa entonces una clara estrategia de secuestro de figuras políticas y de


militares para articular la estrategia de todas las formas de lucha de la siguiente
manera; Inicialmente se consigue ejercer presión al estado Colombiano,
implantando una especie de Sello de las FARC en su accionar, porque ya las
fuerzas militares tenían al secuestro como principal forma de lucha de las FARC y
luego, con esto las FARC mostraba su poderío militar de despliegue, porque era
capaz de ejecutar operaciones en muchos lugares de Colombia, lo que se articulaba
con lo dispuesto en la conferencia de 1993 13, así se dio el periodo de Masificación
del secuestro de figuras de la política nacional, 502 secuestros entre 1996 – 2000,
comparados con 173 secuestros políticos entre 1990 -1995 14.

Tabla 3 – Porcentaje secuestros FARC por motivación política (Centro Nacional de


Memoria Histórica, 2013)

A finales de 1997, el 21 de diciembre las FARC cometen otro asalto hacia el ejercito
atacando la estación de comunicaciones del ejercito en el cerro de Patascoy,

13
Universidad del Valle. La guerra por el control estratégico en el Suroccidente Colombiano. 2004. Pag 17.
14
Policía Nacional de Colombia. El secuestro en Colombia. 2016. Pag 13
hechos en los cuales 10 soldados murieron y otros 18 fueron secuestrados… 16
fueron liberados15.

En septiembre de ese año, habitantes de las laderas del cerro Patascoy


comenzaron a advertir a miembros del Ejército que en el área merodeaba un
hombre desconocido (al que nunca se logró contactar). A principios del siguiente
mes, tras nuevas denuncias por parte de los habitantes de la zona, el ejército
inspecciono el área, pero no encontró ningún sospechoso. El reporte fue remitido
oficialmente al comando del batallón Batalla de Boyacá en Pasto. Nuevos reportes
sobre avistamientos del sujeto dieron paso a que estos datos fueron analizados por
inteligencia militar, que emitió un memorándum de advertencia a las bases del área
sobre una posible operación de tráfico de armas por parte de las FARC-EP,
informando entre ellas a la Brigada 24 que opera en Putumayo. El 8 de octubre. en
una operación, el ejército decomisó 252.000 cartuchos para fusiles Galil, AR-15, AK-
47 y G-3 en el corregimiento Puerto Colombia, municipio de Puerto Asís, cercano al
Cerro Patascoy, los militares creyeron haber cortado todos los planes de las FARC-
EP, pero el sujeto sospechoso siguió merodeando por la zona.

Hacia las 5 de la mañana del día del ataque, según los relatos de los soldados
capturados16, los guerrilleros se pusieron en movimiento y comenzaron a replegarse
por la trocha del oleoducto trasandino tras haber matado a 10 soldados y capturado
a 18 más; solo cuatro habían logrado huir ilesos, pero uno de ellos murió al caer en
un abismo. A las 8 moviéndose en torno a la ladera del cerro, divisaron un
helicóptero. La guerrilla se camufló y lo dejó acercar. Cuando estuvo al alcance
abrieron fuego y lo impactaron, obligándolo a regresar a la base 17. Este ataque junto

En 1998 se produce una nueva etapa debido al aumento de control territorial y


económico que tuvo las FARC en zonas como san Vicente del Caguán, que le
permitió a la guerrilla aumentar su capacidad de secuestros y dio inició a uno de los
peores momentos de la guerra en Colombia, con un aumento en secuestros de más
del 444% en el final de los 90 con respecto a los primeros cinco años de esa década
(4.090 secuestros entre 1995 – 2000 vs 752 secuestros entre 1990 - 1995) esto
también motivado por el cambio de estrategia de las FARC centrados en el
recrudecimiento militar con objetivos políticos y del ejército nacional, por ejemplo,
entre 1996 y 1999 se produjeron 11 ataques a bases o edificios militares, incluidas
la toma de las delicias y Patascoy18.

Finalmente esto llevo al agrietamiento aún mayor de la opinión pública con el grupo
guerrillero, que tuvo su cúspide de desaprobación hacia el año 2000 con la
aplicación interna de ese grupo llamada Ley 002 del 2000 que obligaba a cualquier
persona jurídica o natural que tuviera más de 1 millón de dólares de patrimonio, al
pago del 10% de ese dinero a las FARC para evitar ser secuestrado o extorsionado
por este grupo, lo que evidentemente llevo al aumento de secuestros con fines
extorsivos y a un aumento de actividades delincuenciales relacionadas con el
narcotráfico en esta guerrilla, lo que puso más en entredicho el sentido
revolucionario de esta guerrilla y deterioro gravemente su imagen.
15
Cronología del desencuentro. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 23
16
Cronología del desencuentro. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 24
17
Cronología del desencuentro. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 25
18
Una Sociedad Secuestrada. Centro Nacional de Memoria. 2013. Pag 172.
Tabla 4- Tendencia secuestros FARC

En cuanto a las últimas etapas es claro que el Gobierno de Álvaro Uribe coincide
con el periodo de contención y reacomodamiento del secuestro en Colombia, con
una táctica de ataque clara por parte del ejército nacional, y una estrategia de
fractura de la opinión pública por parte del gobierno, lo que podríamos llamar el
inicio de la polarización de la sociedad colombiana, con elementos como falsos
positivos, recrudecimiento de la guerra, campañas publicitarias fomentando el
conflicto, aumento del narcotráfico y una sensación general de conflicto en el país.
Finalmente, entre 1970 y 2010 se presentaron más de 25.000 secuestros en
Colombia, afectando a más de 200 mil familias directamente, entre esos casos el
37% lo cometieron las FARC, el 30% el ELM, y el otro 20% bandas criminales, sin
embargo, el tinte político y militar del que hizo uso las FARC les hizo blanco de la
guerra mediática y destruyó sus aspiraciones militares y políticas. Financieramente
esta fue la segunda actividad que más ingresos le generó a la guerrilla después del
narcotráfico, pero tuvo un coste estratégico aún mayor para este grupo armado que
se vio intensificado por el secuestro repetitivo de militares a lo largo de estos
periodos.

I. SOBRE LAS FUENTES DE CONTRASTACIÓN Y SU VALORACIÓN:

A lo largo del auto la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de


determinación de Hechos y Conductas (SRVR) explicó la forma y la temporalidad en
que realizó su valoración de los informes, versiones y documentos a su disposición
para el proceso de contrastación. Sin embargo, se observaron diferencias
sustanciales, en lo cuantitativo y cualitativo, entre los insumos aportados por las
víctimas frente a los entregados por los comparecientes.
Por ejemplo, la Sala indicó haber recibido sólo 5 informes de organizaciones de
víctimas19; pero, posteriormente, habló de 1020. Señaló, además, que dio traslado del
contenido de dichos documentos a los 26 comparecientes por un plazo razonable,
situación que según lo que indica el propio auto no sucedió en el traslado de las
transcripciones de las versiones libres a las víctimas. Por otra parte, mientras que
los informes de las víctimas fueron sistematizados, las versiones libres sólo fueron
transcritas.

Durante las versiones voluntarias los comparecientes fueron escuchados en


múltiples oportunidades, tanto en versiones individuales 21, cómo a través de una
versión colectiva. Por el contrario, en el auto no se describe con suficiencia cómo a
través del denominado proceso de pedagogía con las víctimas (que pretendió
garantizar su derecho de acceso a la justicia) se escucharon individualmente las
“versiones de los hechos” y como estas fueron recopiladas y organizadas 22.

Si bien se habla de 2528 víctimas, en la decisión judicial no se menciona cómo sus


aportes fueron una fuente de valoración en el proceso de contrastación, cómo si se
hace con las versiones individuales de los comparecientes. En contraste, sí se
menciona reiteradamente el Informe Génesis de la Fiscalía General de la Nación 23
como fuente primaria.

Por otro lado, se indica que la entrega de los informes de víctimas a la Unidad de
Busqueda de Personas Desaparecida (UBPD) constituye un supuesto aporte a sus
derechos, para que las victimas sepan del paradero de las personas desaparecidas
o de cuyo paradero no se tiene noticia después de haber sido secuestradas por las
FARC-EP, cuando en realidad se trata de un trabajo que debe coordinarse y la
verdadera obligación de resolver y conocer sobre las personas desaparecidad es
dentro del Sistema Integral de Verdad, Justicia Reparación y No Repetición
(SIVJRNR), la simple anotación no basta, se debe esclarecer y reparar con verdad
acorde con el estandar escogido por la JEP frente a las victimas.

En otro acápite, la SRVR dio a los comparecientes la potestad de llenar un supuesto


vacío en lo informado por las víctimas24, cuando lo que en verdad ocurrió fue que su
testimonio no fue comparable desde una perspectiva cuantitativa a las múltiples
entrevistas, versiones voluntarias, diligencias en terreno adelantadas con los
comparecientes.

19
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, Párr. 5
20
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, Párr. 46.
21
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, Párr. 8, 9, 10.
22
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, Párr. 11.
23
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, Párr. 56.
24
“En esta providencia ordenó a los antiguos bloques de la extinta guerrilla Farc-EP ampliar por escrito la
información entregada en las versiones colectivas relacionada con los comparecientes que integraron sus
estructuras, específicamente, los estados mayores de cada bloque y sus frentes, así como la integración de las
distintas comisiones y carteras. Con esta información, la Sala procederá a identificar a aquellos comandantes
aún no identificados por las víctimas, pero que comandaron unidades militares señaladas por estas en sus
demandas de verdad.” JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.23
Es evidente que los aportes de unos y otros, como fuentes de contrastación, no son
similares ni en su extensión ni en su duración. Pareciera que el proceso dialógico
adelantado por la SRVR tuvo como referente primordial, la versión de los
comparecientes25, y no los testimonios de las víctimas, una clara vulneración del
principio de centralidad en torno a ellas que debe guiar todas las actividades de la
JEP26.

I. ESTÁNDAR DE APRECIACIÓN DE BASES SUFICIENTES PARA


ENTENDER

La SRVR indica que el estándar probatorio consagrado en el artículo 79, literal (h)
contenido en la LEJEP, no ha sido definido ni interpretado por el legislador
nacional27 ni por el Derecho Internacional Penal. Afirma además que la CPI cuenta
con estándares probatorios similares, pero no iguales.

Sin embargo, la anterior aseveración no es del todo correcta pues de conformidad


con el artículo 61.7 del Estatuto de Roma, las Salas de Cuestiones Preliminares
deberán verificar si “existen pruebas suficientes de que hay motivos fundados para
creer” que el crimen se cometió, todo ello a efectos de confirmar los cargos antes
del juicio. Dicho estándar probatorio, que se asemeja considerablemente al
establecido por la LEJEP, ha sido interpretado reiteradamente por la jurisprudencia
de dicho Tribunal Internacional28.
La afirmación de la SRVR es cuestionable pues, si bien el legislador no interpretó
ese estándar, si lo consagró. Tampoco es cierto que, debido a la supuesta ausencia
de definición legal, el juez se encuentra ante la interpretación subjetiva 29. Por el
contrario, la jurisprudencia de la Corte Penal Internacionnal es un insumo que debe
ser considerado por la Sala al momento de aplicar este estándar.

I. PARTICIPACIÓN DE VÍCTIMAS DE ACUERDO CON LA SÍNTESIS DEL


PROCEDIMIENTO DEL AUTO

De la lectura del auto se evidencian lo siguientes asuntos en los que se debe


adelantar en pro de asegurar una efectiva participación de las víctimas y la garantía
de sus derechos fundamentales:

25
“La Sala de Reconocimiento ha llegado a la conclusión de que cuenta con suficiente información y ha realizado
una contrastación suficiente de informes, versiones voluntarias y otras fuentes de información, para determinar
los hechos y conductas del Caso No. 01 en lo que respecta a la responsabilidad individual de los miembros del
antiguo Secretariado de las FARC-EP. Estos efectivamente ya rindieron su versión voluntaria individual y la
Sala ya culminó el ejercicio de contrastación respecto de estos” JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de
2021, párr.25
26
JEP, SA, Sentencia Interpretativa TP-SA-SENIT 1 de 2019, 3 de abril de 2019, párr. 64-77.
27
Ibidem. Párr. 86
28
CPI, SCP I, The Prosecutor vs. Callixte Mbarushimana, Decision of Confirmation of Charges, 16 de
diciembre de 2011, párr. 41; CPI, SCP I, The Prosecutor vs. Thomas Lubanda Dyilo, Decision of Confirmation
of Charges, 29 de enero de 2007, párr. 38-39; CPI, SCP I, The Prosecutor vs. Germain Katanga, Decision on the
Confirmation of Charges, 1 de octubre de 2008, párr. 62-65.
29
Ibídem. Párr. 86.
1. Reconocimiento y convocatoria limitada para llamar a las víctimas, sin un
adecuado trabajo de campo: La providencia narra cómo a través de un auto en el
que se ordena la emisión de un edicto emplazatorio 30 se convocó el proceso de
acreditación. Esto puede ser calificado como una visión limitada para asegurar la
máxima participación posible de las víctimas y su centralidad.

Al mencionar la forma en que se debió garantizar el derecho a la verdad durante el


proceso y ante preguntas concretas de las víctimas contenidas en sus solicitudes de
acreditación, la Sala entendió haber aplicado un esquema “eficiente” 31 para cumplir
con este derecho, dando traslado 32 de dichas demandas a los comparecientes, sin
que se exigiera respuesta alguna o se asegurara que esto en efecto sucediera,
dentro del régimen de condicionalidad.

2. Ausencia de enfoque diferencial y pedagogía utilizada: Si bien se indica que se


realizaron jornadas pedagógicas33, el auto no anexa ni explica la metodología de
convocatoria de los grupos de víctimas y víctimas individuales, ni el procedimiento
aplicado en cuanto a los enfoques diferenciales. ¿Cómo se aseguró la posibilidad de
participación de las personas víctimas del conflicto armado con discapacidad? ¿O la
de las personas en condición de pobreza o analfabetismo como son nuestros
soldados regulares? ¿Cómo se convocó a las víctimas en lo rural? En resumen,
¿cómo se aplicó el mandato de enfoque diferencial en este proceso pedagógico?

3. Participación aparente y superficial de las víctimas: Para la SRVR, el principio de


centralidad de las víctimas consiste (dentro de la investigación de graves crímenes
internacionales y en el marco de un macrocaso), en permitir que las víctimas llenen
un formulario y presenten observaciones por escrito. Esa es la centralidad que la
JEP está garantizando a las víctimas.

Aunado a ello se menciona que una expresión de centralidad de las víctimas es que
puedan contar con el mismo periodo para aportar evidencia adicional, 6 que el que
tienen los comparecientes, antes de la audiencia de Reconocimiento. Sin embargo,
30
De manera paralela a las versiones voluntarias, el despacho en movilidad en el Caso No. 01 inició un proceso
de pedagogía para materializar los derechos de acceso a la justicia y a la participación efectiva de las víctimas,
informándolas de su derecho a acreditarse como intervinientes especiales en el Caso No. 01, conforme a lo
establecido en el artículo 3 de la Ley 1922 de 2018. Por medio de los autos de 12 julio y de 6 de agosto de 2019,
ordenó la fijación de un edicto emplazatorio indicando a las víctimas su oportunidad de solicitar ser
reconocidas como intervinientes especiales en el Caso No. 01.
31
“Por ello, la Sala de Reconocimiento decidió buscar en la siguiente fase la satisfacción del derecho a la verdad
en casos concretos de víctimas acreditadas en el Caso No. 01 a partir de un esquema eficiente. Esto, teniendo en
cuenta que estas demandas de verdad en hechos concretos solo pueden ser contestadas por comparecientes que,
en cuanto mandos medios o guerrilleros rasos, tuvieron un conocimiento directo de los hechos y fueron
identificados por las víctimas de manera individual o por estructura de frente.” JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de
26 de enero de 2021, párr.23
32
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.13
33
“A lo largo del segundo semestre de 2019 realizó (sic) 192 jornadas de atención a víctimas en diversos
municipios del país y una jornada internacional en San José de Costa Rica, con apoyo de la Secretaría Ejecutiva
de la JEP (SEJEP), de la Procuraduría General de la Nación y de la Unidad para la Atención y Reparación
Integral de las Víctimas (UARIV). Estas jornadas incluyeron campañas con cuñas radiales, así como la
preparación y difusión de material audiovisual e impreso.” JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de
2021, párr.13
este plazo coincidiría con la eventual aceptación a la imputación. Es por ello que no
sería posible que se garantice la incorporación de sus observaciones y solicitudes
antes del reconocimiento.

4. Diferencia de tratamiento procesal


Las opciones disponibles para las víctimas frente a cómo intervenir o participar en
los procedimientos fueron sustancialmente menores e incomparables a las múltiples
versiones libres34 en las que participaron los comparecientes 35. Este desbalance
pone en duda el proceso mismo de participación de las víctimas y afecta, no sólo la
contrastación, sino las conclusiones del auto de determinación de hechos.

Aunado a ello, los comparecientes tuvieron en sus versiones posibilidad de


manifestar su percepción frente al daño causado y cómo desean repararlo 36. Por el
contrario, las víctimas sólo pudieron enviar observaciones escritas sobre lo dicho
34
También las han convocado a las diligencias de versiones voluntarias y compartido su contenido, se les ha
entregado la sistematización de las observaciones de las víctimas a las versiones voluntarias y se les mantiene al
tanto de las diligencias judiciales que se realizarán dentro del Caso No. 01, para que en estas también hagan
preguntas a los comparecientes sobre los asuntos relacionados con su competencia (…) la Sala llevó a cabo seis
diligencias de ampliación de la versión colectiva, correspondientes a los antiguos bloques Magdalena Medio,
Occidental, Oriental, Noroccidental, Caribe y Sur. Estas diligencias se realizaron en las ciudades de
Barrancabermeja y Popayán, así como en los antiguos Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación
(ETCR) ubicados en los municipios de Icononzo (Tolima), Dabeiba-Llanogrande (Antioquia), Fonseca-Pondores
(La Guajira) y San Vicente del Caguán-Miravalle (Caquetá). Posteriormente, la Sala también ordenó y llevó a
cabo la ampliación de la versión colectiva correspondiente al antiguo Comando Conjunto Central, en Bogotá, en
las instalaciones de la JEP. En estas diligencias participaron de manera presencial 283 comparecientes ; 46
comparecientes asumieron la vocería en las diligencias, que tuvieron tanto un componente oral, así como la
entrega de un componente escrito. En todas las diligencias participó también la Procuraduría Delegada ante la
JEP”. JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.14
Párr.17. ordenó la realización de una serie de entrevistas y declaraciones juramentadas a personas que tenían
información que permitiría profundizar en las narraciones de los hechos y conductas objeto de contrastación en
el Caso No. 01. Estas diligencias se condujeron teniendo en cuenta el rol que desempeñaron como
funcionarios/as públicos/as, dirigentes políticos/as, representante de organización de la sociedad civil, miembros
de iglesias” JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr. 17.
35
“Así, las víctimas pudieron escoger entre las siguientes opciones (no excluyentes entre sí) para hacer sus
observaciones: (i) Asistir a las jornadas territoriales de observaciones que se llevaron a cabo en diciembre de
2019 en cuatro (4) ciudades del país (Cartagena, Villavicencio, Florencia y Medellín) o en la jornada nacional
que se realizó el 13 de enero de 2020 en Bogotá; (ii) Recibir un traslado personal en las instalaciones de la JEP
(iii) Recibir un traslado en línea, a través de la plataforma digital habilitada por la JEP para ese fin. Las víctimas
acreditadas pudieron hacer sus observaciones por escrito o a través de un formulario en línea.” JEP, SRVR,
Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.18

36
“Durante las diligencias de versión individual, que fueron grabadas y transcritas, la Sala profundizó en la
responsabilidad individual de cada compareciente en la adopción y ejecución de la decisión de la organización de
tener cautivos, así como sobre su participación en hechos específicos de manera directa. También pidió aportes a
la verdad sobre el modo de operar de las unidades militares a las cuales pertenecieron, en especial aquellas en las
cuales tuvieron mando. Además, y con el fin de cumplir con los principios de la justicia restaurativa, solicitó las
apreciaciones personales y la posición individual de cada uno tanto sobre la decisión de la organización de tener
cautivos, sobre las condiciones de cautiverio, y su percepción y apreciación individual del daño ocasionado,
interés de resarcirlo y propuesta (de tenerla), respecto al modo de resarcirlo de forma individual o colectiva.”
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.57
por los comparecientes en las diligencias, sin una idea clara de cómo esos aportes
hicieron parte de la actual imputación.

Se hacen afirmaciones preocupantes sobre los hechos victimizantes (partiendo de la


poca o nula participación del universo de víctimas) como que la violencia sexual y el
desplazamiento por causa del secuestro fueron “aislados” 37.

Es importante analizar las cifras: de 2000 víctimas acreditadas se menciona que


sólo 90038 realizaron observaciones a la metodología de participación que les
corresponde, pero no se precisa en qué volumen se realizaron esos comentarios ni
cómo se acataron sus inquietudes. En cambio, si se dio traslado a los
comparecientes de dichas observaciones. Si estas cifras son adecuadas, el 48%
participó efectivamente lo cual no cumple con el estándar fijado para la JEP,
centralidad de las víctimas39. Además, para considerar que la participación en efecto
fue efectiva, debió mencionarse qué sucedió con la intervención de las casi 1000
víctimas que no contaban con representación dentro del sistema de defensoría.
Nada se explica frente a si pudieron: i) contar con una asesoría legal o ii)
comprendían sus derechos y cómo ejercerlos aún sin abogado. Estos aspectos
explican el por qué no existió pronunciamiento masivo de las víctimas de este
proceso.

Si bien se mencionan actividades realizadas para asegurar la participación de


víctimas no se anexan listados de asistencia ni se menciona así sea en número
global y no se indica cuántas personas efectivamente participaron de estas
actividades. Tampoco se tiene noticia de sus condiciones socioeconómicas, de
dónde provenían (zonas rurales o ciudades principales) ni su nivel de escolaridad.
No se menciona como se facilitó el traslado gratuito (aéreo o terrestre) de estas
víctimas y sus representantes a las zonas donde se desarrollaron las jornadas
pedagógicas. No se menciona la participación de colectivos de pueblos indígenas.
Son afirmaciones generales “las han convocado”, “se les compartió”, etc.

En cambio, a los comparecientes se les ha escuchado en distintas regiones del


país, tuvieron espacios territoriales de capacitación, participaron de manera
presencial en jornadas extensas. Si bien se indica que participó la Procuraduría, no
se explica el contexto de su intervención en esas diligencias. Simplemente se anota
que los comparecientes “asumieron la vocería” en ellas. Es más, se dice que las
actividades tuvieron componentes orales y escritos.

Adicionalmente y en la misma línea, se anota que sí se convocó a personalidades


del orden nacional y regional a ser escuchados en entrevistas y declaración
juramentada. Esto hace evidente una diferencia de trato con respecto a las víctimas.
Es notable lo que menciona frente a la ventana temporal de participación de
personas que además cuentan con otras condiciones de vulnerabilidad cómo la

37
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.729 y 728
38
.
39
“Ha acreditado 2528 víctimas individuales a través de 45 autos de acreditación. A 1100 de estas, por su
petición, se les ha asignado un abogado común a través del Sistema de Asesoría y Defensa (…)” JEP, SRVR,
Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr.12
extrema pobreza o el desplazamiento forzado. No se tomó en cuenta que muchas
personas afectadas por el conflicto ostentan dos y tres categorías de vulnerabilidad.

Es importante anotar que sólo a partir del 22 de noviembre de 2019 se estableció


una metodología de participación para las víctimas quienes sólo pudieron
pronunciarse por escrito, mediante un formulario online o asumiendo costros de
envío de documentos a la Jurisdicción.

5. Revictimización

Algunos acápites de la providencia contienen afirmaciones especialmente delicadas


que, estudiadas a la luz del derecho internacional de los derechos humanos y las
normas de protección especial a grupos vulnerables, pueden ser catalogadas como
revictimizantes: la indicación de que fueron hechos aislados, por ejemplo. 40.

Adicionalmente en el proceso reviste especial importancia el cuidado extremo por la


seguridad de las víctimas que comparecen y genera preocupación saber que los
formularios de acreditación fueron entregados a un defensor “por motivos
estrictamente legales” que no se explican en la decisión 41.

40
JEP, SRVR, Auto SRVR-019 de 26 de enero de 2021, párr. 728 y 729.
41
“El 3 de julio de 2020, el despacho relator, a solicitud de la defensa, hizo entrega a la defensa principal de los
comparecientes de una copia de los formularios de observaciones y escritos presentados por las víctimas, pero
manteniendo reservados los datos de contacto y de ubicación de las víctimas, a los cuales solo tuvo acceso la
defensa para los efectos legales.” párr.20

REFLEXION
Es bien sabido que la Sala de Reconocimiento de Verdad y Responsabilidad de la JEP,
permite adelantar un proceso de construcción dialógica de verdad mediante la aplicación de
los principios de Justicia Restaurativa y Centralidad de las Víctimas, así como los demás
mandatos de optimización que se hayan inscritos en la ley 1922 de 2018 y 1957 de 2019. En
ese orden de ideas, se entiende que las víctimas acreditadas ante la Jurisdicción cuentan con
la posibilidad de intervenir, ya sea en la presentación de informes, en la priorización y
selección de casos, o en la participación de versiones voluntarias y en la consecuente
presentación de observaciones que las victimas elaboren de conformidad con lo dicho por los
comparecientes. Conscientes de la prevalencia del Derecho sustancial sobre el procedimental,
y sobre la salvaguarda de los derechos de las víctimas, concurrimos de manera respetuosa
para presentar las observaciones al Auto 019 de 2021 dictado por la SRVR de la Jurisdicción
Especial para la Paz.

CONCEPTUALIZACIÓN DE LA REPARACIÓN EN ESQUEMAS DE JUSTICIA


TRANSICIONAL
El Acuerdo de paz consolida en el quinto punto denominado víctimas, la existencia de ciertas
entidades que guían el tema de la referida justicia transicional en nuestro país, la primera, de
carácter judicial es la Jurisdicción Especial para la Paz quién tiene la ardua tarea de investigar
y juzgar todo delito que se circunscriba a un factor de competencia material, personal y
temporal. A su vez, existen dos entidades de carácter extrajudicial que tienen la misión de
aclarar lo sucedido en el marco del conflicto armado interno, y la segunda relacionada con
personas que se encuentran desaparecidas, la primera hace alusión a la comisión para el
esclarecimiento de la verdad y la segunda a la unidad de búsqueda de personas dadas por
desaparecidas. Sin embargo, existen dos medidas incluidas por el acto legislativo primero del
2017 que hacen parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia Reparación y Garantías de No
Repetición. Estas son las correspondientes medidas de reparación y las garantías de no
repetición.

Solo hasta el 2020, la Jurisdicción Especial para la Paz emitió una serie de lineamientos
denominados trabajos obras y acciones con contenido reparador, los cuales tienen como
objetivo servir de manual para qué comparecientes obligatorios o voluntarios reparen en el
ámbito del sistema de Justicia Transicional. Tomando como referencia el artículo 141 de la
ley 1957 del 2019, se empiezan a consolidar sendos pronunciamientos jurisprudenciales y
administrativos sobre la mejor forma de reparar a las víctimas del conflicto armado
entendiendo que hay dinámicas tanto urbanas como rurales que sin destinarse únicamente al
ámbito económico pueden ser utilizadas desde una perspectiva de Justicia restaurativa tal
como lo entiende el espíritu del acuerdo de paz y los actos legislativos primero del 2016 y el
2017.

En el referido Auto 019 de 2021, se echa de menos que la magistratura haya hecho una
exigencia de reparación como parte necesaria en un proceso de Justicia Transicional, por ello,
en dicho capitulo se plantean los antecedentes necesarios para la construcción de una
propuesta de reparación, necesaria y exhaustiva para alcanzar una paz estable y duradera.

Los principios internacionales sobre la lucha contra la impunidad y de las víctimas a obtener
reparaciones, tienen como base de configuración dos aspectos: (1.) contextual referente a la
situación de vulneración que sufrían las víctimas al deslegitimarse sus demandas, lo cual
fomentaba un posible escenario de revictimización y (2.) legal, fundamentado en el derecho
internacional vigente, la jurisprudencia nacional e internacional y las prácticas de los Estados;
el proceso de sistematización adelantado, permitió el desarrollo de un nuevo eje temático en
el DIDH referente a los derechos de las víctimas.

Los principios internacionales sobre la lucha contra la impunidad fueron aprobados con la
resolución 2005/81, el 21 de abril de 2005 durante la sesión número 60 de la comisión de
DDHH de la ONU, y tuvo varios trabajos preparatorios que sirvieron como antecedente, el
mayor referente de inicio es una solicitud de la subcomisión de prevención de
discriminaciones y protección a las minorías en 1991, donde se encargó al experto Luis Joinet
para que realizara un estudio sobre la impunidad de los autores de violaciones de DHH; este
experto analizó la situación tomando como referencia los lugares en que se habían presentado
escenarios de violencia, procesos de transición y leyes de amnistía, encontrando que varios
países se caracterizaban por fomentar a través de las últimas la impunidad de quienes
violaban los derechos civiles y políticos, como resultado de esta investigación se aprobaron
las primeras directrices y principios en 1997.

Los principios internacionales de las víctimas a obtener reparaciones, tienen fundamento en


la declaración universal de los DDHH, el pacto internacional de derechos civiles y políticos,
la declaración y programa de acción de Viena, el texto final fue aprobado el 16 de diciembre
de 2005, por la asamblea general de la ONU a través de la resolución 60/147 y contó con
varios trabajos previos sobre una materia central, referente a la restitución, indemnización y
rehabilitación de víctimas de violaciones de DDHH y libertades fundamentales.

El primero de los trabajos investigativos estuvo a cargo del experto holandés Theo Van
Boven, a quien la subcomisión del pacto de derechos civiles y políticos de la ONU, encargó
realizar un estudio sobre el tema, del cual se presentó el informe final en 1993;
posteriormente Cherif Bassiouni, realizó un análisis sobre el estado de la materia, presentado
en el año 2000; finalmente la comisión de DDHH de la ONU, ante la grave situación
expuesta por los expertos creó un grupo de trabajo liderado por el chileno Alejandro Salinas,
para que evaluaran la situación actual sobre la materia, con las respectivas recomendaciones,
el cual se presentó en el año 2005, siendo el último antecedente de los principios referidos.

El eje central del que parten los principios internacionales de las víctimas a obtener
reparaciones, es que ante cualquier vulneración de los derechos inherentes al ser humano,
consagrados en los principales convenios internacionales, surge la obligación de reparación y
por tanto la posibilidad de exigirla principalmente al Estado, bien sea porque la vulneración a
los DDHH se produjo como consecuencia de su acción u omisión de protección; de tal forma
que se contribuya a aliviar el sufrimiento de las víctimas y restablecer en lo posible su
situación anterior. La reparación porque propenden estos principios, se concibe desde la
integralidad, por lo cual vinculan acciones de indemnización, restitución, rehabilitación y
medidas de satisfacción, entre las cuales se encuentra la garantía de no repetición.

El párrafo 3 del artículo 2 requiere que los Estados Partes otorguen una reparación a las
personas cuyos derechos del Pacto han sido violados. Si no se otorga una reparación a los
individuos cuyos derechos del Pacto han sido violados, la obligación de proporcionar un
recurso efectivo, que es fundamental para la eficacia del párrafo 3 del artículo 2, no se
cumple. Además de la reparación explícita exigida por el párrafo 5 del artículo 9 y el párrafo
6 del artículo 14 el Comité considera que el Pacto entraña por lo general una indemnización
adecuada. El Comité señala que, cuando procede, la reparación puede entrañar la restitución,
la rehabilitación y medidas de satisfacción, como apologías [excusas] públicas, memoriales
públicos, garantías de no repetición y cambios en las leyes y las prácticas pertinentes, así
como el sometimiento a la justicia de los autores de violaciones de derechos humanos. (CCJ,
2007, P.19-20).
De lo expuesto anteriormente, se puede resaltar el gran valor que tienen los principios
referidos, para el diseño de los herramientas y estrategias de justicia transicional, pues
sistematizan obligaciones que tienen los Estados frente las víctimas, la sociedad civil y la
comunidad internacional, a la vez que son ejes en la construcción de sociedades donde
existan las condiciones de posibilidad para la realización efectiva de los valores
democráticos. Estos principios son una guía obligatoria para lograr una transición completa y
estructural, de tal forma que se pueda superar el estado de conflicto que tantas víctimas ha
dejado, como consecuencia de la acción devastadora de la guerra, la cual sólo genera más
violencia, dolor e inhumanidad.

Los principios internacionales sobre la lucha contra la impunidad y de las víctimas a obtener
reparaciones, están diseñados para responder a tres categorías de derechos, (I) El derecho a
saber o a la verdad, (II) El derecho a la justicia y (III) El derecho a la reparación, que en
términos generales constituyen los Derechos Humanos de las víctimas, los cuales de acuerdo
a los postulados de la ONU, se ubican en el lugar central de los procesos de transición, como
límites a las políticas de Perdón y olvido, así como exigencia inquebrantable del
cumplimiento de las obligaciones que tienen los Estados. Sólo las estrategias de justicia
transicional que se diseñen desde la perspectiva expuesta podrán encaminarse a la
construcción de paz estable y reconciliación.

Ahora bien, en un ámbito más local cabe hacer referencia a los aportes del sistema
Interamericano de Derechos Humanos al desarrollo conceptual de la verdad, justicia,
reparación y garantía de no repetición, lo cual ha partido no sólo en el análisis de los casos
que se han sometido a la jurisdicción de la Corte Interamericana de DDHH, sino de los
estudios que ha realizado la Comisión respecto la situación de los DDHH en cada país de la
región, donde se ha hecho especial referencia a las medidas de justicia transicional utilizadas
en Latinoamérica, como herramientas que permiten la transición a Estados democráticos,
después de los diversos regímenes dictatoriales que han sufrido los pueblos y como
consecuencia de negociaciones de paz, tras largos años de conflicto armado entre
movimientos guerrilleros, grupos paramilitares y las fuerzas armadas estatales.

Desde el sistema interamericano, se ha se ha destacado que en el marco de justicia


transicional es importante y necesario garantizar los derechos de las víctimas del conflicto,
dando cumplimiento al deber de investigar las violaciones a los DDHHH y al DIH, ocurridas
durante el escenario de guerra o dictadura, propendiendo la garantía de la verdad y la
reparación integral como aspectos esenciales en la construcción de paz y reconciliación. En
esta medida cabe resaltar las rigurosas revisiones de las leyes de amnistía que se han aplicado
en diversos países (Argentina, Uruguay, hule, Perú, El Salvador, entre otros), contrastándolas
con las obligaciones que cada Estado ha adquirido en la lucha contra la impunidad.
La corte IDH, como entidad encargada de aplicar el derecho internacional en el sistema
regional, ha actuado en concordancia práctica con los principios internacionales sobre la
lucha contra la impunidad y de las víctimas a obtener reparaciones, pues constantemente ha
resaltado la necesidad que los Estados refuercen su capacidad judicial para cumplir con dos
objetivos esenciales: -incorporar una perspectiva de derechos en los procesos judiciales, de
tal forma que se garanticen y hagan efectivos y –evitar la impunidad al prevenir, investigar,
juzgar y sancionar a los responsables de violaciones graves, masivas y sistemáticas a los
DDHH y al DIH. En tal sentido la Corte IDH, ha establecido la obligación de los Estados de
propender por la participación de las víctimas en los procesos penales, no solo con el objetivo
de obtener una reparación económica, sino como base esencial para la realización de los
derechos a la verdad, la reparación y la construcción de memoria.

La reparación integral de las víctimas es aquella que se realice de forma efectiva, pronta y
adecuada remediando la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las personas que
han resultado afectadas por los delitos contra el DIH y el DIDH. Estas reparaciones deben
realizarse de forma proporcional a los daños sufridos a partir de la integración de mecanismos
de restitución, indemnización, rehabilitación y satisfacción, en los cuales se tenga en cuenta
las dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica de los perjuicios causados.

En el mismo camino, la garantía de no repetición va ligada a la obligación estatal de prevenir


que las violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario se vuelvan
a cometer, por lo cual abarca un cambio estructural en la organización política, social,
económica y cultural, requiriendo reformas en la fuerza pública y en las instituciones en
general de tal forma que se recupere la confianza de protección hacia la sociedad.

En el marco normativo internacional, el derecho a la reparación y las garantías de no


repetición, se encuentran consagradas en los principios internacionales sobre la lucha contra
la impunidad (n.31 al 38), así como en los principios internacionales de las víctimas a obtener
reparaciones (n.9), en la Convención Americana de DDHH (art. 63 n.1); de acuerdo al comité
de DDHH de la ONU, el derecho a la reparación se deriva del pacto de los derechos civiles y
políticos (art.2 párrafo 3, art. 9 párrafo 5 y art. 14 párrafo 6).

La Corte IDH ha establecido que la reparación implica medidas que tiendan a hacer
desaparecer los efectos de las violaciones cometidas, de tal forma que se pueda devolver a las
personas a la situación anterior a su victimización, restableciendo la situación social, la
identidad, libertad, vida familiar, derechos legales, ciudadanía, vivienda, tierra, trabajo,
bienes. La integralidad de la reparación contempla múltiples aspectos que han sido
consagrados en instrumentos internacionales, regionales y nacionales, los cuales contemplan
la incorporación de medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición.

Las medidas de reparación deben ser proporcional a los gastos, la pérdida de ingresos,
oportunidades y a los daños sufridos por la víctima a causa de la vulneración injustificada a
sus DDHH, requiriéndose además una reparación rápida, efectiva y adecuada. En esta medida
es importante traer a colación lo referido por la Corte Constitucional en sentencia T-037 de
2015, en la cual siguiendo los lineamientos de la sentencia C-370 de 2006, refiere frente al
derecho a la reparación lo siguiente:

La reparación: i) incluye todas las acciones necesarias y conducentes a hacer desaparecer, en


la medida en que ello sea posible, los efectos del delito; ii) al igual que el concepto de
víctima, tiene una dimensión tanto individual como colectiva; iii) no se agota en su
perspectiva puramente económica, sino que tiene diversas manifestaciones tanto materiales
como simbólicas; iv) es una responsabilidad que atañe principalmente a los perpetradores de
los delitos que dan lugar a ella, pero también al Estado, particularmente en lo relacionado con
algunos de sus componentes. (P.30)

Ante la vulneración de los derechos, las víctimas y sus familias pueden exigir la reparación
en primera medida ante el Estado, -quien puede repetir contra el responsable- y en procesos
penales ante los acusados, por tanto la garantía de este derecho exige al Estado establecer
unos recursos penales, civiles y administrativos que permitan el acceso de las víctimas a
medidas de reparación a la vez que las protejan de posibles intimidaciones y represalias por
realizar acciones de exigibilidad de derechos. El derecho a la reparación requiere la creación
y amplia divulgación de programas especiales para la atención de las víctimas,
fundamentalmente cuando existen grandes cantidades de afectados y diversidad de hechos
victimizantes.

La amplia configuración del derecho a la reparación y las garantías de no repetición adquiere


profundo sentido al comprender que la vulneración de los derechos humanos provoca graves
consecuencias que afectan la dignidad de las personas y las configuraciones socioculturales;
la guerra deja huellas en la memoria, la piel, los rostros, la identidad, fragmenta proyectos de
vida en términos educativos, políticos, culturales, laborales, como consecuencia de lesiones
corporales, rupturas emocionales, familiares, comunitarias, pérdida de lazos de unión y
confianza.

El dolor de una víctima es marcado por los recuerdos de horror, tristeza, soledad, penumbra
que generan las cicatrices de la guerra, este dolor no se puede cuantificar y reducir a términos
meramente económicos, siendo por tanto las políticas de reparación que sólo cubren aspectos
materiales, completamente limitadas, al negar otras dimensiones esenciales e integrales del
ser humano; si bien las indemnizaciones resultan oportunas en momentos de carencia, de
necesidad, urgencia, son insuficientes cuando se enfrentan a la vitalidad perdida y a los
sueños rotos.

Resulta fundamental rescatar en este punto la importancia de las reparaciones simbólicas. En


efecto, la eficacia de la reparaciones materiales y la sostenibilidad de las medidas de no
repetición pueden llegar a depender, en buena parte, de reparaciones simbólicas que
restablezcan la dignidad de las víctimas, que impongan una sanción moral a los responsables
y envíen el mensaje claro y contundente de que los hechos cometidos no pueden ser
justificados y de que sus víctimas deben ser reconocidas y reparadas. (Dejusticia, 2006, p.79)
Con respecto a la contexto colombiano, la CIDH en los lineamientos principales para una
política integral de reparaciones aprobados en el 2008, reconoce que el país se encuentra
sumido en una grave crisis humanitaria a raíz de la grave situación de derechos humanos, que
se evidencia principalmente en las altas tasas de desigualdad social, pobreza, muertes por
desnutrición, homicidios selectivos y la gran cantidad de víctimas a causa del conflicto
armado, especialmente por el fenómeno del desplazamiento forzado, que expone a las
personas a un mayor riesgo de vulneración de derechos; por lo cual la Comisión requiere al
gobierno colombiano para que en la formulación de las políticas de reparación administrativa
para las víctimas del conflicto adopte un enfoque diferencial que favorezca a las poblaciones
históricamente excluidas, favoreciendo especialmente a mujeres, niños, indígenas,
afrodescendientes y personas de tercera edad.

En los lineamientos referidos anteriormente, la CIDH realiza los siguientes aportes


importantes para la garantía del derecho a la reparación en Colombia:

 Aunque el gobierno colombiano se niegue a reconocer ante este organismo la


responsabilidad directa del Estado en la vulneración de DDHH, debe proporcionar a
las víctimas recursos rápidos, efectivos y adecuados que permitan el acceso a la
jurisdicción contenciosa administrativa donde se determinará la existencia o no de un
nexo causal y por tanto la obligación de reparar los daños y perjuicios causados a raíz
de una acción u omisión del Estado.

 Es procedente la creación de un programa general de reparaciones administrativas,


pero el acceso a los beneficios que éstas dispongan, no pueden representar una
exclusión de las víctimas a utilizar el medio de su preferencia para obtener una
reparación; las acciones pueden ser: incidente de reparación integral, acción de
reparación directa, acción de reparación civil extracontractual, entre otras.

 El programa administrativo de reparaciones que se instaure en Colombia, debe estar


acompañado de una acción eficaz por parte del gobierno y la fiscalía para identificar,
individualizar y recuperar los bienes de procedencia licita o ilícita que compongan el
patrimonio de los grupos armados al margen de la ley que, con la finalidad de
constituir un reembolso fiscal al Estado por los gastos en que incurra; sin embargo la
reparación de las víctimas no puede limitarse por la falta de efectividad de las
acciones tendientes a recuperar los referidos bienes.

Partiendo de las precisiones anteriores considero importante en el marco de un proceso de


transición que permita la garantía efectiva de los derechos de las víctimas, entender estos
desde una perspectiva integral y no limitada al acceso a la administración de justicia, de tal
forma que se pueda superar la gran desconfianza en las instituciones que impera en el
imaginario de la población colombiana, así como la idea de venganza y la presunción que
sólo se hace justicia en casos de vulneración de derechos, cuando efectivamente se priva de la
libertad a los responsables, ante lo cual es necesario generar conciencia sobre la débil función
resocializadora de la cárcel y la existencia de estrategias educativas y de servicio social que
permiten mayores dosis de verdad y reparación a las víctimas.

La concepción de los derechos de las víctimas desde la integralidad, promueve la


construcción de una cultura jurídica alternativa que permita desinstalar los imaginarios
mayoritariamente condicionados de la población en el tema, los cuales en un proceso de
transición limitan las posibilidades de lograr reconciliación, reconstrucción del tejido social y
reincorporación a la vida civil de los alzados en armas, siendo ineludible la promoción de
formas de justicia comunitaria que desde un enfoque restaurativo vuelvan la mirada hacia las
víctimas.

Referencias

Acto Legislativo 01, Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos de justicia
transicional en el marco del artículo 22 de la Constitución Política y se dictan otras
disposiciones, expedido el 31 de julio de 2012.
Acto Legislativo 01, Por Medio Del Cual Se Establecen Instrumentos Jurídicos Para Facilitar
Y Asegurar La Implementación Y El Desarrollo Normativo Del Acuerdo Final Para La
Terminación Del Conflicto Y La Construcción De Una Paz Estable Y Duradera, expedido el
7 de julio de 2016.
Alape, A. (1989). Las Vidas De Pedro Antonio Marín Manuel Maruanda Velez Tirofijo.
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justicia y paz. Bogotá: Grupo editorial Norma.
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transición?: Verdad, Justicia y Reparación para Colombia. (1ª. Ed.). Colombia: Antropos.
Autores: Uprimny, Y. R., Saffon, S. M., Botero, M. C., Restrepo, S. E.
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Reparaciones. Bogotá: Opciones Gráficas Editores Ltda.
Calero, L. F. (1991). Pastos, Quillacingas y Abades 1535-1700. Colombia: Talleres gráficos
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aprobado el 8 de junio de 1977, ratificado por la Ley 171 del 16 de diciembre de 1994.
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%20una%20pol%C3%ADtica%20integral%20de%20reparaciones.pdf
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víctimas de la guerra, Convenios de Ginebra, Aprobado el 12 de agosto de 1949, ratificados
por la Ley 5 del 26 de agosto de 1969.
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Martínez Caballero.
Corte Constitucional. Sala plena. Sentencia C-582 del 11 de agosto de 1999, M. P.: Alejandro
Martínez Caballero.
Corte Constitucional. Sala Plena. Sentencia C-067 del 4 de febrero de 2003, M.P.: Marco
Gerardo Monroy Cabra.
Es claro que el derecho internacional humanitario, aborda como uno de sus
principales ejes determinar la conducta de los gobiernos, a priori de establecer
condiciones humanitarias en contraste a las necesidades de los militares, ya que lo
que se incluye en esta carta, no es solo el maltrato a los civiles sino los ataques
constantes contra el Derecho Internacional Humanitario.
El auto 001, refleja un notorio y decisivo avance superando por años frente a una
disyuntiva entre la justicia y la paz, donde es posible buscar un equilibrio, en el cual
el gobierno es el único que debe reparar a las víctimas, alejándose de la justicia
ordinaria, en aras de brindar justicia no solo a las victimas sino a la sociedad en
general, avanzando con la dilógica, la reconstrucción y la reconciliación, ya que la
finalidad del texto es armonizar las diferentes fuentes jurídicas frente a las
obligaciones del estado colombiano y mas aun internando el tratado internacional de
Roma, lo que podría caracterizar a Colombia en ser el primer país en demostrarle a
la corte internacional, bajo un acuerdo de paz el deber del estado de juzgar,
sancionar y reconocer a los comparecientes, colocando fin al conflicto, dicho
reconocimiento claramente puede ser complementado de las subsiguientes etapas
que surjan más adelante, ya que la sala de reconocimiento seguirá trabajando hasta
que exista la resolución de conclusiones.
Es evidente que este auto obliga a la comunidad jurídica a internacionalizarse de
manera interna, ya que las diferentes figuras jurídicas que advierten el derecho
penal, ya no podrán ser analizadas solo con el lente dogmático ya que los obliga a
llevar a cabo una revisión a la luz del avance constante del derecho internacional
humanitario y en el derecho referente a la calificación jurídica, ya que el texto final
del acuerdo fundó armonizar las diferentes fuentes jurídicas frente a las obligaciones
del estado colombiano.
Estableciendo que se habían cometido, crímenes de guerra y crímenes de lesa
humanidad en el estatuto de roma, lo que se imparte en este estadio es la línea, que
busca no solo, se acepten responsabilidades sino que la FARC, solo podrá hacerse
acreedora de los tratamientos específicos especiales, al aceptar la responsabilidad
de sus conductas, de la comisión específica de crímenes de lesa humanidad,
haciendo alusión a los principios de legalidad y favorabilidad como principios
trasversales de esta creación del sistema integral de reparación justicia y paz en
garantías de no repetición, con el componente especial de la reparación, frente al
derecho penal, esto demanda que exista una norma de origen a nivel nacional.
La sala realiza todo un análisis frente al tema y concluye que tanto la conducta
misma que estaba prohibida en el derecho interno y que el derecho internacional, y
contextualiza que no le es viable en ningún factor aparejar el crimen, junto con la
ilegalidad.
Todo el aspecto relevante del auto, frente a la política de los crimines y su
reconstrucción a través de patrones y contextos, que es viable enfatizar en esta
providencia, son los elementos que se enmarcan en los crímenes de lesa
humanidad, ya que la política constituye un factor clave a la política de
reconstrucción y patrones que se enmarcan en el proceso, podría interpretarse
ampliamente desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo, lo nos muestra que no
es necesario demostrar que existían ataques a gran escala, que exista volumen de
victimas o que el ataque deba estar detallado u organizado, lo anterior no exceptúa
el carácter de una política, ya que lo importante es reparar a las víctimas.
Este auto de manera organizada describe bloque por bloque la forma como los
comandantes del frente, subordinados y demás implementaran la política de
actuación de las FARC con los planes que entregaron indicando las cuotas que
debían cumplir, en los autos es preciso el manejo de la Sala al advertir que
determinara los aspectos y conclusiones de los hechos ocurridos.
Ya que la sala determina las finalidades principales como: financiar la guerra,
inyectar recursos y ejercer un control territorial, con todo lo anterior es evidente que
el modelo de investigación y patrones constituye la tesis maximalista del derecho
penal, según las cuales se deben investigar y juzgar todos los sospechosos y todos
los involucrados de las conductas victimizantes con un alto riesgo de impunidad a
mediano y largo plazo, otros aspectos muy importantes.
Cabe anotar que, el auto establece que los miembros de la fuerza pública
capturados no pueden ser objeto de ningún tipo de vejámenes, sin omitir desde ya
que dicho auto es el comienzo de una actuación al emitir decisiones de esta
envergadura y llegando a decisiones de fondo, y es que la importancia de esta
providencia es que se lograron hacer imputaciones grandes, desde el punto de vista
numérico, contando el peso de los delitos cometidos, en donde se analizan mas de
veinticuatro mil secuestros, los cuales fueron imputados a los 8 cabecillas de la
FARC, revisando las condenas que ejerció la justicia ordinaria en mas de cuarenta
años, no dan un alcance relevante, ya que las investigaciones en este tiempo fueron
parsimonias y no obtuvieron un porcentaje de efectividad al 100%, se destaca del
acto que luego de los 9 crímenes que se le imputan a la FARC, que al aceptar los
hechos imputables, los mismos acepten y se logre sentencia ya que traen aportes
imperativos en busca de la verdad, lo que configuro un alto grado de celeridad en no
dejar impune ningún acto de violencia, relacionados en el auto.
La amplia participación de las víctimas en este auto refleja el reconocimiento y el
trato digno que se les debe dar, ya que el auto compone aspectos relevantes e
históricos que no se podían reconocer en instancias anteriores, puesto que la sala
recoge los principales elementos de lo que se compone una justicia transicional, ya
que en este escenario las victimas pueden solicitar información e intereses de su
caso, donde se puede concentrar todo lo ocurrido bajo formularios de acreditación
liderados por la JEP, conociendo a propia voz de las victimas los vivido en
conductas punibles.
La garantía de no repetición aborda un fenómeno nacional, lo que indica una puerta
de entrada en todo lo relativo a recopilar conformación para la creación de nuevos
autos y casos, todo el sistema esta basado en acumular y reconocer los puntos
comunes de los patrones que tuvieron relevancia.
Es importante resaltar que las demás salas junto con el tribunal cumplen funciones
muy importantes con el fin de complementar derechos y garantías de las víctimas,
como es el caso de la sala de amnistía y la de definición de situaciones jurídicas ya
que vienen recaudando una verdad temprana, como es le caso de la sala de
apelación que realiza un llamado a las demás salas en busca de no reconocer
beneficios transitorios definitivos sin conocer la verdad, ya que esa verdad no
solamente sirve de insumo para que la sala construya los macro casos sino la
verdad para las víctimas, a la fecha ya existen victimas acreditadas, en la diferentes
salas.
“Según el artículo 28 literal “b”, el acusado también puede ser otro tipo de superior
que no ostenta un título, ni desempeña una función militar. Puede incluir, por
ejemplo, personas en organizaciones civiles que ejercen control a través de una
cadena de mando formal (como la policía), pero también personas en otras
estructuras civiles que ejercen control a través de otros medios (como
corporaciones civiles o estructuras políticas). 22. En todo caso, debe existir una
relación jerárquica: formal o informal. El acusado no tiene que ser el superior
inmediato de los autores; puede estar ubicado en distintos lugares de la estructura
de mando, en la medida en la que tenga el nivel de control requerido”
En términos generales hablar de una coautoría mediata por parte de la jurisdicción,
corresponde a la necesidad de manejar una responsabilidad vertical que viene del
Secretariado de la FARC como estructura superior hacia los demás integrantes de
la guerrilla desmovilizada, lo que en su momento imponía una figura de coautoría
mediata, teniendo en cuenta que dicho Secretariado ejercía un mando colectivo y se
hace necesario recurrir a la figura de coautoría con el fin de incluir la
responsabilidad de forma horizontal y vertical.
Que, se optara en este caso concreto, el determinar e iniciar la estructura de mando
hacia abajo fue muy inteligente, quizás porque la jurisdicción intuía el conseguir una
buena colaboración de las instancias superiores de la FARC, ya que se evidencia
que el inicio hacia abajo ha dado grandes avances, lo que facilitaría construir esa
primera relación y fijar la cúpula frente a la reconstrucción de todo el proceso, la
cantidad de resultados que se reflejan hoy en la justicia ordinaria conlleva a la idea
de que existe un trabajo más fuerte y mancomunado por parte de la JEP, con el fin
de lograr resultados en la parte baja de la pirámide de responsabilidad y de ahí en
adelante empezar a construir hacia arriba.
Así las cosas la sala de reconocimiento a partir de la metodología de contrastación
al valorar pruebas en los informes presentados por las víctimas garantiza el principio
de cooperación armónica entre la justicia ordinaria y la JEP y que son el engranaje
de la justicia transicional ya que hace participe a las víctimas, los informes han
ayudado a nutrir la metodología de los macro casos de forma detallada, lo que
conlleva al proceso mismo de reparación, buscado la garantía de sus derechos y
dignidad.
Que le permiten a la Magistratura y a la sociedad ver el conflicto desde los ojos de
quienes lo han padecido en comprender su dolor, los factores puesto que la
jurisdicción es una puesta a la verdad y en ese orden de ideas dichos informes se
componen como base fundamental para poder cumplir la misión y visión de la
jurisdicción, lo que es vital para el avance de todos los casos haciendo uso del
debido proceso transicional.
Nota:
1. Integrar apreciación jurídica con base en la sentencias C070 y C080 del año
2018 en una página.

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