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Se dice que nadie puede sentir el dolor igual que otra persona, y es verdad, pero ¿qué pasa cuando
la pérdida le afecta a muchas personas al mismo tiempo? Descubrámoslo juntos y aprendamos,
como se viven los duelos colectivos, quizá alguno te ha tocado.
John Lennon, Juan Pablo II, Pedro infante, el Tsunami y hasta Hachiko, no solo tienen un común la
fama mundial debido a su existencia, sino que tras su paso o muerte, generaron en la población
inmediata y hasta extendida, un duelo colectivo.
Este tipo de procesos se caracterizan por ser sentidos por un gran número de personas tras haber
vivido una perdida, que aunque no fuera cercana, representa algo importante para ellos/as.
Pero ¿qué es en si el duelo colectivo? Bien, se trata de un proceso que involucra una sola perdida,
pero muchas personas viviéndola al mismo tiempo y sintiendo casi exactamente lo mismo.
Entre los síntomas del duelo colectivo están los mismos que el duelo individual: la tristeza, el enojo,
la negación y el shock, pero además, se suma el sentimiento de abandono, sospecha de que el
cuidado es falso, necesidad de tener más información, pero al mismo tiempo, impotencia de saber
que no podrá obtenerla. Este duelo, puede ser que nos afecte directa o indirectamente, si lo hace de
la primera forma, suele existir gran caos y desorden, por ejemplo en desastres naturales.
Y si es en la segunda, las personas suelen reportar vivirse vulnerables, pero al mismo tiempo sin
derecho a sentir tristeza, ya sea porque no viven en el sitio donde ocurrió o no conocían al personaje
público que falleció.
DESASTRES NATURALES
En este caso, puede ser que una misma población haya sido víctima de un terremoto, tsunami,
inundación, deslave, ataque de animales, etc. Suele impactar inmediatamente a las víctimas del
suceso, sin embargo, este fenómeno se puede ver extendido por la solidaridad humana y comenzar a
sentirnos tristes, incluso a la distancia.
ATAQUES TERRORISTAS
Uno de los grandes males de nuestro tiempo, que tiene la característica de generar el sentimiento de
vulnerabilidad generalizada, es decir, percibir que el control de cada situación de nuestra vida, no
solo es tenido por las autoridades o uno mismo, sino, que cualquiera pudiera tomar mi vida, mis
brazos, mis piernas o las de mis seres queridos.
La inseguridad y el miedo constante son pérdidas colaterales a este fenómeno, donde las personas
pueden no sentirse seguras ni en su casa, ni bajo el resguardo de las autoridades.
El 11 de septiembre en EUA y el 11 de marzo es España son los ejemplos más famosos de la
actualidad, quedando secuelas en aquellos que aún viven.
FIGURAS PÚBLICAS
Personajes famosos por su talento, carisma o trabajo, suelen alojarse en el corazón de las personas,
incluso, muchos pueden percibirlos como parte de la familia, viendo su programa mientras comen o
sentirlos cerca a través de su música e incluso, congeniar tantos con su ideología, que podemos
considerarlo parte de nosotros. Luego entonces, cuando fallecen, podemos sentir que ha muerto un
miembro de la familia, teniendo la necesidad de saber que paso o q ocurrirá con su cuerpo. Hay
reportes de personas que tras haber perdido a su ídolo, se han suicidado, caído en grandes
depresiones y sentir desesperanza.
Juan Pablo II es uno de los pocos ejemplos de duelo colectivo mundial, se dice que en la plaza de
san Pedro había gente de todas las religiones, pendientes de su estado de salud y muerte. Lady Di y
John Lennon en Inglaterra. Pero este proceso no solo alcanza a humanos, sino que en Japón se dio
el caso del famoso Hachiko, un perro que tras la muerte de su dueño, lo espero durante 12 años en
la estación de tren donde se encontraban diario. Se volvió parte de la comunidad y a su muerte
levantaron un monumento en su honor.
Los duelos colectivos tienen la enorme ventaja de hacernos sentir acompañados en nuestro dolor, de
encontrarle sentido a la perdida a través del eco que hace nuestro sentir en los demás, viviéndonos
comprendidos, escuchando historias y emociones cercanas a las nuestras y así, reafirmando que
“está bien” lo que siento.
Personalmente creo que una de las ganancias de este, son las muestras de humanidad y amor que se
hacen presentes casi de inmediato. Ante los más dolorosos desastres, les siguen historias increíbles
de fe, supervivencia, amor, resistencia, hermandad, y cada uno de los más hermosos elementos de la
vida. Es como la caja de Pandora, tras todo el dolor, al final, al fondo, siempre estará la esperanza,
recordándonos que todo es posible.
Existe un porcentaje de población cada vez mayor de personas desaparecidas, que se encuentran en
una situación tan terrible, así como la de sus familiares, quienes sufren al no conocer el paradero de
sus seres queridos, y al mismo tiempo tienen que seguir adelante, pues no pierden la esperanza de
encontrarlos vivos.
No saber qué ha sido de un cónyuge, un hijo, un padre, una madre, un hermano, una hermana,
representa un sufrimiento insoportable para numerosas familias. No pueden dar vuelta a la página.
En el camino, se encuentran con un sin fin de problemas que pueden llegar a ser insuperables, si
bien hay algunas personas que aparecen, luego de algunos días, semanas, meses, y hasta años, hay
otros de los cuáles nunca se vuelve a tener información. Depresión, Culpa, Incertidumbre, Dolor,
Impotencia, Frustración, Angustia, Miedo, son algunos de los sentimientos de los familiares de
personas desaparecidas.
Tipos de desapariciones:
Desapariciones Comunes
Un día salen de su casa y no regresan, se desconocen los móviles del hecho, no tienen antecedentes
políticos, ni judiciales, simplemente no regresan más. No hay llamadas, ni amenazas.
Desaparición forzada
Aquellas personas que han sido detenidas por agentes del Estado, pero cuyo paradero y suerte se
ocultan, y cuya detención se desmiente.
Desaparición eterna
El desaparecido puede ser asesinado y los familiares nunca lo encuentran, ni vivo, ni muerto.
Sin un cuerpo para enterrar no se marca la línea que separa a los vivos de los muertos. La
incertidumbre ante la muerte parece detener el tiempo y congelar el espacio.
La familia se alía con el posible sufrimiento del desaparecido y no sólo con su dolor sino también
con su posible muerte.
Los familiares sienten una necesidad impetuosa de postergar todos los demás aspectos de su vida
hasta descubrir qué sucedió a sus seres queridos. Consideran que esta necesidad, responde a
diversas causas, que incluyen la esperanza de encontrar con vida a la persona, hasta el sentimiento
de culpa ante la posibilidad de retomar su vida mientras aún desconocen qué sucedió a sus seres
queridos viene un tormento por no saber si sus familiares están vivos y sufriendo, por lo que se
sienten impotentes.
La mayoría de las ideas, los pensamientos, los planes a mediano y largo plazo, tienen como base de
su estructuración la experiencia de la desaparición y la posibilidad de encontrar al familiar
desaparecido, convirtiéndose en el fundamento de la mayoría de los proyectos futuros.
Otra característica es la permanencia de la esperanza y de la incertidumbre; como idea base de todas
las ideas presentes en los individuos, es una de las más frustrantes y amenazantes para el bienestar
del doliente.
Por otro lado, la esperanza no se plantea del todo como un elemento positivo, ya que apunta
principalmente a la negación de que el familiar esté fallecido, dicha pues aceptación implicaría la
desestructuración de muchos proyectos en relación a la aparición del familiar.
A su vez hay una serie de conductas que se mantienen a base de la ansiedad y de la angustia.
Ciertos comportamientos obsesivos, depresivos, etc., aparecen en el repertorio a lo conductual de
estas personas.
La culpa y la impotencia, asociada también a esta experiencia, son factores que se asocian. Aunada
a lo anterior, en virtud de que la emoción se manifiesta de manera tan penetrante, que existe un
miedo permanente respecto de los familiares presentes, sobre todo de aquéllos con quienes se
mantiene una relación de cuidado y dependencia (otros hijos o familiares que dependen del
doliente). Este miedo consiste en que la experiencia se vuelva a repetir, y se instalan sentimientos
de sobre protección hacia éstos.
Es importante considerar que el duelo será entendido desde una mirada diferente, ya que éste se
estudiará en relación al período de tiempo que el familiar lleva perdido.
Esta distinción se realiza, si bien hay algunos sujetos que aparecen luego de algunos días, semanas,
meses y hasta años, hay otros de los cuales nunca se volvió a tener información.
El trabajo del duelo es un proceso psicológico complejo de deshacer los lazos contraídos y
enfrentarse al dolor de la pérdida, al duelo y al sentimiento de la pérdida. Tradicionalmente el duelo
dura entre 6 meses y un año, Puede incluso persistir hasta 2 años. Al final los duelos normales se
consiguen resolver y la persona recupera su ánimo productivo y de relativo bienestar.
Nos enfrentamos a un duelo complicado, en donde podemos considerar entonces al duelo como un
modo de nombrar la pérdida, que siempre tendrá que ver con la pérdida del amor, de anhelos de
deseos; la pérdida de lo que llamamos en general ―objetos. La otra parte del trabajo es la
intensificación de los recuerdos. Esto hace imposible la elaboración del duelo en la desaparición,
puesto que las expectativas quedan abiertas.
Mientras esperan información sobre lo sucedido a su familiar desaparecido, las personas deben
enfrentar problemas específicos que varían en función de su situación individual, del contexto local
y de su entorno sociocultural.
La búsqueda suele ser un largo proceso, marcado por varios obstáculos:
Las familias pueden ser víctimas de personas irresponsables o sin escrúpulos que
venden información falsa o difunden rumores sobre sus parientes desaparecidos.
Consecuencias sociales
En base religiosa, Dios o la fe sirven de base, para mantener las esperanzas respecto de la búsqueda
del familiar desaparecido. La creencia en ―la voluntad de Dios‖, es un refugio constante tanto para
los miedos y los pensamientos fatalistas de los individuos, como para su propio dolor. En
contraparte podemos culpar a Dios por la desaparición y dejarle la responsabilidad de que su
familiar haya desaparecido, disminuye en ciertos aspectos el impacto padecido por el doliente.
Consecuencias Psicológicas
Los familiares sienten una obligación impetuosa de postergar todos los demás aspectos de su vida,
hasta descubrir que sucedió a sus seres queridos. Consideran que esta necesidad, responde a
diversas causas, que incluyen la esperanza de encontrar con vida a la persona hasta el sentimiento
de culpa ante la posibilidad de retomar su vida mientras aún desconocen qué sucedió a sus seres
queridos. Afirman estar constantemente atormentados por no saber si sus familiares están vivos y
están sufriendo y se sienten impotentes. (Carbonel, S. 2013:86).
Presentan síntomas de depresión, insomnio, aislamiento social y efectos físicos, como la sensación
de agotamiento. Si tienen un momento de felicidad, se sienten culpables.
Los niños sufren temor crónico, depresión, falta de motivación en la escuela, aislamiento social y
fuerte ansiedad cuando deben separarse del otro padre.
El dolor se suma a la pobreza ya que a menudo las personas desaparecidas son el sostén de la
familia y las mujeres quedan a cargo de ésta. Para colmo, la situación suele ser una pesadilla
burocrática, puesto que en algunos países pueden pasar años antes de declarar oficialmente muerta o
ausente a una persona. Entre tanto los familiares no pueden efectuar ninguna gestión legal o de otra
índole (herencia, venta, volver a contraer matrimonio o realizar funerales).
Estas consecuencias afectan a los hijos y a las familias de las víctimas que viven en condiciones de
pobreza, el hombre desaparecido era el único sostén económico. La desaparición puede suspender
el acceso a beneficios sociales, como atención de la salud y cuidado infantil. Los familiares
debieron iniciar procedimientos burocráticos costosos y prolongados, para que las autoridades
reconocieran que la persona estaba desaparecida o muerta, lo cual acentuó su sufrimiento.
Fusionando Terapia del Arte y Mándalas:
Herramienta efectiva en los procesos de duelo
¿Qué es un mándala?
La palabra mándala procede del sánscrito clásico y significa círculo. Se le traduce de diferentes
maneras, las más comunes: Círculo Sagrado, recipiente de esencias, totalidad, el absoluto, protector,
sagrado, talismán. Los mándalas son la representación pictórica de la vida tal como la concebimos,
del cosmos, de la eternidad, creación del mundo, Dios, el ser humano y su estado psicológico, la
eternidad, la sanación, el balance y la condensación ordenante del universo.
Poseen un centro y una periferia, que suele estar fijada sobre los cuatro puntos cardinales,
mostrando un orden circular con un centro definido.
En su composición utilizan figuras geométricas, generalmente círculos, pero también otras figuras
como rombos, rectángulos, cuadrados, óvalos, etc. También suelen representar elementos de la
naturaleza, tales como flores, animales, estrellas, agua, fuego etc.; y elementos creados por el
hombre tales como la campana, la cruz, la balanza, la flecha etc.
En su forma suelen guardar una cierta simetría, la que los hace fácilmente identificables.
Entre los múltiples beneficios que nos brinda el trabajo con mándalas, tenemos:
Estimula la creatividad
Constituye el comienzo de un trabajo de meditación en acción, aquietando nuestra
mente
Ayudan a la concentración y la atención
Brindan calma y calidad de vida
Estimula la conexión con nuestra propia esencia
Útiles para la activación de la energía positiva, meditación profunda para elevar el
nivel de consciencia, expande la capacidad de la mente, la memoria y los poderes
intuitivos.
Crea un ambiente de armonía y balance
Trasmuta los sentimientos de ira y dolor
Promueve al autoconocimiento y el autodescubrimiento
Desarrollo de la paciencia
Mejor capacidad de comunicarse con el mundo exterior
En Estados Unidos, la terapeuta del arte Susanne Fincher, sugiere que el valor terapéutico del
mándala se extiende más allá de los límites de las sesiones con el terapeuta. Que resulta altamente
beneficioso el crear o colorear mándalas en la comodidad del hogar bajo estas sencillas
instrucciones:
1) Se necesitarán lápices, tizas, pasteles, pinturas o marcadores de una variedad de
colores, hojas.
3) Encontrar un lugar cómodo y tranquilo donde realizar esta tarea. Se pueden utilizar
velas y aromas que puedan armonizar el ambiente.
5) En el caso de crear el mándala desde el inicio, solo basta con trazar un círculo, bien
sea a mano alzada, con la ayuda de un compás o de algún plato u objeto redondo.
Luego llenar el círculo con diferentes figuras y formas.
6) Comenzar a colorear, sin pensar mucho cual debe ser el color adecuado a utilizar. La
selección de los colores debe ser instintiva.
Luego que se comienza, un color invita a otro y así irán surgiendo naturalmente.
También se pueden seleccionar los colores adrede, si existe el objetivo específico a
trabajar, apoyándose en los significados de los colores.
7) Es importante liberarse de todas las ideas de cómo “debe” ser un mándala. No existe
una “forma correcta” o una “forma incorrecta” de crear un mándala.
Son muchas las maneras en que se trabaja con mándalas alrededor del mundo, sin embargo sus
beneficios son comunes a todos quienes utilizan este instrumento.
Sabemos que cada persona tiene su forma muy peculiar de afrontar las situaciones que se le
presentan, y sabemos también que no todas las estrategias de afrontamiento son para todas las
personas, pero presentar esta herramienta busca aportar una alternativa más para quienes estén
abiertos a usarla.
Dado que el trabajo con mándalas puede ser realizado por niños, adolescentes y adultos, sin
limitación alguna y que no requiere conocimientos o habilidades específicas en arte, se convierte en
un instrumento de muy fácil implementación, además que cada persona puede ir perfeccionando la
técnica a medida que va avanzando en el proceso.
Usando las palabras de Isa Fonnegra: “En momentos de oscuridad no hay que cerrar los ojos, hay
que abrirlos y buscar la luz”, y es precisamente eso lo que nos ofrece el trabajo con mándalas,
abrirnos a las emociones y pensamiento que surjan y liberarlos para estar abiertos a esa luz que nos
guiará en la creación de ese hermoso vitral en que será transformada nuestra vida.
Principios básicos de la propuesta de trabajo con mándalas como herramienta terapéutica:
Es fundamental el respeto y la aceptación de que cada persona es única, como única su manera de
afrontar las diferentes situaciones que se le presentan en la vida.
Es necesario determinar las necesidades del cliente, para así trazar los objetivos que se buscan con
las sesiones, y las estrategias a utilizar.
El uso de terapia con mándalas se plantea como complemento a las demás técnicas establecidas
para abordar la situación. Será un coadyuvante que permitirá a la persona drenar emocionalmente,
centrarse, tranquilizarse, conocerse a sí misma, y desarrollar la paciencia, entre otros.
El objetivo primordial del uso de los mándalas, para efectos de éste trabajo, no es interpretar el
significado de cada figura o color utilizados. Se busca que sea punto de partida para la vivencia e
identificación de los sentimientos y pensamientos que puedan surgir, además del consecuente
proceso de autoconocimiento y reflexión en el que se verá insertada la persona.
Esquema para el trabajo con mándalas
En este sentido el Dr. Ruediger Dahlke destaca: “Debido al formato reducido de los
volúmenes, los mándalas quedan de un tamaño demasiado pequeño y algunos usuarios en
vez de centrarse, corren el peligro de ponerse nerviosos mientras intentan colorearlos”
(Dahlke, R., 2000).
3) Es importante que no existan límites en cuanto a los materiales a utilizar. Puede ser
coloreado con lápices de colores, plumones, acuarelas, o pegar diferentes materiales
como granos, pétalos, hojas de árboles, piedras, brillantina etc. Se busca que exista
una explosión de creatividad.
Al permitirle hablar sobre el mándala elaborado y sus sensaciones, el asesor puede generar
reflexiones importantes, tales como:
Que la persona exprese lo que ve en su mándala.
¿Cómo se sintió antes, durante y después de la actividad?
Si se ha respetado los límites del diseño, si se han agregado u omitido figuras.
Si se ha permitido cometer algún error. En este caso como se sintió, cuál fue
su reacción y su actitud. ¿Dejó la actividad o perseveró a pesar del error?
¿Para realizar la actividad se limitó en cuanto a los colores o materiales a
utilizar? ¿Quizás no utilizó todos los recursos disponibles?
Si hay frustración, ¿Con quién se descarga? ¿Con el trabajo, con usted mismo
o con los demás?
¿Cómo fue la forma de pintar? ¿Se comenzó en el centro o en la periferia?
¿Se mantuvo un orden específico o se saltó de espacio a espacio?
¿Ha quedado satisfecho con el trabajo?
Este tipo de reflexiones pueden aproximarse mucho a la forma como la persona afronta las
diferentes situaciones en su vida, por lo que es una magnífica herramienta de exploración y
autoconocimiento.
1) De creerlo conveniente, según sea el caso, también se puede iniciar y/o finalizar cada
sesión con la creación o coloreado de un sencillo mándala, esto con el fin de que la
persona logre centrarse y ordenar sus ideas.
2) Al iniciar el mándala, es muy beneficioso tener una intención, puede ser por ejemplo
tranquilidad, expresar la tristeza, sacar la ira, etc. También es muy útil ponerle un
título al mándala que se está trabajando, con el fin de además de honrar la obra,
resumir con palabras el significado de la misma.
4) Esta actividad se puede realizar en una o varias partes, sin embargo es muy
conveniente que no se comience una sin culminar la anterior.
6) Puede darse el caso que a la persona le desagrade el diseño que ha elaborado, por lo
cual se puede recomendar destruirlo o quemarlo. Esta actividad es altamente
liberadora, observando las medidas de seguridad del caso.
7) Al finalizar su creación, la persona puede decidir qué hacer con ella, conservarla,
colocarla en un lugar visible, regalarla, son todas decisiones personales que también
son muy significativas.
Los mándalas en las tareas del duelo
El Dr. William Worden plantea cuatro tareas fundamentales que el doliente debe hacer para poder
culminar el duelo. Aun cuando el mándalas es un instrumento que se puede aplicar a lo largo de
todo el proceso del duelo, es especialmente beneficioso para la tarea 2, es decir en la identificación
y liberación de las emociones y sentimientos.
El que la persona logre canalizar sus sentimientos de enfado, ira, culpa y tristeza a través de las
imágenes de un mándalas representa un instrumento catártico muy útil.
Tarea 1 - Aceptar la realidad de la pérdida: Como ya vimos, puede presentarse una negación
cognitiva ante el hecho de la pérdida, o emocional, ante los sentimientos que se viven ante la nueva
realidad. Para esta tarea es muy útil algún ejercicio de elaboración de mándala con la intención
específica de trabajar la pérdida. Permitir que fluyan los recuerdos, sentimiento y pensamientos
mientras se hace la actividad. Una vez plasmados en imágenes y colores, es recomendable apoyarse
en el diario para concretar con palabras las emociones y reflexiones que se pudieron identificar.
Tarea 2 - Trabajar emociones y el dolor de la pérdida: Si se está trabajando con esta tarea, es
fundamental que se realice la actividad de manera instintiva, escogiendo los materiales y colores sin
pensarlo mucho, solo dejándose llevar por las emociones que se vayan presentando. Es posible que
no sea necesario realizar la actividad con una intención específica, más que el hecho de liberar las
emociones. El uso del diario y la escritura en esta tarea también es muy importante.
Tarea 3 - Adaptarse a la nueva realidad, a la ausencia: En este caso se puede introducir una
pequeña variante, y es el guiar a la persona para que utilice determinados colores y materiales con el
fin de ir cambiando su estado anímico.
Tarea 4 - Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo: Y finalmente incentivar que
la persona cree ese hermoso vitral que antes comentamos. El vitral de su vida, con los vidrios rotos,
con las lágrimas y con la luz y la fortaleza aprendida durante el amargo pero aleccionador camino.
Son diversos los beneficios que, independientemente de la forma en que se realice, se le atribuyen a
trabajo con mándalas.
Entre los beneficios recordemos: permite transitar y liberar emociones, aumenta la capacidad de
concentración, disminuye el estrés y la angustia, fomenta la sensación de bienestar, desarrollo de la
paciencia y la creatividad, permite la meditación en acción, armoniza y equilibra a la persona en
todas sus dimensiones y es una herramienta muy valiosa en los procesos de autoconocimiento y
transformación.
¿Y no es precisamente todo esto lo que buscamos trabajar en el proceso de elaboración de un duelo?
Y la respuesta es definitivamente sí.
No es de extrañar, entonces, que el mándala está siendo utilizado cada día por mayor cantidad de
personas y terapeutas de distintas disciplinas, para el manejo de situaciones de angustia, estrés e
incertidumbre, entre otros.
Por todo esto, podemos concluir que el mándala representa un maravilloso instrumento para ser
utilizado en momentos difíciles de la vida, donde la transformación y el reacomodo son tareas
esenciales.
“La vida es una obra de teatro que no permite ensayos… Por eso canta, ríe, baila, llora y vive
intensamente cada momento de tu vida… antes que el telón baje y la obra termine sin aplausos”
Charles Chaplin
ACTIVIDAD FINAL
1- Recuerde y describa ¿qué sintió cuando sucedió el ataque terrorista a Torres Gemelas
del World Trade Center, el 11 de septiembre de 2001?, ¿qué tipo de duelo colectivo
cree Ud. fue este?
2- Nombre cinco catástrofes naturales de los últimos diez años que generaron duelo
colectivo internacional
3- De tres ejemplos de desapariciones comunes que generen duelos complicados
4- Emita su opinión sobre el uso de los mándalas como técnica terapéutica en el
proceso de duelo
5- Realice un mándala y remita la imagen
Encuesta de satisfacción:
1-
2- Sugerencias