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Trabajo Práctico Literatura Estadounidense

Alumna: Pilar Estevez.

Profesor: Dr. Daniel Altamiranda.

Fecha: 01/11/22

Consigna: ¿En qué sentido estos escritores son malditos, por qué ejercen la literatura violando las

normas previas, en qué medida se justifica esa violación por los aspectos biográficos que los involucra?

Buscar realizar una reflexión sobre la concepción del ser maldecido.

Para la respuesta a esta incógnita decidí basarme en mi juicio propio acerca de lo visto en clase,

además de bibliografía acerca del tema y de los autores que hice por cuenta propia.

En principio, la Real Academia Española define el ser maldito como, en su cuarta definición: “

(adj.) Que va contra las normas establecidas, especialmente en el mundo literario y artístico”. Esto tiene

sentido, pinta a los autores malditos como trasgresores, yendo en contra de la sociedad, por lo que

puede justificar que sean marginados de ella. Ahora, las formas y razones de esto pueden variar, y son

claves para entender el por qué de esto. Por otro lado, la Real Academia Española define a maldecir

tanto de una manera transitiva: “Echar maldiciones contra alguien o algo”, como de una manera

intransitiva: “Hablar con mordacidad en perjuicio de alguien, denigrándolo”. Es llamativa esta distinción,

la primera pareciendo remontar a la época de las brujas donde se creía fantasiosamente en las

maldiciones y maleficios, y la segunda puede aplicar más a estos autores modernos, los cuales eran

difamados y criticados por el resto de la sociedad.

Mi perspectiva se centra en los autores “malditos”, respectivamente hombre y mujer, Charles

Bukowski y Sylvia Plath. Ambos autores se caracterizan por provenir de un trasfondo cultural áspero,

Bukowski con varios trabajos fallidos, depresión y reiterados intentos de suicidio, y Plath con traumas y

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abusos que también la llevaron a querer suicidarse en más de una ocasión. Son personas que no

encajaban correctamente en la sociedad, dado que les tocó vivir experiencias que los dejaron un poco

marginados de ella socialmente. Además, la visión que les dejó esto del mundo y de los demás no era

muy positiva, y con razón, por lo que el estilo de escritura que utilizaban era de lo más particular. Las

obras de Charles eran crudas, de personajes marginados abundantes, y con una forma de expresarse

muy mal hablada, por lo que los mismos editores no aceptaban tomar sus trabajos. Sylvia por otro lado

crea confesiones en primera persona, con tono emocional (opuesto a la escritura racional) con tema

central los traumas del “yo”. Se espera que por ser un testimonio autobiográfico que por lo tanto sea

auténtico. Su poema narrativo desnudaba la vida íntima de la poeta, sus problemas psíquicos, sus

humillaciones recónditas, depresiones mentales, y discurría sobre temas tabúes como la sexualidad, la

locura, las drogas y el alcohol. El yo descubría las profundidades de su ser, que permanecían ocultas

incluso para sí mismo. Su angustia, desesperación y desgarro internos eran la consecuencia directa de

los alienantes mecanismos sociales, económicos y políticos. Es decir, a partir de su propia experiencia

elaboró complejas elaboraciones imaginistas que trascienden el contexto autobiográfico: crea imágenes.

Con todo esto creo que puedo, a modo de reflexión, hacer una síntesis del porqué de la

categorización como “malditos” de estos escritores, qué significa ser maldecido, violando normas

previas, y en qué medida se justifica esa violación dada la vida que les tocó llevar a ambos. Tanto

Bukowski como Plath se caracterizan por tener una vivencia dura, una oscuridad rondando su aura, que

es la que los impulsa y acompaña a la hora de escribir. Una eligiendo la escritura a modo de liberación,

purgación de sentimientos, como una especie de “mímesis” dura de su realidad, y el otro utilizando el

lenguaje e imágenes provenientes directamente de su cabeza, logrando perturbar a otros. Esto hizo que

ambos se salieran de lo tradicional, y sean vistos de este modo por otros, criticados, violando las normas

instauradas en aquel momento. No se apegaban a las reglas, si no más bien lo contrario, y eso los hace

dignos de ser admirados y leídos por lo que eran, otros grandes genios de la literatura.

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Bibliografía:

- REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea].

<https://dle.rae.es> [01/11/22].

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