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Trabajo práctico Literatura Estadounidense

Alumna: Pilar Estevez.

¿Qué es lo que hace a un escritor canónico?

Esta pregunta es una que la mayoría de los literatos nos hacemos alguna vez en la vida.

¿Qué es lo que hace a un escritor canónico? Esto siempre relevó mucha controversia entre los

críticos literarios, además de una cierta opinión ambigua propia, generada tras la lectura de varias

de estas obras cuyos autores son considerados “canónicos". Con el fin de intentar responder esta

incógnita, entonces, decidí basarme en el texto de Harold Bloom sobre “El canon occidental”, así

como un artículo escrito por otro crítico llamado Carlos Rod acerca de “Qué es lo que hace a un

clásico”.

Me parece adecuado para empezar intentar definir, como hizo Carlos Rod, qué es

entendido con el término clásico. En su artículo explica de la siguiente manera:

La Real Academia Española, en la vigésima segunda edición de su discutido Diccionario,

emplea nueve acepciones para definir clásico. Si bien, según la primera de ellas, clásico es el

«periodo de tiempo de mayor plenitud de una cultura, de una civilización, etc.», en la tercera,

«dicho de un autor o de una obra», es aquel «que se tiene por modelo digno de imitación en

cualquier arte o ciencia». Calvino, en cambio, en uno de sus ensayos póstumos, Por qué leer los

clásicos (Tusquets, 1993), propone y argumenta un total de catorce definiciones, en la décima

tercera de las cuales (donde explica que «es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a la

categoría de ruido de fondo») contrasta lo clásico con lo actual, de resultas de lo cual lo antiguo,

gracias a que conserva sus cualidades intactas, resiste, como suele decirse, el paso del tiempo y

prevalece frente al empuje constante y tiránico de «lo más nuevo». (Rod, 2011, p. 1).

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Es decir, la definición literal proporcionada por el diccionario nos inclina más a aquellas

obras ejemplares, es decir, que son “ejemplo a seguir” de otras. En cambio, Calvino se apoya

mas en la diferencia que sostiene con la actualidad. En otras palabras, como cada tipo de

literatura diferente se amolda al periodo en el que fue creada. Creo estar en lo correcto diciendo

que ambas son válidas, pero no alcanzan para terminar de responder la pregunta.

Y es por eso por lo que complemento con palabras de Bloom. El crítico hace un análisis

realmente profundo sobre la temática del canon occidental. Orienta su libro en una primera parte

de él, introduciendo al lector un poco en sus contextos y razones del estudio; siguiendo por la

descripción y separación en las distintas edades halladas – la aristocrática, la democrática y la

caótica –; para terminar en una breve pero concisa catalogación del canon, y explayar en el

apéndice de su obra una cierta clasificación de los canons, separados a su vez por el país en el

que se dieron dichas titulaciones. Aquí el fundamenta exitosamente los criterios que – para él –

son los que se consideran a la hora de caracterizar a un autor como canónico. Y hay ciertos

puntos destacables dentro de esto, que me dieron pie a apoyar la teoría de Bloom. Ciertamente

hay factores que influyen a la canonicidad de las obras – la política, la educación, el contexto

sociocultural, el mercado, etc. – de los cuales no se puede prescindir. Menciona exhaustivamente

a autores considerados verdaderamente clásicos, desde la época antigua con personajes como

Aristófanes, hasta tiempos más allegados a nosotros, como Dante y Shakespeare, ambos de

particular afinidad al autor. Pero, y aquí realmente le doy la derecha a Bloom, se explaya sobre

que, algunos de estos factores influyentes al canon que no son tan positivos como otros, como lo

es el mercado, terminaron profanando un poco la tarea tan honesta de clasificar a los autores

canónicos. Es mencionado de cierta forma, pero hemos visto ejemplos en clase de cómo en la

época del Siglo de Oro habían obras de artistas desconocidos que se le atribuían a grandes como

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Lope de Vega con el fin de que se vendiera más o mejor. Y así como ese ejemplo debe haber

tantos, que ni nosotros conocemos. Entonces deja con una gran duda, de si aquellos autores se les

puede dar el mérito realmente de toda su fama, a pesar de aquellas grandísimas obras que

escribieron, o si aquel término canónico se fue deteriorando con el tiempo, hasta convertirse

enteramente en otra cosa. El mismo Bloom dice al respecto:

El canon, una palabra religiosa en su origen, se ha convertido en una elección entre textos

que compiten para sobrevivir, ya se interprete esa elección como realizada por grupos sociales

dominantes, instituciones educativas, tradiciones criticas o, como hago yo, por autores de

aparición posterior que se sienten elegidos por figuras anteriores concretas. Algunos partidarios

actuales de lo que se denomina a sí mismo radicalismo académico llegan a sugerir que las obras

entran a formar parte del canon debido a fructíferas campañas de publicidad y propaganda.

(Bloom, 2006, p. 21).

Para terminar esta respuesta, que quizás no es tan conclusa, o deja más dudas que

respuestas, quiero reafirmar un par de cosas. Si, creo que hay ciertas características, como las

que mencioné anteriormente, que determinan o forman parte del juicio de qué es lo que hace a un

autor canónico. Sin embargo, continúo escéptica hacia si estos criterios bastan o fueron bien

aplicados siempre y en todo lugar, porque al final del día somos humanos, y por lo tanto siempre

puede haber o dar a un margen de error. Lo que no quita que reconozco a todos aquellos autores

categorizados dentro de un canon – por lo menos los que leí, los otros todavía no tuve la suerte –

están bien justificados, ya que sus creaciones van más allá de algo, y tienen ciertos aspectos en

común con otros libros que pertenecen a la misma categoría, por lo que es correcto (a mi criterio)

ponerlos en conjunto.

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Bibliografía

- Bloom, Harold (1994). El canon occidental. Santa Cruz da Coimbra, Oporto, Biblioteca Municipal:

Titivillus editor digital.

- Rod, Carlos (2011). Qué es lo que hace a un clásico (1) (y 2). «La obra ha muerto, vivan los

autores». Institutito Cervantes online.

https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/enero_11/21012011_02.htm (parte 1) y

https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/febrero_11/16022011_01.htm (parte 2).

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