Está en la página 1de 3

Universidad Experimental de la Gran Caracas (UNEXCA)

TSU Informática
Trayecto II
Sección 101
ACREDITABLE A
Caracas
30 Septiembre 2022

Ensayo de la película "¡Plaff! o demasiado miedo a la vida"

Profesor: Integrante:
Emilio Silva Jonder Melero C.I 29.780.332
El huevo, ese cotidiano alimento de la cocina cubana de esa década, se convierte en un arma
de repudio contra Concha, para así dar paso al suspenso en el que nos va a mantener esta
película hasta el final: “¿Quién le tira los huevos a Concha”? Tabio acude al formato
policiaco, estilo Agatha Christie, no sólo para crear suspenso, sino también para reafirmar el
elemento reflexivo. Concha, por supuesto, encuentra un detective que le ayudará a descubrir
al saboteador de los huevos, y quién mejor en un barrio cubano que una santera como
Asunción. El misterio de quién le tira los huevos a Concha va a estar presente en todo el
filme, pues cada vez que Concha sospecha de alguien, un huevo es lanzado en presencia de
esa persona.
La vida de Concha transcurre en un medio limitado; es decir, casa y trabajo, espacios que,
además, revelan los límites de su personalidad, como lo simboliza su propio nombre, vive
encerrada en sí misma. Por su parte, su nuera, Clarita, representa a la mujer independiente y
profesional; pero su espíritu emprendedor va a tropezar con los obstáculos de la burocracia.
Es así como conocemos a Contreras, director de una empresa y paradigma de los desmanes
burocráticos.
Tabio busca, a través de la técnica de los cortes de escenas, establecer una analogía entre la
obra fílmica y la realidad que aborda. La interrupción de la escena aleja al espectador de esa
realidad que le es afín, para luego retornar a ella con un grado de conciencia mayor,
prescindiendo del elemento catártico del drama griego. La vida es como una película, por
eso este rollo vino con defectos. Realidad y ficción se entrelazan para fundirse en un mismo
cuerpo.
Este concepto aboga por un cine imperfecto dentro de un medio de bajos recursos
económicos, incapaz de realizar películas de alto costo al estilo de Hollywood. Por
consiguiente, la imaginación del director se convierte en recurso inagotable, y es así cómo
podemos disfrutar de escenas como la que nos presenta a Contreras pasando de director de
la empresa a director del filme, para explicarle al espectador que “la escena ha tenido que
interrumpirse por problemas técnicos”. En un momento en que Concha está hablando acerca
de su fracaso matrimonial, se vira hacia la cámara y profiere: “caballeros, perdónenme, me
quedé en blanco”. O en la escena en que Clarita tiene una discusión con su suegra y decide
irse de la casa, pero al no encontrar el maletín le pregunta al equipo de realización del filme:
“¿Dónde está el maletín?”
Tabio satiriza la burocracia de una manera hiperbólica. Ejemplo de esto es el archivo a la
entrada de la oficina de Contreras -con el cual se daba constantes cabezazos- y los
innumerables menos que éste le ordena a escribir a su secretaria para que se lo llevaran. Por
fin el archivo lo sacan de la oficina, pero la burocracia permanece, pues el lugar del archivo
es ocupado ahora por los mismos y las réplicas a los mismos. La sátira prosigue cuando la
burocracia se viste de mujer con una Contreras a cargo del departamento de excrementos. La
víctima de la burocracia es Clarita, la mujer joven y emprendedora, cuyo invento se ve
obstaculizado por todas las trabas que se le presentan.
Mientras tanto, Concha sigue en vilo por descubrir quién le tira los huevos. Tomás está
enamorado de ella; pero Concha guarda la mala memoria de su exesposo: “todos los
hombres son iguales, una vez que se dan cuenta que una mujer está enamorada las hacen
sufrir”, afirma.
Ella tiene miedo de comenzar una nueva relación amorosa, y ese temor lo refleja en el
matrimonio de su hijo, pues cree que Clarita no quiere a su hijo. Y así vive Concha
sumergida en su miedo, por eso sospecha que todos quieren hacerle daño, tal como se ve en
la escena en que al abrir la puerta de su escaparate el espejo refleja, alegóricamente, todos
los rostros de las personas que viven en su entorno.
El estado agónico termina con la vida de Concha. Entonces, ¿quién le tiraba los huevos? A
la manera de una Miss Marple de barrio cubano, la santera Asunción convoca a una reunión
para develar el misterio. Concha en su incesante temor a la vida no dejaba vivir a los demás,
por eso todos le tiraron huevos. Pero como dice la santera: “la culpable era Concha por
tenerle tanto miedo a la vida”. Entonces nos enteramos de que Concha le tiró un huevo a su
nuera; por supuesto, otro plaff por temor a la vida.
La película parece concluir; pero de pronto se corta la escena, desaparece la imagen. Otro
plaff o huevo aguafiestas, pues este rollo vino mal, como la vida misma, llena de escollos
que sabotean nuestra anhelada escena feliz.

También podría gustarte