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PARROQUIA SAN JUAN XXIII-EL RECREO

MISIONEROS CLARETIANOS
NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN
DEL 7 AL 16 DE JULIO

PROPÓSITO
La parroquia San Juan XXIII del Recreo, perteneciente a la Diócesis de
San Jacinto, y regida por la Comunidad Religiosa de los Hijos del
Inmaculado Corazón de María, más conocidos como Misioneros
Claretianos, queremos celebrar esta novena en Honor a María Santísima
ya que:
El 16 de julio de 1849 se fundó la Congregación de los Misioneros
Claretianos, es decir, se cumplen 171 años de vida Misionera en la
Iglesia. Y en este 2020 se celebran 65 años de presencia misionera en El
Ecuador.
Por este doble motivo de alegría y de perseverancia, queremos enfocar
esta novena a la Virgen del Carmen en algunos escritos de la
Autobiografía del Fundador San Antonio María Claret, como homenaje
por esta doble celebración de entrega y servicio a la Misión, como fieles
Oyentes y Servidores de la Palabra.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios y Señor mío: con todo mi ser, alma y corazón, postrado ante tu
Majestad Soberana, te adoro y reconozco por mi Dios y Señor, en Ti creo
firmemente todos los misterios de la Santa Fe católica, en Ti espero que
me has de perdonar todas mis culpas, dar tu gracia, perseverancia en ella
y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en Tu amor. A Ti te
amo sobre todas las cosas por tu bondad infinita, a Ti confieso mis culpas
y pecados; de todo corazón me arrepiento y me pesa haberte ofendido,
por ser quien eres, mi Dios infinitamente bueno, tan digno de ser amado.
Propongo ayudado por tu gracia, nunca más pecar, confesarme, satisfacer
por todas mis culpas y procurar en todo servirte y agradarte. Por Tu
infinita misericordia Señor, espero que me perdonarás, para que
perseverando en tu gracia logre gozarte eternamente en la gloria.
Perdóname, Señor, para que, con alma ardiente y pura, alabe a María y
por su intercesión alcance lo que en esta novena te pido, si ha de ser para
mayor gloria tuya y provecho de mi alma. Amén.

DIOS TE SALVE, REINA Y MADRE

Dios te Salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia: Vida, dulzura y


esperanza nuestra. Dios te Salve, a Ti clamamos los desterrados hijos de
Eva. A Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea!
¡pues Señora, abogada nuestra! Vuelve a nosotros, esos, Tus ojos
misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a Jesús: Fruto
bendito de Tu vientre. Oh! Clemente! Oh! Piadosa! Oh! Dulce Virgen
María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos
de alcanzar las promesas y gracias de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
GOZOS
https://www.youtube.com/watch?v=U2PJaqE5cgo
Pues sois de nuestro consuelo
el medio más poderoso
Sed nuestro amparo amoroso
Madre de Dios del Carmelo
Desde que en la nubecilla Tan primero para Vos
que sin mancha os figuró los hijos de Elías fueron
de Virgen Madre adoró que por timbre merecieron
Elías la maravilla ser de la Madre de Dios
a vuestro culto capilla es título que por Vos
erigió en primer modelo. les dio su heredado anhelo.
Sed nuestro amparo ... Sed nuestro amparo …

A san Simón general, Por eso vos honras tantas


el escapulario diste Señora al Carmelo hiciste,
insignia que nos pusiste que viviendo les asiste
de hijos para señal mil veces con vuestras plantas,
contra el incendio infernal con vuestras pláticas santas
es defensivo consuelo. doblaste su antiguo celo.
Sed nuestro amparo ... Sed nuestro amparo …

Quien bien viviere y muriere De vuestro Carmelo flores


con tal señal es notorio son la variedad de santos
que por vos del purgatorio profetas, mártires tantos
saldrá pronto si allá fuere; vírgenes y confesores
por tu patrocinio espere pontífices y doctores
tomar a la gloria el vuelo. que hacen vuestro amante cielo.
Sed nuestro amparo ... Sed nuestro amparo …

Vuestro Escapulario Santo Dando culto a vuestro honor


escudo es tan verdadero durará siempre el Carmelo
que no hay plomo ni hay acero porque así lo alcanzó el celo
de quien reciba quebranto de Elías su fundador,
puede, aunque es de lana tanto cuando Cristo en el Tabor
que vence al fuego y al hielo. mostró Su gloria sin velo.
Sed nuestro amparo … Sed nuestro amparo …
ORACION FINAL

¡Oh! Inmaculada María Virgen del Carmen, dulcísima Madre de los


Ángeles, abogada de los pecadores y seguro refugio de los atribulados;
escucha benigna, las suplicas y los ruegos de este siervo tuyo y concédeme
por tu gracia que sea yo del número de aquellos que amas y
bondadosamente favoreces.
Purifica purísima Virgen mi corazón de toda inmundicia de pecados, aleja
de mí todo lo que desagrade a tus ojos: libra mi alma de todo afecto
terrenal e inspirándome en el amor de los bienes celestiales y eternos, haz
benignísima Señora, que este amor sea mi único afán, el móvil de todos
mis pensamientos y afectos. Ruega ahora y siempre por mí, oh Virgen
sacrosanta y particularmente en la hora de mi muerte, en aquel tremendo
momento en que esté próximo a dar cuenta de toda mi vida al justo y
severo juez de vivos y muertos. No me abandones y no te apartes de mí,
¡oh! Virgen bendita y gloriosa ya que con todo el afecto que me es posible
me encomiendo a tu piedad y cuidado la salvación de mi pobre alma y
la pureza de mi cuerpo.
Defiéndeme Señora de todos los males y peligros de este mundo y dígnate
interceder por mí ante tu amado Hijo, para que logre yo el perdón de
todos mis pecados, de los cuales me arrepiento sinceramente, por haber
ofendido con ellos a un Dios infinitamente bueno y digno de ser amado.
Dóname, oh dulcísima y cariñosa madre mía, una caridad ardiente y
poder alcanzar la gracia de hacer siempre y en todas partes tu santísima
voluntad.
Dígnate por tu piedad y clemencia, gloriosa Reina del Carmen, preservar
esta ciudad de Durán y al Ecuador del hambre, de la peste y de la guerra.
Pongo en tus manos, bondadosa Señora, el eterno descanso de aquellos
que han muerto; para que por tu intercesión lleguen a gozar eternamente
de la gloria ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y rueguen a Dios por
mí. Amén.
DÍA PRIMERO
María: Madre, Madrina, Maestra y Directora

«Me pusieron por nombre Antonio, Adjutorio, Juan. Mi Padrino fue un hermano de
mi madre, que se llamaba Antonio Clará y quiso que me llamara [por] su nombre de
Antonio. Mi Madrina fue una hermana de mi padre que se llamaba María Claret,
casada con Adjutorio Canudas, y me puso por nombre el de su marido. El tercer
nombre es Juan, que es el nombre de mi padre; y yo después, por devoción a María
Santísima, añadí el dulcísimo nombre de María, porque María Santísima es mi Madre,
mi Madrina, mi Maestra, mi Directora y mi todo después de Jesús6. Y así, [mi] nombre
es: Antonio María Adjutorio Juan Claret y Clará.» Autobiografía #5

Reflexión: «Para el Padre Claret: “María Santísima es mi madre, mi madrina, mi


maestra, mi directora y mi todo después de Jesús” Toda su vida y todo su apostolado
demuestran la veracidad de estas palabras. Esta devoción tuvo en él diversas
manifestaciones de culto. La más importante, ya desde su infancia, fue el rezo
cotidiano del santo rosario y las visitas a la Virgen María. Más tarde, sin abandonar
nunca el rezo del rosario y otras prácticas piadosas en honor de la Virgen, serán la
predicación, las novenas al Corazón de María, la publicación de libros, el
establecimiento de la Archicofradía y la creación de asociaciones e institutos dedicados
al Corazón de María los signos externos de su devoción interior. La devoción Mariana
fue tomando en su vida interior y en su apostolado cada vez con mayor claridad y
convicción una forma concreta: el Corazón de María. Su amor y devoción a la Virgen
se fue concentrando en medida creciente en el Corazón Inmaculado de María. El rezo
meditado del rosario durante toda su vida le hizo penetrar cada vez más en lo último
del Corazón de la más tierna de las madres.

Desde su infancia profeso el Santo una tierna y profunda devoción a la Virgen. Nunca
se cansaba de estar arrodillado ante su imagen en la iglesia de su pueblo natal de
Sallent. Con su hermana Rosa hacia frecuentes visitas al santuario de Fusimaña,
dedicado a la Santísima. Virgen y situado a las afueras del pueblo. El mismo refiere
que, cuando de lejos divisaba el santuario, se les saltaban las lágrimas a los ojos y,
lleno de emoción, comenzaba a rezar el rosario con su hermana.»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA SEGUNDO
María lo “envía” a la Misión

«Por tanto, Madre mía, desde ahora ya comienzo a hablar y gritar; ya acudo a Vos;
sí, a Vos, que sois Madre de misericordia; dignaos dar socorro a tan grande necesidad;
no me digáis que no podéis, porque yo sé que en el orden de la gracia sois
omnipotente. Dignaos, os suplico, dar a todos la gracia de la conversión, pues que sin
ésta no haríamos nada, y entonces enviadme y veréis cómo se convierten. Yo sé que
daréis esta gracia a todos los que de veras la pedirán; pero, si ellos no la piden, es
porque no conocen su necesidad, y tan fatal es su estado, que ni conocen lo que les
conviene, y esto cabalmente me mueve aún más a compasión.» Autobiografía # 160

Reflexión: «No era un entusiasmo momentáneo la certeza con que afirmaba nuestro
Fundador que la Congregación es obra de María. Claret vivió toda su experiencia de
misionero apostólico como obra de María, su madre su madrina, su directora y su
todo después de Jesús.
Si recibimos la misión así, el corazón que puesto en la misión. La mística misionera
claretiana, la de Claret y la de sus misioneros, es una entrega a la misión medida por
la intensidad y la calidad del amor que el Espíritu enciende en nuestro corazón, a
semejanza del que encendió en el corazón de María. Una entrega a la misión con
todo el corazón, con toda el alma y con todo el ser: poner el corazón en la misión es
nuestro modo de cumplir los mandamientos primero y segundo en uno solo, como
lo predicó y practicó Jesús: Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu
alma y con todo tu ser, y amarás al prójimo como a ti mismo con ese amor, hasta
dar la vida para dar vida; nadie puede tener mayor que ése. (Mc 13, 28-34; Jn 15, 12-
14)»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA TERCERO
María Formadora del apóstol, en la fragua de su corazón

« ¡Oh Virgen y Madre de Dios, Madre y abogada de los pobres e infelices pecadores!
Bien sabéis que soy hijo y ministro vuestro, formado por Vos misma en la fragua de
vuestra misericordia y amor. Yo soy como una saeta puesta en vuestra mano
poderosa; arrojadme, madre mía, con toda la fuerza de vuestro brazo contra el impío,
sacrílego y cruel Acab, casado con la vil Jezabel. Quiero decir: Arrojadme contra
Satanás, príncipe de este mundo, quien tiene hecha alianza con la carne.»
Autobiografía # 270

Reflexión: «Es esencial decir que, en todo el proceso vital de imitación y configuración
con Jesús, Claret se sintió siempre acompañado de María. Para nuestro Fundador,
María y su Corazón son inseparables del Padre, del Hijo y del Espíritu. Por eso Claret
no se separa nunca de Ella, ya que la madre del Hijo es madre y formadora del
discípulo, del seguidor del Hijo.
Para Claret, María no es sólo la madre de Jesús, es también la mejor imitadora del
Hijo. “María Santísima ha imitado a Jesús perfectamente”, dice Claret. “María fue la
primera discípula de Jesucristo y la que le imitó más de cerca”. Por eso considera
Claret que María era “estampa viva y proporcionada con su Hijo Santísimo”. Como
tal, imitadores de Jesús. Claret, al ir con Ella siguiendo a Jesús, va también siguiendo
e imitando a María…
María no abre caminos alternativos a los del Espíritu para seguir a Jesús. Ella también
camina con el Espíritu del Padre y del Hijo. El “camino” es único y el término también:
la cruz para la gloria del Padre en el bien del prójimo.»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA CUARTO
María, Compañera en la Misión del bien contra el mal

«A vos, Madre mía, sea la victoria. Vos venceréis. Sí, Vos que tenéis el poder para
acabar con todas la herejías, errores y vicios. Y yo, confiado en vuestra poderosísima
protección, emprendo la batalla, no sólo contra la carne y sangre, sino contra los
príncipes de las tinieblas, como dice el Apóstol, embrazando el escudo del Santísimo
Rosario y armado con la espada de dos filos de la divina palabra.
Vos sois Reina de los Ángeles. Mandadles, Madre mía, que vengan a mi socorro. Bien
sabéis Vos mi flaqueza y las fuerzas de mis enemigos.» Autobiografía # 271-272

Reflexión: «Nuestro Fundador personalizó profundamente esa experiencia. Puso a


María dentro de su vida misionera, muy cercana al Espíritu del padre y del Hijo. Esa
centralidad explica su omnipresencia en la espiritualidad apostólica de nuestro
fundador. Él lo dice algunas veces violentando con gran libertad la letra de un texto
bíblico, y con audaces expresiones de fuerte significación espiritual y carismático.
Escribe, por ejemplo, que “el Espíritu Santo compartió con María cuanto Él podía dar
y Ella recibir”.
María y su corazón no son, pues, fragmentos ni dimensiones sueltas en la
espiritualidad misionera de nuestro Fundador. Tampoco es el Corazón de María un
centro alternativo y desplazante del Espíritu Santo. Es una presencia activa en el
centro, el Espíritu del Padre y del Hijo, que es también el “Espíritu de la Madre”
porque Él la ha desposado de manera singular y la ha hecho madre del Hijo y madre,
formadora y maestra del discípulo.
Mirando a nuestro Fundador, y viendo la “alianza entre el Espíritu y María”, tan
fecunda en la experiencia misionera que fundó nuestro carisma, podemos decir que,
en nuestra espiritualidad, María es nuestro hogar materno del Espíritu para la misión.
Las huellas maternas del amor, con la calidad maternal del amor de Dios. El primado
del amor del Espíritu que hallamos en nuestro hogar materno para la misión.»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA QUINTO
María habla por el Misionero

«El Señor me dijo a mí y a todos estos Misioneros compañeros míos: No sois vosotros
quienes habláis entonces, sino el Espíritu de vuestro Padre y de vuestra Madre, el cual
habla por vosotros. Por manera que cada uno de nosotros podrá decir: El Espíritu del
Señor reposó sobre mí; por lo cual me ha consagrado con su unción divina y me ha
enviado a evangelizar o dar buenas nuevas a los pobres, a curar a los que tienen el
corazón contrito.» Autobiografía # 687

Reflexión: «Claret contempla al Corazón de María llena del Espíritu en la Encarnación


y en Pentecostés, para la misión apostólica de Jesucristo y de los Apóstoles…
María tiene el lugar y el papel que le da el Espíritu Santo, dador de todo bien. Todo
en el carisma es don del Espíritu de Dios y todo ha de ser visto y vivido según el
Espíritu, al servicio de la misión que tenemos en la Iglesia; también la influyente
presencia de María, que se vuelve más significativa y eficaz si es vivida “según el
Espíritu” ...
Lo más significativo para nosotros es que la hora de la máxima madurez espiritual y
apostólica, nuestro Fundador nos dice que en su experiencia apostólica u en la de
todos los misioneros de la Congregación, ve a María en un lugar y una función
inspiradora, en la familiaridad total con la Trinidad. El Fundador afirma con toda
libertad “espiritual” que el Señor le dice a él y a todos los Misioneros: “el Espíritu de
Vuestro Padre y de Vuestra Madre hablará por vosotros”.
El padre Claret ve que “el Espíritu de nuestro Padre es también el Espíritu que está en
nuestra Madre: María llena del Espíritu-madre de Jesús y madre nuestra como
discípulos-está militando en nuestra misión de testimonio frente al Mal. Es la madre
Inmaculada, cuyo Corazón ve Claret “lleno” de ese Espíritu-Fuerza de Dios en el Hijo
y en sus discípulos testigos.»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA SEXTO
Entrega total a María: propósitos de 1843

«Me entrego del todo por hijo y sacerdote de María. Por eso, cada día le rezaré la
corona de antífonas: Alégrate María, etc.; Hazme digno, etc. Ella será mi Madre,
Maestra y Directora, y de Ella será todo lo que haga y sufra en este ministerio, porque
el fruto debe ser de aquella que ha plantado el árbol.» Propósitos de 1843 #5

Reflexión: Esta entrega total a María en la vida y obra, es colocar el «primado del
amor en la misión apostólica de Claret, donde cobran perfecta unidad y articulación
todas las advocaciones y devociones o vivencias marianas que Claret cultivó. Toda
imagen, todo símbolo mariano y toda devoción, giran en torno al “amor de
misericordia”, el “divino amor”, “el amor hermoso” o la “caridad” … Siempre en
función de la misión apostólica, para el amor a Dios y al prójimo, la gloria de Dios y
la conversión de los pecadores; para seguir e imitar a Jesús, el Hijo; para trabajar y
sufrir y morir por el anuncio del Evangelio; para hermosear a la Iglesia, y enfrentar
todos los males y al mismo Maligno…
Así se explica toda la inmensa fuerza que tuvo en Claret el inmaculado Corazón de
María. Porque, de uno u otro modo, siempre vivió nuestro Fundador la experiencia
de la virgen María como Madre del amor de misericordia, abogada de los pecadores,
preservada de culpa, Inmaculada: la vencedora del mal.
En la vivencia de María y su Corazón Inmaculado en la misión apostólica, maduró el
Espíritu la misma presencia y las mismas funciones del Inmaculado Corazón de María
para el carisma de nuestra congregación. Podríamos decir que nuestra Congregación
maduró por el Espíritu en maría, presente y activa en toda la experiencia misionera
de Claret. Porque sabemos cómo atribuye a Ella Claret nuestra Congregación. Sería
un fruto más de aquella “alianza entre el Espíritu y María” …

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA SÉPTIMO
Devoción Cordimariana

«¡Oh Madre mía María! ¡Madre del divino amor, no puedo pedir cosa que os sea más
grata ni más fácil de conceder que el divino amor, concédemelo, Madre mía! ¡Madre
mía, amor! ¡Madre mía, tengo hambre y sed de amor, socorredme, saciadme! ¡Oh
Corazón de María, fragua e instrumento del amor, enciéndeme en el amor de Dios y
del prójimo!» Autobiografía #447

Reflexión: «Si el Corazón de María (“Madre de la caridad”) es la “fragua e instrumento


del amor” que ha forjado a Claret como misionero apostólico, no podía dejar de ser
obra del Corazón María, la Congregación de los misioneros claretianos con quienes
Claret compartía en “Vida apostólica” ese don que también ellos han recibido del
Señor.
Iremos viendo a María en cada dimensión de la experiencia apostólica de Claret; y
abundaremos en el lugar que tiene el Inmaculado Corazón de María en su
espiritualidad misionera y en nuestro carisma. Ahora, lo oportuno es señalar que el
primer efecto y la primera gran señal de que somos y nos llamamos “misioneros Hijos
del Inmaculado Corazón de María”, consiste en que vivamos con el corazón en la
misión, por haber recibido la misión en el corazón.
Iremos viendo a María en cada dimensión de la experiencia apostólica de Claret; y
abundaremos en el lugar que tiene el Inmaculado Corazón de maría en su
espiritualidad misionera y en nuestro carisma. Ahora, lo oportuno es señalar que el
primer afecto y la primera gran señal de que somos y nos llamamos “misioneros Hijos
del Inmaculado Corazón de María”, consiste en que vivamos con el corazón en la
misión, por haber recibido la misión en el corazón.
El corazón es para nosotros la dimensión más honda de la persona, núcleo profundo
del pensar y del amar, de todo el vivir. En el propio corazón radican las fuerzas que
mueven nuestro lenguaje y nuestra conducta. Recibir la misión en el corazón posibilita
e implica poner el corazón en la misión. Eso es la “consagración” a la misión.»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA OCTAVO
Un Hijo del Corazón de María: Definición del Misionero Claretiano

«Yo me digo a mí mismo: Un hijo del Inmaculado corazón de María es un hombre


que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura
por todos los medios encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada
le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se
complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá
e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor
gloria de Dios y la salvación de las almas.» Autobiografía # 494

Reflexión: «La Definición del Misionero muestra aún más su dimensión espiritual, si la
comenzamos pro el seguimiento de Cristo: “Un Hijo del Inmaculado Corazón de
maría es un hombre que no piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en
trabajar, en sufrir, en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la
salvación de los hombres (y mujeres)”. Este es el hombre ungido por la caridad de
Cristo y “arde en caridad y abrasa por donde pasa; desea eficazmente y procura por
todos los medios…”
Nos dio nuestro Fundador esa definición como “camino”, para que compartamos con
él su formidable experiencia personal de seguimiento apostólico de Cristo, siendo
como él misioneros apostólicos hijos del Inmaculado Corazón de María. Antes de
pedirnos “tener siempre ante nuestros ojos la definición del Misionero”, nuestra
Constitución Fundamental nos dice que “siendo y llamándonos Hijos de su Corazón,
veneramos a la Santísima Virgen con amor y confianza, y nos entregamos a Ella para
ser configurados con el misterio de Cristo y cooperar con su oficio maternal en la
misión apostólica” (CC8)
La contemplación apostólica nos llevará a andar nuevos caminos en la configuración
con Jesucristo, fieles al seguimiento. Y encontraremos siempre en la andadura a la
Bienaventurada Virgen María, que nos enseña a abrir sin temores el corazón a la
novedad del Espíritu, para hacernos más semejantes al Hijo.»

(Salve, Gozos y Oración final)


DÍA NOVENO
María Fundadora de la Congregación

« El día 16 de julio de 1849, hallándonos ya reunidos, con aprobación del Ilmo. Sr.
Obispo y del Sr. Rector, empezamos en el Seminario los santos ejercicios espirituales
nosotros solos con todo rigor y fervor, y, como cabalmente en este día 16 es la fiesta
de la Santa Cruz y de la Virgen del Carmen, por tema de la primera plática puse
aquellas palabras del Psalmo 22: Tu vara y tu cayado, ellos me consolaron, v. 4.,
aludiendo a la devoción y confianza que hemos de tener a la santa Cruz y a María
Santísima; aplicando además todo el salmo a nuestro objeto. De aquellos ejercicios
todos salimos muy fervorosos, resueltos y determinados a perseverar, y, gracias sean
dadas a Dios y a María Santísima, todos han persevera- do muy bien. Dos han muerto
y se hallan actualmente en la gloria del cielo gozando de Dios y del premio de sus
trabajos apostólicos y rogando por sus hermanos.

¡Oh Dios mío, bendito seáis por haberos dignado escoger a vuestros humildes siervos
para hijos del inmaculado Corazón de vuestra Santísima Madre!»

¡Oh Madre benditísima, mil alabanzas os sean dadas por la fineza de vuestro
inmaculado corazón y habernos toma- do por hijos vuestros! Haced, Madre mía, que
correspondamos a tanta bondad, que cada día seamos más humildes, más fervorosos
y más celosos de la salvación de las almas.» Autobiografía #490-491-492

Reflexión: La Fundación es «la entrega de Claret a la misión apostólica. Y esta es la


mística que él imprimió a la Congregación de “misioneros hijos del Inmaculado
Corazón de María”. Eso lo oraba la comunidad claretiana en aquella oración que,
después de pedir al Señor que envié vocaciones a la Congregación, suplica para los
elegidos el Espíritu de nuestra mística misionera: Infunde tu Espíritu en los que has
elegido y confírmalos en la vocación, para que, anunciando digna y fructuosamente
tu santo Evangelio, nos llamemos y seamos de verdad hijos del Inmaculado Corazón
de la Santísima Virgen María, te amemos a Tí de palabra y obra con todo el corazón
y nunca cesemos en tu alabanza.»

(Salve, Gozos y Oración final)


«¡Oh María, Madre mía, qué buena habéis sido para mí y qué ingrato he
sido yo para Vos! Yo mismo me confundo, me avergüenzo. Madre mía,
quiero amaros de aquí en adelante con todo fervor; y no sólo os amaré
yo, sino que además procuraré que todos os conozcan, os amen, os
sirvan, os alaben, os recen el Santísimo Rosario, devoción que os es tan
agradable. ¡Oh Madre mía!, ayudad mi debilidad y flaqueza a fin de
poder cumplir mi resolución.» Autobiografía #55

Nota: las reflexiones fueron tomadas del siguiente documento


https://www.seglaresclaretianos.org/images/02D0CUMENTOS/MSC-
ElCorazondeMariaenClaret.pdf y del Libro La Misión en el Corazón. Espiritualidad del
Hijo del Corazón de María, Servidor de la Palabra en la nueva evangelización, del
Padre Teófilo Cabestrero, cmf.

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