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INVESTIGACIÓN ACADÉMICA

VIRTUAL

TAREA
“AVANCE DE REDACCIÓN DE ARTÍCULO ACADÉMICO”

Tema Redacción del cuerpo del artículo académico


Logro Al final de la semana, los estudiantes redactan el cuerpo del artículo
académico.

Actividad: Durante esta semana cada estudiante redacta su argumento para integrarlo en el
cuerpo del artículo académico, siendo muy importante anotar la pregunta de investigación y
la hipótesis. Ante cualquier duda o consulta, realízala a través del foro o por un mensaje por
Bandeja de Entrada al docente.

Pregunta de investigación:
¿De qué manera la violencia contra la mujer latinoamericana se ha normalizado en el ámbito
académico en los últimos 20 años?
Hipótesis:
La violencia contra la mujer latinoamericana en los últimos 20 años se ha normalizado en el
ámbito académico de manera que muchas veces no solo se les ignora la situación por la que
pasan, sino que también se les revictimiza obligándolas a ponerse frente a frente con su
agresor, poniéndolas en una situación de extrema vulnerabilidad trayendo consigo el
abandono de sus estudios por temor a las burlas, a que les siga sucediendo y al acoso de
otros compañeros o docentes.

Desarrollo del cuerpo: Empezamos a redactar el cuerpo del trabajo de investigación.

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La normalización de violencia contra la mujer latinoamericana en el ámbito

académico en los últimos 20 años

Existen varias maneras por las cuales la violencia contra la mujer latinoamericana se ha
normalizado en el ámbito académico en los últimos 20 años, una de ellas es la violencia hacia
las mujeres en el ámbito académico por parte de los profesores o docentes y como las IES no
hacen nada al respecto a continuación algunas de las diversas formas de como los profesores
agreden y abusan de sus alumnas:

Se presentaron los siguientes casos: estudiantes de una universidad pública


citadas por sus docentes en sus despachos, que en ese momento aprovechaban las
situaciones de cerco para hacerles insinuaciones; un docente que, con el pretexto de
salidas académicas, llevaba a sus estudiantes a piscinas para observarlas de modo
morboso; asistentes de cátedra que recibían en sus celulares mensajes con
insinuaciones sexuales del docente de la cátedra y que al no mostrar reciprocidad se
les exigió cumplir con más actividades en menos tiempo; estudiantes espiadas en el
baño; estudiantes intimidadas al realizar una exposición en clase porque los varones
susurraron “mucha ropa” o silbaron al pasar al frente. También se conoció el caso de
una docente acosada por un estudiante. (Guarderas et al ,2018 p.219)

A partir de la revisión de investigación visto podemos ver que la violencia perdura en


todo momento dentro de las IES causando miedo e inseguridad por la forma que tratan los
profesores a sus alumnas, pero no solo los profesores, sino que también los compañeros de
clase.

Asimismo, presentamos otras formas de agredir o violentar a las mujeres por parte de los
docentes o profesores dentro de los salones de clase en donde se supone que una como mujer o
persona debe de sentirse segura y cómoda ya que una va a estudiar para que su futuro sea el
mejor posible y no a que les estén faltando el respeto y agrediendo:

Podemos decir que un tipo de violencia es la exclusión que se le da a la mujer


dentro de los salones de clase y actividades académicas, algunos ejemplos serían:
no se les deja participar en clase, si levantan la mano para hablar solo son
ignoradas, diciendo que no tienen la capacidad suficiente y que se dejan llevar por
sus emociones. Tampoco se les deja participar en actividades físicas, excusándose
de que son muy débiles y que se cansan con facilidad; o ponen de justificación la
menstruación de las mujeres (…) Asimismo, no se les brinda asesoría porque se
considera como una pérdida de tiempo, y que al final, no importa si tengan
profesión o no, terminarán dedicándose a labores domésticas. De igual manera, se
les recarga de tareas o ponen excusas para decir que están mal elaboradas o
incompletas, con el fin de hacer que ellas se cansen y abandonen sus estudios. Otro
tipo de violencia que sufren las mujeres son las psicológicas provenientes de sus
compañeros y docentes. Se hacen comentarios sexistas hacia ellas porque aún en la
actualidad se tiene la idea de que la única labor de la mujer es ser madre y esposa.
(Ruiz y Ayala, 2016, p. 69)

Por ello, muchas mujeres son minimizada en varias ocasiones causando la


inseguridad en cada una de ellas con la idea de que no son capaces de desarrollarse como
profesionales y que solo están con la idea de que serven solo para ser amas de casa y de sus
hijos, todo esto porque en algunos IES justifican que es una pérdida de tiempo ver lo que

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pasa con cada mujer que sufre de violencia.

Por otro lado, tenemos las principales causas por las que las mujeres no denuncian y es que
dichos actos inapropiados y vulgares que ocurren dentro de instituciones académicas no son
atendidos adecuadamente y no se le sanciona al agresor trayendo como consecuencia que las
mujeres no quieran denunciar.

La violencia de género está tan naturalizada en la sociedad que muchas veces no


se percibe como tal, por el contrario, se justifican comportamientos agresivos (…)
las víctimas y agresores lo minimizan, lo legitiman y no lo denuncian (Buquet et
al., 2013).

El primer punto por desarrollar en esta cita busca los diferentes causas y excusas que se
presenta para no denunciar al agresor de las victimas por el miedo de que lo vuelvan a
agredir.

 Las víctimas no tienen el valor para denunciar, porque no conocen los


procedimientos y por miedo a que se les violente nuevamente o no se
considere su denuncia.
 Dentro de las instituciones educativas no siempre existe un protocolo de
acción para denunciar, que tenga seguimiento y sanción pertinente para el
agresor o agresora.
 Tampoco hay personal capacitado, con perspectiva de género, que brinde un
verdadero acompañamiento a las víctimas, sin juzgarlas o estereotiparlas.
 En otras ocasiones, las víctimas tienen miedo de ser vistas como
“problemáticas”, y a recibir represalias como acto de venganza por parte de
su agresor o agresora, e incluso de las mismas autoridades escolares
(Buquet et al., 2013).

Podemos ver que hay muchas maneras de que la mujer no quiere denunciar por el
hecho de que no hay interés en ellas el cual ha llevado al mal desarrollo psicológico en
cada una de ellas.

El segundo punto por desarrollar en esta cita es el acoso que se genere de parte del
docente hacia sus alumnas también del parte de los alumnos hacia la profesora.

En el caso de las docentes pueden perder su empleo, aislarlas, ponerles obstáculos


que les impidan subir de categoría, nivel de trabajo o grado académico. En lo que se
refiere a las alumnas pueden reprobar sus cursos, no por falta de capacidad, sino
porque los docentes se desquitan y les ponen calificación no aprobatoria (…) lo
cual las puede orillar a desertar de la institución. De igual forma, si las mujeres
denuncian a su victimario, son acusadas de haber sido ellas quienes incitaron la
agresión “por vestirse provocativamente” o "por habérseles insinuado" y por temor
a sentir culpa (…) se abstienen de emitir la denuncia. (Ruiz y Ayala, 2016, p. 7-8)

Por ello, se ve que tanto alumnas como profesoras sufren acoso cada tiempo el cual
genera miedo de no denunciar porque las alumnas están amenazados con reprobar el curso
por el docente y las profesoras por el temor de perder sus trabajos y perjudicar su carrera
profesional el cual solo lleva emitir la denuncia y seguir sufriendo en silencio lo que les
pasa por el echo de que algunos IES no son conscientes de lo que pasa cada mujer por no
dar prioridad.
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Además, existen varias razones por las que las mujeres no denuncian y una de las principales
es el temor que tienen al denunciar por miedo a como quedan ante los demás y porque
lamentablemente ya se ha normalizado:

Según los especializados en este ámbito y coordinadora del estudio, se trata de


sentimientos frecuentes dentro del proceso psicológico de trauma que sufren las
mujeres por la cual de que él controlaba todas las facetas de la vida de su mujer, las
relaciones sexuales, incluso la forma de vestir o la alimentación. Y todo esto pasa
porque la mujer ya está acostumbrada y es normal para ella además porque los demás
hablan bien de él como por ejemplo decir que suerte de salir con ese chico y hasta la
propia familia lo ve como un buen ejemplo. Adema el maltrato de la mujer es una
dependencia emocional de tal magnitud que la víctima, no solo no se reconoce como
tal, sino que se siente culpable y experimenta pena por su maltratador. (Castro et al,
2016 p.9-17)

Es decir que el miedo siempre estará presente si no toman las medidas de prevención para
todas las mujeres abusadas de diferentes maneras dentro o fuera de los ámbitos académicos.

Además, como se muestra según el autor toda mujer ha experimentado algún tipo de
violencia ya sean de sus parejas, exparejas o de los docentes pero dentro del ámbito académico,
ellos creen que por el siempre hecho de ser sus parejas les pertenecemos a ellos o son nuestros
“dueños” y se creen que tienen el derecho de faltarnos el respeto, humillarnos y tratarnos como
se les venga en gana y eso es algo lamentable ya que debería ser totalmente lo contrario
respetarnos y tratarnos como lo merecemos:

Según la información recolectada, teniendo en cuenta todas las relaciones de pareja


de los estudiantes universitarios, se mostró que el 66% experimentó algún tipo de
violencia: el 65% de universitarias sufrió de agresiones por parte de su pareja o
expareja, al menos una vez en su relación; en el caso de los universitarios, el 67.1%
agredió a su pareja o expareja al menos una vez en su relación. De acuerdo con la tabla
de datos, las formas más prevalentes fueron la humillación (58.5%), la violencia verbal
(31.9%) y la violencia física leve (26.9%). Considerando los últimos 12 meses, el
porcentaje de estudiantes universitarios(as) que participaron en episodios de VcM fue de
48.8%, dentro de los cuales, el 50% de universitarios agredieron a sus parejas y el
47.8% de universitarias sufrió de agresión por parte de sus parejas. Asimismo, en cuanto
a las agresiones de mayor prevalencia anual, se indicaron las siguientes: humillación
(40.1%), la violencia verbal (20%) y la violencia física leve (17.2%). Por último, no se
encontraron grandes diferencias en lo que se refiere a el tipo de universidad, ya sea
pública o privada, o por la carrera profesional elegida. (Vara, 2016, p. 61-62)

Como se ha podido observar las relaciones de los porcentajes de las mujeres universitarias
que han sufrido abuso por parte de sus parejas o exparejas dentro de las aulas como fuera de
ellas y por el cual debido a la agresión, pierden días de estudios, sus rendimientos bajan, entre
muchas cosas más, además no solo se ve el porcentaje de que sufrieron abuso sino que se puede
visualizar la cantidad de hombres que han agredido a sus pareja al menos una vez en su relación
el cual ha generado la salida de muchas alumnas.

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Así mismo se presenta una tabla donde se muestra el bajo porcentaje de las mujeres que no
han sufrido un maltrato por parte de su pareja dentro de las instituciones y diferentes
porcentajes relacionados a la violencia de la mujer como se presenta en la siguiente cita se
puede evidenciar que hay más mujeres que sufren por violencia o abuso de las que no lo sufren
y de igual manera respecto a los agresores y se puede ver como esto les trae consecuencias
negativas dentro de sus estudios ya que su rendimiento académico baja considerablemente ya
que están preocupadas por su situación y otro problemas emocionales y psicológicos que les
traen el ser víctimas de estos tipos de agresiones.

En la tabla 23 se observa la comparación en el ausentismo y presentismo de los


grupos de estudiantes que participaron en situaciones de VcM y los que nunca han
sido agredidas o agresores. El ausentismo de las estudiantes agredidas por sus parejas
es entre 13.2 y 21.7% más elevado que el ausentismo de las estudiantes nunca
agredidas. En el caso de los agresores, el ausentismo es aún mayor, con porcentajes
entre 20.8 y 42.4% más elevados que los estudiantes no agresores. La llegada tardía
de estudiantes agredidas y agresores es entre 6.1 y 12.1% más alta en comparación
con las/os estudiantes libres de violencia. En el caso del presentismo, los/as
estudiantes involucrados/as en situaciones de VcM, tienden a experimentar más
dificultades para concentrarse (entre 8.3 y 12.9%), estudian más lento de lo usual
(entre10.3y12.7%), están cansados/as más de lo usual (entre 3.3 y 9.1%) y tienen
preocupaciones personales o ajenas al estudio (entre 17.3 y 27.4%), en comparación
con los/as estudiantes libres de violencia. (Vara-Horna, 2016, p. 649)

A partir de la de la investigación se puede ver que en algunas IES han logrado que no
haya mayor porcentaje de agredidas el cual es una motivación para que las mujeres sigan
continuando con la lucha conta la violencia y darse cuenta de que si se puede salir de ese
silencio que perjudica.

También, la protección a las mujeres en cada universidad o instituciones se debe de priorizar


y así dar más seguridad a las víctimas para que puedan tomar las iniciativas de denunciar a sus
agresores, pero toda esta solución está en las manos de las víctimas, pero por falta de apoyo y
miedo se quedan calladas es por ello que cada institución superior debe de apoyar para que no
hay más víctimas de acoso. Pero algunas instituciones superiores no toman en cuenta.

El acoso sexual en las instituciones de educación superior es una problemática que


brega por salir a la luz. No obstante, a la hora de identificar las concepciones en
torno a estas prácticas hay un claro desconocimiento. La responsabilidad de
solucionar esta situación recae en quien ha vivido el acoso, porque se entiende que
está en sus manos poner la denuncia, tal como sucede con otros tipos de violencia.
Además, dentro del ámbito educativo, se produce y reproduce concepciones y
prácticas patriarcales. Lejos de conformar un espacio de transformación social, las
IES parecerían constituir mecanismos para perpetuar relaciones desiguales. Como los
datos sobre acoso sexual en el ámbito universitario son escasos, se fomenta la idea de
que no se trata de un problema prioritario. Se han considerado primordial visibilizar
la prevalencia del acoso sexual y sus efectos en al ámbito laboral y académico
mediante el diseño y posteriormente la aplicación de un cuestionario de prevalencia
desarrollado por personas expertas y validado en nuestro país, con miras a establecer
políticas, planes y programas dentro de nuestras universidades. Si bien la violencia
de género en el Ecuador fue posicionada desde mediados de la década de los 80, el
acoso sexual en el ámbito universitario ha sido un tema escasamente investigado.
También la ley se refiere a la violencia en el ámbito educativo como «aquella que se

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ejerce mediante palabras, acciones, omisiones o conductas que infringen o inducen


docentes, personal administrativo, compañeros u otro miembro de la comunidad
educativa contra las mujeres». (Guarderas et al,2018, p. 214-226.)

Finalmente se ve que la violencia de la mujer sigue en los ámbitos académicos tanto


privadas como públicas desde hace mucho tiempo, es por ello que deben ver más acciones en la
defensa de todas las mujeres maltratadas de cualquier forma y hacer respetar las leyes puestos
por el estado y no solo eso sino que las IES deben de tener mas conciencia tanto en sus alumnas
como profesoras para que no salgan afectado, además así todas las mujeres serán mas seguras
de si misma y afrontar la situación amarga que pasan por la causa de los agresores.

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