Está en la página 1de 3

Esa voz en mi cabeza

Hoy he saludado a las personas que encontré en mi camino, algunas me


contestaron y otras no, porque les caigo mal. O por lo menos eso parece. No sé,
capaz no. Aunque quizás son ideas mías. Tal vez estoy muy estresada. Tengo que
relajarme.
Es que ellos no saben lo que realmente me pasa, ni yo sé porque hay veces en las
que no quiero hablar con nadie y finjo no verlas, tal vez por eso les caigo mal. 😂
Y pensando en mis adentros digo: está bien, entiendo que hay personas que te
caen mal y no puedes disimularlo, es que es inevitable hacer un gesto de disgusto
cada vez que te las encuentras y tener que forzar una sonrisa o de plano ignorarla.
😒 Estaba tan entrada en mis pensamientos cuando en eso, escucho que alguien
me dice algo. Es una voz un tanto grave, de un joven. Me habla con autoridad y
gran inteligencia, como si fuese un escritor, un psicólogo o alguien que ha
estudiado mucho:

- ¿Porque le das tanta importancia a lo que los demás piensen de ti? La gente es
así, llena de complejos nada le parece.
-…
- Tú vive tu vida y no tomes en cuenta la opinión que cada persona se forme de ti.

No sé de quién es, ni de dónde viene esa voz. No es la primera vez que la escucho.
Normalmente trato de no responderle, no porque le tenga miedo, sino porque
cada vez que aparece quedo en ridículo. Nunca veo a nadie. Solo sé que esa voz
está.

- Es cierto, tienes razón -le contesté- No sé porque pierdo mi tiempo y me


preocupo por tonterías.
Iba por el camino manteniendo una conversación con aquella voz desconocida que
no me fijé que, en realidad ¡estaba hablando!
Mire a mi alrededor, la calle estaba concurrida. Un grupo de personas me miraba,
me puse nerviosa y mejor seguí caminando, mientras mantenía en mi mente el
pensamiento de que las personas que me habían visto supusieron que estaba loca.

- Ya vamos de nuevo - me dice la voz –


-…
- Otra vez, que te acabo de decir.
Comencé a reír en mis adentros, pero me he detenido ya que me he dado cuenta
que, en verdad me he reído.

¡Madre mía! –exclame- que la gente me mira. 😂😱😵 Ya no sé qué me pasa, estoy
estresada y algo molesta.

- ¿Porque me hablas? –le dije a la voz- no te das cuenta que la gente no te ve y


solo me metes en aprietos.
La voz me alivia con sus palabras, con su serenidad y su entonación grave:
- Ya tranquila, no pasa nada.
-…
- Simplemente ellos no entienden, porque están tan absortos en sus
preocupaciones que no escuchan su voz interior y han olvidado ese niño que llevan
adentro, nosotros en cambio somos buenos amigos y nos divertimos juntos,
nuestra imaginación no tiene límites y seguimos soñando aun estando despiertos.
- Tienes razón, nuestro mundo es distinto y es por eso que nadie debe darse
cuenta.
Sigo caminando y trato de fingir que no pasa nada. Antes de llegar a casa paso por
una tienda.
Tengo que comprar algunas cosas, así que entro al local para surtir el inventario de
la casa.
-Vamos a ver ¡no, esté no! a mí mamá no le gusta, quizás este.
- Si, ¡mejor ese! y hasta más barato está
- Si, es verdad.
Oh no, otra vez esas miradas. La gente me mira raro, hago como si nada y continúo
comprando. Luego de un rato, por fin salgo de la tienda.

- Ya vez te dicho que no me hables cuando ando en la calle la gente me mira mal.
-…
- ¡Que! Ahora estás molesto.
-Esta vez tu iniciaste la conversación.
- Cierto, pero es que enserio, la gente me mira raro cuando me ve hablando sola,
piensa que estoy loca y eso me hace querer desaparecer.
- Ya te dije, ignóralos. No le des tanta importancia al asunto, tu solo vive tu vida y
no le des valor a la opinión de los demás.
- Si claro, para ti es fácil decirlo, como a ti nadie te ve, pero a mí sí.
Camino lo más rápido que puedo, hasta que llego a casa, porque cada vez que
aparece esa voz siempre me pone en aprietos. Desde que lo conocí nunca me ha
abandonado. Me dice cosas inteligentes. Me cuida, se preocupa por mí. Sin
embargo, como los demás no lo pueden ver, piensan que estoy mal de la cabeza.
Algunas veces se acercan para preguntarme si me sucede algo, si estoy bien, yo les
digo que nada, que estoy bien. Pero nadie me cree.
La voz sigue conmigo. Casi siempre la escucho fuerte y con claridad. Aunque a
veces me deje en ridículo, no quiero que se vaya, forma parte de mí.

También podría gustarte