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ESTUDIO BÍBLICO: LECCIONES DE LA VIDA

DEL REY ASA


ESTUDIO BÍBLICO: LECCIONES DE LA VIDA DEL REY ASA

TEXTO: 2 CRONICAS 14:1-7

Esta noche comenzamos una nueva serie de estudios Bíblicos basados en los principales
reyes de Judá, es decir el reino del Sur.

Primeramente tenemos que comprender que a partir del año 930 A.C el reino de Israel se
dividió en dos reino, debido principalmente a la desobediencia e idolatría de Salomón, al
morir Salomón fue nombrado como rey su hijo Roboam, pero él fue un rey oprimió mas al
pueblo que su padre,

El reino quedo dividido en el Reino del Norte con diez tribus que se le llamo Israel con su
capital Samaria gobernado por Jeroboam y el Reino del Sur con dos tribus, Judá y Benjamín,
y se llamó reino de Judá, con su capital Jerusalén gobernado por Roboam hijo de Salomón.
El reino del sur tenia a los levita y sacerdotes y el templo de Jerusalén para adorar a Jehová,
pero el rey del norte no quería que subiera su pueblo a Jerusalén para adorar a Dios, sino
que edifico su propio sistema religioso nombrando levitas y edificando dos becerros para
que el pueblo adorara, es decir se volvió un reino idolatra que no agradaba a Dios.

Bajo este contexto fue que comenzaron los reyes de cada uno de los reinos, la gran mayoría
de los reyes de Israel fueron idolatras, pero en el reino del sur en Judá hubieron reyes
buenos que honraron a Dios y siguieron el ejemplo del rey David, y dentro de esos reyes
buenos está el rey Asa, el cual comenzaremos a estudiar el día de hoy:

EL REY ASA, comenzó a reinar en el año 913 A.C era el quinto rey del linaje de David y fue

el tercer rey del reino del sur.

Como toda persona el rey Asa tiene en su reinado y en sus decisiones puntos positivos y
puntos negativos, esta noche estudiaremos ambos para tomar lecciones importantes para
nuestra vida cristiana.

PUNTOS POSITIVOS DE LA VIDA DEL REY ASA (VS 2)

1. ERRADICO LA IDOLATRIA EN SU REINO (VS 3-5)

 
Asera era la diosa pagana de los habitantes del antiguo Canaán, era representada por
arboles con forma de mujer, era considerada la diosa de la luna y esposa de Baal el dios
del sol.

Dios había dejado establecido en la ley para su pueblo que tenían que erradicar
totalmente el culto a Asera de su territorio (Deuteronomio 12:2-4)

Aplicándolo a nuestra vida la palabra de Dios nos llama a nosotros los cristianos también
a hacer lo mismo en nuestra vida (1 Corintios 10:14-15)

Nuestros ídolos ya no son imágenes talladas, nuestros ídolos modernos son otros y
tenemos que identificarlos para erradicar la idolatría de nuestra vida, nosotros muchas
veces no podremos eliminar el ídolo, pero podemos eliminar la idolatría de nuestra vida

 
Un ídolo es todo aquello que ponemos por sobre nuestro Dios en nuestro corazón, un
ídolo es algo o alguien que se consideramos más importante que Dios en nuestra vida:
Negocios, trabajo, estudios, noviazgos, hijos, diversión, etc.

Tenemos que comprender lo que el Señor quiere de cada uno de nosotros (Mateo 22:37)

1. EDIFICO CIUDADES FORTIFICADAS EN TIEMPOS DE PAZ (2 CRONICAS 14:6-7)

El Rey Asa fue muy sabio, en tiempos de paz en tiempos en los cuales no tenía guerras
con nadie edifico las ciudades fortificadas para protección de su reino.

 
Espiritualmente esto nos da una lección muy importante: Las fortalezas espirituales de
nuestra vida se levantan en tiempos de paz no durante las batallas como muchos
cristianos lo hacemos.

La mayoría de cristianos hacemos lo contrario al rey Asa, nos fortalecemos en Dios


cuando estamos atravesando la batalla o la prueba, oramos, ayunamos, cuando estamos
pasando por la dificultad, pero en tiempos de paz nos olvidamos de nuestra vida
espiritual, descuidamos la oración, descuidamos nuestro altar personal con Dios.

No vivamos un cristianismo de trincheras de guerra, edifiquemos nuestras fortalezas en


tiempos de paz en nuestra vida, fortalezcámonos en Cristo para que cuando la prueba
venga estemos listos en fe.

1. CONFIO EN DIOS PARA PELEAR SUS BATALLAS (2 CRONICAS 14:8-13)

Asa tenía un ejército con doscientos ochenta mil hombres diestros para la guerra y muy
bien armados (vs 8)

Pero cuando vinieron los Etíopes contra el con un ejército que era el tres veces más
grande que el de Judá, Asa no confió en su fuerza, ni en sus armas ni en su ejército, el
busco a Dios en oración para que lo defendiera (vs 10-12)

 
Cuando confiamos en Dios en nuestras batallas y no en nuestra capacidad económica o
intelectual o en amigos, el Señor nos da la victoria, el pelea nuestras batallas sin importar
cuán grande sea nuestro enemigo.

PUNTOS NEGATIVOS DE LA VIDA DEL REY ASA

1. DEJO DE CONFIAR EN DIOS EN SUS BATALLAS Y BUSCO LA AYUDA DEL HOMBRE (2


CRONICAS 16:1-4)

Cuando en un momento de su reinado vino contra el Baasa el rey de Israel en lugar de


clamar a Dios por ayuda, como lo hizo contra los etíopes, hizo un pacto con Ben-Adad rey
de Siria para que le ayudara en la batalla

Dios se molestó por ello y mando a un profeta para exhortarlo (Vs 7-9) el Señor le
recordó como cuando confió en el le dio la victoria contra un ejército mucho más grande
y esta vez actuó locamente dejando de lado la ayuda del Señor y confiando en la ayuda
de un rey pagano.

Muchas veces nosotros los hijos de Dios cometemos el mismo error del rey Asa, pues
ponemos nuestra confianza en los hombres y menospreciamos el poder de nuestro Dios,
y el Señor nos dice: LOCAMENTE HAS HECHO!!

Nosotros no debemos de tomar la misma actitud del rey Asa cuando somos exhortados
como esta noche (Vs 10) No nos molestemos ni con Dios ni con sus mensajeros,
reconozcamos nuestro pecado y arrepintámonos hoy.

 
1. EN SU ENFERMEDAD CONFIO MAS EN LOS MEDICOS QUE EN DIOS (2 CRONICAS
16:11-13)

El error de Asa no fue buscar a los médicos, sino que no busco a Dios, es decir puso toda
su confianza en la ciencia médica, puso su confianza nuevamente en el hombre y no en
Dios.

Su enfermedad se agravo tanto que murió, lastimosamente muchos cristianos ponen su


confianza en medicinas y en médicos que en Dios, no debemos de olvidar uno de los
nombres de Dios (Éxodo 15:26) Jehová Rapha. 
EL REY ASA: UN HOMBRE DILIGENTE QUE ESCOGIÓ 
APOYARSE EN DIOS

Por Felipe Nunn

En el año de 1792, Guillermo Carey publicó un folleto de 87 páginas mostrando que los
cristianos tenemos el deber de trabajar en busca de la conversión de almas perdidas.
Hasta ese entonces, los creyentes Protestantes en Europa habían invertido los últimos
250 años en debates doctrinales y consolidando los beneficios políticos adquiridos al
separarse de la Iglesia Católica Romana. Fue Guillermo Carey el primero que se prestó
a motivar al pueblo cristiano Protestante a organizarse para evangelizar al resto del
mundo.“Jovencito”, le dijo en cierta ocasión uno de sus muchos críticos, “cuando Dios
quiera convertir a los paganos, Él lo hará sin la ayuda suya o la mía”. Casi toda
comunidad cristiana ha vivido esta tensión. Están los hombres y mujeres activos que
salen a “hacer la obra del Señor” y también están aquellos creyentes devotos que oran y
esperan que “el Señor haga Su obra”. La vida del rey Asa nos muestra la necesidad de
ambos: tanto de diligencia como de dependencia.
Asa era bastante joven cuando reemplazó a su padre como rey de Judá. Durante sus 41
años de reinado (910 –  870 A.C.) Asa vivió comprometido con Dios y llevó a cabo
algunas reformas muy importantes. Lo que conocemos de la vida de este rey está
registrado en el segundo libro de Crónicas, capítulos 14, 15 y 16.
1. BUSCÓ AGRADAR A DIOS DESDE EL COMIENZO (2 Cr 14:1-8)
¿Cuántos años permanece un rey en el poder? ¿Cuánto tiempo tendía Asa para reformar
a Judá? El futuro siempre es incierto. El tiempo para actuar, para obedecer, para
reformar, es el presente: ¡Hoy! Tan pronto como Asa fue coronado rey, “quitó los altares
del culto extraño, y los lugares altos; quebró las imágenes, y destruyó los símbolos de
Asera” (14:3). ¿Hay algo en su vida que debe cambiar? ¿Hay decadencia espiritual en su
familia o en su iglesia local? El avivamiento comienza con una convicción de pecado.
Esta convicción nos lleva a una verdadera confesión y luego a cambios radicales y
concretos.  ¿Qué quiere el Señor que se “quite”, se “quiebre” o se “destruya” en su
vida?  Como lo hizo Asa, es mejor buscar agradar a Dios desde el comienzo. Si no
actuamos en base a una convicción, es posible que nos acostumbremos al desorden.
¿Está usted comenzando una nueva etapa? ¿Encontró un nuevo empleo? ¿Se mudó a
una nueva casa? ¿Se casó hace poco? ¿Ingresó a una nueva escuela? No espere. Tome
pasos concretos para agradar a Dios desde el comienzo, desde ahora.
El avivamiento involucra mucho más que desechar o destruir lo malo. El rey Asa
también fue diligente en animar al pueblo en tres áreas importantes:
(1) Relación:  “Mandó a Judá que buscase a Jehová” (14:4) – Él sabía que sin una
relación genuina con el Señor, el único resultado sería una religiosidad mecánica y sin
vida.
(2) Obediencia: Asa dio instrucciones para poner “por obra la ley” y los mandamientos
de Dios (14:4) – La restauración comienza en el corazón pero normalmente requiere
acciones concretas.
(3) Visión: Asa también animó a que se edificaran las “ciudades” y que las cercaran con
“torres, puertas y barras, ya que la tierra es nuestra” (14:7,8) – Les enseñó a apreciar,
proteger y edificar la herencia que Dios les había dado. 
¿Qué le ha dado Dios a usted? ¿Unos niños difíciles? ¿Un cónyuge egoísta? ¿Un trabajo
que aburre? ¿Un cuerpo con enfermedades? ¿Una iglesia local débil y pequeña? Algún
día disfrutaremos de la perfección: cuando estemos en el cielo. Mientras tanto,
mientras estemos aquí en la tierra, Dios nos llama a apreciar, a proteger y a edificar lo
que Él nos ha dado: “La tierra es nuestra”.

2. EN CRISIS, ESCOGIÓ APOYARSE EN SU DIOS (2 Cr 14:9-15)


Asa fortaleció su ejército con el fin de defender el reino del sur. “Tuvo también Asa un
ejército que traía escudos y lanzas; de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos
ochenta mil que traían escudos y entesaban arcos, todos hombres diestros” (14:8). Una
amenaza peligrosa se acercaba desde el norte del África: “Salió contra ellos Zera etíope
con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros” (14:9). ¡Una gran
desigualdad numérica!  Por muy bien preparados que estemos, encontraremos en
nuestro camino sorpresas desagradables y dificultades abrumadoras. Para algunos,
esta sorpresa puede ser un diagnóstico de cáncer, un divorcio o la muerte inesperada
de un ser querido. Para otros, puede ser el reprobar un examen importante, una
respuesta negativa a su solicitud para una visa, la pérdida de un empleo, la bancarrota
de su negocio o una división en su iglesia local.

Contra al rey Asa venían un millón de enemigos. ¿Puede usted imaginar como se debe
haber sentido frente a esta crisis? ¿Qué alternativas tenía el rey Asa? Podía huir. Podía
tratar de aliarse con el mismo Zera o con otro rey. Podía lanzarse al ataque con una
actitud suicida. Pero Asa decidió orar: “¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en
dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro,
porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú
eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre” (14:11). Asa prefirió descansar,
reposar, apoyarse, confiar en Dios.
Nosotros tenemos también esta opción. De hecho, cuando nos sentimos diminutos,
débiles, solitarios e indefensos frente a un futuro incierto, nos encontramos en
condiciones ideales para apoyarnos en nuestro Dios. Esto fue lo que le dijo el Señor
Jesucristo al apóstol Pablo: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad”. Pablo recobró fuerzas al escoger apoyarse en el Señor: “Por amor a Cristo
me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en
angustias. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2ª Corintios 12:9,10).
Pero apoyarse en el Señor no implica inactividad. Después de expresar su debilidad y
su dependencia del Señor, Asa y sus valientes guerreros tenían que enfrentar al
enemigo en combate. Cuando salieron a pelear “Jehová deshizo a los etíopes delante
de Asa y delante de Judá; y huyeron” (14:12). Si en este momento usted se encuentra
enfrentando tiempos duros de incertidumbre, como Asa apóyese en el Señor. Luego,
con calma, con la paz y la fortaleza que el Señor da, enfrente el futuro con valor. Cuando
nos apoyamos en el Señor, permitimos que Él obre. Esta dependencia y diligencia son
características esenciales de todos los “colaboradores de Dios” (1ª Corintios 3:9).

3. ESCUCHÓ LA VOZ DE DIOS POR MEDIO DE OTROS (2 CRÓNICAS 15:1-8)


El siguiente evento importante en la vida de Asa es su encuentro con Azarías. Por
diferencias en las traducciones no se puede establecer con claridad si Obed era el
profeta y su hijo Azarías era un mensajero, o si Azarías era el profeta; tal vez, incluso,
puede ser que ambos eran profetas (15:1,8). El hecho importante es que en ese
momento Asa se sentía cansado y algo desanimado. El Señor lo notó y envió a Azarías
con un mensaje para alentarlo. El profeta le asegura al rey dos cosas:
(1) Su presencia: “Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él” (15:2); y
(2) Su recompensa:  el trabajo duro de Asa y su obediencia no habían pasado
desapercibidos por Dios: “Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos,
pues hay recompensa para vuestra obra” (15:7).
Es posible que la mayoría de nosotros pasemos o hayamos pasado por momentos de
agotamiento y desánimo. El apóstol Pablo notó este desaliento entre algunos creyentes
en Corinto y les escribe: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es
en vano” (1 Corintios 15:58). Nosotros también necesitamos conocer, meditar, creer y
apropiarnos de estas promesas. “Cuando Asa oyó las palabras y la profecía del profeta
Azarías... cobró ánimo” (15:8).
Pero, ¿por qué el Espíritu de Dios no vino directamente sobre el rey Asa? (15:1). ¿Por
qué escoge Dios hablarnos por medio de otros? A veces el Señor habla directamente a
nuestros corazones. Cuando Elías estaba confundido y desanimado, el Señor trató
personalmente con él. Pero muy frecuentemente, el Señor escoge hablarnos a través
de otras personas. En esta ocasión Dios escogió a Azarías como vehículo para enviarle
un mensaje al rey Asa. Asa pudo haberle rechazado. Tal vez pudo haber considerado
que Azarías era muy joven o inexperto para aconsejar a un rey, además no tenía las
mismas credenciales que los grandes profetas, como Elías y Eliseo. Asa pudo haber
menospreciado al profeta por no formar parte de sus “hombres diestros”. Si no tenemos
cuidado, podemos llegar a menospreciar la palabra de Dios para nosotros por rechazar
al instrumento que Dios escoge utilizar. No olvidemos que es Dios mismo el que decide
quién será su mensajero. 
Estimado lector, tal vez Dios quiera animarle, corregirle o desafiarle por medio de esa
hermana ancianita en su asamblea, ese predicador inexperto, ese cantante que no le
gusta, incluso por medio de ese cristiano con el que usted tiene desacuerdos
doctrinales. Dios escogió usar a Azarías para animar al rey Asa y al mismo tiempo para
enseñarle la importancia de escuchar a otros.  Si el Señor exigiera vida y doctrina
perfecta antes de usarnos como sus mensajeros, ¡no podría usar a ninguno de
nosotros! Es por gracia que Dios decide hablarnos. Es por gracia que Dios escoge algún
mensajero. Debemos usar de esa misma gracia si queremos escuchar la voz del Señor
a través de otros.

4. SU BUEN EJEMPLO MOTIVÓ OBEDIENCIA EN OTROS (2 CRÓNICAS 15:9-19)


Después que el rey Asa recobró sus ánimos, siguió adelante con sus buenas reformas.
Notamos que hizo dos cosas:
(1) Limpieza: “Quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y Benjamín, y de
todas las ciudades que él había tomado en la parte montañosa de Efraín” (15:8) – Asa
removió todo lo que ofendía al Señor aún dentro de su propia familia (15:16), y
(2) Adoración:  “Reparó el altar de Jehová que estaba delante del pórtico de Jehová”
(15:8) – Asa preparó la infraestructura de tal modo que el pueblo de Dios pudiera adorar
a Jehová y ofrecerle sacrificios. En vista de estos cambios, hombres y mujeres
temerosos de Dios empezaron a trasladarse de las otras tribus al reino de Judá:
“Porque muchos de Israel se habían pasado a él, viendo que Jehová su Dios estaba con
él” (15:9). ¿Cómo es su vida Cristiana? ¿Es atractiva? ¿Se puede sentir de algún modo la
presencia de Dios en su hogar y en sus reuniones cristianas?  La verdadera piedad, la
santidad genuina, imparte vida y atrae. Es instructivo reflexionar por un momento en el
por qué Jesús atraía a los publicanos, las rameras y los pecadores. ¿Por qué buscaban
Su compañía? ¿Será que estas personas se sentirían igualmente atraídos y bienvenidos
en el lugar donde usted se congrega?
¿Cómo respondió el pueblo de Judá a las iniciativas del rey Asa?
(1) Adoraron: “Se reunieron, pues, en Jerusalén, en el mes tercero del año decimoquinto
del reinado de Asa. Y en aquel mismo día sacrificaron para Jehová, del botín que habían
traído, setecientos bueyes y siete mil ovejas” (15:10,11). Ahora que el altar del Señor
había sido reparado, se nota un gozo renovado y una generosidad espontánea al traer
ofrendas al Señor. Un deseo de adorar es evidencia de un despertar espiritual.
(2) Renovaron sus votos de compromiso:“Prometieron solemnemente que buscarían a
Jehová, el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma... Todos los de
Judá se alegraron con este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda
su voluntad lo buscaban, y fue hallado de ellos” (15:12-15). La devoción de Asa por el
Señor motivó a otros a una experiencia espiritual más profunda.
Las palabras y acciones del rey Asa inspiraron y transformaron a toda una nación. Usted
y yo tal vez no movamos a toda una nación, pero sí tenemos nuestra propia esfera de
influencia. ¿Su devoción al Señor inspira a aquellos que le rodean? Su grado de interés y
preparación para su grupo semanal de estudio bíblico, su participación en las reuniones
de oración y adoración, el nivel de entusiasmo cuando le canta al Señor, su interés y su
preocupación por los hermanos en su congregación, su colaboración con aquellos que
tienen necesidades... las actitudes y las acciones suyas y mías influencian para bien o
para mal a los demás. “Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu,
fe y pureza... Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento
sea manifiesto a todos”(1 Timoteo 4:12-15).

Ó (
5. EN CRISIS, ESCOGIÓ APOYARSE EN SU PROPIA INTELIGENCIA Y EXPERIENCIA  (2
CRÓNICAS 16)
Después de que Israel se dividió en dos, hubo rivalidad constante y agresiones
frecuentes entre Israel (las 10 tribus del norte) y Judá (las 2 tribus del sur). “En el año
treinta y seis del reinado de Asa, subió Baasa rey de Israel contra Judá, y fortificó a
Ramá, para no dejar salir ni entrar a ninguno al rey Asa, rey de Judá” (16:1). Es un poco
difícil definir precisamente la fecha de esta ofensiva militar, puesto que sabemos que el
rey Baasa murió en el año veintiséis del reinado de Asa (1 Reyes 15:33). Los
comentarios Bíblicos técnicos presentan posibles explicaciones en cuanto a la fecha,
pero el propósito principal de registrar esta guerra en las Sagradas Escrituras es para
mostrar un contraste entre la manera en que Asa peleó esta guerra y su primera guerra.
La ventaja de la experiencia es que nos permite estar más calmados, pero la desventaja
de la experiencia es que nos puede robar de esa necesidad de depender del Señor. En
este capítulo, el rey Asa escogió apoyarse en su propia experiencia y pericia.
(a)  Asa vio amenazada su libertad.  El rey Baasa movió su ejercito hacia el sur y
comenzó a fortificar la ciudad de Ramá, a unos 6 kilómetros al norte de Jerusalén “para
no dejar salir ni entrar a ninguno al rey Asa” (16:1). Esto representaba una seria
amenaza a la libertad de Asa. En su primera guerra, cuando Asa era inexperto, oró al
Señor pidiéndole ayuda. Pero en esta ocasión, Asa envió mensajeros a un rey extranjero
en Damasco, diciendo: “Haya alianza entre tú y yo... he aquí yo te he enviado plata y oro,
para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que
se retire de mí” (16:3). Esta fue una estrategia inteligente, y ¡le funcionó! Israel recibió
un ataque desde Damasco y el rey Baasa se vio forzado a retirarse de Ramá. “Entonces
el rey Asa tomó a todo hombre de Judá, y se llevaron de Ramá la piedra y la madera con
que Baasa edificaba, y con ellas edificó a Geba y a Mizpa” (16:6). De esta manera, Asa
recuperó parte de su inversión inicial y se quitó de encima la amenaza del rey de Israel.
¿Dios cómo percibió la estrategia del rey Asa? Envió a un profeta llamado Hanani para
hacerle notar al rey Asa la diferencia entre las dos guerras. En la primer guerra, cuando
Asa se vio atacado desde el norte del África, “te apoyaste en Jehová, [y] él los entregó
en tus manos” (16:8). Pero, en esta guerra, Asa se apoyó en la astucia, en la plata, en el
oro, y en alianzas malsanas.¿Cómo responde usted cuando otros amenazan sus
derechos o su libertad?Cuando usted se involucra en algún servicio o ministerio
Cristiano, ¿siente que depende del Señor? “No te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos... No seas sabio en tu propia opinión” (Proverbios 3:5-
7). La experiencia es buena, pero no olvide que la experiencia tiene su peligro.
(b)  Asa vio amenazada su reputación.  Al pasar la crisis, Asa debió sentirse bastante
satisfecho consigo mismo. Su maniobra política trajo paz y prosperidad al pueblo de
Judá. Es posible que muchos le hubieran dicho al rey Asa lo felices que se sentían de
tener un rey tan inteligente. Su gestión había sido todo un éxito. Pero el profeta Hanani
le presentó otra perspectiva, la perspectiva de Dios: “Locamente has hecho en esto;
porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti” (16:9). A los líderes y políticos
no les gusta ser acusados de locura, especialmente cuando gozan de buen apoyo
popular. Pero el punto de vista de Hanani era muy razonable: ¿Por qué fue que Asa
escogió apoyarse en el hombre y no en Dios? Dios es bueno. A Dios le gusta
bendecirnos. “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su
poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”  (16:9).Definitivamente,
Asa se había equivocado. Pero Asa sintió que su reputación se encontraba en juego y
no pudo admitir su error. En vez de humillarse, “se enojó... contra el vidente y lo echó en
la cárcel, porque se encolerizó” (16:10). ¿Cómo reacciona usted cuando ve amenazada
su reputación? ¿Invita sugerencias? ¿Escucha con cuidado y se beneficia de las críticas
que le hacen? Recuerde que incluso uno de esos comentarios dolorosos puede
contener un mensaje del Señor para usted.
(c) Asa vio amenazada su salud. “En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó
gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos”
(16:12). Aquí vemos a un rey llegando al final de sus días. La vejez trae sus debilidades
y frustrantes limitaciones. Con una enfermedad severa de los pies, Asa perdió su
é
comodidad, movilidad y capacidad de pelear. ¿Qué hace usted cuando se entera de que
algo lo está limitando? El versículo citado no debe entenderse como un ataque contra el
uso de servicios médicos. Jesús aprobó el papel que juegan los médicos cuando dijo:
“Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos” (Mateo 9:12). ¿Cuál fue
el error del rey Asa? Cuando vio amenazada su salud, no buscó primero al Señor sino
que confió exclusivamente de los médicos. Tener fe no elimina la necesidad de hacer
planes, de trabajar, de luchar y de buscar atención médica. Tener fe en Dios es confiar y
apoyarnos en Dios. Debemos ser diligentes –pero una diligencia que confía, depende y
se apoya en nuestro buen Señor y Salvador–.

CONCLUSIÓN. Es evidente que el rey Asa tenía sus debilidades y cometió sus errores.
Sin  embargo, leemos que el veredicto del Señor fue: “el corazón de Asa fue perfecto
en  todos sus días” (15:17). A usted y a mí también nos llegarán esos tristes
momentos en que fracasamos, tal vez hemos abandonado algún servicio sin terminarlo,
tal vez  no vivimos siempre a la altura de nuestro llamado... pero  ¿cómo está nuestro
corazón? ¿Deseamos apoyarnos en el Señor? Afortunadamente servimos a un Dios de
gracia, que “no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que  habéis
mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.  Pero
deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin” (Hebreos
6:10,11). El Señor aún bendice diligencia y dependencia. Sigamosadelante, sintiendo
nuestra debilidad y conscientemente dependiendo de Él.
Lo que Dios prometió hace unos 3000 años, aún sigue vigente:  “Pero esforzaos
vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”
(2 Crónicas 15:7).

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