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Dr ATL

Realiza un recorrido por el museo


conociendo las obras y bibliografía del
Dr ATL
¡Espero lo disfrutes!
Da clip para ver los videos informativos
El 15 de agosto se conmemora el 55 aniversario luctuoso del Dr. Atl, quien
fuera profesor de Rivera, Orozco y Siqueiros
Creador del aeropaisaje, escribió Cuentos de todos colores, Gentes
profanas en el convento; la novela Un hombre más allá del universo. Las
sinfonías del Popocatépetl, entre otros volúmenes
En torno a Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, se han tejido gran
cantidad de historias que lo convierten casi en mito. Pintor, escritor,
geólogo, vulcanólogo, filósofo, crítico de arte y activista político, nació en
Guadalajara, Jalisco, el 3 de octubre de 1875 y falleció el 15 de agosto de
1964.

Se dice que en una ocasión se embarcó en el puerto de Veracruz con


rumbo a Europa, pero en Nueva York una fuerte tormenta azotó el barco en
que viajaba por lo que llegó a pensar en su muerte, pero tras salir ileso del
percance le pusieron el sobrenombre de Atl, agua en náhuatl.
José Gerardo Murillo
1875-1964

El peliculesco

Dr. Atl

Pintor de Volcanes.
Paricutín , 1943.
Arroyo y cráter, s/f.
Paricutín , 1943 .
Doctor Atl

En 1910, al inicio de la Revolución


mexicana, la pintura en México había
llegado a su punto más bajo. Porfirio Díaz
había estado en el poder por más de 30
años y, en la voz Mackinley Helm (citado
por Burton, 2000), “Nadie en el mundo, ni
siquiera en la Inglaterra victoriana, había
nutrido tan cuidadosamente el mal gusto en
el arte y en la decoración, como lo había
hecho México durante la dictadura de
Porfirio Díaz”. Uno de los individuos que
contribuyeron a hacer un cambio radical en
el arte mexicano fue Gerardo Murillo, más
conocido como el Dr. Atl, quien es
recordado como un ser bajito, delgado al
extremo y, muy pronto, calvo.
Gerardo Murillo nació en Guadalajara
en 1875, donde estudió hasta llegar a la
preparatoria y, después, en la Ciudad de
México, en la Academia de Bellas Artes. En
1896 el Presidente Díaz le donó mil dólares
para ir a estudiar a Europa. En México se
estimulaba la copia de los grandes
maestros. Murillo en el Salón de París ganó
una medalla por un autorretrato influenciado
por los movimientos impresionistas y
postimpresionistas de la época.
Dr. A t l pintando, hacia 1903.
Erupción del Paricutín, 1943.
Valle con montañas y pueblito. s/f.
Erupción silenciosa a chorro continuo.
Magnífico ejemplo del dibujo tonal, o sea, con empleo del sfumino y polvo negro,
en vez de lápiz.
Es posible que Gerardo Murillo haya cambiado su nombre al de Dr. Atl
(Doctor, por su doctorado en Filosofía; “Atl”, en náhuatl significa agua, lo cual no
es sino una confirmación de su personalidad contradictoria y compleja: se
cambia el nombre a “agua”, cuando lo que le apasionaba era el fuego y los
volcanes), no sólo en busca de una identidad genuinamente mexicana; acaso es
una muestra de su personalidad, que era impetuosa como fuego, y que habría
deseado tener la apacibilidad del agua.

Los volcanes , 1950.


Paisaje , fragmento, 1956.
Paricutín , 1943.
La Nube , 1931.
Regresó a Jalisco en
1903 lleno de sentimientos
antiacadémicos,
convencido de que el arte
mexicano necesita una
revolución. Llevó a cabo
exposiciones en
Guadalajara y
Tlaquepaque, donde
obtuvo tanto éxito, que
decidió intentar mejor
suerte en la Ciudad de
México, donde trabó
amistad con Joaquín
Clausell, quien más tarde
llegaría a ser el pintor
impresionista más conocido
de México.

Cola de caballo , s/f.


Paricutín ,s/f.
Paisaje del Pedregal de San Angel,
1946
También conoció a una sobrina de Joaquín Clausell de 14 años, de quien se enamora de una
manera desaforada, sin ser nunca correspondido. Poseedor de una pasión Volcánica, diría mucho más
tarde: “Durante muchos años la amé desafortunadamente; durante muchos años. ¿Cuántos?... ¡No lo
sé! Yo no comí, no dormí, no pensé y no viví” durante ese tiempo. Para curarse de amor, acaso como
un reflejo de su personalidad, o como una pulsión de vida, desarrolló un nuevo amor: el amor por los
volcanes. “Para curar las enfermedades del alma no hay mejor remedio que 20°C bajo cero entre las
cumbres de un volcán… Huyendo, loco de amor a los volcanes”

Iztaccíhuatl , s/f.
Dr. A t l en el Popocatépetl.
Amanecer en el Iztaccíhuatl , s/f.
Paisaje de la Sierra de Santa Catarína, 1942.
En 1910, apenas unos pocos meses antes de que iniciara la Revolución
Mexicana, Atl pintó el primer mural moderno en México, anticipándose a Rivera,
Orozco y Siqueiros. Para este mural Atl usó Atlcolor, un tipo de óleo sólido inventado
por él. El Atlcolor todavía se usa hoy, con gran popularidad por la facilidad con que
puede ser usado.
Roca en el pedregal de San Angel , 1946.
El Paricutín , 1943.
La Sierra , 1935.
Después de otro viaje por Europa,
encuentra a su país inmerso en la
Revolución. Él se pone del lado de
Carranza. Rasgo característico de su
personalidad fuera de la medida de sus
semejantes, en ese entonces Dr. Atl usaba
uniforme de oficial de la Fuerza Aérea
Italiana, y usaba el nombre de Gregorio
Stello. Cuando Carranza tomó el poder, fue
hecho director de la Academia de Bellas
Artes, Academia que él mismo cerró, pero
que le sirvió para conocer y trabajar con
Rivera, Siqueiros y Orozco, a quienes
promocionó, animó y enseñó. Durante la
Revolución todo mexicano vivía en peligro
de muerte, pero hay quienes buscan el
peligro; quienes apenas logran escapar por
muy poquito; quienes son encarcelados vez
tras vez, y de manera asombrosa urden y
ejecutan sus propios planes de escape. Dr.
Atl correspondía a ese tipo de personas.
Una vida cambiante e inestable; cálida y
peligrosa, como el fuego. Poseedor de
cualidades políticas notables, las usó en
diferentes momentos para negociar con
Zapata o Villa en diferentes momentos de la
Revolución.

Retrato del Ing. Jesús Alarcón M.


Carranza y el Dr. A t l .
El Popocatépetl desde Tlamacas, s/f.
Por 1921, en medio de su fecunda
actividad creativa, conoce a Carmen
Mondragón (a quien Atl llama “Nahui Olin”, en
náhuatl, “Cuatro Movimiento”, el nombre del
Quinto Sol en la cosmogonía azteca), casada,
extremadamente inteligente y bella, hablaba el
francés con la misma soltura que el español,
tocaba el piano y pintaba con soltura; era
escritora y poetisa. Con ella inició un romance
al que nada nos impide calificar como salvaje.
Algunos biógrafos la califican de tener “tintes
de locura”, otros sencillamente indican que se
trataba de una ninfómana, si es que existe tal
especie. Atl más de una ocasión se refirió a
ella como “una serpiente de ojos verdes”. Hay
quien se pregunta cómo una mujer de
excepcional belleza y porte, codiciada por
todos los hombres, puede enamorarse a sus
33 años de un hombre de 47 que carece de
todo atractivo físico, pero quien se hace ese
tipo de preguntas es claro que nunca se ha
enamorado. “Quien sepa de amores, que calle
y comprenda”, dice el refrán. La mutua
infidelidad, los celos, las recriminaciones
hicieron que, locos de amor, terminaran
separándose.

Fotografía de Nahui Olin.


El maizal (fragmento) , 1955.
La sombra del Popocatépetl , 1942.
El Dr. A t l pintando.
Entonces incursionó en la literatura.
Escribió cuentos tremendistas, corridos,
todos con el tema de la Revolución
Mexicana, y libros cuyo leitmotiv son los
volcanes. El año de 1943 le dio la
oportunidad de enfocar sus expresiones
y vida proteica en pintar de diferentes
formas un fenómeno: la erupción del
Paricutín. Muy imitado desde entonces
(se ha vuelto un rasgo de la pintura
mexicana), pero nunca visto antes, el
Doctor Atl se consagra a pintar al volcán
en erupción, sin importarle el hecho de
arriesgar la vida en ello.
Más tarde en su vida, con la ayuda de
helicópteros prestados por PEMEX, Atl
se volvió pionero de una nueva escuela
de pintura de paisaje: pinturas de una
amplia panorámica, poseedoras de un
punto de vista eminentemente aéreo.
Con máxima economía de elementos
introdujo el sfumato, que le permitía fijar
el ambiente y la distancia.

Dr . A t l pintando el Paricutín.
Amanecer en la montaña , 1934.
Paricutín , s/f.
Paricutín , s/f.
Autorretrato , 1899.
El pintar continuamente los volcanes le
causó una Tromboangitis obliterante, que
derivaría en gangrena en la pierna derecha.
Le amputaron esa pierna, pero esto no impidió
que continuara con su actividad, que
disminuyera su ritmo creativo, o que dejara de
ser un caminante incansable hasta el año de
1964, en que murió a los 89 años. Su
interesante vida está llena de escándalos,
notoriedades, aventura y excentricidad. Su
muerte interrumpió su aprendizaje autodidacta
del idioma chino.

Sin duda, su obra más admirada es el vitral de


Tiffany en el Palacio de las Bellas Artes en la
Ciudad de México. No hay ningún artista cuya
influencia haya tocado de tantas formas el arte de
la Revolución Mexicana, como el del Doctor Atl
quien, en palabras de Diego Rivera, “fue uno de los
más curiosos personajes jamás nacidos en todo el
continente americano”. Autorretrato , 1958.
“El doctor Atl tiene la historia más
pintoresca de todos los pintores,
predicó teorías estéticas, pintó con
pinceles increíbles finas sensaciones de
color, acaudilló huelgas, escribió críticas
que echaban chispas, agitó al pueblo,
estafó a una porción de bobos, empeñó
las cámaras fotográficas de todos sus
amigos y conocidos, organizó
exposiciones y , sin tener un centavo,
dio de comer peroles enteros de
excelentes macarrones , protegió con
dinero a decenas de artistas jóvenes,
( … ) reinventó con el copal nacional los
colores al óleo sólido y planeó
negocios, formuló programas de
gobierno, preparó presidentes, hizo
vender todos los cuadros de una
exposición mía para que pudiera irme a
Europa…”

Diego Rivera

La Cascada , s/f.
Retrato de Nahui Olin
Diversas Pinturas para trabajar con los
niños

Pintura con Colorear con Colorear con


Pintura con sal acuarela colores crayolas

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