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Por lo general, los metales utilizados por los organismos para la vida diaria se clasifican en dos
subgrupos, a saber, esenciales y metales no esenciales. Los metales esenciales en cantidades
mínimas deberían desempeñar un papel importante en muchos vías metabólicas y funcionales
y generalmente incluyen selenio (Se), hierro (Fe), cobre (Cu) y zinc (Zn); mientras que los
metales no esenciales incluyen níquel (Ni), plomo (Pb), arsénico (As), cadmio (Cd), mercurio
(Hg), cromo (Cr) y manganeso (Mn), pueden participar en varias vías de señalización, pero no
han evaluado ningún papel beneficioso en el metabolismo (Dadar et al., 2017; Fakhri et al.,
2017; Ogundiran y Fasakin, 2015; Shahsavani et al., 2017; Yılmaz et al., 2010).
Varios estudios indicaron que los cereales y hortalizas cultivados en suelos contaminados por
Los contaminantes contienen una cantidad significativa de metales pesados con respecto a las
áreas cultivadas no urbanas, que están lejos de las actividades humanas y la fabricación
(Abtahi et al., 2017; Adel et al., 2016; Khan et al., 2017; Khan et al., 2017; al., 2008; Shahsavani
et al., 2017).
La precipitación atmosférica esparce los contaminantes de las áreas industriales a las zonas
rurales geográficas de baja densidad. regiones, la contaminación proviene de actividades
industriales, ya sea de fundición y metalíferos naturales fuentes (Gola et al., 2016; Praveena et
al., 2017; Singh, 2001; Woldetsadik et al., 2017), así como suelos contaminados con pesticidas,
fertilizantes, aguas residuales, abono orgánico y abono orgánico (Singh et al.,
2011; Woldetsadik et al., 2017; Gola et al., 2016; Praveena et al., 2017). Exposición a metales
pesados causa muchas enfermedades en los seres humanos. El cadmio se considera un factor
importante en la etiopatogénico itai- enfermedad de itai u osteomalacia tubular renal (Nogawa
et al., 2017); cobre: promueve el hígado y los riñones enfermedad (Gaetke y Chow, 2003); el
plomo causa leucemia, colitis gastrointestinal, función cerebral trastornos y enfermedades
trombóticas (Nutescu et al., 2016; Tarragó et al., 2010); el zinc promueve el pH disminución,
disminución de la absorción de oxígeno y aumento de la frecuencia cardíaca (Plum et al.,
2010); mientras que, Co, Cr con Pb inducen varios cánceres (Järup, 2003; Koedrith y Seo, 2011;
Varol y Sünbül, 2017).
La contaminación del agua, el suelo y el aire por metales pesados es la principal causa de
bioacumulación de metales pesados. en la biomasa, particularmente en plantas (Bravo et al.,
2017; Ismail et al., 2005). Generalmente, metales pesados entran en la cadena alimentaria a
través de la bioconcentración (Martí-Cid et al., 2008) y provocan efectos indeseables en salud
humana y otros organismos vivos en el medio ambiente (Järup, 2003). Excepto ocupacional
exposiciones, el consumo de alimentos se considera la principal fuente de metales pesados
(Martí-Cid et al., 2008).
Se ha estimado que más del 50% de la población mundial consume arroz, ya que la producción
mundial de arroz fue de alrededor de 483,1 millones de toneladas en 2016 (2017). La
importación, cultivo y consumo diario de arroz es aumentando hasta la fecha también en Irán
(Feizabadi, 2011; Tao et al., 2008). A pesar de los numerosos estudios publicados, realizado
para evaluar la concentración de metales pesados en arroz comestible (Asgari et al., 2009;
Malidareh et al. al., 2014; Naseri et al., 2014; Nemati et al., 2014), especialmente As y Pb,
ningún estudio sobre una revisión y un metanálisis sobre la participación de metales pesados
en el riesgo de cáncer oral, aún se ha realizado, a nuestro leal saber y entender. Por tanto, los
principales objetivos del presente estudio son: